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Universidad Rural de Guatemala

Sede Nor-Oriental 004


Río Hondo, Zacapa

Curso: Procesos Industriales del Café


Docente: Ing. Wilson Castañeda
Noveno Semestre Ingeniería Agroindustrial

Estudiantes:

Franklin Esaú Castañeda Muñoz 120040121


Brayan Reinaldo Solis Paz 090040030
Samy Mariela Estrada Cordón 120040085
Fernando Marín Sosa 120040122

Río Hondo, 16 de abril de 2016


CRISIS DEL CAFÉ EN GUATEMALA

I. Introducción
La caída de los precios del café que comenzó en el ciclo 2000-2001 ha tenido un profundo impacto
en la economía de los países centroamericanos. En Guatemala, las exportaciones de café pasaron
de una media anual de USD 553,4 millones en el período 1995-2000 a una media de USD 284,1
millones en el período 2001-2002. A pesar de que continúa siendo el principal producto de
exportación, el café pasó de representar el 23,6% de las exportaciones totales de Guatemala en el
período 1995-2000, al 12,2% en el período 2001-2002. Para muchos productores, los precios
0obtenidos por el café no fueron suficientes para cubrir sus costos de producción, lo que llevó a
que redujeran las tareas realizadas en los cultivos. Este fenómeno llevó a que aunque la superficie
cosechada no experimentara cambios sustantivos, los rendimientos se redujeran de una media de
17,6 quintales por manzana en los períodos 1996-1997 y 2000-2001 a 12,4 quintales por manzana
en el período 2001-2002, lo que representó una disminución del 30%. Esto provocó una caída en el
empleo de aproximadamente 38 millones de jornales anuales entre los ciclos 1999-2000 y 2002-
2003, lo que representó el 40% del empleo generado por el café.1 Todo ello agravó la situación de
pobreza en áreas rurales y estimuló procesos de emigración, tanto hacia las principales ciudades
como hacia el exterior del país (especialmente hacia los Estados Unidos).

A pesar de provocar efectos negativos dramáticos, la crisis de los precios del café promovió
respuestas innovadoras por parte de muchos productores y de organizaciones que los apoyan.
Como se verá más adelante, muchos productores implementaron en forma exitosa estrategias
para producir cafés diferenciados, mejorando la calidad del producto, produciendo para nichos de
mercado que pagan precios sustancialmente mayores (como el orgánico y el comercio justo) y
estableciendo nuevos contactos comerciales y estrategias de comercialización. Paralelamente,
muchos productores en zonas con menor potencial para producir café de calidad y con costos de
producción mayores lograron implementar estrategias de diversificación para reducir los riesgos
de producir solamente café.

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II. Antecedentes
Desde sus inicios, el sector caficultor ha sido parte importante de la historia y de la economía del
país. La caficultura ha logrado ser por muchos años la base de la actividad agrícola de Guatemala
impulsando el desarrollo del país y de todas aquellas personas que viven del cultivo del café. En
Guatemala se encuentran plantaciones en todo el territorio nacional ya sea en terrenos
quebrados, laderas o montañas.

La actividad del sector caficultor guatemalteco ha generado una serie de efectos positivos como la
creación de empleos, el ingreso de divisas y el aumento en la producción; pero de igual manera ha
creado una serie de efectos negativos como los que se han vivido en donde los caficultores se han
visto obligados a buscar alternativas de siembra ante la fuerte crisis mundial que atraviesa el
mismo. El café es uno de los cultivos agrícolas que sitúa a Guatemala entre los 5 mayores
productores a nivel mundial compitiendo contra países como Brasil, México, Vietnam y Colombia.

El sector caficultor nacional otorgó prosperidad a muchos guatemaltecos por largos años. La
situación en la que se encuentra actualmente da una perspectiva distinta en cuanto a la
importancia y relevancia que dicho cultivo tiene para nuestro país. Es importante definir cursos de
acción que permitan sacar adelante al sector que una vez fue sinónimo de prosperidad para el
país, un sector que representó dignamente a Guatemala ante los ojos del mundo y un sector el
cual nos ha dado tanto orgullo.

