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{2QUE SABEMOS DE? car la imag Muy proximos a nosotros pero, a la vez, distintos, lejanos y enigméticos. Ante la inquietante pregunta ede donde venimos?, las sociedades humanas han construido su par- ticular relato para dar respuesta a esta incdgnita y, en este Ambito, los neandertales juegan un papel principal. Sin embargo, debido a la gran cantidad de informacién que actualmente recibimos sobre ellos, no siempre resulta facil para el no especialista distinguir las conclusiones cientificas de aquellas interpretaciones basadas en una imagen topica (casi mitica) de esta especie humana extin ta. Por eso, el autor asume el reto de transmitir, de una forma veraz y accesible, todo el conocimiento del que aho- ra se dispone y las claves necesarias para comprender los avanoes y evoluciones que sin duda se producirén en los proximos afios. gCudl es su origen?, .cuéndo se extinguie- ron?, gcudles fueron las causas?, los neandertales y los humanos modemos representan especies distintas en el sentido estricto del término? Estas son sélo algunas de las preguntas que se plantean en esta obra, una empresa nada facil, puesto que la imagen que la ciencia y la socie- dad tienen sobre el universo de los neandertales se encuentra en un proceso de dréstica transformacién. PVP. je unos seres £QUE SABEMOS DI Los neandertales Pr Coleccion eau savers de? ‘COMI EDITORIAL ‘CONSEIO ASESOR Pea Tacs Sores, Dermat rue Bo a Pa Pon Gre, Stearn Jost Bor ons Comoe Due Quesse ans Crto Marner fawn: Hemione crn Mov Ones «Css ane, Masa Chess Jot Euan Bnet wee Nowe Store Bemurco Henn Gute ‘Meo hn, Po Sen Mat Mute Len Rone Jan Se Gi Ena Pn Seto arte Quer Sn Dist gro de cbierta: Caos Del Gusice usta de cublerta: © 20 Norshonetres Lab, Grupa de Paleottropologis MNCN-CSIC otono Rosas, 2010 (ic, 2010 Los Ltrs de fa Ctra, 2010 28008 Matis Ts, 9159205 08 Fx 91.832 43 34 vrncataata. og eee sx (cs) 976880008985 sm (an 9788485194898 sve: 472-10.0806 en lo profundo” A Rosa y para Blanca indice PROLOGO 7 CAPITULO 4. Qué entendemos por ‘neandertal’ 11. CAPITULO 2. Medio natural y ecologia 25, CAPITULO 3. Cuerpo y genoma de los neandertales 39 CAPITULO 4. £1 ciclo Biolégico 58 CAPITULO 5. Cerebro y pensamiento 74 CAPITULO 6. Interaccién con el Homo sapiens’ 94 CAPITULO 7. La extincién de los neandertales 107 EPILOGO. Lo que nos queda por saber 124 BIBLIOGRAFIA 129 GLOSARIO 132 Prélogo El ser humano, por medio de sus cualidades intelectuales, su necesidad moral y su pulsion estética, sabe de su singu- laridad. El animal humano ha sentido que algo basico en difiere del orden observado en la naturaleza. Y ante la in- cognita del origen, las sociedades humanas han construido a lo largo de los tiempos su particular relato en la biisqueda de autoafirmacién sobre la inquietante pregunta: gde donde venimos? En este Ambito, los neandertales, como veremos, han jugado y juegan un papel principal en la explicacion de este interrogante. Bajo la pregunta del significado de los neandertales se esconde siempre la redefinicion de nuestra propia naturaleza, Desde la Edad Media, la tradicién cultural de Occidente ha considerado el relato biblico como una fuente basica de conocimiento. EI Génesis proporciona una explicacién al origen de los seres humanos y suministra, ademas, una fuente divina a la singularidad de la naturaleza humana. “Dios cred al hombre a su imagen y semejanza.” Sin embargo, cuando en 1859 Charles Darwin formaliza en su obra EI origen de las especies un pensamiento evolutivo que venia gestandose desde el siglo XVIII y la primera mitad del XIX, el origen del hombre quedé a merced de los proce- 308 ciegos de la naturaleza; al igual que el resto de los seres ivos, privado de su privilegiado soplo divino. El azar como fuente de creacin se hace sitio en las conciencias y la idea de la nada abre un incémodo hueco en el pensamiento. Desde ese momento, la sociedad moderna experimenta fuertes tensiones ideoldgicas y comienza un debate que aun hoy no esti del todo resuelto —pensemos en el auge de las ideas creacionistas empujadas por el denominado di- serio inteligente—.Y justo en aquellos afios tan sensibles de mediados del siglo XIX se descubren y son dados a cono- cet los primeros restos neandertales. Fl primer neandertal cientificamente reconocido se descubre en Alemania, en una cueva proxima a la ciudad de Diisseldorf, en el afio 1856, tres afios