You are on page 1of 22
a. COLECCION “EL PASADO ARGENTINO” i a dirigida por | 4 Greconto WeINnERG | ASPECTOS ECONOMICOS | DEL FEDERALISMO ARGENTINO Estudio Preliminar de Beata Boscu LIBRER{A HACHETTE §. A. BUENOS AIRES Titulo’ del original inglés: ‘Tue Ecoxoutc ASEcTs OF ARcENTINE FEDERALISM (Harvard University Press, 1946) Traductién de Mano Gants Tapa de A, Phez Tonnes © dy Libreria Hachette $. A., Buenos Aires, 1960. Hecho el depésito que previene la ley mimero 11.728. rurmeso EN LA ancuNTINA. f & ae ESTUDIO PRELIMINAR ©LA cravrractéy del factor econémico en la lucha contra Ia co Tona espafiola, tanto como en el transcurso de las contiendas ci- viles posteriores, ha sido suficientemente aquilatada desde los ‘comienzos mismos de nuestra historiografla, Ya sus fundadores se adelantaron a sefialarla en mas de un pasaje admonitor. Los dlisicos.capitulos iniciales de Ia Historia de Belgrano (1886), = acerca de la revolucién econémica, precursora inmediata del ‘movimiento politico de 1810, y el agudo estudio de Vicente Fi- ; del Lépez en torno a El Banco. Sus complicaciones con la poli- _-tica de 1826 y sus tranformaciones histéricas (1891), amén de Jos trabajos de ensayistas y socidlogos, indican el auge de la temdtica ‘en el siglo pasado. Abondla en las primeras décadas E del actual el ilustre Juan Alvarez con sus tres excelentes obras: Ensayo sobre la historia de Santa Fe (1910), Estudio de las gue- _Y¥as civiles argentinas (1912) e Historia de Rosario (1943). Fae- fa sefiera la suya, sélo vino a contar con epigonos entre las :nuevas promociones, algunos de cuyos representantes af4nanse - Por aplicar teorias o por formular sintesis mucho antes, quizés, fe verificadas por entero las necesarias pesquisas documentales, Si nos particularizamos con las cuestiones institucionales, ficil serd comprobar la intervencién de aquel factor en las ardorosas #,polémicas de los contemporiineos y el rapido reconocimiento de fu cuantia por socidlogos e historiadores. Fué Juan Bautista = Alberdi el primero en destacar en Estudios Econdmicos (1876) el papel ejercido por el Banco y por la Aduana en la empresa de asentar la hegemonia de Buenos Aires en la Republica. Vein- te afios después Ernesto Quesada har& hincapié en el concepto. “La cuestién del tesoro es, en el fondo, el eje de toda la poli. tica argentina desde la emancipacién”, escribla el maestro en 1898. “Las Iuchas civiles, las disensiones partidistas, las compli- caciones politicas, el enardecimiento de unitarios y federales, de Pottefios y provincianos, el caudillaje mismo —afiade—, todo ha evidente unit rents etoliain No hizo mds que inistracidn federal Ginpida "pot Juan’ Ma Buel de Rows. E partido federal obtuvo de mado sv eegunda 4 tremistas que Peeled Sodheate Eee, Pans ‘aa tremisas que velan ahora vindicada au politica de intzansigen Gia hacia Tos unitavin, En consecuencia, In sl sto. del eg cable a foiatinaren aca bn ie cuando ¢ portefio auments s i Sire ge la ce see nuel de Rosas. El ‘mds dific, porque se con las demds provincias Cartruio V LAS: PROVINCIAS __ a envidia que excitaba una cindad poder 1y ica entre aus vecinoe pobre 7 ‘atracados, hablaba Yr caean, Loe itereses materiales gTitaban Oo: de fearon bre; in presidencia parecia 6 tra comer anja: D. B, Sawatenro, Los coco t i ) federalismo a diversos factores que tuvieron 1 ajslamiento econdmico de las. Pro mn Soi Fa dispersion de la. po persion Say, con relacion 218 =| ¢ de transporte ¥ SGmunicadén, ¥, con rel pendencia de las provincias, 1 civel relativamente bajo de vids. | ener i incl econémica en e draba el aislamiento politico. Y la expres ign ideoldgica de gentrslamiento era el federalismo. Con ¢ste mncepto,-el fede- « os ano argentino, enraizado en 1a pobrera Y Ta ignorancia de ralismacitud, no era ni wn sistema ni on Si ta multttnserumento de opresién politica ¢h ‘beneficio de os Dictjillos y sus satélites. Apenas aistint® de la faccién, el fede- caudira una cortina de humo para ¢) ‘engrandecimiento Po Titico 7 econdmico de los caudillos. 