La introducción del café a Guatemala no se conoce con exactitud, sin embargo el origen del café
en el país se atribuye a los padres jesuitas que introdujeron el cafeto en el año 1760, quienes lo
trajeron como planta ornamental para sus jardines en Antigua Guatemala.

El café siempre ha sido parte importante de las historia del mundo y del guatemalteco. Su historia
se remonta hasta hace más de mil años. El café es originario de Etiopía y fue trasladado del África
al Asia a través del Mar Rojo y el golfo de Adén.

La propagación de la bebida del café se produjo entre los siglos XIII y XV, cuando los comerciantes
venecianos lo llevaron a Italia en el siglo XVII.

Posteriormente se dio a conocer en Holanda, Inglaterra, Francia, Alemania y Austria. El cafeto no


llegó a la región latinoamericana sino hasta el siglo XVIII, introduciéndose primero a Norteamérica
como respuesta al boicot del té. Luego se dio su expansión a Surinam, América del Sur, Cayenne,
Venezuela, Brasil, el Caribe, México y Centroamérica.

El producto final del café, que es el grano procesado, atraviesa por una serie de procesos que
involucran a gran número de personas. Las personas han dependido del café por muchos años y se
han visto evolucionando con el mismo. Sin embargo durante los últimos años se ha tenido una
fuerte crisis en el sector caficultor a nivel mundial. El precio del café está a los más bajos niveles de
la historia, la sobreproducción mundial ha provocado la acumulación de reservas y la competencia
se intensifica.

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1. Crisis del café en Guatemala
El sector cafetalero tiene gran importancia en la economía de Guatemala. Se estima que la
caficultura representa entre el 15% y el 18% del Producto Interno Bruto Agrícola –el que a su vez
constituye la cuarta parte del PIB total– y ha generado un empleo anual de unos 100 millones de
jornales, lo que equivale a algo más de 330 000 empleos permanentes. El café constituye el
principal producto de exportación del país, y alcanzaba antes de la crisis de los precios alrededor
de la cuarta parte de las exportaciones totales.

Debido al peso significativo del café en la economía guatemalteca, la caída de los precios
internacionales tuvo grandes efectos negativos. Los precios mostraron una tendencia a la baja a
partir de 1995, y ésta se remarcó en las últimas temporadas agrícolas. En el ciclo 2000-2001, el
café alcanzó los niveles más bajos de los últimos cincuenta años, o de los últimos cien años si se
corrige el indicador por la inflación. Los efectos más destacados fueron los siguientes:

1.1. Caída de las exportaciones. El valor de las exportaciones de café se redujo de una
media anual de USD 553,4 millones en el período 1995-2000 a una media de USD
284,1 millones en el período 2001-2002, lo que representó una caída del 48.7% (ver
cuadro 1). Esta reducción se debió mucho más a la caída de los precios que a la caída
de los volúmenes exportados, que pasaron de una media anual de cerca de 245 000
toneladas a algo más de 227 000 toneladas –una reducción de sólo el 7,3%–. Debido a
que el café constituye el principal producto de exportación de Guatemala, la caída de
sus exportaciones tuvo efectos negativos sobre las exportaciones totales. El peso
relativo de las exportaciones de café en las exportaciones totales de Guatemala cayó
del 23,6% en el período 1995-2000 a sólo el 12,2% en el período 2001-2002, mientras
que las exportaciones se redujeron sólo el 1% en el mismo período debido al
crecimiento de otros rubros.

Fuente: PDF Crisis de precios y estrategias exitosas de pequeños productores de café en Guatemala
3
1.2. Reducción del empleo. La reducción de los precios del café tuvo efectos negativos
sobre la mano de obra ocupada en el cultivo del café. Debido a que muchos
productores no pudieron cubrir sus costos de producción con los precios existentes,
redujeron las tareas en sus cultivos. Ello llevó a que si bien la superficie cosechada no
experimentara cambios sustantivos, los rendimientos se redujeran el 30% entre los
períodos 1996-1997 y 2001-2002, pasando de una media de 17,6 a 12,4 quintales por
manzana (ver cuadro 2). Esto provocó una caída del empleo de aproximadamente 38
millones de jornales anuales (equivalentes a más de 126 000 trabajadores
permanentes) entre los ciclos 1999-2000 y 2002-2003, lo que representó el 40% del
empleo generado por el café. La reducción de empleos afectó en mayor medida a los
trabajadores permanentes que a los temporales.

