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La historia en la ficci6n y la ficcién en la historia Reflexiones en rorno a la cultura y algunas nociones afines Historia, lenguaje y ficcién Frangoise Perus Compilacién, introduccién, presentacién y noras con la colaboracién de Becorta Purioo Hersez vy Luts A, Heariy Avita Universidad Nacional Auténoma de México Tnstiuto de Investigaciones Sociales México, 2009 La historia en la ficcién y la ficcién en la historia Reflexiones en torno a la cultura y algunas nociones afines: Historia, lenguaje y ficcién Frangoise Perus Compilacién, introduceién, presentacién y notas con la colaboracién de BecoXa Puuipo Herriez vy Luts A. Henrdw Avita Denied Casto DiHagen i 08, a. iL Universidad Nacional Auténoma de México Tnsticuo de Investigaciones Sociales Mésico, 2009 609.9339 PNso7 Ps ahr sn esc ira Reon en ro ‘alti st ecient, a tote Pra compar Begs il Hen y Ls A Hern ‘i eibodres~ Maz, Doxa, nse de veg nes Sec, 200 ob. ISBN: 978-607-020686-7 1 Liter Cie Ineo, I= ila I~ es, range, comp Il Palio Here, Bao, colb IV, Hers fa, Las colsb ae libvo fe someido au proces de dtaminc por sedéicos exes Inet y eae con a norma able por el Cor Edoria deat CGlecone del Ina de Inveigions Soci ela Unveidad Nacional ‘nora de Min oxdoechos eluos cela lin quan rer pada ple deh ‘iahipuna Queda poids reper parca tol por culgler mi, tis cenit pr erie de abel ae de dein Primera eis 3 de junio de 2009 D.R.© 2003, Unread Nacional Anos de Mico Instat de avetiiones Scales (Cladad Universi, 04510. Meco, DE Coonan eta Beenie Herindes Ale (Cea cde ee: Mano Chines Redes isco de pods Cyochia Tgp Sun Foto Cline Machowak Pryeco nour 403102 "Taisen fio yc en hs, Rens cnrome lac sun acne sos Hisar, lenge es” Impresny haha en México ISBN: 978-607-020686-7 INDICE pRovoco vrRoDUCCION Detindes Presence y pasos [13]; La “eulturs" medica [16]; Discipli- nase interdisciplina (20); Lenguaje, cultura y prfcticas discur- sivas (27] icin y fecones (32) Dl estructuralsmo al posestructuralismo y la deconstruccién La teasicin [4]; Los contests yn perpetves [44] Roland Barthes: de a erasraal Texto de a cular 55]; Michel Fou caultOtrahstoriidad de enunciadesy discaros (64) Jacques Derrida: a hues del tro nego (70) Rowano Barres El mito hoy El discurso dela historia Dela obra al texto B a 3 93 107 {AWWSTONA EX LAROGONY A RCEEN tA HHETORA discernir con clardad sus objetivs y ls alcances —sin duda provi- slonaler— de nucrras reflexiones La jusifcacién del contenido y a forma del presente volumen no cstarlan compleas sin la mencién de la partcipaién activa de quien Fungié durante wes as como ayudante de la responsable del pro- yecto y desempesé un papel de primer orden en I configuraciSn - nal de esa antologi. En efecto, el apoyo de Luis Alberto Herrin Avila {quien se incorporé al seminario becado por la Direccién General del Personal Académico dela UNAM, primero, y por el Sistema Nacional de Investigadores del Conacy, después, anienrasclaboraba st tes de icenciaturs en emtudios ltinoamericanos, nunca se limit a cues tiones puramente técicas 0 a bisquedas bibliogrficas. En la él- timas fates de la invesigacidn, en ls que se plantearon y replances- ron varias veces Ia selecciny onganizacién del material, ha sido en ‘todo momento un interlocutor de primer orden yun lector acucioso de os dversos textos aqui reunidos. Sin su valiosa colaboracién el pre- sente volumen no hubiera podido presentarse dentro de los plazos insiucionales exipolados para la reaizacin de ee proyecto. Par kim, queremor agradece ala Direccién General del Per sonal Académico de la uxaat por la acogida y el financiamiento dados 1 este proyecto; al Insinuto de Investigaciones Sociales ya su direc tors, la doctora Rosalba Casas Guerrero; l personal del Biblioteca, alos deparcamencos de Cémputo y de Publiaciones,en particular a ‘Mauro Chiver por el cuidado de laedicién, y ala Unidad Adminis teativa por toda las ayuda brindadas, con suma genilray pronti- ‘ud, en las mltipes areas concreas que conlleva la realizaci6n yla sgestidn de un proyecto de esta naturale. INTRODUCCION DESLINDES Paesenrs y asapos ese alo que podria sugeri su tu, el presente volumen no conss- teen el