1-66 Tuchas y las guerras que lice Tyron desde los comienzos de 182) hasta 1a caida de Rosas Sxetieron por lo tanto de todo significado social, como no sa. caretierefalar 1a degeneracion del naciente Estado en wn con - Glomerado de feudes. Lucgo, pars, 1 escuela de historiadores, Biomaseralismo del periodo de Rosas fue Si reproduccién ar- gentina del feudaliso europer, ° ‘mejor ain de la restauracion francesa; para otra, el federalismo era un sistema en el que’ indisciplina espontnea del gaucho sélo podia equipararse oo Ja‘autoridad ilimitada del gobernante. De ahi que se haya I mado a Ia época de la supremacia federal la edad media de historia argentina, el intermedio barbaro entre un perfodo p mitivo y otro posterior de civilizacién y progreso.t ; Desde luego, no puede negarse que la desintegracién de 1: economfa nacional en zonas provinciales-con mayor 0 men capacidad de independencia fué en gran parte la causa de quel surgiera el federalismo como programa econémico y doctrina,J politica, Pero también actuaron otros factores. Porque si bien 1 programa federal reclamaba la autonomia econémica y poli- tica para las provincias, defendia también la integridad politica del pais como nacién. Las provincias comprendian perfecta- ‘J mente que el aislamiento no era deseable ni posible. Y el mis- mo hecho de que no quisieran ni pudieran independizarse eco- némicamente, como el Paraguay, era un argumento convincente en favor del federalismo. Las provincias se volvieron hacia la solucién federalista del problema constitucional precisamente para evitar las consecuencias econémicas del aislamiento, Los federales rechazaban Ia centralizacién sin perder-de vista la in- -/; terdependencia éconémica y politica de las provincias. Al mis“? mo tiempo que afirmaba la necesidad de la unidad nacional, Ia doctrina federal reconocia la existencia de intereses provin- ciales especificos, complementarios de los intereses de la nacién como tal y compatibles con ellos. Con respecto a este punto el » federalismo estaba mucho mis cerca de la realidad argentina que el unitarismo, porque demostraba poseer una visién més clara de la compleja estructura que caracterizaba la economfa, argentina y de los procesos del desarrollo econémico del pals. ¢Qué era este pais? No se puede determinar con exactitud ni la poblacién ni la superficie de las trece provincias que junto con Buenos Aires formaban las Provincias Unidas del Rio de Ja Plata.2 Los datos disponibles sobre la poblacién son poco me- 1 Para estudios que destacan estos aspectos del federalismo argentino, véanse Dowinco F, SARMIENTO, Facundo, 1* ed., Santiago, 1845; Bs. As., 1916; Axpris Lamas, La época de Rosas, Bs. As., 1910; Jost IncrNtex0s, La evo- lucién de las ideas argentinas, Bs. /As., 1918-20, 2 Vol; LUCAS AYARRAGARAY, La anarquia argentina y el caudillismo, Bs. As, 1904. 2 E] territorio de la Confederacién Argentina sufrié considerables mo- Gificaciones después de Ia reyolucién, En Ia época ‘del Congreso Constiti: yudo muy: apreci ;ciones, a mem © ibionad cnctados Unidos que visite Nas iomm9, estimé la poblacién en ie fra no ide Rodney 1a poblacion wu) so cdlealo 26.3 El comisionada Graham We Eg eagee er i provincias eharjon de once de las C 1a Po istribuidos del siguiente cAlculos. ‘en 523.000 ha- modo: CUADRO NP 15 care Buanos Ams ¥ LAS oe Pomstermon =x 1819* a See TNémero de bebitante : 420.000 = 75.000 45.000 60.000 40.000 20.000 4.000 38.000 PROVINGIAS Te Canetti nt Pet ses ed shes at a The op state of the Ke aS tno mee tt 3G, Ae ROONEY YI erica; aid before the i raf ented Uae ere aid rand en acon States wn ra pa. ocupadas ‘por indios hostiles. Pero por el drea que tenfan |; provincias la densidad de, la poblacién no pasaba mucho def un habitante por milla cuadrada. La distribucién de la pobla- Gién en las provincias, por un lado, y en el campo y la ciudad, por el otro, era desigual, Una tercera parte del total de la po-J blacién se hallaba concentrada en Buenos Aires y Cérdoba, De | las restantes provincias Tucuman y Mendoza tenfan probable- mente los mayores nticleos de poblacién con relacién a sus superficies, estando menos pobladas las provincias del noroeste. La disparidad entre la poblacién urbana y la rural era mds‘ pronunciada en. Buenos Aires, donde el 50% del total de ha- bitantes residia en la capital.18 En otras provincias, especial- mente en aquellas cuya capital era la tinica