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83 1 Racine Fedra Traduccién de Manuel Mujica Lainez Prologo de Roger Caillois aX Coleccion Qbras Maestras Fondo Nacignal de las Editori: DUPRESO EN ARGENTINA te eco a dpe qe pode Se laty riyas. © sore Bho Sedenchans Seta froma co Weimar 305, Bro drs ‘Tio dt opt en fants: Fedra Tragedia en cinco actos y en verso, de Jean Racine (1677). Tiene 13.057 palabras, 1609 son diferentes y silo 612 sustantivos. Fedra era la tragedia preferida de Racine. Después de haberla escrito, enardé silencio durante doce afios y silo retoms Ia pluma para somponer, a pedido det vey, dos dramas teligiosos con coros destinados a la vez a diverlir y a edificar a las jévenes, que tardaron mucho en ser representados con actores ante un vere dadero pice. Fedra es también le pieza de Racine mis estudiada ‘por los exegetas, Es realidad, se presta més que otras al anilsis. Una Reina tiene tanto borror a la pasién gue la consume que desea morir. Por mucho que se esfuerce por escapar a exe mal lo confiesa —cosa que para ella es casi consentirlo—, causa la muerte del hombre que ama, y muere a su vez, criminal infame, pero también inocente, ya que no ba cesado de luchar contra una fasalidad que excede su volun- ted, Cada uno da un nombre diferente a esta fata lidad: la decisidn de los dioses, la gracia rebuiade, 9 incluso lor poderes oscuros @ indomables de las nieblas del alma. Cierto es que Racine tenta simpa- Ha por los jansenistas, pero este es um drama antiguo, tno cristiano, con respecto al enal ef doctor Freud, psicélogo de Viens, no resultarla menos competente ‘que eb obispo Jansenius, tedlogo de Y pres Conviene remontarse primero a las constantes de a dramaturgia raciniana. La accibn, que amenaza de buen grado ta vida de um vitto (Astionas en Andro- maque. Eliccin en Athalic), 0 que termina en el sasesinato de un joven y cindido enamorado (Brit. nico, Bayaceto 9, precisamente, Hipélito), tranieurre generalniente en ana suerte de espacio cerrado, que obra como campo magnético. Fuerzas tan pronto ‘andninas, tan pronto sobrendtnrales, pero siempre implacebles, determinan la conclutin del drama, sin ‘que ta volunted de los protagonistas pueda desviar To inevitable. Estin condenados sin haber logrado intervenir:sdlo pueden debairse venamente conira la Tegisaciin o la influencia secreta a que todo obedece en el recinto mégico, donde quedan desde el comienzo aislados, parslizados, abandonados sin defensa ni re- cursos. En Bajazet ef harén, la aimésfera venenosa de intrigas de gineceo, es ef espacio donde se des arrollan las. pasiones egoistas de las sultanas; en Athalic, ex ef Templo donde reina ef Dios judio, ef Eremo, invocado desde los primeros versor 7 el sinico que lo ba conducido todo, segiin se proclana al find; en Béxénice, por fin, es el palacio del Emperador, la muda presencia de Roma gue separa, contra su v0 Itad, a los protagonists reales unidos, caso excep~ ional’ ext una tragedis, for an amor comparido En Fedra, al contrario, el decorado comiste em wna terraza de ta insignificante Trezena. Por cierto, no oculia poderes malfices. Es wna abra de gracia, cath ‘un refugio, si uno piensa en la descripciin que en contramos en seguida de una Grecia poblada por moni- 8 traos temibles para los seres bumanos y gobernados desde Io alto. por dioses invisibles 3 ommipresentes, mas temibler ain porque son dioses, por lo tanto inbumanos, es decir no necesariamente bostiles y da- Minos, tal vex serviciales, como Neptuno, que cumple el voto de Teseo, pero distratdos, indiferentes, des- enfadados, y con otras costumbres, otras emociones, otros derecho. Trezena, tranguila y amable, aparece ash como wn amparo, por lo menos hasta la Wegada de Fedra 0, como Hipélito la designa en seguida, para