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= Lu la Gvedad del Proceso de Camiri a EXPOSICION DE REGIS DEBRAY EN EL CONSEJO DE GUERRA CAMIRI 1967. — “;Por qué el Fiscal Militar habla de “Tmperia- lismo Rojo”, expresiém que no aparece en el Cédigo Penal, y ataca a Fidel Castro, cuyo nombre no aparece una sola vez en el expe- diente, y se refiere a Ia pura exposicién pe- nal?” — “Que me condenen por Marxista Leninista, por escribir “Revolacién en la Revolucion”, por admirador confeso de Fidel Castro, pero no por asesino, ladrén y bandolero”’. — “Como revolucionario, me siento y me procla- mo corresponsable de todos los “delitos” co- metides por todos los revoluciomarios de to- das partes del mundo”. — “Todos los que Hevan el uniforme militar son a mi fuicio corcesponsables de los hechos de sangre cometidos la noche de San Juan. Aun- que no hayan ejecutado ni planificado, son a mis ojos, corresponsables moral y politica- mente”. —: & MARZO DE 19% g¢ LA PAZ — BOLIVIA ? * {00896 PRESENTACION °&: Ei Centro de Estudiantes de Derecho, luego de haber visitado In poblacién de Camiri, centro petrolero donde se juzgé al periodista y filésofo francés Régis Debray junto a otros bolivianos por actividades guerrilleras, en el sud es- te del pais a las érdenes del Comandante muerto Ernesto “Che” Guevara, asistido a los debates del “Proceso de Amé- rica”, ¥ conversado por mas de una hora con el autor de “Re- volucién en la Revolucién’’; tiene el agrado de presentar la “EXPOSICION”-hecha por Régis ante el Consejo de Guerra que mas tarde lo condenaria a 30 aifies de prisién. Publicamos esta intervencion por tres razones funda- mentales que consideramos: 1.— Porque como estudiantes de Leyes, defendemos la libre expresion y pensamiento, consagrada por Ja Constitu- cion Politica del Estado, ya que este documenta no ha sido publicado en ningin organo de prensa del pais. Nosotros Io hacemos para que se conozea Ja verdad so- bre cl proceso de Camiri, descurriendo el velo tendido por las autoridades que tuvieron a su cargo tan discu- tide juicio. #.— Porque a mas de constituir un valiosp documento juri- dico, es un enjuiciamiento objetivo deta guerrifla y los acontecimientos que la precedleran y sucedieron. 3.— Porque, ademas, Régis Debray, representa para noso- tros un estudiante universitario con clara conciencia de Ja vida de los pueblos en su lucha por la liberacién y la expresién genuina de la juventud en su grande misién ‘flentro de esta Jarga caminata, La Paz, 23 de marzo de 1968, “CENTRO DE ESTUDIANTES DE DERECHO" FA CENTRAL BibLICT La Pas — Bolivia BREVE BIOGRAFIA DE REGIS DEBRAY Régis Debray nacié en Paris el 2 de septiembre de 1940, cuando su padre enrolado voluntariamente en el ejér- cite francés acababa de ser desmovilizada con el grado de subteniente, entretanto su madre, que sc habia quedaco en la capital de Francia se hizo cargo del bufete de su marido y del-suyo y que tenia que trabajar esforzadamiente para ae su existencia y Ja del hermano mayor de Régis, "iNis En 1944, Régis ingresé en el Kindergarten, dependen- cia del Convento de las Hermanas de la Asuncién, cerca del domicilio de sus padres, de donde pasé a la Escuela libre Gerson, luego al Liceo Sasnén de Sailly, donde se manifes- té como el alumno més brillante de su curso cada afio. Regis, entonces era_un nino serio, grave, afectuoso, Herno que preferia compafila de sus padres y la de los ami- #08 de estos, a los nifios de sus edad. Régis no ha jugado, verdaderamente jamés, como juegan todos los nifios, El Ieia todo lo que caia en’ sus manos, seguia escrupulosa- mente los ejercicios religiosos y ayudaba a Ia misa de la capilla del Liceo. Ales quince afios » medio pasa la primera parte del Bachillerato, y a los dieciseis y medio recibia el premio de Filosofia del Concurso General. (Este concurso es organi- zado en Francia entre los mejores alumnos de todos. lox Liceos). En el Gran Anfiteatro de la Sorbona, prestigiosa centro universitario de Paris, bien conocido por los estudian- tes del mundo entero, y bajo el patrocinio del sefor René Coty, Presidente de la Repiblica, el joven Debray reci de manos de su madre, Vicepresidente del Consejo Munici- pal de Paris, la recompensa prestigiosa que acababan de conferirle. i Luego de prepararse en el Liceo