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1464 SISTEMA POLITICO, Memillan, 1968; G. Schubert, Judicial policy ‘making: the political role of the courts, Chicago, Scott Foresman, 1965, [auperro atannaot] sistema politico I. ppriicios. En su acepcién mas general, la expresion "s. politico” se refiere a cualquier conjunto de instituciones, de grupos y de pro- ‘ces0s politicos caracterizados por un cierto grado de interdependencia reciproca. En la ciencia politica contempordnea, sea como fue- re, cuando se habla des politico” y de "ana lisis sistémico” de la vida politica, se hace referencia a una nocién y a un procedimien- to de observacion caracterizados por requi sitos metodoldgicos especifieas y por preci sos Ambitos de uso. El punto de partida es en s{ muy simple. El hombre en cuanto animal social, esta stem- pre implicado en una multiplicidad de rela- ciones, por efecto de las cuales condiciona a sus semejantes y resulta condicionado. En. cualquier reagrapamiento social hay por lo tanto al menos dos componenies fundamen: tales: por un lado cada uno de los individuos ¥ por el otro las relaciones que caracterizan 1a reciproca convivencia de los individuos. Se deriva que, para ser observado adecuadamen- te, cualquier reagrupamiento social debe ser considerado bajo un doble perfil: como una constelacién de miembros y como una mas 0 menos compleja red de relaciones interindl- Viduales, observables en forma unitaria jus tamente en términos de sistema. Asi, también cen lo que respecta a la vida politica podemios observar cada uno de los protagonistas y cada tuna de las instituciones de un régimen dado (anilisis a “media luz”), Pero si queremos saber cémo y por qué tales protagonisias € instituciones se influyen reciprocamente, logrando dar vida a varios tipos de regime res politicos, debemos tomar al conjunto de las relaciones que vinculan, una con otra, las varias “partes' del reagrupamiento en cues- tin (anilisis sistémico) 1 Aatarto Y INALIDADDE LA NocioN, Este recurso 8 la nocién de sistema, para ser proficuo y concreto, impone la observancia de condicio. nes metodolégicas precisas y conlleva otros tantos limites de validez. Sobre las primeras retornaremos en breve; por ahora veremos los segundos, Para comenzar, precisaremos répidamen. te que —en el contexto de esta aprozima- ccion— el sustantivo ‘'sistema’” no se refiere ‘nunca a la totalidad de los aspectos y de las filiaciones de un fenémeno dado (por ejem: plo, la totalidad de los hombres, de las insti tuciones, de los valores de un régimen politi- c0 determinado), sino sdlo a un cierto niime- ro de ellos; y, mas precisamente, a aquelias filiaciones que definen el modo en que las dis- tintas partes se interactiian, Dicho en térr nos técnicos, el objeto del andlisis sistémico no es la totalidad-sino la generalidad de un fenémeno: no tanto el universo de sus com- Ponentes como las relaciones que median entre cada componente y de las cuales des. cienden las filiaciones generales de un con Junto (por ejemplo, la estabilidad de un regi men 0 su capacidad decisional). En segundo ugar, cuando se habla de sistema es posible referirse ala veza dos Ordenes de cosas muy distintas entre si. Por un lado, se puede com- prender un conjunto de efectivas relaciones intersubjetivas, histéricamente presentes en uuna comunidad determinada y por ello cons- titutivas de un s. politico especifico (sistema observante) Por el otro, se puede compren- der algo muy distinto, como un conjunto de hipétesis interpretativas (sistema observanie) capaces de indagar Jas relaciones e: zantes de las vinculaciones intersubjetivas Propias de cualquier colectividad. Y va de suyo que la distincién no es superflua, En efecto, mientras la segunda acepeién consi: dera un mero instrumento, un modelo inter pretativo y simplificativo de la realidad pol tica, la primera acepcién considera la realic dad politica misma, apreciada en algunas de sus filiaciones especificas. Desde ahora en ‘adelante, cuando se diga s. politico se debe recordar que esta en examen sélo la segun- da de estas dos acepeiones, Estas