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CAPITULO XX Extincion de las obligaciones § 80.—Causas de extinctdn y sus clasificaciones Brugi, Zt, § 71; Pacifici, Zé. IV, pag. 515; Chironi, 42. I, § 294; Crome, Osslig, § 20, pag. 399; Zachariae, Man., Il, § 295; Aubry y Rau, Cours V, § 314; Pla- niol, 7raité, Il, nim 379; Windscheid, Pand. Il, x, § 348. El derecho de crédito es por su naturaleza una relacién pe- recedera, no vive perpetuamente, su fin es proporcionar al acree- dor una ventaja patrimonial, y cuando realiza este fin, cuando satisface el interés del acreedor, el vinculo carece de raz6n de ser, de objeto. Es éste otro de los caracteres peculiares de los derechos de crédito, que les separa y distingue de los reales, en los cuales la relacién concebida abstractamente tiene una dura- ci6n ilimitada. Incluso cuando la obligacién tiene como conteni- do una serie de prestaciones sucesivas que se renuevan peri6di- camente en el tiempo, deben tener éstas un término. Sélo ex- cepcionalmente, cuando la relaci6n de crédito se base en un de- recho real o se relacione con este, puede hablarse de una obliga- ci6n no destinada a extinguirse, ya que se renueya continua- mente; en cambio, es excepciona' el tipo de derecho real que se agota por motivos de utilidad social (como ocurre en el usufruc- to, uso habitacién) o de su relacién con un vinculo obligatorio (como sucede con los derechos de garantia). Muchos y variados son los modos de extinguirse las obliga- ciones. El primero y mas natural es el cumplimiento; pero al lado de la selutio y de sus subrogados (datio ix solutum) existen otros modos que se basan en hechos y causas diversas que no son precisamente la satisfaccién del acreedor, 218 ROBERTO DE RUGGIERO Hay algunos de estos modos extintivos comunes a otras re- laciones juridicas, y que, como el trmino final o la condictén resolutoria (articulos 1.157, 1,158, 1.165), son fijados por la vo- luntad de las partes o por la ley como momento o hecho deter- minado que, al sobrevenir o efectuarse, resuelven el vinculo, otros que, como la prescripcién eatintiva (art. 2.105), implican la pérdida del crédito, porque, transcurrido que sea un cierto tiem- po, la ley no concede protecci6n al acreedor, obstinado en su inactividad; otros que, como la remision de deuda (articulos 1.279 y siguientes), representan en la relacién obligatoria aquella fa- cultad (por regla general ilimitada), que tiene todo titular para renunciar a sus propios derechos, Hay otros modos relacionados con los elementos constituti- vos de la obligacién, a cuya existencia se condiciona su vida: pe- rece la obligaci6n al extinguirse su objeto (sobrevenida imposthi- lidad de lé prestacién, siempre que no se deba tal imposibilidad a dolo o culpa, articulos 1.298, 1,299), 0 al cesar o debilitarse la coactividad del vinculo (excepcin atribuida al deudor, anutacion y rescisién, articulos 1.300 y siguientes, transformacion de la obligactén civil en natural), y puede perecer—pero es causa ex- cepcional, dada la universal transmisibilidad activa y pasiva de las obligaciones por sucesién hereditaria—, por la muerte del dendor 0 del acreedor en aquellas obligaciones que, como la ren- ta vitalicia (art. 1.798), la sociedad (art. 1.729), el mandato (ar- ticulo 1.757), el arrendamiento de obra (art. 1.642), elevan a mo- mento esencial del vinculo la personalidad individual de un de- terminadu sujeto; en casos mas especiales todavia perece la obli- gaci6n con la sobrevenida incapacidad de la persona (como la in- terdiccién y la inhabilitaci6n, articulos 1.729, 1.757). Otras extinciones se producen por hechos incompatibles con la sub- sistencia de la relacién, por un acuerdo liberatorio entre acree- dor y deudor, tales, por ejemplo, la reuni6n en una misma per- sona de las cualidades de deudor y acreedor (confusién, articu- los 1.296 y siguientes), la contempordnea existencia de dos deu- das reciprocas entre los mismos sujetos (compensacion, articulos 1.285 y siguientes), el concurso de dos causas lucrativas (articu- lo 843), la extincién de la propiedad o posesién de la cosa de la INSTITUCIONES DE DERECHO CIVIL 219 que la obligacién deriva (derelictio en las obligationes propter rem, articulos 549, 676), el acuerdo extintivo del vinculo con- tractual (mutuo disentimiento, art. 1.098), la transfusion de la obligacién existente en una nueva a consecuencia de una muta- cién de sujetos 0 de objeto (ovacién, articulos 1.267 y si- guientes). La serie no termina aqui, y a las causas de extincién comu- nes a las demds relaciones juridicas 0 especiales de las obligacio- nes, que son modos generales de extincién de las