antes de la publicacién del libro seminal de Darwin. En tales circunstancias historicas y culturales, los nean- dertales vinieron a proporcionar un candidato especialmente apto para ocupar el hueco de nuestra ascendencia. Una forma humana desaparecida de aspecto primitivo venia, al menos para algunos, a confirmar las ideas evolucionistas emergen- tes. Asi, el vacio de la creacion vino a ser llenado por esos seres prehistoricos recién descubiertos que desde entonces llamamos neandertales. A partir de ese momento, ocupan un lugar ineludible en la discusién sobre nuestro origen, y en su comparacién y estudio tratamos de identificar aque- Ilo especifico que nos hace humanos. Al igual que los pri- meros recuerdos infantiles acompafian siempre al indi duo, los neandertales forman parte de las imagenes mis bisicas en el imaginario colectivo de la sociedad actual Se establece, en el mismo momento del nacimiento de una conciencia evolutiva, el imprinting neandertal en nuestra conciencia colectiva ¢ individual. Por eso, al decir “nean- dertal” evocamos una imagen de unos seres muy proximos a nosotros y a la vez distintos, lejanos y enigmiticos. Cada uno de nosotros, segiin nuestro interés y formacién, tiene constituido en su imaginario al menos un boceto de tales, criaturas, por lo general envuelto en un halo de primiti mo y tosquedad. Es el mito de los neandertales, Y, asi, los datos cientificos se entremezclan de manera casi indisoluble con la particular percepci6n del estudioso, fendmeno singular que no ocurre con otras formas huma- nas fosiles tales como el Homo erectus o el recientemen- te descubierto Homo floresiensis, por citar dos ejemplos. Por eso, entre la vasta informacion sobre los neandertales actualmente accesible en publicaciones de divulgacién, en Internet y en los medios de comunicacion, no resulta facil para el no especialista discernir entre las conclusio- nes cientificas sélidas y aquellas interpretaciones y sim- plificaciones basadas muchas veces en una imagen tpi —casi mitica— de esta especie humana extinta. Este libro plantea el reto de transmitir una informacion veraz y a ces ible, pero que vaya mas alla de una simple recopilacion sintetizada de todo ese caudal de informacién: pretende ordenar toda esa informacion y transmitr las claves ni sarias para poder seguir los avances y evoluciones que sin duda se producirin en los proximos afios. A decir verdad, Ja empresa no es del todo ficil. La imagen que la ciencia y Ja sociedad se han formado sobre el universo de los nean- dertales se encuentra en un proceso de dristica transfor- macion. Agradecimientos Quiero agradecer a mis amigos y colaboradores Markus Bas- tir, Rosa Huguet, Antonio Garcia-Tabernero, Samuel Garcia- Vargas, Almudena Estalrrich y Beatriz Fernandez su interés permanente y el debate critico continuo sobre los miitiples aspectos de nuestra investigacion sobre el mundo de los neandertales. Antonio Garcia Tabernero me ha ayudado a pie de obra en la claboracién de las figuras y en la correccion de textos, ‘Samuel Garcia Vargas ha sugerido acertados matices so- bre el borrador de este libro. Con el profesor Javier Fortea, recientemente fallecido, junto con Marco de la Rasilla, tuve y tengo la suerte de compartir el estudio de los restos arqueo-paleontologicos de EI Sidron (Asturias), la mejor coleccién de neandertales des~ cubierta en Espaia. De la mano de Carles Lalueza-Fox tengo el privilegio de participar en las investigaciones de vanguardia sobre el ADN de los neandertales, Rosa Huguet me ha ayudado a orientarme en aspectos de la Prehistoria alejados de mis areas de especialidad.Y sin su total apoyo en casa, estas paginas no hubiesen sido posibles. ccaPiruto 1 Qué entendemos por ‘neandertal’ ‘Su espacio y su tiempo Los neandertales son una especie humana extinta, de anato- ‘mia muy caracteristica y mbito cultural inscrito mayoritaria- ‘mente en el Paleolitico Medio, que vivio durante el intervalo comprendido entre hace unos 300.000 y unos 28.000 aitos, ‘momento de su desaparicién. Su distribucién geografica fue muy amplia y abarco multitud de habitats, desde las costas de Portugal hasta el Proximo Oriente y Siberia occidental. Y desde las llanuras norteuropeas hasta las peninsulas de la Europa del Sur, en su extremo més meridional, Hasta la fe- cha no se han descubierto restos en Africa y se acepta que nunca Ilegaron a habitar en ese continente. Por el contrario, otras