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COLECCION DE CIENCIAS PENALES Ne 3 MANUEL MIRANDA ESTRAMPES LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL ACUSATORIO (REFLEXIONES ADAPTADAS AL CODIGO PROCESAL PENAL PERUANO DE 2004) PRESENTACION DE José Neyra Fores PR6LOGo DE Dio Cartos Caro Corts Luts Micuet Reyna ALFARO SS VEPs JURISTA RNIN conuico roru.surnssa w © 2011 Centro pe Estupios pe Derecho Pewat ECONOMICO ¥ DE La Empress, CEDPE-S.A.C,, inscrito en la Partida Electronica N° 12282443 del Registro de Personas Juridicas de Lima. Marca Registrada por el Instituto Nacional de Defensa de la Competen- cia y de la Proteccién de la Propiedad intelectual, hyozcony, desde 1 30.03.11, Certificado N° 00065770. Av. Victor Andrés Belatinde N° 370, San Isidro, Lima 27, Pera Telfs. 51 1 4411943, 412508, www.cedpe.com, cedpe@cedpe.com © MANUEL MIRANDA ESTRAMPES LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL ACUSATORIO (Reflexiones Adaptadas al Cédiigo Procesal Penal Peruano de 2004) © JURISTA EDITORES E.I.R.L. Jr. Miguel Aljovin N° 201 Lima - Pert Teléfono: 427-6688 / 4281072 Telefax: 426-6303 Derechos de Autor Reservados conforme a Ley Hecho el Depésito Legal en la Biblioteca Nacional del Pert: N° 2012-07528 ISBN: 978-612-4066-90-0 Edicién: Julio 2012 Tiraje: 1000 ejemplares. Composicién, diagramacion y disefio de cardtula: Victor Arrascue C. FUNDAMENTO DE LA REGLA DE EXCLUSION DE LAS PRUEBAS IL{CITAS (Andlisis de algunos modelos explicativos) I. Introduccién, El concepto de prueba ilicita. II. Fundamento de la exclusin de las pruebas ilicitas. [L.1. Modelo estadounidense: origen de la exclusionary rule y su posterior evolucién. 11.2. Modelo alemén: las teorias de los tres cfrculos, del entorno juridico y de la ponderacién. 11.3, Modelo espanol: la doctrina de la conexién de antijuridicidad. IIL. La regla de exclusién en el ordenamiento juridico peruano. ILA. Las pruebas ilicitas en la Constitucién Politica. II.2. La normati- vizacion de la regla de exclusion en el CPP de 2004. III.3. La doctrina del Tribunal Constitucional peruano, III.3.1. El derecho a la prueba y su licitud, I11.3.2 Especial referencia al caso Quimper. IIl.4. Acuerdo del Pleno Jurisdiccional Superior Nacional Penal de 21 de diciembre de 2004 (Acuerdos Trujillo). IV. Conclusiones. I. INTRODUCCION. EL CONCEPTO DE PRUEBA ILICITA La expresién prohibicién probatoria (Beweisverbote) fue acufiada a principios del siglo XX en la doctrina alemana por BELING para referirse a la existencia de limitaciones a la averiguacién de la verdad dentro de la investigacion en el proceso penal, debido a intereses contrapuestos de indole colectiva 0 individual”, En Ia actualidad el tema de las prohibiciones probatorias nos remite a la compleja problemitica de la teorfa de la prueba ilicita y sus efectos, tanto directos como derivados y/o reflejos. Desde esta perspectiva, la de- nominada prueba ilicita no es mas que un supuesto, aunque no el tinico, de prueba prohibida, en cuanto prueba inadmisible y/o no susceptible de valoracién en el proceso’, No obstante, no faltan autores que distinguen conceptualmente ambos términos. Tal es el caso en la doctrina espafola del profesor GIMENO SENDRA, para quien la prueba ilicita es la que infringe cualquier ley, no sdlo la Ley Fundamental (Constitucién), sino también la legislacién ordinaria, mientras que la prueba prohibida es la que surge como consecuencia de la violacién de normas constitucionales violadoras de derechos fundamentales™!. A los efectos del presente trabajo (Vid. KAI AMBOS, “Las prohibiciones de utilizacién de pruebas en el proceso penal alemén’, en AA.VV., Prueba y Proceso Penal. Andlisis especial de la prueba prohibida en el sistema espafiol y en el derecho comparado, Edit. Tirant lo blanch, Valencia, 2008, pag. 325. GOMEZ COLOMER, 5. L., EI proceso penal aleman. Introduccién y normas basicas, Edit, Bosch, Barcelona, 1985, pg. 133, nota 26. 1 GIMENO SENDRA, V., con MORENO CATENA y CORTES DOMINGUEZ, Dere- cho Procesal Penal, Edit Colex, Madrid, 1996, pags. 384-385. En la doctrina peruana asume esta distincién REYNA ALFARO, L. M., El proceso penal aplicado conforme al Cédigo Procesal Penal de 2004, Editora Juridica Grijley, Lima, 2011, pag. 358; PENA 65 MANUEL MIRANDA ESTRAMPES se utilizar el término prueba ilicita como equivalente a prueba obtenida y/o producida con violacién del contenido esencial de los derechos fun- damentales (por ejemplo, el derecho a la inviolabilidad domiciliaria, al secreto de las comunicaciones, a la intimidad personal.....)"", -incluyendo tanto a los derechos fundamentales materiales como a los procesales*"-, mientras que el término prueba prohibida se reserva para identificar los efectos procesales que derivan de la ilicitud probatoria, esto es, la prohi- bicién de admisién y la prohibicién de valoracién de dicha prueba! Sul, Es cierto que la prueba ilicita no es el nico supuesto de prueba prohibida pero, también, hay que destacar que toda prueba ilicita, en cuanto obtenida con violacién de derechos fundamentales, es una prueba prohibida. La prueba ilicita es, por tanto, una modalidad de prueba inconstitucional, y como tal de admisién y valoracién prohibida. Un ejemplo nos lo ofrece la prueba obtenida mediante cualquier tipo de coaccién (fisica o psiquica) cuya exclusién, segiin la Corte Interamericana de Derechos Humanos wm so) eu 66 CABRERA FREYRE, A. R., “Teoria general de la prueba y las medidas cautelares’, en Temas de Derecho Penal y Procesal Penal, con Miranda Estrampes, Asociacién Peruana de Ciencias Juridicas y Conciliacién, Lima, febrero 2008, pags. 81-82. Vid., en la doctrina peruana, ORE GUARDIA, A., Manual de Derecho Procesal Penal, Edit. Alternativas, 2* edicién, Lima, 1999. CUBAS VILLANUEVA, V., El nuevo proceso ‘penal peruano. Teoria y préctica de su implementacién, Palestra Editores, Lima, 2009, pag. 364. TALAVERA ELGUERA, P,, La Prueba en el Nuevo Proceso Penal, Academia de la Magistratura, Lima, marzo 2009, pags. 149-150. VILLEGAS PAIVA, E. A. “La ineficacia de la actividad probatoria ilicita