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Mabel Burin Irene Meler VARONES Género y subjetividad masculina CAy/ 1.2-3- 1. GENERO: UNA HERRAMIENTA TEORICA PARA EL ESTUDIO DE LA SUBJETIVIDAD MASCULINA Mabel Burin e Irene Meler slo cual hace dificil su delimitacién o el “con- trol de fronteras”, de modo que se torna irreleyante la nocién “concept con aportes provenientes de la antropologia, Ja.sociologia, la psicologia, el psicoandlisis y otras Consideramos que con ellonosélo enriquecemos]a perspectiva de anélisis de1as probleméticas que analizamos sino que ademés Jas colocamos en’ un punto de encrucijada, expresada hoy en ia'en el quehacer cientifico con-el término de interdisci riedad. La atmésfera de crisis ‘que en general-rodea paradigmas cientificos en los dltimos afios ha tenido sus efectos también sobre la nocién de género. La filosofia neopositivista, expresién obligada en otras épocaé dé! modo de produecién: del conocimiento cientifico, ha dejado de constituir la base epistemolégica necesaria y «nica para la valoracién de]os conoci- mientos producidos actualmente, El criteris de determinismo es- ‘cto, los postulados de simplicidad, los supuestos de causalidad, lineal, constituyen algunos delos fundaméntos que estén cuestio- nando actiialmente las disciplinas con que operamos para expli- cary debatirlas roblemdtions del géneromasculino, Escaneado con CamScanner Los nuevos criterios que utilizamos para reformular I tradicioriales modos de inscripeién gené mente como-pertenecientes a la subjetividad mascul jad para utilizar pensamientos cor rantes de las contradicciones, capaces de sostener la tensién entre aspectos antagénic también con recursos complejos, a veces cor problemas que resultan de este modo de pensar. El término “género” circula en las ciencias sociales y en los discursos con una acepcién especffica y una intencionalidad explicativa. Dicha acepcién data de la década del cincuenta, cuando estigador John Money (1955) propuso el término “papel de género” (gender role) para describir el conjunto de conductas atribuidas a los varones y las mujeres. Desde Ja perspectiva del andl dela subjetividad, ha sido Robert Stoller (1968) quien establecié mas nitidamente la diferencia concep- tual entre sexo y género, basandose en sus investigaciones sobre nifios y nifias que, debido a problemas anatémicos congénitos, jabian sido educados de acuerdo con un sexo que no se corres- ndia anatémicamente con el suyo. La idea general mediante ue se diferencia “sexo” de “género” es que el sexo queda determinado por la diferencia sexual inscrita en el cuerpo, mientras que el género se relaciona con los significados quecada sociedad le atribuye. Segtin lo plantea Gomariz (1992) de manera amplia podria aceptarse que son reflexior ro todas aquellas que se han hecho a Jo largo de la historia del pensamiento humano acerca de los sentidos y Jas consecuencias sociales y subjetivas qui tiene pertenecer a uno w otro sexo, por cuanto esas consecuencias, muchas veces entendidas como “na- turales’, no son sino formulaciones.de género..Asi, podemos hablar de forma amplia de los “estudios de género” para referir- nos’al segmento de la produceién de conocimientos que se han ‘ocupado de este émbito de Ja experiencia humana: las significa- cciones atribuidas ‘al hecho de-ser vardn o ser mujer en cada cultura y en cada sujeto. . Una de las ideas centrales, desde un punto de vist descrip- tivo, es que los modos de pensar; sentir y comportarse de ambos géneros, més que tener una base natural e invariable,.se deben é 1 construcciones sociales y familiares asignadas de manera diferenciada a mujeres y a hombres. Por medio detal asignacién, en In vida de cada infante psfquica y soci Desde este crite yactividades quediferencian a mujeresy a hombres. Tal diferen- acién es producto de un largo proceso histérico de construccién roduce diferencias entre los géneros femenino ino que, a la vez, estas diferencias implican Los estudios de género Ia diferencia sexual. Mediante esta légica binaria la diferencia es conceptualizada en términos de “o 10 uno o el otro". El sujeto posicionado en el lugar de Uno ocupa una posici6n jerérquica superior, en tanto el Otro queda desvalorizado. Mediante esta oper: l6gica, en'la 6 mediante un largo proceso hi izaremos las marcas que deja el ordenamiento de entre los géneros en la construccién de la subje- Ya hemos sefialado.en otras oportunidades (Burin y Meler, 1998) que el género también puede ser tomado como categoria de anélisis y no sélo en términos descriptivos. El “género” como categoria. de andlisis tiene varios rasgos caracteristicos. “1 Es'siempre relacional, nunca aparece de forma aislada sino marcando su conexién. Por éllo, cuando nos referimos a log estudios de género, siempre aludimos a los que remiten a las relaciones entre e] género femenino y el género masculino, asi Escaneado con CamScanner ” Gindividualistas, Esencialistas son Jas respuestas ala pregunta ‘como les relaciones intragénero. Hasta ahora, en Jos estudios de ‘género ae ha puesto énfasis en que tales relaciones son de poder (para Jane Flax [1990}) se trata derelaciones de dominaci de poder dentro del Ambito familia construccién de Ia subjetividad femenina y m 2. Otro raago de la categoria género para que se trata de una construccién histérico-soci produciendo lo largo del tiempo de distint ‘historiadoras, como R. Pastor (1994) sefi hist6rico ha implicado relaciones de subordinacién en las signi- ficaciones del género, coh un peso muy importante otorgado a instituciones tales como la religién, los criterios médicos y cientificos, y los aparatos juridicos. 3, Otro rasgo es que la nocién de género suele ofrecer dificul- .do se la considera un concepto totalizador, que vur ujetos: raza, religién, clase social, etc. Todos estos son se entrecruzan durante la constitucion de nuestra subjetivided; por lo tanto, el género jamds aparece en forma pura sino entrecruzado con estos otros aspectos determinantes dela subjetividad humana, ‘Algunias eritieas que desde la perspectiva del, alas disciplinas que enfocan la construccién ‘ee refieren a los principios esencialistas, biologi ra algo sus- iquién soy?” y “iqué soy?” suponiendo que * fancial e inmutable que respondiera a tales inquietudes. Esta pregunta podria formularse miejor para logyar respuestas mas enriquecedoras, por ejemplo“zquién voy siendo?”, con un sentido constructivista. Los criterios biologistas responden a estos interrogantes baséndose.en el cuerpo, y asi agocian fundamen- talmente al sujeto varén’a la capacidad sexuad terio, biologista supone que ser-varén es tener cuerpo mn cual ee derivarian supuestos in: como la agresividad y del el impulso a la lucha, entendidos como efecto de sus masas musenlares o de hormonas como la testosterona. Los principio ahistoricos niegan que a lo largo de la historia los géneros hayan puede responder acerca de la coristruccién de su Sibien nos centraremos sobre cémo incid género en las diversas configuraciones vi construccién de la subjetividad masculina, no deberiamos dejar de mencionar que la perspectiva del género esta li otros do interogin se y reflexionando 8 de vida, ampliando elcampo de género maseilino. " ae algunas referencias con respecto a los antecedentes de los estudios de género; diversos autores han hecho criteriosos’ tos que permiten éefialar ciertas periodizaciones. Gomariz (1992) afirma mujeres. "Ya habiah surgido lds enunciados de Platén Aristételes acerca de la “inferioridad” femenina én feared cién’ a Ta “superioridad” masculina, pero fue a partir de la Revolucién Francesa y de la Iustracién (siglos XVII y XVHI) cuando aparecieron con énfasis en Europa, y més adelante en los Estados Unidos, los valores dela modernidad, explicitados en loa términos “Tgualdad, libertad y fraternidad”. A partir de esos sit Escaneado con CamScanner mujeres comenzaron a reclamar sus derechos ienzos del siglo XX.tales principios