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Familia y unidad doméstica: mundo publico y vida privada Elizabeth Jelin REIMPRESION INDICE Pag. Introduceién 5 £] ambito doméstico, el mundo pablico y la vida privada 8 Familia y unidad doméstica a lo largo del ciclo de vida 14 La anidad doméstica en ta produecién y reproduceion 20 La dinimica interna: Ia unidad doméstice como organiza- cién formal 26 Las bases sociales de la solidaridad y el conflicto intra- domésticos 34 Conelusiones 38 Referencias bibliogrificas aL FAMILIA Y UNIDAD DOMESTICA: MUNDO PUBLICO Y VIDA PRIVADA* Elizabeth Jelin Introducci6n Los procesos sociales ligados a la reproduccién cotidiana y generacional de le poblacién constituyen un complejo conjumto de mecanismos y organizacionss relativamente poco estudiar das en las ciencias sociales, La tematica del mantenimiento y reproduccién de la poblacién en las sociedades occidentales capitalistas contemmpordneas ha estado pricticamente ausente del andtisis social durante décadas y ha sido recescublerta s6lo recientemente, Las descripciones y andlisis de estos procesos eran parte de la tradicion etnografica de la antropologia, pero no se habian estudiado con el mismo rigor en las sociedades occidentales, cantrales o periféricas, ni en las diversas variantes de ias organizaciones sociales socialistas. Este redescubrimiento estuva Sigado a diversos desarratlos temiticos en las ciencias sociales: par un lado los debates sobre la economia politica del trabafo doméstico, estimulados por fos movimientos sociales de Ubcraciéa de la mujer y por nuevas cotrientes de andlisis y critica dentro de la tradicion marxista @lalos, 1980). Por otro lado, la crisis de la oconomia del bienestar en las sociedades occidentales centrales, que ha puesto + Este trabsjo es parte de! proyecto de investigncion sobre “Unidad doméstica y nivel de vida en los estusios populares urbanos: estratesias de participacién labozai y de ooneuino en Buenos Aires”. Divsrsos espec- tos do dicho proyecto han sido financisdos por subsidios de PISPAL, ‘OFT, Fundacian Pord, Fundacion Interamericana y por una bea personal de} Population Council, Agredecemos el apoyo y confianze de estas ‘entidades, sobre cd tapete, como cuestion social y politicamente signifi- cativa, el tema de los mecanismos sociales de proteccién y man- Tenimiento de los individuos y grupos sociales que no “tre ‘bajan”!, En el mundo acadziico, ef descubrimienta y la politize- cién del trabajo deméstico so dio, en Ja altima déeada, como reacci6n a ja Sociologia funcionalista de la famitia. De manera esquemitica, ésta plenteaba que cl proceso de modemizacion, en tanto involuera una creciente diferenciacién institucional, produce una especializacin funcional de la familia, Las tinicas funciones sociales de lz familia en el mundo moderno setian €l apoyo emocional de los adultos y Is socializacion temprana de fos niatos. En esta perspectiva, [a tarea domestica —que ine claye todas las actividades cotidianas de transformacion final de bienes para el consumo y numerosos servicios personales— ‘no parce cxistit ni roquerit andtisis y explicaciones. En tanto se sealiza en el mbito privado de la familie y ct hogar, la im- portancia social de Ja tarea doméstica parece estar centrada ea sv valor como expresién del amor y la devocién de las mu- jeres ¥ no come actividad material socialmente necesaria, Las situaciones de crisis en le matetializacion de ese trabajo “invi- sible”, en parte producto del cuestionamiento de las mujeres de la “naturalidad” de su responsabilidad por el mismo, cow vittieron al tema del mantenimiento cotidiano de lz fucrza de trabajo y de los que no trabajan en una cuestion social y poli fica relevante, En as ciencias sociales el tema se convittié en objeto de reflexion y andlisis. Ademis del impacto de esta problematizaci6n proveniente de los paises centrales, en el desarrollo de las ciencias sociales en América Latina el origen de la preocupacion pucde rastrearse en el andlisis de la vinculacién entre procesos y estilos de des arroflo y la conformacién de nuevos grupos sociales. Durante la década de los sesenta, esta vinculacion s¢ fue focatizanda en le bisqueda de telaciones entre la dependencia externa, que dejaba su impronts en cl estilo de desarrollo, y ta mang nalidad social, su consecuencia desde la perspectiva de las 5 Entre comillas porque ee zefiere a le definiciéa habitual de “ina bajo”, 0 sca, el abajo semunersdo. 