Luis el Grande, in- gresa en el concurso para la Escuela Normal Superior, ¢5- cuela que ha dado a Francia sus mas grandes escritores, diplomaticos y hombres politicos. En julio de 1959, parte a Estados Unidos, donde des- cubre un barco’con destino a La Habana, en el cual se ha- bia embarcado para hacer una breve escapatoria. Segura- mente él no sabia cimo esta aventura iba a pesar en su destino. Vuelve a Paris, reinicia sus estudios en la Escuela Normal y pasa su Licenciatura en Filosofia con la mencién de “Bien. En su largo viaje por todos log paises de América La- tina en 1963, excepto Paraguay, llega a conocer de cerca las diferentes poblaciones de los diversos paises, pues, vi- vid enscierta forma con los miis desheredados, emtonces toma conciencia clara de la miseria de los campesinos, de los mineros. Se considera entonces responsable de una_mi- sién, misién que sin titubeos se la impone. En resumen, es ‘en ese momento que él debid decidirse a dar 5u vida por la miseria de la gente pobre de este mundo. De retorno-a Pa- ris, a fines de 1964, se puso a escribir un primer y éxtenso ensayo de ochenta paginas al que titula: “EL CASTRISMO OQ LA LARGA MARCHA DE AMERICA LATINA”, que apa- recié en la revista “LES TEMPS MODERNES”, de Jean Paul Sartre. Régis, por otra parte, decide no descuidar sus estu- dios superiores y asi es que en lid obtiene ¢l diploma de Agregado en Filosofia, ocupando el tercer lugar en su -pro- mocion, ~Algunos meses despiés, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, lo nombra profesor de Historia de la Filosofia en la Universidad de La Habana, a titulo de cooperacién cultural establecida entre los gobierno de Fran- cia y Cuba. Conocedor de la realidad latinoamericana, que ha visto de cerca, Régis elabora un contundente ensayo, “RE- VOLUCION EN LA REVOLUCION™, que ha publicado en su nimero I (enero de 1967) los “Cuadernos de Casa de las Américas’ en Cuba, con un prélogo de Roberto Fernandez Retamar. A fines de febrero y comienzos de marzo de 1967, lue- go de algunos dias de vacaciones con su familia, al cabo de los cuales yolvia a Cuba, de donde segiin Jas informa- clones recogidas no solo de las autoridades cubanas, sino tambien de sus amigos, alumnos y representantes ‘diploma- ticos franceses en La Habana, salié el 13 6 14 de marzo, sin precisar a nadie Ja meta de su viaje. El 22 de abril ultimo, un despacho de la Agencia Fran- cesa de Prensa, anunciaba a su pais y a su desolada fa- milia “QUE HABRIA SIDO MUERTO LA VISPERA, EN UN ESCARAMUZA GUERRILLERA". La. continuacién es muy conocida para detenernos mayormente. EXPOSICION DE DEBRAY AL CONSEJO DE GUERRA Respondiends @ ja formula que Ud. acaba de leer, se- Hor Presidente, “el respeto que debo a las autoridades y a Jas lever “me obliga precisameite a ser franco freme a ustedes; no-puede separarse e! respeto que deben todos, civiles y mili- tares, jneces y reo, reos y fiscal, a la verdad. La mejor prue- bade respeto que les puedo dar entonces, Sr. oficiales, es: de- cirles frente a frente, ahora ¥ agui mismo, sim rodeos ja ver. dad sobre hechos atin no aclarados, la verdad sobre los cargos que me han sido formulados por el acta. de acusacion, da wer- dad sobre lo que pienso de éste Proceso, Preferible que asi sea, antes de su fallo, y no a say eSpaldas,.en forma oblicua o dismulida. Delo contrario, ya no habria respeto, sing servi- lidad y oportunisma., Agragaré una cosa: si se-trata de conde- narme a 30 anos de carcel, como lo ha pedido el fiscal, creo que no sera demobstrar “soberbia", como se ha dicho vatias veces aqui, pedir al Tribunal Militar que me escuche unos 30 minutos, al-menos una sla vez. Con canicter previo les diré que me ha causado sor Presa la intervencién o la interrupeién, ayer, del Auditor de | E -—T= Guerra. Ha interrumpido al abogado de la defensa porque salia de la materia penal, y a mi parecer, tampoce habia en- trado en el problema politico. Pero me pregumto entonces por qué el Auditor de Guerra no ha interrumpido al Fiscal Mili- tar cuando su primer requerimiento, en la” primera audiencia del Tribunal, cuando Ieyé ain antes de las prmeras formalida- des, un discurso de Congreso Politico y de pretensién idecld- gica, atacando al Hamado “inperialisme rojo”, expresién que no figura cn el Codigo