en el proceso penal’, Revista Pensamiento Penal, edicién n° 111, 1 octubre 2010, pag. 10, disponible en www.pensamientopenal. omar. En la doctrina brasiledia la profesora PELLEGRINI GRINOVER, A. “Pruebas ilicitas’, Revista Ciencias Penales, N° 10, septiembre 1995, Asociacién de Ciencias Pe- nales de Costa Rica, disponible http://www.cienciaspenales.org/revistas htm, sostiene ‘que por prueba ilicita, en sentido estricto, se incluye tanto la prueba recogida infrin- giendo normas o principios colocados por la Constitucién y por las leyes, frecuente- ‘mente para la proteccién de las libertades piblicas y de los derechos dela personalidad y desu manifestacién como derecho a la intimidad. Asi como las obtenidas con vulne- raci6n del derecho a la inviolabilidad domiciliarfa, o el secreto de las comunicaciones, o las obtenidas mediante tortura o malos tratos. No obstante, algunos autores reservan el término de prueba ilicita a la obtenida con vulneracién de derechos fundamentales materiales, con exclusion de los procesales: ASENCIO MELLADO, J. M. La intervencién de las comunicaciones y la prueba ilicita, Instituto de Ciencia Procesal Penal, publicaciones, documento disponible en www, incipp.org.pe, pags. 4 y 20. PICO JUNOY, J., EI derecho a la prueba en el proceso civil, J. M* Bosch Editor, Barcelo- na, 1996, pag. 290. FUNDAMENTO DE LA REGLA DE EXCLUSION DE LAS PRUEBAS ILicITAs (CIDH), presenta un carécter absoluto ¢ inderogable derivado del art. 8.3 de la Convencién Americana de Derechos Humanos (CADH)'*, Entendida de esta forma la prueba ilicita se distingue de la deno- minada prueba irregular caracterizada por ser una prueba obtenida o practicada con vulneracién de normas procesales de rango ordinario que regulan la actividad probatoria -el procedimiento probatorio- pero sin afectacién a derechos fundamentales™|. Irregularidad que no siempre conllevard la prohibicién de admisién y/o de valoracién de la prueba, a diferencia de los supuestos de prueba jlicita sometidos a la aplicacin de la regla de exclusidn (exclusionary rule). A su vez, dicha irregularidad quedard sometida a las reglas de nulidad de los actos procesales, admi- tiendo, por tanto, s de convalidacién y/o subsanacién™!, Otra diferencia sustanci a eba ilicita produce efectos reflejos o expansivos, por lo que su inutilizabilidad alcanza, tam- , a las pruebas licitas derivadas obtenidas ‘1 En Ja sentencia de 26 de noviembre de 2010 dictada en el caso Cabrera Garcia y Mon- tiel Flores vs, México se afirmé que al comprobarse cualquier tipo de coaccién capaz de quebrantar la expresién esponténea de la voluntad de la persona, ello implica ne- cesariamente la obligacién de excluir del proceso judicial la evidencia que se haya recaudado de manera directa o que se derive de la informacién obtenida mediante coaccién (pairs. 166-167). También indicé que en caso de existir evidencia razonable de que una persona ha sido torturada o tratada de manera cruel e inhumana, el hecho de que ratifique la confesién ante una autoridad distinta a la que realizé a acci6n, no conlleva automsticamente que dicha confesién sea valida. Lo anterior, debido a que la confesién posterior puede ser la consecuencia del maltrato que padecié la persona y especificamente, del miedo o angustia, que subsiste después de este tipo de hechos (parts. 173-174). En la sentencia dictada en el caso Lori Berenson Mejia vs. Peri, de 25 noviembre 2004, declara que el estindar del sistema interamericano de derechos humanos debe ser Ia exclusién de cualquier valor probatorio a pruebas obtenidas en violacién a derechos humanos. Asi como no puede condenarse a una persona si obra contra ella prueba incompleta o insuficiente, con més raz6n no se puede condenar si obra en contra de ella prueba ilegitima, por haberse obtenido en violacién de sus derechos humanos (pérra. 129.2b). 1 MARTINEZ GARCIA E,, Bficacia de la prueba ilicita en el proceso penal (a la luz de la STC 81/98, de 2 de abril), Edit. Tirant lo blanch, Valencia, 2003, pig. 38. TALAVERA ELGUERA, P, La Prueba... ob. cit, pag. 151. PEREZ ARROYO, M., Derecho Penal y Derecho Procesal Penal Contempordneo. Cuestiones Fundamentales, Instituto Peruano de Criminologia y Ciencias Penales, Lima, 2010, pag. 272,y ss., cuando analiza las pro- hibiciones de pruebas relativas o prohibicién condicional de la prueba distingue entre las pruebas prohibidas (ilegales) y as pruebas irregulares. 4 NEYRA FLORES, J. A., Manual del Nuevo Proceso Penal & de Litigacién Oral, IDEM- SA, Lima, 2010, pag. 654. PENA CABRERA FREYRE, A. R., ob. cit, pags. 85-86. 67 MANUEL Mrranpa EsTRAMPES prueba ilicita anterior, dichos efectos no se predican de la denominada prueba irregular, En el afio 1960 el Tribunal Supremo Federal aleman (BGH) afirmé. que la averiguacién de la verdad en el proceso penal no puede alcanzarse a cualquier precio", Frase reproducida constantemente por la jurisprudencia y la doctrina procesal en otros muchos paises, En la doctrina peruana, PEREZ ARROYO nos dice que “las pruebas no se pueden conseguir a cualquier precio”®7. Y es precisamente la ilicitud de la prueba, en el sentido aqui empleado, el que se constituye en uno de los principales limites a Ja indagacién_o averiguacién de la verdad en el proceso penal propio de un Estado de Derecho caracterizado por la funcionalizacién de todos los poderes piiblicos al servicio de la garantia de los derechos fundamentales y su consagracién constitucional'**!, Como destaca el profesor GOSSEL, en un Estado de Derecho el interés legitimo a un proceso penal plenamente eficaz encuentra su limite en el interés y en la garantia de los derechos iuales de los ciudadanos. La a prohibicién de la prueba ilicita tiene como misién tutelar los interesés del individuo frente a la persecucién {51 Los denominados efectos reflejos tienen su origen en la conocida como doctrina de los frutos del arbol envenenado (fruit of the poisonous tree doctrine), elaborada por la Corte Suprema Federal estadounidense. Un examen detallado de dicha doctrina pue- de consultarse en mi trabajo “Legitimidad de la prueba. Art. VIII° del Cédigo Procesal Penal’, en AA.VV., Comentarios al Nuevo Cédigo Procesal Penal, ARA Editores, Lima, 2009, pag. 52 y ss. (81, ‘Sentencia de 14 de junio de 1960 (BGHS 14, 358, 365). Vid. GOSSEL, K. H., “La biis- queda de la verdad en el proceso penal. Aspectos juridico-constitucionales y politico- criminales”, Cuadernos de Politica Criminal, nim. 45, 1991, pag. 677. En esta misma linea el Tribunal Constitucional peruano en el caso Natalia Foronda Crespo y otras (Exp. Ne 2333-2004-HC/TC) declara que “El problema del proceso penal no consiste s6lo en conocer la verdad material, sino que ésta debe ser obtenida con el respeto de un procedimiento legitimo compatible con los principios rectores y cautelados en los derechos fundamentales. De alli que slo cuando esta compatibilidad se encuentre asegurada, ca- bré afirmar que dicha verdad es juridicamente vida’. 