Juan Villoro, Elogio Del Negro

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ELOGIO DEL NEGRO rivaciOn de la noche y sus enigmas, simbolo extremo de maldad. ; elegancia o misterio, el color negro ha pasado por la historia cd bs doble cualidad de confundirse o destacarse segén la hora o el ; destino, Aunque los 6pticos aseguran que ningtn otro color atrae tan- D aluz, el negro suele ser emblema de las sombras ilegales. éQué {slo lleva en su bandera? ;Qué escudo de armas se ampara en esa inta? Sdlo los piratas se atrevicron a alzar la insignia negra. En tiempos mas recientes, la mafia declar6 sus oscuras intenciones con el grupo de La Mano Negra, los alienigenas llegaron a las pelicu- Jas ataviados con corbatas negras para abducir a estrellas terricolas, | y Hugh Hefner, duefio de Playboy y gurd del placer como nego- cio, desafié las disposiciones de la aviaci6n civil: su jet seria negro "ono seria. No hay coloracién més eficaz para la peste, lo oculto o la ame- _En francés, el enemigo a ultranza es una bestia negra, y en , viajar “de negro” equivale a viajar de poliz6n. Sin embargo, en determinadas circunstancias, el negro es el non ultra del refinamiento. EI caviar, signo de la opulenta gastro- , remata los canapés de fais4n con su perlada negritud. 7¥ seria de las sofisticadas vampiresas y de la etiqueta masculina las prendas oscuras? En las novelas del XIX las viudas seducto- pant scciewtat., Juan Villoro Hay objetos que sélo se imaginan en Pegro: la bol Jar, las valijas diplorndticas y la tragica caja donde *© gr imas palabras del piloto (ni siquiera el hecho, absurdg mente real, de que sea color naranja, permite hee Pcionalmente Negr. orfa es lade los Bs = las estrellas, Los pia Aberace o Elton John, y los teleg Planos tes de las divas de Hollywood afectas a los aparatos blancos Hay profesiones que exigen el negro. Durante decadas, 4rbitros de futbol Ilevaron un atuendo que simbolizaba |g brosa justicia que impartian en la cancha, Los Mariachis, gg cerdotes, los deshollinadores y los posmodernos también Sa. el habito negro. Merecen ‘4 Ocho, dg ‘aban bag era. mbre). Otras cosas mejoran al ser exce: el tulipan o el diamante. Una tercera categ, lios q ue fueron negros hasta que llegaron y las lirmusinas antes de | En cambio, hay animales que in: color sin luz. Nadie se extrafia de que los cueryos 9 las vuclen de negro, pero los gatos negros son fatales (a No ser que ung sea alquimista o hechicero) y los caballos NeBrOS corren de modg inesperado. quietan cuando legan con En México, la cocina negra avanz6 mucho Bracias al moleyal huitlacoche, y originé un guiso casi metafisico, el pavo huido 4 yucateco, que consiste en servir el relleno negro sin el payo, No hay que olvidar que, aunque la cerveza y el café es merado en ser oscuros, el negro mejor embotellado se Cola. Gaseoso talism4n de la cultura de masas, la su fuente primigeniaen Atlanta y su form da bancaria, En los afios sesenta, sus ¢ ELOGIO DEL NEGRO 207 0, que ayuda a soplar en las trompetas y hace la vida Ie- g.con el blues. 4 Ja narrativa que aborda destinos negros conviene recordar __-donde Julién Sorel vacila entre la carrera militar y negro a i 0 oe idstica— Opus nigrum, alquimia de Marguerite Yourcenar, ec negro, parodia policiaca de Francisco Hinojosa. n cuanto al rock, desde sus origenes propuso manifiestos L “Black is Black” 0 “Paint it Black’, y no han faltado conjun- los como feligreses ultraherméticos, misas fanebres pro- ‘or Black Sabbath, portadas que semejan un trozo de ente dark inventada para ofr con el est6mago. Buena parte de las conductas que inspira el negro son atribu- dela noche. E] més sugerente de los colores se inspira en el ho- - , del letargo, el insomnio y las costumbres raras. La noctur- es ermite actuar con secrecia, a tal grado que en la Nueva _ 2 consideraba un agravante hacer un crimen de noche. No ufialar a alguien con franqueza en la canicula del | amparo de las som! bras. El delincuente lo era mas de nocturnidad. Varios siglos después, Alfredo le dio la vuelta a esta formulacién y narré el cal- dad”, victima del licido infierno del in- yestid movidas r he ° Ja corri ‘eslo mismo ap’ gnediodia que # “gicafaen pecado Bryce Echenique vario del “reo de nocturni somnio- Los habitos nocturnos marcan como un sefia de identidad. A propésito de la promulgacién de la independencia de la India, a las ‘emblematicas cero horas, Salman Rushdie definié a su generacién como Hijos de la medianoche. Los territorios que preservan una ona de misterio atraen mis, ya se trate de las patrias dominadas or un meridiano de sombra o de lo que nunca sucedi6 pero nos wcta sin remedio (la “negra espalda del tiempo” a la que alude_ i Marias) 0 de lo que sélo vemos por excepcién (la “oscuridad 208 SAFARI ACCIDENTAL, Juan Villoro veces, el fuego arde hacia si mismo, con furia inversa. Paps ¢ - Para Paz, las intensas tinieblas de Rufino Tamayo revelan los pk negativos de la lumbre: no son otra cosa que sol carb, veces, el negro tiene un tinte saludable; es la noche que “ se desay n6al dia. Promotor de engafios ¢ incertidurbres, el ne, ped calumniado pero no vencido. El ajedrez probibié a ‘ wer partidas. Siempre compensatoria, la vida exige que culm “a suyas.

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