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je las as profcias de> ‘e é GRAU Danieb thar & Las profecias de Daniel Coleccién Pensamiento Evangéiico Nope de eco le » din eiaina que faclitan al ctudinte al paso? yal eyente fopapsale sf contacto directo con Tay ingustudes Ja tation dl Sristientme cranes contemporiaca ‘Titos publicados: LA LEY Y EL EVANGELIO, por Emest F, Kevan y 3. Grau LA IRA DE DIOS, por R. V. G, Tasker EL SALARIO DEL PECADO, por Leon Mortis DIOS $8 HIZO HOMBRE, por Alan M. Stbbs y J. Graw EL FUNDAMENTO APOSTOLICO (Fradielin « Canon « Es: crltra), por Jose Gra EL CRISTIANO Y EL MUNDO, por Hans Bick IGLESIA, SOCIEDAD Y RTICA CRISTIANA, por José M. ‘Martner ¥ Jost Crow PROGRESO, TECNICA. Y HOMBRE, por Pedro Arana LA RACIONALIDAD DE LA REVELACION, por Derek Bigg BL. DEBATE CONTEMPORANEO SODRE LA BIBLIA, por 8 Escobar, Pe Arana, 1 Amays, R. Padilla, A, Rie . Savage TA EVANGELIZACION Y EA BIBLIA, por John Stott INCERTIDUMBRE MODERNA Y FE CRISTIANA, por G.C, ‘Herhower EL AMOR ¥ LA VERDAD, por José Gram 10S CRISTIANOS Y LA POLITICA, por K. Runis, P. Wels ¥ Dengernk) He be Taylor RL, BAUTISMO DIL ESPIRITU SANTO, por Anthony ‘Hochema ESTUDIOS SOBRE APOCALIPSIS, por José Grau 49d yn atencién Estudios sobre ef libro de Daniel, con ater especial a los grandes pasales protéticos. 'Y un apéndice sobre las profecies de Jesis en el Monte de los, Olivos: ne eee Loti Le 8 José Grau iS 7 | 8 Las profecias de i DANIEL | yr! [BDICIONES EVANGELICAS EUROPEAS Barcelona 197 amg he Flas Ber 5 ae Cumptidos os requisites del. depésto neevio RP aitign, exe pore eA WS de ideale Lay ae Prefan © prea. Depésito Lega: B. $6508 1977 ISBN of. 7235-089 - 6 Impmeso en os tallores grifioos de CLE, Dre Moragas y' Barret, S115. TARRASA Printed in Spain Indice Pr6r0co srnopveei6s 1. DANIEL, HOMBRE DE DIOS Y HOMBRE DE SU TIEMPO, capitulo 1 2 IOS CONTROLA LA HISTORLA, expite ise se 2. LA IDOLATRIA YA TIRANIA, eaptlo 3 4. EL, TESIIMONIO DE NABUCODONOSOR, capitulo 4 5. LA CAIDA DE BABILONIA, capitulo § LA PRUEBA DE DANIEL ANTE DARIO, capitulo 6. LAS VISIONES DE DANIEL, capitulo 7 MAS VISIONES DE DANIEL, capftulo 8 50 n 19 133, i { | 9. LA ORACION DE DANIEL ¥ LA RES. PUESTA PROFETICA, capitulo’ : 10. LA GRAN VISION DE LA GLORIA DE DIOS, capitulo 10 a Al, EN LOS POSTREROS DIAS, capitulo 11. 12, AL CABO DEL TIEMPO, capitulo 12 . APENDICES: — DISCUSION DE LAS OBJECIONES DELACRIICA. . . —— LA GRAN APOSTASIA ¥ EL HOM. BRE DE PECADO EN PABLO Y EN DANIEL... 3. — EL LENGUAJE DE LOS NUMEROS. 4— LAS PROFECIAS DE JESUS EN EL SERMON DEL MONTE DE LOS ‘oLIvos ee re eae Brotsocnasia 9 15 185, 239 Prologo El libro de Daniel es wna obra singular y fasci- nante. En su primera parte nos ofrece una serie de datos histéricos con leeciones de valor permanente para el pueblo de Dios de cualquier época. La segunda parte contiene mayormente visiones que le fueron Gadas a Daniel de parte de Dios; es la seccién espe- cificamente profétiea en la que abundan los elemen- tos premonitorios y apocalipticos que constituyen la base de la escatologia cristiana. La critica radical —de Ia que se hacen eco, hou, ta mayoria de las ediciones catdlicas de la Biblia’— ‘signa. a Daniel una fecha no anterior al siglo I ‘antes de Jesueristo, considerdndolo simplemente como tina obra destinada a dar énimos y mantener el es- piritu de resistencia de los judios durante el periodo ‘macabeo. Pero este punto de vista debe ser puesto nie otros bras, pueden consltase: Diccionario de 1a Biblia, Hing van den Bora, Avsefo, Herder, 164 Anislo ‘Danby Biblia de Jerueaion, Desse de Brouwer, 198. 9 on tela de jullo por dos razones: 1) Porgue le are- bata at tir su eardcter proftien; y 2) porgue no fe apoya en ana lectura imparcial de la historia ni el texto bibtico, sino que te funda, mayormente, on Behucis de excel fen mata rigs, Be foto Ello nas ocupamos en el Apéndice 1, que trata de las objeciones de la critica. 2 En épocas de violencia, sin imprentas ni multico- vistas, ni ninguno de os medios Ge tifusin qua to. hemos actualmente, es dificil creer aue so pudiona escribir un panfleto de fa extension de Daniel y mas igi todasia que pulera eireuar a la manera de tn underground paper (peiddice més menos legal) ara’ fines propagendtsticos, Por otra parte, los ios no eran tan tontos como para aceptar que Daniel hubiera‘sido un personaje hstrico st st historia se apoyase inicamente en leyentas pladosas, Adomés, Gpor qué tenian que inventar una ficoin, si ta Biblia dja es tan rica en personajes autenticoy que pueden Eorvir de ejemplo, y estilo, a los creyentes para ae span ‘sail alas con enon? See asimismo, en el libro de Daniel wna. gran contd de Laas histor, eos, con abundancia e detalies, que conewerdan con todo To que se sabe te Tos peviofos Sobre tos quo escribe au autor y que exigen gue ésfe Iuese contempordnen de os. mismos Seotin los eritcas, esto vale para ol vert griego en el que, segin elles, se puso en eirealacion la hte toria de Daniel, pero to\sorprendente ee que cabe decir To mismo dts pertos babliénice persa en io gue reaimente oct ani or aa odo ue iene que vor con Grecia y Roma tiene que ser pre monicién profética, : ied tt _ Creemos que Daniel escribis este libro él mismo, 4 bien luego se hicieron copia, pero no en ta pro: fusion propagandistica que requerina ta fete erica EI mensaje es simple y.grandiaso: Dios