dos premi- sas —generalidad en Iugar de totalidad, Fina- lidad analitica antes que inmediatamente em- pirica— son de fundamental importancia para comprender el correcto ambito de uso dela nocién de sistema, asi como es entendi da por la epistemologia contempordnea, y en Clones del s fiviotas del tab dela ae Pn cuam tivos, el ans contrbucion iiprever tos princi Iida pol Titarig es € abordaje sisi Sobre tod0 nifieativas ess relat pios de su da plo, sipongarons Tati te nusal entre fal'y wn dete dista ya estas condi fits igwale= tancias un tari esi» turbadore Fos. Ade Funeion relate Y el ejemplo} te indicativo, =a {que concier previsiones, politica compare i ALGUNOS RE a Todos estos = Vertirse en mers =| Iitico adecs Entre los ta siderar cara Primer requis ==) definicion de Ia tomar y disfrutar Siam dad analitic: necesidad de decondi Neremos los riépidamen f2 aproxima- Bs spectos ¥ del = do (por ejem Beles hombres, de las insti régimen politi- cierto nume. , a aquellas isis sistémico alidad de un cisional). En segundo le sistema es posible se puede cor vas relacion te presentes| da y por ello cons: specifico (sistema uuede compren un conjunto sistema observan imtersubjetivas widad. Y va de s superfiua. En acepeién consi sssento, un modelo i wo de ln realidad poll- ala reali- jada en algunas de Desde ahora en politico se debe amen s6lo la segur Estas dos prem! gar de totalidad, fine al importancia > ambito de uso SISTEMA POLITICO aes: evidente contraste con las mas notables acep- Ciomes del siglo xrx (ya sean idealistas 0 posi tivistas) del término, todas viciadas por el sus- trato ideolégico-metafisico en el cual tenfan origen. En cuanto a los objetivos y a los usos efec- tivos, el andlisis sistémico ofrece relevantes contribuciones respecto de como a] explicar, Blprever, ¢] comparar, d] valorar algunos de Jos principales aspectos de la multiforme rea- lidad politica. Desde luego, el objetivo prio: ritario es el de Ia explicacion. Al respecto, un abordaje sistémico puede aspirar a mucho. Sobre todo puede contribuir a producir sig. nificativas generalizaciones del tipo "si enton: ces", relativa a los fendmenos que son pro- ios de eu dmbito de observacién. Por ejem- plo, supongamos que una hip6tesis interpre- tativa tienda a establecer cualquier relacion causal entre un tipo dado de sistema electo- ral y tn determinado tipo de sistema parti- dista y gue no en todos los paises en donde estas condiciones son satisfechas se tengan Exitos iguales. En estas (y similares) cireuns- tancias un abordaje sistemico ayuda a reve- lar si estan presentes eventuales “‘factores perttrbadores” precedentemente no conside- rrados. Ademas muestra la importancia (y le funcién relativa) que la relacion interpuesta centre normas electorales y subsistema parti: dista reviste en los contextos considerados. Y el ejemplo puede ser considerado igualmen- te indicativo, mutatis mutandis, no s6lo en materia de explicaciones sino también en lo ‘que concierne a los objetivos en materia de previsiones, valoraciones y comparaciones ( politica comparada), 1M, ALGUNOS REQUISITOS ANALITICOS FUNDAMENTALES. Todos estos objetivos requieren, para no con- vertirse en mera veleidad, un andamiaje ans Titico adecuado, que sélo una atenta conside- racién metodologica puede poner a punto. Entre los tantos requisites que podemos con- siderar caracteristicos de los abordajes sis- temicos, siete parecen ser los ms significa- Primer requisito:es necesario partir de una definicion de la politica en condiciones de tomar y disfrutar plenamente la potencial dad analitica implicita en la acepcién de sis- tema anteriormente recordada. Tenemos la necesidad de definir la politica de modo tal de denotar toda la complejidad del fenéme- no (sin privilegiar ninguno de sus singulares aspectos particulares) y de poder especiticar las condiciones por las cuales un fenémeno social dado termina por devenir politicamen: te relevante, Para ejemplificar, una definicién de politica como aquella segun la cual es “un proceso complejo mediante el cual en una ‘comunidad humana cualquiera