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Fubin, Gayle (189). “Relledonando sobre a sexe: notas para una teori radical del sexaidad™ Er: Vance, Carole. Placer y pelo: explorando a sexwaléadfemenia, Masi: Revoluis, Reflexionando sobre el sexo: notas para una teoria radical de la sexualidad Gayle Rubin J, Las guerras del sexo “AL peditsele consejo, el doctor J. Guerin afirmé que, des- ppués de haber fracasado con todos fos demas tratamientos, hs bia conseguido curar a las adolescentes afectadas por el vicio el onanismo, quemindoles el eltoris con un hieeto caliente. ‘Aplico el punto caliente tres veces en cada uno de los labios max yores y otra en el clitoris. Tras a primera operacién, de cus fenta a cincuenta veces en un dia, el nimero de espasmos vO- luptuosos se reducia a tres o cuatro... Creemos, pes, que en ca 08 similares alos que ustedes estudian, no debe dudarse en re iral hierro caliente, yea una etapa temprana, para comba- tir el onanismo slitoridiano y vaginal en las adolescentes”. Demetrius Zambaco! Ha llegado el momento de pensar sobre el sexo, A algunos, " Demisias Zamibaco, “Onanism and Nervous Disorders in Two Lite 43 In sexualidad quiza solo les parezea un t6pico sin importancia, tun escape frivolo de los problemas més eriticos de fa pobreza, Ta guerra, Ia enfermedad, el racismo, el hambre o a aniquila ci6n nuclear. Pero es precisamente en épocas como ésta, en la {que tenemos que convivir con fa posibilidad de una destruc- ci6n inimaginable, cuando es més probable que la gente se vuel- va peligrosamente desquiciada en lo referente 2 la sexualidad, Los actuales conflictos sobre los valores sexuales y la conducta cerética tienen mucho en comiin con las disputas relgiosas de siglos pasados. Adquieren un inmenso valor simbolico. Las dis- putas sobre la conducta sexual se convierten a menudo en ins- teumentos para desplazar las ansiedades sociales y descargar la intensidad emocional Concomitant a ellas, En consecuencia, ta sexualidad debe tratarse con especial interés en épocas de fuer- te tensidn social EL reino de la sexualidad posee también su propia politica intern, sus propias desigualdades y sus formas de opresion es- pecifica. Al igual que ocurre con otros aspectos de Ia conducta humana, las formas institucionakes concretas de fa sexuatidad fen cualquier momento y lugar dados son proxluctos de la vidad humana, Estin, por tanto, imbuidas de los confictos de interés y la maniobra politica, tanto fos deliberados como los inconscientes. En este sentido, el sexo es siempre politico, pero hay periodos historicos en los que la sexwalidad es mids inten- samente contestada y més abiertamente politizada. En tales pe riodos, e1 dominio de la vida erdtica es, de hecho, renegociado. En Inglaterra y los Estados Unidos, fas postrimerias del si glo XIX fueron una época de este tipo. Durante aquellos anos, hiertes movimientos sociales centraron su ateneién en fos evi ciog» de toda clase. Hubo campaias educativas y politieas para alentar la castidad, eliminar ls prostitueign y reprimir la mas- turbacién, en especial entre Jos jOvenes, Los “eruzacs” de la moralidad atacaron Ia literatura obscena, los desnudos en ka Girl", Prangois Pera (ed), Pusan, Sem), vol WV, a> igs. , 1981, 4 pintura, las salas de masica, el abort la informacién sobre con- {rol de natalidad y los bailes pablicos’. La consolidacién de la moralidad vietotiana y de su aparato de coercién social, m&4i- cay legal fue cl resultado de un largo periodo de lucha cuyos Hfectos han sido amargamente contestados desde entonces. Las consecuencias de este gran paroxismo moral del siglo XIX peiviven todavia, Han dejado una profunda huella en las acttudes'sobre el sexo, en la prictica médica, en la educacin infantil, en las preocupaciones de los