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FANTASIA B_ HISTORIA Ricardo waits do_a_intervonir eon su_que- Cada vez que ol psicé: Sate, ves aie se bee tivo -grupal, organizacio- hacer profesional en un dnbito col nal o de otro alcance-, puede verificar que lo principal de su objeto no esté-ya~allf a 1a manera de lo tangible 0 dingrazable ituyendo o re-construyen- en algiin espacio, sino que se va con: ao con el discurrir del tiempo y del didlogo. se objeto, a su vez, es de contextura tenporal: trétase de una historia, © te. un entrelazaniento significativo de historias. bn entrelasaniento signi iToativo fe mors Froud -especialnente en Psicologia de les nasas y andlisis del zo. ee un lado, y en Totem y tabi y Hoisés y 1a religién mono- teista, por otro; pero también en otros textos!- expuso les fun- damentos de una concepeién psicoanalitica de ld Historia. Entre jos factores que determinen 01 curso de una historia (2a de nues tra civilizacién -Moisés- o la de 1a humanidad integra ~roten y tabé- y las més restringidas de una organizacién -Psicologia de las masas- 0, podemos deducir, de un grupo dado), ubica una se cuencia de transformaciones de la "estructura"? constituida por los enlaces fantasnéticos reciprocos. Dicha secuencia obedece a rigurosa 1égica interna. pigurosa Je aCe cwerues El enfoque freudiano converge asi con otros esfuerzos teéricos encaminados a discernir lo mis aproximado a un modelo goneral del curso de procescs histéricos colectivos desie una perspecti- va sélo0 psaicosocial. sta perspectiva puede, o no (segin la ide- ologia de quien piense sobre un capo histérico), reconocer el poder de otres dimensiones de influencia o determinacién operan- tes en dicho campo, y puede,o no, asinismo, dar lugar al azar, oupaz de interrumpir o de trastornur las secuoncias provistas. Escaneado con CamScanner Ben Pero, cualquiera sea cl sesgo que la caracterice, ella subraya la existencia de ulin 1égalidad propia del desenvolvimiento -(hist6rico) de procesos estrictanente psicoscciales, vale de- cir, procesos que devendrfan, para un conjunto bumano casual 0 Lrivcesariamente congertado, del mero interactuer, comunicarse, convivir durante un lapso de tichpo mds o“menos prolongados Esta mirada tuvo su precursor en Giambattista Vico, adelanta~ do también en cuanto a producir una erftica superadora de la concepeién cartesiana del conocimiento., £1 pensador napolitano propone, a comenzos“del siglo xVIIIS, una visién de Ja Histo- ria que recofoce lugar capital a los requerimientos del_pensar” fantasmético* de quienes la producen y soportan y que discierne 5. una"Légica" de las transformaciones con-secuente: Como sugiere sagazuente Andrea Sorrentino® (y. la cuestién atafie en,la actualidad especialmente .a-los psicédlogos),, seme jan te concepoién debié ser inspirade por el.trabajo asiduo so- bre una materia discursivo-narrativa. Vico, profesor de,Retéri~ oa,* fue.adiestrandose: por,e1I8 en la penetracién de la estructu ra de historias literarias, con toda su diversidad de reitera- dos argumentos.& la vez, su interés por la jurisprudencia lo -puso en contacto con ese espacio ideal de les Lgyes, donde que- dan cristalizadas las argumentaciones’ a través de las cuales “han intentado dirinir discursivanente sus conflictos internos las sociedades de los distintos tiempos histéricos. En la actualigad, y también en razén de una préctica, de su _ctrabajojcotidiano, el psicélogo, que algo hereda del antiguo : ee ee rhetor®, tiene ocasién de acceder al.discernimiento de formas peter”, tere oe eEEEEESEEEOAOTETEO genorales de historias, individuales ycolectivas, cuyo para~ @igma es el Edipo, con variantes tipicas. ‘Bin duda, 01 salto desde las historias a, la Historia (ése al Escaneado con CamScanner * Sen que se atrevieron Vico o Freud) es riesgoso y el psieédlogo cli- ue_se atrevieron Vico o Froud) es rlesgoso y ¢) PSTCD{0G0 " nie, muy consciente de ello, suele creer que es posible evitar to, considerando erréneamente que una _ estructuracién fantasmti ca puede ser ontendida a través de 1a reconstruceién de_lo_sin- @ gular