- seen PAPE SATAN, PAPE SATAN ALEPPE
Agait BV)
oom #14
Publicado en el N° 4] (enero de
: t 1954)
Reproducido en Notas a caballo de un pais be crisis
WbastiraGe ai
TOTO
ACTUALIZACION. Lo tnico que cabe “actualizar” de este articulo es
lo referido a la conciencia de lo satanico en el mundo. El que suscribe,
cinéfilo impenitente, ha visto decenas de peliculas en las que aparece
Satands poderoso. Y en la mayor parte de los casos su poder excluye al
de Dios 0 es superior a él.
Una de las ultimas, £/ Abogado del Diablo, con Al Pacino haciendo
_ el papel de Lucifer, muestra a un siglo XX que le pertenece, segin propia
declaracién. Y tiene algunos errores teolégicos dignos de anilisis porque...
"por ah{ no son errores.
t En una escena el diablo entra én una Tglesia (lo cual era ya impensable
en cualquier obra literaria anterior) y mete un dedo en la pila de agua
_ bendita, que comienza a hervir. Qué lectura hay que hacer? En pura
ortodoxia, se trata de un error: seria el diablo el que se quemaria el dedo
-ynoel agua bendita la que experimentara ¢l pone de Satanas. Pero jy
si se lee como un simbolo de “la sal que no sala” y el agua que no ha
recibido su calidad de bendita por obra de curas que ya no creen bi el
y hacen sélo los gestos rituales Soe ii — i
embargo, la pelicula tiene algunas muestras ¢ ia
" ico, Me impresiond especialmente una escena e1
ie api hacen sefias al preteens y se de pron-
to, las ve como lo que son, espantosas criaturas del demonio.
23
103Esto lo dice Dios “habl:
land infinito?s
Libertad es tu hija y | M00 desde lo infinito”: “Ven: la «éngela»
Esta haci Ja y la mia. jEsta paternidad sublime nos enlaza!”.
‘aciendo falta una buena “Historia del diablo” escri
moderno y con algo de teologfa. El autor de Robinson Crusoe ex
wis ™ TUsOe @S-
cribié una no despreciable en el siglo XVIII; en el siglo XIX las obras
con ese titulo se multiplicaron —G. Roskoff Lecanu. Tandeh
, > 1, in,
nee panes Arturo Graaf; y después en nuestros tiempos Ro-
nee " es enson y George Bernanés imitaron egregiamente a
misiteke los grandes novelas: El Lord del Mundo y Bajo el sol
a Heat parte, los profesores de Teologia publicaron en Etudes
aes itaines un grueso volumen acerca del famoso, oscuro y com-
plicado personaje. Pero no basta. Borges, que empezé a escribir una
Historia Universal dela Infamia y no hizo mas que siete capitulos,
leyendo las enciclopedias de teologia protestante que tiene en su
biblioteca, podria escribir una aventajada “Historia del diablo”. Para
mi, el individuo es tema demasiado candente: lo tengo demasiado
cerca. (Entre paréntesis, no es “individuo”, sino toda una especie
en si mismo —segun los fildsofos.)
El diablo es el autor de la “mecanizacién” del mundo moderno;
y eso no por puro gusto de embromar, sino porque lo tiene en la
sangre; “le viene de natura”, como a Carmen Amaya la danza. El
diablo es el que quiere hacer vivir a toda criatura su propia existencia:
“vivir su vida” como dicen las huaynas de Buenos Aires. Victor
Hugo vio bien, que el diablo y Dios estan unidos en la paternidad,
porque el diablo ayudé a Dios en la creacién de lo terrestre.
Atencién, entendamonos bien, que aqui oigo un grito de “jmani-
queo!” que me ha lanzado el canénigo teologal.
Dios es el Creador, desde luego; Dios no puede comunicar a nin-
guna creatura el poder de crear ex-nihilo; ni siquiera puede servirse
de ninguna como instrumento para la instantanea operacion creativa
—demuestran sabiamente los canonigos teologales. Pero Dios creé
a Satan al mismo tiempo que el universo material, y en una miste-
riosa (para nosotros indescifrable) afinidad con ¢l. Greens emneie
simul”. “En el principio. creé Dios el cielo y la tierra”, dice Berehim:
el cielo es la creatura espiritual, la tierra con su firmamento, que
105El modo como el angel esté en la materia,
puede ni podra explicar claro, La comparaci
podemos excogitar es la disposicién del artista
no esta uinidoa ella materialmente, Por supuesto; pero lo esta “habi-
tudinalmente”. No ve solamente el marmol, la madera 0 los colores
como nosotros, sino que los “intuye”, los ve por dentro; como puede
usted cerciorarse, caro amigo, leyendo los dos excelentes libros de
filosofia del arte de Diego F, Pro: El escultor Lorenzo Dominguez
y Conversaciones con el pintor Bernareggi, editados por la Univer-
sidad de Tucuman, El escultor piensa en términos de volumen, masa,
proporcién y hueco, y no en silogismos como nosotros. El pintor
discurre (0 mejor dicho no discurre sino entiende) en términos de
cuadros, composicién, valores, tonos, luces y sombras. Por eso es
tan dificil (y no se lo aconsejo a nadie) 0 mejor dicho imposible
(imposible relativamente) discutir con un artista. El artista discurre
en cuadros vivos. Quiero decir que entre el artista y su materia —su
materia ideal, por decirlo asi— existe una afinidad natural intrinseca,
como si ella fuese una prolongacién de sus manos. Lugones me con-
t6 que en la concepcién de algunas de sus poesias, las rimas, lejos
de serle una dificultad, era /o primero que le aparecia: en los Ro-
mances de Rio Seco. No antes ni después, sino junto con la “idea”.
Dios “creé todas las cosas juntas”, dice la Escritura, y por cierto
a pares, “cosa contra cosa”: varén y mujer, cielo y tierra, natura y
gracia. Y, sin embargo, dice también la Escritura que las creé en
Sie-te etapas; y la mujer después del var6n. San Agustin concilia
estos dos lugares diciendo que Dios cred todo de una vez; mas puso
en el caos una fuerza de diferenciacion que desarrollé el Cosmos
en 6 etapas: la famosa “evolucion” de los modernos. Esa fuerza fue
Satan, el artista, que entonces no era todavia Satdn (que significa
“El Adversario”) sino Lucifero, que significa el “Portaluz”: puesto
que la Escritura dice que “estaba con Dios en el Principio de Sus
Caminos”: esos largos ¢ intrincados caminos que presintieron Cuvier
y Lamarck.
Dios es el autor; pero Lucifer, si no es el soplo, es el soplador.
Es el apuntador, él tiene el libreto. El chufla (0 digamos chifia) al
interior de la creacién el. mismo soplo que él recibié eae
de la boca divina —excepto en el-hombre= en el cual “Dios sopld’
€80 es lo que nadie
on mas cercana que
para con su materia:
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