que las cosas queden claras ante el expectador: La fille de Minos et de Pasiphad: Con ell, los dioses consagran a la apacible Trezera Una terible miquina se pone sibitamente en marché, sin que en verdad nadie tenga la cnlpa. Nadie, ex cepto Pedva, torturada y moribunda, Ama a sn bijas- 1, que no es de su sangre, de manera que sus pre~ tensiones al incesto, del que se acusa como si ya 10 ubiese cometide, son por lo menos discutibles. Am Dlifica a la vex su desgracia y su delito. Alimenta ‘m ignominia. Se deleita en ella, Le fascina vivila. Es que, en efecto, es bija de Minos y de Pasifee, del jez de los Infiernos y de una Reina que se dise frazé con una armazin en forma de vaca para abrcer con enpaiios a un toro. Fedra es bija de la Ley 3 del Arrebato: herencia contradictoria, dificil de sobrele- ‘ar 9 que arrasira por aadidura como ana obliga- cién de encontrar en ella motivo de vanidad y de merecerla, por asi decinlo. Es demasiado para Fedra, que constantemente esquiva y tergiverss, sin acer frente jamis. Por precaucién supersiiasa, bata se las arregla para que sa confidente pronuncie antes que 9 lla el nombre de Hipdlito, 710 aprovecha con avidez, con alivio. -Qué puede ser mas elocuente para aclarar tun panico exencal? Confieso que el recurso prosiene de Exripides, pero en Racine cobra otro alcance. dra se persuade de que los dioses, que ban vito 1 becho las mil y una (Enona no deja de recordér Selo) se estremecerin ante el sentimiento que la em barge 7 que apenas se alreve a covfeser. Se siente, tal vez quiere sense, espantosa, como si con eso esperara obtener circunstancias alenuanbes 0 una rei ponsbilided atenuada. Le resulta provechoso deca arse vencida de entrada, Durante toda la pieza, s0 deja Hevar. La ascendencia de Hipblto, aunque pensemos en lla con menos frecuencia, no es menos digna de in- terés, A la hija de Pasifae corresponde el bijo de uma Amazons, una de esas guerreras fabulosas que se quemaban el pecho derecho para usar més fic mente ol arco y se prestaban tan poco a los ardores de ta carve que sblo consentian, para perpetuer su raza, ripidos abrazos con extranjeros de paso. Abar- donaban a sus bijos varones, La fébula no dice por medio de qué favor 0 de qué astucia exaps Hipdlito 4 la suerte que lo esperaba Sea como fuere, Hipétito tiene, como Fedra, an arigen sospechoro. Por el hecho de haber sobrevivido, ‘ha descartado ese ovigen. Parece wn trinsfuga de una raza fuerte, cues aficiones conserva: la caza, tos perros, las jabalinas, los jabales, Ios eaballos; en una palabra, of mundo puro 7 saludable del bosque. Por Supuesto, etd. Avcis, pero es solamente wna parti (quina, introducida por Racine debido a las exigencias de La intriga. EL bosque si que es real, inmsediato, of medio natu- ral del hijo de la Amazons, Su oscuridad tutelar 10 ‘opone a los sombrios y siniestror repliegues del La- erinte, Poy Lo tanto, Fedra aspins ante todo a ser trantportada al bosque, Por eso lanza ese grito que sorprende a Enona: Dieux! que ne suis-je asise & Vombee des foréts! Es alli también donde Hipslito, tnsidor a su raza, intents en vano escapar al encanto 0 a los encantos de Arica Dans Je fond des foréts, votre image me suit Por fisr, es alli donde Fedra imagine, equivocada- mente, el encuentro de estos amantes Dans Je fond des forts, allaientils se cacher? Silo entonces, enloquecila por los cles, acepta perder a Hipslito. Perderlo en los dos sentdos del Hermino, Perdido pata ella (que por Io menos este perdido por ella) y al mismo tiempo perdido para todas las demis, especialmente para aguclla que, Lo sospecha, es. conpatiera en el bosque inexpugnable Bsr el otro extromo de este espacio imaginario, de cesta geogratia a medias simbélica, lejos de Las arbo- Tedas amigas de las fieras y de los