1 PEREZ ARROYO, M., Derecho Penal..., ob. cit, pag. 255. (1 FERRAJOLI, L., Derecho y razén. Teoria del garantismo penal, Edit. Trotta, Madrid, 1995, pags. 59, 537 y ss. "1 GOSSEL, K. H., En Ia bitsqueda de la verdad y la justicia. Fundamentos del procedi- ‘miento penal estatal con especial referencia a aspectos juridico-constitucionales y politico criminales, Edit. Porria, México, 2002, pag. 77. 68 FUNDAMENTO DE LA REGLA DE EXCLUSION DE LAS PRUEBAS IL{cITAS Desde este enfoque, la exclusién de la prueba ilicita introduce, por tanto, un Limite al principio de la freedom of proof (libertad de pra basada en valores ideolégicos derivados de la exigencia constitucion: proteccién de los derechos fundamentales frente a las exigencias procesaies de averiguacién de la verdad, No obstante, un andlisis de Derecho Comparado permite concluir que dicha exclusién de las pruebas ilicitas no presenta un cardcter ab- soluto. Aunque en la mayoria de los ordenamientos juridicos rige como principio general la inadmisibilidad de las pruebas obtenidas ilicitamente, dicho principio ha sido y es objeto de importantes modulaciones y ma- tizaciones, principalmente por la doctrina jurisprudencial, que niegan su cardcter absoluto. No hay ningin ordenamiento juridico que no admita excepciones a este principio general, bien sea a la propia aplicar la regla de exclusién, bien sea al reconocimiento de su eficacia 0 derivada, esto es, ala doctrina de Jos “frutes de-arbol_envene cc (fruit of the poisonous tree doctrine). La clave para llegar a entender el significado y alcance de la regla de exclusién (exclusionary rule) y de sus excepciones reside, precisamente, en el propio fundamento de dicha regla. El tema de la prueba ilicita nos coloca en una encrucijada de intereses entre Ta averiguacién de la verdad rdad y y la proteccién de Tos derechos fundamentales, El debate acerca del fundamento constituctonal ‘Ono de Ia exclusionary rile adquiere, por tanto, un protagonismo crucial dentro de la teoria general de la prueba ilicita en cuanto condiciona su propio significado, alcance y efectos. Las consecuencias que derivan de reconocer a la regla de exclusién la naturaleza de garantia constitucional o simplemente la de un remedio judicial son n sustancialmente distintas. es precisamente a ese debate al que se dédican las siguientes paginas analizando los modelos estadounidense, aleman y espaol, para luego focalizar nuestra atencién en el ordenamiento juridico peruano, singu- larmente en el fundamento de la prohibicién de valoracién contenida en el art. VIII° del CPP de 2004. #1 GASCON ABELLAN, M., “jFreedom of Proof? El cuestionable debilitamiento de la regla de exclusién de la prueba ilicita’, Revista Jueces para la Democracia. Informacion y Debate, niim. 52, 2005, pags. 74y ss. oo MANUEL MIRANDA EsTRAMPES Il. FUNDAMENTO DE LA EXCLUSION DE LAS PRUEBAS ILICITAS En el presente apartado se analiza el fundamento de la regla de exclusion de las pruebas ilicitas en EE.UU, Alemania y Espaiia, y la evolucién que en dichos paises ha seguido, a impulsos de la respectiva doctrina constitucional y jurisprudencial, hasta el momento actual. Este andlisis permite identificar diferentes modelos tedricos expli- cativos sobre el fundamento de la regla de exclusién, aspecto que tiene una decisiva importancia en el alcance de dicha regla y en la admision de excepciones a su eficacia directa. La coexistencia de diferentes mo- delos explicativos pone en evidencia la necesidad de elaborar una teorfa general sobre la prueba ilicita que permita dar respuesta a las miltiples cuestiones que se suscitan, sin caer en un exacerbado casuismo carente de toda vocacién o finalidad generalizadora. Casuismo que en gran medida provoca una situacién de inseguridad juridica. 1.1, Modelo estadounidense: origen de la exclusionary rule y su posterior evolucion La exclusionary rule estadounidense tuvo un claro origen jurispru- dencial, pues fue fruto de la creacién de la Corte Suprema Federal. Ini- cialmente tuvo un anclaje constitucional en la IV Enmienda, de la Bill of Rights, promulgadas en 1791, que se extendié también, con posterioridad, ala V y VI Enmiendas de la Constitucién de BE.UU!, Concretamente en el caso WEEKS vy. U.S.) la Corte Suprema Federal, en el aiio 1914, © Hay que sefialar que, con posterioridad, la regla de exclusién se ha incorporado a las Federal Rules of Evidence, asi como a las reglas de prueba de la mayorfa de los Estados dela Unién. 7 1 La IV Enmienda prohibe los registros y detenciones arbitrarias, esto es, sin la concu- rrencia de causa probable. Segiin la jurisprudencia causa probable significa una proba- bilidad bastante (fair probability) de que se haya cometido el delito y de que pruebas, vestigios 0 indicios del mismo puedan ser hallados en un determinado lugar (vid. THAMAN S. C,,“Verdad o legalidad: los limites del blanqueo de pruebas ilegalmente recogidas en un Estado de Derecho’, Derecho Penal y Criminologia, Revista del Insti- tuto de Ciencias Penales y Criminolégicas, Vol. 30, n° 89, 2009, Universidad Externado de Colombia, pag. 135, nota 89). La V Enmienda consagra el derecho a no declarar contra si mismo (privilege against self-incrimination). ¥ la Enmienda VI establece el derecho a ser informado de la acusacién y el derecho de defensa (right to counsel). Sobre el significado y alcance de tales Enmiendas puede consultarse REED AMAR, A., ‘The Constitution and Criminal Procedure, Yale University Press, 1997, pags. 2 y ss. 1 232 US 383 (1914). 