se les revelan esquit specialmente a causa del imperio de la rigida moral victoriana predominante en Europa desde mediados del siglo pasado, con implicaciones politicas, religiosas y cient{ficab. La incidencia de los valores: vietorianos en su época fue de tal aleance que llevaron a repre- sentaciones sociales de las mujeres como madres, esposas, virge- nes (a partir de la concepcién marianista, imperante desde ‘mediados del siglo pasado) ofrégil Jaenfermedad (por gjettiplo, en los estudios sobre la} XIX). Como modo de familiar de las mujeres surgen algunas figuras femeninas que, integradas a los movimientos obreros, reclaman participacién social y econémica igualitaria y sostienen el derecho a la'eduica- cién igualitaria para ambos. sexos (como Flora Tristén en Sudamérica). También aparecen mujeres que tienen peso y visibilidad en el mundo cultural, en la literatura y las ciencias, pero a menudo deben esconderse detrés de nombres masculinos para dar a conocer su produccién, como fue el caso de George Sand, cuyo nombre era Aurora Dupin. ‘A comienzos deeste siglo, el clima intelectual fue haciéndose més permeable a la idea de la igualdad de. derechos de las mujeres y fue adquiriendo peso el movimiento sufragista que se habia iniciado a fines del siglo anterior y que reclamaba el derecho al voto para las mujeres. Junto-con ese movimiento surge otro contrario, que insiste en confirmar a la rhujer en el contexto familiar, y asociarla ala maternidad y al rol de esposa ydeamadecasa, Esta posicién fue refrendada por algunas delas ciencias sociales que comenzaron en esa época.a analizar la diferencia sexual (sociologia, pedagogia, antropologia). La Se- ganda Guerra Mundial impuls6 los movimientos de las mujeres, y cre6 coyunturas favorables contra la discriminacién por razo- nes de raza; religién o sexo. Con este. impulso se extendié el derecho femenino al voto al resto de los paises occidentales que atin no lo habjan conseguido, incluidos los paises de! hemisferio sur, entre ellos la Argentina. También en los afios sesenta surgi6 en los paises anglosajones-la lamada “segunda ola del movi- miento feminista” (Ia primera habfa sido la de las sufragistas), oo con algunos antecedentes importantes, como las reflexiones de Simone de Beauvoir (1957).en El segundo sexo. Las primeras erfticas de aquellas feministas se orientaban, en buena parte, a Jo que consideraban rasgos de la opresién patriarcal, en particu- lar sobre la sexualidad femenina enclaustrada en la esfera familiar y de-la funci6n reproductora, y consideraban a las mujeres factores de estabilidad o inestabilidad social a través de u insercién en la familia. Por esa época, los trabajos de Lévi- Strauss (1956, 1979) sugieren que la division sexual del trabajo es un producto cultural para provocar la dependencia entre los sexos. ‘A mediados de los afios sesenta surgen nuevos movimientos sociales, especialmente en los Estados Unidos, que tendian ala critica antiautoritaria y al incremento de oportunidades educa- tivas con mayores pr trode estos movimientos sociales se destacan el pa a cabo por los hippies, el de lucha contra la discri iscriminacién. religiosa (judios), desigualdad social, beneficiado por el progreso 2 eptivas, que lograron separar en el imaginario social la sexualidad de la maternidad. snow sectores feministas radicalizados sostenfan que las mujeres’son un grupo social que padece condiciones significativas de opresién en la sociedad patriarcal. Unaautora deesa década, Kate Millet (1970), er-su libro sexual, establece que el patriarcado es un sistema politico que tiene como fin la subordinacién de las mujeres. La familia seria Ja encargada de esta tarea, cuando.la suficiente. También en esta década surgié: de la diferencia” (Luce Irigaray, Annie Leclere, Helene Cixous, Julia Kristeva), que sostiene que ser diferente-es lo que enaltece alas mujeres: su irracionalidad, su sensibilidad y su sensualidad se-ubicarian por encima de los valores masculinos. También dad y la ética diferente de las mujeres (“ética de los cuidados”). Es durante esta década que-comenzaron a instalarse en-Ja estructura académica de diversos paises del hemisferio norte los primeros seminar estudios de la mujer, que institucionalizaron la produccién 4 Escaneado con CamScanner tedrica y las investigaciones relativas mujeres. En sus comienzos, los estudios de la mujer se proponian responder a los ‘siguientes interrogantes: a) {cémo entender la diferencia entre os sexos; sus origenes, sus implicaciones sociales?; b) {las teorias vigentes permiten comprender esas diferencias, o mera- mente reproducen los prejuicios y los estereotipos culturales?: c) ‘en una cultura donde la produccién de conocimientos ha estado predominantemente a cargo de los hombre: i supuestos bisicos, sus-criterios de cientificidad, eus légicas, sus metodologias? En Buenos Aires; la creacién del Centro de Estudios de la Mujer, en 1979, hizo de las preguntas anteriores sus principios fundantes. Para: quienes fuimos sus protagonistas, los estudios de la mujer significaron una revolucién del conocimiento, y hemos asistido a la presencia ‘numerosa y activa de una cantidad cada vez mayor de académi- cas preocupadas por esta problemética. Su impacto se produjoen nuestro medio basicamente en el campo humanfstico y de las ciencias sociales, focalizéndose més en disciplii icologia, sociologia, antropologia, derecho, Jetras y educa- cién. Desde sus comienzos se definis como una corriente interdisciplinaria que utilizaba de modo’ heterogéneo diversos marcos te6ricos.y metodolégico: En la década del ochenta, ciertas corrientes de los éstudios de la mujer, en sociedades industrializadas, demostraron tener limitaciones inherentes a la perspectiva unidireccional con que encaraban su objeto de estudio..Una de estas limitaciories consistia en que enfocar exclusivamente el problema de las “ tnujeres lleva a no tener una visién de conjunto, ya queel otro no es pensado, significado ni desconstruido. Sin embargo, a pesar * de que esta situacién produjo movimientos eriticos, igualmente sereconocen entre sus logrog haber hecho visible lo que nose vefa en la sociedad, poniendo en descubierto la: marginacién social de las mujeres; desmontar la pretendida naturalizacién de la divi- si6n sexual del trabajo, revisando la exclusién de las mujeres del 4mbito publicoy su sujeciénen lo privado; denunciar los prejui- ios sexistas:con que es percibida la sexualidad: femenina; someter a debate y ofrecer mejores criterios para la atencién de - Jasaludmentalyyréproductiva; ampliarla perspectiva deinsercién educativa de las mujeres, etcétera, En los afios ochenta. comenzé a perfil abarcadora eincluyente que buscaba nue ciones de sentido, tratando de avanzar 1 mujeres y varones, con lo cual surgieron De forma paralela un miimero atin reducido de hombres cemenes 8 cuestionarse sobre la “condicién masculina’, es decir, eéme le, cultura patriarcal deja sus marcas en la construcciOn de In masculinidad, afectando sus modos de pensar, de sentir y de actuar. Algunos de estos estudios dan lugar ala llamada “neevs masculinidad”. Los estudios de género aspiran a ofrecer nuevas construc- ciones de sentido para que hombres y mujeres perciban su maseulinidad y su feminidad, y reconstruyan los vineulos entre ambos en términos que no sean los discriminatorios, todo ello basado en q ie una corriente més ‘as formas de construc- las relacio; que en el momento actual: se describen de 1 como “conflictos de la Posmodernidad”. A menudo se relacionan cultura posmoderna, en + ¥ muy particularmente el Se asocian al ingreso.de las mujeres en la moderni- in del ingreso de las mujeres a la modernidad glo XVIII a partir de la Revolucién Francesa, con los i “Igualdad, libertad y fraternidad”, y la propuesta de socio na fnT 8 todos los sujetos sociales a la construccién de uns fociedad orientada hacia un futuro de progreso, Sus valores inclufan el eulto a la