ciudad importante, la poblacién urbana estaba en minoria. Como ejemplos prin: cipales citaremos las provincias del oeste y ci-norocste, como San Luis, San Juan, La Rioja y Catamarca. En las provincias 4 del litoral la situacién era diferente, porque en esta regién la apertura del pais al comercio exterior dié como resultado la ex- pansién del trdnsito fluvial, que a su vez contribuyé al cre- cimiento de los puertos fluviales. Rosario en Santa Fe, y Gua- Jeguaychi: y Concepcién del Uruguay (Arroyo de la China) en Entre Rios, en el término de veinte afios después de la eman-, cipacién se convirtieron en importantes centros comerciales, ha- ciendo que en esas provincias el proceso de urbanizacién fuera particularmente rapido. Las ciudades y pueblos més importantes estaban situados a Jo largo de las dos principales rutas comerciales que unfan Bue- nos Aires con Chile y Pera. Ambas pasaban por Santa Fe y Cérdoba. Saliendo de Gérdoba la ruta a Chile atravesaba San Luis y Mendoza, habiendo entre Cérdoba y Mendoza una dis- tancia de unas 120 leguas (580 kilémetres). Otro camino que partia de Cérdoba iba hasta Tucumén a través de Santiago del Estero (160 leguas, 6 780 kilémetros) y de ahi hasta Salta y Jujuy (unas 100 leguas, 0 480 kilémetros). El transporte y las comunicaciones por esas rutas eran dificiles Y costosos. El tran- sito por Jas Hanuras, que Megaba hasta Cordoba y aun hasta ‘Mendoza, se hacia con carros tirados por cuatro u ocho bueyes Y provistos’ de enormes ruedas para poder pasar por los pan- 33 Véase sipra, Capitulo TI. n de Cordoba se em- jones montafiosas del oeste: rayne Flea a = erenepeete recuas de mula aad pane pleaban pat? “de una region a otra, dependiendo fel ry ort varia de onvemr El costo de una toned pon KE fre Salta y Chuquisaca era de pesos as 00, Entre Mem Goza y Chile la tarifa era de peso plats 0.300, De Banos ie jio era. pesos ),374, e a Salta el precio media Oe ge cobraba por el transporte 2 Te Sie de pa plata 0,259. Al mismo tiempo ea Ca souls: a ack de Buenos Aires a or 0,008 ee elada, ie 0,0 yer tos ta 0,000 por legua 05 tetpierno de Buenos Aires pags $ 14) €0 ae bas desde caper al transporte de una carga de 15) Ser ‘indi edio de pesos aaa ryfo que indica un promi reais Pith hos, por Yegua de toncladat® Por wp my eablieado ota Gaceta Mercantil de Buenos Jc tos influian en las cileulo Pitaramente de qué modo eos costes MET Ta. i i wincial y exterio normas del comercio Te Pv conjunto de articulos del mercado PS senge Aires, representa Ine condiciones #=Pst™ Ghar de vino de San Luis recibfan j oductores de v = bie emt Aa precio obtenido en el mercado Pes . men 1a productores de vino de Mendoza, San. nos Aires. i ese sido as todavia. Si no hubicse si TPuciimdn sufrian trabas mds serias touerss © bie Se mpuestos a Jos vinos impor los m Ee aa ly las provician el tora habrian So cados anes ae se nme eae 8 “anton der dc nih Piet i ls im South Ane eag Buenos Aires and Monte Video, Cn end of : ca oe ‘accompanied with descriptions of ne ee ee Fy Ie mer nin oe z fond ‘ ‘i tal “Vias publi ep Lem, nmin en aia arti Gar de ab Estas tases 207 Tr Gaceta Mercantil, Ne $286, 11 86 cas” y publiende or del lata, N? 4, diciembre G6 155 aay vee onl ‘de pago del “Ministerio de Hacienc a) 7 sa oe bat es its Hoa nee ra re Sead ae O16 Yo Pt rE a omg 3 stizacion, ext lina a S ee ee x4 Para descri de competencia mejor si ¥ Uruguay estuvieran abiertos para tos. embarques del exterior: Hr emablecimiento de puertos de navegacién maritima en. 4) Parana no sélo’haria superfiuos los servicios del puerto de Bue- nos Aires, sino que desviaria ademas una parte del comercio ~ exterior del interior, de Buenos Aires a las provincias del li- a para la industria vis 1 dan asl el gravamen del 25% ad valorem Asan ee Aires al vino importado se consideraba insuficiente ‘asegurar beneficios adecuados a la industria Con. ecto al comercio de exportacién la posicién de provi interior cra igualmente desventajosa. De Jos articulos g ‘toral.17 GUADRO No 17 4 ‘EI r4pido..progreso_dé la_emancipacién politica tuvo poco. DisraNcaas. A Las Cuatzs 11. Cosro efecto en la economia del interi Tories meilos de. pro- Pan Ceara ea eee ae: As duccién _y distribucién desarrollados