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ESBOZOS PASTORALES para una teologia de la ternura editorial Clie f Capituto | UNA TERNURA INMENSA QUE HUMANICE LA FEY REDIMA LA VIDA: ESBOZOS PASTORALES PARA UNA TEOLOGIA BiBLICA DE LATERNURA Harold Segura Como escuchase un llanto, me paré en el repecho y me acerqué a la puerta del rancho del camino. Un nitio de ojos dulces me miré desde el lecho py una ternura inmensa me embriago como un vino! GaprieLa MisTRat, L: teologia cristiana de la ternura es una reflexién creyente que, como tal, se hace desde la fe y cuyo tema se propone comprender a partir de la tradicidn judeocristiana, el compromiso con la vida y el seguimiento de Jestis. Es un esfuerzo por con concebir la ternura desde la tspecti ciedades caracterizac caracterizadas por la deshumanizacin- cartes de fect. justicia y misriordia, En este ejercicio teoldgico, la ternura se entiende’, en primer lugar, como un género de comunicacién humana por la que no solo se es- a 1 En las definiciones de ternura se sigue el Marco Conceptual adoptado por World Vision y Publicado en: Grellert, 2016. TERNURA, LA REVOLUCION PENDIENTE eT tablecen vinculos con Palabras, sino con expiesiones de afecto, com, lcacié 220 Caric; Cémo la comunicacién . i humana va mas alla que radas, tees oe formas de tr, las palabras, y como ese 2MOF. En segundo lugar, universo de expresiones una practica de conviven i i. NSM Se entiende cat ia i 0 : aod incluyente y sok puede proyectar ternura daria con la que se acoge a todas las oe en todo lo que se hace, por igual porque se les rec * Onoce su deni} : de tal manera que cada y valor. Y, en tercer lugar, is tambien eng, a de como un vinculo de relaciones hy, personas las humaniza da al ctSima 4 umana, ver cae que ayuda crecimiento le la afectivigy. la confianza y la seguridad, para que las per. sonas «desarrollen la capacidad de afrontar las dificulta des que Surjan a nos, de Convivir «una revolucién través de la vida». La ternura es una forma de relacionai y de construir una sociedad“ mas justa_y solidaria. Es cultural que anima el florecer humano y social [...] que se cultiva desde relaciones de amor, cuidado de la vida entodas sus -expresiones y rej. vindicacién politica del derecho al cuidado libre de violencia y pleno de amor» (Grellert, 2016). La primacia de la realidad Esta tiltima implicacién social dial del quehacer teoldgico, al Dios de la vida, y luchar para que esa vida sea Plena aqui ‘y ahora... y no solo después de la muerte. José Miguez Bonino, y politica de la ternura es un eje primor- ilustre tedlogo argentino, considerab: jue la primera pregunta ue.deberia plantear- | 8 consideraba que la primera pregunta q p sel teologia es sichay vida antes de la muerte» (Miguez, 1990, p. 65),y no la pregunta celestial acerca de cémo es la vida después de la muerte. ;Ahi, donde reina la muerte, debe tesplandecer la vida! Una de las expresiones del imperio le la muerte én nuestro con- tinente es la violencia. Un informe publicado por el Banco Interna- cional de Desarrollo (BID), titulado Las costos del crimen ‘y la violencia en el bienestar en A é, indica que meérica Latina y el Carib porque a la teologia le interesa anunciar | } { ne | 1 | { | | UnaTERMURA INMENSA QUE HUMANICE LA FEY REDIMA LAID ESBOZOS PASTORALES PARA UNATEOLOGIA DE LATERNURA América Latina y el Caribe (ALC) es la regién més violenta del mundo. En ella vive menos del 9 % de la poblacién mundial, pero se registran el 33 % de los homicidios en todo el mundo, lo que la convierte en la regién con el mayor porcentaje de ase- sinatos en todo el mundo, con Africa por detrés con 31%, Asia en tercer lugar con 28 % de los homicidios, seguida de lejos por Europa y América del Norte, con solo 5 % y 3 % del total, res- pectivamente, y Oceania, que representa menos del 0,3 %. De hecho, con tasas regionales de