mismas, habr4 que afiadir otras causas peculiares a determinadas obligaciones que se aplican solamente a un tipo o grupo restringido de vinculos. En esta multiplicidad y diversidad de modos de extinci6n de las obligaciones se impone, de una parte, la necesidad de una sistematizacin orgénica que permita reducir las distintas causas a categorias homogéneas, y, de otra, se reconoce la casi inven- cible dificultad de clasificarlas de un modo completo. Las clasi- ficaciones propuestas por los autores son muchisimas, pero nin- guna de ellas ha obtenido universal asenso, Se puede partir—y esta es la categoria mas admitida—de la consideraci6n de la eficiencia de los distintos modos de extin- cién, separando los generates, 0 sea, los comunes a todas las obligaciones, como el pago, la novacién, la remisi6n de los espe- ciales a algunas de ellas 0 a algunos de sus grupos, como la muer- te del acreedor o del deudor, el concurso de dos causas lucrati- vas, el abandono de la cosa. Pero es un criterio demasiado elds- tico este de la universalidad o especialidad para poder fundar en él.una clasificaci6n. En él se inspira, en parte, el art. 1.236, que enumera nueve modos de extinci6n (pago, novaci6n, remisién, compensaci6n, confusién, pérdida de la cosa debida, anulacién y rescisi6n, condicién resolutoria, prescripcién extintiva), y toma en especial consideraci6n las causas extintivas generales. Pero no todas las indicadas son tales: el znteritus rei no es mds que una especie de la sobrevenida imposibilidad de la prestaci6n; la con- dici6n resolutoria es una forma particular de Jas,obligaciones asi condicionadas. Por esta razén es fundada la censura hecha al le- gislador de haber sido éste no s6lo inexacto, sino también in- 220 ROBERTO DE RUGGIERO completo; apenas se puede justificar apoyandola en la tradicién (art. 1.234 del Cédigo francés) y en el propésito de citar los mo- dos mds importantes y frecuentes de extincién. En un aspecto externo y formal se apoya la otra clasifica- ci6n, que distingue entre causas que operan directamente sobre Ja existencia de la obligaci6n y causas que operan de modo me- diato. Unas afectan de modo radical al vinculo, de modo que s6lo por la intervencién de estas causas la obligaci6n queda ex- tinguida; las otras, consistiendo en una excepci6n que el obliga- do puede oponer para impugnar el vinculo, dejan éste subsisten- te en tanto no se impugne. Se habla, en el primer caso, de ex- tinci6n ipso jure o inmediata y directa; en el segundo, de extin- cién ope exceptionis o mediata e indirecta, porque no extinguen propiamente la obligacién, sino que ms bien la acci6n del acree- dor queda paralizada por la excepcién del deudor. A esta clasi- ficaci6n aparece conectada la subdistincién de modos que, ope- rando ope exceptionis, exigen la invocacién de las partes en forma que no es posible al Juez suplir su silencio, como ocurre en la prescripci6n extintiva (art. 2.109) y modos que actéan de otra manera; a todos éstos se contraponen aquellos modos que, como el pago, la novaci6n, la sobrevenida imposibilidad de la presta- ci6n, etc., operan de pleno derecho. Mas valor tienen aquellas clasificaciones que no toman en consideracién el aspecto externo, sino que, considerando esen- cial la voluntariedad del acto extintivo o la obtenida satisfacci6n del acreedor, reposan en criterios que reflejan la esencia o el fin del vinculo, Por el primer criterio, los modos son, unos voluntarios y otros 0 voluntarios, en cuanto la causa de extincién depende o no de la voluntad de las partes. Puede a su vez depender del acto voluntario de una sola de las partes, como el pago, la remi- sidn, el desistimiento o rescisi6n en los contratos o de Ia volun- tad de ambas, como la datio in solutum, la novaci6n, el mutuo disenso. Los restantes modos, como la confusién, la sobrevenida imposibilidad de la prestaci6n, la muerte, y la sobrevenida inca- pacidad de los sujetos, la prescripcién extintiva, etc., operan sin y aun contra la voluntad por virtud de un hecho contrario a la INSTITUCIONES DE DERECHO CIVIL 221 subsistencia de la obligacién o por virtud de unadisposicién legal. En el segundo aspecto, unas causas presuponen que el inte- rés del acreedor ha sido satisfecho, otras excluyen dicho supues- to; y como esta satisfaccién puede producirse directa 0 indirec- tamente, entre los modos de satisfaccién figuran, ademas de la solutio y la datio in solutum, la compensacién, la concurrencia de dos causas lucrativas y, en un cierto aspecto, la novacién. Los demas modos son no satisfactorios. Combinando con ésta la dis- tincién precedente, puede afiadirse que de aquellos medios ex- tintivos de la