Penal, a Fidel Castro, cuyo nombre no aparece una sola vez en ol expediente, exponiendo Ia “polliti- ca de par y de progreso’ " del actual gobicrno, que no mencio- na, y con razén el sumario. Agrediéndome ademas verbalmen- te, de manera grave y sin ninguna relacién con los hechos, es- tos hechos a los cuales se me ha pedido limitarme, Mamdndome, ademas asesino, bandolero™# sucldo, mercenario yvendido a Cu- ba, ete... que no se me diga que el Fiscal representa al Es- tado ya las leyes establecidas, y que no hiro sino cumplir con su deber de censurar lo ilegal. Porque una cosa es represen” tar al Estado y otra es ensalsat a una politica, una cosa ¢s defender !a5 ‘leyes, y otra cosa ¢s atecar a un régimen politico y social como lo ex el socialising. Ademas, una cosa es censtt- tac’un ‘delitey y otra es insultar a una persona. Pero no hay que reprocharle nada al Fiscal, estuvo plenamente acertado al ponet-de entrada Ins cosas en su lugar, que es la litcha de cla- ses, de ideas, de intereses, Mejor dicho la lucha entre dos ti- pos de violencia, la reaccionaria y la revolucionaria. Y segu- tamente es la rarén, ya que no se debe suponer aqui ninguna i © complicidad de su parte, por lo cual el Auditor de Guerra no lo ha interrumpido, y por lo cual no me va_in- terrumpir tampoce. Mi defensor no ha contestado a estas agre- siones por henestidad profesional y por alenerse a lo juridico, @ hito bien. Se ha limitado a destruir pieza por pieza el ac ta de acusacién y cumplié a la perfeccién su papel. Pero cuan- Go ha sido aludido uno, sucle tener el derecho a replicar. Con mayor razon lo tendea cuando ha sido insultado, y mis de una vez. No le pido entonces a Tribunal telerancia, como —i= ! E ! se-ha hecho ya aqui, sino equidad. El mismo decidir’ si pue- de haber o no alguna equidad en el proceso de Camiri.. "| Sin embargo no tengo el menor propésito de contestar ‘al insulto por el insulto, a la retérica por ta retérica, al wacto per el vacio, Quiero contestar con una pura y simple tela- cién de los hechos. Cémo mo va a tener ganas de gritaren indignacién un hombre que ha tenido que escuchar durante un mes, séntado y mudo, como si hubiera sstado’ literalniente ausente de los debates, un diluvio “meticulosamente orquesta- do de calummnias, de insinmaciones, de mentiras!..Sin habl. fo que ba tenido que jeer en csios pasquines Mamados, io se sabe porqué periédicos!, Pero. aqui vamos a tratar de silenciar a toda esa indignacién, cste rencor acumolads, y de ir con cal- ma_a los hechos. . Entonces “considero til a mi defensa” ayudar al Tri. bunal no se considere responsable de todas las irregulardades cometidas ante eso. Paralelamente aesta accién judicial, ' ayt- dar al Tribunal a tomar plena conciencia de una maquinacdn que, ain'st-no altera su decistén, st, ha alterado mucho ¢l ex: pediente, ¢ incluido: sobre los debates. Se refiere’ a la’ maqui- nactén urdida, sécreta y pdblicamente, contra mi, desde los. primeros dias de mi detencida, por la Agencia Central de In- teligencia de los’ Estados Unidos de América. x “Considero también dtil a mi defenso” examinae “una por-una les pruebas acumuladas en éste proceso, porque real- mente vale lacpena. Poco después del de mi absgado defensor, me queda solamente algunos 5 Por agregar, y algunas-reflexiones sobre los méfodas ci ecusecion. ~ Todo eso serenamente, Porque hemes legada a un mot mento donde esta historia guerrillera, o mai bien esta primera etapa de Ia guerrilla revolucionaria boliviann mareada_ [ minerte del Che, ya pasé a la historia a seca; a un momento donde se puede‘aclarar casi todo, de principio a fin, ¥ sin pre ocupatse de Saber si tal elemento constituye ond delito, de cargo o de descargo (par fuerte la histor:a tiene otrog cele terion de lo juste y de lo injusto que loi del Codigo Penal). Y con este afin, no de quitarse de encima caeos inverosimiles = eet sino de aclarar aqui una verdad histérica desfigurada, hemos llamado. dos testigos de cargo, pero no nos importaba nada éste aspecto: desu testimonio, Queriamos solamente. que declaren lo que sabian. Y como esta historia fue escrita en el terreno 2 fa-vez por los guerrilleros y por el ejéreito regular, hemos Ila- mado al Gnico guerrillero que merezca este nombre capturado hasta el dia de hoy. por el