homicidios de mas de 20 por cada 100.000 habitantes —més de tres veces el promedio mundial— ALC es la regién més peligrosa del planeta. (Jaitman, 2005, p. 4) ee el pritterpasovetrel ejercicio teolégico. Ast to lia ensefado con acierto la tradicién teo- En el reto «politico» que ldgica latinoamericana: primero) se observa, _ tiene la teologia, la cual la realidad (momento sociolégico); ella se 2™nc® al Dios de la vida a er rere >. @funa region de peligros convierte en materia prima de la teologia “como nuestra América (Sudrez, 2007, p. 172). Después, esa reali- Latina: dad observada se juzga a la luz de las Escri- turas, la tradicién teoldgica y la, ica pastoral del pueblo de Dios Gnomento hermenéutico). 6 ef t peer logan se acttia a favor de la vida y en contra de las fuerzas de la muerte (antivida): Sin este ultimo paso, la teologia corre el riesgo de reducirse a una elucubracién teérica, lla- mativa por su atractivo académico, pero inocua para la trasformacién de las realidades sociales. Por eso, pensar en la ternura desde la éptica teoldgica es, de por sf, pensar en una respuesta creyente ante la violen- cia, la deshumanizaci6n y la injusticia que imperan en nuestro mundo. Corresponde ahora que nos adentremos en cémo la Biblia, en sus dos testamentos, hace referencia a la ternura de Dios, Primero, se resefia- firdosexpresiones del Primer’ ‘Testamentorhesed y rahi, y tres metafo- ras en félacién con el cardcter misericordioso y tierno del Seftor: una ma- dreque amamanta, un padre quevela.porsushijose: hhijasy.un-esposo.que TERNURA, LA REVOLUCION PENDIENTE ama hasta el extremo (esposo. embelesado), Después se harg ae similar para el Segundo ‘Testamento. En este se Presenta a Jestis osttig cncarnacién de la-ternura-del Sefior, al Espiritu, como la Personi Mo de la dulzura divina, ya la comunidad cristiana, » COMO testing “Aiby medio de su vida comunitaria da testimonio de esos attibutos det ge? or ‘Dor, Dios, tan tierno como una madre que vela por sus hijos o une. amamanta, un ad) ‘Sposo embelesado, i a tamento, fernura se inscribe en un con \junto de Palabra que hacen alusién al amor, a la Miseticoryi Todas las emociones que al carifio yala compasién de Dios, Esas eat despiertan esos adjetivos — lidades revelan la naturaleza més Profunda de con los que las distintas Dios. Ellas no solo nos muestran el actuar de eae ruta de Boe Sefior, sino su naturaleza misma: Plasmaron en e| Primer OS con ma Or Testamento. significado 6 (hese, algunas versiones de la Biblia’ de doscientas veces (Boni ellas-en el libro de los Sa blia como amor © misericordi nny oe ld Y aparece més lla, 1999) end texto hebreo, mos. Un ejemplo es el salm la mayoria de lencia, Piedad, compa- Hlealtad,fdelidad, amabil- dad, simpatia, en ginal del vocablo LUNATERNURA INFENSA QUE HUMANICE A FEY REDIMA LAVIDAES8070s PASTORALES PARA UNA TEOLOGIA DE LATERNURA castellano, es facil reconocer la validez de la palabra ternura como otra de sus legitimas opciones de traduccién, en eg tancia sociocultural del término, molégicas. Al respecto, dice Tirsa tanto el contexto lingiifstico com y aftade algo de mucho valor par: «para hablar de hesed hace falea’ p existe hesed sin esta idea relacion: pecial si se reconoce la impor- més alla de sus estrictas fronteras eti- Ventura que «se debe tomar en cuenta 0 el cultural en el cual se implementa», a la comprensién de la ternura biblica: ensar en relaciones é interacciones. No al que [...] puede ser entre seres huma- nos 0 Dios en vincudo con las Personas» (Ventura, 2016, p- 2). 