obligaci6n, que no satisfacen el interés del acree- dor, unos reposan en la voluntad de las partes, como la remi- si6n, el mutuo disenso, la rescisibn; los demas, en un precepto ‘del ordenamiento juridico o en un hecho que impide la supervi- yencia de la obligaci6n, como la prescripcién, la imposibilidad de la prestacién, la confusién, la muerte del deudor o del acreedor. Sin embargo, tampoco estas clasificaciones, aunque mAs cien- tificas, estén exentas de defectos que derivan de la multiforme variedad de las causas, que no consiente el catalogarlas rigurosa- mente en Jas citadas categorias. La actuacién de cada una de ellas se examinard separada- mente."Hablaremos tan s6lo de aquellas que tienen mas impor- tancia, como la novacién, compensaci6n, confusi6n, remisién de la deuda, rescisién y anulacién. Del pago y de la datio in solu- tum, asi como de las instituciones con ellos relacionadas, como la subrogaci6n, la imputaci6n y la oferta real, han sido ya estu- diadas al tratar de la doctrina del cumplimiento (§ 74) y de la mora del acreedor (§ 75); de la sobrevenida imposibilidad de la prestacién tratamos ya al hablar del incump!imiento (§ 75); la condicién resolutoria y el término final, asi como la prescripcién extintiva, pertenecen a la doctrina general del negocio juridico (vol. 1, §§ 30, 31 y 34). En la teoria general de los contratos estudiaremos el mutuo disenso, la muerte del acreedor o del deudor, la rescisi6n; en la de los legados nos ocuparemos de la concurrencia de dos causas lucrativas (1). (1) ' Nora pet rrapvctor,—Como nota correspondiente a este pard- 222 ROBERTO DE RUGGIERO § 81.—De los modos de extincidn en particular Brugi, 4st, § 71; Pacifici, Z¢,1V, paginas $55, 549; Chironi, Js#., II, §§ 295-3033 Crome, Obs/ig., $$ 26, 29; Zachariae, AMan., 2 §§ 303-319; Aubry y Rau, Cours, V,:88 308, 323, 3393 Planiol, Traité, If, nimeros 529 y siguientes; Windscheid, Band, II, r, 8§ 348-364. Novacidn (1).—Aunque la novaci6n moderna no es por Ia forma de realizarse ni por la funci6én que cumple, la xovatio del Derecho romano, puede, sin embargo, aplicarse a esta sustitucién que el Cédigo disciplina en sus articulos 1.267-1,278, la célebre definici6n dada por Ulpiano en el fr. 1. D. 46. 2: «ovatio est priori debiti in aliam obligationem vel civilem vel naturalem trans- Susio atque traslatio, hoc est cum ex praecedenti causa ita nova constituatur, ut prior perimatur. Novatio enim a novo nomen accepit et a nova obligationes. No es una mera transformacién del derecho de crédito por el cambio operado en uno de sus elementos constitutivos 0 acce- sorios, sino la constitucién de un nuevo derecho de crédito, sobre la base y con la esencia de una precedente relaci6n obli- gatoria que queda extinguida; o mas precisamente: la extincién de una obligaci6n mediante la constitucién de una obligacién nueya que substituye a la anterior. Se trata simplemente de un acto que, substituyendo una obligacién existente por otra nueva, crea un wuevo vinculo obligatorio y extingue otro cuyo conteni- do absorbe aquél total o parcialmente, siendo ambos vinculos distintos aun siendo idénticos sus contenidos. Es la novacién un acto de eficacia compleja que se basa en una voluntad dirigida a extinguir un crédito, creando otro nuevo, siendo en él decisiva grafo no haremos més que transcribir el art. 1.156 de nuestro Cédigo Civil: «las obligaciones se extinguen por el pago 0 cumplimiento, por la pérdida de la cosa debida, por la condonacién de la deuda, por la con- fusién de los derechos de acreedor y deudor, por la compensacidn, por la novacion>. (1) La literatura especial reproduce la teoria del Derecho romano y comin, pero tiene esta gran importancia para el civil: Jein, Beitrage zur Lekre von der Novation und Delegation, Jena, 1850; Salpius, Novation und Delegation nack rim Recht, Berlin, 1864; Solkowski, Zur Lehre ven der Novation nach rim Recht, Leipzig, 1866; Gides, Etudes sur la novation e; INSTITUCIONES DE DERECHO CIVIL 223 la voluntad del acreedor de la primitiva obligaci6n, para el cual ja nueva funciona como cumplimiento de la primera (1). Profundamente diversas son, sin embargo, como ya dijimos, la forma, la estructura intima y Ja funci6n de Ia novaci6n en el derecho moderno y en el romano, y sobre todo en el derecho cldsico mds atin que en el justinianeo. En el Derecho romano clisico se producia la novacién siempre que, concurriendo la voluntad precisa, un negocio formal absorbia el contenido de una obligacién causal o de una obligacién formal diversa an- terior; el instrumento adecuado era la Stipulatio, que preci- samente como obligacién formal (desprovista de causa pro- pia) era id6nea (ella. sola idénea, excepcién hecha del con- trato literal) para recibir como contenido propio el de cual- quiera otra obligacién causal preexistente. Las partes podian hacer objeto de la stipwlatzo novatoria una deuda ya existente fundada en una causa praecedens; esta deuda quedaba extingui- da ya fuera que a un nuevo acreedor 0 por un nuevo deudor se prometiese lo que era ya debido en virtud de la anterior relaci6n obligatoria por otro deudor o a distinto acreedor; ya fuera que sin cambio alguno de‘sujetos, se operase por acuerdo de las par- tes un cambio relativamente al objeto de la deuda afiadiendo algo nuevo o variando alguno de sus elementos accesorios (adi- cidn 0 supresién de términos o condiciones, producci6n de inte- reses, constitucién de garantias reales o personales, etc.), Un negocio causal no hubiera sidu idéneo para producir este efecto extintivo, ya que teniendo, como tendria, una propia causa, no podria absorber la causa de la primitiva obligaci6n; su efecto seria, no el de extinguir la obligaci6n precedente, sino el de afiadir a esta otra nueva (2). le transport de creances en dr. rom., Paris, 1879; Fadda, La nevazione in dir,.rom., Cagliari, 1880; Blume, Novation Delegation und Schuldiibertra- gung, Gottingen, 1895. (t) En este aspecto, en cuanto que la nueva obligacién se considera como satisfaccién indirecta de la precedente relacién de crédito que por ello queda extinguida, es Idgica la inclusién de la novacién entre los modos extintivos de las obligaciones. . ‘2) Asf, segan el ejemplo citado de los autores, si un acreedor del 224 ROBERTO DE RUGGIERO Servia, por tanto, la xovatio, para conseguir fines distintos que no se hubieran podido alcanzar de otra manera, dado el riguro- so formalismo romano; permitia; pues, modificar en alguno de sus elementos la deuda precedente, el afiadir a ella garantias personales, el darle una nueva forma y una mayor eficacia, y, sobre todo, el transportar de una persona a otra, pasiva.o activa- mente, el derecho de crédito. La novaci6n moderna no sirve a todos estos fines, ni es ins- trumento indispensable para conseguirlos, ni tampoco se ofrece bajo la forma de un negocio formal como la stipulatio. Habién- dose debilitado en el derecho justinianeo el antiguo formalismo desaparecié en el derecho actual, en el que no se requiere ya un negocio formal, sino que, concurriendo el animus novandi a un negocio causal cualquiera, basta a producir el efecto novatorio- Desligado de aquel formalismo, ef derecho moderno hace posi- ble, de una parte, adiciones y modificaciones de la relacién an- terior, sin que ello implique extinci6n de ésta, y exige mas bien, para que se dé la novaci6n, que entre la primera y la segunda deuda haya una sustancial diversidad (asi que no bastan por regla general para producirla, la adicién o supresi6n de término, el cambio del locus so.utionts, la estipulacién de intereses 0 cam- bio de su tipo o la constitucién de una garantia real o personal); admite que la misma causa debendi pueda cambiarse en cuanto permite que la causa precedente pueda sustituirse por otra que extinga la deuda anterior y produzca otra nueva. No necesita recurrir a la novacién para modificar o transformar la obligaci6n,. precio de la venta conviene con el comprador en dejar en poder de éste el precio a titulo de préstamo mutuo, tal convencidén no constituye no- vacién; se tendrén dos obligaciones distintas y sucesivas, cada una con causa propia y especifica que no es absorbida por la otra. El importe o cuant{a de la suma es comin a ambas y no podrd ser exigida dos veces por dos titulos diferentes, primero ex-vendito y luego ex-muiud; pero la convencién no tiene otra finalidad—si las partes quisieron que el deudor lo fuera como mutuatario y no como comprador—que la de evitar un indtil desplazamiento de numerario; se considera que el precio ha sido: satisfecho al vendedor’y que éste lo presté luego al comprador. Winds- cheid, Pand, IL, 1. § 354, 0. 2; Ferrini, Pand, § 502; Crome, Odétig., pd- gina 341, n. 30. INSTITUCIONES DE DERECHO CIVIL , 225 y de este modo ha desaparecido una de las funciones principa- les de la novatio romana, la de operar la transmisi6n del crédito o del débito, ya que estos fines pueden realizarse pon vias menos oblicuas e imperfectas, como son la cesi6n, la subrogacién, la asuncion, La institucién, en el derecho moderno, tiene, a mas de diversa estructura, mucha mayor importancia que en el derecho antiguo (t). Sus requisitos son: una obligacién precedente que se sustitu- ye por la nueva; una obligaci6n nueva que extingue la antigua; la intencién de novar (awimus novandi); la capacidad de las partes. 