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Cm Ceres En el presente libro, Jorge Barudy implica a las propias familias en el abordaje del malerato infantil y analiza con cada une de ellas las interacciones inductoras. En efecto, incluso cuando los abusos provocan intervenciones médico-sociales y judiciales, es necesario q ef responsable de ellos y los cémplices que favorecen esos actos violentos constituyan ialmente el objeto de un trabajo psicolégico apropiado. En este dificil campo, el pragmatismo y el sentido de la colectividad propios de las teorias y las intervenciones sistémicas centradas en ¢l nif facilitan el trabajo clinico. Tanto en el nivel del equipo como en el de la red, el enfoque global debe aplicarse uniendo los aspectos individuales, familiares, médico-sociales y judiciales. ¥ es entonces cuando el dolor que todo ello provoca en la infancia ~que ni siquieca aquellos que infligen querrian a veces ver puede examinarse, como se hace en este libro, su complejidad, desde una perspectiva rigurosa ¢ inteligente, encre la sensibilidad det humanismo y el rigor de la actividad clinica. De origen chileno, Jorge Barudy es psiquiacra y terapeuta familiar. Lleva a cabo labores formadoras cn la Facultad de Medicina de la Universidad de Lovaina y es auror de numerosos articulos sobre el tema. ISBN 84-193-1494-6 (ti IU 3049471 Paidés Terapia Familiar << 2 2 3s 2 Es 2 4a 5 2 2 35 36 2 36 ® 0 a 2. a5 Pa ps * 50. Sr 52 53 Bt 55 6 2 Es 58 0. ot e & se 8s ‘ in ra 3 n 2 n a Terapia familiar ‘Uttimos los publicados: 1B. P-Keeney vO. Sikerstein La vo terapsutica de Ola Sitverstin Allfrey mito e le psioterapia fama WH OManlon Raices profanas H.C Pshman Tratarinto de edofscentr con problemas IM Sehint Palazzolty otros Los jogos psicancos ena familia ‘T Goodrich youras Terapia famiarfomonista L Onnis=Tenepe fama de os rastornesprcesomdticos 1X Ackerman MAndollt- La creation del sitema terapetico de Shaver Claes paral soli on teapia Bove A.M Sorrentino Handicap yrhabilvacon LE Conernt La psicoterapia: gram y sintais WeHLOtanlony M Weiner Davis Ex buses de solucionss CA Whitaker y WM Bombers = Danzand cof fara F-S PitmanIll-Monntosdetsves S.Cinlov Di Blaslo Nitos maliatedos 4B Haley” Las tetcar de poder deSeoucristo IM. Bowen De fa familial ndiidu ( Wiltaker= Maditacionesnocturnas de un terapent familiar NUM: Berger «Ms fl de dobie vical IM. Walters, B Carter P Pappy. Sverscin La ved bib ‘Matteo Seivint= Cronion dena mvestgncin {©-Raush Herscovlel yL. Bay Anorexia rion y bulimia S. Rosen litsozird conga ‘A CampaniniyF Luppi Servicio social y modelo sstemico BLP Keeney La mprovsecon o pcererapa, Calle tna mae tno son iret J. Carpenter A Teacher Poblomasysoluciones en erapie familiar y de parla IM. Zapplla: Nove no ge, no hablo. El autism infant I: Navarro Géngors-Tenieasy programas tevapla amar © Madanes- Sex, amor vite Mi. Whitey D. Epon Medior narativos pare fines teapéutices W. Robert Beaversy RB Hampson Familias exioses| Sepa Sonar la eld '§ Cinllo-Eleambioen for contextos no trapéutcos 8. Minuchin La recuperate fama D.A.Bagaraziiy S.A. Anderson ites personals, matrimonials» familiares 4. Navarro Gongoray M.Bejeach -Avunces on erapla fama sites B.Cadey W.H.O Hanlon “Cula rove de teepte breve BCamdeasusyxtos = Cras famiflaesyenclanidad TL Linares dented y narrate L Boscolo P Bertrand Los tempos de empo ‘W.Santiy otros -Heramiontas para pecoterapeutas IM. Elkain = a trap falar en tasformacion FL. Frame -amtle de rig ypricoterania 4 Drocten (comp.)-Consrnendo masala de pacts yaiciones 1 Coletsy J. Linares-La nterencion sstonica en as sercios sociale ante 1a familia mliproblemaice Perrone Violence 9 abusos sexuls el familia E Barudy = El doloy esl dela foncee Jorge Barudy Labrin EI dolor invisible de la infancia Una lectura ecosistémica del maltrato infantil o PAIDOS CCubierta de Mario Eskenazi 1 edicén, 1998 Sia ei hae | © de todas ls ediciones en castellano, Ediciones Paidés Ibrica, S.A, Mariano Cubi, 92 08021 Barcelona ¥y FaitorialPaidés, SAIC, Defenss, $99 ~ Buenos Aires ISBN: 84.493.0404.6 Depésito legal 8.531998 Impreso en A SM Grific, SL, (08130 Sta. Perpetua de Mogoda (Barcelona) [Impreso en Espana — Printed in Spain Amis hijos Jorge, Gloria y Tania, ya Gloria, la ma dire de mis hijos, que con sus presencias me ayuaron @ sobrevivir ‘A mis padres, que nos dieron el amor que incluso ellos no recibieron ‘Alas ninas y mirios mértires de todos los tiempos v de todos los paises: ‘SUMARIO. Agradecimientos Prologo, Stefano Cirillo Introduccion, 1. La cleceién de un modelo ecosistémico en la ‘explicacién de Ia violencia familiar La emergencia del observador La tipologfa del maltrato basada en la «biologta del amor» 2a tipolgia de los malos trates desde una perapectva ‘ecosistemica 7 as a iter ee ce iepatocncte yen a crecimiento La familia