ejército, companero de ideales, alin si no puede todavia, por su condicién de preso darse cuenta de lo que aqui pasa y ba pasado, al “Camba”, los demas..tes- tigos de la guerrilla son esencialmente desertores, algunos de Jes cuales ni han sido preseniados en éstos debates, incorpo- rados como estan ya al ejercito.. Y hemos Mamado a adversario de a guerrilla, ho- nesto: y valiente, lo bastante honesto y lo bastante valiente pa- ta reconocer la honestidad y Ia valentia.de los guertilleros; el Mayor Sanchez. Claro e:ta que es tedavia temprano para que fa verdad salga intacta, todavia hay presiones, pasiones, inhi- biciones, compromises. Hubiera por ejemplo querido que pre- cise el Mayor Sanchez si entiende él que la emboscada es un asesinate o bien un acto de guerra, cixintas emboscadas pre- paré él contra los guerrilleros, cuiles extranjeros y de dénde venian aquellos que participaron en los interrogatorios de los guerrilleros presos, especialmente a los de Vasquez, de Bustos, de mij sobre qué vertian esto. interrogatorios, etc... Pero no ha sido posible. Todo eso con el fin, repito, no de disculparme, sino de reconstituir honestamente los hechos que pretextan a este” pro- ceso, Y actuando asi, tambien manifestabamos nuestro: res- petoa la gran sombra del Che que domina o hubiera Achido dominar estos debates. Del Che que en toda su vida nunca sa- crificé la verdad a una razén de conveniencia o de oportuni- dad. Del Che que en vano y en mis de una ocasion intent hacer Hegar al pucblo beliviane y a otros el periddico de las uerrillas, que el principio constaba solamente de partes de guerra, dénde transcribia con mirtuciosidad todo! lo aconteci- de, lo malo y Io bueno, las bajas exactas de los dos lados, las. victorias y los teveses, sin cambiar nada. —i— Estos partes Mevaban el titulos te: “Frente a la Hientira reaccionaria la verdad reyolucionaria”. Fstos textos mds fueron entregados a cada uno, a Roth, a Bustos y a mi, an- tes de que salgamos a Muyupampa, y son ellos que nos fueron incautados en ‘esa localidad, o mas precisarpente que fueron incautados al sefor Roth, al cual -e] habiansos entregado los fuatro nuestros y que los tenia en su bolsillo, y no a mi, come dijo equivocadameite un testigo, el teniente Rulz. Pero tode el proceso, pareciendo ser dirigido contea mi persona, no hay que sorprenderse por ests inexactitudes repetidas en los tes imonios. Evtos detalles no tienen mayor comsecuencia, Lo que si tiene COMSECUENCIA, EN €Xe caso, enorme con secutencia, es lo siguiente: no se les ha presentado aqui mas que fa centésima parte de la documentacion incautada en los de- pésites de NancahuazG, por la traicién de “un ex-guerrillero, de lo “Chingelo”, expulsade de la guerrilla por Ramén el 27 de marzo y hoy enrolado en el ejército. Esta documenta- sion debe constar entre otras cosas, de una docena de diarios de guerrilleros, de un registro del personal, de libretas de apun- tes, de libros, de pas =, de decenas de collos.de pelicula, de un manuserito del Che sobre economia polliica y Latino americana, su ultima obra completa. Todo lo cual wast fue Ile~ vado a Washington para conocimiento del senor Dean | Rusk, Psro.ng aqui para conpcimiento de Uds. Pero-lo que mas die- le es que se haya disimulads hasta hoy al Tribunal el. diario del Che. No se trata por supuesto de reducir este monumento histdrico, patético, ejemplar, gl simple tol de instrumento prie- ba de una contienda tan mezquina COMO sta que. nos ‘ocupa. Pero en fin, es ahi mds que en cualquier ome. documento,’ que esta eserita toda la historia de la guerrilla, de principio seta ahi, el unico lugar donde esta consignado com ¢xactitud., todo lo que fue objets de debate, objeto de discusiones ociosas — fuimes combatientes visitantes, si he servido a ne, de-esnt de enlace, de suministeador de mapas, de comisario woliticn = aH oe: el reel fe cachsnpns tn participacién de aie: tesulta espeluzn que el Tribunal va a tener decidir de todo eso, que dictar sentencia, sin haber podide cane ‘cite = documento que resolveria todas sua dudas, sin excepcién, y al- gunas mis ‘si se pucde decir. Ya en eso precisamente era el inconveniente, por eso no fo pudieron leer: todo se hubiera es- clarecido, se hubiera reducido a polvo ¢! acta de acusacion, de- vuckto a cada