especies del género Homo habitaron diferentes regiones afficanas y grandes extensiones de Asia durante el periodo de existencia de los neandertales. Multitud de hallazgos han jalonado la investigacion cientifica de los neandertales. Afortunadamente, hoy en dia disponemos de la base de datos mas completa de una especie humana fosil. Entre los descubrimientos mas significativos por una u otra causa podemos destacar los de La Chapelle- aux-Saints, La Ferrassie, Kebara, Spy y Guattari, entre otros muchos. A esta li ‘a afiadimos la magnifica coleccién de El a Sidron (Asturias), que viene a llenar una ausencia secular en fisiles de restos de esta especie en la peninsula ibérica si excluimos algunas excepciones de interés como Gibraltar—. Asimismo, se han ido descubriendo restos neandertales y evidencias de sus ocupaciones en otras regiones euroasiaticas is al este, tales como los localizados en la region del Caucaso, tanto al norte como al sur de la cordillera; los de Uzbekistan, en Asia central, y atin mas al este, Hegando a los montes Altai en plena Siberia central, ls de la cueva de Okladnikov. Histéricamente, los neandertales se identificaron en 1856, tres afios antes de la publicacion de El origen de las especies de Darwin, a partir de un esqueleto parcialmente conservado ha- lado en la caverna de Feldhofer, a la sazén explotada como cantera, Dicha gruta estaba situada en el valle del rio Diissel (Alemania), después renombrado como Neanderthal (“valle del hombre nuevo”, en honor a Newman, clérigo erudito muy afamado en la region. En aleman Neander significa “hombre nuevo” y Thal significa “valle”). Previamente, una serie de des- cubrimientos fortuitos realizados en Engis (Bélgica) en 1829 y cen Gibraltar en 1848 habian pasado inadvertidos para la cien- Los restos de la caverna de Feldhofer fueron, sin embargo, oficialmente presentados en sociedades cientificas alemanas ¢ inglesas, suscitando encontrados debates que atin hoy persisten. A partir de ese momento los descubrimientos del valle del rio Diissel darian origen a una disciplina cientifica: la paleontologia humana, ademas de un mito: “el Hombre de Neandertal”. Rastreo historico de las ideas sobre los neandertales ‘Numerosos textos tratan con profundidad y acierto el desa- rrollo de las ideas y los determinantes socioligicos que han rodeado el estudio de los neandertales. Remitimos al lector interesado a consultar la bibliografia. A continuacion se ofte- ‘cen unas breves notas para poner en una perspectiva histori- cca los debates que actualmente rigen la investigacién de esta especie humana. La presentacién oficial de los neandertales en agosto de 1856 tiene lugar en el epicentro temporal del nacimiento del darwinismo, Cuando los primeros cientificos se enfrentaron al reto de dar una explicacién a aquellos hallazgos, el problema se planteé bajo una doble vertiente. Por un lado, habia que dar una explicacién a la robusta morfologia de la parte superior del crneo y algunos huesos de las extremidades encontrados en la gruta de Feldhofer, ya que se salia de toda norma humana conocida en ese momento. Fl otro lado del problema recaia en la antigiiedad de esos restos. La conjuncién de las dos vertientes del problema se resumia en saber si aquellos restos eran realmente prehistéricos 0 no. Desde el primer momento aparecieron en la escena académica dos concepciones bien diferenciadas. Una, repre- sentada originalmente por Johann Karl Fuhlortt, profesor de instituto de secundaria, quien consider la naturaleza de los restos como propia de una especie extinguida, anterior a la nuestra, y con una edad antediluviana, Se trataba, por tan- to, de una primera concepcién evolutiva de los neandertales, Y en el otto extremo, se negé la antigiiedad prehistorica de los restos y se interpretaron como una variante anormal de los humanos modernos. En un principio, esta concepcién no evolutiva tuvo diferentes seguidores en Alemania, quic- nes ofrecieron variopintas interpretaciones. Como ejemplo de la que nos parece hoy dia la mas extravagante, en 1864 hubo quien consideré que los huesos de la cueva de Feldhofer correspondian a un cosaco mongol de las tropas del general uso Tchernitchev, que anduvieron por la zona persiguiendo a los restos del ejercito francés alla por 1814.