en cuanto organizacion de origen biol6gico Laviolencia en el ciclo vital de una familia La familia en cuanto sistema cultural y slenguajeante» Los fenmenos culturales La familia como tema semantico Impregnacién, apego y cuidados parentales Apego y sentimiento de familiaridad Las perturbaciones del apego y el maltrato a influeneia del medio en la respuesta de los padres 3. Ecologia moderna de la violencia hacia los nliios La modernidad come ecologia Los factores socioculturales vinculados al modernismo La ecologéa familiar del maltrato EI maltrato como expresisn de una crisis en el cielo familiar ee 13 7 2 29 35 4a 41 45 48 53 54 60, 61 67 67 70 B El maltrato como situacién organizada de la fenomenologia familiar: las familias transgeneracionalmente perturbadas . La negligencia y el abandono de los niios La negligencia biolégica; el fracaso del proveso de apego Las fuentes de la negligencia «biolégica» Una tipologia de las madres carentes y negligentes Los factores dependientes del nitio La negligencia cultural La negligencia contextual: la pobreza y el aislamiento social como medio ambiente Las consecuencias de la negligencia en los nitios Las consecuencias de la negligencia Fisica Las consecuencias de la negligencia psicoafectiva La carrera moral de los nifios vietimas de negligencia Las consecuencias traumaiticas de la experiencia [Los mecanismos adaptativos alas situaciones carenciales Elabandono de los nitios. . La carrera moral de los nifios abandonados La violencia fisica sabre los niiios Agresividad, violencia y malteato fisico Agresividad y violencia familiar La violencia agresiva El agotamiento de los rituales como consecuencia de desdrdenes ecol6gicos El [racaso de los rituales como consecuencia de trastornos del apego La violencia ideolégica El desalio de ser madre o padre Las experieneias vitales de los padres violentos Intoxicacién idealdgica del padre maltratador La identidad del padre violento La pareja del padre o de la made maltratadores: | el rol del ercero La carrera moral del nifio golpeado Las consecuencias psicosociales del maltrato Los mecanismos de adaptacién a la violencia . Ecologia moderna del abuso sexual a los nifios La ecologia social sexualmente abusiva 120 123 125 127 130 134 140 148 150 157 158 tet 162 10. . Los abusos sexuales extra ¢ intrafa SUMARIO Creencias sociales y abuso sexual La representacién social de los abusadores Elrol dela ideologia patriarcal Lacultura pornografica ‘Los mecanismos familiares de evitacién del incesto Laclinica de los abusos sexuales: los trastornos del apego y la «intoxicaci6n ideolégica» Hares Los abusos sexuales cometidos por desconocidos Los abusos sexuales extrafamiliares: el abusador conocido de la familia Pautas para la interyenci6n psicasocial en casos de abuso sexual extrafamiliar . Elabuso sexual intrafamiliar : Laestructura de la familia sexualmente abusiva Ontogénesis del abuso sexual: el incesto como proceso . Los personajes adultos de las tragedias por abuso sexual Las experiencias vitales yla personalidad de los abusadores w Los diferentes grupos de abusadores v su personalidad La personalidad del abusador sexual El papel de la madre: complice o inocente en los casos deincesto Las dinamicas conyugales en las familias sexualmente abusivas Latriangulacion de las victimas en las dinamicas: conyugales 1. Consecuencias de los abusos sexuales para Ios nifios El comienzo de la interaccién abusiva: la ruptura del cuadro vital de la victima La carrera moral de los ninos abusados sexualmente La dinamica familiar del incesto entre hermanos Las organizaciones familiares abusivas en el caso de incesto entre padre e hija Un enfoque terapéutico y de prevencién del maltrato basado en un modelo de redes oe I-La organizacién de los sistemas profesionales u 164 169 170 171 m1 179 187 187 194 197 205 206 208 215 215 219 221 228 233 239 243 245, 250 256 259 263 267 2 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA 2. El programa de prevencién puesto en préctica 3. El programa de intervencion terapéutica 4. Algunos aspectos especificos de la terapia en las, consecuencias de los abusos sexuales . r Conclusion Bibliografia Pretec es ° * 272 276 295 299 300 AGRADECIMIENTOS Si bien es cierto que este libro es el resultado de mi escritura, ‘su contenido es el resultado de una experiencia colectiva. Por eso agradezco en primer lugar alas nifias, nifos y familias {que encontré en el marco de mi trabajo en el equipo «SOS Enfants- Famillen de la Universidad Catéliea de Lovaina, que me permitie- ron conocer el contenido de sus dramas, pero sobre todo de sus re- cursos y esperanzas, Me siento profundamente agradecido al profesor Frans Baro, de la Katholieke Universiteit van Leuven, que me brindé su con. fianzay su amistad y a quien debo mi formacién como psiguiatra y tuna parte de