tine el 10 control de la historia y puede guardar a los suyos siempre. Esta soberania de Dios es el mejor aliciente para et creyente, lamado a perseverar en las situaciones nds difieiles y en medio de la apostasia y la incre- dulidad. La mayorta de nosotros vivimos on lugares donde la gente dice de labios que es ecristianae, pero euyas pidas nada tienen que ver con Dios. El ejemplo de Daniel nos serd sit para perseverar firmes en la fey la obediencia. Daniel era un jovencito que todavia no habia cumplido los 18 aftos cuando fue Nevado cautivo por tos babilonios, después de haber aplastado éstos a los egivelos en la batalla de Carquemis, en el aflo 605 antes de Cristo, y luego de haber humillado y vencido @-Judé. El templo habia sido profanado, y Daniel, dejando atrés una patria en ruinas, iba al exilio. Pero algo peor que las cireunstanciag materiales de la derrota era el eriterio que muchos judios emplea- ban para juzgar los acontecimientos: Jchovd no tenia el mismo poder que los dioses de Babilonia, y los ba- bilonios, por To tanto, tenfan derecho a ser los sefio- res (Jeremias 29:22; 39:67). Cun facil hubiera sido para Daniel deslizarse por la pendiente del fatalismo: <{Qué puedo hacer y0...2, 0 dar oido a las voces del oportunismo: «De Io perdido, saquemos algo...: vioamos sin preacu- parnos demasiado»; on situaciones adversas surge la tentacién de obrar de alguna de estas diferentes ma- neras, Pero existe todavia otra posibilidad: a det compromiso, la de 1a responsabilidad. Desde et principio, Daniel decidié mantenerse fir- me en sus convicciones. A menudo, el testimonio que intentdébamos dar se ha malogrado debido a que nues- tro primer acercamienta ha sido demasiado timido. Normalmente, Daniel no fue ningiin asceta (10:3), u ero cuando entraban en juego cuestiones de princi- io no transigia (1:8); el caso concreto en aquella situaci6n que relatan los primeros capitulos era que la comida de palacio que se negé a comer procedia de Jos templos paganos y et mismo acto de ingerir dichos alimentos era el equivalente de una ceremonia religiosa. Pablo actuaba de manera parecida: muy eldstico en cuestiones secundarias, pero inflezible en los principio (1.* Cor. 8 y también 10:14-38). Todo 1 libro de Daniel constantemente nos recuerda que Dios honra a quienes le honran a El. 2 Introduccién al libro de Daniel LA HISTORIA TIENE SIGNIFICADO 1, EL libro y ef hombre, Importancia del libro de Daniel. El libro de Daniel es uno de los més importantes de la Biblia. De su inteligencia depende la recta com: prensién de ottos textos y eseritos biblicos (como el ‘Apocalipsis, por ejemplo). ‘Su contenido es tan rico que parece desproporcio- ado a su exlensién, Alguien ha dicho que «en nin- guna otra parte de la Palabra de Dios hallamos tanto fen tan poco espacios. La revelacién que transmite este libro es variada y compleja: Historia; Teologia del Reino de Dios y de ln Providencia divina; Profe- cla (libro clave en este campo tan dificil de la inves- Ugacién); Cristologia (origen del titulo mesiénico ‘dlijo del Hombre»); ete. B Et joven Daniel Jesis le designé como «ol profela Daniels (Mat 24:15). {En qué sentido Daniel fue «profetas? No par tener ‘ficio, sino don profético. Para el estudio de sta distincién véase mi Introduccién a la Teologia, D. 203 y ss. Fue levado a Babilonia en la primera invasion que sufrié Judé el afio 608 a.C. (1:1). Fue contem- oréneo de toda la tragedia de la eautividad, y tode- Via vivia cuando Babilonia fue conquistada’ por los medos y los persas bajo Ciro (539 a.C.); dos afios, més tarde recibié ain otra vision de Dios (10:1). Fue contempordneo —aunque mucho més joven~ de Jeremias, y seguramente era de la misma edad que fl profeta Ezequiel, quien le menciona en sus profe- clas (Bz. 14:14, 20;"28:3). Su carrera, extensa, abar- 6, pues, desde ef reinado de Nabueddonosor de Be: Dilonia hasta el rey Ciro de Persia. 2. Cronologia contemporinea. Ex russio pe Dios ‘Los Tovpenios exynites 609.598. JOACIM, puesto 64.562. NABUCODONO- por el faraén Neko en SOR edifica Babiloni lugar de su hermano derrota al faraén Neko SOACAZ (626 @.C.). (Ger, 46:2; 2° Rey. 24:1). JOACIM es hecho vasallo por tres afios. Profecias de Jeremias (Jer. El Imperio de Nabucodo- 1. nnosor sigue su camino JOACIM se rebela con. *#°endente, ‘ra Babilonia; incursiones de caldeos y arameos Buda en la India (604 Ge Rey. 24:2) ac). ‘Ministerio del profeta Ha- bacue. “ Ex purse ve Dios 600, DANIEL ¥ SUS AMI- GOS son llevados a Ba- bilonia. 598, JOAQUIN reina tres meses. Jorusalén, sitiada y tomada por NABUCO- BONOSOR. JOAQUIN es deportado y sustituido por su tio, SEDECIAS, Gran Geportacién de judios a Babilonia (incluidos JOA. QUIN y el profeta EZE- QUIEL). 598587, SEDECTAS, hijo fe Josias, rey de lo poco que queda_en Juda. El profeta JEREMTAS se enfrenta ‘con los. falsos profetas. 587 (jjunto,ulio?), Toma de Jerusalén y captura de ‘SEDECIAS, Destruceién del Templo y de la ciudad de Jerusa- en. Segunda gran deportacién de judios. Los Dupeeios cxwrites El profeta EZEQUIEL, en Babilonia, predice 1a muina de Jerusalén (Bz, 1:23). JEREMIAS en Egipto Ger. 42 y s8,). 562.560. AMEL MATDUK de Babilonia (Bvil-Mero- dac) favorece a Joa ceautivo. % EL rorsto ve Dios 538, ZOROBABEL y otros judios regresan a Jerusa- en (Esd, 5:4 y $5.) 587. Reconstruecién del ‘Templo de Jerusalén (Bs- Gras 3:8 y 5:16: primera etapa). 