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1 DOLOR, PRIVACIA Y POLITICA La libertad no encuentra refugio en una jurispru- dencia de dudas.' DOLOR Salarios destrozados y cuerpos destrozados saturan el mer- cado global en el cual los Estados Unidos buscan desespe- radamente competir “competitivamente”, como dice el eu- femismo, es decir en una carrera que ser4 ganada por las naciones cuyas condiciones laborales sean las éptimas para obtener beneficios.’ En los Estados Unidos los medios de la esfera politica publica registran habitualmente nuevos es- candalos de la proliferacién de talleres explotadores “en nuestro pais” y “en el extranjero”, lo cual ha de ser bueno, porque produce sentimiento y, con él, algo parecido a la con- ciencia, que puede llevar a la accién.’ Sin embargo, inclu- ' Planned Parenthood of Southeastern Pennsylvania v. Casey 112 S. Ct. 2791 (1992), en 2803. Véase, por ejemplo, George DeMartino y Stephen Cullberg, “Beyond the Competitiveness Debate: An Internationalist Agenda”, Social Text 41: 11-29, 1994. > Témese el caso de la conductora de television Kathie Lee Gifford, cuya linea de ropa en las gigantescas tiendas estadunidenses de precios bajos, Wal-Mart, le generé 10 millones de ddlares de ganancias en su primer afio. Durante los meses de mayo y junio de 1996 Gifford fue denunciada por Charles Kernaghan, del National Labor Education Fund in Support of Worker and Human Rights in Central America [Fondo Nacional Educativo en Apoyo a los Derechos Humanos y de los Traba- kk _ a aS _ — LAUREN BERLANT 19 18 poLor, PRIVAGIA Y POLITICA en- rolifera la imagen del obrero tr, ficado en la so mientras pl i I di i t mientras ls evidencias de explotacion se encuentran 4° de vida, que es santi 7 jo de cada piedra o mercancia, compite con una j deba. privada de su proyecto le vida, au es sant con lt ae ; : , ‘ ij inconscie L porate i otegide ee que st crac Nimericano.' En esa historia Ia identidad de i ia: ” van Amico. sesame EES PE ray {Orie eee del sufrimiento mental fisico & econémico. 4 ate i i de vivir en un ef : i act ir estadunidense tiene la suerte jadores en Centroamérica] por permitir que su ropa fuese conf, | isi el trabajador esta mse there i el SuehO, red a ser ndurefios, nifias, sobre todo, tragic Secionadg srento econdmico que hace P' e : Pn ie on er any | ‘or lo menos nacional ‘cuando esta trabajando, y ™ maltratados. Una busqueda en paca con las palabras clave Kath jrecet pe F aenal aie recedes eer ae Me ro sh ecaeenalom teen aie Tee semipublicos de otros hombres que producen un rent patel ila t / mundos seri dad (por medio de los deportes). Enel informan de este hecho. a ies ela retrata como una historia de venganza contra el privilegio cia. | excedente las filas de los menos afortunados, que despoja a Gifford de la protease t6n, espacio sofiado norteamericano de su personalidad piblica animada, populista e intima para revelar a la presaria voraz que hay debajo; implica toda una cultura de consumismo Ts alizado que se ha ganado celebridad (Jaclyn Smith, K-Mart; Spike Lee, The Gap; Mi. pro! jongado, pose, € t aS a i: ie ag A ae ‘on le ha ayudado a ganarse. Mi , que la naci cenirado en la ‘hae! Jordan, Nike) que se organiza en torno a una figura publica “virtug $a” que deserpefa el rol de modelo oetiqueta que parece certifcar pata log consumidores la membresia social consciente saludable; se convierteenun | ejemplo dela banalidad del trabajo explotado en los Estados Unidos y S todo el mundo, y en un llamado a una conciencia tardia. Gracias a laa / rente intimidad de Gifford con sus entregados televidentes parecié nee algo exdtico, de Pree Durante la década de 1980 una a eaeseada por proteger a los Estados Unidos de ears caer unadlianzainminente de los partidos que ee fondo de tantas jerarquias tradicionales at pobres, las personas de color, las mujeres, los homosexuales y las lesbianas—, provocé una fantasia contrainsurgente en nombre de los “valores norteamericanos tradicionales’ la nacién imaginada en esta retorica reactiva no se dedica a la supervivencia o la emancipacién de sujetos marginales traumatizados, sino més bien a la libertad para los estaduni- denses inocentes: los adultos sin pecado, los nifios secues- rados y abandonados y, por sobre todo, y mas eficazmente, Aunque habia aparecido ya como milagro tecnoldé- fel | biopoder fotografico a mediados de los sesenta, en |]'s ea posterior a Roe el feto se consolids como mercancia politica, como Signo sobrenatural de la iconicidad nacio- nal. Lo que constituta esta iconicidad era una imagen de ‘un estadunidense, tal vez e| Ultimo estadunidense vivo, no cele ain por la historia; no atrapado en la excitacion éel ame Masivo o de las mezclas étnicas, raciales 0 sexu es; NO manchado atin px © por la guerra, F or el conocimiento, por el pia ia ie eae feto €ra un estadunidense con el q! J mundo: organi 8? alguien por quien aspirar a crear um “rBinizaba una especie de bella politica de ciudat "VE fase a visan y ee Queen of America. En los siguientes parrafos s¢ SsPeifcamente sof fUMENtOS de ese libro, Para un ensto que

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