205 0 1 La ternura que se expresa en hesed no se refiere solo a una actitud de Dios, quien es tierno, misericordioso y bondadoso, sino también a unvalor humano que se expresa en Jas relaciones cotidianas med ante el cuidado mutuo, la Proteccién recfproca y las expresiones de afecto. Este caso es el que se presenta en el libro de Rut, y al cual Ventura reconoce como paradigmatic para destacar en qué sentido este término hebrero apunta también a relaciones familiares y a la acogida entre personas. Cra En Rut 3.10 se lee: «Booz le dijo: —El = Peers serve or te bendiga, hija! Esta muestra de fi— La ternura en nuestra A cotidianidad no sole delidacSupera adn a la anterior, pues no omatina eee has pretendido a ningun joven, sea rico o sino como un valor pobre». En este texto, el vocablo al que nos humano dentro de refetimos se traduce con el sustantivo fide-_ nuestra vivencia dela idad, pero icudnta fuerza expresiva se lo- fe cristiana, porque ae graria si se afirmara de Rut que su «muestra es la naturaleza de Dios deter ei 3 rnura (NOW| supera atin a la anterior, mismo. Pues.--»t No dudo de que la palabra ter- nura enriquecerfa de manera formidable el significado del término €n nuestro idioma. Y, con Ventura, agreguemos algo mis acerca de la misericordia-ternura que se expresa en las relaciones humanas en el caso del libro de Rut: Loprimero que se puede abservar es que el acto miseticordioso no viene rectamente de Dios, sino de una mujer (Ruth) en favor de otra mujer TeRNURAY sefralar que la = — ade Dies, conced Taser psablidad de Ret ‘ en su decision dejar de con sus hijo ternura-m) ~piujeress llega ; Senor, que también es tierno y ™! Pero, ademas del cérmino hese del significado de este para la ternur mas andlogo al término latino de ternuta plica que este término biblico se deriva de | un sentimiento Tocalizado en la parte mas sur-euerpos Jasinterion dad), el vientre materno (rehem); y COW ‘Giade fuerte participacion afectiva, que 9 objeto al que sé dirige, sino que persona, con carifio, como en € por el hijo que ha dado a luz (1 Reyes Crthan) significa sentir piedad y! lejos el len- Coia-por una persona que se encuentra nece sitada; una emocior initerior que se traduce “en gestos concretos de bondad y solicitud. Los gestos surgen como expresion visible de un amor intenso y de una viva com-pasion que roza en sus raices la profundidad del que lo realiza (Rocchetta, 2001m p. 106). En este caso, y a diferencia de hesed, este término se emplea en la mayoria de las veces para referirse a Dios, y en relacién LA REVOLUCION PEND! foemi. (Ventura, «4 que sus dos nueras, ; que habfan muetto. Asi, |, es humanos> _ eperado, jsericordioso d, y si desconocer la profundidad a yeterotestamentaria, rabiimes 4. Roccheta, con re a raiz hebrea rhm y temite a =e maa profunda de la persona y de idades, sus visceras ‘Wahamim, 0 responde por tanto a una viven- o se limita a observar desde Jo experimenta en primera | caso de una madre que se conmueve 3,26). Por consiguiente, el verbo ENTE sseticordia de Ruth esté respalda. a através del derecho del rescate en medio del caos que provocé de llevar hacia adelante el pro- 2016, p-7) Ruth y Orfa, haban a, €ii este CASO Entre estay y expresa el rostro de (Cf. Ventura, 2008), fino éstilo ex. plural de intensi- Como la ternura con la que se describe a Dios tiene tantos rasgos como intensidades, los cuales nos develan aun Dios distinto a la lectura tradicional, que nos exhibe a un Dios castigador, incluso vengativo. UNAT [ya TERNURAINMENSA QUEHUMANICELA FEY REDIMA LA VIDA: E38020s PASTORALES PARA UNATEOLOGIA DE LA TERNURA con los pactos 0 alianzas de amor que ha hecho con su pueblo. Este es el caso de Isafas 34.10: «Aunque se muevan las montafias-y se-vengan abajo las colinas, mi carifio (hesed) por ti no menguard, mi alianza ~—~de paz se mantendra dice el Sefior, que te quiere (smerahamek)». Este versiculo €s afin a otro en el que Dios se presenta con la ternura de una madre que amamanta y protege a su hijo consentido, al que ama y nunca olvida: «Pero Sion dijo: “El SeXor me dejé vacta, mi Dios se olvidé de mi”. ;Se olvida una madre del bebé que amamanta? ;No tiene compasién del hijo que dio