I Judicial 3

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Leccion Siete INSPECCION JUDICIAL I. PREAMBULO No parece extrafio que quien desee conocer un hecho prefiera exami- narlo por si mismo, sin intermediarios. A lo mejor eso obedezca a la conviccién de que la interposicién de otro sujeto puede deformar la imagen del hecho y ofrecer una representacion desfigurada. Desde la dptica de quien debe tomar una decisién quizas haya mo- tivos mds serios para querer observar directamente los hechos sobre los cuales decidira. De ahi que no sea irracional que el operador ju- ridico privilegie la posibilidad de verificar por medio de sus sentidos los hechos relevantes para la decision que debe adoptar, en lugar de confiar en la representacién que otros le puedan aportar, lo que pue- de inducir a pensar que por lo regular es conveniente realizar inspec- ciones para reconstruir el microfragmento de realidad que interesa al proceso, pues es la inspeccién la que permite al juzgador observar directamente los hechos o sus rastros. Sin embargo, que el juzgador perciba directamente los hechos que debe evaluar no es una dinamica libre de dificultades. Encara por los menos los siguientes inconvenientes: 1°, Los hechos que se juzgan no siempre son contempora- neos del proceso. Antes bien, tales hechos suelen ser ante- 323 7" OCESAL DERECHO, PR LECCION#S OF gas CIVILES nocer que 4 la hora de hacer la iga a reco . obliga uentre siquiera e] cedentes; lo que : | proceso talvez no se e™ averiguacion en € rastro. jon del operador ju- bastante dedicac claman otros méto- 20, La inspeccion exige a ridico, a veces muy superior 2 Ja qu dos de averiguaci6n. Siendo asi, es comprensible que con frecuencia Ja autoridad se con. e ofrezcan otras personas y renun- forme con la representacion que | fe : cie a realizar inspecciones; asi mismo luce entendible que los regime. nes probatorios autoricen con prudentes limitaciones la practica de inspecciones. II. NOCION Consiste_ en. ion di le hechos por medio de los sen- tidos. Claro esta que no siempre sera posible que en la inspeccién el operador juridico observe los hechos relevantes para resolver la cuestion sometida a su consideraci6n; seguramente en algunos casos deberé conformarse con descubrir otros a partir de los cuales pueda inferir los que sean de interés en la situacién concreta**. La inspeccion puede recaer sobre cualquier cuerpo, elemento 0 fend- meno perceptible por medio de los sentidos, como Bite cpnidos, sabores, lugares, movimientos, sistemas, dinamicz pe 0 petso- nas*, lo que obliga a pensar que segiin las create tneias Sos offices 453. En tales casos los hechos qh LECCION SIETE INSPECCION JUDICIAL puede ser prioritario el empleo de alguno de los sentidos, ya veces la adopcién de medidas especiales para facilitar el examen de aquellos. III. UTILIDAD DE LA INSPECCION Si cada intermediario entre los hechos y el operador juridico puede erigirse en una suerte de tamiz con aptitud para desfigurar la con- textura de aquellos y mostrar una representacién no del todo exacta, evitar toda interposicién parece deseable si se quiere alcanzar una reconstruccién confiable de los hechos relevantes para resolver la cuestién sometida a examen. De ahi que la inspeccin luzca bastante util para asegurar la confiabi- lidad de los elementos de prueba que se recaudan en el proceso. ee ee Eat a ore ee ees Sin embargo, la experiencia forense evidencia que la practica de ins- pecciones resulta demasiado costosa para el sistema judicial y que no es facil asegurar su éxito. Con alguna frecuencia la realizacién de la inspeccién exige el desplazamiento del juzgador con un equipo de trabajo a lugares distantes de la sede judicial, lo que implica gasto considerable del tiempo de los servidores publicos y de los recursos a su disposicién. Ademas, nada asegura que el servidor judicial una vez localizado en el lugar propicio para la inspeccién obtenga la