durante. el ie Sa pears oe Boma es ; Satcomuaron conijfiuaron’ domiinando, practicamente sin cambios, la vida = 4 econdmica de ks ejas: Lo’ qe tao ta revotactorr wte” T8610 jue. ori gers parte aed fo de Io ne tae ‘Plata, 6 eran Tolla de Ya, economia de” wtericr deprndia precisamente de que se mantuviera intacto el régimen palltico ‘administrativo_prerrevolucionario. Por sus recursos Pecurales 7 a0 poscion geoprafica, 1a economia del interior de TEnos, ‘comercio exterior que de Ta con pend rae omar aay Tas tomas vera La sanidaa politica con Tas zonas vecinas. Las. pravincias del Rigrior caaba Tntereeadas en que se abricra el paisa, comer- ue podia_producir_un: isin los a precios razonables. Pero en cuarto te Portables, como tasajo, cueros (secos . ” (secos y salados), sel see i ler cur a a re podlan ahaa 13 es terres ias del interior no tenian nin’ 24 guna participacién en el comercio de ex; i ior Bi igiers eel desebo, Yel precio que Teciban por lon oe Fos: scons Ia Jana o las cerdas era un 20 6 30 por ciento infec} Hor al'que obtentan los productores de Buenos Aires, Las pro: | Se saint wee en mejor situacién, Aunque tambien 7 4 a comerciar con los pais eros Fevat ee de Buenos Aires, el costo de Eatonton pe via Huvial no era excesivo. No obstante, los ganaderos y escie le las provincias del litoral comprendian que su posicién: Jeig_exterior spl ¥ abundante de articul os razonables. ‘ef comercio directo enire el Rio de la Plata y Europa puso en peligro la seguridad de las industrias locales, l_emancipaciée / fica en las provincias del interior ocasioné dificultades eco Eomicat y finan Financieras. Estas dificultades se intensificaron por Ya Greunstancia de que quedaron fuera de la Confederat 431 Por ejemplo, la apertura de Rosario o de Santa Fe al comercio ex: terior reduciria cl transporte terrestre de las exportaciones de Cérdaba en {enr cincuenta leguas y abaratarfa el costo en un veinte por ‘ciento, ag manana” Ceo, 14 ‘ASPECTOS ROONGNIOOS DEL. FEDERALIBMO ARGENTINO e nacional una politica de proteccién podria mi- : oe Seas el proceso de ta declinacién econémica. Bata politica, suponiendo que fuera de alcance nacional, no 360 iria salvar de Ja ruina la industria nativa, sino tambié permitir una gradual modernizacién de los equipos Sara, Jes del interior, Porque era razonable suponer que teni Jos beneficios asegurados las industrias locales estarian en con- diciones de buscar con buen éxito los recursos monetarios y ad nal técnico necesarios para elevar el nivel de la ened ndustrial. La proteccién harla subir indudablemente ¢l precio de los articulos de consumo, pero también provocaria En cambio en I distribucién de los ingresos nacionales favo, rable al interior, logrando de ese modo ‘una economia nacional ilibrada. 5 Pires acs politica comercial proteccionista en escala nacio- nal era ittealizable, precisamente, por las mismas razones que condujeron al interior a solicitarla. El dominio por parte le Buenos Aires del puerto maritimo del pais fué el factor eci- sivo. Buenos Aires sdlo aceptaria el proteccionismo con la con- dicién de que ella saliera gariando con la medida tanto como el interior. Pero eso estaba ‘descartado. De todas las Proving de la Confederacién, Buenos Aires era lq que menos inter s tenia en alentar una politica comercial restrictiva. Una politica de aranceles elevados que ee el volumen del omens exterior y elevara el precio de los articulos de consumo, aa inconveniente y econdmicamente perjudicial. $i el aumento dé costo de la vida hiciera aumentar los salarios, la carga de los mayores aranceles recaeria sobre los patronos, o sea los. gana- detos, los productores de cueros y carnes y los comerciantes. ‘Tampoco estas clases tenian la menor intencién de someterse @ una eventualidad semejante, tanto més cuanto que aa ey improbable que la baja del porcentaje de ganancias pudiera compensada con un aumento en el yolumen de la pi an feidn o del comercio exterior. Por el contrario, habia, muc as zones para prever la Teduccidn tanto de las exportaciones ¢o- po de las importaciones, y por consiguitnte del volumen le roduccién industrial. El argumento de que la pérdida su- la por Buenos Aires quedarfa mas que compensada con el