16 Los Inurenios errites 560.556. NERIGLISAR de Babilonia, 556. LABASHI MARDUK de Babilonia. BELSASAR reina junta mente con NABONID uando éste se halla en 589. CIRO, rey de medos ¥ persas, entra en Babi- Tonia e inaugura una nue- va politica de eierta «to: lerancia religiosa FINAL DEL IMPERIO BABILONICO, COMIENZO DEL IMPE- RIO PERSA. 580.530. CIRO, rey de me- dos y persas. 590.522. CAMBISES, hijo de Ciro, conquista Egipto. 522488, DARIO I reor- ganiza todo el Imperio Persa, 3, Los ataques de Ia critica en contra de Daniel. Pocos libros de Ia Biblia han sido objeto de tantos atagues por parte de los criticos como el libro de Daniel. ‘La postura tradicional, durante muchos siglos, de ta Iglesia eristiana ha sido la de reconoeer a Daniel como autor del libra que lleva su nombre, y que vivi6, efectivamente, entre los afios anteriores a 606 y 539, poco mAs o menos, a.C. TEL primero que sembr6 dudas en contra de la po- sicién cristiana tradicional fue Porfirio de Tiro (en el siglo 1), un enemigo acérrimo del Cristianismo {que sostuvo’ una opinién contraria a la de los cris- tianos, Afirmaba Porfirio que el libra de Daniel habia sido obra de un judio piadoso en la época de los macabeos, en el siglo u a. de C., y no un producto del siglo vs a.C. ‘A partir del siglo xm la opinién de Porfirio ha sido resueltada por la eritica liberal y es la postura mas generalizada de los criticos no evangélicos. Ac- tualmente, y de modo creciente, la Tglesia romana esti, avepiando esta posicién (cf, por ejemplo, Ia In- froduceién al bro de Daniel en la Biblia de Jer salén). Los motives, erazones» u objeciones de ta eritica se agrupan en tres bloques principales: 1, Objcoiones contra la claridad de las predic- 2 Oblecones cotta el lnguaje (aramen y he 3, Objeciones de orden hist6rieo. En el Apéndice 1 discutimos todas estas objeciones. La posicién evangélica, mantenida durante siglos por los judios y Ia Iglesia cristiana, se halla expuesta en las siguientes obras: The New Bible Dictionary; The New Bible Commentary; J. C. Whitcomb, Darius ” the Mede, y Edward J. Young, The Prophecy of Daniel, entre otros, 4. Bosquejo del libro de Daniel. I. Daniel escala el poder i Gap, II, Los suefios del rey inter- pretados por Daniel @2:1- Capitulos hist6rfeos ‘narrados en terce- Fa persona . +). TIL. El episodio del tuego A los reyes es re- Gan, velado el destino ( IV. Un segundo suefio inter- de los Imperios pretado por Daniel (:1- con la ayuda de 30. Daniel, quien des- | V. La fiesta de Belsasar y cifra los suefios, la mano misteriosa G:i- 1 3. Vi Daniel en ta eueva de los leones (5:81 - 6:28). VIL. La visién de Jas ‘cuatro bestias (7:1-28). VUE La isin del Camere, y A ef macho cabrio (8:1-20). Daniel babla en pri | yy. La oracién de Daniel @: mera persona y 12). describe visionet |. X, La profecfa de las seten- de Dios sobre, al ‘a semanas (9:2427), lestino del pueblo) 3, Ta vision de Dias (10: al Sete en rl ch cién con los Im- 5 és XL. La revelacién del fut perios gentiles .. Ga XIIL Los tiempos de Antioco Epitanes y del Antiristo Guat 12 | XIV. La conclusion de la pro- Teoia (12:41), 18 5, Propésito dol libro de Daniel. Es un produeto del exilio. Sirve para mostrar que este exilio no iba ser permanente. Mas bien, la hnacién que habia conguistado a Juda desapareceria lla misma de la historia, siendo reemplazada por otros tres imperios sucesivos. Pero, mientras surjan estos imperios, el Dios de los efelos y tierra erigiré otro reino, el Reino de Dios, que, a diferencia de Tos demés reinos del mundo, ser universal y eterno. El prop6sito del libro de Daniel es ensefiar la ver- dad de que incluso cuando el pueblo de Dios se halla eautive en manos de paganos, Dios sigue siendo so: berano Sefior de sefores y Rey de reyes, y, por consiguiente, quien dispone de los tronos y de los imperios. El creyente halla consuelo sabiendo que la Provi- dencia rige el destino del mundo y su propio destino. 6 Bosquejo de tas profectas de Daniel. Imperios mundiales Suelo do_——_—Suetos de Daniet Nabueodonosor (Daniel Daniel mel 23 TE) TEED Babilona 606538) Cabeza de oro Lei MecoPersia G16: Pecho y brazas de ‘0 ita om Carer Grecia @0146) Vien y lamas de Leopard Macho ee abel Roma (46-476 6), Plernas de hirro La beatin con El Antieristo Pes do area y ‘se hierro cristo 1a plodra dospron- ‘en indole La historia de la salvacién se proyecta sobre 1a historia de estos cuatro grandes imperios: Babjlonia, Mado-Persia, Grecia y Roma. Cristo (2:44) apareceré en los: dies del cuarto imperio. El Anticristo surgir& Ge alguna clase de continuldad de este mismo cuarto imperio. Por encima de los avatares de la humanidad, Dios vva trazando su propio plan de salvacién. DANIEL DANIEL Y SUS COMPANEROS EN BABILONIA 4 Bayle eco del rid de Joncas de ud ino Navucodonocor rey de'Bablonla a Jerwsalny yi si, 4. Y'a Stor eee fm es mano Soci ep de Judy ‘at del fororo dest don, SV je ciroy a Atpena, Jefe de sus eumucos, ue trajes de os Bios de stack Ge nae real de Tos princes, {1 Mactuchos en quienes no hubese aca 'nunay de ue farceremeiios ‘en toda saldura, ablos en ciency de [cn catendimfento, e Sdoncos porn estar en el palacio del rey, “sehen letras Ia lengua de fos caldeos, Ins selglo el sey-racion parm chda ia, de Ta provi Coma dls vito gue obi 9 ae Jo eave ‘qu il finde elo se prsenaren dante del Ty. Centre