colaboracin de quienes controlan el sitio, y la disposici6s ' cilitarle la observacién de los elementos de interés. Antes bien, no es extrafio que intencionalmente borren u oculten hechos o huellas que puedan ser importantes, o le nieguen el acceso a ellos; asi ti o puede descartarse que el tiempo desvanezca los izar la inspeccion. Siendo asi las cosas, aunq itrada parezca indiscutible la con- scHo PROCESA s pr DER Lecc JONES EBAS CIVILES utilidad 0 POF lo menos la racig. u nite S yenta la relacién costo, arcialme é P a teniendo en ntizar siquiera garal i ie ordenar su practic nalidad d beneficio. DAMENTA IV. LA INSPECCION ¥ LOS DERECHOS FUN! LES i bre elementos que se en. Si i i6n puede practicarse SO’ to Si bien ie : ie econ del publico, también en ocasio- : ths fe . nes versa sobre cosas 0 aspectos NO exhibidos, hipotesis - Jas cuales puede plantear tensiones con los derechos See les. En tan- to deba recaer sobre elementos 0 aspectos legitimamente sometidos preservados de la observacién al control de alguien y por lo tanto i6 del publico, la inspeccion puede tropezar con el cerco de proteccién constitucional del derecho a la intimidad*, 0 con la inviolabilidad del domicilio o de las comunicaciones (CP, arts. 15 y 28-1). cuentre! El problema puede estar ausente si la persona bajo cuyo control se conservan los elementos objeto de la inspeccién, libre y voluntaria- mente facilita la observacién. En otras palabras, si el individuo per- mite el acceso al lugar o muestra las cosas o los aspectos que se quie- re examinar, la inspeccién puede ser realizada sin colisionar con sus derechos. Pero si la persona no autoriza voluntariamente el ingreso al lugar 0 no permite esponténeamente la observacién de los elementos bajo su custodia, la realizacién de la inspeccién exige la adopcién de medi- ME, Beece dee arin del derecho a a tot gg eee ad O]ASEOs LECCION SIETE INSPECCION JUDICIAL das adicionales que plantean una fuerte tensi6n entre el propésito de aquella y la proteccién de los derechos fundamentales. En tanto las cosas que deban ser examinadas estén dentro del domi- cilio** cuyo titular no autorice libremente el ingreso del operador ju- ridico, realizar la inspecciOn exige irrumpir en él con el empleo de la fuerza, lo que implica allanar, actuacién cuya legitimidad depende de que medie orden judicial (CP, art. 28). De manera que sila autoridad que se propone practicar la inspeccién no es juez™, la falta de anuen- cia del titular del domicilio es un obstaculo que solo puede superarse con el apoyo de aquel, quien puede ordenar el allanamiento (CGP, arts. 112 y 113) tras el estudio de la tensién entre el propésito perse- guido con la actuacién y la garantia de la inviolabilidad del domicilio. Para ello debe realizar un ejercicio de ponderacién que le permita asegurarse de la razonabilidad y proporcionalidad de la incursién en el domicilio contra la voluntad del titular, lo que supone identificar la finalidad concreta y asegurarse de su legitimidad, corroborar la idoneidad de la inspeccién para conseguir el objetivo (adecuacién), descartar que haya otra medida también idénea y menos ofensiva (necesidad), y cerciorarse de que el beneficio que se espera es supe- tior al agravio que puede causar la irrupcién (proporcionalidad en sentido estricto). Solo si el escrutinio sobre tales aspectos arroja resultado positivo pue- de calificarse de legitimo el allanamiento en funcion de la inspecci6n. De lo contrario, vale decir, si alguna de las respuestas es negativa, la penetracién en el domicilio seria ilegitima. 456, Puede tratarse de las paredes 0 los pisos de una edificacidn, o de las cosas muebles guardadas en su interior. 457. Recuérdese que no solo se considera juez a la autoridad que organicamente per- tenece a la organizacion judicial, sino también ala autoridad administrativa que ejerce funciones jurisdiccionales, en forma permanente (CGB, art. 24) 0 como comisionada de otro juez (CGP, arts. 37 a 41). fs C DERE s Lec IONS GEBAS CIVILES | concepto de dom;. a que & 5 ar ahor i . 