se forman las decisiones imperativas que la guian”, ‘Segundo requisito: sefialar los confines del sistema. A saber: ol habitat que caracteriza una realidad politica dada observable como tun sistema debe ser claramente definido en los parametzos que sirven para distinguir el ambiente del sistema. En efecto, en ausencia dde tal delimitacién la nocién analitica de sis tema pierde gran parte de su propia legitimi- dad. Para este fin se recurre frecuentemente al criterio de “relevancia politica”, entendién- dose por “politica” el conjunto de las conno: taciones ya vistas y por “relevancia’’ Ja exis- tencia de un vineulo de causalidad entre fend ‘meno y fenomeno. En esta perspectiva, el ambiente dels. politico puede ser definido por tl conjunto de los fenémenos sociales poten- cialmente relevantes para la vida del siste- ima, y su limite puede ser definido como el tumbral, sobrepasado el cual un fenémeno social deviene relevante para la politica. Que- da establecido, evidentemente, que el proble- ‘ma de acertar en concreto cuéndo, cdmo yen relacién a qué fin fenémenos y grupos inci- den o no sobre la vida de un sistema puede encontrar solucién sélo empiricamente. ‘Tercer requisito: las relaciones que median entre un sistema y su ambiente son sefiala das y precisadas “agregando” la miriada de posibles relaciones en pocos y mancjables Conceptos, como las nociones de entrada, sali- day retroalimentacién, Desde el punto de vis- ta del s. politico esto presupone que, con el primer termino "entrada", se pueden y se eben sintetizar los “desafios” (como quiera que se manifiesterr y provenientes de cual- ‘uier parte} que ponen en funcién el sistema; con el segundo término, "salida”, se pueden yy se deben sintetizar las “respuestas” que el sistema da (y sin el cual cesaria de sibsistir): con el tereer término, ‘‘retroalimentacién”, fen fin, se ptieden denotar los instrumentos ppor los cuales los gobernantes (pero no solo ellos) operan en vista del éxito de las propias 1466 sistema POLITICO decisiones. Cualquier tipo de s, politica, sea éste una dictadura monarquica o una demo- cracia liberal, puede ser considerado bajo esta perspectiva desde el momento que cada sistema, para sobrevivir, no puede no tratar de responder a los desafios a los cuales est sujeto. Cuarto requisito: de modo muy similar al punto precedente, el sistema se descompone en otras tantas partes capaces de “agregar” significativamente los mas variados y hetero: géneos fenémenos politicos en un némero relativamente bajo de componentes recipro- camente relacionadas. O sea que es necesa- rio reducir fendmenos entre si heterogéneos —como partidos, legislacion, administracién, sindicatos, valores— a variables sistémicas (’partes”) integrables en un cuads unitario. Los ejemplos de las almondianas (Almond y Powell, 1966) de los “observables” eastonianos (Easton, 1965) son indicativos de tal procedimiento. La el de criterio mediante el cual construir estos macrocomponentes sistémicos dependen en gran medida del tipo de signos definitarios tomados para calificar el ambito y los fines de la vida politica. Piénsese, a manera de ejemplo, en las nociones de proceso y de ins- tieucionalizacién, yen la definicion de politi- cacoma "gobiere dela polis” (Urbani, 1971). La preferencia acordada a la nocién de pro: eso se explica en gran parte per se, en la ‘medida en que la accion de "gobernar” pre- supone y describe una secuencia de varias fases, marcada por la incidencia de miiltiples factores (la eleccién de los fines, la eleccién. de los medios, la eleccién de la toma de deci- siones tltimas, la contratacién o la imposi= cidn como instrumentos usados para hacer imperativas las decisiones). Un s, politico es por lo tanto por definicion —una vez acepta- da aquella premisa— un conjunto de proce- s0s (y subprocesos) todos analiticamente des componibles o interactuantes entre si, Junto al ejemplo de proceso decisional se puede facilmente pensar toda una serie de subpro- ‘ces0s como el reclutamiento de quien decide, eledlculo delos costos y de los productos vin- culados a las