Stor tataban Danie, Ananas, Misael y Azria de fos byes de Toda 7 A'ktor eee de Tos euncos paso nombres: pato a Daniel, Talouars'a Abani, Sadract a Bfisac, Macy 9 AZ, 8 Dania a 58 corazin no contaminarse com I Dorcién de la connila del fey, al com el vino que él bebia Pils por tanto, a ffo de Tos cumcos que no se Te oblige 9 “Y' paso Dios a Daniel en gracte y en buona yoluntad com i Teno a mi sofor dag ues Hoag fon. que son semejantes a Ysotros, condenardls para con el fey mi cabeza $Y TEatoucs jo Daniel a Melar, que estaba puesto, por el fen cameos sore nl “Aveta ti 2" Te raeao que. Ingas In pricba com tus servos por de las, ¥ nos den Togumbres a comer, y agua a beber, a 43. Compara Iaego nvestos rostos con los rstros de fs me hachor gue comen de Ht rnc de Ia coma del fey, y baz ‘depute com for sirvos Sein vas 4 "Conih pc, com eos en st, ¥ 6 con el dee iss, AE" at cabo de lor der das parels el rostro de ellos mefor J mds rato que el de los ots mivchachos que conan de {Pore de comida. del re. 6 Ast pues, Mela Mevaba la porcin de In comida de ellos Yoel ing gue Babin de ber, les daba Teumbres 17° KCues cuatro mushachor ‘Dios es lo enmoctniento € “on todas ne letras y_cleuclas y" Danil favo eo ‘toda vision y sue ‘end 0s Sepasndogs pues, Toe daa fin de Tos cuales habia, dicho ft egp sue Los tajesen, ot ffe de los cunucos los trajo dante {de Nabcodonoso $5 eat rey bab con ellos, x no fueron hallados entre todos ‘tos oor comme Daniel, Anau, Misael y Arava ast Pes conto Daniel, hombre de Dios y hombre de su tiempo DANIEL 1 EL tiempo en que vivié Daniel (vs. 1-2). «En el afio teroéro del reinado de Joacim rey de Juda, vino Nabueodonosor rey de Babjlonia a Jeru- Salén y Ia siti6, Y el Sefior entregé en sus manos a Joacim rey de Judd y parte de ios utensilios de la casa de Dios... ¥ dijo el rey de Babilonia a Aspenaz, Jefe de los eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del Linaje real de les principes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, ensefiados fn toda sabiduria, sabios en ciencla y de buen en- tendimiento, e idéneos para estar en el palacio del Fey; ¥ due les ensehase las letras y 1a lengua de los caldeoss (Dan, 1:14; ef. 2° Rey. 24:1 y ss.; 2° Cr. 38:5-2). ‘Segiin Jeremfas (25:1; 40:2), la expedicién de Na- bucodonosor tuvo lugar en el aio cuarto de Joacim, mientras que Daniel afirma haberse produeido en el, B tercer afio. 4A qué se debe esta diferencia? Simple terres al hecho de que Daniel contaba seein el mé- Tho de Babilonia, en el que se consideraba como (efmer afo el que segula al de la coronacién del rey. Bare el sistema hebreo y el babil6nico habia siempre ao tre cide diferencia, El eafio tercero> de Babilonia Gu el ecuartes en Palestina (cf. B. J. Young, eDantela, Sit en Now Bible Commentary, p. 690; D. J. Wise: ara eSome Historical Problems in the Book of Da- Tiel, en Notes on Some Problems in the Book of wernt pp. 1618: del mismo autor, Chronicles of Chal Joan Kings, p- 25: eJehoikaim King of Juda»). “Joacim habia subido al poder con el apoyo del rey de Haipto: en realidad se mantenia en el trono como Gasalio del pais del Nilo, Fue un monarea malvado UMinpfo. Después de reinar tres afios —sestin el a faut de Babilonia— se convirtid en satélite del ‘Rievo Traperio que empezaba a surdit, pasando de la Fafluencia egipela a Ia babilénica. Ademés de malo, Joacim fue un torpe politico, un pésimo gobernante ‘jue no hizo sino provocar el inevitable desastre final {det pueblo de Juda. ‘Babilonia se convirté en la primera potencia raun- dial (ef. 2° Rey. 23:2) y Ja diplomacia. del momento seEnselaba estar bien con este Imperio naciente ¥ AeoRtraerse su destavor. Joacim, sin embargo, se MRpalé. Relné todavia durante ocho affos, pero, aco- TeHo constantemente por el avance arrollador de los ejerellos ealdeos que, palmo a polio, iban destra Sondo la tierra. de Palestina (cf. 2.° Rey. 23:26 24:9; Ser'a2:18, 19; 36:30). Era comprensible, y previsible, wei Teaceién de Babilonia, El libro de Reyes, sin SStbargo, a) igual que Danicl ve en todo ello la mano Ea'Dive (edehovd envi6 contra Joacim tropas..., Con” forme aia palabra de Jehové que habia hablado forgus slervos los profetas. Ciertamente, vino Peto por mandato de Jehova...» (2° Rey. 24:8, 4). a4 Sosediio)’ Ee cl punto de vista del que escribe, quien, anticipadamente, aclara lo que Nabucodonosor llega” Bible Commentary). Z Coates algunos critieos~- que Nabucodonosor tomase. Perso tiem, 1:19: Anigtedades, % itt), awe, estando’ en en rn 2 2 lg hoy, asi Jo ha decrétado. Mas adelante, en Danicl encontraremos una afirmacién todavia mAs explicit a pues hace aquello que el Sefior quiere que sea hecho. ee ae a de datos ha legado yaa su climax maximo (ler, 25: 1214), En su soberania, el Sefior mueve los hilos % ‘Mas no sblo Joacim fue entregado en manos de tos babilonios, también los utonsilios de valor de la ‘casa de Jehova, es decir: del Templo de Jerusalén. Se cumplian ast Jas advertencias de Jeremins contra jquienes hablan confiado en las paredes del ‘Templo, on més supersticion que fe verdadera, imaginando fque Dios no abandonaria nunca la santa ciudad ni su santo Templo (Jer. 7; ef. Mat. 21:18), Los pecados Gel pucblo trajeron el gradual empobrecimiento de fa casa de Dios; ésta se levantaba, con sus grande- zas 0 miserias, en sefial de fe o de apostasia, @ 1a manera de signo que delataba cl estado espiritual de Juda. Aquel hermoso Templo, tan embellecido ¥ enriquecido por Salomén, sufti6 el sacrilegio, prime- ro, de los mistos judfos’y, después, de los extrafios Ge Rey, 14:2526; 2° Rey. 14:16; 18:19-10; 24:6:13; Ser, 2716-22; 52:17-23). En Daniel § se nos ofrece un ‘uadeo lamentable de profanacién de los vasos del ‘Templo de Jerusaléa, usados para usos comunes por el rey y sus concubinas. En Esdras 1:7-11 tenemos la contrapartida feliz de su dovolucién a Jerusalén 2. EL Iugar, y la manera, en que vivié Daniet (8. 