mi reconstruceién personal. Vaya mi agradecimiento también a mis colegas del equipo SOS Enfants-Familles, de la Universidad Catélica de Lovaina, 3 ‘mis companeros del equipo de Exil: Centro médico psicosocial pa- ra refugiados politicos y vietimas de la tortura, a mis colegas do- centes y formadores del Programa de formacién y de investigacién cen enfoque sistémico y terapia familiar, asi como a mis amigos y co- legas de los equipos espafoles y latinoamericanos de proteccién in- anti. Todos ellos y muchos mas son parte de mi «cuerpo social» de donde emergen mis experiencias elfnicas, mis ideas y mi compro- miso ético-profesional. Agradezco vivamente @ Ménica Hermosilla, chilena, hija de madre belga, que vivié como exiliada en Bélgica, que tradujo mis textos originales del francés al espanol, sienda vo un chileno, dle pa: dres chilenos. Por iltimo, toda mi gratitud a Maryorie Dantagnan, que dacti- lografis y corrigio mi manuscrito impregnandolo de amor — OOO sine PROLOGO* En as altimas lineas de este volumen Jorge Barudy nos dice {que su objetivo es «asociarse a las reflexiones y las luchas de los que continiian defendiendo los derechos humanos, y particularmente Jos de los nifos, en cualquier lugar del mundo, Ya que me esfuer- 20, segtin mis posibilidades, por pertenecer al grupo de éstos, me Siento muy orgulloso de participar, en el ltimo lugar, en la trayec- toria geografica, historica y cultural que este libro describe: desde Chile hasta Belgica v Espana, atravesando también Italia con este prélogo. ‘Uno de los puntos clave del trabajo de Barudy consiste en ha- cer un amamiento a la responsabilidad de los «terceros*, de {quien es testigo en silencio, inerte, de los malos tratos, de la negli gencia, del abuso, pero también de quien se compromete activa~ mente, en el nivel emotive y ético, por la prevencién, la proteccién yeleuidado. ‘Los trabajadores de los servicios sociosanitarios espaftoles, el pliblico a quien se dirige esta obra, con quienes he tenido el placer y el privilegio de encontrarme con relativa frecuencia, son, a mi pare- cer, personas profundamente motivadas para comprometerse apa- sionadamente en este frente. Ellos encontraran en Barudy @ una persona que, como realizador de una practica de redes, sabe e6mo ‘movilizarlos y organizarios de un modo eficaz y sinérgico, pero tam bien a una persona que los comprende y los respeta. En efecto, no ¢s raro encontrar en el trabajo sociosanitario so- bre los malos tratos a formadores o especialistas que, a mi juicio, se sittan de una forma ambigua frente alos colegas que hacen un tra bajo de base, de primera linea *Traduccion de Ramén Alfonso Diz rags. 16 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INPANCIA A. veces la forma en que esas personas interpretan el concepto sistémico —shay que intervenir sobre el sistema que determina el problema»— es sutilmente culpabilizadora hacia los trabajadores de base, Parece como si dijeran que, sila familia es cronica (0 mal- tratadora 0 negligente), la culpa es del trabajador social, o del mé- dico de familia 0 del terapeuta, que no han sabido ver, que no se han situado de una forma correcta, que han respondido de un mo: do homeostatico, etestera. Mi impresién es que en estos casos nos encontramos frente a ‘un mecanismo de defensa del contacto con el profundo sufrimien- to que se anida en tuna familia y, por tanto, con la perturbadora pa- tologia que la atraviesa Esta tentacién de negar la violencia v el dolor que atormentan, ‘algunas familias no esta presente en el libro de Barudy: y es asf precisamente porque no minimiza el drama de la violencia que se puede ligar al sufrimiento de cada persona, sea victima, complice 0 perseguidor. ‘Su concepcién de una dptica sistémica, por tanto, no significa absolver a la familia de la culpa y proyectaria en la sociedad: signi- fica, en cambio, individuar en el ambito social circuitos de respon- sabilidad colectiva que constituyen la base tanto de los fenémenos violentos como de los impulsos reparadores. A mi, como italiano, me resulta particularmente interesante la diferencia semantica que Barudy propone entre perdon y «exonera- cléns.' Alice Miller ha dicho que uno de los errores mas graves de ‘muchos terapeutas familiares es el de empujar apresuradamente al paciente (hijo herido y danado de diversas formas) para que se re. coneilie con sus padres, En cambio, Barudy propone un trabajo serio y gradual (en una terapia individual sistemica que resulta muy convincente) hacia un doble reconocimiento. Por lo que respecta a la victima, euyos pro- ccesos, también los cognitivos, estan deformados por el proceso mis ‘mo de victimizacién, se trata de acompafarla en la toma de con- ciencia de la gravedad del dano sufrido y de la legitimidad de sus sentimientos de odio y de venganza. Por lo que respecta