a luz?» (Isafas 49.14-15 PDT). La palabra takjdm, que en espafiol se traduce-con-el-sustantivo.compasién equivale a mimar, acariciar, compadecerse, ser clemente 0 misericor- ‘dioso Es la ternura que se-expresa por medio de gestos concretos, no “abstracts fii reétéricos, como una expresién gratuita y libre del amor. Asi como en unos casos la ternura del Sefior es como la de una madre, en otros se asemeja a la de un padre: Como un padre quiere a sus hijos, el Sefior quiere a sus fieles. (Salmos 103.13). Es una ter- nura inmensa, como la describe otro salmo: Seftor, tu misericordia es inmensa, dame vida seguin tu justicia, (Salmos 119.156). Esta ternura que nos ensefia el Primer Testamento de- vela un rostro de Dios pocas veces acen- En las implicaciones tuado por las teologias tradicionales. Estas, que tienen toda las anquilosadas por sus enciclopédicas espe- formas de comunicacién 5 7 ea culaciones metafisicas, nos acostumbraron en la iglesia, para reemplazar esas a ver el rostro de Dios como enjuiciador imagenes tradicionales __y justiciero. Esas teologias fabricaron una acerca de Dios que equivalencia equivocada entre la grandeza esconden la dimensién —_ de Dios y la aspereza de su rostro. Como de la ternura; esa que leemos en los textos veterotestamentarios. si ser grande significara ser distante e im- placable. El tedlogo espaol Olegario Gonzalez de Cardenal afirma con sobrada razén que él “Dios de Ta ternura.es-pro- bablemente una de las designaciones que_revelan_mejor-la.relacién. de oc TERNURA, LA REVOLUCION PENDIENTE exclusivo de su amor, destinatarig Dios con el hombre, por ser éste fruto espera en amor», Y permanente de su amor y objeto perenne ie emma esta bos atreve a considerar que en Occidente ha queda eae jon. Micuneee, Shep isericordia y compasion. as que pectiva, al traducir rahamim por miseticol™ - dirige ante todo a raharim Con que Dios mira a todas sus criacuras se CIT} la miseri : i . TCcord;, realidad como fruto de creacién y gloria de su existences ula y_compasién en cambio presuponen algo “liviar. La mirada de Dio -pecado que perdonar o algiin desamparo que impul : : ha creado, con el impulso con que las iti él se dirige ante todo, al ser que ae elhio (Gone, 2001, p. 53) fas ori hacia el fruto q ° A venglén seguido, Gonzalez de Cardenal llama Ja atencién al hecho de que fueron los fildsofos —y no los tedlogos— quienes rei. | “yindi¢afon-el rostro tierno de Di ios. Asi lo hizo en sutmomento Gott. ~fried' Te 164621716), también Alfred North Whitehead (1861- 1947), Tecientemente Gianni Vattimo y John Caputto, Pero sigamos con el Primer Testamento. A la ternura maternal y paternal del Sefior se suma Ja metéfora de Dios como un ¢ os0-embe- ‘Jesado que, ante las Teiteradas decepciones que le ocasiona su amada, ya SEC POF Mfidelidad o desamor, él, en lugar, de sumirse en el despecho, decide salir tras ella y buscarla hasta reconquistar su amor. {Qué mara- Villosa ternura la de este esposo cuyo amor se mues' co y resiliente! El Dios de aquellos relatos no tiene vergiienza en demostrar su ena- moramiento y de reconocer que el rostro de su amada ha cautivado su corazén (Salmos 45.13). En el libro del profeta Jerem{as, este amante afiora con nostalgia los dias en los que ella lo amaba: Esto dice el Sefior: Recuerdo el carifio de tu juventud, el amor que me tenfas de prometida: seguias mis pasos por el desierto, por tierra donde nadie siembra. (Jere- mias 2.2); no desconoce la gravedad de la infidelidad, ni el descaro con el que ella (Israel) quiere regresar a él: Y tu, que te has prostituido con tantos y tantos amantes, ;vas ahora a volver a mi? (3.1), pero, aun asi, (ecide recibir a la infiel y pagarle su falta con amor entrafiable y tierno: «Vuelve, Israel, apéstata —ordculo del Sefor—, que no les frunciré el negativo que superar, alta. | | | i UNATERNURA INMENSA QUE HUMANICE