decisiones, etc. No es subvalua dda, en este cuairo, la propiedad que tiene los procesos sistemicos de realizarse histérica ‘mente en forma més 0 menos institucionali- zada, es decir en forma tal de resultar més menos estables en el tiempo o mas o menos estructurados en relaciones formal o informal- mente organizadas. Piénsese, para todos, el caso de un proceso como el legislativo y sus varias formas de posible institucionalizacion. através de normas, reglamentos, costumbres y relaciones mas 6 menos informales entre Sus varios protagonistas. Quinto requisito: una vez individualizadas Jas partes del sistema quedan todavia por definir las relaciones que hacen posible (y favorecen) la reeiproca coexistencia. Sin poder precisar, en efecto, las relaciones mas ‘© menos constantes que vinculan las distin tas partes de un todo, de modo tal de presen: tar este “conjunto” ¢omo una entidad mar. cada por signos en alguna medida especificos ly distintos) respecto de los que resuiltan de Ja suma de los singulares componentes indi vidualmente considerados, el recurso mismo alanocion de sistema pierde significado. En el caso del s. politico gran parte de estas rela ciones pueden ser individualizadas a través de los conceptos de funcicn y sintaxis siste ‘mica. Con “funcién” nos referimos a la sin gular regla de interaccion (y de interdepen: dencia) existentes entre los distintos proce- 80s politicos. Asi, cuando se dice que deter- minadas variaciones inherentes al proceso de agregacion de los intereses estén estrictamen- te ligadas a las variaciones inherentes al pro: ceso de articulacién y al proceso de sociali- zacion, se quiere decir que un proceso politi coes en alguna medida— ‘‘funcién’’ de los. otros. Con “'sintaxis sistémica” nos referimos en cambio al conjunto de t2'°s reglas, o sea al “modelo” resultante de las varias “funcio: nes” que regulan Ia interacci6n de las partes ue componen un sistema, Esa través de este concepto que nace —embrionariamer verdadero y propio “sistema observante armazonhipétesis que produce los instru ‘mentos aptos para la biisqueda de las relacio- nes politicas empiricas que constituyen los s politicos “reales”. Sexto requisito: para estudiar aisladamente las partes (0 grupo de partes) de un s. politi- co es necesario referirse a la nocidn de sub- sistema, Es este el caso en el que queremos considerar —en relacién con la totalidad de un régimen dado— los partidos o los grupos de intereses, una burocracia, un ente local, una empresa, A Ia consideracién de un sub- dad con los bian en el centre los ts no todos i conjunto. S de este t aquellos sistema y de los varios umbrales de La crisis re tema y ambiente te, una causa ¥ de crisis: una ca ma a cambiar (p= mica o culturs derivan para la v 10, porque todo. ciencia de un sisto= inevitablemente ambiente cire ‘cuencias de una rs determinadas reiom== de cambio en los l= cran por el contrar tipo laissez faire los “limites” de los influencia y de int ‘cuanto a la crisis rel= raceidn de los comp ‘oblema reside ese: los niveles de coher tet bod LAA 7) ae eRe eee SISTEMA POLITICO 167 .e aplican las mismas propiedades Souliticas de un sistema, excepto una: no puc- =r considerado con autonomia absoluta 10 del ambiente externo, desde el fo en que st: ambiente est dado por Sciema mismo. Esta particularidad defi 1c }as condiciones con las que es correcto ope- extrapolacién subsistemas-sistemas: ar Ios primeros como instrumentos cos espeeificos, caracterizados por la vd de ser sistemas operantes en el for de un “ambiente” que se identifica wun sistema mas amplio del cual cada uno &e ellos es parte constitutiva. Septimo requisito: finalmente, para obser ar ia dinamica de un sistema ¢s necesario siderar el modo, la direecin y la intensi on los que sus rasgos especificos cam- an el tiempo, Sin embargo es claro que, los tantos posibles cambios politicos, jos interesan a un sistema visto en su “nto, Solo algunos son objeto especifico este tipo de analisis, y mas precisamente ‘cllos que involucran las relaciones entre ‘ema y ambiente, las reglas de interacc qos varios componentes