4) La obligaci6n antigua debe subsistir para que la nova- cion tenga causa; pero puede ser anulable o ineficaz y (para aquellos que admiten este efecto en la novacién moderna) aun no estar protegida por accién alguna como las obligaciones na- turales. En esta novaci6n la voluntad de las partes se propone renunciar al derecho de impugnativa, confirmar la precedente obligaci6n anulable, transformar en civil la obligacién natural. La obligacién primitiva puede ser condicional, y la nueva, pura; lo que implica que cuando la voluntad no se haya propuesto su- primir la condici6n (en lo que no habria novaci6n), sino que persiga extinguir la obligaci6n antigua creando otra nueva, esta ultima no surge sino al cumplirse la condicién de la primitiva, y ello porque faitando esta condici6én cesaria la obligaci6n pre- existente y con ella la causa de la nueva. * 8) La obligacién nueva debe ser juridicamente existente y ademas valida y eficaz; una obligacién nueva nula no podria extinguir una precedente y valida; si la obligacién nueva fuese . (1) De esta consideracién se ha dejado guiar principalmente el legislador germdnico, que desterré la novacién completamente del nue- vo Cédigo, estimando superfiua su regulacién como institucién indepen- diente @ como modo de extinguir las obligaciones. La extincién de un derecho de crédito y la creacién de otro que lo sustituya es un simple efecto de la libertad de convencién de las partes. Se conservé, no obs- tante, una referencia en el § 364. El Cédigo suizo de las obligaciones la desterré también en gran parte. Brevemente tratan de ella los articulos wey ary. : Rucerro . 15 226 ROBERTO DE RUGGIERO ineficaz e impugnable, otorgaria al acreedor, cuando fuese im- pugnada, el derecho de hacer valer la primera, en fuerza del in- justo enriquecimiento que al deudor reportaria el negocio, que a diferencia de la remisi6n no es liberatorio. Inversamente al caso precedente puede una obligacién pura sustituirse por otra ‘ccondicional; entonces (salvo que se hubiere querido supeditar a condici6n la obligaci6n antigua, la cual no constituye una xova- tio) la novacién misma y consiguientemente la extincién de la obligacién primitiva se sujeta a condicién; asi que, pendiente la condicién, como quiera que no surge la obligacién nueva, no puede hacerse valer la extincién de la antigua cuyo cumplimien- to tampoco podrdé exigirse estando la condicién pendiente (1). 1) El tercer requisito, o sea el animus novandi ha dado lugar en el derecho moderno a graves incertidumbres y discusiones. Por tal se entiende la efectiva intencién de las partes de sustituir la obligaci6n antigua por otra nueva, de extinguir un débito pre- existente mediante la creaci6n de otro nuevo. Derivé a nuestro derecho del justinianeo, en el cual fué introducido por vez pri- mera por los bizantinos, quienes por no haber entendido recta- mente la estructura y esencia propias de la institucién tal como se formé en la doctrina cldsica, transformaron, 0 mejor dicho, reformaron su intima naturaleza (2), Esta voluntad puede ser (1) Kniep, Zinfluss.der Bedingten Novation auf die urspriingliche Obli- gation, 1860, Rémer, Die bedingte Novation nach dem rim, und. heut. gem. Recht, 1863. (2) Segin el derecho clésico la novacién y con ella la extincién del débito precedente, surgia de la forma en que aquélla se operaba, no de una declaracién de voluntad con tal fin; era el idem debitum comin a las dos obligaciones sucesivas, el que haciendo incompatible la coexistencia de entrambas, extingufa una en el momento en que surgia la otra. Justi- niano, en cambio, entendiendo mal las disquisiciones de los cldsicos en- caminadas a determinar cuando en cada caso podia considerarse cum- plido aquel requisito objetivo que segin su doctrina producfa la novatio, declara necesario aholir las incertezas, suprimir las presunciones de vo- luntad, y la ambigtiedad propia de la investigacién-de la voluntad de novar deducida de indicios; introduce por primera vez este requisito in- tencional en lugar del objetivo; exige un animus novandi expresamente declarado, en defecto del cual a la obligacién primitiva se considera INSTITUCIONES DE DERECHO CIVIL 227 expresa y tacita; si es expresa no precisa el uso de formas y pa- labras determinadas; si la voluntad se manifiesta técitamente, precisar4 averiguar la interna intencién que revelan los actos externos siempre que éstos lo revelen claramente; es decir, sin ambigtiedad. Tal es precisamente el valor y alcance del art. 1.260, «La novacién no se presume, sino que precisa que del acto re- sulte claramente Ia voluntad de efectuarla>. Reproduciendo la doctrina justinianea que es tradicional, la norma del Cédigo ex- cluye toda presuncién de novaci6n (porque, dado el efecto ex tintivo de ésta, no es licito deducirla de conjeturas y presuncio- nes) y declara decisivo sobre todo otro elemente Ja voluntad de las partes, en cuanto ésta resulte clara y univoca de una explici- ta declaraci6n o de hechos y actos equivalentes (1). Cuando la voluntad-de novar aparezca excluida, debe estimarse que surgid al lado de la primera una nueva obligacién sin que aquélla se extinga. afiadida una segunda. El principio nuevo es que voluntare solum esse non lege novandum; 18, § 1, c. 8. 