razén, la dominacién de la naturalece por Parte del hombre, el desarrollo industrial y teenolégien, ett. be Gste proyecto no participaron las mujeres; no fueron sujetos disefiadores de esos valores sino cus auxiliares, mediante la configuracién de una sociedad que delimitaba claramente, a partir evolucién Industrial, el espacio publico para los Escaneado con CamScanner bres, el poder racional y econémico; para las mujeres, el poder de los afectos en el dmbito de la vida doméstica y-de la fe nuclear. Eéta divisién de dreas de poder entre hombres y muje- res tuvo efectos de largo alcance en Ia constitucién de su subje- tividad, que iremos analizando loli de las mujeres, llegar a caracterizé iébil”, para dar cuenta de Ja representaci6n soci id, como efecto de aquella Politica de exclusiones. Dentro de este contexto de la moderni- dad, surgieron los grupos de mujeres descritos ai que denunciaban eu excl le, hasta modernidad, que suponfan quela humanidad marchaba hi in universal y que valores tales como el progresoy la igualdad eran comunes a todos. También era propio de este discurso social la nocién de un sujetouniversal, unitario, que se dirige hacia un fin tinico, En el caso de las mujeres, sus movi- mientos consideran que semnejante proyecto de la modernidad quedé inconcluso, mal logrado, plene de fallas y en situacién de crisis. Los nuevos estudios sobre la condicién masculina también critica, y sera motivo reiterado en este libro el anélisis del malestar de los varones. Los actuales estudios de género hacen algunas criticas a aquella concepeién moderna acerca de la construccién del género . yabandonan el proyecto de una graniteoria explicativa sobre las condiciones femenina y masculina, Se centran cada vez més-en investigaciones concretas y especificas, con metas més limita- das. A partir. de Jos afios ochenta, los estudios de género han criticado les suposiciones de la dependencia femeniria universal y su confitiamiento a la esfera doméstica, que ¢ fan, 8 partir de la experiencia con mujeres blancas, de sectores medios y de sectores urbanos, extrapolaciones no siempre ciertas. Los estudios de género centrados ert Jas problematicaa de la mascu- linidad también han criticado las hipétesis modernas a partir de la experiencia de los varones en posiciones de poder y autoridad, ot le extrapolando la construccién de la subjetividad masculina a Partir de los hombres de raza blanca, de sectores medios y de contextos urbanos. Esto ha llevado a que quienes se ocupan de hipétesis ‘género actualmente tienen un interés menor en las teorias s¢ les abarcadoras, y los estudios se han vuelto més localizados y orientados teméticamente, Estos principios serfan idea posmoderna acerca del fin de los grandes tivos de probleméticas universales, Sin embargo, de género conservan para si poderosa base de con que se iniciaron los primeros estudios acerea de femenina, especialmente Ia denuncia de las condi. ciones de desigualdad y de marginacién de mujeres yio de hombres en determinadas 4reas de poder donde podrian desple- gar su subjetividad, Como resultado de las criticas de las teorias. feministas de las décadas del sesenta y del setenta, en los afios ochenta mi investigadoras y estudiosos con perspectiva de género han donado el proyecto de una gran teoria social, dedicénd investigaciones ms puntuales. Si vulténeamente, se ha v produciendo en muchos paises una itucionalizacic ‘estudios de género, un aumento de investigadoras e investigado- Tescon una fuerte inspiracién feminista y una acu cada vex mayor de informacién conereta. Ademés, en los afios ochenta las mujeres de sectores populares, las de color, las lesbit otras han formulado sus objeciones contra las teorias fe que no tienen en, cuenta: sus problemas especificos. De modo lar se han incorparado a los estudios de género las experien- ias diferenciales de “los otros” hombres: los que no son de raza blanca, ni heterosexuales, ni de sectores medios. y otros de variados intereses e inscripciones genéricas. Tanto las investigadoras Nancy Fras algunas otras que las acompaiian en el libro Feminismo/ Posmodernismo (1992), las autoras que junto con Sheila Benhabid yDrucilla Cornell han publicado Teoria feministay teorfacritica (1990), como Jane Flax. en su libro Thinking. Frogments. Psychoanalysis, Feminism and Postmodernism in the Contemporary West (1990) coinciden en postular algunas articu- Jaciones hacia la construccién deun feminismo posmoderno. Alli también se podrian ubicar algunos estudios actuales sobre la sii a i Escaneado con CamScanner maseulinidad (Kimmel, 1992; Bonino, 1992). La premisa basica para las articulaciones se afirmaria en combinarlaincredulidad posmoderna respecto de los grandes relatos co ; de eritica social del feminismo. Podriamos formular, a partir del debate eritico, algunas precisiones sobre las propuestas que realizan sobre eémo constrair herramientas teéricas y précticas desde una perspectiva de género, de acuerdo con las necesidades de este cambio de siglo. Algunas de tales: precisiones-son las siguientes: a) Por lo general se afirma que las teorias de género deben sostener sus principios originales de critica social. Los principios a Poe eae + sociales, politicos; econémicos, his! mujeres han ocupado posiciones de desi las cultiras estudiadas. La actitud de critica social se ha man- tenido como nexo comiin entre todas las investi tas, cualquiera sea el campo de estudio o de desenvuelven. Esta posicin sostenida y persistentees unadelos. factores que han permitido el avance y despliegue del feminismo en sociedades muy diversas, y es uno de los poderosos motores {que ponen en marcha los estudiosos de la.condicién masculins para proponer condiciones sociales de transformacién. i iden en tomar el concepto de género.como categoria femenino como género oprimido izado”, ete.) buscando esteblecer ‘modos de opresiGn del género por los cuales las , se trata de una categoria de anélisis que.axin mantiene su vigencia, Los esfuerzos achiales estan dirigidos a poner en tensién y/o buscar articulaciones del concepto de género cone de clase social, raza, grupo étnico. . ©)Proponen hacer una tranaformacién de las relaciones socia- es: El concepto de transformacién de las relaciones sociales sigue manteniendo su vigencia, desde sus. primeras formulaciones. ‘También se recalca la necesaria transformacién de las relaciant t sociales en términos socioeconémicos a través del andlisis de la posicién desigual de las mujeres en relacién con la distribucién de los bienes econémicos, de las oportunidades de trabajo. Desde esta perspectiva se analiza el fenémeno de la “feminizacién.de la pobreza” y de Ia problemética de la precarizacién dél empleo y de los altisimos indices de desempleo. 4) Denuncian “lo omitido®, “lo invisible”, sente”, “lo silenciado”, en el discurso so: Harstock, 1992 ). presencia delas mujeres y hacer audible su vozien el campo soci sinoquea la vez, en muchos casos, se propone unaexacerbacién de esos procesos con la finalidad de revertir aqui i vorable. En el campo de la participacién politica de las mujeres, asi como en el de las condiciones de trabajo femenino, esta carac- teristica podria.englobarse dentro de las propuestas de Ja asi lamada “discriminacién positiva hacia.las mujeres”. e) Sugieren tomar como punto de partida el anélisis de las précticas de la vida cotidiana, de lo personal, de | des. Estos as] pardmetros la subjetividad masculina. _ )Realizan una critica de los relatos o diseursos de la moder- nidad: 1) por ser dualistas (dividen el universo que estudian en sistenias“o-o");2) por tener principios autoritarios yhegeménicos (‘definir un sujeto de la historia”, “estudiar al sujeto varén", ieee na vor diferente”), tal como lo formulate: Gilligan Porque son esenciali: istéricos; siniversalistan: y ‘ofaieemias ot tab ices perme be 8) ‘Hacen una critica a las teorfas feministas 208 de la modernidad, En i que reproducen trativa