sistémicos, los ‘de los limites, las formas en que ‘alas se manifiestan historicamente, 0 ‘odalidad de institucionalizacién del ema y en el sistema. sc crisis relativaa les relaciones entre sis- ‘epresenta,simulténeamen: = una causa y un efecto de los otros tipos crisis: una causa, porque inducen al sist ‘cambiar (piénsese en una crisis econd- cultural y en las consecuencias que wan para la vida de un régimen; un efec: porque todo cambio de la capacidad de efi ia de un sistema termina repercutiendo ccitablemente sobre las reacciones del ente cireundante (piénsese en las conse reias de una parslists gubernamental o de cierminadas reformas sociales). Las crisis io en los limites del sistema involu- ‘eleontratio el area de influencia del mismo: piensese en los estados de faire, ode tipo welfarestate, yen de los respectivos ambitos de i y icion econémica, Ea tanto a la crisis relativaa las reglas de inte: ‘ion de los componentes de un sistema, el encialmente en observar wencia y de interdependen- cia de este tiltimo: es claro, en efecto, que Guanto mayor es el grado de sinton(a entre saigamos-- proceso legislativo y proceso ele- ‘utivo, por un lado y entre desafios ambien tales y Fespuestas gubernativas, por el otfo, tanto mayor es I capacidad del sistema y tan- to més tlende él a desarrollarse. En efecto, lacrisis relativa a la modalidad de institucio- nalizaein de y en el sistema pone en eviden- Gia todos aquellos “pasajes de estado”, por cfectos de los cuales un sistema cambia —en todo o en parte, reforzando o abandonando— us mas recurrentes parmetros de actividad concreta. Crecimiento y reduccién de un Geterminado sistema, desarrollo y estabilidad, desaparicién y arreglo son por consiguiente tras tantas formas y direcciones que es nece Sario observar haciendo referencia a criterios jnterpretatives especificos. {NLA ORSEBWACION DE Los sisTEMAs rouiticos, El miejor modo de evaluar la bondad de wn ins- trumento analitico es, obviamente, conside rarloa la luz de sus resultados en el terreno explicativo, Desde este punto de vista, econs: truyendo lo dicho més arriba, es necesario tener en cuenta, por un lado la potencialidad ontenida en Ios modelos observando como fueron elaborados, y por el otro las efectivas explicaciones empiricas producidas gracias tas indagaciones. fa cuanto al primer argumento, en Ia cre- ciente cantidad de aportes teéricos hoy dis- ponibles, pueden ser consideradas emblemé. Teas las contribuciones producidas, respec tivamente, por los autores de la escuela testructuralfuncionalista (Almond y Powell, 1966) y aquéllas diversamente vinculadas eon Ios intentos cibernéticos (Deutsch, 1970). Los politdlogos funcionalistas, procediendo en feneral a través de una indagacién compara: a respecto de numerosos rezimenes politi os (desde los existentes en la comunidad pri fitiva hasta los mas modernos y complejos) esencialmente han tratado de aislar las fur- ‘Giones politicas historicamente recurrentes, nostrando la naturaleza y el papel que desem- petian en los respectivos contextos ambien tales, las diversas estructuras que las desarro- Iam fy las han desarrollado), las interrelacio- 's con las cuales estan reciprocamente liga: as, Lo que esta surgiendo ha terminado por ‘afectar-en alguna medida todo nuestro modo 68, SISTEMA POLITICO de entender los fendmenos politicos y en par: ticular la posibilidad de confrontar paises considerados radicalmente distmiles. En este sentido los mayores resultados se han teni do justamente en virtud del cambio de pers- pectiva sugerido: la observacisn de las inst tuciones politicas mediante la funeién que desarrollan antes que mediante la estructu: ra normativa que las caracterizan. Surge asi la posibilidad de exémenes mas realistas y, al mismo tiempo, més significativos para la vida politica, eximenes que terminan por poner frecuentemente en evidencia justamen: te el complejo juego de intercependencia que condiciona muy estrechamente tanto la vida de los regimenes politicos cuanto —por esto mismo las elecciones y las orientaciones de cada ciudadano. Entre los politologos