70 FUNDAMENTO DE LA REGLA DE EXCLUSION DE LAS PRUEBAS ILICITAS establecié la inadmisibilidad como prueba de la correspondencia epistolar y documentos confiscados al acusado en un registro domiciliario prac- ticado por la policia federal sin la preceptiva autorizacién judicial sobre Ja base de que su incorporacién y posterior valoracién implicaria una vulneracién de las garantias proclamadas en la IV Enmienda. No obstante, en su evolucién posterior la exclusionary rule ha sido objeto de un verdadero y progresivo proceso de desconstitucionalizacién, negandole la naturaleza de derecho constitucional del particular que la invoca. Asi, en posteriores pronunciamientos se afirmé que el unico fundamento de su aplicacién era disuadir a los ézganos pablicos de la persecucién penal, singularmente a las agencias policiales, dé llevar a cabo actividades de investigacién -de busqueda y obtencidn de fuentes de prueba- ilicitas (el conocide como deterrence of police misconduct), esto es, contrarias a lo establecido en la IV, V y VI Enmiendas constitucio~ nales. Aparece ast el conocido como deterrent effect (efecto disuasorio) como tinico fundamento de la vigencia y aplicacién de la exclusionary rule, cuya naturaleza es, por tanto, la de un simple remedio de creacién judicial (judicial remedy). Como declara la Corte Suprema Federal el principal propésito de la exclusién de las pruebas ilicitas, si no el tinico, vitar futuras conductas policiales ilicitas, de tal modo que la regla por la que se excluye la prueba (evidence) obtenida en violacién de la IV Enmienda tiende a garantizar los derechos generalmente reconocidos en dicha Enmienda a través de un efecto disuasorio de la violacion misma y no tanto como expresién de un derecho constitucional subjetivo de la persona agraviada™!, En otras palabras, su finalidad no es reparar sino prevenir. Su objetivo @s disuadir a Tos cuerpos y agencias policiales de actuar al margen de las normas $ constitucionales, sanciondndoles con la .exclusin en juicio de Tas pruebas obtenidas inconstitucionalmenté y eli- “minando en consecuencia el incentivo 0 que pudiesen t tener dichos cuerpos 1 Caso US. x. CALANDRA, 414 US 338 (1974); caso US. v. JANIS, 428 US 433 (1976). En esta iltima sentencia, como aplicacién de la doctrina de la “ponderacién de cos- tos” (balacing test), se declaré que “el principal propdsito de la exclusion de las pruebas ilicitas, si no el tinico, es evitar las conductas policiales ilicitas” y mas adelante afiadia que “la regla por la que se excluye la prueba obtenida en violacién de la IV Enmienda, fiende a garantizar los derechos generalmente reconocidos en dicha Enmienda a través de un efecto disuasorio (de la violacién misma) y no tanto como expresin de un derecho constitucional subjetivo de la parte agraviada, 7 MANUEL Mrranpa EstRaMPEs de actuar al margen de la ley®". La exclusionary rule encierra, por tanto, ‘dna sanciOn_a los agentes policiales que recaben evidencias violando las previsiones de la IV, V-y VI Enmiendas, privandoles de toda eficacia probatoria, Doctrina que si bien, en un principio era aplicable solo a los procesos federales, se extendié también a los estatales en virtud de la doctrina establecida en Ia trascendental decisién dictada en el caso MAPP vy, OHIO de 1961, por la via de la XIV Enmienda que reconoce el derecho al proceso debido. Decisién que ratificé el criterio mantenido con anterioridad en ROCHIN v. CALIFORNIA de 1952", Como puede observarse, son razones puramente pragmaticas y uti- litaristas las qué fundamentan la aplicacién de la exclusionary rule con la finalidad de evitar que la policia actue ilicitamente en la obtencién de pruebas”, Su fandamento carece, por tanto, de toda base constitucio- nal o incluso legal. La exclasién cumple asf una finalidad preventiva de ulteriores actuaciones policiales contrarias a la IV, V o VI Enmiendas. Por ello la Corte Suprema atribuyé a dicha regia el cardcter de medida profildctica!, Como remedio (reparador) de creacién judicial (jurispru- dencial) la exclusionary rule estaria equiparada a otros remedios existentes como, por ejemplo, la imposicién de sanciones penales o disciplinarias a los agentes policiales que Ilevaran a cabo actuaciones ilicitas 0 la re- clamacién civil por daiios y perjuicios causados por la actuacién ilegal no solo al agente policial actuante sino al propio departamento policial al que pertenece. Como afirma, en la doctrina estadounidense SALAS CALERO, la regla es una opcién a disposicién del Tribunal, el cual tiene que sopesar, por una parte, los costos que conlleva su aplicacién en la exclusién de pruebas relevantes, y por otra, su utilidad disuasiva 1 MIJANGOS y GONZALEZ, J,, “La doctrina de la exclusionary ruile en la jurispruden- cia de la Suprema Corte de los Estados Unidos de América’, Revista del Instituto de la Judicatura Federal, n° 31, 2011, México, pag. 216. vs HAIRABEDIAN, M., Eficacia de la prueba ilicita y sus derivadas en el proceso penal, Edit, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2002, pags. 46-47. © 367 US 643 (1961). Vid. FRIENDLY, F. W., y ELLIOT, M. J. H., Frenos y contrapesos del poder. El ejemplo de los 200 afios de la Constitucién americana, Ediciones Tesys y Bosch Casa Editorial, Barcelona, 1987, pags. 175 ys. bs 342 US 165 (1952). ‘| EIDALGO GALLARDO, C, “La regla de exclusién de pruebas inconstitucionalmente ob- tenidas en los Estados Unidos de América’, Tribunales de Justicia, 5, mayo 2003, pag. 28 1098) Caso KANSAS v. VENTRIS, 556 US 2009. FUNDAMENTO DE LA REGLA DE EXCLUSION DE LAS PRUEBAS ILicrTs en la prevencién de futuros abusos"", Por ello no resulta extrafio que, en el marco de un debate doctrinal mas amplio sobre la vigencia de la aplicabilidad 0 no de dicha regla, voces autorizadas de la doctrina es- tadounidense hayan cuestionado la propia regla de exclusién al afirmar que no esta empiricamente comprobado que la misma tenga realmente la eficacia disuasoria de conductas violatorias de derechos fundamentales (como las detenciones o registros ilegales) que se le atribuye. Desde esta’ postura se defiende que bien la imposicién de sanciones a los agentes policiales actuantes y/o la responsabilidad civil de los departamentos policiales tendrian una mayor eficacia disuasoria!