de una historia individual, sin atender al contexto cultus” ral? colectivo ni a 1a historia de éste. Bn'ese error.no puede inourrir, on cambio, © psicdlogo que tenga alguna prdctica con grupos u organizaciores. Ocurre que en esos campos, con mayor nitidez que en la clinica indi- -evidual, fantasfas_que subyacen_a_miltiples historias que son na -Fradas 0 puestas en escena.o en accién all{, en esos dmbitos oo lectivos, nos revelan un.cardcter_comtins, 5e_hace forzoso asi econocer la vigencia de matrices cultura 10 8, 1deo-1dgicas, que argumenten de saneras t{picas los mundos Bubjetivos, 0020 1 como productos histéricos, coetdéneos o sucesivos, “ge determinados procesos de fantasnatizacién’) Puede Puede llegar _a discerni: se, también, que hay un eslabonanien- j to babhinel de configuraciones en estos procesos, a_lo largo de Jo que =quizés por eso misno, en parte- son diversas historias colectivas. Si pudiéramos estudiarlo con acentuada autononia de las otras fuerzas que inciden significativamente en un campo : histérico, 1a percepcién o 1a experiencia de dicho eslabonamien to daria més claro acceso, por supuesto, a la induccién de la ley de transformaciones especifica que lo rige. Se trata de un __ estado de cosas aiffeil de hallar, pero algo as{ logramos produ cir en algunos grupos ad hoc, como lo son los terapéuticos!2, Y¥, sobre todo, aquellos otros cuyo objetivo casi paradojal con~ * sisté en construir una’ reflexién sobre 01 mismo proceso grupal que se va dando, o haciendo. La_secuencia esperaple que psicdlogos 0 psicoanalistas empeza S a Escaneado con CamScanner 4ew mos a discernir as{ en procesos histéricos colectivos t: tiene co- mo eje ya ha quededo augerido- la sorie de transformaciones de <—wer: oe SS Ja fantasfa que Freud denominé, en Psicologia do las masas ¥ andlisis del yo, "estructura _Upidinosa”, ticcién (o tiusién estructu: 6) * dela que depende 1a gxistencla mioia de 1a colectividad en © ynas plano_psicosocial protundo (no en el meramonte observable, ya que Je compuisién externa puede determiner su subsistencia). La Gonvergencia libidinosa en una persona caracteriza a dicha "es~ convergencia libidinosa en uné poo tructura". Pod concediria, ya instaurada, como e1 primer mo mento de una serie de transformaciones, que es lo mismo que de~ cir "serie histérica". Sin embargo, debe con! te al menos, un momento anterior, equiparable a1 cero en la so~ rie de los nimeros. Antes de producizse la conversién’# a le unidad colectiva, prevalece un estado al que te cuadra (a poste "; Jos efectos de lo que Freud de elias diferencias" ()no estén con nomina "narcisismo de las pec trarrestados todavia por la (nueva) plasmacién idepl unificado- Tae e proceso histérico colectivo. Su_primer movimiento va en e]_sen- tido de producir e1 equivalel iginario", que Freud argumenté en Totem y tabi. La ambivalencia generada por el monopolio de 1a capacidad de representa valor 1ibidi~ nailé determina el empuje de la historia grupal (0. colectiva ‘en general) hacia ese primer desenlace, que debe ser llamado, por antonomasia, "trégico" 17. Si_es brusco, surge el pdnicol® y la disolucién del grupo (vuelta a_a-versién). Si, en cambio, duran te un periodo mis 0 b-vorsién, se fueron abo- 19 .Rando_sontimientos de solidaridad entre los subyugad » podrd Austituirse acaso la "alianza fraterna 20, su alternativa, o antagonismo implicito, siempre presente como auenaza para la Escaneado con CamScanner Se unided colectiva, seré la guerra fraterna, o sea fratricida. Como Freud sostuvo en Moisés y 1a religién monoteista, — Verificarse que le primitiva forma de convergencia libidina} hace presién por reinstaurarse, lo mismo que sus inevitables consecuencias, sucediéndose asf aquellos uovimientos que-no hay mejor manera de describir que con la expresién de Yico: "eorsie zicorsi” de la historia. Se van generando con ello -productos institucionales (y culturales) cada vez més comple- oial esté siempre latente, ya sea como resultado de_un desmenu_ zamiento_por_la_multiplicacién de controversias 0 antagonisnos _que separen a cuantos adversariog puedan