4s precis jtucionalmente garantizaq, A lo mejor no est a mani pons La garantia constity. cilio en funcién de la ™ del derecho civil” - eolaa Jfiere de Ia noci6n PrP "| tegitimamente controlados por ¢ difier¢ . rat ;. cjonal alude a los lugares ce ransitoria, en los que preserva dey ente ot ea divi ili individuo, en forma Eee actividades individuales 0 familiares, ias y Sl Ablict ertenencias Y publico sus p' lio cabe no solo el lugar de residencia 4 suit eal ' B ién de domicilio © 2 ae “ve on la o familiar, sino ademas el a iD i donde itacion indi PGs los espace tape desarrolla su trabajo o empresa, er chistes Boise de a Ji iduo emplea transitoriamente con fun ativa de Ocal itacion de hotel 0 el batio publico, lamiento del publico, como Ja habitacioi Por consiguiente, siempre que deba hacerse elena Die ef el pro- posito de realizar inspeccién, es preciso evaluar la Jegitimi lad dela incursién teniendo en cuenta que se trata de espacios cuya inmuni- dad esta constitucionalmente garantizada con rango de derecho fun- damental (CB, art. 28). Ademas, definido que es legitimo realizar el allanamiento, es nece- sario ceftirse a las precisas instrucciones impartidas por el legisla- dor para adelantarlo, lo mismo que las restricciones contempladas'® (CGP, art. 113); de lo contrario, la actuacién que de entrada es licita Puede devenir ilegitima, Asi, la autoridad debe tener en cuenta que re allanar solo durante las horas habiles, es decir las de atencién al publico en el respectiyo despacho, Por lo que si el allanamiento Se realiza en horas inhabiles estropea la inviolal ilidad del domicilio bi Shen ——s 458. E] Cédigo Civil lo s 0 Presuntivamente, dey an is LECCION SIETE INSPECCION JUDICIAL (CGP, art. 28), compromete la validez de la actuacién (CP, art. 29-5 y CGP, art. 164) y puede dejar incurso al operador juridico en una infraccion penal o disciplinaria. Ahora bien, si la inspeccién debe recaer sobre documentos u otras cosas muebles no expuestos al puiblico* y sujetos a la custodia de su tenedor legitimo, su realizacion implica permear una esfera provista de prioritaria proteccién constitucional, dado que aquellos pertene- cen al ambito de la intimidad (CP, art. 15) y penetrar en él exige in- tervenir un derecho catalogado como fundamental. Solo ciertos propésitos definidos por el constituyente (tributario, ju- dicial, inspeccidn, vigilancia e intervencién estatal) justifican que la autoridad publica examine los documentos privados sin la esponta- nea aquiescencia de su tenedor legitimo (GP, art. 15-5). Por lo tanto, sila inspeccién implica el acceso a los documentos privados de una persona y esta no desea facilitar su examen, la legitimidad de la orden de mostrarlos depende de su razonabilidad y proporcionalidad. En otras palabras, para que en tales circunstancias la inspeccion sea licita es preciso que busque una finalidad de las contempladas en el precepto constitucional (razonable), que sea idonea para alcanzar- la (adecuada), que se muestre menos ofensiva que cualquiera otra actividad apta para conseguir el mismo objetivo (necesaria) y que ofrezca un beneficio superior a la limitacion del derecho intervenido (proporcional en sentido estricto). De ahi que a propésito de la inspeccién sobre documentos 0 bienes muebles, la ley ordene observar las reglas que imperan en materia de 460. Hay que reconocer que hay documentos privados expuestos al ptiblico, como sucede con las “inscripciones en lapidas, monumentos, edificios o similares” (CGP, art. 243-1). 