uno su verdadera importancia,,que, en el caso mio, vendria a ser ni la décima, ni la centécima parte de la importancia que se me quico dac oficialmente, por razones de politica nacional ¢ internacional. Se destruiria ademas todo el edificia: publicitario. y propagandistico contra mi montado. Se descubriria por ejemplo que en un lapso de 11 meses, el Che no habla ni dos veces de “Revolucién en la Revoluvién” lo que es poco para “el ordenamiento y reglamento de Ia guerrilla”, pero suficiente para el verdadero valor de este folleto, que no ra para el Che sino un libro entre la centena de libros que el tenia en el campamento. Se descubriria que mis viajes ante- rieres a Bolivia no estuvicron relacionados con el desencadena- miento de-In lucha guerrillera de este ato. Entences se ha em- aniincia “grandes revelaciones” por supuesto todas relaciona- dag exclusivamente con Debray, se desliza una o dos mentiras en los periddicos, se crea expectatiya, y Ta maquinita del enga- Hose pone a funcionar por si sola, Y em fin de cuentas, nada. Lo que no impide a un abogado de la parte civil de dar por ad- quirido, con un aplomo imperturbable, que yo traje dinero al Che Guevara a mi Hegada al ‘campamente. La prueba, ‘dice este: sefior, es que esti impreso-en el periédico, Con este mé- todo se prueba diariamente en Bolivia que el sol gira alrede- dorede Ja tierra. Hay un detalle que por supuesto no le va'a interesar mucho a cstc senor, 05 que es falso. Nunca remiti di- nero al ‘Che, el cual no acostumbra a equivocarse de nombre. EL. Fiscal hizo alusién a otra frase del diario, relativa a una uesta misién mia de establecer contactos con el PCB en nom- bre de ‘Fidel Castro. Aunque no haya sido exhibida prueba alguna, eso venia a punto. Les adelanto que dude mucho de semejante anotacién, en todo caso asi redactada. Porque si bien tengo amigos en el PCB, nunca éncontré en Bolivia a al- gin dirigente del PCB para discutir problemas politicos, por ja sencilla razom de que no tengo calidad ni poder alguno pa- -8— CO ra representar a nadie mis que a mi, frente a un partido po- litico, Se equivocan, en fin los que pretenden confundir a la opinion y tergiversar los hechos con semejantes métodos. Se equivecan, porque deben existir documentos domde estan reco: pilados, el origen, los primcipics de la guerrilla boliviana, con fechas, hechos, nombres —documentos que nadie puede confis- car y que seran, sin duda, dado: a conocer oportunamente—. No me importa nada que den o no satisfaccién al Fis- cal con su fallo final —lo que si me importa cs ser condenado en base a la verdad, en base a lo que soy y a Io que he he- cho. Y ono en base a documentos 'mutilados, o falsos testimo- nics— hubo aqui cinco Sr. Presidente, tres de militares y dos ex-gueérrilleros, a turnos de prestidigitacién, come han sido has- ta hoy Jas pruebas exhibidas. Y lo reclama con tanta mis fuerza que el Bjército, el Gobierno, tienen todos los medios en sus manos pata hacer conccer la simple verdad. No reclamo ni nunca ha reclamado, como pretendié el Fiseal, ninguna in- munidad, cn nombre de mi condicion de escritor o intelectual. No reclamo contra la pena maxima, atin si hubiera estado en_ vigor Ia pena capital, reclamo contra la fundamentacién que se quiere darle. El fondo de Ja cuestion no es la pena que van a dictar, que no Gene importancia, son sus considerandos, Dentro de la lucha a muerte que opone hoy, como Io recordaba aqui un abogado, al imperialismo norteamericano Sus protegidos, al socialismo vy la revoluctin, estd admitide que quien haya escogido el camino de Ia revolucién se expome tar deo temprano a Ja circel o a la muerte violenta. No veo-en eso nida de anormal, ningin motive de cscandalo, Disiento si, def Fiscal en lo que repitié yarias veces, que més afortuna- do seria el que pueda consumirse 30 afos en una carcel que el que muere en un combate. Pienso que es al revés. Pero de todas manéras lo que nunca admitire es que se disfrace una condena politica, por delito de ideologia, en una condena pe- nal. El que se me dé un papel en la organizacién guerrillera que nunca he tenido. El que se me condene por asesing y la- dron, como dice la acusacion. ¥ que se quiera interpretar una -declaracion de co-responsabilidad politica y moral en “una con. —3— fesién