que de manera distin ta se retinen alrededor de las propuestas cibernéticas, la contribucion mis avanzada ha venido en particular de aquellos que han tra- tado de observar y analizar un s. politico como algo que es capaz de "responder a esti mulos” (no importa, por ahora, ver sise tra ta de analogias establecidas con organismos animales o con miquinas). En esta perspec- tiva se trata sobre todo de deseubrir las reglas de interaccion existentes, en los distintos reg ‘menes politicos, entre las exigencias popula- res, las decisiones de los gobernantes y las variaciones de nivel del sostén necesario para el funcionamiento de cualquier sociedad poli tica, La produccién més fecunda claborada por esta escuela examina asi por lo menos un punto: la posibilidad de observar el funcio: ‘namiento dindmico de la vida de un sistema y de prevernos asi —sobre la base de los cam: bios verificados en el juego estimulolrespues- ta.a que esta sujeto— las modalidades mas probables de funcionamiento (Easton, 1965). Aplicados al estudio de los regimenes poli ticos contemporéneos, ambos tipos de apro- xximaciones (funcionalista y cibernética) han producido no pocos e iluminadores disgnos- ticos. Piénsesa, en el caso de los funcionalis- tas, en la comperaciéa de paises caracteriza dos por estructuras constitucionales muy dis- tintas (Estados Unidos v Unién Sovitica} 0 por niveles de desarrollo econémico-social ‘muy distantes (Union Soviética, Ghana, Japon y Turquia). Piénsese también, en el caso de los segundos, en los estudios sobre el meca- nismo con base en el cual se formula la polt- tica exterior de varios paises y en las estudios sobre los variables apoyos populares que per miten la sobrevivencia de los diversos regi ‘Aun més en general, la aproximacién sis- témica a la observacion de los fenémens p ticos ha permitido ver muchas cuestiones con una luz distinta, Piénsese, por ejemplo, en el puente que ha sabido lanzar a las llamadas “teorias parciales” de la vida politica (en lo ‘que ataflea partidos politicos, grupos de pre sién, parlamentos, ideologias) legando a pro ucir un cuadro teérico en el interior del eual pueden conseguir una mas correcta coloca: cin y mejor comprensién. Piénsese, por otro lado, en el ya citado papel que la teoria sisté mica puede cubrir en comparaciones politi. ‘cas particularmente complejas. Piensese, en fin, en todos aquellos fenémenos colectivos ‘cuya causa aparece casi inextricable, y en relacién con las cuales la teoria sistémica per- mite iluminadoras investigaciones sobre el modo en que terminan por entretejerse y eon: fundirse aspectos culturales y aspectos poli ticos, aspectos econémicos y aspectos psico- ogicos. \-Penspecrivas DEL axALsis sisreanico, El progre: so de la observacién sistémica de los s. poll ticos depende de multiples factores, Explica: cciones, comparaciones, valoraciones y previ siones requieren una paralela maduracién de los relativos instrumentos metodologicos Hoy por hoy estos instrumentos dejan entre- ver potencialidad mas que respuestas acaba: das; prometen mas de lo que pueden inmedia: tamente dar. Bl juicio sobre la mayor o menor adecuacién de la aproximacién sistémica (y sobre su misma utilidad) se convierte en gran Parte, por lo tanto, en el juicio sobre su pers: Pectiva 0, mejor, sobre condiciones de més ustanciosos progresos. A este fin las elabo: raciones hasta aqui intentadas sugieren al ‘menos dos salidas complementarias entre si luna pasa a través de Ia adquisicidn de una siempre mas madura antoridad de los requi- sitos epistemologicos y metodologicos prece dentemente indicados; la otra eonduce a un esfuerzo de “reconceptualizacién’, en la que se define gran parte de los instrumentos observativos hasta aqui utilizados (y, frecuen: temente, abusados), Para esta tltima perspec igualmen: adquiere sabio 2 ponente. De todos mai tico no le f= Tosfencmen debe ser sspectos po cualquier com entodoc! ss dos (Morton § ta a las exis politico, el probles {eel planteado perl fidad de los 1 Tes verdader logic de func cecapar de nest prender los me Fadosresita chore dibleala quelac