res- Iecimiento de Ja actividad industrial en el interior, y que en lefinitiva cl dividendo nacional ganaria en el balance, no con- Argentina territorios que antes de la revolucién eran econémi- ‘camente complementarios del interior. La economia del inte? rior no s6lo quedé expuesta a la devastadora competencia de las indusprias extranjeras en los mercados orientales, sino tam- bién privada de los mercados en los que la competencia euro- pea era menos efectiva, o sea Bolivia y Pert. La adaptacién al nuevo ambiente politico podria haber sido menos dificil si el interior hubiese podido igualar la industria de Europa occiden- tal. Pero estaba muy lejos de ello, En_ sus métodos de produc- cién_y organizacién_industrial_el interior se_mantenia rigida- inente colonial Par el interior: por fo ater Ts on Sanaa in Y las relaciones comerciales sin restricciones con Europa equi- valian a un considerable cercenamiento de produccién de al- gunas de sus mds importantes industrias, al aniquilamiento de su comercio trasandino y a la reduccién de su comercio in- terprovincial. El problema econémico que afrontaban las provincias del interior era fundamentalmente diferente del que encaraba Bue- nos Aires. En Buenos Aires la solucién del problema exigid | nada mis que el establecimiento de un apropiado mecanismo administrativo y fiscal. Porque la misma abolicién del régimen colonial ya era un paso adelante en el desarrollo econémico de la provincia. El problema del interior era el de conservar’ el statu quo prerievohicionario, integramente o en tu favor par. fe Ere an- problema de proc un problema de procurar los medios adecuados para defenderse contra los abusos de la industria y el comercio ex: tranjeros, y de limitar el porcentaje y el alcance de la declina- cin econémica y la decadencia financiera. La revolucién y Ja emancipacién politica hab(an producido irreparables pérdidas al interior. Fué imposible, por ejemplo, revivir el twafico de, mulas que s¢ police oe al Titoral- Pana 6 restablecer ot itoral y ‘0 testablecer el comercio con Bolivia, Chile o Peri en_su nivel prerrevolucio- nario, Las provincias podian ejercer cierto grado de fiscaliza- inde los mercados internos. Podian reducir al minimo el impacto de las importaciones sobre las industrias verndculas y Tealizar de este modo un ajuste ordenado de la estructura ‘econémica. En las industrias de vino y cofiac de Tucumén y las provincias de Cuyo, las fabricas de articulos de cuero de San- tiago del Estero y Cérdoba, Ia industria textil de Cérdoba y finalmente en Tas industrias de artesania, en. todos esos sectores vencié.a' los portefios. Porque no era de mi politics comercial mks estrica etimularia Ia expansicn ial en escala suficiente para contrapesar Wvidad econdmica de Buenos Aires. Bien o mal fundadas estas dudas, habfa una cosa evidente: que Buenos Aires no, tenia nada que ofrecer, salvo servicios de intermodiario, los cuales con un régimen proteccionista serfan en gran parte in- necesarios. suc Aires dey oe yr lo tanto, mds bien del fortalecimiento de sus relaciones. _. comerciales con Europa que de la expansin_de las provincias = La adopex uuna politica de proteccién, como Ta que pedia el interior, presentaba para Buenos Aires la pectiva de restablecer Jas condiciones que regian antes de la tevolucién. Por Jo tanto, a Buenos Aires no le quedaba otra alternativa que la de mantener abierto el puerto. No habiendo podido obtener la cooperacién de Buenos Ai- res, las provincias del interior abordaron el problema de la proteccién mds bien sobre la base de los intereses provinciales y regionales que de los nacionales. Las tarifas provinciales y las reglamentaciones especiales destinadas a proteger los mer- cados locales y Jas industrias nativas se introdujeron en reem- plazo de una politica comercial nacional. Al mismo, tiempo las provincias trataron de animar el trdfico interprovincial por medio de tratados comerciales. Con estos métodos las provin- cias del interior esperaban contratrestar el liberalismo comer- cial de Buenos Aires y detener el proceso de 1a desintegracion econémica, Carentes de condiciones para arrostrar una reor- ganizacién social y econémica completa, las provincias busca- ban