6 transformaciones en los sectores populares (Cardoso y Faletto, 1969, Nun, 1969; Kowarick, 1975), Este tipo de andlisis se centro en ja fotmaciéa de tmevos grupos sociales, especi mente los sectores populares urbanos, La migracién surat urbana, desproporcionada con la absorcién productiva alrede- dor de la industria moderna, fue vista como mecanismo de transformacién de [a rarginalidad rural en marginalidad urbana (Quijano, 1968, Singer. 1975). Pero una mirada mas en detalle a's omganizacién econémica y social dio lugar a reconsiderar cl Jupur de estos grupos sociales dentro de la nueva estructura urbana, Se pasé a reconocer cierto papel autonome a los Tema- dos “scclotes informales” y a revalorizar sus rasgos creativos, a la vez que las articulaciones entre ellos y los sectores mis dindmicos en dicha economia eparecian como més evidentes (Roberts, 1978: Peattie, 1979. Fn el plano social, el aruilisis de ta orgenizaciton de las uri: dades productivas del sector informal imptieé necesariamente una consideracién explicita de Ja vineulacion entre procesas de produccién y reproduccién y mantonimiento, dadas las determinaciones reciprocas que cxisten entre ellos (Schmukler, 1981, Jelin, 1976). A stt vez, en el plano maczosocial, ta recon- sidetacion de [os grupos sociales subalternos en cf proceso de desarrollo evo a visualizat el medio urbane no s6lo coma la escena de ciertas formas productivas (la fibrica noderna o el comercio callgjero) que. slam lugae a actores diferenciaslos (lt elase abrera, los marginados), sino como varios escenarios superpuestos vinculados, Enire ellos, cobré especial importan- cis Ia organiaacin del consumo colectiva en el medio ureano (el uso de Ia ticrra, cl transporte, los servicios habitacioneles, Ja salud, ete.), como determinants dei nivel y el estilo de vida Ge los sectores populates. De ahi la consideracion de la orgari- zacién del consumto como dimension crucial de la organizacién social. Adeniis, duvante Jos iltimos aftos se ha dado un des artollo specifica de Ta investisaciém y la conceptualizacion de la familia y sus estrategias de sobrevivencia (Torrado, 1981). Fste trabajo se inscribe d ntro de esta perspectiva que privilegia las actividades de mantenimiento y reproduccién. Sa objetivo ex avanzar en una conceptualizacion que rescate a dindmiew interna de la orgamizucion doméstica, basindola 7 en las tareas y actividades concretas, materiales, “utilitarias” que en ella se realizan. Fste enfoque no supone olvidar los lazos afectivos y Tas representacionas ideoloxivas y culturales que enmarcan y dan sentido a ta organizacion doméstica. sino mis bien anciar los afectos y las representaciones en Jus aspec tos materiales de Ja vida cotidiana. Et ambito doméstico, el mundo pisblico y 1a vida privada La literatura antropolégica se ha especializado en anatizur y discutir la tematica de la organizacién social de Is familia y la reprodueciém (para una revision recienty de toda esta area, Yanagiako, 1979). Ln primer punte importante a resvatar de esta literatura es Ie distincidx analitica entre grupo zesidencial, unidad reproductiva, unidad econémica de produccion y uni dad de consumy. En base a trabajos ya clisicus sobre el Lema, después de revisar las diversas conceptuatizaciones v cnfoques, Jack Goody propone: “la expresioa ‘grupo donnstioo’, con el fin dé evitar algunas difi- euitades de definicién e introducir un elemento de Mexibifidad ‘sta expresién es un término genérieo que exglo's tres tigos princi- pales de unidades, a ssbor, ln unidad de resiéencia, Is unidad repro- dductiva y la unidad econémica, La unidad econdimica, a su vez, ¢s ‘un término genético que abarca a las personas comprometidas cone juntamente en el proceso de produecién y consumo. En Tas socie- dades agricolas {asi como en In produccién artosanal) estas diversas nidudes estési intiovament’ Lgudas, mientras que en lis sociedades industriales s¢ las puede distinguir con witidez™. (Goody, 1972, P-106}, Esta diferenciacion analitiea ha mostrado su utilidad com parativa, dada la enorme variahitidad intercultural en tas formas de organizacidn social, Su acuptacién presenta dos problemas bisicos, uno de cargeter empinco, otro analitico. Si tas unidades sociales s¢ van a diferenciar sezin su actividad especifica, queda en manos de Ia investigacion empirica 1a determinacion de los grados y tipos de superposiciones, comespondencias y disyunr Ciones én la membrecia y limites de los