al perse guidor, se trata de guiarlo hacia el reconocimiento del dolor infligi- do a la vietima y de la existencia en él mismo de defectos estructu rales, sean de la conciencia moral o de los procesos de vineulo, defectos que no son congénitos, sino que estan ligados a las expe: 1. El autor del pogo nade gue en alana no exit a paabra ssonerasione iNeed : PROLOGO 7 riencias que ha vivido en la infancia y la adolescencia. Sélo a partir de estos procesos paralelos de toma de conciencia se podra llegar fen algtin casa a una reconciliacién que no ofenda la dignidad de la victima ni falsifique la realidad. En un articulo reciente publicado en la primera pagina del Co- sviere della Sera, un periodista atento y sensible, Gianni Riotta, se preguntaba por la posibilidad de contribuir a la recuperacion mo- ral y social de nuestro pats, apesadumbrado por misterios no re- sueltos de los anos del terrorismo, siguiendo cl ejemplo de la Comi sion sudafricana por la verdad y la reconciliacion. Esta Comision puede garantizar la amnistia a todo aquel que confiese los erimenes y las violencias cometidos en los afios del apartheid. Riotta se pre junta si el método elegido por Mandela, que pone en segundo plano €l castigo v da primacia al valor interno de la memoria, no conten- dra, escondida, una leccién para los anos de la violencia politica, tanto en Italia como en otras naciones. Me parece que el libro de Barudy consigue con éxito dar una respuesta afirmativa a esta pregunta, no sélo en el campo de la vio lencia familiar contra los nifios sine también en el de la violencia politica contra los disidentes. STEFANO CIRILLO INTRODUCCION Este libro aborda el tema de la violencia familiar bajo diferentes aspectos. A través de su lectura, el lector podré facilmente darse cuen- ta de que mi interés por el tema de la violencia familiar, y particular mente por el maltrato fisico, psicol6gico v los abusos sexuales hacia los ninos, forma parte de una necesidad vital de explicarme y de con- tribuira la desaparicién de la violencia humana en todas sus formas. ‘MI interés por comprender y actuar sobre este fenémeno s2 transform en una cuestion de supervivencia personal a partir del ‘momento en que mi compromiso social y profesional con los pabres de mi pais de origen, Chile, me confronté com la violencia organizada porla dictadura militaren septiembre de 1973. Mi experiencia de car- cel, tortura v exilio, y mi testarudez por sobrevivir, explican mi part cipacion en 1976 en Ia creaci6n en Bélgica del COLAT (Colectivo lati- noamericano de trabajo psicosocial) y mi trabajo en este programa como psiquiatra de exiliados victimas de las dictaduras militares lati= noamericanas. Mas tarde, dicho programa se amplié ofreciendo nues- tros compromisos ¥ experiencias clinicas al servicio de otras comuni- dades de exiliados a traves de la constitucion del proyecto Exil: Centro médico psicosocial belga para refugiados politicos y victimas de la tortura, animado por un equipo interdisciplinario v multicultural El contacto terapéutico con exiliados de todas partes del mun- do me sensibiliz6 respecto a dos fenémenos dramaticos. Primero, que la violencia organizada’ y la tortura son un fenémeno mundial 1. El concepto de ilencia organiza ulizado en eta introduccin correspon deal adopado porn OMS. en 1987 para referee alos actos como cde ln or om {ratamientono castigns inhumanos, at como cl encarcelamlent, I toma derehenen Tosrapos vio cualguie otra forma dlibrada de privacn de Herida compel os lo, Todo eta eertdo por grupos arganicadn que actan siguiendo esratepos mas "menos implctas que deen wun intern de rhe de contvcasy erent 20 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA independiente de ideologias, religiones y razas de los que la ejer- cen, Segundo, que la causa y la intensidad del sufrimiento de mu: cchos de nuestros pacientes no solo se explica por sus experiencias traumaticas de persecucion, carcel, tortura y exilio, sino que, ade- mas, de todas las situaciones, las mas dramiticas som las de muje- res que tras haber sufrido abuisos sexuales cuando niffas, luego fue ron violadas 0 torturadas sexualmente. Mi trabajo como terapeuta familiar en el marco del programa [Bxil me permiti6 constatar que algunas de las familias que nos con- sultaban funcionaban como lo que mas tarde Iamarfamos dictadu- ras familiares. Algunas de ellas siempre habian funeionado de esta manera, mientras que otras, al hacerlo de una forma relativamente sana, habjan sido «contaminadase por la violencia represiva. En este segundo caso, los comportamientos violentos podian explicarse ya fuese por la influencia del ambiente violento en que las personas habjan vivido a veces durante afios, 0 bien porque al- ‘guno de los adultos de la familia, a menudo el padre, habia sido tor- turado, por ejemplo, y