Adicionalmente, los salarios también disminuyeron debido a la mayor oferta laboral y


a la reducción de los ingresos en las fincas. Se estima que luego de la crisis del café los
jornales disminuyeron en 30% y que las fincas utilizaron dos tercios de los jornales que
empleaban anteriormente. De acuerdo con estimaciones de la CEPAL (2001), ello
habría provocado una pérdida de masa salarial de USD 62 millones. Esto afectó
particularmente a familias pobres que viven en zonas adyacentes a fincas cafetaleras y
a otras del altiplano, que migran cada año para trabajar en la cosecha del café. Todo
ello agravó la situación de pobreza en las áreas rurales y estimuló procesos de
emigración, tanto hacia las principales ciudades como hacia el exterior (especialmente
hacia los Estados Unidos).

Fuente: PDF Crisis de precios y estrategias exitosas de pequeños productores de café en Guatemala

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Si bien no existen datos disponibles, la reducción de las exportaciones y del empleo tuvo como
lógica consecuencia diversos efectos negativos sobre la economía guatemalteca. Con base en la
comparación de las exportaciones anuales medias entre 2000-2001 y 1995-2000, es posible
estimar que la pérdida de divisas provocada por la caída de los precios del café alcanza unos USD
270 millones anuales, lo que equivale al 11,6% de las exportaciones totales del país en el período
2000-2001 (ver cuadro 1). Adicionalmente, la reducción de la masa salarial llevó aparejada la caída
del consumo, afectando a otras industrias y servicios. La menor atención del cultivo redujo la
venta de insumos, afectando al comercio y transporte vinculados a éstos. Los menores ingresos de
los productores llevaron a un aumento de las tasas de mora en los préstamos bancarios y
generaron refinanciaciones de deudas y demandas de fondos estatales por parte del sector
cafetalero. Al mismo tiempo, la reducción del empleo y de los ingresos de los productores tuvo
importantes efectos sociales, especialmente si se tiene en cuenta que la mayoría de los
productores de café son pequeños y la mano de obra asalariada empleada en el cultivo –
principalmente en la cosecha– corresponde a pobladores rurales sin tierra.

1.3. Problemas ambientales. La reducción del uso de insumos y de la aplicación de


prácticas
culturales ha provocado el deterioro de las plantaciones y amenaza con favorecer la aparición de
plagas en el futuro. Algunos productores medianos y grandes también talaron sus plantaciones de
café junto a bosques nativos y a la vegetación de sombra, afectando la fauna y dejando el suelo
desprotegido. Al mismo tiempo, la reducción en el uso de insumos químicos facilitó el pasaje de
muchos productores a la producción de cafés orgánicos o sostenibles, cuyo consumo ha venido
creciendo desde inicios de los noventa.
Todos estos problemas son de gran relevancia si se tiene en cuenta que las perspectivas para una
recuperación significativa y sostenida de los precios internacionales del café no parecen ser
alentadoras. Si bien los precios del café se han caracterizado históricamente por variaciones
cíclicas, opiniones de fuentes calificadas han expresado que la reciente caída de los precios tendría
un carácter estructural, dado que se originaría en cambios significativos tanto en la oferta como en
la demanda mundial.6 Por un lado, la oferta de café aumentó sustancialmente en los países
tradicionales, principalmente en Brasil y Vietnam.
Ello resultó en excedentes considerables de café, consecuencia de una producción mundial de café
cereza de 115 millones de sacos de 60 kilogramos (153,3 millones de quintales) que resultó un
10% superior a la demanda mundial de 105 millones de sacos (140 millones de quintales). Esto
llevó a la acumulación de inventarios tanto en países productores como consumidores,
contribuyendo a la caída de los precios. Mientras tanto, la demanda mundial ha venido creciendo
lentamente, con aumentos en los segmentos de alta calidad y en nuevos mercados no
tradicionales que consumen cafés de baja calidad.
Paralelamente, la consolidación de tostadores en períodos de sobreabastecimiento ha llevado a
que las grandes variaciones de los precios del café oro no se reflejen en cambios significativos a
nivel del consumidor.