Escaneado con CamScanner ‘h) Ofrecen una ‘critica al conocimiento cientifico de base _positivista y su apoyo al conocimiento construido: 1) desde los tismosrsujetos; 2) desde las précticas sociales. Proponen ‘Tevisar los conceptos. de justicia: se postula la nocién de*justicia de género”, tal comolo plantea Majors(1990)en. + gu estudio sobre género, justicia y derecho personal; otro aporte a “una reevaluacién de este concepto a través del térmi it ; multiplicidades” es el realizado por Fraser y Nicholson (1992). i mn la nocién acerea de las crisis delas representacio- en la representacién social de los varones como sujetos provee- dores econémicos dea clésica familia nuclear y algunas reflexi especificidad del concepto de crisis en la construc- tas sobré el paradigma dela complejidad,en ugar del para fad. Algunos rasgos que denotan los principios de “Ja complejidad son: 1) necesidad de asociar al objeto con su teraccién (por ejemplo: observador/a (problematica dela objet ‘maticas de la representacién, de la subjetivi 1a productor de sentid complejos, que tienen entre sf relaciones de riedad, de antagonismo, de contradiccién, ete.; 5) contradicciones. de lo complejo na con criterios 0 con criterios ternarios que transgredan (desor- ymplejidad nos recuerda no “el resto, con los otros términos_jcon:.los cuales puede tenér _ yelaciones de tensién, complementariedad, contr: Algunos rasgos que denotan‘los principios de la consisten en: 1) disyuncién (el objetivo buscado es aislar las partes de un conjunto complejo); 2) reduccién (se propone reducir un todo complejo a las partes elementales consideradas como “esenciales”); 3) generalizacién (consiste en tomar una parte por i jstos rasgos permiten lograr que un fenémeno sea ; permiten la medicién, la cuantificacién. Son princi- pios que se identifican con un orden determinista universal, que notiene en cuenta las singularidades, salvo como“desviaciones”. de situaciones concretas, y cada caso queda marcado por la muy particular forma en que cada sujeto, en cada momento de su vida, introyecta en sucotidianidad la cultura, el desideratum genérico, y cada uno de los elementos articulados de manera especifica y \légicas: el pragmatismo, laf d, ete, len en la necesidad de la pa taujeres y los varones para cam! relaciones iendo en cuenta los actuales principios acerca de la, ilidad, lahistoricidad, °) Proponen establecer redes y alianzas entre las diversas corrientes feministas y con otros movimientos sociales (por ejemplo: con grupos ecologistas, con grupos preocupados por la calidad de vida,'con grupos interesados en la defensa de log derechos humanos, ete. P) Insisten en la necesidad de repensar la dimensién ética de nuestra cultura, no sélo de los valores patriarcales.sino también ena, in de los valores pospatriarcales (Flax, Yeatman). Escaneado con CamScanner @) Varias autoras del feminismo posmoderno estén conside- rando la incorporacién de los varones a los andli mética de la opresién de género y al cueationamiento de la construccién de la subjetividad masculina. Nosotras considera- mos que actualmente se estén planteando ciertos avances sobre Jos factores considerados opresivos para el género masculino; nos han interesado en particular 8 respecto de ium objeto de estudio, Las “conversaciones” no tienden a conéluir, sino a continuar mediante acuerdos y desacuerdos: no se propo- ‘nen conclusiones ni sintésis sino puntos de llegada abiertos con masculino/femenina (Tubert, 1996). E) feminismo de la diferen- cia propone una mayor participacién de las mujeres como conse- cuencia de estratos més evolucionados del progreso de la socie- dad teenol6gica, en sus modos de construcci6n de bienes simbé- des construidas’ sobre’ la. base de a corporeidad, en la palabra de la mujer, en su imaginario, con el objeto de resignificar los viejos significados patriarcales. PROBLEMAS SOBRE EL CONCEPTO DE IDENTIDAD DE GENERO mo parte de la tensién existente entre los conflictos plan- edar ae Jas teorias dé a modernidad y las nievas perspect vas sportadas por las hipétesis posmodernas, pademos conside rar interesante el debate acerca de la asf lamade identidad d igénero, femenina 0 masculina. Si tomamos como puntos de partida los criterioscon quese establecieron hipdtesis acerca ” de laconstruccién de los eujetosen la modernidad, el concepto de {Grntidad ba sido fundante para comprender tal construcci6n y Tae ey diversos grupos humanos. Asi, se han 10 género Por igual. A pesarde que el debate es este ibrohemos optado por suponer quelos rporado a su subj idad modos de ser, identidad ms é 1os comprender el derrotero histé1 l, politico y econémico que ha determinado el posicionemiente subjetivo de los varones en su género, y el efecto que esto ha Pproducido sobre su subjetividad e, 180, sobre sus modos de padecer malestar. Sin embargo, deberiamos tener en cuenta que la variedad y diversidad actual de los distintos modos de posicionamiento en su género para os varones nos coloca ante le necesidad de revisar la categoria de género con nuevas Precisio- nes, Esto es asf porque se trata de una eategoria que opera sobre Ja base de una légica binaria que divide no sélo a los géneros en femenino masculino, sino que, dentro de ‘esa misma légica, coloca a los sujetos det mismo género dentro de posicicnes superior/inferior, dominador/dominado, reproduciendo las rela- social y subjetiva que cada sujeto ocupaba, en la actual situacién de debate la nocién de identidad de género pasa a considerarse una categoria que impone condiciones de opresién a quienes se inscriben en ella con pretensiones de orden y claridad. El debate actual, sugiere posiciones genéricas criticas, no conformistas, afirmadas en experiencias complejas, que utilizan recursos tam- bién complejos para reflexionar y operar dentro de una ingcrip- cién genérica determinada. Como afirma Butler (1998), la fjeza dela identificacién de género, su supuesta invariabilidad cultu- ral, su status como una cause interior e intima, puede muy bien Escaneado con CamScanner ser uitil para establecer una serie de factores comunes -transhistéricos entroloa miembrosdeun mismo género aunque esta Sutorét se refiere en Particular al género femenino-, pero debemos'considerar que se trata dejuna narrativa constreida sobre la'base de. identidades mucho més complejas. En su, andlisis sobre las narrativas psicoanaliticas acerca de a identi. ~ dad genérica, seiala: El lenguaje psicoanalftico que intenta describir la fjeza interior de ‘nuestras identidades como mujeres o varones funciona pare refor. zaruna cierta coherencia ¥ para impedir convergencias de identida, dea de género y todo tipo de disonancin de género, ocuando existen, para relegarias a los primeros estadios de una historia del desarre, Io, y por lo tanto normativa. Propone entorices revisar radicalmente las normas de cohe- rencia discursiva acerca de la estos fines cuando se trata de comprender la produccion de los. géneros, aunque esta autora sugiere que; en cualquier caso, “parece crucial resistirse al mito de los origenes. interiores, comprendidos ya sea como naturales o fijados por la cultura”. Solamente entonces podré comprenderse la coherencia del género como una ficcién reguladora, més que como Punto en comitin para un proceso liberador de las condiciones opresivas de existencia. A pesar de la desestabilizacién del concepto de género, y delos debates planteados en este libro acerca de cémo reconsiderar una nocién tan compleja;-conservamos una premisa que guia nuestras reflexiones y orienta nivestros modos de operar: que nuestros. conocimientos habrén de contribuir a proyectos de transformacién de vinculos humanios ajustos e inequitativos. Enel casodel ‘género masculino, el malestar de los varones como efecto: de; las relaciones. de poder !intergénero e intragénero " implicadas en Ja cultura patriarcal nos ha.llevado a que los aportes que podamos ofrecer apuntén a transformar