se edesahogaba» inconscientemente de sus sentimientos de miedo, impotencia y agresividad centrandolos en. su esposa y/o sus hijos a través de discursos y comportamientos violentos, La vivencia de desarraigo, crisis de identidad, impotencia frente al racismo, ¥ las dificultades de adaptacion como consecuen- cla de la situacién de exilio, agravaban y favorecian en muchos ca: sos la emergencia de la violencia familiar: Mis investigaciones en relacién con este fenémeno, asi como mis intentos por elaborar un modelo general explicativo de la emer- gencia de la violencia en los sistemas humanos, se vieron facilita- dos por el hecho de que, a partir de 1984, comencé a trabajar ¥ a participar como psiquiatra en la elaboracion de un Programa tera. péutico ¥ preventivo del maltrato infantil, en el seno del equipo SOS Enfants-Famille» de la Clinica Universitaria Saint-Luc de la Facultad de Medicina de la Universidad Catélica de Lovaina. En lo que se refiere a las dinémicas relacionales, pude confir- mar que se requieren por lo menos tres grupos de personajes para producir estos fenémenos. En los dos tipos de violencia, la «organi: ada» y la familiar, encontramos los mismos ttes grupos de perso nnas, presentes en todas Jas dindmicas humanas en donde la vida es téamenazada y los derechos humanos pisoteados. En los dos casos existe un primer grupo compuesto por los represores, torturadores, abusadores, maltratadores, etc.; un segundo grupo, conformado por las victimas: hombres, mujeres y nifos perseguidos, encarcela- dos, torturados y exiliados; y un tercer grupo, constituide por los Inrropuceiéx 21 terceros, los otros, ls nsigadores los esos, los cémplices, pe: ro tambien los pasivos ov indferenten toe que no quieren saber 0 los que sabiendo no hacen nada para oponerse a estas situacioncs Yo tatardecontribuir a erer lat condiciones para un cambio Cuando se trata de volencin organizada, los ropresores direc tos son. a memo, los agentes del Eviada (miembros de servicios de seguridad, militares y policias), quienes abusan desu poder, des Tinado a proteger al conjnta dela adadania, ransiormndelo en tina fente de opresiony terror, para asi defender los inteeses del grupo tocialmente dominante. Los represores no slo eprisnen ¥ tort, sno que ademas se adhiren fanatcamone sistema oldpico dominante, que scvifcas al porseguido, a través de una sere de discursow en low qu legitima, mitfea yo niega el cardcter Abusive de esas pricticas, yen muchos easosinchiso a exatencia delas mismas, Las vietimas dela wolencia organizada a diferencia de los fos maltratados, pueden mantener (por lo menos al principio de suscxperiencia} la distancia necearia para econocerse como fe {mas de wus represores. Pero. medida gus el proceso avanea en el emp. dependiende de las técnicasulizada, on muchos cases elieprsor ica url de depenencin sea y pli on ss vietima tales técnicas son, por ejemplo, el proiuir dolor ¥ydebiltamientofsico extrem, a como la manipulacien peieolé. bea yafectiva dela victims, En diferentes trabajos, hemos demostrado que los represores torturadores buscam, ademnis de informacion para Gest ls fe des de oposicion politica y de resistencia, el anigullamiento yo alienacién de laidentdad de los sujetos que no se adhierem al sate ra dominante. Su fnalidad es, o destrurlr fiscamente (asesina> {os ydesspariciones)o «apropiarsesde sus identidades a raves de tn proceso de revocializacin secundaria conocido con el termine de clavado de cercbron vamghisencn dln malate o abu exten ens amilia ol ado torturdo ovilado por verduge pod mantener su identidad mientras pueda reconoverse como vftimn de su tora rad. Esto le permitiraguardar la distancia afectiva y picogica que le protegers del ies de eniregnle va identded, Pero, despraciaua ‘mente eto siempre ex posible debido alos niveesaltamente eo Pecializados de manipulacton psicolgca utlizados, que provocan tina confusion.en la vivencia percept de In sictima au leva in chuso.a pensar que es culpable de lo que le ocurve, En los casos ms dramalicos la victna puede legara perder su propio marco de ele. 2 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA rencia y dudar de sus ereencias y valores hasta adoptar los de sus perseguidores y torturadores; esto lo hemos denominado proceso de demolicion de identidad de la victima. ‘Como deciamos anteriormente, la existencia de verdugo y de vic~ timas no eaplica por sf sola Ia existencia de este fendmeno; se requie~ ren los terceros, los otr0s. En los casos de violencia organizada, siem- pre presentes como causa y consecuencia, los cémplices directos hhacionales y/o transnacionales, asi como los ¢émplices indirectos, son los que por miedo 0 comodidad apoyan a los verdugos ya sus instiga- dores. Pero afortunadamente como en todas las dindmicas humanas, ‘encontramos también cientos de