de culpabilidad”. :@ulpable de qué? ZY segiin qué eri. terio? :Politiens? Admito. jPenales? Inadmisible. ‘Que se me diga: lo vamos a condenar porque es marxis- ta-leninista; porque escribié “Revolucién en la Revolucién”, libro que se leyd alguna vez, en su ausencia a algunos cs lleros, lo vamos a condenar porque es admirador confeso de Fi- del Castro y vino aqui a hablar con el Che sin pedir el permi- so alas autoridades, ni avisarnos, a tiempo, porque se le puso ahi el apodo de Dantén y que cutmplié una o dos veces un tur- no de guardia dentro del campamento, como cualquier otro vi- sitante. Petfeeto, no tengo nada que decir. Por algo existe la lucha de clases, por algo existen las embajadas yanquis, sus ba- ones de agentes y de propagandistas, por algo Ja revolucién queda por “hacer. Pero que se‘me diga: “le vamos a condenar, porque vi- no en dos oportunidades a espiar al pais, porque entrego mia- pas al “Che, porque le trajo dinero, porque formé parte de la plana mayor de la guerrilla, porque planificé las operaciones militares, porque dio cursos a los guerrilleros, porque fue co- misario politico, autor intelectual de la subversion, combatien- te embescado, entonces ne, protesto, porque todo eso es una serie de cuentos, de mentiras absolutamente no probadas y que nunca podran serlo’ Y protestaré por todas las formas posi- bles, y cada dia de mi detencion. No debe sorprenderles esta actitud mia. Aunque yo pro- clame que siento mil veces no ser culpable como quisiera el Fiseal, -entenderlo, que siento no haber muerto al lado del Che, no lege a Uds. ningtin derecho juridico de condenarme, ya que, en materia penal, se condena hechos, no intenciones. Den- tro de la campafia de infamia que lanzé contra mi toda la readcién latinoamericana, desde ef General Stroessner hasta Lle- ras Camatgo, pasando por Luis Conte Aguero y los publicis- tasde La°Paz, se viene recurriendo desde algdin tiempo a tna astucia bastante habil, ta astucia juridico-politica. Cuando di. gor “ocurre que no he cometido ninguno de los delitos que se mecinculpa, ni directa ni indirectamente, soy estrictamente ino. cente de los cargos aqui formulados, se me contesta asi: “en- —4- may tetees Ud. ceniega sus ideas, politicas, no es capaz de asumir- las, ae lava las manos de la sangre que hizo correr con su hi bro”. Y cuando digo: afiemo mi responsabilidad politica y mo- ral por los actos de mis camaradas, que motivan cl Lge Proceso, entonces se oyen gritos de alegria de parte: estos plumiferos: “en fin el bandolero: se confiesa culpable”... Pe- ro, otra vez: geulpable de qué? Parece que estos senores no estan plenamente: satisfechos, mo. cesaran ladrar y de expul- sar su veneno, antes de oirme confesar que formaba, parte de la directiva guerrillera, que escogi y reconoci la zona de opera: ciénes, controlé los preparatives, controlé las emboscadas, ‘ser- vide comisario politico y de consejero al Che, con-mi. folleto, haciendo las veces de breviario guerrillero, etc... Entonces, se. declaran reales estas invenciones, me declaran honesto. y va- liente, consécuente y responsable. Se olvidah simplemente’ que. hay que respetar a los hechos y primero conocerlos antes de hablar, no som tan maleables. No pueden inventar cuentos pa- ta-satisfacer sus ansiedades, Este cs el dilema en el cual qui- sieron encerrarme: o bien aprovechar mi compromizo para con- cluir con mi culpabilidad penal, aunque sea a costa de fabula- ciones, o bien aprovechar mi inecencia penal para hacer como si no tuviera ningun compromise politico en cl fondo, © como - ai se estuviera consecuente com él. jLa cosa no es tan facil, sefiores! Aqui, en este recinto, no se habla, ose dice que no se habla de politica, sino que se trata de aplicar el Codigo Penal, de aplicar la pena maxima por asesinato, robo y rebelién a un hombre que no tuve par- Hcipacién alguna, fisica, inductoria o indirecta, en las -accio- nes militares que se quiere fuzgar, aun si esta plenamente. de acuerdo con ellas. i ¢Que entiendo entonces por corresponsabilidad? Como revelucionario (en la medida que me puedo Ila- mar asi), me siento y me proclamo corresponsable de todos los “delitos” cometides por todos [los revolucionarios de tedas par- ~ tes del mundo, desde la impresién clandestina de un volante hasta el