LA FEY REDIMA LA VIDA: ESBOZOS PASTORALES PARA UNA TEOLOGIA DE LA TERNURA cefio, porque yo soy bondadoso —oréculo del Sefior— y no guardo rencor por siempre» (3.12). Enel libro del profeta Ezequiel se repite la escena. Ella (Israel) se rostituye sin vergitenza alguna y él sabe de su desfachatez: «Pero, pa- gada de tu belleza y aprovechando tu fama, te prostituiste y prodigaste tus encantos de prostituta con todo el que pasaba, quienquiera que fuese. Tomaste algunos de tus vestidos y te hiciste tiendas de colores para instalarlas en los santuarios de los altos, y te prostituiste en ellas» sx (Ezequiel 16.15-16). Entre las infieles, esta las supera a todas: «Te ha ocurrido lo con- } sire Dios nos trario que a las demds mujeres pues, como éducély nos invita a nadie ha ido tras de de ti solicitandote, has experirfientar su ternura sido tu la que ha pagado en lugar de reci- para con la humanidad. bir lo convenido. ; al revés!» (Ezequi No se trata solo de - Justo al revésl» (Ezequiel compasién, sino también 16.34). Pero, en esta historia de tristezas y de un deseo apasionado cinismos acontece la ternura de Dios, esta de vinétlarse a nosotros VEZ por medio del perdén que restablece ~anediante Ta ternura. la relacién y hace posible que renazca el ae amor. Aunque ella ha sido infiel, él no ha renunciado a su fidelidad: «Establaceré mi alianza contigo y tendras que reconocer que yo soy el Seftor» (Ezequiel 16.62). El es el amante tierno que la lleva por siempre grabada en sus manos (Isafas 49.16). Quizd el caso més expresivo de la metafora del Dios que ama con la ternura de esposo abandonado es el que se presenta en el libro de Oseas. Alli tampoco existe la reciprocidad del amor (Oseas 2.2), no obstante, el esposo sale en busqueda de quien lo ha traicionado: Pero he aqui que voy a seducirla: la llevaré al desierto y le hablaré al corazén. Le devolveré sus viftas y haré del valle de Acor una puerta de esperanza; y ella me responderé all{ como en los dias de su juventud, como el dia en que salié de Egipto. Y ese dia —ordculo del Sefior— me llamards «marido mio» y nunca més «baal mio». Quitaré de su boca los nombres de los baales y no los recordar4 mas (Oseas 2.16-19). TERNURA, LA REVOLUCION PENDIENTE En Oseas, se alcanza una de las cumbres bfblicas ternura cuando expresa en boca de Dios: «Mi corazéy Seta badory mis entrafias s¢ conmueven» (Oseas 11.8), versiculs, on Alonso schokel traduce con-mayor vivacidad, asf: «Me da un el us| corazon, se me conmueven las entrafias» (Schékel, 2008:09) leeg { Movido por ese amor que le «da un vuelco el corazény, | amante promete un nuevo matrimonio. Este anuncio de que i ia | ezar de nuevo” forma parte del lenguaje esperanzador de los “ery, | Elfos saben qué tan porfiada es la ternura del Sefior y que no ¢ Prof, ante las repetidas deslealtades del pueblo. Por eso anuncian que j futuro escatoldgico, se avecinan otras bodas y que por eso hay mon d i para esperar una nueva relacién de amor entre el Sefior y su made j La alianza de amor por parte de él es inamovible, como lo Ptoclam, | a Isafas (54.8-10). En este texto, el profeta intercambia los dos tétming, | alos que se ha hecho anterior referencia: hesed (misericordia-te a rahi (cernura-compasion). cE ©" un arranque de enojo, por un mo- mento, me oculté de ti, pero con amor (hesed) En los alcances que eterno te tuve compasion (rahi). Lo dice ae el Seftor, tu redentor. «Asi como juré a Noé, + usal sricettordia on cuando el diluvio, no volver a inundarla tierra, términos de las acciones as{ juro ahora no volver a enojarme contigo __pastorales de la Iglesia y ni volver a amenazarte. Aunque las montafias su quehacer teoldgico. cambien de lugar y los cerros se vengan abajo, ‘ mi amor (hesed) por ti no cambiaré ni se vendrd abajo mi alianza de paz» Lo dice el Seftor, que se compadece (rahiim) de ti (Isaias 54.8-10 DHH). El