316). Deportado a Babjilonia juntamente con otros jéve- nes hebreos (v8. 6-7) a quienes fue cambiado su nom- bre de origen por oles mas de acuerdo con le fonética caldea, Daniel también quedé sometido al Cuidado de Aspenaz, «jefe de los eunucos». Los en péblico, Al salir al ex tranjero, los hebreos se enfrentaban siempre con este problema (Os. 9:3, 4; Ez. 4:18, 14). El vino era so: metido a parecidas ceremonias y pianteaba los mis. ‘mos confliclos de conciencia y de testimonio, pues st finalidad iltima adquiria asimismo caracteres cil- tos. tra complicacién que se sumaba a las anteriores estribaba en que la carne sacrificada en mataderos 2 aganos no habfa sido ejecutada con los cuidados © instruccfones de la ley levitica (cf. Lev, 3:17: 6:26; Y7:1014; 19:26). E] mismo, o parecido, problema ritual se plantea en el Nuevo'Testamento. En las cartas a los eorin- tios, el apéstol Pablo trata el tema con cierta am. pilitud (especialmente en 1.* Cor, 8 y 10). Lo funda: ‘mental, en su opinién, es el amor y la comprension en favor del hermano débil y el testimonio ante los extrafios. Pero, de suyo, ni la carne ni el vino son malos. Todo depende del valor que se les asigne, 0 de los malentendidos que suscite el uso de estas Por otra parte, conviene no olvidar que el vino fera_de uso comin entre los hebreos (Sal. 104:15; Js, 55:1; Neh, 5:18, en donde se usa el mismo vooablo Yayin).’ Sin embargo, del vino —como de cualquier otro don de Dios— puede hacerse un mal uso Y es entonces cuando la Escritura advierte en contra Prov. 20:1; 23:20, 30, 31); clertas ebrdenes religio: sas» lenfan prohibido ‘el uso del vino (Nim, 6:3, 20; Jue. 13:117; Jer. 35:1-14 por razones de disciplina y_autodominio; enire los nazareos esta prohibicién blo afecta el tiempo estricto en que duraba su con: sagracién. Los sacerdotes no podian beber vino in- ‘mediatamente antes de entrar a desempefiar sus fun- ciones en el Templo (Lev. 10:18), y a los reyes se les desaconsejaba su degustacién Prov, 31:4, 5) para ast poder cumplir mejor sus mandatos. Este con- sejo a la realeza, que hallamos en Proverbios 31, parece, no obstante, que se refiere mAs bien al abuso de bebidas en momentos poco apartunes del ejercicio del gobierno. A la luz de todas estas consideraciones, se com- prenderén mejor la naturateza y Ia clase de esor pbulos de Daniel y sus compaficros. El joven exiliado se dirigié al jete de los oficiales bajo cuyo cuidado se encontraban, y Dios le dio gracia para congra- clarse su amistad y mover favorablemente su dispo- sicién. Tal ruego no dejaba de implicar riesgos para Aspenaz, pues la actitud de Daniel hubiera podido ser interpretada como un desacato, incluso como una ofensa, al favor del rey, cuando en realidad sélo se trataba de permanecer ‘ie! a si mismo como judio ¥ como creyente, Ta diota a que se somatieron los j6venes hebreos no les perjudicé en absoluto, mAs bien todo lo con: trario (vs. 1-15), de modo que, constantemente, la mano de Dios se hizo presente en la vida de aquellos J6venes. Dios es soberano en medio de los reinos de este mundo y a través de las vitsitudes de Ins na- clones. Pero también lo es en Ia vida cotidiana de sus hijos. Seftor en medio de las naciones y Sefior en medio de sus redimidos. Dios de amor, de gracia y de poder, no s6lo en Israel, sino en Babilonia también. 3. La sabidurfa que Daniel adquisié (vs. 17-21) A estos cuatro muchachos Dios les dio conoel- miento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visién y suction G.I ef. v.20). La'vida de aquellos cuatro muchaches se hallaba fen manos de Dios. ¥ Dios no solamente les protesio, sino qute les concedié aquellos dones, aquellas habi: lidades y aptitudes que mejor pudieran servirles para u testimonio y trabajo en Babilonia El Sefior les otorgé conocimiento e inteligencia El vocablo que primeramente aparece aqui: «con. cimientor (madd), significa epensars, y alude a aquel proceso racional de la mente que’ nos conduce a discemnir entre la verdad y el error, entre lo falso y 1o auténtico, como su empleo en Eclesiastés 10:12 Indica claramente. 