asalto a un Banco para recuperar fondos, desde la reunidn ilegal hasta la ejecucién de un torturader, Porque en- - i contrandome disponible, y que un jefe responsable me mmande a llamar en alguna parte para decirme: “te necesitamos., Te necesitamos, porque a nuestro juicio, ti solamente puedes eum- plir tal misién mejor que otra.y cumpliéndola ayudas a nuestra causa comin”, entonces ahi voy listo a cumplirla. wl ‘Que quieran sancionar esta disposicién o disponilulidad mia, nO encontearia en eso nada anormal. Sancionar aspiracio- nes y disposiciones es precisamente la razén de ser de los pro- cesos politicos. “Si-al-Che, cuando le plantee a principios de abril que acepte de una ver mi tncorperacion definitiva e inmediata a su tropa, me hubiera contestado: “tienes buenas condiciones fisieas, eres apto, cres acostumbradé a fa lucha del monte, a la vida del campo. La misién pricdistica que tienes, oiro la va a cumplir mas tarde. No hay urgencia en eso, quédate desde ya con nosotros", enfonces me quedo, con todo gusto, como com- batiente, como guerrillero, dispuesto a combatir donde sea y cuan- tas veces me sea ordenado. Qué mas puede cofiar un militante que ponerse bajo las érdenes del Che. Desoracindamente ai enfermo en esta €poca, a‘consecuencia de cierta desnuteicion, como lo manifiecta mi confesién, y el Che no tuve nunea fon- fianza ‘en mi resistencia fisica. Digo desyraciadamente, porque, de lo contrario, no hubiera nunca salido de la guerrilla, y no me encontraria aqui sentado, aqui hablando, expucsto a toda esta ridicula publicidad, a la propaganda imperialista, al odio de los yanquis y al rencor particularmente active y expansivo de sus huéspedes de honor, Ja colonia de exilados cubanos. Pe- roves asi que entré y sali de ta guerrilla como simple visitante compartiendo ast la vida ‘cotidiana de los campamentos, por un tiempo mas largo que lo previsto, porque ahi vivia uno to- dos los dias. éPor qué cntonces me declaro corresponsable de los ac- fos de guerra de mis compafieros? Porque lejos de .condenarlos, Jos apruebo como legiti- mos ¥ necesarios. Luege porque hubiera aceptado participar en su ejecu-— —it=— cién o preparacién si ast lo hubicra dispuesto Ramén,.o si, Thue biera estado en condiciones de hacerlo. En fin, porque el slo hecho de permanccer en las filas revolucionarias, de mantener intacta mi conviccién de que la lucha armada es el eje de la hicha de liberacién, particularmen- te en Bolivia, prueba que no reniego estos lamados: delitos y que sigo dispuesto a cometerlos- Los -ratifico. y adhiriéndome ala concepcién moral y politica que los ha inspirado, adhiere también a todes lo que de clla se deriva, incluctablemente. gSeré acaso que dejo de ser en algan momento “visitan: te" pera velverme un “combaitiente em la Filla"? Sobre += te punto, de lo que tanto hablaron abagados y fiscal, la verdad es sencillamente esta. Cuando: nu-sire primer encuentro con el Che, no se tra- taba tcdavia de combates, de cmboccadas, ni sc los esperaba tan pronto, Apesar de lo cual precisé de inmediato mi condicion de visitante. Discutimos si, mi posible ingorporacién en la pue- trilia, Pero, ademas del pericdismio, el queria que yo cumplie- se alguna que otra tarea fusra, y como queria por mi parte re- solver algunos problemas personales que ine tenian muy pre: ocupado, se ratifica, de comin acucndo, mi galida inmediata de los campamentos. Acordando, sin embargo, que después de cso, regresaria a Bolivia, pero esta vez sf, como guerrillero y para quedarme - De repente sc complicé la situacién- Ya Tas cotmunica- ciones.con el exterior se hebian hecho dificiles. Delos cuatro visitantes que se encoptrsban en el campamento, ef Che decidis que yo y Bustos saliéramos, por la localidad de Gutiérrer, y para el Chino y T nia, se concibié un plan mas cuidadoso de evacuacién, por ser elementog de mayor importancia revolucio- naria, Después de! intento frustrido de Gutiérrez, eaande “le volvi a hablar de mi incorparacian a fa guerrilla, me conteds el Che aludiendo a mi deficicnte practica de fa vida del monte, que diez intelectuales de cisded valian menos para él, como guerrilleros, que um sdlo campesino de la regién. Lo que me convencié que seria mucho mas Wtil afuera que adentro, sobre todo en aquellos momentos de