padtes, en la condueta de la policia y en las leyes sobre el sexo. La idea de que la masturbacién cs una préctica perniciosa para la salud es parte de esta herencia. Durante el siglo XIX fra ereencia comtin que un interés “prematuro” por el sexo, la «excitacidn sexual y, sobre todo, el orgasmo dufarian Ia salud y maduracién de uit ino, Los tedricos diferian en sus opiniones sobre las consecuencias reales de la precocidad sexual. Algu- nos pensaban que Hlevaba a la locura, mientras que otras sim- plemente predecfan un menor crecimiento, Para proteger a los jovenes de un despertar “prematuro”, los padres ataban a sus hijos pot la noche para que no se tovaran; los médicos exti- ppaban cl clitoris de las nifias que se dedicaban al onanism”, ‘Aunque las téenicas més burdas han sido abandonadas, las ac= titudes que las produjeron ain persisten. La idea de que el sexo fen Dubois, “Seeking Ectay on the Bate: Dan th Cenry Feminst Seal Thought” Fominast Suudis, vl 9, 1 primavera de 198: Steven Marcus, The Osher Victorians, New Vork, New Anerican Library 197; Maty Ryan, “The Power of Women's Networks A Case Study of Female Moral Reform in America” Feminist St dis, vol 5, n° 1, 107%; Jugih R. Walkonic,Proiuion and Vicorion Ste, Cambri, Cambridge University Pres. 1980. Judith. Walkowtz, “Male Vice and Feminist Virtue: Feminism and the Pots of Prostitution in Nine teenth: Century Britain Hsory Workshop Journal n° 13, primavera de 1982 Jeliey Weeks Sex, Plies and Socey: The Rudin of Sexuality Since 1800, New York. Langeian, 1981 " Gil, Barker Benfiek, The Hors of the HulpKnown Life, New York, Harper Colophon, 1976; Matcus, op. it: Weeks, pct, om especial ls pag pus M8 52; Zambuco, op. ct us ‘per se &s perjudicial para los jovenes ha quedado inserta en tructuras sociales y legales que tienen por objeto aistar a los m nores del conoeimiento y experiencia sexual. Gran parte de la legislacidn sexual todavia vigente data tam- ‘ign de las cruzadas morales del siglo XIX. La primera ley fe- eral contra la obscenidad en los Estados Unidos fue aproba- da en 1873. La Ley Comstock —llamada asi por Anthony ‘Comstock, un viejo activista anti pornografia y fundador de fa Sociedad de Nueva York para la Supresin del Vicio— con- vertia en delito federal la fabricacién, publicidad, venta, pose- sidn, envio por correo e importacién de libros o imagenes con- sideradas obscenas. La ley prohibia también los aparatos y dra- as anticonceptivos y abortivos y la informacisn sobre ellos’. A Ia sombra de esta legislacion federal, la mayoria de fos estados aprobaron sus propias leyes anti-obscenidad. El Tribunal Supremo comenz6 a derogar la legistacién Com- stock, tanto la federal como las estatales, durante los aiios cin- cuenta. En 1975, la prohibicién que afectase a materiales 0 in- formacién relacionados con la contracepeién y el aborta ya era considerada anticonstitucional. Sin embargo, aungue las dispo- siciones anti-obscenidad han sido modificadas, su constitucio- nalidad bisica se ha mantenido, Asi, continia siendo un delito la fabricacién, venta, envio por correo o importacién de matc- tial cuyo tinico propésito sea la exctacidn sexual’ ‘Aunque las leyes sobre la sodomia datan de tiempos més an- tiguos, cuando algunos elementos de ta ley eandnica fueron in- corporads a los cddigos civiles, fa mayor parte de la legisla- idm utilizada ara arrestar a los homosexuales y a las prosti- tutas surgié de las campaas victorianas contra la “esclavitud bianca”. Estas campafias tuvieron como resultado centenares de prohibiciones contra la provocacién, la conducta indecente, “ Sarah Senelckd Beserra, String G. Franklin y Norma Cevengor (dio: res), Sex Cade of Califor, Sacrament, Panne Paremd Alfiliates of Cae fora, 1977; ig 113, el merodeo con propésitos