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2. Acciones de Apoyo a la Caficultura

Instituciones públicas y no gubernamentales implementaron iniciativas para apoyar a los


productores de café en el marco de la crisis de los precios internacionales.
Las principales fueron las siguientes:

2.1. Reestructuración de deudas. El gobierno estableció en octubre de 2001 el Fideicomiso


de Apoyo Financiero al Sector Cafetalero. Este fideicomiso contaba con recursos públicos por un
valor de unos USD 100 millones, de los que se destinaría un 40% para pequeños productores y un
60% para medianos y grandes productores. Estos recursos fueron administrados por Banrural, y se
emplearon para diversificación productiva (plantación, mantenimiento y cosecha de cultivos
diferentes al café), comercialización, procesamiento (infraestructura, equipamientos, capital de
trabajo) y reestructuración de deudas. Sin embargo, según las estadísticas de Banrural, el
fideicomiso había desembolsado hasta febrero de 2004 poco más de la mitad de los recursos
disponibles (6314 préstamos concedidos por un valor de USD 53,1 millones, ó 53,1% del total). El
89,7% de los recursos fue utilizado para la reestructuración de deudas, el 8,5% se destinó a
diversificación y el 1,8% a agro industrialización. Los productores medianos y grandes fueron los
más beneficiados, porque recibieron casi la mitad (48,3%) de los recursos. Si se consideran a todos
aquéllos que integraron entidades de segundo piso y recibieron préstamos, los productores
medianos y grandes recibieron el 71,1% de los recursos.

2.2. Producción de café para mercados especiales.


Varias instituciones apoyaron la producción de cafés para mercados especiales como el de
segmentos de calidad, el de producción certificada como orgánica, el sustentable, el de comercio
justo y otros. Estos esfuerzos comenzaron en su mayoría a inicios de los noventa –es decir, mucho
antes de la crisis de los precios internacionales– y se profundizaron en los últimos años. Entre ellos
se destacan los de ANACAFE, Organizaciones No Gubernamentales que trabajan con pequeños
productores y los de proyectos de instituciones públicas.
ANACAFE implementó diversas acciones para mejorar la calidad del café y promover los cafés de
calidad en el mercado internacional. En particular, proporcionó asistencia técnica y capacitación a
productores cafetaleros en todo el país a través de equipos técnicos en siete oficinas regionales.
ANACAFE fue también responsable de la ejecución del Proyecto de Mejoramiento del Pequeño
Agricultor, financiado por la Agencia Internacional de Desarrollo de los Estados Unidos (USAID).
El proyecto se ejecutó entre 1989 y finales de 2002, y se orientó a mejorar los sistemas de
producción de pequeños productores de café. El proyecto financió parte de los servicios de
asistencia técnica de ANACAFE y previó la provisión de crédito por un valor aproximado de USD 10
millones para operación y mantenimiento de café, y para inversión en beneficios comunitarios.8
Lamentablemente, los servicios de asistencia técnica de ANACAFE fueron fuertemente afectados
por la crisis del café, que redujo los ingresos de la institución, y también por la terminación del
proyecto financiado por AID. Todo ello obligó a reducir el número de técnicos por oficina de una
media de 8 ó 9 a 2 ó 3. Adicionalmente, ANACAFE organizó concursos y subastas internacionales
de café de calidad de Guatemala y promovió el café de Guatemala en eventos internacionales.
También se realizó una catación del café en los laboratorios propios de ANACAFE, en los que se
efectúa un análisis de la taza y otro físico del café, y se guardan muestras que pueden ser útiles en
caso de litigio. Paralelamente, varios proyectos que trabajaron con pequeños productores se
ubicaron en zonas de café y promovieron en particular el café orgánico y para el comercio justo.
Entre estos esfuerzos se ubican los de algunas ONGs como ALTERTEC, que proporcionó asistencia
técnica y capacitación en cuanto a café orgánico a organizaciones de pequeños productores en el

6
Quiché, Alta Verapaz y Baja Verapaz, y los de proyectos como el Proyecto de Desarrollo Rural de la
Sierra de los Cuchumatanes financiado por el FIDA e implementado por el Ministerio de
Agricultura y Ganadería, que proporcionó asistencia técnica, capacitación y créditos a productores
de café orgánico en Huehuetenango.