4 (42); § 3, Jast , 3. 29. De lo que derivan Jas numerosas interpolaciones referentes al animus novandi que se hallan en muchisimos textos de los jurisconsultos. Véase Costa, Animus novan— di (St. p, Schupfer, ., paginas 50 y siguientes), Ferrini, Odddig., paginas 846 y siguientes. (1) Serfa erréneo interpretar la palabra eclaramente> en el sentido de «expresamente> y exigir una expresa declaracién de voluntad. Cudles ‘sean concretamente los casos en que el acto revela de modo seguro y sin ambigtiedad el animus novandi, es cuestién de hecho que habra de resol- verse caso por caso y que es a veces de muy dificil solucién, Por regla ge- neral precisa que repugne alo realizado por las partes la coexistencia de la primera y de la segunda obligacién; que en otros términos, haya incom- patibilidad entre la constitucién de uo débito nuevo y la permanencia del primitivo. Es jurisprudencia constante, que no implique novacién la emisidn de letras de cambio como pago de una deuda que surgié ya en virtud de causa propia. (Vivante, Dir. Comm., Ill, n. 1.119; en el mismo sentido el Cédigo suizo de las Obligaciones, art, 116); hay, en cambio, novacién por disposicién expresa del art. 345 del Cédigo de Comercio en las anotaciones de créditos en cuenta corriente (en sentido opuesto el Cédigo suizo de las obligaciones, art. 117), Contrariamente no implica novacién ni puede ser aqui tomado en consideracién ei cambio en los elementos accesorios del débito (adiciéu de términos, de cléusulas pena- es, de garantias, de pactos sobre intereses, cambio de lugar del cumpli- 228) ROBERTO DE RUGGIERO 8) Finalmente las partes deben ser capaces de contratar (articulo 1.268) lo que respecto al acreedor significa que debe poseer la capacidad de enajenar, tanto més si se ‘piensa que la novaci6n, implicando extinci6n de alguna obligaci6n, entrafia una disposicién del crédito. Las especies de la novaci6n son esencialmente dos (abstrac- cién hecha de la distincién de voluntaria y necesaria que entra- fia la doctrina del efecto consuntivo y novatorio de la contesta- ci6n de la litis): una objetiva o real cuando entre los mismos suje- tos un débito es sustituido por otro nuevo; otra subjetiva, cuan- do la obligacién nueva difiera de la primitiva por cambio de deudor o de acreedor. Son éstas—segtin el art. 1,267—las tres maneras de verificarse la novaci6n; pero nada impide que la ob- jetiva concurra en una misma relaci6n con la subjetiva y que las. tres mutacioues se operen simulténeamente. a) Seda la novaci6n odjetiva cuando el deudor contrae, con relaci6n a su acreedor, una nueva deuda que sustituye a la anti- gua que se extingue (art. 1.267, nim. 1). Ya se dijo que para que esta novacién se produzca, no basta el cambio de modalida- des o elementos accesorios de Ja obligacién, Los casos mas im_ portantes de esta clase de novaci6n son aquellos en que se da un cambio del objeto (por ejemplo, la sustitucién de una pres- taci6n de hacer por otra de dar a la de una prestacién de dar cien por otra de dar un caballo) 0 un cambio de la causa debendi (transformacién de un débito por precio en otro por mutud); en este caso de novacién no se dan los obstaculos que se ofrecian en el Derecho romano en el que precisaba la permanencia del idem debitum, y en el que, por la naturaleza formal de la stipula- tio, se excluia la eficacia consuntiva o extintiva de un negocio causal y consiguientemente la sustitucién de la causa debendi. No se niega con ello que otros cambios objetivos puedan producir novacién; pero como para producir ésta no basta el animus miento, ete.), porque por la naturaleza misma de Ja novatio moderna se exige un cambio esencial en 1a obligacién; se discute si en estos leves cambios a que hemos aludido puede apreciarse una intencién novatoria. Véase Giorgi, Sul eriterio giur, della novazione oggetiva (Foro it., 1890, | pagina 1.134). INSTITUCIONES DE DERECHO CIVIL 229 cuando més que de constituir una obligacién nueva se trate de modificar la precedente, asi tampoco una diversidad substancial basta cuando con ella no concurre la intencién de novar. 