™!|, Es cierto que este fundamento disuasorio 0 de desaliento genera, como efecto indirecto, un reforzamiento de los derechos reconocidos en las Enmiendas constitucionales, pero no estamos ante una exigencia cons- titucional que deriva directamente del reconocimiento de tales derechos en la Bill of Rights sino ante una medida de caracter meramente instru- mental y, por tanto, de cardcter subordinado!"™, Desde este enfoque, la proteccién de los derechos fundamentales pasa a un segundo plano pues lo realmente importante es la eficacia disuasoria de la regla de exclusién. En coherencia con dicho fundamento la Corte Suprema Federal innecesario. En otras palabras, cuando no hay deterrent effect no hay exclusionary rule, 9 sin disuasién no hay exclusién. Este enfoque ha generado en la préctica judicial una notable Himitacio del Ambito de aplicacién de la regla mediante_el reconocimiento de excepciones a su eficacia directa. Son basicamente tres las excepciones a la eficacia directa jarisprudencialmente reconocidas: {011 SALAS CALERO, L,, “Problemas modernos y complejos de la prueba en el proceso penal: tiltimas tendencias en Estados Unidos sobre las reglas de exclusién probatorias’ en AA.VV,, Prueba y proceso penal (Andlisis especial de la prueba prohibida en el siste- ‘ma espafil y en el derecho comparado), Edit. Tirant lo blanch, Valencia, 2008, pag. 473. 4wa| Tesis asumida y defendida por el que fuera Presidente de la propia Corte Suprema, el juez BURGER. En su opinién disidente mantenida en el caso BIVENS v. Six Unknown Fed. Narcotics Agents, 403 US 388 (1971), afirmé que. “There is no empirical evidence to support the claim that the rule actually deters illegal conduct of law enforcement officials” ‘uss! DIAZ CABIALE, J. A., y MARTIN MORALES, R., La garantia constitucional de la de la prueba ilicitamente obtenida, Edit. Civitas, Madrid, 2001, pig. 77. ‘0 D{AZ CABIALE, J. A, y MARTIN MORALES, R,, “La teoria de la conexién de antijuridi- cidad’, Revista Jueces para la Democracia. Informacién y Debate, ntim. 43, 2002, pag, 42. 23 Manvri Mmanpa Estrampes tua 106 tue tuo 74 1.- La primera cuando se trata de pruebas obtenidas por particula- ‘res(5], Excepcién que, sin embargo, no se aplica cuando el par- ticular es utilizado como mero instrumento de la policfa (longa manu)", Como puede verse la condicién de agente policial 0 funcionario ptiblico es absolutamente determinante para que pueda operar la regla de exclusién. Esta no tiene aplicacién si la actuacién contraria a la IV Enmienda ha sido protagonizada un particular, sin mediar incitacién o instrumentalizacion por parte de la policia, 2. La segunda excepcién se establece en aquellos casos en que la prueba ilicita ha sido obtenida por agentes policiales extranjeros fuera del territorio estadounidense. Se argumenta que la eficacia disuasoria se prédica exclusivamente de las agencias policiales estadounidenses y no de las agencias de otros paises”. Por tanto, no hay ningtin 0 obtenidas en el extranjes ero por agencias policiales de otros paises 3%- Y la tercera, cuando los agentes policiales hubieser buena fe (good faith exception), en la creencia razonable de que su_actuacién se ajustaba al ordenamiento juridico y no impli- -violacion constitucional™9, Esta excepcidn es la que a sido objeto de aplicacion en un mayor niimero de ocasiones. Caso BURDEAU v. MeDOWELL, 256 US 465 (1921), en un supuesto de requisa ilegal practicada por particulares. También, US v. CREWS, 455 US 463 (1980). Caso US. v. JACOBSEN, 466 US 109 (1984). Caso US. v. VERDUGO-URQUIDEZ, 494 US 259 (1990), en un supuesto de pruebas iljcitamente obtenida por agentes policiales mexicanos en territorio de México. “When the police act with an objectively “reasonable good-faith belief” that their conduct is lawful. Vid. Caso LEON v. US., 468 US 897 (1984), en un supuesto en que la policia llevé a cabo un registro domiciliario basado en un mandamiento judicial que creia valido pero que posteriormente tn Tribunal superior concluyé que habia violado la IV Enmienda pues habia sido emitido sin concurrir causa probable. A pesar de ello Ja Corte Suprema permitié la presentacién de las pruebas obtenidas con ocasién del registro al estimar que la policia habfa actuado de buena fe, en la creencia de que su actuacién estaba amparada por un mandamiento judicial legal, por lo que no podia predicarse una finalidad disuasoria de su exclusién. Afirma, también, que la exclu- sionary rule no est para sancionar errores de los jueces. En dicha decision se insiste nuevamente sobre el efecto disuasorio de la exclusionary rule. Vid., también, MASSA- CHUSETTS . SHEPPARD, 468 US 981 (1984), en donde se declin6 la aplicacién de la exclusionary rule en un supuesto de nulidad de la orden de arresto como consecuencia de un error judicial de anotacién. FUNDAMENTO DE LA REGLA DE EXCLUSION DE LAS PRUEBAS ILicITAs. En todo caso, como criterio limitativo, su aplicacién requiere terio _ acredite suficientemente que cualquier icia a hubiera actuado La excepcién de la buena fe ha sido objeto de aplicacién practica cuan- do la policia actué sobre la base de errores cometidos por el personal de apoyo del poder judicial. Un ejemplo lo encontramos en el caso ARIZONA v. EVANS," en donde un agente policial, tras constatar via informatica, procedié a su con posteioridads se del acusado al estimar que, en n este caso, la actuacién policial se llevd a cabo de buena fe, con fundamento en una informacién basada en un error del propio personal judicial. En el