alivio en el aislamiento econémico. Sin embargo, no e+ taban preparadas para seguir con firmeza esa politica, porque ninguna de ellas pod{a tener la esperanza de Megar a bastarse a si misma, EI aislamiento, lejos de vigorizar la situacién eco- némica de las proviricias, intensificé su dependencia de Buenos Aires, Quizd por esta razén més que por ninguna otra querian Jas provincias terminar la organizacién nacional de un modo que les garantizara la autonomia econémica y politica y esta: ara al mismo tiempo las relaciones econémicas interpro- .ciales. En el litoral el proceso de adaptacién al ambiente postrrevo- “ Jucionario tuvo sus caracteristicas propias. Con respecto a los recursos: y las posibilidades econémicas las provincias del lito: ral; especialmente Santa Fe y Entre Rios, sc puredan © Buenas Aires. Lo mismo que Buenos Aires, las provincias costeras eran grandes productoras de cueros, carne y otros productos. com- plementarios' de 1a industria ganadera. Y también lo mismo que Buenos Aires, una parte considerable de los ingresos de esas provincias dependia de los mereadas extranjeros. Parecerfa, por lo tanto, que las perspectivas econémicas abiertas por Ia revo- lucién de 1810 hubiesen sido tan brillantes para el litoral como Jo fueron para Buenos Aires. Pero la verdad es que ‘el progreso, econémico de’ las provincias riberefias fué desalentador com- parado con el de Buenos Aires. Tampoco puede atribuirse la diferencia del desarrollo econémico de Buenos Aires y el lito- ral a Ia incapacidad del litoral para adaptarse a las nuevas circunstancias postrrevolucionarias, El litoral no contaba con una estructura industrial comparable a la que tenfan las pro- vincias centrales y occidentales. De ah{ que sus problemas fue- tan de un orden distinto al de las cuestiones que debia resol- ver el interior. Todos esos problemas tenian su origen en el desconcierto creado por la misma revolucién de 1810. Para el in- terior la revolucién de 1810,fué demasiado lejos; para et litoral no fué bastante lejos: Como Ia reforma econémica no pasd de Ja apertura de Buenos Aires al comercio exterior, la revolucién no alcanzé a satisfacer la réclamacién bdsica de las provincias del litoral, o sea In demanda de “libertad de comercio". La limitaci6n del comercio exterior al puerto de Buenos Aires no podia dar otro resultado que el de subordinar los intereses co- merciales y financieros de las provincias del litoral a los de Buenos Aires, a Desde el punto de vista del litoral Buenos Aires habia motto, Polizado las ganancias econémicas de la revolucién, Aunque la provincia fiscalizaba el comercio exterior de Ia nacién’ su politica comercial estaba determinada mis poi el bienestar Vincial que por el nacional. Este regionalismo de Buengs Ai- Tes provocé un agudo resentimiento en las provincias riberefias, €n Parte porque estas dltimas competian con Buenos Aires en los ‘mercados extranjeros, pero sobre todo porque a diferencia del interior podian prescindir ficilmente de los servicios por. tuarios de Buenos Aires. Tanto el rio Parané como el Uruguay eran accesibles para los barcos maritimos, siendo por Jo tanto 169 [ASPECTOS ROONDMICOS DEL FEDERALIEMO ARGENTINO pperfectamente practicable el comercio directo entre los mer- cados de ultramar y las provincias de Santa Fe y Entre Rios. Buenos Aires conocia tan bien como el litoral las consecuen- ‘cias econémicas y financieras que traeria la apertura del Pa- rand y el Uruguay a la navegacién exterior. Ante todo el con- tacto directo con los mercados extranjeros climinaria los costos del transporte y otros gastos del miercado de Buenos Aires. Cos- tos que no eran despreciables. Comprendian la diferencia entre las tarifas de transporte de grandes y pequefios tonelajes desde Jos puertos fluviales tiasta Buenos Aires, el costo de la recar- ga, los derechos de trénsito y las comisiones de los mayoristas portefios. De igual modo se beneficiarian con la navegacién flu- vial las importaciones del comercio exterior del litoral. Ade- més, los puertos como Rosario y Paran4 podrian facilmente extender su zona tributaria fuera de Jos Hmites provinciales, hasta regiones que, debido’ al alto costo de los transportes, es- taban practicamente