329 P ROCESAL CIONES DE DERECHO | R aia PRUEBAS clV! jas cuales se bara explicacion deta. el: exhibicién (CGP, art. 239), sobr 1 Jlada en otro lugar” ; i es bueno analizar la hipotesis en Ja que la inspeccién deb, una persona. De ser asi, hay que recordar rales que nO permanecen expuestos a] midad individual” y que examinarlos dad constitucionalmente ee Por ultimo, recaer sobre el cuerpo de que todos los aspectos core publico hacen parte de la inti : : puede acarrear la ruptura de Ja inmuni rantizada (CP, art, 15). Si se tiene en cuenta que el cuerpo es el tinico elemento fisico inma- nente al ser humano, la legitimidad de su inspecci6n tiene que estar supeditada a que el examen sea lo menos ofensivo de la dignidad humana“ y obedezca a propésitos concretos de elevado valor cons- titucional. Menos probable seria la licitud del examen que comporte la observaci6n o manipulacion de las partes del cuerpo que el indivi- a ae Ree. oe eo ajena, si implica restringir gozan de escasa eae eee oe peas en el orden constitucional, jue el i que normalmente se preservan dela on y See de érganos ta una invasién mas profunda au acl el cabello, Asi mismo, la j € través de la cavidad vagi Plore a través dela boca, LECCION SIETE INSPECCION JUDICIAL por otro lado, parece menos ofensivo de la intimidad y la dignidad humana el examen corporal que se practique venciendo la resistencia de la persona con el anuncio de la privacién de una ventaja o con la imposicion de una consecuencia juridica adversa, que cuando para superarla se emplee la coaccién fisica. Claro esta que si el individuo ofrece mostrar su cuerpo o manifiesta su aquiescencia para que sea observado™, ningun problema parece asomarse. Pero si la persona rehtsa exhibir su cuerpo para ser exami- nado, el obstaculo obliga a preguntarse si aquel puede ser compelido a mostrarlo, o conminado con el anuncio de consecuencias adversas. Que la persona rehtise mostrar aspectos corporales de los que ordi- nariamente permanecen expuestos al publico, como el rostro, el ca- bello o las manos, parece una infraccién injustificada del principio de solidaridad (CP, art. 1°) y del deber de colaboracién con la admi- nistracién de justicia (CP, art. 95.7), lo que sugiere que es legitimo conminarla o compelerla a facilitar el examen que la autoridad se propone realizar. En esta direccién conviene analizar si puede em- plearse la fuerza contra el individuo para vencer su resistencia o si solo es licito exhortarlo o conminarlo mediante el anuncio de alguna consecuencia adversa. Si se tiene en cuenta que la prevision de consecuencias adversas y el uso de la coaccién son medios restrictivos de la autonomia (CP, art. 16) aptos para mitigar la resistencia del individuo, parece obvio privi- legiar el que restrinja la libertad en menor grado, lo que induce a juz- gar con menor severidad la conminacién que el empleo de la fuerza. 464. Claro estd que para obtener la anuencia de la persona pueden emplearse métodos de Persuacién y mecanismos tecnolégicos que hagan menos traumdtica la inspeccién. Por gemplo, el uso de rayos X puede facilitar la observacién de los elementos que interesan, sin examinar directamente la piel 0 el papectonexecier eacneTDy que suelen mantenerse Sigilosamente ocultos. 4 LECCIONES DE DERECHO PROCESAL PRUEBAS CIVILES Francamente no parece probable que el operador juridico*® tome por la fuerza el cuerpo de la persona para vencer su resistencia y realice el examen corporal que se propone sin que la actividad comporte un trato cruel, inhumano o degradante, que asi como la tortura, est4 proscrito en términos absolutos por el texto constitucional (CP, art. 2°), lo mismo que por el Derecho Internacional de los Derechos Hu- manos‘, Siendo asi, el empleo de la fuerza contra la persona para someterla a la inspeccién de su cuerpo se muestra contraria a la garantia consti- tucional, por lo que resulta claramente ilegitima. De ahi que la tinica opcion licita sea el anuncio de consecuencias adversas por la renuen- cia indebida. A dicho propésito luce razonable y proporcionada la previsién legal que ordena presumir la certeza de los hechos que con la inspeccién se proponia establecer (CGP, art. 238.2-2), ademas de sancionar al re- miso (CGP, art. 44.2). Claro esta que de ser imposible visualizar el re- sultado de la frustrada inspeccién, no se puede derivar la presuncion, caso en el cual quizds no quede otra opcién que imponer la sancién al renuente (CGP, art. 44.2) y calificar su conducta como indicio de falsedad de sus alegaciones y de certeza de los hechos aducidos en su contra (CGP, art. 241). Obviamente, si el renuente es un tercero, no pueden derivarse consecuencias probatorias, lo que obliga a confor- marse con sancionarlo, Ahora bien, si la renuencia obedece a motivos serios, como la pre- sencia de una deformidad fisica que el individuo no desee mostrar, 465, En todo caso debe descartarse la posibilidad de rechos fundamentales sean adoptadas por una aut regla general a este esta reservada la intervenci¢ trictivas de de- juez, como a ii LECCION SIETE INSPECCION JUDICIAL Ja situacién deberia tratarse como si la inspeccin versara sobre un aspecto corporal no expuesto al publico, pues la resistencia es racio- nalmente justificada desde la perspectiva del derecho a la intimidad (CP, art. 15). eae Cuando la inspeccién verse sobre sipastel kis de los que no suelen exponerse al puiblico, constituye una intromisién mas o menos intensa en la intimidad individual, y en todo caso superior a la que envuelve la penetracién en el domicilio y el examen de documentos privados. Por lo tanto, conminar al individuo a facilitar el examen puede no siempre ser ein in) wate bei ee mi ag yla ofensa a la dignida Ja intrusion, , 4 someterse a la Insp ocultos, De manera | rivarie mas que un d practica del exam dad humana y d LECCIONS RUEBAS CIVES'™ t4 que siel individuo no és parte, nin. a a. Claro es! ncii ; yarse. seria de la renue! Fae ae de deriva P cuencia — aspectos ocultos del cuerpo se per- cionada, seria legitimo conminar or prop’ : Vi a consecuencia adversa como |, | individuo con el anuncio de alguna cons cur di al individ de los hechos que s¢ proponia demostrar con presuncion de — smite eaaeeromnica (CGP art San a cae paws caso parece legitimo eS oe por la fuerza fisica para someterlo al examen, pues semejante actit melee erige en trato cruel, inhumano y degradante, expresamente proscrito por el constituyente (CP, art. 2°) i i j6n sobre En caso de quela inspeccion ciba claramente razonable y el examen, in A dicho propésito sorprende que la jurisprudencia constitucional haya estimado legitimo el uso de la coaccién fisica para vencer la resistencia de quien deba someterse a examen corporal, no obstante reconocer que dicho proceder puede configurar un trato cruel, in- humano o degradante*”. En otras palabras, en criterio de la Corte los tratos crueles, inhumanos 0 degradantes pueden ser legitimos en algunos casos segiin la finalidad que se persiga. Con la tesis sustentada por la Corte franca paso de legitimar el empleo de la tortu crueles, inhumanos y degradantes mente qued6 apenas a un ra, pues entre esta y los tratos no hay mucha distancia, como lo erecho Internacional de los Dere- chos Hum: ; ; ‘anos. Si este proscribe los tratos crueles, inhumanos 0 de- Sradantes, al igual que la tortura, se muestra del todo ieee, la Posicién jurisprudencial aludida LECCION SIETE INSPECCION JUDICIAL ticarle examenes que exijan conocimientos especializados o emplear instrumentos tecnoldogicos cuyo dominio escapa a la cultura media, por lo que se precisa de un experto, caso en el cual deberd tenerse en cuenta lo que en otro lugar se explicard sobre el dictamen pericial**. v. CARACTER SUBSIDIARIO DE LA INSPECCION JUDICIAL El desgaste que implica la realizacién de la inspeccién judicial indujo al legislador a limitar prudentemente su practica, de manera que en la ley ha sido contemplada como una actividad subsidiaria respecto de cualquier otro medio de prueba, lo que quiere decir que cuando los hechos que se quieran establecer puedan serlo por cualquiera otro medio, debe preferirse y prescindir de la inspeccién judicial (CGP, art. 236-2). A partir de dicha regulacién parece descartada la practica de ins- peccion judicial, pues no es facil concebir una hipstesis en la que la representacién de un hecho no pueda llevarse mediante fotografia, videograbacion, otro documento, o dictamen pericial. Siendo cierto eso, no se ve con claridad cuando puede ser necesaria la inspeccién judicial. Lo cierto es que si el interesado ha solicitado la inspeccién y el juez considera que los hechos se pueden establecer por medio de un dic- tamen pericial, debe abstenerse de ordenarla, y en su lugar, debe otor- gar el t¢rmino para que se aporte el dictamen (CGP, art. 236-4). Claro esta que ordenar que en lugar de inspeccién se practique dicta- men siempre que este sea suficiente para verificar los hechos, ea ias lea decir que en todos los casos debe echarse mano de este 468. Véase Leccién once de este tomo, pERECHO PROG FSAL bE LECCIONT UEBAS CIVILES a hipotesis en la que el juez “i stir una rece exis! erito no pueda examinar. -cibir o constatar un hecho que ae reservada para las hipo- aie Actica de la inspecci6n que el caso del pro: 5 si, ct ‘ nm ices Sendo i 4 iis ley la hace obligatoria, como ¢! Proceso tesis en las que i t. 375.9). de declaracién de pertenencia (CGP, ar dir de aquella, pues NO pa VI. INSPECCION JUDICIAL OBLIGATORIA No obstante lo explicado en el acdpite anterior, el ees aa e hay algunas pretensiones que, _exigen el examen Cirecto del juez (ee ciertas situaciones de hecho. En esas condiciones iE ley ordena que se practlG imeem arleniel respectivo proceso. Asi pucede enel proceso de declaracién de pertenencia (CGB, art. 375.9), servidum- bres (CGP, art. 376-2), declaracién de bienes vacantes 0 mostrencos (CGP, art. 383-5), y deslinde y amojonamiento (CGP, art. 403). En cada uno de tales procesos la inspeccién cumple una finalidad es- pecial. Asi, en el de declaracién de pertenencia el proposito consiste en que el juez constate que el demandante sea realmente oseedor, que el bien sea exactamente el indicado en la demanda, Sea reconocido en el entorno como duefio haya otro u otros poseedores, que la posesi Positivos perceptibles por el puiblico, que la valla o el aviso publico para el emplazamiento de todas las p g ersonas que puedan tener inte- rés haya sido debidamente instalad soa 0 Y cons el inicio del proceso, hea haeons geal pest i que el actor sefior de este, que no on se exprese en actos Sielj “a ‘Ne 5 desplaza al lugar de ubicacién del bien, puede ordenar y nae ee a las personas que encuentre alli ocupandolo, y wen a ii situacién a eee lo que le Permite averiguar la Reaaltia Fac sin confor; : Suministren los testigos Sugerid mars€ con la informacién que le 98 Por eLactor Incn ea LECCION SIETE INSPECCION JUDICIAL prefiere que todo el debate central del proceso se realice donde esté localizado el bien para asegurar la conquista del objetivo propio de la inspeccién judicial (CGP, art. 375.9). Similar s el objetivo de la inspeccién en el proceso de declaracién de bienes vacantes o mostrencos (CGP, art. 383-5). VII. PRACTICA DE LA INSPECCION La audiencia puede comenzar en el despacho del operador juridico 0 en el lugar indicado en la providencia que haya ordenado su practica (CGP, art. 238.1). Quizas el lugar mas apropiado para empezarla sea aquel donde se encuentre el objeto del examen, sobre todo si es dis- tante de la sede de la autoridad y la audiencia se programa para las primeras horas de trabajo del dia, pues no parece razonable hacer dos desplazamientos sucesivos en lugar de uno. No es necesario que concurran los litigantes, pero la inasistencia del interesado puede disuadir a la autoridad de practicar la audiencia (CGP, art. 238.1). Parece apenas obvio que quien la haya pedido esté atento a ella si mantiene interés en su practica, por lo que su displi- cencia puede apreciarse como una suerte de desistimiento tacito. Localizada en el lugar de la inspeccién la