2.3. Diversificación

Para propósitos de este documento se entiende por diversificación la incorporación de otras


alternativas productivas, tanto agrícolas como no agrícolas, en la producción cafetalera, o la
sustitución del café por otras alternativas. La primera de las opciones tiene como objetivo
principal la disminución de los riesgos asociados a las variaciones de los precios y a otros factores,
la segunda se propone brindar alternativas a los productores que no son competitivos, en
particular debido a la localización de sus plantaciones. Muchos productores, en especial medianos
y grandes ubicados en zonas donde se producía café a alturas menores a los 1000 metros,
sustituyeron el café por otros cultivos como palma africana y hule. Esto ocurrió en la gran mayoría
de los casos por iniciativa propia de los productores y sin apoyo significativo de instituciones o
proyectos.
Mientras tanto, ANACAFE también cumplió un papel relevante y de largo aliento en la
incorporación de otras alternativas a la producción de café. En efecto, ANACAFE implementó
desde mediados de los sesenta hasta finales de los setenta un programa apoyado por la FAO
destinado a incorporar otros cultivos dentro de la plantación de café. El programa consistía en
asistencia técnica y crédito y se centró en particular en los cultivos de banano y plátano. Si bien
este programa finalizó, los equipos técnicos continuaron apoyando en determinadas zonas a los
productores que deseaban introducir otras opciones junto al café. En particular, los técnicos de
ANACAFE de las zonas I (Quetzaltenango y San Marcos) y II (Retalhuleu, Suchitepéquez y Sololá),
en las que la institución organiza su trabajo, debieron responder en los últimos años a las fuertes
demandas de productores cafetaleros interesados en la diversificación. De hecho, una encuesta
realizada recientemente por ANACAFE mostró que el 67% de los productores cafetaleros del país
estaban interesados en diversificar su producción. Así, las oficinas de ambas zonas promovieron
un número significativo de capacitaciones, seminarios e intercambios, centrados en otros cultivos
asociados al café.
Como consecuencia de estas acciones y de las variaciones cíclicas de los precios, se produjeron
cambios significativos en la producción de café en Guatemala, con un incremento del peso relativo
de la producción de cafés de altura de mayor calidad durante los años noventa. De hecho, la
producción de café se fue desplazando hacia alturas mayores y se redujo la producción en zonas
de menor altura y aptitud. Paralelamente, muchos productores localizados en las zonas de menor
altitud –especialmente los de mayor tamaño– reconvirtieron o diversificaron su producción,
incorporando la ganadería o productos como plátano, hule o palma africana. Todo ello derivó en
un incremento del peso relativo de la producción por parte de los pequeños productores en zonas
de altura y en consecuencia de los cafés estrictamente duros.
Según datos de ANACAFE, mientras el café de tipo estrictamente duro representaba el 28% de la
producción total entre 1995 y 1996, alcanzó el 54% del total entre 2002 y 2003.

Paralelamente, también mostraron un crecimiento importante los cafés para mercados


diferenciados, en particular los cafés con certificación orgánica u otras (Starbucks, Eco-Ok) y los
dirigidos al comercio justo. Un estudio reciente de ANACAFE encontró que la producción de cafés
diferenciados ocupó un 5,6% de la superficie cultivada de café. Esto también tuvo su origen en
iniciativas de algunas ONGs y organismos de cooperación internacional que trabajan con

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proyectos de reducción de la pobreza rural. Estos organismos y organizaciones visualizaron la
agricultura orgánica como una alternativa promisoria para los pequeños productores, y
desarrollaron acciones para promover la adopción de métodos de producción orgánica.