grupos sociales cone sidentes, de la familia y de las unidades de procuccion y consur mo. ‘También queda abietta la cuestigu de las jaterrelaciones entre estas unidades’. En ef plino analitico, el problema consiste en 12 ormula- eign de jerarquias ¢ sntervelaciones explicativas entre Fan atnicae des, dimensiones y actividades, 0 sea, el plinteo de hipatesis Que sefialan g cicrLas dimensiones como principios organizatives sociales basicos, para permitir asi fa interpretaciin de variacio- nes y regularidades inter e intrasocictales y la explicacion de procesos de cambio. La cuestién clave, entonees, consiste en caracterizer a dimension sustautiva definitoria det grape doméstico y de los vineulos entre sus miembros. En esta dizee- ciéa una fuerte comtiente deatzo de Ix sntrapologia ha puesto ol Enfasis sobre los luzos de pareniesco y la terminologia corres: pondiente a los mismos, derivando de ellos los arregios resides ciales y la conformacion de las unidades productivas y de con: sume (Reader, 1957, Fortes, 1969), Alternativamente, otros esmidios han puesto et énfasis sobre los mecanismos de transmi- sion de la propiedad, © sea las normas anatrimonicles y heredir tarias (Goody, 1976; Goody, Thrisk y Thompson, 1978). En algunos casos, hay wna referencia explicita a la vinculacion entre estos mecaniamos y la orginizacion productiva de ks so- ciedad en cuestion (Meillasoux, 1977; Rouriliew, 1976) Como sefala Vanagisako, este enfoque puede ser itil cuando la propiedad es el elemento central que define y aghe tina a las unidades comestieas. Pero, “En otras sitvaciones, tales como la de los campesinos no propie: tarias, los recalectores y sazadorcs 0 lox ahsjadores ssaleriados, se podrian identificar otros componontes significatives de ta enyeni- 2 Estes cuestiones cobvan su verdadera dimension cuando se incla- ‘yen las organizaciones domésticas de tradiciones culturales diverszntzs, tales como la familia china (Greeuhaigh, 1980) 0 la organizacibn social de diversas culturas afsicanas y asiéticas (Oppong, 1982; Geody; 1976) Las coincidencias y distinciones entre unidades domésticas, familias, gru- pos residenciales y viviendas han sido objeto de discusiones operscionales muy extonsas, cspecisiment: en los intentos de estendanzar los critetios de enumeracion cencal para asegurar la comparstividad intersocietal Gureh et ad, 1976). Fate punto es tsmbién ste fmportancia capital on. los anliss sobre discribueion del ingreso que toran ex cuenta la com posicion femiliar (Kuznets, 1975) zacién familiar, tales como el grugo comensal, 2! grupo d¢ produc- ci6n y el grupo presupnestaric, dentro del cual existen intercambios seciprocos ene los miembros sin levar comabilidad, Sin eimbargo, | conjunte de personas que realiza eushquiars de estas aetivida ties puede cambiar a lo largo del ciclo productive, del ciclo de inter- cambio o del ciclo de vida del individuo, En consecucncia, desde tun ponto de vista analiticy, resultarfa més estratéxico vomenzar in- Vestigando los acrividades conatitutivas de lus relaciones domésticas en carla sociedad particular”. (Yanzgisako, 1979, 9, 186), Aceptar la propuysta de le autora, yur privileuia las activi- dades domesticas, implica una delimitacion inicial del foco de anilisis. En nuestra caso, como ya fue senalado antes, el foco estd en as actividades ligidas af mantenimiesta y teproduccién de fa poblacién en el maree de una organizacion productiva dada. El término “reproduecién” incluye analiticamente tres dimensiones 0 niveles: 11 reproduccin biologica, que en el plano familiar significa cl tener hijos y en el plane social se te- fiere a los aspectos socio-demogrificos de lz fecundidad: la reproduccion cotidiana, o sca cl mantcnimiento de la pobla- ion existente a través de las tareas domésticas de subsistencia; ¥ fa reproduccion social, o sa todas las tarcas extraproductivas diriadas al mantenimionto del sistema social (Edholm, Harris y Young, 1977}, El daibito doméstico incuye basicamente las actividades dé producci6n y consumo cotidiano de alimentos ¥ otros bienes y servicios de subsistencia, asi como las uctivie dades Tigadas a la reposicion generacicnal, es decir, tener hijos, cuidarlos y sociaiizarlos, La eleccion del ambito doméstico no implica concebirlo coma una nidad aislada del munda social ni identificar “lo doméstico” con “to privado”, en contraposicion con el imbito piiblico del poder y la produccién social. Ambos son errores corrientes en Ja litcratuea sobre cl tema, En efecto, a partir de distinciones analiticas refetidas a los contextos en los que se desarrolian actividades y a lz normatividad que regula cada ambito, ha habide una tendsncis en las ciencias sociales « tomar la distincion entre el munéo doméstico y el pablico come si reflojera un corte tajante real, y a atibnirle significados y refe- rencias que van mueho més alld de ko implicado en Ta cancep- tualizacién original de la distincién, hecha por Fortes (1969). 