autoridad debe identificar los elementos objeto de examen y registrar lo observado (CGP, art. 238.3). Es aconsejable que los litigantes se ocupen de inducir a la autoridad a registrar las circunstancias que sean de su interés, pues, aunque la ley les autoriza dejar las constancias que estimen pertinen- tes, si el operador juridico se abstiene de confirmarlas no pasan de ser alegaciones de parte sin mérito probatorio. Con el propésito de profundizar en el examen a su cargo, 0 facilitar la recordaci6n de lo observado y la comprensién por terceros, la auto- 337 >CESAL | § DE DERECHO ERC LECCIONT UEBAS CIVIL encia se hagan experimen. isma audi ' r wee fotografias 0 grabaciones ridad puede ordenar qu al duce! en planos, repro tos o se elabor CGP, art. 238.5). ( e recreen los actos que hayan sido na. También puede “a ae los testigos, para obtener una Tepre- s litigantes 0 por = rrados por los litigant are sentacién més clara y coherente (cGk a pee esla que se conoce como “reconstruccion de los : Asi mismo, si la inspeccion recae sobre el cuerpo ne persona puede disponer que se le practiquen examenes, lo que implica la in- tervencién de un perito, por lo que en este caso debe observarse con rigor el régimen del dictamen pericial*® (CGP, arts. 226 a 235). Por ultimo, si la inspeccién recae sobre documentos u otras cosas muebles, la autoridad debe cefiirse también a la regulacién sobre ex- hibicion, lo que implica que a la hora de decretarla le ordene al tene- dor de los muebles 0 documentos que los exhiba, con instrucciones precisas sobre la forma de hacerlo (CGP, art. 266-1), y si se trata de un extrafio disponer que se le notifique Por aviso la decision (CGP, arts. 266-2 y 292), VIII. PRACTICA DE OTRAS PRUEBAS EN EL CURSO DELA INSPECCION to que debe interpr, disefto instituci B idado para evi E stitucional de] Proceso * evitar que se quiebre el Ses 469. Véase Leccién once de este tom 10, INSPECCION JUDICIAL Por un lado, la autoridad debe procurar la concentracién de activi- dades en la audiencia de inspeccién, de modo que aproveche su des- plazamiento para obtener el mayor caudal probatorio. Por lo tanto, las pruebas pedidas oportunamente por las partes deben practicarse preferiblemente en el seno de la inspeccién, si all{ resulta mas facil, como por ejemplo los testimonios de las personas que residan o tra- bajen en el lugar de la audiencia. Es este el objetivo de la disposicién que convida a adelantar en la inspeccién del proceso de declaracién de pertenencia todo el debate central, incluso la sentencia (CGP, art. 375.9). Por otro lado, ya en el curso de la audiencia el operador juridico pue- de advertir la conveniencia de ordenar otras pruebas que no habia previsto, que guarden estrecha relacién con el objeto de la inspeccién y ofrezcan suficiente utilidad. Pero debe cuidarse de satisfacer las pe- ticiones de los litigantes que apunten a revivir las fenecidas oportu- nidades para solicitar pruebas, pues se corre el riesgo de favorecer desleales estrategias de defensa. De ahi que deba insistirse en que la pertinencia de las pruebas que se decreten en el seno de la inspecci6n no se califique en funcién del proceso sino de la inspeccién. Por ejemplo, se da por descontado que en la audiencia puedan apor- tarse e incorporarse documentos. Pero conviene asegurarse de que estos versen especificamente sobre los hechos materia de la inspec- cién, pues de lo contrario alguna de las partes puede sorprender a su tival con la aportacién de documentos que ha debido presentar en etapas pretéritas para facilitar la contradiccién. Claro esta que la practica de alguna actividad probatoria adicional a la inspeccién exige la observancia de los preceptos que rigen el medio especifico. Asi, cuando se ordene la recepcidn de testimonios es pre- ciso seguir las disposiciones que rigen este medio de prueba (CGP, arts. 208 a 225). $39.

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