recuento de lor innumerable: problemas planceados tanto por la cslacion de la historia al plano de Ia Bccién en Ia Hamada novela hisérca, de corte modemo o posmoderno, como por la is- toria de a cig novelesca, ntendida como historia del género en sus telacones con tus contextoshistércos y sociales de produccién 1 recepcién. Ambas problemaicas ya han sido objeto de muchas sis- fematizaciones, dentro y fuers de Amévica Latina, y de aludilas no lo haremos sino como referencia, por no sr ésteel objeto de nuestas bisquedas y nucsraspropucstas analiticas, Pretendemos, mis bien, cxaminar las inerrlaciones entre dos imbitos de reflexin general- mente abordados por separado, colocando en el centro de nuestras indagacionesla cuetén dela hisovcidad. En téminos muy genera> les, encendemor por hstoricdad los diferentes modos que tienen coletividades dadas de concebie cl tiempo y guratse sus telaciones ‘con el pasado. Modos diferentes que, desde lego, son ellos mismos hiseéricos,y que por tanto planccan también el problema desu histo rincién, Para a ubicacin de a relacin en extrem complejs ener lo que ‘en una primera sproximacién hemos dfinido como historcidad, por un lado, y ls historizaidn de extas formas de concebir el tiempo y fr tural elacionescon el parado, por el to, pariremos del prin- {Splo de que no hay pasado sino ara un presente. En otros ezminos, consideramos que la hstorizacién de las ditineas modalidades de historicidad no consiste en desglosrasyalinearas con base en wna supuestasucesin lineal. La relacin cone pretente que entra cual- {quierconstrucién del pasado —vale decir a forma de historcdad que ‘onlleva ext misma consruceién—cupone que, para a considers «idm histrica de las dstnts formas de histriidad, paramos noso- twos también de nuestro propio presente, y de las muy diversas for- ‘mas que puéramos disermr en las aruslesfiguraiones del tiempo y de las relaciones que seguimes manceniendo, que hemos éejado ‘de mantener, con nuestros pasados. Sin duds as modalidades actuals dea hisoriograay las formas actuals dela narrativa de fccién —"histrica”o no— podsianservir- nos de revladores para esta indagacn. Sin embargo, al internamos cn la problemdtica desde estas das perspecivaseruzadaslegamos a unas primeras constataciones, desde liego provisionales. Observamos primero que ls fronteras entre extos dos imbitos de formalizacion dela telacién con el pasado —Ia historia, entendida como discplina socal y humanistic, por us lado, ya nazraién arctica, aociada con. susabordsje exces, por el otro — se hablan vuelto borrass,ycons- tatamos luego que tal distinc, establecida a pari de los deslindes ‘que habian permitido ala historia convertiee en una ditipina rel tivamence aucénoma, se halla hoy en entredicho ysujecaavoda clase de reconsideraciones, La vuelta a la concepcién de la historiografia, ‘como una forma de narraciony llamado giro lingistco en el da bico de lar disciplinas humanisiasy sociales no conseituyen, desde nuestro punto de vst, sino aspects de un movimiento de fondo que tiende a redefini las rontera y lat relaciones mucuasente estas dis- ciplinas. En érminoe generales, dicho movimiento se traduce en un ‘cambio de as elaciones de predominio ence la pasada appracin de la hscoria«convertireen dscplina hegeménicaen el émbito de ls dlisciplinas humanstica y socials y en la pretensién mds reciente de Tnlingistic y as ciencis del enguaje de ocupa esta misma pesca. [Bl auge, no sélo en América Latina, dela “nueva novela histéiea", _genealmente concebida por la critica como "novela del lengua" sin ‘mayotesconsderaciones acerca de ls formas de historicidad involu- cradasen ella, también da cuenta, asu modo, dela actual redefinicién de los enteveros entre historia y lenge. sermooueesen Desde nego, esta pugna en el imbito de a disciplinas humanis- ticas y sociales —euando se trata de las diferentes modalidades de aprehensién y formalizacin de los vinculos que los seres humanos mantienen conjuntamence con su presente y su pasado— no es de todo nueva. Aunque no necesariamente es peribida como tal, ha- IIs en el centro de ls mayor de los debates en toena al deslinde del Ambito de pectinenca de nociones yconceptos provenients no