inmorales, el abuso de menores y Jos burdeles. En su tratado sobre el temor de los britinicos a la “escl tud blanca”, ia historiadora Judith Walkowitz comenta: “Ia in vestigacidn reciente demuestra las enormes discrepancias entre Jos espeluznantes relatos periodisticos y la realidad de Ia pros- titucién. La evidencia de una supuesta red de prostitucién que atrapa a gran niimero de jvenes briténicas, en Londres y en el extranjero es escasa™. Sin embargo, la furia pablica sobre este problema: “Fora6 la aprobacién de la Lay sobre la enmionda del C5- digo Criminal (Criminal Law Amendment Act) de 1885, espe- cialmente detestable y periciosa, La ley de 1885 subia de 13 a 16 afos ka edad de consentimiento para las mujeres, pero pro- porcionahs también a ls policia un poder legal mucho mayor sobre las mujeres nis dela clase obrera. inluia una cl sla que convert en dolito los actos indeeentes realizados vo Tuntaiamente entre homies adultos, conformando de esta for ima la base para la persecucin legal de los varones homosexu tes en Gran Brotana hasta 1967.. as eléusuas del nuevo pro yecto de ley ban digas principalmente conta ls mujeres de le clase obra y reguaban le eonducta sexual de los adultos mis que la de los jovenes™. En los Estados Unidos, la ley Mann, también conocida como White Slave Traffic Act (ley del Trafico del Esclavo Blanco), fue aprobada en 1910, después de to cual todos los estados de la unidn aprobaron eyes contra.la prostitucién. Falla década de los cincuenta, en los Estados Unidos, se die~ ron cambios importantes en la organizacidn de la sexualidad: En lugar de centrarse en la prostitucidn o la masturbacidn, las ansiedades de los cincuenta tuvieron como tema central la ima- * Walkowits, “Mate Vice and Feminist Vive" 0. ct pip 83. ‘Tod cl anise Walkonit del Maden Tite of Madr Babyion pa ticultrmente esclarocdor. ‘Walkowite, “Mate Viee and Feminist Vitus” op. ct pp "serra et aly op. pgs 106-7 uT en de Ia “amenaza homosexual” y el ambiguo fantasma.del “delincuente sexual”. Antes y después de ta Segunda Guerra Mundial, el “delincuente sexual” se convirtio en objeto de te- mor y de busqueda piiblica. Muchos estados y ciudades, incl dos Massachusetts, New Hampshire, New Jersey, el estado de New York, la ciudad de New York y Michigan, lanzaron inves tigaciones para recoger informacion sobre esta amenaza ala se- uridad publica’. El término “delincuente sexual” se aplicaba en ocasiones a los violadores, otras a los “pederastas” y, de he- cho, funcionabi como clave para referirse a los homosexuales, En sus versiones buroeritica, médica y popular, el discurso so bre el delincuente sexual tendia a borrar las distinciones entre al asalto sexual violento y Jos actos ilegales, pero voluntarios, tales como la sodoma. El sistema de justcia criminal incorpo: 16 estos conceptos ewando una epidemia de leyes sobre el psi: pata sexual se extendis por todos los euenpos legislativos es- {atales", Estas leyes proporeionaron a las profesiones psicolo- gicas mayores poderes policiales sobre los homosexuales y otros *desviados” sexuales Desde finales de los afios cuarenta hasta principios de los se- senta, las comunidades erdticas cuyas actividades no encajaban en el suetio americano de ta postguerra fueron objeto de inten- sa persecucién. Los homosexuales fueron, junto con los comu- * Commonwealth de Massachusetts, Zone prlinar dela Comisin pecial de Investigacion de CromonesSexuaes, 1947; Estado de New Hampi, Informe de la Comisin Inverna del Estado de New Hampshire para esr ta ‘aus y prevencion de fos enimenesseruales raves, 1949, Ciudad de New York, Informe del Comlé Municipal para ol extutio detox debioy sexual, 193% Eta «do de New York, Informe al Gobermador de un estudio de 122 delincuentes eta les del penaf de Sng