tales rela- cidnes de poder en vinculos cuya humanidad dependa de otros valores, como la solidaridad, la equidad, la justiciay los cuidados -Cendencia de las determinaciones: Parr | de los otros, y no sélo debido a cuestiones centradas en las necesidades y los intereses de los: grupos involuerados, Kata Rocién estard presente a lo lazgo de todos los capitulos de este libro. DEBATES ACTUALES ACERCA DEL CONCEPTO DE GENERO La creacién del concepto de género ha Proporcionado una herramienta_ ‘teérica de indudable: ‘valor, tanto para los Psicoana- listas wotros expertos en el estudio dea subjetividad como para temas con el objeto de hacer més accesibl nes genera.una pérdida de la nocién de s No son ajenos dobre reaciones politicas referidas a las ideologiaa en pugna sobre las relaciones Sociales entre mujeres y varones, Flantearemos algunas de estas oposiciones dicotmicas,con el abjetivo de superar la logica binaria, que tal como lo expresaron diversos autores, es caracteristica de la perspective endrecon ‘rica (Irigaray, 1974; Fernandez, 1993), ,_Hemos seleccionado dentro de un universo més am ato vs. adqui ciologia; deseo us. poder; género vs. diferencia sexual simbélice, Estos pares contrapuestos mantienen estrechos vinculos exitre sh y tal ver podemos considerarlos como formas diversas de tear logistas e Escaneado con CamScanner eoinciden en minimizer. la importancia de los as} ‘simbélicos en la conformacién de las das por género asf como en el estableci ‘entre los géneros. Las connotaciones politico-sexuales de tales ini ‘en.general conservadoras. Una excepcién a esta pese a algunos rebrotesreligiosos contemporéneos: Por ese motivo, la naturaleza ha sido erigida como una deidad enfrentar el caracter convenci oriefitan nuestra existencia; s para modificarse. no excluye que tengan un pode ‘estrueturante de la subjetividad, que no debemos minimizar. INNATO VERSUS ADQUIRIDO. Respecto de lo que se ha llamado “identidad sexual”, denomi- nacién algo reificante, que hoy preferimos reemplazar por una referencia mas dinémica a los procesos identificatorios que se produeen a lo largo del tal, existe un debate que siempre retorna, acerca del vinculo existente entre las determinaciones corporales y la fuerza de la creencia de los padres 0 cuidadores acerca de Jo que el infante és. Natura y.Nurtura contindan su pugna por la hegemonia a través de los més diversos ropajes. ‘Robert Stoller, a partir de estudios realizados por. John Money, destacé la prioridad que en nuestra especie adquiere el otro significativo por sobre Ja: constitucién’ anatémica;.como determinante dela estructuracién del psiquismo(Dio Bleichmar, alternativa durante la moder , smodernos 1998). | Cuando el cuerpo biolégicono concuerda, percepci6n oel proyecto identifcatorio que los padres elaborna repeste ot infante, es el deseo parental lo que prevalece. El sentimiento de ser mujer o de ser varén se establece a mediados del segundo afo de vida, mucho antes de que se configure la representacién dela, diferencia genital. Lo que Stoller: ‘denomina gender core, onticleo de Ia identidad de género, y Jessica Benjamin (1997) prefiere lamar “identificacién genérica nominal”, para resaltar el rol estructurante de la denominacién asignada, remite ala pereep- cién de los pads cuidadores, que es una fuerza poderosa para id sexuada. Los casos de transexualismo ilustran de forma dramética esta sjtuacién, pero no hacen més que exacerbar un proceso general, que opera en la identificacién por género de todas las personas, En muchos casos, el afin por destacar el cardcter adquiridoy relacional de la sexuacién subjetiva condujo a minimizar la importancia del cuerpo, y en especial de la erogeneidad corporal, aspectoconsiderado central por algunas corrientes peitoanaliticas (tales como la que expone en gu presentacién de este libro el doctor David Maldavsky) para Is construecién del aparato psi- quico. {Cémo resolver la oseilacién entre un cuerpo imaginado como crear un marco teérico que articule de modo significative cuerpo ico, vinculos primarios, précticas reiteradas y représenta- ies colectivas para comprender la eexuacién subjetiva y las relaciones : epifenémeno respecto de la naturaleza, mientras que la otra consiste en una conceptuslizacién aditiva acerca de su relacién. Ejemploa de la primera concepcién se encuentran en el pen- jiento sociobiolégico, que considera que la organizacién nccial Escaneado con CamScanner debe responder a necesidades naturales universales, y que enel Jogro de esa adecuacién reside el éxito de i siones,culturales. Los: argumentos socio! “hecho de que las acciones humanas est4n constituidas de modo colectivo y-que los desenlaces sociales observados:responden més al efecto de'la interaccién social que a la expresién de ias individuales heredadas. Bl autor refuerza este argu- \do-recientes investigaciones acerca de la influen- hormonas en el comportamiento de los nifios, que demuestran que si bien existen efectos a 18 pseudobiolégicas que cons- truyen una biologia imaginaria para sacralizar posturas socia- les conservadoras. La concepcién aditiva supone que existe una elaboracién cultural de la distincién entre los sexs. Las teorias sociolégicas ‘acerca de los roles sexuales se basan sobre ese supuesto, Aun algunos desarrollos progresistas, que abogan por una moderni- zacién de los roles sexuales, suponenique existe una diferencia de base, que no es considerada como opresiva puesto que es natural. Pero ocurre que, cuando los tedricos de los roles sociales experiencia vital de! asigna mucha importancia a aspectostales como | excitacién sexual, el contacto entonees, a tina toma de distancia respecto de las experiencias corpéréas-cuya importancia fue destacada por el psicoandlisis. ‘Una objecién acerca de estas teorias aditivas se refiere a que Ia asignacién de género es dicotémica y polarizada, y que estoya constituye una operacién ideolégica que resulta naturalizada,o ‘un orden simbélico suatentado en la estructura del lenguaje. UnestudiohistéricodeThomas Laqueur _ (1994) nos demuestra cémo han variado Jas representaciones sociales sobre el sexo, y la forma en qiue estas representaciones configuraron la investigacién, el avance en los conocimientos y los aspectos ignorados acerca de la biologia humana..En él contexto del mundo antiguo, exist{a la representacién de un sexo ‘énico, cuya versién plena estaba representada por los varones, mientras que las mujeres eran consideradas comoel resultadode ‘un déficit temporario en la potencia paterna. Sin embargo, pese a esta teoria monosexual, el comportamiento esperado para ambos géneros y los supuestos acerca desu subjetividad, estaban rigidamente.pautados de forma dicotémica. El reclamo contemporéneo acerca de una asignacién definida de sexo para los estados intersexuales, asignacién que se produce mediante recursos quirirgicos y hormonales, ast como los recla- mos de los sujetos transexuales, que solicitan como un derecho la posibilidad de someterse a mutilaciones genitales con el fin de adecuar sus cuerpos a su identidad subjetiva, responden a este ordenamiento dicotémico de los géneros, que no es biolégico sino simbélico. El campo de estudios denominado “queer theory”, que toma ‘como objeto la experiencia homosexual, aporta interesantes contribuciones respecto de este tema, que se deben ala solvencia académica de algunas autoras, tales como Judith Butler, Particular postura subjetiva respecto del género, quel: para sustraerse al sentido comin hegeménico. Butler (1993) considera que el género es un arreglo “performativo”, aludiendo ‘un desempefio cuasi teatral, que se reproduce cotidianamente a través de un proceso de “citacionalidad”. Con este término se refiere al habito de citar referencias bibliogréficas. Cuando se cita, se adjudica legitimidad al discurso, peroesta legitimidad no es previa sino que se construye en el acto mismo de citar.De este modo se construyen deseos, pero