ro responder ran partede los Hes (Laswell 197 do importante pars gual entidad. ‘IALIOGRAFIA GA. Alls ca comparada (196: nate (comp), Il sistome sional, Turfo, Fina surement and analysis SISTEMA DE PARTIDO 2 los objetivos mas importantes son pro- mente tres: formar concepts crecien- © pasibles de control empirico; seta cferentes que sepamos agregar a los sin- res y parciales aspectos de la vida ca; elaborar categorias que sean “par fos" de un conjunto més amplio y compren- vo y en cuyo interior cada componente se le con los otros de modo tal que resulte Imente integrante de un mosaico que quiere significado propio en virtud de un Sebio acercamiento de cada uno de sus com: ‘De todos modes, a la teoria sobre el s. pol no le faltan cultores entusiastas y cada fez mas informados. Los motivos de este inte 's van en otro sentido del que alimenta tan- efimeras modas culturales. Profundizar concepto des. politico es hoy una empresa .ctual tan delicada como irrenunciable y= sea por exigencias clentificas o historico- Politicas, Respecto de las cientificas en par- te se ha dicho ya algo. Queda por agreger una sola consideracién. E] andlisis sistémico de ‘os Fendmenas politicos se presenta como un instrumento particularmente dictil y que -e ser utilizado en las observaciones de los ‘sspectos politicos (los signos de la politeia) de ‘Iguier comunidad social, del estado- ‘én hasta la empresa o, por el contrario, €n todo el sistema de las relaciones entre esta- Gos (Morton Kaplan, 1968). En lo que respec: tee las exigencias de carécter histérico- politico, el problema central es esencialmen- tee! planteado por la extraordinaria comple- ‘dad de los modernos conglomerados socis- ies: verdaderas y propias “muestras” cuy (égica de funcionamiento puede cada vez mas escapar de nuestro control. Tratar de com- render los mecanismos de tales conglome- ‘dos resulta ahora una necesidad imprescin- ible la que la ciencia del hombre no puede fo responder de algin modo, empehando gran parte de los propio recursos intelectua- Tes (Lasswell, 1971), La apuesta es demasio- do importante para no exigir un esfuerzo de J entidad, srstiogRarts: G.A. Almond y B.G, Powell, Polit (2 comparada (1966), México, Paidos; L. Bona: nate (comp); Il sistema delle relaziont interna- ional, Turin, Einaudi, 1976; S. Coleman, Mea surement and analysis of political systems, Nue va York, Wiley, 175; RL. Curry, Je, y LL. Wade, ‘A theory of political exchange, Englewood Clifs, Prentice-Hall, 1968; K. Deutsch, Los nervios del gobierno (1963), Buenos Aires, Pald6s:_ K. Deutsch, Politica y gobierno (1970) Madrid, Fon- do de Cultura Econémica, 1974; D. Easton, [Esquema para el andlisis politico (1965), Buenos Aires, Amorrortu, 1969; T.R. Gur, Politimerrcs, Englewood Cliffs, Prentice Hall, 1972; W-F. 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La defi- hicion tradicional y mas difundida destaca, fen efecto, la caracteristica de competencia entre més de una unidad partidaria y a for- may la modalidad de esta competencia. “La tematica pertinente de los s. de partido esta dada por los modelos de interaccién entre organizaciones electorales significativas y genuinas en los gobiernos representativos Se sobiernos en los cuales tales sistemas adop- tan predominantemente (bien o mal) las fun- clones de producir las bases para una eficaz autoridad y de definir las alternativas que pueden ser decididas por los procedimientos electorales” (Eckstein, 1968), ‘La mayor parte de los estudiosos parece adherir a la posicién expresada por Eckstein, aun cuando muchos otros estudiosos consi- deren que los sistemas con partido tnico Cconstituyen un objeto legitimo de andlisis, on Ta advertencia de que en estos sistemas falta ‘cuando menos un importante elemento, esto fs la interaccidn entre mds partidos, elemen- to que noes nunca completamente remplaza do por la competencia interna entre grupos, ‘La posicién més favorable a la inclusion del sistema con partido tinico entre los s. de par- tido ha sido expresada por Riges, quien afir

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