30 ‘Viene luego (hakma), repre: senta, en términos’generales, la sabiduria intelizen- temente ordenada en principios, sistematizada en un cuerpo de doctrina coherente; es lo que nosotros hoy denominariamos sistemas, 0 escuclas, elentifieos 0 Iiterarios. Las eciencias y'las letras». Por este vaca blo se designa, a veces, todo el acervo eultural del Cercano Oriente (cf. 8. R, Driver, «Daniels, en Cam- bridge Bible for Schools and Colleges). Los descubri- mientos arqueolégicos han demostrado que esta civi- lizacién asiria y babilénica incluia todo lo que en aquel tiempo se sabia sobre astronomia, mateméti- eas, agricultura, arquitectura, meteorologia, lingtiis- tica, leyes, etc, El problema consistia en’ que 10s elementos cientiticos de todas estas disciplinas ve- nnfan mezclados con la supersticién, y asi, por ejem- plo, era dificil (para ellos imposible, pues ni siquiera tenfan conciencia del problema como nosotros) trazar la Frontera que separaba la astronomia (muy adelan- tada ya en aquel tiempo) y la astrologia (condenada siempro por los profetas de Israel —Deut. 4:19.20; Jer. 10:3; Is. 47:13-14-). Se necesitaba una sabiduria conirolada por Dios para no sucumbir ante aquel sineretismo religioso-magico-cientifico. Esta sabidu- ria le fue concedida a Daniel. El pudo testificar de Dios en las mas altas esferas del poder y del saber de Babilonia sin contaminarse con sus supersticiones. a Hay més todavia: Dios pudo servirse de aquella cultura para sus fines. «Daniel tuvo entendimiento fen toda visién y sueftos» (v.11); y ain dice el texto que cl rey hallé mejores, y mas entendidos, que ‘todos los magos y astrélogos del reinos (v. 20)'a los Jj6venes hebreos. Por cierto que esta alusién a etoda vision y sue- fos» refleja el fondo indiscutiblemente babilénico del libro, en contra de 1a opinién de algunos eriticos. La gran leceiGn aqui es que, lejos de convertirse cellos a la mentalidad pagana, los j6venes hebreos ge sirvieron de dicha mentalidad para glorificar a Dios. Asimilaron aquelia cultura para testificar del verdadero Dios, no para negarle. Tenemos esbozado aqui el programa de todo estudiante creyente, 1a vocacién del intelectual cristiano, que vive y piensa dentro de las coordenadas culturates de su tiempo. €¥ continud Daniel hasta el aio primero del rey Ciro» (v. 21). Este versiculo quiere indicar, simple- mente, que Daniel contemplé Ia caida de Babilonia y fue espectador de la subida a la hegemonia mundial del Imperio Persa que le sucedi6. Esto no significa que Daniel continuara solamente hasta Ciro ¥ que luego muriera inmediatamente. Mas bien quiere decir que el primer afio de Ciro mare6 el fin del exilio, acontecimiento glorioso que Daniel vivié. Y que s¢ menciona preelsamente con esta intencién: declarar ue entonces Daniel todavia vivia, El lenguaje ori- inal hebreo no impliea que Daniel continuara minis- trando. tan sélo hasta entonces y no después, Daniel, hombre de Dios y hombre de su tiempo. Destacan en Daniel dos earacteristioas igualmente necesarias para servir eficazmente a Dios en cual- quier tiempo, lugar y circunstancia: fue un hombre de Dios y un hombre de su tiempo. 2 Desgraciadamente, una lectura excesivamente pie- tista del libro ha levado a enfatizar solamente el primer rasgo en detriment —cuando no el total des- ‘cuido— del segundo. El capitulo primero, sin embar- 0, presenta a un Daniel con ambas virtudes. Si tenemos que comprender lo que el texto dice, sin prejuicios, hemos de aceptar esta doble dimensién de Su personalidad y de su ministerio, que podriamos definir como fidelidad y adaplabilidad, 1) Fidelidad. Queda magistralmente apuntada. cn el versicule 8, ya clasico en toda Ia literatura y la homilética cristianas. Lealtad a Dios, temor del Sefior y resolucién firme de mantenerse fiel a su Palabra, 2) Adaptabilidad. Daniel fue plenamente un hombre de su época, inmerso en su cultura y sus problemas, Los versiculos 17 y 20 dan fe de ello. Esta misma combinacién la hallamos en Pablo, también siervo de Dios y al mismo tiempo hombre profundamente arraigado a su tiempo. Ei mismo nos dice que se hizo todo a todes para ganar a mas (1 Cor. 9 y ss.). También en Moisés se dan cita ambas virtudes; de 61 nos dice el texto sagrado que fue entendido en toda la sabidurfa de los egipcios, ademas de ser ensefiado por Dios en el desierto (Hech. 7:22), lo que le permitié comunicar el mensaje el Sefior eh términos eficazmente inteligibles para Faraén y su pueblo. Todos estos hombres vivieron para Dios y para sus contempordneos, sirviéndoles con amor y sacti- ficio, No se trata tan sélo de una cuestién cultural, sino eminentemente espiritual, porque es prueba de amor a los hombres, a sus necesidades y problemas. El profeta del Sefior no puede pretender la comunt cacién a distancia, tiene que zambullirse en el rio de su tiempo, en el fluir de su época, si quiere ser escuchado. Pero, al mismo tiempo, tiene que perma- 3 necer fiel: su mensaje fundamental no puede ser ‘otro que «todo el consejo de Dios» (Hech. 20:27). Encontramos otras vertientes del eardcter de Da- niel igualmente aleceionadoras y ejemplares: 3) Determinacién. «Propuso en su corazén...> Hs decir: que obré, no por meros impulsos 0 espo- rédieas emociones, ‘sino por firme resolucién perse- verante, continuada y cultivada constantemente. La pledad de Daniel no era como la de los contempordé- nneos de Oseas —la piedad vuestra es como nube de la mafiana, y como el rocfo de la madrugada, que se desvaneces (Os. 6:4)—, sino una resolucién firme- mente tomada y firmemente mantenida. Uno de los més graves defectos de los cristianos ‘ispanoparlantes es la inconstancia, la impotencia de perseverar; rasgo que acaso sea debido, en parte, a ‘nuestra idiosincrasia latina, pero que conviene rect ficar sin demora, Demasiados propésitos fallidos, de- masiadas empresas comenzadas y nunca acabadas, demasiadas resoluciones tomadas y luego olvida das, demasiadas promesas incumplidas, demasindos entisiasmos abortades en el mismo instante de su nacimiento, Daniel tiene mucho que ensefiarnos en este punto. 