también es posible ir constru- yendoun horizonte simbéli i gue del deseo homos: patologia o margin: La radicalidad de esta propuesta enfatiza la constru ial y subjetiva-de la subjetividad sexuada y del deseo, minimizando los factores biolégicos y descalificando los argumentos que aluden a. practicas “contra | nat Escaneado con CamScanner vias aditivas, afirma que lo social és radicalmente antinatural, Pero que estonoimplica desconexién con respectoalanaturaleza. La relacién entre naturaleza y sociedad es definida por el autor como de “relevancia préctica”, no de causalidad. Las précticas sociales que construyen relaciones de género no ‘expresin patrones naturales, y taripoco los jgnoran, mas bien los niegan en una transférmacién préctica. .. , Elconcepto de transformacién a través de las précticas esta inspirado en la postura de Gordon Childe, historiador que destacé la forma en que la especie humana transforma la ‘naturaleza a través del trabajo. Laestereotipia de género, que es un “trabajo cultural” en si niega las amp! existentes entre mujeres y varones. y dest lidad que existe en desconociendo la gran cada subconjunto . ‘La argumentacién de Conn listas, porque reconoce e integra la importanci corporal, punto focal del pensamiento psicoanalitico, evitandola creacién de un universo de vinculos sin cuerpos. Las précticas sociales tejen una estructura'simbélica de interpretacién alrede- dordelas diferencias naturales, quecon frecuencia lasdistorsiona y exagera. Mas atin, el erotismo y la agresién.son plasmados, ios a través de précticas tales como la moda, los depor- leas rituales, Los cuerpos son sexuados y también idos por otras:determinaciones. El género, la clase, la etnia y Ja edad se entrecruzan para construir subjetividad. Connell -considera que nuestros cuerpos crecen y trabajan, florecen y decaen, én situaciones sociales que producen efectos corporales. Por ejemplo, nuestro sistema social. produce desnutricién entre los pobres y obesidad entre los ricos, quienes Juego se esfuerzan por bajar.de peso, débido a la importancia paradéjica que adquiere la esbeltezcomoemblema de distincién, ‘Los pobres, por su parte, se pareces n quienes atentaban au robustazeomo emblema del hechode que estaban a salvo del hambre: Las.distrofias producidas por el exceso de. ingestién. de harinas simulan-hoy: ‘en: Jos sectores populares une pseudoabtindancia.-En cuanto a los géneres, #0, — foerza gnlosvaroneayle gracia on las mui }, aunque jévenes tornean sus i ios, lej dela languidee vetrianas me Bimoaios a El cuerpo nunca esté por fuera de la historia y Ia historia nunea esté libre de la presencia corporal o de la produecién de efectos sobre los cuerpos. Las dicotomfas tradicionales que subyacen a los enfoques reduccionistas deben ser reemplazadas por un relato més adecuado y complejo acerca de las relaciones sociales en que transcurre el interjuego entre los aspectos corpo- rales y sociales, A partir de estos aportes, podemos considerar superadas las posturas que postulaban una‘feminidad o una masculinidad preformada a partir de la diferencia sexual anatémica. En sintesis: las experiencias corporales asociadas con la diferencia sexual anatémica ejercen un efecto mediado, transfor- mado, resignificado, por complejos arreglos culturales que son variables a través de la historia, aunque algunos aspectos, como Ja polarizacién entre los géneros ya jerarquia asimétrica a favor de los varones, han insistido a lo largo del tiempo. El aparato psiquico debe aduefiarse del cuerpo asi como lo hace con el mundo, y ese proceso est4 mediatizado por las actitudes y por el discurso de los cuidadores primarios. Estos, a su vez, integran una familia que emerge de una estructura social més amplia y que constituye el principal recurso para plasmar subjetividades adecuadas para la: reproduccién social, reproduccién que no szsluye en las sociedades méviles un proceso continuo de innova- cién, PSICOANALISIS VERSUS SOCIOLOGIA ‘Un obstaculo muy frecuente que surge cuando se entabla un didlogo entre psicoanalistas de formacién clésica y psicoanalis- tas con perspectiva de género consiste en quelos primerosniegan ‘segundos su pertenencia al campo del psicoandlisis. Consi- to ide los estudioa psicoanaliticos se limita’ al» iente, y en algunos caisos reconocen legitimi-. = Escaneado con CamScanner sino que su origen deriv: john: Money entre los es! ina genus, que las palabras en masculino, 0 nifia Ge constituye mediante un Por ese motivo, Dio Bleichmer destaca hipétesis freudiana acerca de la masculinidad primaria de las nifias. Freud (1931) consideraba que la libido, en tanto pulsién activa, es masculina, y crefa que las nifias pequetias eran semejantes a los varoncites, en cuanto al caré modalidades deseantes especificas de las muje- tes. Se.comprende que cuando la meta pul a desear ser pen ras y hasta agresivas, segiin sea el caso, tal como lo ilustra un trabajo de la Recherche Nouvelle (Chasseguet- 8 7), donde la autora estudia los efectos de Ia culpabi- i ‘to que atribuye al temor experimenta- fantas{a de haber dafiado al hombre deseos de retenerlo en su interior Escaneado con CamScanner més que en las investiduras pulsionales consideradas de forma aislada. ‘De este modo se modifica otra posible polaridad, aquella que se plantea entre.deseo y carécter, ya que no siempre se desea aquello que nose es, como sucede en el caso frecuente en que una -mujercon cardcter masculino desea, sin embargo, alos hombres. ‘También es cierta la situacién contraria, como ocurre en el caso de mujeres que eligen como pareja a varones que representan su ideal del yo, es decir que han logrado metas personales a las que elias hubieran aspirado, pero que no alcanzaron. En estos casos, “I prolija linea que deberia separar el ser del tener se ha difuminado, cosa que ocurre muchas veces y que podemos ‘percibir cuando contamos con concep\ sar en esa alternativa. De presenta, como ventaja adicion: jue nos permiten pen- concepto de género jdad deconceptualizar nes entre la orienta- Por el hecho de que la madre es generalmente, y hasta‘ el masculina, A lo largo del libro volveremos sobre esta cuestién. De modo que, tal como lo planteé Dio Bleichmar en 1985, nosélo amor, como fue descrito para las niias, perd af six modelo, la imagen sobre la cual construyen su ser. ; Enilee Dio Bleichmar (1998) considera qué el géneroes una categoria psicoanalitica porque: . construye a partir de Ia fantasmética y del deseo del otro jplanta-instituyendo el. yo del sujeto. Las distintas corrientes teéricas dentro del paicoandlisis destacan el otro humano como. constructor, pero simultdneam factor distorsionante, perturbador, abusador, de a singularidad del deseo, del instinto. La autora considera también que el psicoanélisis aporta elementos para comprender la forma en que las instituciones de lo simbélico coristruyen Ja subjetividad individual y aparecen como una “naturaleza segunda’. Como bien dice Ana Maria ‘Fernéndez (1999): ‘Suponer que el género es una eategoria sociolégica y por tantonada tiene el psicoandlisis que interrogarse al respecto, ex renunciar a pensar la articulacién entre deseo y poder. ioe capes. Una misma deno: John Money (1955), y por una antropéloga feminista, Gayle Rubin (1975), Money as In existencia de un sistema en el individuo, ferirse aun Tispeitives dad biolégica en sexualidad humana, a través de la del tabi del incesto y sreambio de mujeres, y que especifica, mediante las reglas del parentesco, las formas en que esa sexualidad asi transformada puede ser satisfecha, Escaneado con CamScanner Bn realidad, podemos considerar que el género es un sistema en sf mismo, que es analizado por'las diversas disciplinas en ‘diferentes niveles. ‘Una politéloga, Jeanine Anderson (1999), considera'al género + comoun sistema, omés bien ella se refiere a sistemas de'género, este modelo prototipico y también la necesidad de delegarles poder y otorgarles consideracién por sus logros. Eleardcter sistémico que la autora asigna al género determi- mantuvo la segmentacién horizontal y vertical del mereado de trabajo, y se produjo una depreciacién de las profesiones feminizadas. Evelyne Sullerot (1979) sostuvo que cuando una 1. Por segmentacién horizontal se:entiende que las mujeres se . se asciende en la pean ide ocupacional. 