segregadas de los mercados extranjeros. En general, la apertura de 19s rios Parana y Uruguay.a la na- vegacién exterior prometia ventajas tanto a los productores como a los consumidores de las provincias riberefias. Es por es0 que el programa econémico de Ia revolucién era para el litoral mucho més amplio que el realizado bajo la égida de Buenos Aires. El postulado econémico mds importante de la revolucién era el de Ia “libertad de comercio”, pero la inter- pretacién demasiado estrecha que Buenos Aires dié al co- mercio libre redujo al litoral a una posicién muy similar a la que ocupaba Buenos Aires antes de 1810. Durante el régimen colonial Buenos Aires habia tenido que luchar contra los oo- merciantes monopolistas del interior y de Lima; del mismo mo- do en la Argentina independiente las provincias costeras se re- belaban contra el asfixiante monopolio de Buenos Aires. El problema era ahora mds complejo, y. la lucha, transformada en guerra civil, mds enconada.18 18 Para conocer més detalladamente la vida econémica de ta provincia durante las dos primeras décadas posteriores a la revolucién, el lector de- herd remitire alas descripciones contemporineas de los visitantes extran- jeros del pais. Sin agotar 1a lista, podemos mencionar las siguientes obras: J. Axoniws, ob, cit; Scunwraeven, ob. cit RODNEY y GRAHAM, ob. cits A. B. Braumonr, ob. cit; 8, B. Hea, Reporis relating to the failure of the Rio Plata Mining Association, formed under an authority signed by, his excellency Don 8. Rivadavia, Londses, 1827; A. Catocuxucn, Travels in ‘Tan importante como Ia proteccién y 1a navegacién fluvial sera la cuestin de las finanzas. También aqui tanto el interior como el litoral encaraban una situacién cuya urgencia y coi- plejidad imponfa una severa sangria en los recursos econémi- Cos y politicos de esas provincias. De una manera general el problema tena dos aspectos. Por un lado era necesario reali- zar una revisién ms 0 menos extensa de los principios que regian el régimen fiscal anterior a la revolucién. Por otro lado cada provincia traté de establecer un régimen fiscal apropiado © a sus necesidades econémicas. Ambos aspectos del problema eran, desde luego, inseparables, Porque en Ia época en que la reorganizacion del régimen fiscal se habia hecho imposterga~ ble, ya se habfa completado el proceso de la diferenciacién politica del pafs en provincias auténomas. Por consiguiente, @l establecimiento de las tesorerfas provincigles estaba estre- chamente relacionado con la reorganizacién del mecanismo fi- nanciero heredado del virreinato. Esta reorganizacién fué més allé de una simple reforma administrativa, porque involucré ‘un punto de vista concreto con respecto al problema econémico central de las provincias. Fué un factor causal por derecho pio, capaz de influir en el volumen y la direccién del desarro- llo econémico. La reforma financiera era una necesidad universalmente ad- mitida en todas las provincias. Estas comprendfan que el régi- men colonial de impucstos ya no correspondia 1a realidad South America, during the years 1819-20-28, containing an account of the prevent uae af Brack, Baclos dynes ond. Chile, Lonten, 1828; 8. Hato, Sketches of Buenos Ayres and Chile, Londres, 1829; E. E. Vt, ob. cit. En. Economic literature of Latin America, preparado por la Hatvard Bureau for Eoonomic Research in Latin America, Cambridge, 198, t. 1, pigs. 30-87, podré encontrarse una bibli ‘mds’ completa sobre a literatura per- Enente: No hay pricicamente ningun estudio monogratice sobre la histo ria econémica de las provincias. En los archivos previnciales hay un vasto material no tocado por los historiadores argentinor, a quienes hasta ahora Jes interesaba princpalmente la historia politica y militar del pals. Es realmente lamentable que Juan Alvarez, cuyo excelente estudio sobre Santa Fe aparecié en 1910, no haya encontrado émuilos entre lor historiadores argentinos, econémica de la Argentina postrrevolucionaria.i9 Pero el al- cance que habia que darle a'la reforma no lo velan tan clara. mente. El ejemplo del gobierno de Buenos Aires les hacia creer ‘que bastaria con la accién legislative. Pero esta creencin des-' cansaba en la tendencia a Ja eficacia