personas y grupos que, a pesar del miedo y los riesgos, no hipotecan ni su dignidad ni su conciencia, re- sistiendo a través del heroismo de sus gestos cotidianos frente a sus opresores, Enel caso de la violencia familiar que constituye el contenido de este libro, los verdugos, los vietimarios, los abusadores, son los ‘miembros adultos del sistema familiar. En los casos de maltrato y abusos sexuales hacia los nifios, estos adultos malversan sus res- ponsabilidades y sus funciones biolégicas y psicosociales respect ‘a cuidarlos, protegerlos y socializarlos, utilizandolos para sus pro- bios fines, En el caso de la violencia conyugal, el abusador malver. ssa las posibilidades de encuentro biopsicosocial con el otro, para mantener su dependencia hacia un sistema de creencias patriarea: Ies y falocraticas, a menudo dominamtes en su cultura familiar yen su entorno social. En ambos casos, todo ocurre de nuevo en un contexto relacio- nal y discursive que mistifica el cardcter abusivo de estos gestos 0, ten el peor de los casos, niega st existencia. Como veremos més ade- Tante, estos adultos «son abusadores que abusan» porque crecieron cn sistemas sociales y familiares violentos y abusivos, Esto explica cl eardcter transgeneracional de estos fenémenos. El drama de estos adultos reside en que sus sulrimientos, consecuencia de la violen cia y el abuso que conocieron cuando nifios, no fueron verbaliza~ dos, escuchados y/o reconocidos. Esto conllevé que estas experien cas traumaticas «se almacenaran» en las bodegas de su conciencia, expresindose posteriormente a través de ritos analdgicos de mal trato, abandono, abuses sexuales de sus hijos y/o situaciones de violencia conyugal En los casos estudiados de violencia familiar, las victimas siempre son los nis y las mujeres, es decir, quienes se encuentran ‘en una posicién de desventaja en las relaciones de poder en el inte ior de la familia, Aqui el abusador utiliza y manipula la dependen INTRODUCCION 23 cla afectiva de sus vfetimas, no necesita crearla porque ya existe co- ‘mo consecuencia de la aliliacién y la interdependencia familiar. Los niftos no tienen otra alternativa, debido a la dependencia bio- psivosocial de sus padres, que aceptar esta situacién como legiti- ima; ademés, el eonjunto de comportamientos abusives, asi como sus significados, son camuflados o simplemente negados por los. discursos de los padres abusadores. Asi, por ejemplo, los golpes son presentados como educaciéns o los gestos de abusos sexuales co- ‘mo gestos de amor y/o como necesarios para la iniciacién sexual de la-victima. Al mismo tiempo, el maltratador exige de su vietima una, lealtad abyoluta, impidiéndole, entre otras cosas, la expresin del dolor y suftimiento que esta situaciéa les causa. En el momento de azotara su hijo de seis afios, una madre le decia: «No llores, no exa- eres, no es para tanto». En el caso de los padres incestuosos, el abusador intenta casi siempre convencer a su vietima de gue lo que hace es por su bien, natural, necesario o legitimo. En todo este proceso no solo hay una, ‘traumatizacin de las victimas, sino que ademas encontramos el mismo proceso de «lavado de cerebro» que describiamos en el ejemplo de la tortura. En este caso, los padres, utilizando Ia rela ci6n significativa que tienen con sus hijos, imponen sus creenelas y sus representaciones del mundo en las que esté contenida la enor- malidad» de los gestos violentos y abusivos. El contenido de este libro describe una de las formas mas mér- bidas de la relaci6n interpersonal, es decir, la situacién de doble vinculo descrita por Bateson (1977). Los nifios estan en el medio de tuna dindmica infernal comparable a las situaciones de tortura, pe- ro atin peor, porque los torturadores son sus propios padres. En Ia situacién de maltrato y abuso sexual, Ia vietima es confroniada a tun proceso de adoctrinamiento que puede resumirse de la siguien- te manera: «Te amamos, te maltratames, callate, es normal». En es- ta dindmica extrema, los hijos incorporan, a menudo y progresiva- mente, de una manera acritica los comportamientos y creencias de sus padres opresores (victimas asimismo de este proceso cuando fueron nifios). Esta situacion acarrea el riesgo, si no se introducen, cambios en el funcionamiento de estas familias, de una perpetua- cién de los comportamientos maltratadores y de las ideologias que las sustentan, que se organizan en una forma de culeura familiar ue se transmitird de generacion en generaci6n. Los terceros en el caso de violencia familiar son los demas miembros de la familia, que no estan implicados directamente, ast como los miembros del entorno social, quienes generalmente no in- 24 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA tervienen, a veces porque no se dan cuenta, otras veees porque no quieren saber, o por