aislamiento, y acrecenta mi ce= eee cisién de salir de la zona de fa guerrilla, como habia entrado, como simple compafiero de visita - = Y¥ ain asi no quiso forzarnos en correr los riesgos de una salida mas o menos improvisada. Y si quieren una prueba mas de que no nos encontribamos sumisos a la disciplina férrea de los combatientes incorporados, es que, alin me habia mani- festado varias veces su criterio personal sobre lo conveniente que seria salir rapidamente de la zona, el Che nos dejé elegir, dejando a nuestra sola decisién personal la alternativa de que- darnos todavia mis con Ja guerrilla o de salir por tal lugar o de tal manera. No eran drdenes, habia dado una vez st opi- nién, y eramos libres de scguirlaco né. Interferiamos bastante ¥ eh vano sobre los movimuentos de la guerrilla, habia ya de- masiades enfermos entre los guerrilleros, ¢ insisti por mi parte correr los riesgos de la salida, de una vez y lo mas antes posi- ble, Cuanto mas, que nunca habiamos imaginado, atin en. ca- so de ser arrestados en el viaje, semejante teato, semejante cii- do, semejante proceso. “‘Y pensaba uno et aquel entonces que mas pronto seria posible salir, mas pronfo seria regresar, esta vez no-en plan de visita. Pero zpara qué? Lo que hubiera po- dido ser y no ha sido, y no podra ser ya, no eae bajo la com- petencia de éste Tribunal. ¢Por qué entonces wm no combatiente se declara corres- pensable de lo cometido por combatientes revolucionarios? Permitanme una comparacién.— Corrié la sangre minera en la noche de San Juan. En plena noche entré cl Ejército en las minas, por sorpresa. La mina amanecié con 27 cadaveres y el triple de heridos en ef suelo, segin cifras oficiales. Porque alli también, Sr, Presi- dente hay 27 familias enlutadws, pero que no pueden gritar por ous muertos, ni por su venganza, ni ser parte civil en ningun proceso, ni hacer pegar carteles en las calles. 27 lutos calla. dos. Todos lox que evan el uniforme militar son-a mi juicio eorresponsables de lo cometido en aquella noche. Aunque Uds. no hayan ejecutado ni planificado, ni concebido esta represién, son a mis ojos Sez, oficiales, corresponsables moral y politica. mente. ~ii~ tal 1 Primero, porque no condenan estos actos sino que lot aprieban, segin dicen, como un mal necesatio para evitar un m ¢ para el érden constitucional, cl de la subversion ge- ‘heralizada. Nosotros vemos en Nancahuazii ¢ Iripiti, unos ma- les necesarios para evitar un mal peor para el pueblo, el de la epresién generalizada. Luege, porque hubiera aceptado, por disciplina, parti- cipar en ellos si ast se les hubiera ordenado. En fin, porque no han abandonado cl uniforme militar después de San Juan. Salvo a enfermos mentales y a fascistas, a nadie le gus- ta que tenga que hacerse la historia matando, Peto si s¢ quie~ re hablar de crimenes, gdénde estan los inocentes? Todos aqui somos cémplices de crimenes, jueces y reos. Uds. no represem- tan a paz y la felicidad, y nosotros ta violencia y el dolor. En- tre la violencia militar y la violencia guerrillera, entre la vie- lencia que reprime ¥ la violencia que libera, cada uno escoge su lado. Crimenes contra crimenes, gde cuales decidiremos ser corresponsables, o complices, o encubridores? Uds. eligicron a unos, yo a otros, y punto, Pero veames los hechos. Veamos si realmente mis com- pafieros cometicron asesinatos, si mis compateros sen unos cri- minales, En su primer requerimiento ¢l Fiscal pidié al Tribunal hacer conmigo “tn precedente ejemplarizante”: o sea la pena de muerte no habiendo podido ser restablecida a tiempo, a pe- sar del pedido hecho al Congreso por el General Barrientos, la pena maxima en vigor 30 afios. ) esta pena se aplica so- lamente a los casos de asesinato, parricidio y traicion, como. no he traicionade a mi patria, ni matado a mis padres, habia que montar una doble impostura. Sr, Presidente. , La primera, bautizar “asesinates” a las emboscadas del 23 de marzo y 10 de abril. Habia que demostear entonces que ef Ejército no estaba sobre aviso de la existencia ide slos rrilleros, que fue sorprendida “con sus pices y palas”, Saaalich do misiones tutinarias en la zona. Por eso, el Fiseal llama a “los asaltantes” no guerrilieros sino “bandoleros”. -b=— Any

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