Al mismo tiempo, un estudio reciente de ANACAFE que cubrió todo el país mostró sorprendentes
resultados en cuanto a los esfuerzos realizados para promover la diversificación de los productores
cafetaleros. El estudio se basó en una encuesta estratificada por el tamaño de los productores, y
encontró que alrededor del 15% del área total de la empresas cafetaleras se encuentra
diversificada, en donde se destacan las regiones I y II de ANACAFE (Quetzaltenango y San Marcos,
y Retalhuleu, Suchitepéquez y Sololá respectivamente), en las que se encontró la mayor cantidad
de área diversificada (19,61% y 19,44% respectivamente). La región con menor área diversificada
es la numero V (Huehuetenango), lo que se explica si se tiene en cuenta que se trata de una de las
regiones con mayores ventajas comparativas para la producción cafetalera. Asimismo, el
segmento de pequeños productores (1 a 500 quintales de café pergamino) fue el de mayor
porcentaje de área diversificada (22,6% del área total) y los grandes productores (más de 2000
quintales) constituyeron los de menor área diversificada (11,5%).

Los productores de café implementaron más de cuarenta alternativas distintas de cultivos en sus
unidades productivas, adicionales a otra serie de actividades pecuarias, al comercio y al
ecoturismo, entre otras. Entre los cultivos se destacaron especies forestales, hule, banano,
cardamomo y macadamia, que representaron el 76% de las alternativas implementadas en la
actualidad (ver cuadro 3).

Fuente: PDF Crisis de precios y estrategias exitosas de pequeños productores de café en Guatemala
Los cultivos más adoptados por los grandes productores cafetaleros fueron las especies forestales
(35,7% de los productores), luego en este orden: cardamomo (15,4%), hule (10%), banano (7,1%) y
plátano (4,5%); los medianos productores introdujeron principalmente hule (38,2%), luego
especies forestales (18,8%), banano (15,3%), macadamia (7,6%) y cardamomo (3,4%); los
pequeños prefirieron las especies forestales (26,9%), luego el banano (22,6%), el cardamomo
(10,5%), el limón persa (7,7%) y por último el aguacate (5,7%).
Las alternativas pecuaria y no agrícola (principalmente abarrotería, avicultura, comercio y
apicultura) fueron adoptadas aproximadamente por el 16% de los productores cafetaleros (ver
cuadro 4).

Fuente: PDF Crisis de precios y estrategias exitosas de pequeños productores de café en Guatemala
3. Crisis de la Roya

La roya es una enfermedad del café ocasionada por el hongo científicamente llamado Hemileia
vastatrix, ataca principalmente las plantaciones de café de las variedades Caturra, Catuaí,
Bourbón, Typica, Pache y otras susceptibles. En Guatemala, se conoce dicha enfermedad en el café
desde el año 1980. Afecta hojas maduras y cuando el ataque es severo puede también infectar
hojas jóvenes provocando una intensa caída de hojas y pérdidas en la producción.
Recientemente se identificó que la roya se manifiesta severamente en altitudes de 1,968 a 3,937
pies sobre el nivel del mar (psnm). Esta enfermedad está relacionada con la alta carga fructífera,
falta de fertilización, uso inadecuado de fungicidas y variabilidad climática, entre otros factores
que debilitan la planta, haciéndola más susceptible a ataques severos. A partir del año 2011 se
observó incremento de roya en las regiones cafetaleras del país, bajo diferentes condiciones a lo
observado con anterioridad2. Por ello, los expertos recomiendan hacer inspecciones constantes en
la plantación, acompañar los ciclos de producción del café, corregir deficiencias nutricionales y
planificar las aplicaciones de fungicidas basado en información de la finca.

3.1. Aprendiendo a Convivir con la Roya y reducción de sus efectos


La Roya es una enfermedad terrible que no se elimina por lo que los productores de café deben
aprender a convivir con ella y aprender a reducir sus efectos; pero, puede controlarse a través de
un programa oportuno de inspección, tomando en cuenta la época de aplicaciones de fungicidas
de acuerdo a la región del país (Guatemala), a considerar, las siguientes:

Cuadro 5. Apliaciòn de fungicida por región.