slo dela historia del teoralierria —y de las diversas cortientes con- cexptualesimperantes en esas dscplinas—, sino ambign dela teola social o de a antropologla. Pros bien hasta las fos sesenta uochen- ‘a esas pugnas y sts debates mancenlan ls discusionesabiertas ene las disciplinas —y en el propio seno de cada una de elas—, hoy en dia las condiciones para semejantes debates parccen haber sufrido ‘moificaciones sustanciales, Ala inversién dela relacién de predomi niente perspectvashstricas de ands mis © menos establecidas yy nuevos modelos de interpretacién social provenientes de las cin ‘das dl lengua se uma rambidn la endencn ala difuminacién dels frontras entre ls disias disciplinas humanisticas y sociales, hasta ‘nohace mucho tiempo caracterizadas por sus radiciones conceprua- lex, por sus modos de hacer y construr sus propios objetas y por sus desindes especto alas dscplinas vecinas. En exte mazeo,y en au- sencia de un forilecimiento del dominio robre el desenvolvimento de as disciplinasy de sus debates internos, ls reiteradoslamados ala “mulkidiscipling’ la “incerdscplina” o incluso al “cransdsciplina’ sretiguan a su modo ext pérdda de referents extablesy la marcada, inceridumbre que hoy por hoy caracerza ala invertigacién socal cn el ms amplio sentido del tmino, Ese deafonde de las tradicio- ‘es dscplinaras, humaalsticas y sociales, en contexts en los que, por lo demis,parecier haberse scumulado una sere de problemas scuciants relativos a a eproduccin dela vida a exeala planeta, ‘no deja de resulear umamente llamativo,cinclusoinquieant. En st Ambo propio, este desfonde deja enerever el ensanchamiento de as distancia entre “expacios de experiencas” cada vex mds borrosos y “horizontes de expectativas” cada ve mis dsparados. Ace la posbi Tidad de que a profundizacién de estas distancias pudiera converse cen un “isma’, no ext por dems tae a colaci6n el lamado de Paul [icocura la reconsideracién de las potencaldadesabiertas por lo que Latisrona DVLA neetonY LA ION EN LA ISTORA fentendia como una "hermenéutica de la concienciahistvica". En cael flsofo francés incaba no sélo el imperative de da cuenta del cariter histério de nuestro presente, sino también el de volver a ex: rminar y discute las relaciones iwcectslesypricics que vamos ee tableciendo con ete mismo “presente hisrica” La“currons” aeprknies El desfonde dels tadicionesdisciplinarias —y delos saber acurmu- lados por ellas— al que nos venimos refiiendo puede explicarse de ‘muchas maneras, Pero aun cuando el andlss dels Factores que p> dicran estar concurriendo en exto no consttuye propiamente cl ob- jeto de nuestainvestigacin,consideramos necesrio hacer mencién aunque sea de manera sucinta— del surgimiento dela Hamada cultura de masa, y de su tendenci, cada ver mas marcada, a suplan- carla educacin formal en la organizacién, la tansmisén y la dif- si6n de os saberes yen laconformacién de as identidadessubjeivas ‘Alla educacién formal de los sistemas educativos, clocados hasta hhace poco —aunque no sin limitaciones ni conroversias— bao la ida del Estado nacional, lor mediosprivados de comunicaci eans- ‘nacional oponen una lgica adicalmente dina. Regides por cl mn- peratvo dela reproduccién y ampliacin de la ganancia, operan con base en la claboracib de “productos” destinadosal‘eonsuma” de "pi- blicos® que no por diferencados en ran del ipo de "producto" con ‘que sc ls solicita dejan de nivelarseen funcigin de la elacin que ex ta llamados a entablar con el mismo. Bajo la lbgiea ocala dela gx- ranca, tanto la cultura general como las cults espcializadas pie den su cardcter de bien publico —y como tl sujero a debates, interpretaciones ysstematizaciones varias, para adquitie el de ob- jexos de consumo, fabicados y distibuidos —no sn el concurso de una inensaycostsisima mercadotecia destinada a moldea as mo * Aladimee aga eono de Pl ler lado Hai na herent de Inconcencahindnen Tempo nara 3 vol, Meio, Slo XXI Ere, 1995-1996 adn de Agata Ne wl, aegnda ecco 7 pp. 938- 990; 7am en Hire bres, Fran ea (cmp), Mei I Mor, 194: eaducin de rangle Pr nel Vic, pp 70-132 Aaldades de su consumo— por as llamada indutras cultures. Ea fa pricca, dichas industeat nos limitan, obviamente, a