caitos, se yorgue le complicada casamata que ws fanesto arguitecto ba construido para esconder al monsirao antropéfago, con cabeza de toro, hijo de la Reina. Fedva piensa en exo desde La teraza de Trezena, mientras le tem. len les rodilas Ja luz le destenbra, Aira a Hipélito que ells no se bubiera contentado, como sn Iermara en ol caso de Teseo, con ofrecerle wn ovilo de bil, sino que lo hubiers acompatado al Labe- into, pare reencontarie 0 perderte con 81. Una vez mis se deja arrebaisr. No esti de acuerdo con su sanicter jorsar asi el desino, No puede ignorar tam- poco que buble entonces del Minotanro, aniquitado desde hace tiempo, » de wn Laberinto abandonado, invadido por la mal Ante ba puerta de la morada inextricable, probar Dlemente se babrla inventado otras angustias, otros remondimientos, El Minotauro, al fin y al cabo, es su medio hermano. cHabria sido capaz de guiar basta las asesing? Sin dieda habria aparecida, entonces, ex su faz de mujer quejosa, platidens, pasilénime, temblorosa, ests vex al Dorde de un frasricidio y no de un incest. Es wna veleidosa que necesita torturarse. Es la tinica, entre las beroinas de Racine, que se preocupa dde justificar sn pasion. No ama con simplicidad como Monine, Atalida 0, precisamente, Aricia. Ama con violencia, pera sin la fuerza necesaria; no se parece ent nada a una Hermione gue arm, contra el amante ddesdefioro, el brazo del pretendiente rechazado, 0 a na Roxana que, con ana palabra, entrega al insen- sible a Jus extranguladores sigilosos que esperan tras Ta puerta 0 la cortina, con la cuerda de sed promta, Y cute mis lejos esti de Medea que, en Séueca yen Conille, estrangule con gloria a los hijos yue tuvo con el infiel, Acorralada, acorrdada hasta el final, Fedra duds hasta de poder encontrar un refugio en la merle, Se ve compareciendo ante su padre, conse terado de ballarla Contrainte Pavouer tant de forfats divers Fe des crimes peut-étre inconnus aux Enfers, De nuevo exagera y se jacta, No ba cometido "tant de forfaits divers" y aunque los bubiese cometido es tarkan lejos de ser desconocidos en los Infiernos. Sue orgullo hace que se aferre a su familia y a los ioses, de quienes 1a aparta, por otro lado, ia natu- raleza indecisa 4 endeble. Los recuerda mucho més de lo que ellos la veewerdan. Es una mortal, sometida 4 todas las flaguezas de la especie incomplesa. A partir de abi, ser presa del deseo no tiene nada de particular. La debilidad ex inberente 4 lo bumano; y como se lo aclara Enona, que ba de haber compro- ado La mediocridad de su ama, al ser mortal, tiene que padecer la suerte de ana mortal. La suerte de na mortal, es decir la lucha, Ps la primera en su fanilia en resignarse, culpar a tos demés , para aire- verme a emplear una palabra que vulgariza, pero que 2s precisamente el objeto del debate, loriquea, gimo- tea, revestida por la gloria de sw nacimiento, que comtintia sitwando en primer plano, sin tener el valor de sostener las obligaciones que le impone, Se degra- da en el instante en que acusa al univerio entero, salvo a ella misma, de las desgracias que la anonadan: Tout m’afflige et me nuit et conspire A me nuice La delectacién morose no es un sentimiento de jinmortales, Si no interviniera la diferencia de regis. tros entre la tragedia y la novela burguess, se perci- biria mejor to que vineula a esta Reina mas que con sn ilusire parentela con una Evia Bovary, con alguns ddesequilibrada de provincia (Trezena no es ofra C044). Fedra acuss tanto a los dioses como a su eriada, Ella misma, si le prestamos fe, wo tiene nada que ver con su destino. Acrimoniosa y platidera, denuncia altersativamente la antigua maldicién que peta sobre su familia, Vénus & sa proie attachée, 10s extravios de su madre, la ocasion, La hierba tiena propuesta B por