La roya tiene aproximadamente 35 años de estar en Guatemala, porque se diagnosticó en 1980,


cuando el Gobierno de este entonces llevó a cabo un programa contra la roya del café. Como se ha
indicado anteriormente, las herramientas para minimizar los efectos de la plaga son los
fertilizantes, además de fungicidas que se pueden aplicar; al respecto, Alfredo Ortiz señala que
“Muchos nuevos y pequeños caficultores no saben cómo tratar con el mal y el aparato estatal de
transferencia de tecnología se eliminó por la política neoliberal en los años 80, puesto que
Guatemala tenía programas importantes de extensión agrícola.

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3.2. Región màs afectada por la roya
La roya ha causado pérdidas millonarias en Centroamérica y se pronostica que será peor en 2014.
De acuerdo a la Organización Internacional del Café –OIC-, la propagación de la roya que afecta a
América Central y el Caribe, ha causado la pérdida de 2.26 millones de sacos en lo que va de año
cafetero6; destaca la gravedad de tal situación y alerta de que la cosecha del próximo año cafetero
(octubre 2013 a septiembre 2014) en la región prácticamente ya se perdió. En la región
centroamericana se estiman pérdidas de fácilmente el 40% de la cosecha, región responsable de
un 14% de la producción mundial. Según indica la OIC, la perdida de cosecha durante el actual año
cafetero en Centroamérica ha sido compensada al mundo por una mayor producción de café en
otros países, particularmente en Colombia, Brasil, Indonesia, donde se prevén cosechas récord, y
en Vietnam y Etiopía donde la producción será mejor de lo previsto.
Los estudios realizados por la OIC, dan cuenta que en el actual año cafetero (Octubre 2012-
Septiembre 2013), la roya ha causado pérdidas por valor de unos 550 millones de dólares en
Centroamérica y la merma de 441 mil puestos de trabajo. Un dato interesante y nada alentador
para el país que señala la OIC, es que del Istmo centroamericano, Guatemala es el país más
afectado, puesto que se han desvanecido alrededor de 372 millones de dólares por los efectos del
hongo. Según datos del Programa Cooperativo Regional para el Desarrollo Tecnológico y
Modernización de la Caficultura –PROMECAFE- se calcula que en Guatemala se perdieron 115 mil
empleos, seguido por Honduras con 100 mil, El Salvador con 90 mil, República Dominicana con
56,500; Nicaragua con 32 mil, Panamá con 30 mil, Costa Rica con 14 mil, y Jamaica con 3,640. En la
gravedad de la situación atravesada por los países de la región se excluye a México, donde
también se ha detectado y ha afectado la plaga pero no de tal magnitud. La OIC, estima que la
producción mundial para el actual año cafetero será de 144.6 millones de sacos (6.4% más que el
año de la campaña anterior), e indica que los precios se estabilizaron en marzo del presente año
2013. Cuadro 6. Número de Empleos perdidos por la Roya

Señalan los expertos de la OIC que las medidas que se tomen ahora para fumigar y sanear las
plantaciones en América Central y el Caribe empezarán a notarse en 2 años, por lo que la cosecha
del año próximo prácticamente se dan por perdidas. Subrayan además que lo importantes es ver
cómo se ayuda a los caficultores para paliar la problemática y como se les da acceso al
financiamiento, hasta que puedan volver a la producción normal del café. Con todo, el equilibrio
entre la oferta y la demanda puede ser frágil en 2012-13, a juzgar por las propias previsiones de la
OIC, que augura una producción de alrededor de 143 millones de sacos de café en este año
cafetero para una demanda de unos 142.2 millones.
Cerca de 1.9 millones de personas dependen del café para su sustento, incluidos algunos de los
trabajadores sin tierra más pobres de la región. El brote conlleva implicaciones para la seguridad
nacional y regional. La pérdida de ingresos intensifica la migración, en especial a los Estados
Unidos, y lleva la posible sustitución de los cafetales por otros cultivos.