desplazar grandes volimenes de bienes culturalesy de pdblicas consumidares de tin émbito—geogrfico, nacional, social cultural—a oto. Al rom- per los vinculos orginicos entre esos bienes ye contextohisérico, {ecalycultunl desu elaboracén y sus destinaaros, desarciculan mm bin hs ovrelaiones necesarias entre signficantes,significadosyrefe- renter involucrados en tado proceso de formalzacén y matevalizacién ‘deun objeto de pensamiento concreto. Fata desarticulcin, que s0- mete la migracién de bienes, objetosy piblicos consumidores 2 una logica mercantily no propiamente cultural propicia la conversion de bienes y objets en meros signos, sino es que en meros significances, aladerivay sin sustanca precisa, ala espera de que alguien’ los vaya ‘Gptando al vuelo les confera momentineamente agin significado "propio". ‘Ahora bien, esta desatculacién de os signos —o esta “lberacén delos sgnificantes,en la que alguns quisieranverlacondicin para cl deepliegue de una imaginacién deshordada y sin cortapisas— no puede desligarsepor completo de las condiciones coneretas en las que ‘opera. En elect, sien el incensotrasiego de bienesculturales ypi- blicor consumidorestiende —al menos tedricamente— a propiciar las asociacionesimaginativas mae inesperadas, la saturacin visual y auditiva la quese ballansometidos los consurnidore po el discurso ‘mediitico —el audiovisual en particular cende a su vez a coartar ‘rt supucrta libertad aocitiva, y sobre todo los efecto prictias de la misma, Por un lado, la disociacin de significances, sgnificados y seferentes, que descansa ene caricterarifcioso,y por ende absrac to, de las condiciones de enunciacién del dscurso meditico —un locutor que emite un discursoajeno, 0 moder, lieralmence, un si- rmulacro de intercambio de opiniones, sn verdaderainformacin ni invergaciin previas—, condiciones estas que rompen con las muy diversas convenciones cultutales de intercambio socal verbal en los aque, hata el auge de los medios electednicas, se velan dirimiendo la claboraci de loesabersy la formacin dels subjeivdades in- dlividuale y sociales y por el ovo lado la suplantaci6n de a realidad ‘extra-diseursva por imagenes constuidaslamadas a hacer las veces de referent, que priva al consumidor de coda posibilided deexplora- ‘anusToR Eva COON LAECON ILA METORA dn y accién pricticas sobre exe puesto referent: puede sin duda Intent jar y desmontar I imagen, cotjtla con otra y manip Jaca a su antoj, mas no iene manera de comprobsr lo “eal” de los ‘lementos que intervienen en su construccga view y aditva, Peso de un mundo evanescence de imégenesysignos en perpetuo movi- ‘miento, el consumidor,solictado por la “actualidad” de los temas més diverss y privado —salvo excepcién— de los Ambitos idéneos para ‘una adecuada canalizacin desu imaginaciny sus dudas, no puede sino ir esilando entre I una y lat otras, y—matces mds © matices ‘menos— termina generalmente“adecuando” si “opinisn propia” ala {que privaeneldmbio social en el cual halla inmecsoy eon el eal buses identifica ‘Mis que fungir como espacio de un debate socal y culturalmen- teregulado,orientado ala socalizacién dea experiencia ya posbil dad de esableceeconocimientos ables que fortalezcan la capacidad de juicio de su integrants, este Smbito socal, momentineamente confarmado por as imigeney los signos que lo atedian, sl ofrece de hecho als consumidores la poibildad de epresentar uno de los papelespreparados porel escenario yl guién meditios que los con ‘regan de manera momentinea. Lo artfcioso del montaje mediitco ttasladado los mis varados espacios dela vida prvada, ylasaruracion de las capacidadesimaginativasy tefleivas de los consummidores por preconstruidos que dala imagen por “lo rea” los significant in- ‘yolucrados en ella por sgnificadosincontrovetbles,contibuyen de hecho tergiversarlar condiciones abjetvaseubjcivasdela produc- cla de conocimientos, presentindola come yrestringiéndola a una mera cucstién de “libertad de opinin’. Una opinisn, sin embargo, dista mucho de equivaler aun conocimiento yen cuano a “liber tad", no dea de quedarapisionada por los presupuests del construc- ‘oyylas condiciones desu consumo. En lo atficioso de este mont, no es tan so