controvertido caso HERRING ¥. US °l_estimado por cinco jueces frente a cuatro- se aplicé dicha doctrina en un supuesto en que el error -consistente en no mantener actualizada la base de datos de arresios- habia sido cometido por empleados de la policta (police employees), de tal modo que la orden de arresto del acusado habia sido rescindida cinco meses antes. Con dicha decisién se amplié Ja aplicacién de la excepcién a supuestos de errores Por el contrario, la excepcién de buena fe no opera cuando la policia oculta informacién o distorsiona o maquilla la informacién de que dispo- nia al solicitar del juez la preceptiva orden de allanamiento o registro! No obstante, como pone de manifiesto la doctrina estadounidense, Ja policia rara vez admiten que han violado las normas intencionalmente fe} 514 US 1(1995). {el_555 US 2009. tun En dicha decisién John G, ROBERTS, Chief Justice, escribié: “police conduct must be sufficiently deliberate that exclusion can meaningfully deter it, and sufficiently culpable that such deterrence is worth the price paid by the justice system”. (31 Caso FRANKS v. DELAWARE, 438 US 154 (1978). En la doctrina, vid. SALAS CALE- RO, L., ob. cit., pags. 490-491. 7 MANUEL Mrranpa EsTRAMPES y pocas veces los jueces rechazan el testimonio de un policfa cuando éste declara haber obrado de forma imprudente!, Esta excepcién se ha reconocido, también, en aquellos supuestos en que Ia policfa actué al amparo de una ley que posteriormente fue decla- rada inconstitucional™, o al amparo de un precedente jurisprudencial vinculante que con posterioridad fue anulado (overruling)! Desde una perspectiva positiva, la Corte Federal Suprema afirma que la exclusionary rule se aplicaré exclusivamente cuando la actuacién policial ilicita se lleve a cabo de forma deliberada (deliberate), temeraria (reckless) 0 mediante una conducta gravemente negligente (grossly negli- gent) o una negligencia sistematica™9, En el Ambito de las conocidas como reglas MIRANDA", como. garantia derivada de la V Enmienda, se ha inaplicado la exclusionary rule cuando las pruebas se obtuvieron con ocasién de una violacién no deliberada o imprudente de dicha reglas!"®. También se ha extendido su no aplicacién a los casos en que se aprecia una situacién de riesgo inminente para la seguridad, mediante la creacién de la denominada excepcién de “public safety"™, 8) THAMAN, S.C, ob. cit, pag. 73. tt Caso MICHIGAN v. DEFILLIPPO [433 US 31 (1979)] y caso ILLINOIS v. KRULL [480 US 340 (1987)].. {81 Caso DAVIS v. US, 364 US 2011. 8 Caso HERRING v. US, $55 US 2009, en donde reconocié una nueva excepcién a la aplicacién de la exclusionary rule ante la conducta meramente imprudente del agente policial. Caso MIRANDA ¥. ARIZONA, 384 US 436 (1966), en donde, sobre la base de la V Enmienda, se fijé la regla de que la persona detenida debfa ser informada inmedia- tamente de sus derechos por la policfa antes de ser interrogada, bisicamente de su derecho al silencio y a ser asistido por letrado. No obstante, en posteriores decisiones ha reconocido excepciones a dicha regla, permitiendo, por ejemplo, la utilizacién de declaraciones policiales realizadas sin previa informacién de derechos con el propési- to de cuestionar la credibilidad de las manifestaciones realizadas por el acusado en el juicio oral: caso HARRIS v. NEW YORK, 401 US 222 (1971). Vid. HAY, P, Law of the United State: an overview, C, H. Beck, Miinchen, 2002, pag. 293. 8) Caso US v. PATANE, 542 US 630 (2004). 1 Caso NEW YORK v. QUARLES, 467 US 649 (1984). En este caso, un agente de policfa después de recibir la descripcién del sospechoso de un robo a mano armada por parte de la victima, se introdujo en el supermercado donde al parecer se habia ocultado, se- gxin indicacién de la propia victima. Al observar la presencia de Quarles, cuyas carac- teristicas fisicas coincidfan con las facilitadas por la victima, le ordené que se detuviera 76 FUNDAMENTO DE LA REGLA DE EXCLUSION DE LAS PRUEBAS IL{cITAS Siendo el deterrent effect el fundamento de su aplicacién, si la propia Corte Suprema Federal 0 el Poder Legislative (Congreso) Ilegasen a la conclusién de que la regla de exclusién es ineficaz o inoperante para el logro de dicha finalidad disuasoria al existir otros remedios alternativos més adecuados y eficaces, su razén de ser desaparecia y dejaria de ser aplicada. En esta linea argumentativa se ha pronunciado la Corte Supre- ma en el caso HUDSON v MICHIGAN de 2006, en virtud del cual la regla de exclusién se acaba convirtiendo en un ultimo recurso, esto es, en un verdadero remedio de cardcter excepcional!™, como se expone ‘mas adelante. Desde este enfoque la regla de exclusién de las pruebas obtenidas de forma ilicita pierde su funcién como norma de garantia de los dere- chos fundamentales, Es suficiente con constatar si en el caso concreto se cumplié 0 no con dicha finalidad disuasoria y en caso negativo la prueba ilicita no encontraria obstaculo alguno en ser admitida y valorada en el proceso penal a pesar de constatarse que en su obtencién se vulneraron derechos fundamentales consagrados constitucionalmente. Como destaca, en la doctrina estadounidense, SALAS CALERO, el abandono del prin- cipio de “integridad judicial” (judicial integrity)" y su sustitucién por la finalidad disuasoria ha tenido un impacto importante en el desarrollo de la propia exclusionary rule. La aplicacién del mencionado principio de “integridad judicial” implicaba una prohibicién casi absoluta del uso de pruebas obtenidas ilicitamente, ya que bajo dicho principio la presentacién de dichas pruebas harfa del Poder Judicial un “cémplice” en la violacién de la Constitucién por parte de los agentes policiales y agravaba el daito procediendo a su detencién; durante el cacheo se advirtié que el sospechoso portaba una cartuchera vacia, siendo preguntado, sin previa advertencia de las reglas Miranda, por el lugar donde habia escondido el arma, reconociendo Quarles que la habia escon- dido entre unas cajas (the gun is over there), lugar donde fue localizada, momento en que los policias le informaron de sus derechos (Miranda Rights). La Corte Suprema ad- mitié la validez de la manifestacién del sospechoso as{ como la localizacién del arma como evidencia por razones de “seguridad publica’, reconociendo la conocida como ‘public safety exception. ‘9 El Juez SCALIA afirma en dicha sentencia que “Suppression of evidence, however, has always been our last resort, not our first impulse”. 