10 El problema no zeside tanto en los teferentes tedricos y empitices del mundo piblico sino en Ja confusion ¢ identifi cacin entre lo doméstico y eb mundo privado, invisible desde el oxterier, impenctrable y, por extension, concebido como de la selativa menor importancia social’. Mas aun, la distincin entre estos dmbitos ha side identificada con ta diferenciacion sexual —los hombres a vargo de las tareas pablicas, las mujeres de lo privade y daméstico— come si esto fuera una sonstante universal ce la organizaciin social. La indagacion autropalogica comparativa reciente muestta que el modelo de andlisis basado en la contraposicion entre cl imbito privado doméstico/las muicres{la falta de poder y cl ambito pablicojtos hombres/el poder, carece de base de base universal (Rapp, 1979} y que le distincion os fandamentalmente de naturalez cultural © ideoldgica’ El enfoque que aqué proponemos para abordar el émbito doméstico parte de fa ctitica 2 estas concepciones dualistas ¥ 5¢ autre de ideas desarroiladas en los tltimos atios desde varias perspectivas convergentes. Desile la perspectiva de la “histor nia de las mentalidades” Donzelot ha presentade un convin- cente angumento sobre la preseneia contormadora de “lo sacial”™ en el mundo de fa {amailia “BL método que empleamos planiea a la familia a0 como punto de partida, como realidad manifiesta, sino como una. cesultante mévil, como forma incierta, cuyn intelisiilidad se logra solamente sise estudia el sistema de relaciones que mantiene en cl nivel socio- politico. Esto requiere deleciat loJas las mediaciones politicas que existen entre estos des niveies de registro, identificando Iss Lineas do transformactén que se sitian on ese espacio de intersecciomas™ onzelot, 1979p. XXV}- Segttn el autor, 1a tarea del historiador, consiste en, 3 Vanagisako, 1979, 1979, se teficrs a Ia mupericialicad de tas des ctipciones del 4mbito coméstico en los informes etnggraficos, ain de aantropolugos de primera linea, resultante de esta concepeiés, + Larguia y Dumoulin han extondido las implicaciones do esta di- tinctom mestrendo como le separacion entre el trabajo visible y el social- mente invisitle ha senido para enmascarsr la subordinacion de Ip mujer (Larguia y Damoulin, 1975), 1 “identificar lineas de tramsformecién suficiontennente sutites como para dar cuenta de las singularidades asignadas a los roles familia es... pereibiendo a es0s roles conto el resultado estratégico de dit cas formas diversas... Este primer objeto, I familia, iri luego des- ‘vaneciéndose en su trasfordo, eclipsado por otro, lo social, Srente al cual la furitia es al mistuo tiompo roina y prisoners” (Donzolot, 1979, p. 7) EI concept clave para esta indagacion histérica es el “policiamiento”, “Comprendido 10 en el sentido limitador y represiva que see asigna en 1a actualidad, sino con un significado mucho més amplio, que abarca todos Jos métodos para el desarrollo de la calided de una ‘poblaciém y Is fortaleza de le nasion” (Donzelot, 1979, 2.67). O sea, la familia y el mundo doméstico se ven conformados en relacién al mundo publico de los servicios, de Ia legisiacion, Gel control social, de la cambiante definicién det ambito de apli- cacion de la medicina, de los mecanismos de regulacion de las ‘imégenes sociales provalecientes sobre la familia y la “norme- lidad”, de las ideotogias ¢ instituciones cducativas, de tas definiciones sociales del lugar y objetivo de la Glantropia y la catidad pibliea (Donzelot, 1979; Aries, 1962). Las transforma- ciones en todo este sistema de instituciones e ideas van dando forma histéricamente al ambito de ta familia. En este enfoque. obviamente, lo doméstico y 1a familia no son vistos como parte del mundo privado, sino como parte de “lo social”, aquello sobre lo cual se ejerce el policiamiente y el control, Desde la perspectiva centrada en la revision de las diver- sas teorfas sociolbgicas y psicoléaicas sobre ta familia, y con el objative de responder a las