4 Resistencia ol_mal. Aunque se hallaba, lejos de Palestina, a cubierta de las miradas escrutadoras e sacerdotes y rabinos judios, tanto Daniel como ss compafieros supieron mantenerse ficles. Alli, en Babilonia, no habia sinagogas, no habia Templo de ‘Jehov4, no habia levitas, no habia rabinos; incluso fs mismos nombres haban sido eambiados, de modo {que podian, si querian, sentirse totalmente desliga- dos del pasado, pero prefirieron mantener su propia identidad espiritual. Tuvieron todas las ocasiones ( todas las edisculpass que nosotros solemos inven- tar para soslayar la voluntad de Dios) en su favor para pecar. Lo mis facil, Io més inmediatamente 4 ‘a su mano, era vivir como paganos. Pero decidieron ho pecar contra Jchova y mantenerse ineélumes en ‘su resistencia al mal. 'Y es que aquellos muchachos no actuaban de cara a la galeria; vivian delante de Dios. Eran fieles a sf mismos y a su Sefior. De ahi que, aunque a salvo de las exitions de los maestros hebréos, fueron autéa- ticos y mostraron un idéntico temple’ moral y espi- ritual en el extranjero que en casa. Jamés olvidaron su vocacién y aquello que daba sentido a st vida Cf. Mat. 10:2628; Stg. 4:7). 5) Humildad, Ni Daniel ni ninguno de sus ami- gos hicieron jamés alarde de su fe, de sus talentos © de la posicién que conquistaron en la carte de Ba- bilonia. No eran pedantes, no se inclinaban al exhi- bicionismo moral o espiritual que tanto daiio causa al ptieblo de Dios y a la obra de Dios en el mundo. Cuando hubo necesidad, supieron ser héroes. Pero ppunea se pavonearon de ello. Un estudio atento de las vicisitudes de Daniel, y sus pruebas, en Babilonia rrevela Ja cortesia, el taeéo, las buenas maneras con ‘que supo tratar siempre a cuantos se relacionaban con él. Ciertamente, no fue su defecto Ia pedanter esta mancha que empaiia los gestes mas nobles ¥ ensombrece Ins cualidades de los mejor dotades, en demasiados cases. Respetuoso con los superiares, aun en los momentos en que se enfrentd con ellos para defender sus convicciooes. Aunque, como Pedro (Heech. 5:29), creyera que debia obedecer a Dios antes ‘que alos hombres, no por ello menosprecié a éstos, dando a cada uno el honor que le correspondia y el espeto que merecia, en una lines que, siglos més tarde, definird Pablo (cf. Rom. 13:1-8) demostrando ‘que Ia humildad y el respeto que sabe pagar a cada ‘uno sestin su dignidad, es fruto del amor y uno de los aspectos en que la regia de oro cumple la ley y % Ja voluntad divinas (ef. Rom, 13:9-10). Esto hizo de Daniel un contestatario inteligente y poderoso. 5S. Testimonio inteligente y oportuno. Daniel planteé claramente, desde el comienzo, 1as exigencias de su fe (v. 8). ¥ . Daniel 2:44 tiene que leerse a la luz de Daniel 7:13, 14; el reino vendré por medio de cuno como un hijo de hombres. La imagen de varios metales que sohé Nabuco- donosor esta en pie a lo largo de todo este periodo eo los cuatro grandes Imperios que representan el pader gentildominando el mundo. Pero en los mismos fas de estos reyes —en el reinado de uno do ellos— Ta epledra mesidniea herivé a la imagen en sus pies y ésta comenzara a tambalearse. 50 ‘odes estos reinos son temporales en duracién, Ihumanos en cuanto a origen, fragiles en cuanto a poder. BI Reino de Dios, 0 de los cielos, es divine de arigen, eterno on duracién e invencible en poder. Mientras a eada uno de los cuatro Imperios se le deseribe de una vez, abarcando con una mirada su naturaleza, ¢l Reino de Dios es presentado come en perpetuo crecimiento, desde algo pequefio hasta el intinto. El poder mundial se deteriora; la corrupeién inhe- rente utodestruye los reinos. Pero el Reino de Dios rho progresa par desarrollo meramente humano; se trata de una intorvencién divina (epicdra cortada no eon manos» para desplazar aquello «que es nacido de la earnes y sustituirlo por elo que es nacido del Espiritu). Cuando Cristo le dice a Pilato que su Reino no es de este mundo, se esta refiriendo, sobre todo, al origen y al poder inherente del mistno, més que a su localizacion geogréfica. [Los judios del tiempo de Cristo consideraban que ellos, 1a simiente natural de Abraham y David, po- seerian el Reino de los cielos, 0 de Dios, pero Juan €l Bautista —al igual que los profetas de antafio (por ejemplo, Amés y Miqueas, entro otros) les demues- tra que estén muy equivocados (Mat. 3:1, 2 7-9). Finalmente, es Cristo mismo quicn reafirma ta enseflanza del Bautista: «... por tanto, os digo que el Reino de Dios seré quitado de vosotros y serd dado 42 gente que produzea los frutos de él. Y el que ca- yere sobre esta piedra ser quebraniado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzarés, alusién clara a Ja epledra cortada no con mano». 2, Carneteristicas del Reino invencible. En Daniel 2 se nos Fevelan cuatro hechos sobre el Reino de Dios que seria imposible aplicar a ningén 51 ‘otro reino, Estos hechos son confirmados por el Nue- vo Testament 1) El Reino no ser& jamas desteuido, 2) EI Reino no ser dejado a otro pueblo. 3) El Reino desmenuzaré y consumiré a todos los demés reinos. 4) EI Reino permaneeeré para siempre (Dan, 2: 4%). 1) EI Reino indestructible, ‘«Flablendo recibido nosotros un Reino incon- movible...» (Heb. 12:28). 