la dimensin hisérics, socal y culeual dela formacién delossgnificados la que se waelv opac. Asta opacidad se sma a de la elacin necesaria de estos significadas con stuaciones de enuncis: cin y eferencias concreta. Mis an, en el cortocitcui que pro- duce entre aquella libertad reputads sin froneras del consumidor {individual y la generalidad absraca y machacona del discuso medid- tico, losbienesculturales, los objetos de pensamient y los significados nermon4000N tienden a perder la memoria; su densidad semantca se reduce y sus ‘ontornes se desdbujan, basa dar ene estereotipo ola palabra hueca (Ciertamente el taslado de bienes, objets de pensamientoy sig- nos de un Ambico geogrfico, social y cultural otro no consttuye un fenémeno exencialmente nuevo. La esritura, la imprenc ya indus- tra del libro acartean también fendmenos semejantes. Sin embargo, ‘dade que la palabra escrita a logradodesbordar su dmbic primero de claboracién yrecepcin, gracias no slo a la imprencay la industia del libro sino también al alfebeczacin y escoarizacién de amplios sectores de Ia poblacidn, las telaciones de los receptors con la letra impresy sus ordenamientos han venido acompaadas por una clai- va—ysin duda desigual ycontrovertible— formacin de los lectors. En efecto, la educaci formal mis o menos generalizads, orientada al aprendizaje conjunto de la lecrura y la escrcura —lo que, salvo ‘programas educativos xpecficas, obvian los medios audiovisuales, ‘eyo lengusc, es por cierto, cada vex més pobre, imprecso y hasta Incorrcro—, no se limita a aiestrar a los alumnos en ef manejo de losrudimencoe dela lengua de que setae, con el objetivo devolves miso menos ptos para deseavolverseen susactividades ms pragmé- tia, Junto con la tranamisén de os instrumencos las regs impres dndibles paral entendimiento deo escrito y lide —y pars I ade- cuads formulacia de un enunciado o un escrito propios—, provee también a le educandos de los elementos suficientes para la debida contextulizacién de los textos considerados y su relacién con otros textos, contemporineoe 0 aljados ene tiempo ye expaci. Tan mal que bien, y por mis limitada y exquemticas que sean estas operacio= resde contexrualizacién yreaciéa con ottas textos, conibuyen,aun- {que slo sea implictamente a sensbilia lalumao sobre la dversi- dad dels lenguses sociales yculturalesy de sus distanciasrespeco al sistema abstracro de la lengua sobre las milkiplesposibildades ex- presivas de eto lengusjesy sobre la configuacién conjunta, aunque ‘arable en cuanto asu acentwacén, del sujeo, del objeroy del dest- nataroinvolucrados en toda discura enunciado concreto. Lo sen- siblza también sobre ls muy diversas funciones scilizadoras de lengua, dscursos y enunciados,y dela capacidad de todos ellos para ‘ransportaryactualiar, bajo formas espelficasy concretas, mundos ‘aspectos de mundosditanteso lejans,suscepibles de coejase 0 ‘contrasts cone suyo propio. En otra palabra, a sesibilizacin y la formnacin paral descubsimiento dela dversidad, dela justaapre~ ‘dacin dela alerida y el culo yensiquecimnento de a propa sub- jedvidad pasan no slo por eladietratenea en los rudimentos del sistema abstrato de I lengus, sino también, y sobre todo, por una familarizacién discreta con los lengusjesy los enunciada socio-cl: turales mis disimiles, y por supuesto conerctos. Al margen de estos descubsimientosyestoradiestemicntor, la “plralidad” la “otredad” yyla“idencidad’, promovidas hoy en dla por el discuso mediitco y retommadasiteflexivamente por ls cienclas sociales como categorias analitiasincontrovrtbles, na passn de ser entelequiae, por mss qe ‘cles bautice de “‘culrales’. Antes que fomentar auséntics didlogos inraculuraleseinterculturale, que contibuyan a una reflecin co- rin yal custionamiento de las evidencis los lugares comunes y los ‘xtereotipos propician la consolidacin de todos ellos mediante diver- ss formar de repligues identicaroe, ue poco aportan a la proble mitica de la fgmentacén y pulverizacion de lo socal, impuleadas por el mercanclsmo iempersnte. Discontnas eneranpesciruna ‘Con ete edboro de una diferenciacién entre las pricticas def Lenguaje promovidas por los medis audiovisiles, por wn lado, y la educacion