complicidad ideolégica con lo que est pasan do, 0 simplemente por temor. Entre estos terceros estén también los médicos, psicdlogos, asistentes sociales, ete., que minimizan 0 nicgan Ja existencia vio el impacto de estas experiencias traumati ‘cas en Ia etiologia de los trastornos y sufrimientos que presentan ‘sus pacientes. Prisioneros de sus modelos y roles profesionales, protegen las imagenes idealizadas de sus padres en la infancia 0 simplemente subordinan su ética a sistemas de creencias autorita- vias, patriarcales y/o adultistas. ‘Afortunadamente, mi préctica profesional me ha permitido también encontrarme con familiares, profesionales de la salud, profesores o simplemente ciudadanos que, alertados por los relatos ylo comportamientos de las victimas, hacen lo necesario para ayu- arles a introducir un cambio en sus situaciones al provocar una crisis necesaria para detener los hechos abusivos y al crear una al ternativa terapéutica para el conjunto de Ja familia, incluyendo a losadultos maltratadores. En cada capitulo de este libro se abordarén también las posibi- lidades terapéuticas de estos fenémenos, poniendo énfasis en la idea de que cl motor de la intervencién terapéutica (médica ylo psi- cosocial) es el compromiso y la opeién ética del terapeuta. En conse cuencia, todo esfuerzo para contribuir a la liberaci6n de las victi- mas de los efectos traumsticos y allenantes del terror familiar, pasa por facilitar procesos relacionales no violentos, al mismo tiempo ‘que reescribir con ellos la historia explicativa de estos aconteci- mientos. En otras palabras, el proceso terapéutico debe permitir el cambio de los comportamientos abusivos, a elaboracién del caréc- ter traumatico de estas experiencias y, ademiés, laeilitar el proceso de didlogo que permita la emergencia de pautas de comunicacién, comportamentales y de creencias no violentas, es decir, crear a ni vel micro y macrososial condiciones que permitan las victimas, a sus victimarios y a sus cémplices, en un clima de solidaridad y amor, onthrar el horror y el abuso, identificar quién es quién y cual ¢s la responsabilidad de cada uno. Pero, ademés, debe permi- tirles tomar conciencia de los mecanismos relacionales y transge- neracionales que generaron el drama. Enel caso de la victima, la terapia debera permitirle sobre to- do reconocerse como tal, facilitandole la vivencia y expresién cons- tructiva del odio, como una alternativa para liberarse del pasado y dela sumision a sus verdugos. En el caso de los victimarios, se tra- ta de olzecerles In posibilidad de rehabilitarse como seres humanos iwrropuecios 25 y como padres, avudandoles a asumir la responsabilidad de los abusos cometidos, asf como la posibilidad de reparar legal v simbé- camente los dafios ocasionados, al mismo tempo que brindarles asistencia psicoterapéutica y socioeducativa, con el propésito de acompanarles en la biisqueda de modelos alternativos de relacion. que excluyan la violencia. En este libro, insistimos que para contribuir a la emergencia de estos procesos, los terapeutas debemos renunciar a cualquier tentaci6n de «cosificar» yio recuperar el sufrimiento de las victi- mas, para fortalecer nuestro poder profesional. Si la violencia or- ganizada o familiar son producciones sociales, la terapia lo es tam- bien, pero con el signo contrario. Esto quiere decir que el proceso. terapéutico es un proceso donde el amor es el antidoto més impor- tante frente a la cultura de la violencia, y por ende, el otro, a pesar de la indignacion que sus actos despierian en nosotros, sera siem- pre respetado incondicionalmente como persona. La terapia se apoya en el reconocimiento de las posibilidades y recursos de cada sujeto, as{ como en la confianza ilimitada en que cada persona puede reencontrar, en condiciones relacionales favo- rables, un sentido a la existencia compatible con su condicién de ser vivo y humano. Para que la terapia sea realmente un antidoto contra la violencia, los trabajadores de la salucl comprometidos en lalucha por la no violencia tendremos que seguir reflexionando crf ticamente acerca de los riesgos de adherirnos a modelos verticalis- tas y profesionalizantes que medicalicen o psiquiatricen el sult miento de las victimas y los comportamientos ¢ ideologias de los victimarios. Esto implica abandonar la pretensign de ser detento- res del poder de curar o sanar a nuestros semejantes, para aceptar ser parte de procesos sociales horizontales, donde todos seamos ecuranderos de todos. En cuanto a m{ concierne, a waves de mis escritos quiero ofre- cer mis experiencias y mis modelos para contribuir ala basqueda de métodos de tratamiento y prevencion, que protegiendo y defen diendo los derechos de los ninos victimas, movilicen todos los re- ‘cursos existentes en la red social del nif. Este libro constituye un medio