42 Invocado en algunas decisiones como fundamento de la exclusionary rule: caso EL- KINS v. US., 364 U.S. 206 (1960). Conforme a este principio se afirma que la admisién de pruebas obtenidas vulnerando los derechos constitucionales convertirfa a los Tri- bunales en cémplices de dichas violaciones, 7 ‘MANUEL Minanpa EsTRAMPES causado por la violacién constitucional original. La aplicacién de dicho principio no permitia diferenciacién alguna entre una violacién intencional y una no intencional ya que cualquier violacién mancillaria el proceso. ‘Tampoco permitia un andlisis constitucional basado en sopesar el valor probatorio de una prueba contra el dafio constitucional causado para determinar la aplicacién de la regla de exclusién. Por el contrario, la aplicacién del principio de disuasién tiene como resultado, en la préctica, {que se excluyan menos pruebas ilcitas, esto es, en menos casos que bajo el principio de “integridad judicial”™™. En realidad, el enfoque predominante en la actualidad responde a una visién utilitarista en el andlisis de costes y beneficios (cost-benefit analysis) detivados de la aplicacién de la exclusionary rule. Se razona que frente a los beneficios obtenidos con la aplicacién de dicha regla (efica- cia preventiva 0 disuasoria) los enormes costes sociales derivados de su aplicacién son mayores (Ia libertad y absolucién de imputados por delitos graves), de ahi que se fije generalmente la atencién en estos tiltimos para dejar sin efecto la aplicacién de la regla. Un ejemplo reciente nos lo ofrece la ya mencionada decisién de la Corte Suprema en el caso HUDSON v. MICHIGAN, (547 US 586, (2006)], donde los policias actuantes, de acuerdo con una orden judicial de allanamiento -obtenida para la biisqueda de estupefacientes y armas de fuego- se trasladaron al domicilio del sospe- choso, Booker T. Hudson, y tras tocar a la puerta apenas esperaron unos segundos antes entrar en la vivienda, En su interior localizaron grandes cantidades de estupefacientes (cocaina) y un arma de fuego. Conforme a una regla constitucional, derivada de la IV Enmienda, la policia tiene el deber de tocar a la puerta de un domicilio donde va a realizar un alla- namiento dandose a conocer y esperar un “tiempo razonable” (entre 20 a 30 segundos) antes de forzar la puerta si no se les franquea la entrada por los moradores (conocida como knocking and announce rule), sin que en el presente caso la policia hubiera respetado esta regla, Sin embargo, en este caso la Corte Suprema admitié el uso de las pruebas obtenidas sin cumplir dicha regla dado que, afirmaba, el costo social que derivaba de su exclusién era muy superior al efecto disuasorio que pudiera derivarse de la misma. En su decisién la Corte afirmé que: “We cannot assume that exclusion in this context is necessary deterrence simply because we found 24] SALAS-CALERO, L., ob. cit., pag. 473. 78 FUNDAMENTO DE LA REGLA DE EXCLUSION DE LAS PRUEBAS ILicrTAs that it was necessary deterrence in different contexts and long ago. That would be forcing the public today to pay for the sins and inadequacies of a legal regime that existed almost half a century ago”), La sentencia abogé, en este caso, por la mayor eficacia de otras medidas alternativas como las acciones civiles por datos 0 las medidas disciplinarias contra los agentes policiales!", Como puede facilmente constatarse el cambio de paradigma es radical, Ya no se trata de denegar la aplicacion de la exclusionary rule ino que aun adinitiendo que en el caso analizado cumpla dicha finalidad, ello no es suficiente p: El examen de la rela de de exclusién desde Ja metodologfa de anilisis de costes y beneficios (Sociales) provoca en la prictica un notable de- cae de la propia regla de exclusién'™%, en la medida en que la (2) ‘Tyaduccién: No podemos asumir que en este contexto la exclusién sea necesaria para simplemente generar efectos disuasorios, porque encontrésemos que hace mucho tiempo y en otro contexto dicha disuasién fuera necesaria. Se estaria forzando hoy dia al piblico a pagar por los pecados y las deficiencias de un régimen legal que existia hace casi medio siglo atrés. (4 Un examen de dicha decisién puede verse en GOMEZ-JARA, C., “Nuevas tendencias en materia de prueba ilicita. El caso Hudson vs. Michigan y el ocaso de la Exclusionary Rule en EEUU”, en Revista de Derecho y Proceso Penal, nim. 20, Edit. Aranzadi, 2008, pags. 23 y ss. También en ARMENTA DEU, T,, La prueba ilfcita (Un estudio compara- do), Edit. Marcial Pons, Madrid, 2009, pags. 146-147. {51 Coincide con este diagnéstico NEYRA FLORES, J. A., ob. cit., pag. 668. 61 Significativas son las palabras empleadas en la mencionada sentencia HUDSON y. MI- CHIGAN por el Juez SCALIA, quien en su opiniGn afirmaba que: “.... the social costs of applying the exclusionary rule to knock-and-announce violations are considerable; the incentive to such violations is minimal to begin with, and the extant deterrences against them are substantial—incomparably greater than the factors deterring warrantless entries when Mapp was decided. Resort to the massive remedy of suppressing evidence of guilt is unjustified’. En la reciente sentencia dictada en el caso DAVIS v. U.S. (546 US 2011) se Iega a afirmar, con cita del caso HUDSON v. MICHIGAN, que la eficacia disuasoria es tuna condicién necesaria para la exclusi6n, no obstante, no es una condicién suficiente. E] examen debe tener también en cuenta the substantial social costs generados pot la aplicacién de la regla de exclusidn. Més adelante destaca que “For exclusion to be appro- priate, the deterrence benefits of suppression must overweigh its heavy costs” 79 Manuet Miranpa EstRaMPes eliminar dicha regla de exclusién o limitar drasticamente su Ambito de aplicacién, decantandose por otros remedios alternativos con un menor coste social (como, por ejemplo, la accién civil por dafios y perjuicios)!"7, El progresivo desmantelamiento de la exclusionary rule no es ajeno a la actual politica caracterizada por un notable refuerzo de los poderes y las facultades de las agencias policiales, especialmente en el Ambito de la denominada lucha contra el terrorismo y la criminalidad organizada". El efecto de estas politicas es devastador para la propia supervivencia de la exclusionary rule, Este parece ser el sombrio panorama futuro que espera a la exclusionary rule estadounidense, encaminada, por tanto, a una progresiva desaparicién y a su sustitucién, en su caso, por otro tipo de medidas civiles y/o disciplinarias. 