Sing 1950; Samuel Hartel, Manual de anormalidades sexuales ef metodo de la Higene Meral para su previncin, Estado de Mich ‘an, 1980; Eatado de Michigan, Informe de la Comanin Guberamenta de Es tudo det Detineuerte Sexual Dessido, 195. Eg es solamente una pequcta stole B, Freedman, “Uncontrolled Desire The Theat of the Serta Pycopath in Anterica, 1885-1960", documento presentada 3 fr Convencion ‘Atual del American Historical Asocaton, San Francie, deme, 198 us nistas, objeto de las purgas y cazas de brujas en todo el pals. Se saceaieron las investigaciones del Congreso, las disposicio- nes gubernamentales y los relatos sensacionalistas en los me- divs de comunicacién, con objeto de despedir a los homosexua- Jes que trabajaban para el gobierno. Miles de ellos perdieron sus trabajos, y las restrcciones a la contratacién estatal de ho- :mosexuales persisten hasta hoy dia'". El FBI comenz6 la vigi- Jancia y acoso sistemstico sobre los homosexuales.que se pro~ Jong como minimo hasta fos anos setental™ Muchos estados y ciudades importantes realizaron sus pro- pias investigaciones y as cazas de brujas federales se vieron re: Flejadas en una variedad de enérgicas medidas locales. En Boi- se, Maho, en 1955, un maestro se senté a desayunar con su pe= riédico matutino ¥ ley6 que el vicepresidente del “Idaho First National Bank” habia sido arrestado bajo la acusacién de so- ddomia; et fiscal local afirmaba que su intencién era eliminat por completo ka homosexualidad de aquella comunidad. El maestro jams terminé aguel desayuno. “Salié de su asiento, sacé las maletas, hizo et equipaje lo mas répido que pudo, se metid en el coche y se marché a San Francisco... los huevos Irios, el café y la tostada permanecieron en su mesa durante ddos dias hasta que alguien de Ia escuela lego alli a ver qué le habia ocurrido”’. En San Francisco, la policfa y los medios de comunicacién se lanzaron a In guerra contra los homosexuales durante toda la década de los eincuenta. La policia llews a cabo redadas en bares, patrulld y realizé arrestos masivos en las calles y ann " Allan Here, “chin the Specte of San Franco”, Bay Poli, ail ‘de 198K, All Deru, *Marchingto-a Diferent Drunmner, Adbocase. 15 de ‘ctune de 1981; ohn DE, Sua Polite, Serual Commaoites: Tie Ma ing of he Homosexual Mono he Und Sate, 1940-1970, Chicago, Uni versity of Chicago Press, 198% Jonathan Katz, Gay American History, New York, Thomas ¥- Crowell, 1975 " DEmili, op. cit, pigs. 46-7; Allan Bérubé,comunicacién personal, " John Gerus. The Bos of Bowe, New York, Calc, 1968, pag. 1S. Estoy «en deuda con Allan Betubs por habe rao my atncion sobre este incident ng ‘i6 a los cuatro vientos sa intencign de echar a los maricas de San Francisco!’, Las medidas contra individuos, bares y zonas frecuentadas por homosexuales se sucedieron por todo el pais, ‘Aunque las cruzadas contra los homiosexuales constituyen los ejemplos mejor documentados de represiOn sexual en los aéios cincuenta, la investigacién posterior nos revelaria pautas simi- lares del creciente hostigamiento y ataque a los materiales por- nograticos, las prostitutas y los desviados sexuales de toda cl se. Es necesaria una investizacién que determine el aleance real de la perseeucién policial y las reformas legates" Allan Bérubé,comunicaciin personal; Emilio, op. cit; John D'Em- lig, “Gay Poltss, Gay Community: San Francisco's Expetenc” Social Re iby, a 58, enero febrero de 1881 "Los siguientes ejemplos sapieren posible rtas de avestgaciin aici ‘al, Une prenocurida en la Universidad de Michigan esti narra en "Gay ‘Ann Arbor Purges" de Daniel Tsang, en Midwest Gay Aeadomte Jour, vo nv I, 1977.) en “Gay Ann Arbor Purges”, parte 1, por Daiet Tsang. en Midwest Gay Acne loud, v0l "2, 1977. En a Universidad de Mi chipa, el aumero