allf_constituizge ("guerra de todos contra todos" -Hobbes-), ya por brusco_colap so generador de pénico. Zn la medida, en_que_el proseso continge, quederén condeasados o yuxtapuostos on aguo- proeeso_e0 edarén condensado llos productos, transaccionales, los resultados de momentos su Er ooeeeee_ — eee cesivos anteriores (as{ "transversalmente" imbr peat vos jantertoree ‘Sransversalmente” dos)_de esa \ historia, A lo largo de-ella, las alianzas y las guerras fra- historia, A lo largo de-ella, las alianzes y las guerras fre ternas y las reconvergencias en figuras unificadoras habrén Ado _mareando sucesivos progresos hacia un punto capacidad de representar valor libidinal esté repartida hasta Ql. limite de le "diversidad conjunta" allf posible.2l_. “ Una Ultima observacién atinente a la clasificacién de las cienoias: seiiala Freud en una de sus "Nuevas lecciones" (1932), la llamada "Sobre una 'visién del mundo’, que, a su juicio, 0 hay nds que dos ciencias: la Psicologfa, pura y aplicada, y la Historia Natural. Puede uno preguntarse, a partir de consi- ‘deraciones como las precedentes, si no serfa més correcto con= cebit esas dos ciencias como Historia Natural © Historia Huma~ naj. eespectivarente. Apréciase con ello, otra vez, la gran ~a= gacidad viguiana, pues a la vislumbre do esta Gltima disoipli- Escaneado con CamScanner 6e2 na, donde Historia, Psicologia y Ciencias de la Sociedad y la Cultura podrian eventualmente confluir,' no le cabrfa ~aun hoy= mejor nombre que Ciencia Nueva. i, NOTas 1. Entre esos textos hay que destacar "Introducoién del narci- . sismo" (esp. apud finem), "E1 malestar en la cultura", "Consi- deraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte", 61 bre- "de visimo ensayo " Grande es Diana Efesial" y la "Leccié: 1932.titulada "Sobre una’ Weltanschauung". 2 2. asf, “estructure libidinosa", denomina Freud a la "ficcién, ilusién” o -en otras palabras- fantdsfa, fundamental para-la constitucién de colectividades cohesivas. Zs una de las raras ocasiones en que Freud utiliza el término “estructura” (Struk- tz). 3. Id versién definitiva”de la obra fundamental de Vico, Prin~ eipii de una Scienza Nuova, data de 1744, pero la primera re~ dacoién publicata es’ de 1725.'Cf. ed. italiana a cargo de Faus to Nicolini, Turin, Einaudi, 1976; en castellanc, ed. Aguilar, Bs. As.,~1956. Sobre Vico, adem&s de su Autobiografia, Bs. As., Austral, 1948, puede verse: Isaiah Berlin, Vico and Korder: two Studies in the History of Ideas, Londres, Hcgarth Press, 1976 (ef. e1 primero de los dos “estudios" contenidos en la obra, dedicado a "las ideas filoséficas de Gianbattista Vico"), Acerca de 1a vigencia muy actual del pensamiento de Vico, véa~ se: G. Tagliacozz0, M, Mooney y D. Verene (eds.), Vico and Contemporary Thought, Londres, liacntlian, 1980. 4. Cf. R. Malfé, "Lugares de la fantasmatizacién", Actas del Segundo Congreso Ketropolitano de Psicologfa, Buonos Aires, Escaneado con CamScanner en A.P.BeA., 1983, 5. Cf. Hayden My ihite, "The tropics of History. The deep struc G. Tagliacozzo y D.-Verene (eds), ture of the New Science", o1 Giambattista Vioo's Science of Humanity, Baltimore, The John Hopkins Univ. Press, 1976. 6. A. Sorrentino, La Retérica y la Poética de Vico, Buenos ai- res, Ed, Claridad, 1948, Kichael Mooney, on "The primacy of language in Vied, in: Tagliacozzo G., et al (eds.), Op. cit, : reivindica -con justicia- esta obra que, segin é1, ha sido "much neglected”. Paracernir mejor el nfcleo seméntico al que aqui se apunta, comin "argiimonto"!y "argumentacién", ‘habria”que resoatar de las rafces neolatinas ‘una variante similar a la del portugués argdigdo: opogicién arguida, que tiene un matiz cercano al del inglés actual, argument. 