¥ el influyen- te profesor de patologia Rudolf Virchow diagnosticé que la causa de la morfologia anémala de los huesos de Feldhofer correspondia a enfermedades tales como osteomalacia y ra- quitismo, EI descubrimiento de aquellos humanos primitivos, sin embargo, fue muy bien acogido en Inglaterra, donde el es- tudio y la aceptacién de la teoria evolutiva estaban en plena gestacion. Prueba de ello fue que en 1864 el britanico William Fry King clasificé a los humanos de Neanderthal como una espe- cic humana distinta, con el nombre de Homo neanderthalensis, El debate sobre si se trataba de un humano de edad pre- historica o no vino a zanjarse con el descubrimiento en 1886 de dos nuevos esqueletos en el yacimiento de Spy (Belgica), en clara asociacién con instrumentos de piedra del Paleolitico ‘Medio. La interpretacién de los neandertales quedaba asi ins- crita en el dominio estrictamente evolutivo. Un hito de indudable influencia en nuestro conocimien- to sobre los neandertales lo constituyen los trabajos publica dos por Marcellin Boule, del Museo de Historia Natural de Paris, entre 1911 y 1913, sobre el esqueleto recuperado en el yacimiento de La Chapelle-aux-Saints (Francia). En la re- construccién de Boule adquieren un peso excesivo los efectos de ta edad y especialmente Ia artrosis de sus articulaciones, dando lugar a un ser de aspecto tosco, medio encorvado, con las rodillas algo flexionadas y una expresién poco afortunada. Esta imagen grotesca pronto se fijé en el imaginario colec- tivo, proyectindose asi la nocién del neandertal como algo primitivo, rudo, sin ética en su naturaleza, Tales personajes no podian estar en nuestra ascendencia directa v se les consider como propios de una rama lateral. Algo asi como un callejon evolutivo sin salida En contraposicién a la idea planteada por Boule, des- tacados investigadores de la escuela americana sostuvieron la hipétesis de que los neandertales representaron una fase de la evolucién humana, retomando algunas ideas de autores evolucionistas del siglo XIX. Dicha nocién fue actualizada durante el periodo de entreguerras con Ia inclusién de restos descubiertos en otros continentes y la propuesta de una fase neandertaloide en la ascendencia del Homo sapiens. Como consecuencia alin vigente de este marco de interpretacién, no es infrecuente encontrar hoy personas que piensan que los neandertales fueron antepasados de los humanos modernos. En los afios cincuenta del siglo XX se inicia con Clark Howell la edad moderna del estudio de los neandertales. En ella se persigue explicar el modelo especifico de la morfologia 1“ y comportamiento de los mismos como una adaptacién fun- jonal a su ambiente, En esta nueva concepcisn influye po- derosamente la interpretacién de los enterramientos de Sha- nidar (Irak) realizada por Stefan Solecki, De ellos se dedujo por vez. primera que los neandertales hacian ofrendas flora les a sus muertos, lo que les humaniz6 y les doté de una cierta capacidad simbdlica. Veremos esto con mas detalle en el capitulo 5 En la actualidad nos encontramos con una amplia di- versidad de interpretaciones, donde de una u otra forma persisten las nociones previamente esbozadas junto a nuevos conceptos. Sin ir mas lejos, los estudios de su genética estan provocando un fuerte impacto y atin no han hecho mas que empezar. Sin embargo, por encima de los detalles, hoy en dia asistimos a un verdadero cambio de paradigma cuyo funda- mento reside en la apreciacién de los neandertales como una humanidad distinta, pero no por ello inferior a la nuestra. Por decirlo de otro modo, una humanidad con los mismos dere- chos que nosotros a “ser” humanos. Acepciones del término ‘neandertal’ Por razones que dependen tanto de una supuesta elevada densidad de ocupaciones humanas en tiempos del Paleoliti- co Medio como de la mayor intensidad en la investigacion de la Prehistoria en los paises de la Europa occidental, con el paso del tiempo se fueron reuniendo un buen nimero de descubrimientos neandertales. La mayor parte de los restos humanos recuperados estaban asociados a una fauna inter- pretada como representativa de momentos de clima muy frio correspondientes a la ultima glaciacién, La homogeneidad de Jos caracteres fisicos de los neandertales y su asociacién siste- matica a una cultura musteriense y a un momento geologico concreto —la tiltima glaciacién, por entonces llamada glacia- cién Wiirm— cristaliz6 en una imagen muy tipificada de los humanos del Paleolitico Medio de la Europa occidental, 15

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