ana falea noticia, a perfidia de una confidente. Som excutas un poco numerosas, a las que no bubiera ‘eudido, al menos simsltineamente, a caricier con mejor temple, puer la ana eliina a la ofra: no hacen falta tatas. Imaginemos a Fedra con una alma més clioa: se rebolara contra la injustcia de la suerte, basfemaria, renegaria dem familia, romperia los lezos de un catamiento que ie pess, aropellaia 0 desprecaria al medivere Hipslivo y fo pondeia en la disyuntva de elegr ensre su lecbo 0 la muerte, Pero ro: ella sél0 sabe gemir. Pasifae, cayo recuerdo Ia bire, tenia por lo menos otro temple. No acasaba a nadie 7 actuabs, dessfiando 1a opinién y arvesgindote hasta dar a lz & wna eri ‘ara ex que se mexcaban en an mismo cuerpo el ombre y la bests, proclamando, conmemorando una cipale monsiruose. “Tanto es ast, que a una mitologia puede oponerse ficilmense oir. Pero los mitos yt son silo excudo 0 coarada pars Fedra, Los sa pare inviter 4 todos 4 apiadarie de ella. El genio de Racine, que la ador nna con todas Iaz seducciones de la deidicha, hace que lo consiga, La poesia, la misica de los verso, la nobleca de la expresin nos conducen a compader cerla y a temblar por elle, Sin embargo, se las aregla 4 las mil maravillas con esas debilidades, No trata de Iibrarse desu infortunio. Y Ios diotes, 4 quienes sranfiere la responsabilidad de su destino, sf verde deramente ban querido perderla, no han tenido que darse demasiado trabajo. A lo sumo, Fedra podrla argiir que le ban negado of snimo. Pero ellos no tienen obligasin de acordivselo uniformemente a todos. Sospecho, ademés, que esa firmeza esencial es més bien sma congusse, wma recompenss, que sna 14 predestinacion 0 wna fatalidad. Cada minima decision 4a coniforta 0 la rebaja. Fedsa, 0 la dimision, el in- timo desfallecimienso repetido que, insensiblemente, ba dejado de ser debilidad para transformarse en fuerza irresistible, En ese sentido, Fedta puede consi- derarse la tragedia por excelencia. La victima, que también es ta beroina, no lo ignora: ella misma, en un breve instante de veracidad, habla de su "cobarde complacencia". Las acusaciones que prodiga en el curso de todo el drama no Uegan a convencerla, st bien ol arte del dramaturgo persuade a través de ella 4 lectores y espectadores, Sélo ella sabe que su des- gracia ba sido inevixable sinicamente a causa de ella y que no hay segundo en que no la hays bipdcritamente clegido, Rooer Catttois de la Academia Francesa. Traduccion de Vicroua Ocamvo. 5 Dedico ata raduccin a la memoria queride de Monsieur Charles-Mavie Bernard, profesor de Ia Ecole Dex cares, en Pals, quien me iso conocer adminar a Tos. liscos frances. MM. L. “BI Parsi", Cruz Chics Préface de Racine Voici encore sme tnagédie dont le sujet est pris @Baripide, Quoique jiate suivi une route an pew différete de colle de cet auteur pour le conduite de Paction, je wai pas Iassé d'envichir ma pitce de owt ce qui ma parn plus éelatant dans ta sienne Quand je ne lui devrais que la seule ide du carse- fixe de Pbidre, je posrais dire que je i dois ce que itis peatcttre mis de plus raisonnable sur le thre. Je me suis point étonné que ce caracive ait ex an succes si hearenx du tonips d'Ewripide, ob gil ait encore si bien rbussi dans notre siecle, paisgail a tonter les qualités qu'Aristote demande dans le Béros de ta tagidie, et qui sont propres di excter a com- passion ef la torenr, En effet, Phidre n'est ni tout & fait coupable, ni tont& fit innocente. Elle est engage, par sa desinée ot par la colire des Dieux, das une pasion i Igitime, dont elle a borrear toute Ia pre- Imitre. Elle fait tous ses efforts pour be surmonter Eile aime mieus se laiser mouvr gue de la déclrer 42 personne. Et lorsg'elle est forcée de la décousrir, cle en parle avec ine confusion