de organizar la observaciéne i formacién recogidas a partir de nuestros encuentros con las fami lias, las victimas, los abusadores, as{ como con los miembros del en- torno social de esas familias: profesores, trabajadores del ambito psicomedicosocial, educadores, etc. Representa a la vez la forma de {corizar mis experiencias de médico, confrontado a las familias vic~ timas y/o productoras de violencia, pero también es una manera de —-— 26 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INPANCIA hablar de mf mismo, de mis experiencias relacionales, de mis valo- res, de mis concepciones del mundo y, sobre todo, de mis conviccio- nes éticas, Sin embargo, todo esto no proviene de un proceso pura ‘mente personal, sino que es también el resultado de una dinémica social que me ha postbilitado el didlogo con muchas otras personas, ‘que me han influido en mi trabajo. Mi transcurrir puede ser considerado como el resultado de un. proceso de conocimniento» que pertenece a lo que podriamos lla- mar «la subjetividad cientificas, Io cual quiere decir, que, en tanto Investigador de un fenémeno tan profundamente humano como es Ja violencia, no podré jamas reivindicar una pretensién de objetivi dad y neutralidad absolutas; me siento emocional y éticamente im- plicado, no sélo por el tema de la violencia, sino especialmente por Jas personas involucradas en estas tragedias. ‘Todo lo que describo en este libro, esta fuertemente influido, por la experiencia personal y clinica, pero también por el didlogo, el Intercambio, el apoyo y las aportaciones del conjunto de mis cole- gas del programa «SOS Enfants-Familles de la Universidad Catoli- ca de Lovaina, inspiradores y coautores de mis ideas, con quienes he trabajado durante once afios ayudando a cientos de nifios ya sus familias. En esta misma categoria considero a mis colegas de los. equipos «SOS Enfants-Famille~ de la region Mons y Borinage, y el de La Louviere en Belgica, que me han nutrido con sus experiencias clinicas durante nuestras sesiones de supervisién, ‘También considero inspiradores de mi escritura a los trabaja- dores sociales de la coordinacién social de la ciudad de Waremme y alos miembros del equipo clinico del movimiento Le Nid de Bruse- Jas, que desarrollan un programa de ayuda psicosocial a las prosti- utas. Por ultimo, quiero citar a mis colegas y compaheros del equi po del centro Exil, quienes por el hecho de ser mis colaboradores mis cercanos, son una fuente de experiencias, reflexién y apoyo permanente en mi compromiso con las victimas de la violencia, En la medida en que mis ideas, como toda construccién huma- 1a, son ala vez una producei6n personal y también el resultado de un proceso colectivo, me he permitido, para expresar esta alianza entre yo y los otros, escribir algunas veces en primera persona del singular, y otras en plural 1 LA ELECCION DE UN MODELO ECOSISTEMICO EN LA EXPLICACION DE LA VIOLENCIA FAMILIAR La violencia intrafamiliar traduce una disfuncion importance del sistema familiar en el cual se produce, asi como de los sistemas insti- tucionales y sociales que lo rodean, Los gestos de violencia expresan luna situacién de abuso de poder, pero también un sufrimiento en cl abusado, en Ios abusadores y en aquellas personas que les son mas Cuando la violencia se transforma en un modo crénico de comu- nicacién interpersonal y de grupo, produce una serie de fenémenos draméticos que se manifiestan dentro y fuera de las fronteras fami liares (nies maltratados, mujeres golpeadas, nifios victimas de in- cesto y de violencia sexual, toxicomantas ¥ delincuencia adolescente, padres maltratadores, prostitucién, pedofilia, etc.) ‘Cuando el sufrimiento de las victimas, resultado de esta violen- cia, no ha sido verbalizado y/o socialmente reconocido, el riesgo de ‘que se exprese a través de comportamientos violentos sobre otras personas es muy alto. Estas nuevas violencias produciran nuevas vic~ timas que podran transtormarse a su vez en nuevos victimarios. De cesta manera, padres violentos que fueron ninos maltratados sin pro- tecei6n, podrn maltratar a sus hijos haciendo de ellos futuros padres violentos. Se crea ast la posibilidad de un cielo rransgeneracional de la violencia Por otra parte, niflos y niftas maltratados y/o abusados sexual- mente, v sometidos a la ley del silencio ylo a la mistficacion de sus ex periencias, pueden desarrollar actitudes desviadas, promiscuidad se xual, problemas de comportamiento, delincuencia, prostitucién, ete ‘que, de un modo anal6gico, denuncian las situaciones de abuso de po- der de las cuales fueron vietimas. Estos ninos al llegar a adultos pueden reprodueir ecologias familiares similares a las que vivieron, en donde ‘sus hijos podirn ser también objeto de violencia y de abuso de poder

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