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3.3. Guatemala el principal país afectado por la roya

Datos y Cifras de la Caficultura Nacional en Guatemala: El área cultivada con café es de 276,000
hectáreas, distribuida en 204 municipios de un total de 334 (61% de los municipios con café).
Dicha actividad la realizan 90,000 productores, donde el aporte a la producción por tipo de
productor es la siguiente7:
 Pequeños productores 45%
 Medianos productores 47%
 Grandes productores 8%.

Cuadro 7; Cultivo de Café en Guatemala

3.4. Situación, datos y cifras de la roya en Guatemala

Los primeros indicios de un cambio en el patrón de comportamiento de la roya provinieron de


Colombia, donde la enfermedad presentó en los años 2009-2010 altos niveles de severidad,
incluso en cafetales situados a 2,000 metros sobre el nivel de mar –m.s.n.m.- (6,560 pies). En
Guatemala en 2010 también se empezaron a observar ataques esporádicos de roya en zonas altas
de 1,300 a 1,600 m.s.n.m. (4,300 a 5,250 pies), pero fue más intenso en el período 2011-2012,
donde regiones más amplias tuvieron altas infecciones de roya con reducciones significativas en la
producción del café. Este fue el caso de Acatenango, Yepocapa, Palín, Alotenango y Barberena La
situación del año 2012 ha sido más crítica por el incremento del área afectadapor la roya,
estimada en 193,200 hectáreas, que representa el 70% de la caficultora nacional. Durante las dos
últimas semanas de noviembre 2012 se realizó una evaluación del estatus de la enfermedad, y sus
implicaciones en la cosecha en curso 2012/2013, y también una proyección para la siguiente
2013/2014. Para la evaluación de la roya se realizó un muestreo en 1,608 Unidades Productivas
(UP) o fincas, distribuidas en todo el país, determinando el impacto de la enfermedad a través de
la escala de severidad que se representa en el mapa.

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3.5. Pérdidas actuales y proyectadas en el café, como producto de la roya en Guatemala

Guatemala es el país más afectado en la región centroamericana por el hongo que defolia la hoja y
seca el grano del café. Guatemala ha visto desvanecerse alrededor de 372 millones de dólares por
los efectos de la roya, que ha llevado al Gobierno de Guatemala a declarar en enero 2013, una
emergencia fitosanitaria mediante el Acuerdo Ministerial número 11-2013 del Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Alimentación –MAGA-.
Indica el ingeniero Francisco Anzueto, del Centro de Investigaciones en Café CEDICAFE, de la
Asociación Nacional del Café ANACAFE que: “Las pérdidas integrando el café de exportación y
consumo interno representan aproximadamente 500,000 quintales oro. Un segundo escenario
altamente factible considerando la agresividad manifestada por la roya, nos indica una baja de
15%, situando la producción exportable en 4.1 millones de quintales oro. La disminución
proyectada para la actual cosecha 2012/2013 evidentemente tendrá impactos en la producción y
exportación, traduciéndose en pérdidas económicas para los productores, disminución de ingreso
de divisas y reducción de la mano de obra empleada en la cosecha. Sin embargo, el panorama más
crítico se avizora para la siguiente cosecha 2013/2014, donde se manejan tres escenarios de baja
porcentual por efecto de la roya, relacionados con la cosecha 2011/2012”.
Continua manifestando el experto de CEDICAFE que “se sabe técnicamente que la roya puede
controlarse por medio de la aplicación oportuna de fungicidas, lo cual implica gastos aproximados
de Q250 por manzana para una aplicación (no incluye el valor de las bombas aspersoras). Se
recomiendan 3 aplicaciones en el año. El control químico debe considerarse complementario a la
realización de buenas prácticas agrícolas…En el caso de Guatemala será indispensable aunar los

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esfuerzos y capacidades institucionales y gremiales que puedan facilitar los mecanismos de apoyo
financiero y técnico para los productores de café, permitiendo así la sostenibilidad de este cultivo,
pilar fundamental de la economía guatemalteca”.

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