qui fait bien voir {qe son erie est plasit une punition des Diew quan ‘mouvement de sa volont J'ai mime pris soin de Ye rendre un pew moins cdiense quelle n'est dans Jes iragédies des Anciens, an elle 4e résout delleméne a accaser Hippolye. Tai era que la calommie avsit quelque chose de trop bas et de trop noir pour la metive dans le bouche w Prefacio de Racine He sagud wna tragedia més enyo tema esté tomado de Euripides. Pese a que he seguido un camino algo diferente del de ese autor para covducir la accién, no be dejado de enriquecer mi pieza con enanto me parecié mis reiplandeciete en la susa, Aungue sélo le debiese 1a idea del candcter de Fedra, podria decir gue Te debo lo mis razonable que be letado al teatro No me asonibra que ese personaje haya aleanzado an éxito tan feliz en tiempos de Euripides, y que ain Jo baya logrado en nuestro sigh, puesto que posee sodas las cualidades que Aristbteles requiere del béroe de la tagedia, y que sou apropiadas para excitar la compasiin 7 el terror, En efecto, Fedra uo es ni to- salnente culpable, ni totalmente inocente, Estd empe- ‘ad, por su destino y por ls edlera de los Diotes, en una pasién iegitinns de ta cual es la primera en orrorizarse. Se esfuerza enanto puede para superar, Prefiere morit a declarissela a nadie. Y cuando ta obligan a descubrirla, babla de ella con nna tarbasién que niuesira a no dudarlo que su crimen es mds bien tur castigo de los Dioses que wn acto de sw voluitad. Hasta be cuidado de representarla un poco menot diosa que en las tragedias antiguas, en tas que ella misma se decide « acusar a Hipdlito, He eretdo que la calunnia entraiaba algo demasiado bajo 7 demasiado vil para ponerla en boca de una princesa que por 9 d'une princesse qui a Wailleurs des sentiments st nobles et si vertuens. Cette bassesse ma paru plus convenable dane nowrrice, qui powvait avoir des inclinations plus serviles, et gui néanmoins sentre- rend cette fausse accusation que pour sauver la vie et Thonneur de sa maisirerse. Phédre n'y donne les mains que parce qu'elle est dans une agitation d'esprit qui la met bors delle-méme, et elle vient un moment apres dans le dessein de justifier Vinnocence et de déelarer la vérité Hippolyte est accusé, dans Euripide et dans Séneque, Alavoir en effet viold sa belle-mére: Vimy corpus tulit. ‘Mais il n'est ici accusd que den avoir en te dessein. J'ai voulu éparguer a Thiste une confusion qui Vaurait pu rendre moins agrédble aux spectateurs. Pour ce qui est du personnage d'Hippolyte, javais remargué dant lez Anciens qu'on reprochait & Euri= pide de Pavoir représenté comme un philosophe exempt de toute iniperfection: ce gui fasait que a mort de ce jeune prince causait beaucoup plus d’indignation (que de pitit, 'ai eru lui devoir donner quelque fair blesse qui le rendrait un peu coupable envers son pire, sant pourtant Ini sien dter de cette grandeur d’ame ‘avec laguelle il épargne honneur de Phédre, et 30 laisse opprimer sans Vaccuser. ['appelle faiblesse la passion qu'il ressent malgré lui pour Aricie, qui est Ia fille et la soeur des ennemis mortels de son pere. Cette Aricie n'est point un personnage de mon invention. Virgile dit qu'Hippolyte Pépousa, et en ut wn file, apres qu'Bsculape Veut ressuscité. Et j'ai Iu encore dans quelyues antewrs quiHippolyte avait Epousé et emmené en Italie une jeune Atbénienne de grande naitsance, qui Sappelait Ariie, ot qui ait donné son nom a une petite ville d’Italie. otra parte posee sentimientos tan nobles y virtuosos. Tal bars me paris convenin mis tna ning que podia tener inclinacones mis serviles, 9 que sin embargo no se encarga de esa acnsaibn sino para ial- tar la vida 7 el honor de su seftora, Fedra s6lo cow siente porgne la agitacién de su expirtw la pone fuera ésito de jusifcar la