de profesoreesexpusuls por supuestabomssesuaidad po rece rivalizar con el de expulsadcs por supuesas tndeneiascomunistas Seria interesante poreee cifras del numero de profsores que petdienon sus tabyjos durante este petiodo debido 2 delitos sexuaiesy politicos. En reforms regu Tedoras, muchos etados aprotaron lye, drante esos aos, que prohbia la vera de bebidas alcohiiens alo “perverts sewales eonoaidos" a que di pofan ef cierre de res que seuniesen a "pervertidos sexuales™ Una ley se fnejante fue aprobada en Californie 1935, vdedarada ansconsttuconal por Trina prea esata en 1959 (Allan Brobe, comune personal. Seria muy interesante ser exactaments gué estas aprebaron leislaviones Seoeante, ls fechas desu promlsiciin, la densi precedente ycuaaras ‘stn todavia en vigor. En ewanto a a perseccion de otas comunidades er tics existe evdencias de que Job Willey Irving Klay, los ds primers pro ‘uetoresy lstibuidores de articuloseroizos sadomasoquists desde finales ‘dela dada de 1940 hasta princpios de los sesent,tvicton que hacer fente ll repetido soso poticaly'de qc, por lo menos Kle, fv objeto de una in ‘estiacion del Congreso relizada por el Comité Kefauer. Mi agradecimion- toad. Rund por una comuniacion personal en bs que me fcitaba itor ‘avin sobre la tajetoras de Willey KlaN- Los materises publcados so Teel tena son escasoe, poo véase The Ademnres of Smet vera, de John Wile, New York, Bec Press, 1974 tambien el"Preface™ de J.B. Rund en Bizare Cam, vol 8, New York, Beier Press 1977; "Profae” de J. B. 120 El periodo actual posee algunas incémodas similitades con Jas décadas de 1880 y 1950, La campaiia de 1977 para revocar el estatuto de los derechos de los gays del condado Dade, en Florida, inauguré una nueva ola de violencia, persecucién es- tatale iniciativas legates dirigidas contra las minorias sexuales yy la industria comercial del sexo, Durante los itimos seis ais, los Estados Unidos y Canada han padecido una amplia repre- sidn sexual, en un sentido politica, no psicol6ico. En fa pri ‘mavera de 1977, poeas semanas antes de la votacién en conda- ddo Dade, en los medins de comunicacién aparecieron de pron- to repletos de noticias sobre redadas en zonas frecuentadas por los gays, sobre detenciones a prostitutas y sobre investigaciones realizadas por la fabricacién y distribucién de materiales por- nograficos. Desde entonces, fa actividad policial eontra la co- munidad gay ha aumentado de forma notoria. La prensa gay se ha hecho eco de centenares de detenciones, desde las biblio tecas de Boston hasta las calles de Houston y las playas de San Francisco. Incluso las comunidades gay urbanas grandes, orgit- nizadas y relativamente poderosas, han sido incapaces de dete ner estas medidas. Las redadas a los bares y bats gays han te- nido una frecuencia alarmante y la policia se ha hecho cada vez, ‘més osada, En un incidente particularmente dramitico, ta po- licfa de Toronto asalt6 los cuatro bafios gays de la ciudad. Trrumpieron en cada cubieuto armados con barras y sacaron a fas calles, en pleno invierno, a casi 300 hombres vestidos tn ‘camente con sus toallas de bafo. Ni siquiera la “liberada” San Francisco ha salido inmune. Ha habido medidas contra varios bares, ha habido incontables detenciones en parques y, ent el ‘otofo de 1981, la policia detuvo a més de 400 personas en una serie de redadas, en la calle Polk, uno de los centros de la vida nocturna gay. Los atagues a homoxesuales se han convertido und, en Bizume Fons, vl 1, New York, Berler Press, 197% y el “Price se JB. Rand en Bizare Katahos, vol 1, New York, Bedir Pres, 1979 Seria ‘Se lidad paser mas informaci sstematis sb Iss reloema legals ye Tivid polcal que sfectaron ala dsiencia erotica no g3y 121

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