6) La novacién subjetiva tiene lugar por sustitucién del deudor antiguo por otro nuevo, quedando aquél liberado (articu- Jo 1.267, nam, 2), o por sustitucién del acreedor primitivo por otro, quedando el deudor liberado con relacién al primero (ar- ticulo 1.267, nam, 3). Se trata, pues, de sustituir una obligacién anterior por otra en la cual el deudor o el acreedor viene subro- gado por una persona diversa, quedando roto el vinculo obliga- torio con relacién a la persona a quien la nueva sustituye; el deu- dor primitivo cesa de estar obligado; el acreedor anterior pierde su crédito. El negocio juridico que mds frecuentemente actta tax les cambios es la delegacién: delegaci6n pasiva si el deudor en- carga a un tercero que pague o prometa al propio acreedor libe- rando al primero; delegaci6n activa si el acreedor encarga al deu- dor que pague o prometa a un tercero y lo libera con relaci6n a él; pero siempre en uno y otro caso es xovatoria por el efecto liberatorio que produce, en antitesis a la 1 lamada simple o im- perfecta, que adicionando una segunda obligaci6n no extingue la primitiva. Las causas y consecuencias de la delegaci6n, las rela- ciones que como supuesto de la misma deben mediar entre las partes fueron ya estudiadas. Basta consignar aqui que para pro- -ducir el efecto novatorio, es siempre indispensable el triple con- sentimiento de los dos sujetos originarios y de} tercero que ofi- cia de sustituto activo o pasivo. Respecto al efecto liberatorio, es preminente la voluntad del acreedor, el cual, asi como en la dele. gaci6n novatoria activa, manifiesta su intenci6n de liberar a su deudor con respecto a si, encargandole que pague a otro, en la delegacién novatoria pasiva, no libera al primer deudor con la mera aceptacién de la promesa del segundo, sino Gnicamente cuando declara expresamente que quiere liberarlo (art. 1.271). Pero la novacién por cambio de deudor puede producirse sin delegacién; elio ocurre mediante la expromisidn, en cuya virtud un tercero sin previo encargo, promete al acreedor lo que el deu- dor originario le debfa y el acreedor libera al primero; aqui no precisa el consentimiento del deudor originario (art. 1.270); asi 230 ROBERTO DE RUGGIERO que el negocio novatorio se perfecciona solamente por el con- sentimiento de dos personas. Ya se dijo que no bastaba a pro- ducir la novaci6n Ia indicaci6n de una persona para verificar el pago o el cobro (art. 1.273). Los efectos de la novacién objetiva o subjetiva se refieren todos a lo que constituye su momento esencial: la extincién de la primitiva obligacién. Cierto que un primer vinculo se disuelve en cuanto otro nuevo se constituye, sustituyendo al primero, que una nueva relaci6n opera la extincién de la anterior, en forma que al surgir la nueva se extingue inmediatamente Ia primitiva; el nexo, al verificarse el doble y contempordneo evento, queda roto y la nueva obligaci6n sigue su suerte independientemente ‘de la primitiva y en todo regida por Ja propia causa, y segiin las propias modalidades. Ello quiere decir que toda causa sobreve- nida que prive al acreedor de la satisfacci6n de su crédito o dis- minuya ésta, no puede hacer revivir la obligaci6n extinguida, y por ello, tampoco las modalidades ni los elementos accesorios. del débito primitivo se transmiten al segundo. Obsérvese especialmente: 1) Que en una novacién objetiva la pérdida de la cosa o la sobrevenida imposibilidad de la pres- taci6n no otorgan derecho al acreedor de demandar la presta- cién primitiva. 2) Que en la subjetiva por delegacién del deudor, el acreedor que haya aceptado el nuevo deudor, liberando al pri- mitivo, no tiene acciéa de reembolso contra éste, si aquél es in- solvente, salvo el caso de reserva expresa o de deudor delegado, cuando se hallaba en situaci6n de insolvencia o quiebra (articu- lo 1.272). 3) Que tanto en una como en otra, los privilegios, hi- potecas y garantias reales y personales, no pasan al nuevo cré- dito (articulos 1.274, 1.275, 1.277, parr. 1.°); las garantias raales se extinguen con la obligacién, los fideinsores quedan liberados y los bienes del nuevo deudor no est4n sujetos a las hipotecas. de la primera deuda; ademas, en la objetiva el acreedor puede, _ merced a una expresa reserva salvar las garantias reales dadas por el deudor sobre bienes propios en los limites que consienta el respeto a los derechos de tercero (art. 1.274). En la subjetiva por sustituci6n del deudor precisa el consentimiento del deudor INSTITUCIONES DE DERECHO CIVIL "231 primitivo y el de los fiadores para mantener vinculados los bie- nes del deudor originario y los fiadores del mismo (1). Il. Compensacién (2).