50° précticas prevalentes, de acuerdo con el rmedeloawe ve elija para Ja comprensifn de lo social. DESEO VERSUS PODER. Nuestra tarea se desarrolla en un cruce de caminos donde cuanto a lo que consideran las claves tiltimas para dar sentido a. tancia a las relaciones de poder entre varones y mujeres, coincidiendo en este aspecto entre otras fuentes, con la: concepeién proveniente de Ia obra de Michel Foucault, ‘Sobrela cuestiGn dela: asombro ante una soci Escaneado con CamScanner explicita sus conflictos y padecimientos relacionados con la ‘censura de la sexualidad, y al mismo tiempo elabora complejos dispositivos destinadoe a poner en palabras los més recénditos deseos y fantasias sexuales. A partir de esa percepcién, 6] autor descalifica Jo que denomina “la hipétesis rep ya que explica esta postura en en lugar de reivindicar: Ja pureza dela “sangre”, cifra s juegos de poder, no reconociendo especificidad te6ri poder intergénero, quese enlazaria en forma inextricable con as género (Balbus, «, Osborne reli - acerca de la eficacia de la represion, arguyendo: {..c)]as mujeres no ereemos que haya una saturacién de imagenes sexuales en nuestro entorno, sobre todo porque nosotras no hemos tenido todavia la oportunidad de ver aflorar, salvo en muy insufi- ‘lente medida, una subjetividad femenina que hable de la sexuali- Gad desde nuestro punto de vista. acerca de as formasen quelas sociedades humanaaseestratifican yen que el poder se acumula y se delega. En el contexto de esa, indagacién, lleg6 a captar la necesided de estudiar las relaciones ‘entre los géneros sexuales y la dominacién masculina, considera- da como la forma bisica de organizacién y de construccién de las ventrilocua”. Esa maquina o mufieca seria la via preferida para expresar asuntos que no emanan desi misma, sirioque derivan de Jas relaciones de poder institucionalizadas. Escaneado con CamScanner Tencia sexual anatémica y sus correlatos: ‘Teproductivos, han sido transformadas mediante précticas rituales en veh{culos y evi. dencias confirmatorias de las’diversas-variantes con que se Construyé ‘la jerarquia social intergenérica (por ejemplo, se Tefiere a la contaminacién atribuida al flujo menstrual, oa la i tas virtudes del semen), La sexualidad ada, enajenada en funcién de’ los ientosjerérquicos, peroa avez erfauninstrumentode alienacién, ya que la diferencia sexual anatémica es utilizada i al varones, Este tipo de interpretacién acerca de la produccién social de 1a sexualidad resulta posible de ser formulada en una época en Ja cual se cuestiona fuertemente la naturalizacién ideolégica de los roles sociales de género, dada la creciente tendencia a abolir Ja division sexual del trabajo. Dentro del campo psicoanalitico, vemos que Emilee Bleichmar| estudio de las histerias (una de} les en que se manifiesta el malestar de las res en la cultura patriarcal) del estudio de ra que la reduccién de si sexualidad es una expresién de su estatuto existe una rebelién sintomal consistente en “hacerse ama de su deseo”, a fin de reafirmar la estima de si. Muchas mujeres aspiran a consolidar la estima de si mismas renunciando a un. placer.sexual asociado con la degradacié orden simbél placer femenino y sentimiento: desi. Sobre la base de esas inado, y que cial y moral, en un que plantea una oposicién paradéjiea entre consider: Bleichmar propone focalizar la indagacién en el narcisismo de gén Jessica Benjamin (1996), al jerarquizar Jo que denomina deseo de reconocimiento, coincide en cuestionar el recurso exclu- sivo ala erogeneidad como clave para decodificar la experiencia subjetiva. En lugar de considerar la estima de si en forma autorreferida, la relaciona explicitamente con el reconocimiento que proviene del semejante. De este modo se aparta de una tradiciOn psicoanalitica que toma como objeto de indagaciéi procesos intrapsiquicos de un sujeto\que resulta artifici aislado. Aunque muchos éstudios pricoanaliticos reconocen la importancia de los vinculos para la estructuracién del mundo interno y la construccién de imagos objetales, la teorfa intersubjetiva destaca la ichmar (1998) inscribe su pensamiento dentro del paradigma de la intersubjetividad. No hemos advertido en forma suficiente el carécter cuestionador que estos planteos presentan con respecto a una las “piedras fundamentales” del edificio teérico del Ja sexualidad concebida como motor pri ‘Nancy Chodorow (1978) planteé esta cuestié desarrollos de la escuela inglesa de las rela autora consideré que los relatos acerca del notablemente si se concibe al ser humano como un individue aislado, que se dirige al semejante con el unico tisfacer sus urgencias pulsionales, o si se reconoce ficacia de los vinculos para la construccién, embargo, aun cuando'los sujetos renuneien al placer sensual en ara autoestima, ‘tal como lo plantea Dio Bleichmar, es posible referir la sensacién de ver amados por ol origenes tempranos, o sea, a las primeras Tenuncias que realiza el nifio-en funcién de ganar el amor de guienes lo asisten frer nte al desamparo infantil. Al fin y al cabo, Ja investidura amorosa del self no es més que el sedimento subjetivo del amor recibido por parte de quienes hemos amade, Recordemos que, tal como lo describe Benjamin (1996) elinfante ¢snarcisista en el nivel cognitivo, peroen la realidad depende en forma extrema de un vinculo con otro ser humano. De este modo, otra posible antinomia, aquella que se plantea entre narcisismo ¥ Pulsi6n, queda cuestionada, asi como la oposicién entre narcisismo e intersubjetivi Ana Maria Fernandez (1999) plantea, adhiriendo al ‘método de Foucault, la necesidad de genealogizar al Hombre de Deseo, 1osea, establecer una genealogia histérica que determine cuando jenz6 a considerar al deseo como la clave para la comprem. Escaneado con CamScanner ‘sign del ser humano. Esto ocurrié durante Ia modernidad, y el establecimiento de su geneslégia es parte necesaria de toda empresa desconatructiva de las eategorias que utilizamos para a la satisfaccién pulsional’ directa; 1a cultura operaria conio {ntitucionalizacin colectiva de as regulacionasimpuestas alos nifios y j6venes por parte de los padres, quienes serfan asi pensar la cuestién de la'diferencia. Para esta autora, “el sujeto pereibidos al mismo tiempo como su ori de deato ox inseparable del Hombre de Poder, en tanto lat 2990), = eee repreaentaciones acerca dela cubjetividad se articulan con.los = | ‘diferencia entre ambas corriéntes psicoanall dispositivos politicos. smento recouociia par Foucault from tenar apt ome 'Vemoa entonces que el querpo,sustancia gozantey padeciente, abjeto de su andlisis, recibe y reproduce las improntas delas regulaciones elaboradas entre el fen el grupo humano que lo precede y contextia, reglas que del pode cristalizan las respuestas colectivas ante los desafios ala super- ‘de poder: vivencia general, las que incluyen la perpetuacién o innovacién capilar, tn los arreglos de poder vigentes. La pul pre en ‘ tencuentroentre disposiciones herederas; acerca : ‘vas universales y las regulaciones in reepecta del otro, el deseo de someter y el de ser some ena historia grupal ancestral. El pod i entrecruzan en las relacionea eréticas, que son siempre ae tucién del deseo. relaciones de poder, entre loa géneros y en el interior de cada génoro sexual. Respecto de Ja particular relacién existente entre la sexuali- dad y el poder, Foucault (1976) expresa: t r siquico dea necesidad de amor se sve holgado satisfacerse.