nocencia y de aclarar Ja verdad. Hipélite es acusado, en Burkpides y en Sénect, de aber violado efectivamente a su madratira: Vien cor- pus tulit, Agul no se le cuca mis que de haber te tide cut intncién. e grid aborae a Tees chorno que bublera Podido tornarlo menos agra dete enti epecadores Por lo que respecta al personaje de Hipblito, yo baba observe gue los atoesangnesreprocaban 4 Enripides ef baberlo presentado como an filésofo exento de toda imperfeccién, to que hacia que ta muerte de ese joven principe provocare mis indig. nacin que piedad. He cretdo deber conferire alguna flagueza que lo volveria mds culpable a los ojos par ernos, sin empero quiterle nada de la grandeza de alma con ta que protege el honor de Fedra y se deja abramar sin acusarla. Llano flaqueza a la pasion que 4 pesar suyo experimenta por Aricia, quien et bija y bermana de Ios enemigos mortales de su padt Esa Aritia no es 4m personsje inventado por mi. Virgilio dice que Hipélito casa con ella y que tw. tieron sm bijo, luego de que lo resucitd Eselapio. ¥ be leido ademas en algunos autores que Hipdlito Ihabie contraido matrimonio y habla Uevado a Italia 4 wna joven ateniense de ilustre origen, que se Ia maha Arivia y que habia dado su nombre a wna equetia poblacién de Talia Je repporte ces autortés, parce que je me sis tris serupalensement attaché 2 suivre la fable, [ai miéme tuivi histoire de Thésée telle quelle est dans Plu- argue. est dans cet bistorien que jai trouvé que c@ gui avait donné occasion de croire que Théske fat des. conde dans le eners pou eneter Prope, at an voyage que ce prince avait fat en Bpire vers la Toure de Dchirom, ces am rh dont Prats ow lait enlever la femme, et qui arréta Thésée prisonnier ‘apres avoir fait mourir Piritbons. Ainsi fai tacbé de conserver la raisemblance de Vbistoire, sans rien rive des ornements de la fable, qui fournit extré- svement ale pote. te bat dele mort de Thst, fondé sur ce voyage fabulensx, donne liew & Phédre de faire une diclaration d'amour qui devient wne des prin- cipales causes de son malbeur, et quelle n'aurait jamais 18 faire tant qu'elle aurit era que son mari bait vi vat. ‘Au reste, je n'ose encore assurer que cette pitce soit en effet la meillenre de mes iragédies. Je laisse et au lecteurs et au temps @ décider de son veritable prix, Ce que je puis asarer,cest que je n'en ai point fait of la vertu soit plus mise en jour que dans celle i. Les moindres faates y sont sévérement panies. La seule pensée du crime y ext regardée avec datant @horreur que le crime mime. Les faibleses de Pamour y passent pour de vnaies faiblesres; les pas- sions n'y sont présentéesaace yewx que pour montrer tout le désordre dont elles sont cause; et le vice est pint partout avec der couleurs qui en font connditre t hair la difformité. Ceut 12 proprement le but qua tout bomme qui travaitle pour le public doit se pro- poser; et est ce que les premiers podtes tragiques ito eas stories, porgue me be apliado es crepaoramente a seu a fb, Hava be gido ta itr de ese tal en ete Pre. Ex ee brit bllé quel que do opera pura eee qua Testo decenib «os nico a vat om Bpiro bata le fuente del Agueroni, bat fod a == rau pritonero 4 Totto detpn de aber dato Imrie a Piao. De ese ate be ieado de co. terol vrtinilnd da a itor, n porer nade de ls ornamanton de a fala, le uth contibae cxtromatamente a ows ¥ ornare la mori de Tere, faa on te viaje fabuos, da aga fe Fade forgate ree decarciin de or ue age ‘versa delat cats prinipdes den forts, ee ee Ines babies ee que tw marie tt Por lo demas, note chvo todavia egurar que site pies ten redionte la mejor de is trgeden | i= seviaiere wer Lo que puedo atgurar the Wo fe compact ingen on le que le rad rede a | == testo boror como al einen mito. Lat debiidade el anor son Por debater