anuncio escatolégico de los profetas antiguos tiene un pri- mer cumplimiento cuando Dios viene y se presenta por medio de Jestis. Dios mismo ha venido para cumplir su promesa, y vino atavia- do como esposo, segiin lo ensefia el apdstol Pablo: «Pues los he des posado con un solo marido presentandolos a Cristo como si ustedes fueran una virgen pura» (2 Corintios 11.2). UnaTERNURA INMENSA QUE HUMANICE LA FEY REDIMA LAVIDA: ES8070s PASTORALES PARA UNA TEOLOGIA DE LA TERNURA LAS DIMENSIONES Restauradora Esta parte inicial del capitulo nos invita a que.revisemos. hasta. dén- de ha calado la imagen tradicional acerca de Dios como un rostro despiadado; ‘vengativo, sin compasion.Y explora el Primer Testamen- “to para que tomemos conciencia de los incontables adjetivos que contradicen dicha imagen, pues nos revelan todas las formas posi- bles de compasi6n y ternura con que se relaciona Dios con noso- tros.Asi, nos devela a un Dios de puro amor, ternura y compasion que ha-quedado invisivilizado en los discursos religiosos, y muchas ~veces’en'las'practicas pastorales, “Antes de construir un nuevo rostro de Dios desde la ternura, resul- ta imperativo que examinemos en nuestro interior las secuelas que el rostro desfigurado de un Dios despiadado ha dejado en nuestra vivencia de la fe cristiana Como parte del proceso de nuestra propia restauracién y el de nuestra comunidad de fe, nos urge retomar el aporte de este capi- tulo sobre la evidencia biblica acerca del deseo de Dios de vincular- sea la humanidad. Distintos textos veterotestamentarios estan lle- nos de metaforas apasionadas, como la del esposo embelesado. Esté panorama de la ternura de Dios nos da la certeza de que, como hijos e hijas de este amoroso Padre, él nos busca para amarnos independientemente de lo que cada persona piense de si misma. Formativa Otro aporte valioso de esta parte es que la ternura no. ) ~entenderse solo. solo como una actitud, pues,.entonces, se-trataria-de una deci: ion _muy “personal, incluso opcional © innata, Mas bien, el autor nos exhorta a que la yeamos como un valor humando, TeRNURA, LA REVOLUCION PENDIENTE te de convivencia. Vista desde esta Perspectiva, especialmen : nos “ le comunicacion en todas las fo, demanda cambios’ nivel de comuntc a MAS que nos ejemplifica la ‘Tectura. ejemplifica tos en los que se nos muestra a Dios, el Padre, 9 ecuperar los tex' i — io, y al Espiritu Santo como protagonistas de este Valor es de la ternura, ¥ colocarlos como ensefianza y practica fundamenty ternura, de la vivencia de la fe cristiana serfa un paso revolucionario dentro de la formacion pastoral y la reflexidn teoldgica. (Tran: vanstormativ , Al tomar conciencia de que América Latina se ha convertido en zona de peligro, como lo indican las estadisticas que el autor com. parte,y del significado que esa realidad cobra para quienes creemogs en Cristo, nos vernos en la necesidad de trabajar en la reconstruc. cion del n del rostro-desf igurado-de-Dio: tarea pendiente para e| quehacer teoldgico es construir un rostro de Dios con todos los rasgos de la ternura que a lo largo de la Biblia quedan expuestos. _No es una cuestion de sentimentalismos, sino que se trata de un “proceso. de cambio profundo, con alcances transformadores, no “solo a nivel espiritual individual, sino también a nivel de. comunida- _des, en.aspectos: como-la-resiliencia, el ejercicio. dela misericordia en la convivencia,y la praxis politica revolucionaria que esta ternura implica. Jestis, ternura de Dios hecha carne. El Segundo Testamento se inicia con los cuatro evangelios. En ellos se presenta la ternura de Dios hecha carne (Juan 1.1, 14). Jestis es el resplandor de la gloria de Dios (Hebreos 1.3); quien lo ha visto a él ha visto a Dios (Juan 10.30). Por eso, los gestos de ca carifo hacia las personas mas vulnerables 40 UNA TERNURA INMENSA (QUE HUMANICE