de ta politica fiscal adoptada en Buenos Aires, no dando importancia a las condiciones, particularmente favorables en que s¢ encontré la incia después de la revolucién.20 Lo que habia sido posi- le en Buenos Aires, con su creciente comercio exterior st expansin econémica general, no daba la pauta de lo que era practicable en las provincias econémicamente estancadan Yen Jas provincias cuyos recursos eran relativamente abundantes, Jas guerras civiles y otras emergencias trastornaban continua. mente los planes de reforma financiera. La posicién financiera de todas las provincias, con exclusién de Buenos Aires, fue sicmpre precaria, Era un afio excepcio- nal aquel en que alguna tesoreria provincial podia: jactarse de que habla tenido superdvit. Los deficit 2 2 hos legladores antiguas “dice et informe F presenté a la legislatura provin abjeto que el engrosamiento de sus arcas,y éte ex el de piiesto, bajo diferentes nombres, y por diferentes y las mis veces especio- ~ ¥0s pretextos, Pero Ja ignorancia les hacia adoptar unos’ medios del todo creel fi 9 ae proponlany agut ead a cans dela confuea com- del sistema de rentas, mimo 1 0 ede exitir por dempo ia Provan” CE, Archivo de aH le 1a provincia de Cérdoba, Cordoba, 1912-1914, I, 261 Tekin elt de este te 1824). : 9 El caso de ln mensaje enviado 2 de reformas destinada de Sani Juan es Insiftctivo al En un leisure ox. 10 ol goberador wd una sre hhacer de Ja contribucion directa la base de las finanzas provinciales. Propiciaba la abolicién de los derechos arancelarion Guat sido lamados el stema det contabando y los monopoliat, la del impuesto directo, tinico capar de suprimir “la fastidiows ru. toa de los impuestas y las contribuciones". Comercio libre: en el sentido silo de fre coomlidacion de Is deuda padi, abolicin dl dietmo, licidad de Jas cuentas eran los principales aspectos del pian de reforma finauclera Se contradecla hasta tal punto con ins poubilidades ofelont Por el desartollo econémico de la provincia que con excepcién de Ia aboli in del dierno ninguna de las reiants innovaiones legs tatrilimree 70 of Provincia de San Juan; ato 1829, Mensa} SE epi ai incia de San Juan;,afto 1839, Mensaje del 80 activi én ak . Tnforthes fitancieros anuales de los gobiernos_provinciales y Jos considerandos de los decretos relativos a las finanzas pibli- : “arcas exhaustas”, “falta de crédito”, “necesidad de ecohomias”. El derroche y la mala administracién hicieron, sin duda, su’ parte, pero en el con- junto eran demasiado insignificantes para ser responsables de las dificultades financieras que padecian las tesorerlas provin- ciales. El progresivo empobrecimiento de Jas poblaciones provis ale be cuestidn Tundamenial_en_muchas_provincias no_era ~£20- nomizar, porque Jor gatos ya hablan sido reducidos al minimo, sino Ta de obtener las rentas suficientes para evitar el derrumbe total iva, Por ape. ‘el. presu- puesto de Jujuy para el afio 1839 fijaba en $ 9.040 los gastos totales de la provincia. De esta suma correspondian $ 2.860 al ministerio de gobierno, incluido el sueldo de $ 1.500 del go- bernador. jLa provincia destinaba 480 para instruccién publica! 21 Es verdad que Jujuy era una de las provincias més Rabres de la Confederacién, pero en otras provinias Ta situa cién no era. mycho mejor, Cérdoba, una de las provincias més grandes del interior, con una i ae Buenos de te mis tos ingresos_ de_Buet Alres_pasaban de. 2500.00, Lo que percibia Buenos Al- res solamente por fe sellado y patentes excedia en mds del 50% los ingresos totales de la provincia de Cordoba. Ni las provincias mas s, como Corrientes y Entre Rios, podian compararse con Buenos Aires. El término medio de los ingresos anuales de Corrientes durante el lapso de trece afios comprendido entre 1827 y 1889 fué de unos $ 115.000, yendo de 68.000 en 1827 a 152.000 en 1835.22 21 Registro oficial de la incia de Jujuy, Libro I, > 112. 3 Lat rena dela proleca de Corton foculan cans procden- tes de préstamos que, junto con otros ingresos no periddices, Siguraben en el rubro de eventuales (véase Cuadro N®? 21). Los it reales de Ia provincia eran, por lo tanto, menores que lot indicados, aunque: no ae odtia coneretar en qué proporcion,

You might also like