Formal con base en la eta impres, por el oto, no pretendemos des- de lego consruie una oposicin radical y excuyente entre dichas pricticasy las instituciones de dsinta indole en cuyo marco se llevan 2 cabo, Tampoco burcamos negara difrencaciones ene ls diversas rmodalidades dl discuso meditico ni convertirlaensefanza escolar la dela lengua ya literatura en pariuls, bastante heterogénea pot ‘derto— en panacea, Porlo pronto slo hemos buscado peBlar te dence muy generales, con el objetivo de ubicar y delimitar los a- pectos centales de la problemitica que noe ocupa. Las pricticas del 6 los lenguajes que promueven las distineasinttucionesculturales {que concurren —y compiten— actualmenteen la formacin ya so- Cializacién de as entdades subjetivares uno de ellos, y canto mds rele- ‘vane cuanto que mientras lor “‘medios”forman “consumidors”aje- oo indifeents alas complejidades dels pricticas del engusje, los ‘models interpetativos que ienden cada vez mira prevalecer en las dlisciplinas humanasy socials provienen dela lingistca formal y de la teoray la efiea lterasas derivadas de ella. Hemos arribado, at, tuna suerte de paradoja: mientras el diseurso meditica portals que toda construccién de lengusje cel’, invita a la formulacién de “opiniones” tan legitimas ovaledeas las unas como ls ors, en as disciplinas humana y sociale, en principio dedicadas 4 la creacién yrecreaci6n de conocimientos, estas misma ‘eonstucciones” sean welt puramenterlativas,narracioneso relatos, sno intercambia- bles al menos suscepribls de toda suerte de "inerpretaciones,cuan~ do no simples "representacionesimaginavias” de relacionessubjetivas con una “elidad” evanescente, y como tal proplamente inasible. En cea parsdoj, yen lor traslapesconceptuales que le subyacen, opersn tubrepeciamente divers acepciones de a ncién de fccién —arce- ticasyno artisticae— que sin duda merecen eet escareidse. [Ahora bien, pese a su indudableeelevancia, noes la mercancl- tacién de a cultura lo que buscamos analzaragu, Pretendemos més bien aborda Ia problemaica de conjunto didey pan a educacién formal, tendiendo al ppel que, pese a todo, éea habia venido desem- pefiando en la formacign dea sensbilidad y de las capacidadesanali- tat yreflexias de qulenes tenn lprivlegio de cransitar por ss alas 1y permaneceren ells, Antes que ahondar en clans de los medios de comunicacién masva y de los modos en que sos acréan en la confoemacidn del imaginaro coleciv, en la presente investgacién ros proponemos examina una serie de nociones que, por traspasat constantemente ls frontrat cada ver mis desdibujadat entre el die- curso mediccoy el bea académicotienden a perder sus contornos Y sus significado precsos,y por ende todo poder heuistico. Estas nociones anfbias y borrass son mucha, pero varias dellas—Iae de cultura, modernidad posmodernidad— ya han dado lugara no pocas tentatvas de definicidn y no pocasrecopilaiones de textos divesos, sin duda muy itles pese asus dificultades para romper con el histor smo o las generalzaciones abstract. En su ambien toalizadora, certs nociones suelen opera bien por acumulacién de elementos 0 bien por reduccin de estos elemento a sistemas abstracts, y no lo- {gran abrir eaminos de andlisis que no desemboquen en el empirismo ‘tavusToMA BX LA RCGONY AEGON NLA HISTOR ‘ene formalism ldgico, cuando no en una conjuncién de ambos. Lor inconvenientes de ests abordsjes se vuclven particularmentesen- sibles cuando de formula alternatvar alae ligicasdesrias se rata: centre lo global y lo puntual no parecieran vislumbrarse mas caminos {quela duda y el conformismo, ola imaginacién desbordada ygracui- ‘2, Con menos ambicibn —y seas también menos pesimismo sobre cl valor social y culeutl de ia labor intlecrualy ss herencas en el ‘marco de instiuciones educativas que no por maltechas deben ser abandonadae—, hemos optado por abordar la actual problertica “culeural” y ls milkples incerferencias concepruales y précticas que Ia aquejan desde un Angulo diciplinaro particular —el de la teorfa ylacritics literaviae—,centrando dicha problemaica en las relacio- res entre historia, lengua y fiecén, Consideramos, en efecto, que

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