8, También podrfa decirse, a la inversa, que algunos rhetores y sofistas, por trabajar sobre le eficacia y las celadas del discurso y por la preocupacién erftica que demostraron acerca de cuestiones ético-polfticas, fueron preoursores de algunas de las vertientes'de la prdéctica que puede hoy intentar ol psicé- Jogo; es partioularmente interesante, en este sentido, la figu- rade Antifén. (Cf. Rodolfo Mondolfo, La comprensidn del suje- to humano en 1a cultura ‘antigua, Bs. as:, Eudeba, 1978, pég. 1063) 9..0f. R, Malfé, "Pertinencia y actualidad de 1a nocién de ‘oultura’ para 1a Psicologfa Institucional", Actualidad Psico~ : Para | q a Agtualidad patos: égica, Bs, As,, abril de 1986. Valga como ejemplo de aquella is cotidiana entre desatenoién: para la préctica clinica « nosotros, no es muy frecuente destacur lo imprescindible que resulta una conceptualizacién del sesgo particular de Edipo Escaneado con CamScanner 8 que caracteriza a la tradicién cultural cutélica. Freud dejé el tema abierto hacia ol final de su dltim, gran obra, Moisés Lia religién moncteista. Es importante destacar que el osla~ bén argumentativo inicial de exe texto est& constituido, pre- eisamente, por una extrapolacién de las historias que, en su préotica cotidiana, escuchaba Freud (historias ds neuréticos, para el cago Ja "novela familiar del neurético") a la Hi. Eig, a fin de descifrar y reinterpretar la leyenda del origen de'Moisés. (Otra singular coincidencia en las trayectorias és- pirituales de'Vico y Freud lo constituye ol hecho de que an- as estuvieron signadas por el intento de reubicar 1a ideniti- dad de un "gran antepasado cultural", Moisés para Freud, Home-., TO para Vico -yéase 1 libro III de la Scienza Nugva en lo que concierne a la."scoperta del vero Omero"~) 10, cr, Michel Tort, £1 psicoandlists ene] materialismo his~"” térico, Buenos Aires, Noé, 1972. li. Of. R. Mal?é, "Lugares de la fantasmatizaciéa", Op. cit. 12, Precisamente, lo que afecta, ami juicio, la tertilidad del enfoque de W. Bion de los grupos terapéuticos psicoanal{- ticos (Experiences in groups, Londres, Tavistock, 1952) es la @ebilidad o ausencia de un punto de vista diacrénico, tan ca- racterfsticasde la tradicién empirista siempre vigente en In- Glaterra como 1o son -por otra parte- del racionalismo estruc- turalista de otros autores, especialmente franceses, mis re- cdentes. También se echan de menos on Bion los términos que nos permitan conectar sus muy agudes doscripoiones con la tra= dicién conceptual del psicoanélisis: por ejemplo, no deja de ser desconcortante “que aquellos que ol autor denomina "supues~ tos bésicos" (basic assumptions) en ningéin momento sean consi- derados explfoitamente como fantasias, que el “supuesto ddsico de dependencia” no sea propuesto como sinénimo de "estructura Escaneado con CamScanner Libiainosa", ete. 13. Cf. 3. Freud, "Psicologfa de las masas y andlisis del yo", Obras completas, Biblioteca Nueva, t. I, Madrid, 1948. 14, Zs interesante la comparacién entre la conversién a un sis= nversién histérica. Remite a la simi- tema de creencias y 1a col @ caen bajo e1 rubro de litud entre todos aquellos fenémenos qu la fascinacién (identificacién histérica, hipnosis, enamora~ miento, sujecién a un lider); a ellos, en conjunto, dedica su andlisis Freud en Psicologia de las masas y anélisis del Jo 15, Cf. S. Freud, "Sobre una visidn del mundo", en Nuevas Apor~ taciones al _psicoandlisis, Obras Completas, T. II, Biblioteca Nueva, 1948. Goux, Economie et Symbolique, Faris, Souil, 1975. 17. En Totem y tabd, sugiere Freud que el origen de la tragedia {etim. "tragéa", macho cabrio) estd en un saerificio ritual, con el que se repite, sobre e1 animal sagrado -y maldito-, e1 16. Cf. Je “parricidio primordial". 16. Cf, R. Malfé, "Sobresalto, rénico y angustia colectiva" ‘Imago 7 (Fobias), Buenos Aires, Letra Viva, 1979. 19. Estos sentimientos son, para Freud, de indole homosexual, como se desprende, en contextos distintos pero coordinables, de Totem y tabi y de Psicologfa de las masas y andlisis del yo« Fuede ser quo, en Gltimo término, esta vertionte de Eros cons~ tituya el fundamento de toda institucidén solidaria, lo que es patente, en.el plano del discurso religioso, en las versiones que David y Cristo’dan de la tradicién monoteista, en las que se atenda, inclusive, la hostilidad para con ei distinto, con ol ajeno, con el enamigo. Escaneado con CamScanner

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