2) Fl Reino es herencia perpetua. ‘«Recibiran el Reino los santos del Altfsimo y posecrdn et Reino hasta el siglo eternamente y para siempre» (Dan. 7:18). eEadificaré mi Iglesia... y Tas puertas del in- fierno no prevalecerdn contra ella» (Mat. 16: 18, 19). Es judio el que lo es en Io interior, y la cit ccuncision es la que es del corazbn» (Rom. 2:28). £No todos los que descienden de Israel ‘son jsraclitas, ni por ser descondientes de Abra- ham son'todos hijos...; no los que son_hijos segéin la carne son hijos de Dios, sino los que son hijos segin la promesa» (Rom. 9:6-8. «Porque nosotros (los eristianos) somos la cir- ‘euncision...» (Fil. 3:3). Si el Reino no tiene que ser dejado a nin- ‘in otro pueblo, se deduce de ello que hay tun solo pueblo de Dios (no dos), el verdadero Tsrael de Dios, la Iatesta. 3) EI Reino obtendré ta victoria final. ‘Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Sefior y de Cristo, y él reinard por los siglos de los siglos» (Apo. 11:15) 4) EI Reino es eterno, 4¥ reinaré sobre la casa de Jacob para siem- pre; y de su Reino no habra fin» (Luc, 1:33). 4¥ pondré a la coja como remanente, y a la Gesearriada como nacién robusta; y’ Jehovd reinaré sobre ellos en el Monte de Sién desde ahora y para siempres (Miq. 4:7), Cf. Apoe. 22:85. Apocalipsis 22:35 se refiere a los cielos nuevos y In tierra nueva como. la consumacién perfecta del Reino de Dios. Este Reino de Dios fue ya vislumbrado cuando el Sefior habl6 a Moisés (Ex. 19:36). El anticipo de este texto de Exodo lo hallamos en la realidad actual que describe 1." Pedro 2:9, 10. "El eoncepta del pucblo de Dios como eresl sacer- docias, «pueblo pectliars, ete., se halla igualmente fen mulches textos del Nuevo ‘estamento (Tit. 2:14; Apoe. 5:9, 10). El nacimiento espiritual del Tstael de Dios en el Reino de Dios fue predicho por el profeta Bzecuiel 7:46), quien anuneié el método divino para la re- generacién: la Palabra y el Espiritu de Dios Juan 5:25 y, sobre todo, Juan 3:3, 8, 11). El resultado de la profecin de Ezequiel se nos da en 37:10, los huesos revivieron. La interpretacién amilenial ve el eumplt miento de ello en Hechos 2:41, 47; 5:14; 6:7, 11, 24, ete ‘Asf, cl Israel de Dios (Gél. 6:16) es levantado de In tumba del pecado y la muerte y colocado en la verdadera tierra de promisién, 1a Canaén celestial, de Ia cual la terrena era sélo tn tipo (Bf. 2:1, 5, 6). 3, Las fases del Reino de Dios. EI Seior ensefié a los judios que ol Reino de Dios habla legado y que estaba entre ellos; un Reino 58 invisible, espiritual, poderoso y real (Lue. 17:20, 21). Este Reino queda revelado on tres fases: 1) EL Reino de los cielos se ha acereado (Mat. 3:2 y ss). El Reino vino con el Rey. 2) El Reino vino con poder en Pentecostés, con cl derramamiento del Espiritu Santo (Mar. Luc, 24:49 y Heeb, 1:8). Cf. 14 Cor. 4:20. 3) EI Reino de Dios vendré con gloria en la se- ‘gunda venida de Cristo. En el presente, el Re hho es un misterio, pero también una fuerza spiritual poderosa; s6lo espera su plena ma- nifestacién en majestad. Cristo separa los tiempos con la medida del Reino: «La ley 1 los profetas eran hasta Juan: desde entonces el Reino de Dios es anunciado, ¥ todos se esfuerzan por entrar en él» (Luc. 16:16). Para un estudio més exienso del concepto Reino de Dios» remito a mi ensayo El Reino de Dios, su naturaleea, Ed. Certeza, Buenos Aires, 1972, y tam- Dién al capitulo VII de mi libro {Ha hablado Dios? (CEI proyecto de Dios: Su Reinos), Ed, Evangélicns Europeas, Barcelona, 1973. 4, Imfgenes babilénicas del lenguaje de Daniel, Sorprende —debiera sorprender a los eriticas— Ia familiaridad de Daniel eon las imagenes prevalecten- tes en la cultura babill6nica, si es que Daniel vivié sélo en época persa o griega, El lenguaje que emplea el autor en el capitulo 2 es otra evidencia del origen dabilénico del libra, Daniel escribié en los dias de Nabucodonosor y us6 siempre un idioma que fuera inteligible a aquellas gentes. 54 Por ejemplo, Daniel eché mano de los mitos babi- Jénieos para explicar los coneeptos que queria commu: near al pueblo. Asi, tenemos que, sestin las leyendas ealdeas, el dios Bulil, padre de Marduk, es atacado con piedras. Vence y'se le llaina «Piedra de la mon- taka victoriosa>. Marduk sustituye a Eulll y recibe el nombre de eefior de las tierras>. La imagen de Ia epiedra> evocaba sugerencias inmediatamente en ojos y ofdos babilénicos; pero Daniel se preocupa de precisar que la epiedra (mesiénica) fue cortada La egran Montaflas (v. 35) sugeriria a Nabucodo- nhosor que la supremacia que habia sido tomada de Eulil —dios sumerio— y olorgada a Marduk de Babi Tonia serfa devuelta Iuego de una sucesién de Impe- rios, cuando el Dios de los cielos, verdadero sefior de ia tierra también, apareceria para vindicar lo suyo. ‘Afiidase a esto la obsesién babilénica (ej. Babel) por las montafias que no tenfan ellos en las ilanuras ¥aue les evaba a edificar sustitutos artificiales Giggurats, jardines colgantes, ete.). Todo se hacia para luchar contra la monotonia del paisaje ano ¥ firido. La imagen del viento (v. 35) también era familiar 2 los babilonios. En su mitologia, el dios Marduk es ‘sefior del vientap. Hn la profeeia de Daniel aparece el verdadero Sefior del viento y Seftor de toda la tierra, No podia haber escogido Daniel un lenguaje més idéneo para explicar a un rey caldco las verdades del futuro reino mesiéinico. Nabucodonosor entendié segén Indica el versiculo 47.

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