vedas; as pate nes son tncanenteexbibias pare mover todo derordan que oetonny 9 eves Pade date tom colores que barn tonict odin deforma Tales proplnente fin que debe roponene todo sombre que trabja pare el pio, 9 slo qe ls Primero: poets ties tonen en vs por ina vsiont en ene sur toute chose. Lear théitre bait tune école of la vertu n'était pas moins bien enseignée que dans les écoles des philosophes, Aussi Aristote 4 bien voulu donner des rigles du potme dramatique; ef Socrate, le pls sage des philosopbes, ne dédaignais pas de mettre la main aux tragedies d'Euripide, It Serit a soubiter que nos ousrages fussent aussi so- Tider ot aussi pleins d'utiles instructions que ceax de es poétes, Ce serait peut-étre un moyen de réconcilier la tragédie vee quansté de personnes, célebres par leur pitté et par lear doctrine, qui Vont condamnée dans ces derniers temps, et qui en jugerdient sent dowte plus favorablement, si les auteurs, songeaient ‘autant & instruve leurs. spectatears qula les divert, ef Sls suivaent en cela la vévtable intention de ta sragiie. * del resto. Su teatro era wna escucla en la que la viriud no se ensefaba menos bien que en lat ercuelas de os fildsofos. Tanto es as, que Aristbteles ba querido dar reglas del poema dranético; 4 que Séerates, ol iis sabio de los filésofos, no desdeRaba meter mano en las tagedias de Euripides, Seria de desear que uestras obras fuesen tan consistentes y Henas de iiti- Tes instrucciones como lat de esos poctas. Tal vez seria ese un medio para reconciliar a la tragedia con ‘numerosas personas célebres por su piedad por su ciencia que la ban condenado en estos sltimos tiempos, y que sin duda la juzgarian mis favorablemente si os autores se propusieran santo insiruir a sus espec- tadores como diverirlos, y si persiguieran asi la vere dadera findlidad de la sragedia 35 Fedra Phédre Les personnages ‘Tutste, flr Pg, roi dations. Pubone, femre de Thisde, fille de Minor ot de Pasipbat. Murpouvte, fils de Thisée et Antope, reine des Amazones Anicit, princere da sang royal abAtines, ‘Twénastne, gousersenr £Hipoyte ENON, nourrce et confidente de Phidre Feat, comfidense Aric. Pawore, fenme de ds suite de Phddre. Gases. La sine ex & Trésine, sill du Péloponnése Tragidie Représentée pour la premitre fois le 167 jancier 1677 Personajes Testo, bijo de Egeo, rey de Atenas Feona, mujer de Tesco, bile de Minor y de Pasiae. Hiréumro, hijo de Teo y de Aniope, reins de lat Ame Anica, princess de te sangre rel de Atenas, TeRAMENo, preceptor de Hipélito, ENONA, notice y covlidesta de Fedna IsMENA, confidenta de Aisa, anova, susjer del céquito de Feds Guaaous, Le accion se deserolia en Trecens,cindal del Peloponeso Tragedia Representada por primera vez en Paris ol 1? de enero de 1677 29 Acte 1 Sctne I Hippolyte, Théxamine. Hippolyte, Le dessein en est pris: je pars, cher ‘Théraméne, Et quitte le séjour de I'aimable Tréztne. Dans le doute mostel dont je suis agité, Je commence A rougir de mon oisiveté Depuis plus de six mois doigné de mon pére, Tignore le destin d'une téte si chee; ignore jusqu’aux Liewx qui le peuvent cacher. Théramine. Et dans quels lieux, Seigneur, Vallez-vous donc chescher? (Déja, pour satisfaize A votre juste crainte, Jai couru les deux mers que sépare Corinthe; Yai demandé ‘Thésée aux peuples de ces bords ‘0’ Ton voit I'Achéron se perdre chez les morts; Jai visité MElide, et Jaissant le Ténare, Passé jusqu’’ la mer qui vit tomber Icare. ‘Sur quel espoir nouveau, dans quels heureux climats Croyez-vous découvrir la trace de ses pas? Qui sat méme, qui stit si le Roi votre pire Veut que de son absence on sache le mystére? Et si, lorsqu'avee vous nous tremblons pours ses jours, ~° Acto I Escena 1 Hipélito, Terameno, Hipdlivo. Lo he decidido ya, Me voy, buen Terameno y dejo Ja morada de Ia amable Trezena. En Ia duda mortal que sin teegua me acoss, comienzo a avergonzatme de mi inactivided Hace mis de seis meses, de mi padre alejado, esconozco el destino de un set que tanto quiero y hasta ignoro los sitios que ocultarlo pudieran, Terameno. 