preguntas sobre el futuro de ta fami- ia, Ca, Lash también pone al descubierto el grado de politi- zacién y desprivatizacion a la que esta institucién es sometida (Lasch, 1977). Segin este autor, el patriarcalismo tradicional ha sido erosionado por la invasion de las agencias sociales, Je os profesionsles y los expertos, minando las areas de campeten- cia de los propios miembros de ta familia. Sin embargo, como muesta Donzelot, la penetracién de “lo social” en el émbito familiar no es una creacién reciente debida a la creciente profe- sionalizacién de Jos servicios en Occidente, sino que se trata 12 de una fuerza social que se fue transformande a lo largo de varios siglos de historia, sjercida a través de diversas institucio nes socidles (la filantropia y Ia caridad, la legislacién sobre menores y familia, las practicas médicas, etc). La contribucién a ta discusion ds este tema proveniente de Jos estudios de la mujer se centra en el andiisis de ta identidud femenina, la divisién sexual del trabajo y las relactones de po- der. Dentro de esta perspectiva, una primera corriente intelec- tual ancla la subordinacion de la mujer en la dualidad pablicof doméstico identificada con la diferenciacion hombre/mujer. La posicidn subordinada do la mujer es explicatts por su espe- cializaci6n en las actividades domésticas: “En témuinos generales, fas obligaciones y demandas domnésticat parecerian ayudar a oxpiicar las razors por las cuales las rnujeres se ven, en todas partes, imitadas en el acceso a las actividades mascu- linas prestigiosas” (Rosaldo, 1980, p. 399), EI sistema de relaciones sociales que define 1a identidad femenina parece casi deducible de los hechos biolégicos de Ia reproduccién, La critica a esta visién dualista enfatiza el caricter public y social, real o potencial. de la actividad doméstica a cargo de {as mujeres. Yanagisako, por ejemplo, concluye ta revision critica de la bibliografia sobre la organizacién doméstica soste- niendo que “las relaciones domésticas son una parte esencial de Ia estructura politica de una sociedad (Yanagisako, 1979, p. 181). Bn un articulo reciente, Hishtain critica las posturas arquetipicas del ferninismo y el antifeminisma; el feminismo que reivindica una identidad pablica para las mujeres en pie de igualdad con los hombres, rechazando su papel y su identidad ligada al ambito doméstico, y la postuta tradicional, que aceptz ja diferenciacion sexual correlacionada con Ia distincion pabl co/privado, Para plantear s posicion, la autora hace una anslo- gia con la leyenda de Antigona: “EL punto de vista Ge Autigona es el de una mujer que se aireve a esafiar 1 10s poderes piitlioos expresando deheres e imperatives familiares y sociales... Pera recapturar esta expresiOn y recuperar esta petspectiva —no solamente en fumckin de y para lus mujeres 18 se hace nocesario ubicar a Tas hijss do Antigona sa el luger que, teabloros y problemiticamente, contindan ubicdndose: en ef Jmbito del mundo social donde la vida humana es nutride y prote- sida cotidinamente. Este es un niumdo que las mujeres no han abandonado, aungue lanto lz sociedad dominade por los hombres coma una parte 4° la protosta femenina la hea desvalorivade camo J esfera de los chines, el tabayo de mien y ke decadencia vocal Fate es un murtio que las mujeres, concientes de sux valores tcadi cones, pueden sacar a la hi2 para presionar sobre polities e iden dledes piblicas del presente... Definir este mundo simplemente como 1a ‘esfera privida’ en conteuste com fa esters publica’ es enatovo Para los nortcamericanos, la nocién de ‘privado! evoea imigcnes de estrecha exclusiviema, EI munda de Antigona, par lo sontrario, 6 um espacio sovief que habla de, y hacia, identities propias de vada familia particular, puc um lado, pero que, eu olf mus] guiis ais bisico, toca una identilad hurbana profindamente ocilta, ya que primero y principalnicnte, no sors sares politicos © exnd- rnicos, sino hembres y mujeres de Zamilig” (Elshtain, 1982, 7.55.56). En este caso, convergente con ke angumentucion de Donze- lot, se privilegian las aspectos politicos y soctales implicados en Ta eslera domestica de le reproducci6n y cl consume (Jelin, 1983}. En resumen, el ambit doméstico que nos intezesa cara tenzat y estudiar se delimita pur el conjunto de actividades comunes ¢ compartidas ligadas al mantenimiznto votidiano de un gro social, que se conforman y cambian en

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