(...] eu cual para procuraruna satiafa os primeros reclamos de la cult és grandiosos logros culturales, que son imacién cada vez més vasta do Sin embargo, mayormente, Freud opuso a un sujeto movido Isiones de origs e iversidad existente entre las tradiciones intelectuales francesa y anglosajona. El concepto de géneio Escaneado con CamScanner ‘surgi6 en los: Estados. Unidos,.y los tedricos formados en la escuela francesa de psicoandlisis han elegido continuar con la Fi oes rt (1988) considera que Freud también pensé que enel inconscienteno hay contenidos especificos sino que con: en un modo de operar con las i Desde esa perspectiva tedrica, i de Ja diferencia sexual. La mastulinidad y la feminidad serian vacias a las que se les asignian diversos contenidos en. funcién de las circunstancias histérico-soci: De acuerdo con el planteo lacaniano, para el ser humano lo natural sélo es, su esfuerzo por ‘no polemizar .con el androcentrismo del discurso freudiano, no nos parece vélido ‘interpretar el monismo félico como constructiviemo. La autora realizada por Freud en 1933, acerca de que el psicoandlisis ‘no puede dar cuenta de lo que es una mujer, sino de la forma en.que un ser hamano bisexual deviene femenino. Nos parece necesario recor- dar que en el corpus psicoanalitico coexiate esta tendencia junto con aspectos reduccionistas y naturalistas, expresados a través dela famoga paréfrasis de Napoleén que el creador del psicoané- lisis realiz6 1925). El psi especifice para evitar escap: referencia de los procesos pefquicos a un sustrato biolégico respecto del cual se esperaba encontrar una correspondencia punto a punto. Las lecturas estructuralistas que se realizaron con posterioridad, presentan el Freud que desearfan hubiera \con frecuencia un retornode los invariantes, esta vez referidos a la estructura atemporal can teoriza el complej fante humano renunci la, marca dos destinos .¥ e508 destinos se sustentan ex nntre ser-elsfalo y tener-el-faloes diferencia entre sexualidad feme- nifia son el falo para la madre en el define a la mujer es que desea continuar si no puede tenerlo. Vernos que aqui retorna este sentido, las teorizaciones que dan prevalen no pueden sin embargo desligarse por completo rrencia sexual anatémica, Por otra parte, debemos tener presente que el orden simbélico en si mismo es androcéntrico, debido al dominio social de los varones. No es posible pensar en estructuras simbé- icas gestadas por fuera de las relaciones sociales de poder. ‘Tubert hi tendemos edipico, podemos.aventurar que en un orden androeéntrico podrian ser otros los significantes: an la funcién metaforizante que hace po: sujetoa través de su entrada en lo sim! significantes clave deberan: poder insta Coincidimosen ese /aspecto con la autora. res hemos planteado que en el Escaneado con CamScanner Jarepresentacién colectiva dela diferencia sexual noha sido atin Tograds, ya que, de acuerdo con la légica del nercisis sociales y subjetivos. ‘Para comprender la operacién simbélica que establece la diferencia sexual, es necesario tener en cuenta la existencia previa de la feminidad y de la masculinidad cultural. En este sentido, hay que relativizar el cuestionamiento que hace Tubert_ respecto del intento de establecer como objeto teérico nna clase reconocimiento de la diferencia sexual permitiria salir de un Vinculo de fascinacién y a la vez-de agresividad con un doble especular del si mismo. "Para que se pueda pasar de la identificacién primaria a las identificaciones discriminadas y pe ‘con algunos aspec- través de su empleo. i . pee te se plantea ‘aqui una fal impresién de.que nuevamente e% P 2 ‘Tubert (1988) dice: ‘antinomia. La existencia de los multiples deseos inconscient no exciuyela existencia de un sentimiento de f yl hechode . derivan de cor {Jes importante la eritiea de los fandamentosideotégicas y norma: tivos de conceptos como el de identidad, ya que, bajo la forma de una conceptualizacién cientifica, obturan lx emergencia dela palabra yel. deseo de cada mujer como sujeto humano. Su afirmacién es adecuada en términos de. la teorfa ero debe tomar en cuenta quetal aseveracion sélo wulada en.un horizonte cultural donde el cardcter je mujeres y, més tarde, por las agrupaciones mas- formes con las normativas ancestrales. El concepto Escaneado con CamScanner do género ha permitido hacer vidibles las determinaciones soci les y culturales relacionadas coi la diferencia entre los sex que favorecié su cuestionamiento,y asf promoviéun notable cam- bio en el estatuto social de las mujeres. Sin confundir! intos. niveles de andlisis, es conveniente establecer relaciones signifi- cativas entre las herramientas taéricas y su modd politico de construccién, asi como con sus efectos sobre la realidad. Tubert plantea que la feminidad no consiste en un contenido Sijado sino en una diversidad y multiplicidad de formas en quela mujeres construida. Se trata entonces de saber cémose organiza ladiferencia sexual en la cultura. Discute entonces, la validezde los intentos de unificacién el complejo de Edipo y su correlato, el complejo de east establece la diferencia. De ese modo parece negar la existencia de precursores preedipicos del sentimiento de ser mujer o varén. Por el contrat Jos relatos acerca del desarrollo que nos ofrece Ja escuela de relaciones de objeto permiten establecer diferentes fases tives a través de las cuales la diferencia eexual se va establ ciendo. . Pa isis, es necesario discriminar entre el proceso tes van construyendo la representa- cién subj rrencias y el process hist6rico mediante el cual se han construido las representaciones colectivas acerca de la diferencia sexual. Estas repré sociales consti- tuyen a su vez el contexto dentro del cual el desarrollo evolutivo de los sujetos tiene lugar. ‘Numerosos autores han trabsjado sobre un andlisis eritico de Ja forma en que se ha conceptualizado la diferencia sexual en Oceidente. Luce Irigaray (1974), psicoanalista feminista pos: lacaniana, destacé algunos aspectos de la légica félica, que opera mediante|a polarizacién, el establecimientode dicotomfasy,den- 62 tro de esas dos categorfas, subsume una en la otra, negando astla diferencia y transforméndola en inferioridad. El “Otro”, o mejor dicho la otra, pasa a ser considerado como una copia deficitaria y. especular del “Uno”, que funciona como sujeto modélico, Entre nosotros, Ana Marfa Ferndndez(1993) ha retomado estos concep- tos. Silvia Tubert también los cuestiona, y en un trabajo reciente tace la contingenciae historicidad de la hegemonia del. te félico como significante del deseoy de la falta, dentro del discurso lacaniano. egeménico ylas cristalizaciones de poder entre Jos géneros. El colectivo dominante estd en condiciones de trans-" \d respectodela perspectivade ‘enel interior decada género, donde la visin del mundo y la experiencia de los sectores dominantes oculta la forma de transitar por el mundo de los subordinados debido a su sector social u origen étnico. Por ese i ‘nos hemos propuesto realizar una inversién Martha Rosenberg fiere recurrir a la diferer teGrico, plantea que la argentina que pre- lica como instrumento idad de} discurso feminista, hacién- dolo.aceptable para determinados sectores. Si bien pudo haber estado presente en algunos casos la intencién de hacer aceptable este corpus tedrico para comunidades académicas donde atin se sostuviera la ilusién en la neutralidad del saber, en realidad, el mismo proceso de neutralizacién politica puede producirse res- ecto del empleo del concepto de diferencia sexual simbélica, Los autores lacanianos a menudo vacian el concepto de su asociacién con el poder y reciclan antiguos concepts esencialistas de forma actualizada, Un trabajo presentado en el “Coloquio sobre el ejercicio del saber y la diferencia de los sexos”, que se realizé durante 1990 en i sofia, pese a su complejo desarro- llo, parece’ recaer en esta postura tradicional. Alain (1999), en su artfculo {Bs el amor el lugar deun saber Escaneado con CamScanner

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