2 en qué sitios entonces, vais, Sefiot, buscarlo? Para satisfacer vuesteos temores justos, recorri las dos mares que separa Corinto; egunté por Teseo a los de las orillas ‘en donde el Aqueronte se pierde entre los muettos; anduve por la Elida y, el Ténaro dejando, shasta Ja mar Megué que vio caer Teato @Por qué nueva esperanza y en qué climmas felices ‘reertis descubrit de sus pases 1a huella? Quin sabe, si, quién sabe si wuestro padre el Rey uiere que de su ausencia se conozca el misterio ¥y si, cuando con vos temblamos por su vida, 3 ‘Tranquille, et nous cachant de nouvelles amours, Ce héros n’attend point qu'une amante abusée. .. Hippolyte. Cher Théraméne, arréte, et respecte Thésée. De ses jeunes erreurs désormais reven, Par un indigne obstacle il n'est point retenu; Tt fixant de ses veux l'inconstance fatale, Phédre depuis longtemps ne craint plus de rivate, Enfin en le cherchant je suiveai mon devoir, EE je fuirai ces lieux que je n'ose plus voir. Théramine, He! depuis quand, Seigneus, craignes: vous a présence De ces pisibles liewx, si chers A votre enfance, Bt dont je vous ai vu préférer Je séjour ‘Au tumulte pompeux d'Athéne et de la cour? ‘Quel péril, ou plutét quel chagrin vous en chasse? Hippolyte, Cet heureax temps nest plus. Tout a changé de face, Depuis que sur ces bords les Diewx ont envoyé La fille de Minos et de Pasiphaé. ‘Théramine, Yeotends: de vos douleurs la cause mest connue, Phédre ici vous chagrine, et blesse votre vue. Dangereuse matitre, 4 peine elle vous vit, Que votre exil d'abord Signala son crédit ‘Mais sa haine, sur vous autrefois attachée, (Ou s'est évanouie, ou sest bien relichée. Et diuilleuts quels périls vous peut faire courir Une femme mourante et qui cherche 4 mourir? Phidre, atteinte d'un mal qu'elle sobstine a taire, Lasse enfin d'elle-méme et du jour qui l'éclaite, Peut-elle contre vous former quelques desscins? Hippolyte, Sa vaine inimitié n'est pas ce que je ctains. Hippolyte en partant fuit une autre eanemie: Je fuis, je Favouerai, cette jeune Aricie, 2 tranquilo y ocultindones unos nuevos amores, el héroe aguardaci que una amante engafada, ..2 Hipélito, Detente, Terameno, y a Teseo respeta. De vuelta y para siempre de sus eztozes j6venes, no seri detenido por un indigno obsticulo; ), afirmando por fin sus promesas versitile, Fedra hace largo tiempo que a sivales no teme. Por ltimo, buscindolo cumplisé mi deber __Y dejaré lugares que a mirar no me atreve. Teramenc. @, Sefior, desde cuindo la presencia os cespanta de estos sitios serenos por yuestea infancia amados ¥y caya residencia preferis, pues lo he visto, al cumulto pomposo de Atenas y Ia corte? 2Qué peligro 0 mis bien qué pesar os expulsa? Hipélite. La época feliz termind. Cambid todo desde que a estas riberas enviaron los Dioses a la hija que dio Minos a Pasifac. Terameno. Comprendo: sé la causa, Sefior, de vuesteas penas. Fedea 0s apesadumbra y vuestros ojos hiere, Peligtosa madrastra, no bien os divisé fl desticrro inicial vigoriz6 su exédito, ‘mas su odio, que a vos antes os atrapabs, © esfumado se ha o aflojé su dominio, Qué riesgos, ademas, os puede hacet corser tuna mujer agénica que la muerte procura? Fedra, presi de un mal que en silenciar insist, hharta ele si por fin y de la luz del dia, epuede aciso tramar algiin plan contra vos? Hipélire. Su vana enemistad no es lo que yo temo, Hipélito, al partir, de otra enemiga escape, Huyo, te lo confieso, de esa joven Arica 33

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