LA FEY REDIMA LA VIDA: ESBOZOS PASTORALES PARA UNA TEOLOGIA DE LA TERNURA de su sociedad (nifios, nifias, viudas, forasteros, enfermos, pobres y ppecadores), asi como su valiente confrontacién a los que se sentfan sx duefios de Dios (aunque solo lo eran de su propia religién) y ostentaban todo Cémo Jess anuncia el tipo de poder, son muestras_palpables advenimiento del Reino de la ternura divina. En Jestis no hay al encarnar en si mismo. “tigar para la sensibleria vacia de actos la ternura de Dios. Y cémo, entonces, la concretos de amor. Es ternura que abraza ternura es requisito para. 2 las personas necesitadas, consuela a las que se instaure el Reino. que sufren, alienta a las desesperanzadas, restaura a las quebrantadas, y asi anuncia la llegada del Reino de Dios (Lucas 17.21). Pero también, por esa misma ternura, confronta a los poderosos (Lucas 13.32), derriba las mesas de los cambistas en el Templo (Mateo 21.12) y combate diferentes expresiones del Mal (Marcos 5.7-8). Como bien lo escribe Roccheta: Hablar de Ja ternura de Jestis no significa proponer un devocio- nalismo barato ni repetir los lugares comunes acostumbrados de una piedad edulcorada y sentimental; la actuacién de Jestis constituye realmente un «lugar teolégico» ‘de revelacién no me- nds-tmportante que su transmisién én forma Los actos de Cristo no representan simplemente unas anécdotas o unos buenos ejemplos, sino las encarnaciones historicas de la ternura de Dios y una epifanta de su ternura invisible, como \o es la toralidad de la Gorporeidad del Verbo encarnado, en la que «habita la ple- itud de la deidad» (Colosenses 2.9) (Rocchetta, 2001, p. 135). La ternura de Dios se expresa en cada etapa de la vida y mi- nisterio de Jestis; él es la ternura de Dios en su plena y visible mani- festacién. Desde el «Benedictus», 0 cntico de Zacarias, al inicio del Evangelio de Lucas, se anuncia su llegada como aquel que es el «sol de un nuevo dfa» que trae desde lo alto la misericordia del Sefior: «Y es que la misericordia entrafiable de nuestro Dios, nos trae de lo alto TTERNURA, LA REVOLUCION PENDIENTE iven en oscurj un nuevo amanecer para llenar de luz a los que viven ae uridad y sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por an i Paz, é 5 rman (Lucas 1.78-79). Eliza Estévez L6épez comenta este texto 0 que la conclusién del Benedictus proclama que la humanidad reci- bird la visita del Dios encarnado cuyo amor fluye y se desentra- fa en el Hijo como plenitud de misericordia y afecto penevo- lente que conduce a la auténtica paz. El movimiento liberador y salvador se inicia desde el Dios que ha visitado nuestra casa y ha irradiado su luz trastocando los paradigmas antiguos de funcionamiento e inaugurando una nueva forma de entrafiar- secon los otros, los cercanos y los lejanos, los de casa y los de fuera, los conocidos ¥ los extraftos. De ahi que la senda de un discipulado hospitalario solo se puede emprender desde la mi- sericordia entrafable (Estévez, 2006, pp. 134-135). en multiples formas, yd quien llama Abba, «Padre», José Maria Castillo comen| que Jestis le cambig el nombre al Dios del judats es el Padve. dcter de intimidad 81). Y asi, con A propésito de esta forma de llamar a Dios, ta que «es correcto decir “m0, porque, «para Jestis, Dios Mas atin, es el Padre designado con el marcado Car: que tenia la palabra aramea abba», (Castillo, 2010, el anuncio del Abba, ‘Jess pasé por todas partes haciendo el bien» (Hechos 10.38), sanando, ensefiando y demostrando cémo es Dios y cuanto nos ama, Durante los dfas de su pasion y muer- te, la ternura se torna en Jestis suftimiento y dolor. En su entrafiable entrega nos demues- el entender gy uerte tra que esta dispuesto a Pagar el precio del no como SaCrificio sing amor hasta el extremo, No huye, nj iva, Como muestra dg amor,

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