—El fundamento de esta institucién es racional y claro. Cuando dos personas son entre si acreedores y deudores reciprocos; las dos partidas de crédito y débito se equilibran o destruyen totalmente si son de cantidades iguales o hasta concurrencia de la cantidad menor si desiguales. Seria indtil el pago efectuado por el deudor cuando el acreedor debe también pagarle; seria también injusto constredir al cumplimien to al deudor que es, a la vez, acreedor por el peligro a que el contracrédito puede exponerse si después de la primera solutio sobreviene la insolvencia del acreedor satisfecho. Responde, por tanto, a una exigencia de la equidad el autorizar a cada una de- las partes a retener para satisfacci6n del propio crédito la canti- (dad debida a la otra. Es, por consiguiente, la compensaci6n un modo de extinci6n de las obligaciones reciprocas, basado en la satisfacci6n que obtiene cada acreedor sin necesidad de despla- zamiento inGtil de moneda, Es oportuno transcribir aqui una famosa definicién romana, debida a Modestino (fr. 1. D. 16. 2.), compensatio est debiti et crediti inter se contributio, la cual unida a otros notables pasajes como el de Pomponio (fr, 3. D, eod.): Jaeo compensatio necesa- ria est, quia interest nostra potius non solvere quam solutum re- petere y el de Paulo (fr. 8, pr. D. 44. 4), Dolo facit, qui petit quod (t) Respecto a los efectos de la novacién en las obligaciones,solida- rias véanse los articulos 1.276 y 1.277. (2) Con respecto al Derecho romano y al. comin: Brinz, Die Lehre von der compensation, 1849, Dernburg: Geschichte und Theorie der compen- sation, 2.8 edic., 1868; Schwaners, Die compensation nach rim. Recht., 1870; Eisele, Die compensation nach. rém. und gem. Rech., 1876; Appleton, Hés- toire de la compensation en dr. rom., 1895; Leonhard, Die Aufrechnung, 1896; Longo, Le compensazione in dir. rom. (Riv. it, p. de sc. giur, XXII, pa- ginas 96 y siguientes). Respecto al derecho civil moderno: Desjardins, De la compensation, 1864, Sacerdoti, La compensazione delle obbligazioni (Arch. giur., XVI, 1876, paginas 383 y siguientes), Galluppi, La deorta della compensazione secondo il dir, civ. it, Roma, 1879; Cuturi, Traff. della comipens. nel dir. priv. it., Milan, 1909. 232 ROBERTO DE RUGGIERO redditurus est, expresa el contenido, la funcién practica, el fun- damento equitativo de la compensacién. En el Derecho romano fué ya, en efecto, reconocida a la coexistencia de dos créditos reciprocos la virtud de paralizar las reciprocas acciones, cuando uno de los acreedores alegase con- tra el otro aquella coexistencia 0 poniéndola como excepcién a la demanda de la parte contraria. La instituci6n, sin embargo, tuvo una muy limitada aplicaci6n en el derecho clasico, Ténga- se presente que—aparte la libre facultad de los acreedores reci- procos para renunciar a sus respectivas acciones y para consi- derar extinguidos sus créditos—no hubo una verdadera obliga- cién de compensar (que confiriese a cada uno el derecho de re- tener la prestaci6n debida y satisfacer su crédito con ella), no fué admitida, sino en determinadas y especiales relaciones como, por ejemplo, en las del argentarius (banquero), quien podia ac’ cionar solamente por el saldo de cuenta contra su cliente y en las del doxorum eptor (adquirente de los bienes del quebrado), que estaba obligado a deducir lo que al deudor’ del quebrado debia éste a su vez; y fuera de estos casos solamente en los iudi- cia bone fidei, en los que se conferia al officium judicis la facul- tad de tener en cuenta los créditos reciprdcos, condenando tan s6lo por el importe de la diferencia. Justiniano reconocié a la compensaci6n el caracter de medio universal de elisién de dos créditos contrapuestos, pero respecto a la reforma por él intro- ducida, y a su declaracién de que la compensacién debfa operar ipso ture (cfr. 1. 14, C.-4. 31; $ 30 Inst. 4. 6.), ha surgido una viva controversia entre los romanistas, algunos de los cuales opi- na que la reforma se proponia introducir al lado de aquella compensaciSn que se actuaba por convenci6n de las partes o por declaracién del Juez, otra compensaci6n legal (ignorada del de- recho clisico); y otros sostenian que precisaba que el Juez de- clarase en todo caso la procedencia de la compensacién sin ne- cesidad de que las partes la dedujesen como excepci6n. Como quiera que se solucione tan arduo problema hist6rico, lo cierto es que el derecho intermedio admitié6 la existencia de la compensacién legal y de esta concepcidn de la institucién deri- van las normas con que el Cédigo la disciplina (articulos 1.285 a

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