1.2, Modelo aleman: las teorfas de los tres circulos, del entorno juridico y de la ponderacién El Tribunal Constitucional Federal alemén elaboré, en el Ambito de las prohibiciones de utilizacién de la prueba de cardcter independiente o auténomo™! Ja denominada teoria de los tres circulos o esferas (Rechts- "4 Un anilisis critico de dichos intentos puede consultarse en LYNCH, T., In defense of the exclusionary rule, documento electrénico, disponible en http://www.cato.org pubs/pas, Ne 319, October 1, 1998. Como pone de relieve MIJANGOS y GONZALEZ, J, ob. cit. pags. 221-222, el ejercicio de las acciones pecuniarias por dais suele tener en la practica escaso éxito y para el caso en que se demande al estado es necesario probar “la existencia de una politica o costumbre” que haya contribuido a la violacién de derechos de! demandante. '™9 Como afirma GOMEZ-JARA DIEZ, C., ob. cit, pag. 36, “la Corte Suprema estadouni- dense no esté por la labor de dificultar la labor policial de obtencidn de pruebas de que determinados individuos “peligrosos” estan operando en su territorio. Y para ello nada mejor que limitar extraordinariamente el Ambito de aplicacién de la Exclusionary Rule’ 1 Siguiendo a JAGER, C., Problemas fundamentales de Derecho Penal y Procesal Penal, Fabién J. Di Placido Fditor, Buenos Aires, 2003, pag. 92, se habla de prohibicién en el empleo de la prueba de caracter independiente cuando, sin que exista error en la obtencién de la prueba por parte del Estado, Ia valoracién de los medios de prueba queda excluida, debido a la consideracién de puntos de vista constitucionales de rango superior. Por el contrario, hay que partir de una prohibicién de empleo de la prucba de carécter dependiente cuando la no utilizacién de la prueba se basa en un error en la obtencién de la misma, error éste que esta regulado legalmente. KAI AMBOS, ob. cit., pg. 356, citando a FEZER, las denomina prohibiciones de utilizacién probatoria de orden juridico-constitucional. En otras palabras, la diferencia entre prohibiciones de valoracién dependientes y prohibiciones de valoracién independientes reside, precisa- mente, en funcién de si se apoyan o no en la lesidn de una prohibicién de adquisicién, 80 FUNDAMENTO DE LA REGLA DE EXCLUSION DE LAS PRUEBAS ILICITAS kreistheorie) en atencién al grado de afectacién en el dmbito de protec- cién de los derechos de la personalidad garantizados en el art. 2.1, en relacién con la dignidad de la persona humana reconocida en el art. 1.1, ambos de la Ley Fundamental alemana, Con arreglo a dicha doctrina se reconoce,un niicleo o ambito esencial de proteccién juridica de la esfera privada (privacidad personal) inmune e intangible a cualquier injerencia de los poderes piiblicos en el ejercicio del ius puniendi (primera es esfera intima)". La lesion de ese nticleo intangible genera, por tanto, una prohibicién absoluta de aprovechamient. ilizacion de los resultados asi obtenidos. En la segunda esfera de protecc dad de jon la admis servancia de las exigencias derivadas del_principio de proporcionalidad, entre el derecho a la privacidad y los intereses piiblicos que, en el Ambito del ius puniendi, son los intereses de una administracién de justicia penal funcional y la averiguacién de la verdad. Entre los diferentes criterios que Ja jurisprudencia alemana maneja en este Ambito adquiere una particular relevancia el de la gravedad del delito objeto de investigacién penal, en donde generalmente se,da primacia al interés en la averiguacién de la ver- dad cuando se trate de delitos graves. La prohibicién de aprovechamiento del resultado probatorio dependera, por tanto, del propio resultado de ese juicio de ponderacién Tlevado a cabo por el érgano judicial. Por ult en la tercera esfera o circulo las intervenciones estatales se admitirfa forma ilimitada al no existir, en realidad, afectacién del derécho al libre desarrollo de la personalidad. En este tiltimo Ambito no existe, en realidad, una prohibicién de aprovechamiento de las pruebas practicadas. No obstante, como pone de manifiesto un sector de la doctrina alemana, esta delimitacién en esferas o circulos no estd exenta de im- prictica u obtencién de la prueba. Como explica GUARIGLIA, F, “Las prohibiciones de valoracién probatoria en el procedimiento penal’, Revista Jueces para la Democra- cia, Informacién y debate, n° 26, julio 1996, pig. 77, en las primeras la prohibicién de valoracién se deduce autométicamente de la lesién a la prohibicién de adquisicién es- tablecida en el precepto legal. En las independientes se incluyen aquellas prohibiciones de valoracién derivadas de preceptos constitucionales. 1991 ROXIN, C. La evolucién de la Politica criminal, el Derecho Penal y el Proceso Penal, Edit. Tirant lo blanch, Valencia, 2000, pg. 150, cita algunos ejemplos jurisprudenciales: si una joven describe en un diario una relacién intima, este dato no puede utilizarse para ‘una condena por perjurio aunque haya negado bajo juramento esta relacién en un pro- ceso anterior. Cuando la esposa describe en notas personales la actividad delictiva de su esposo, éstas no pueden usatse para probar la responsabilidad de este itimo. 81 ®

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