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La corroboracion. 247 sién va mas alla de lo que esta dado en las premisas»?. Asi pues, no se gana nada con sustituir la palabra «verdadero» por «probable», ni la palabra «falso» por «improbable». Sdlo si se tiene en cuenta la asimetria entre verificacion y falsacién —la asimetria que procede de la relacién ldgica existente entre las teorias y los enunciados basi- cos— es posible evitar las celadas del problema de la induccién. Los creyentes en la légica de la probabilidad pueden tratar de frustrar mis criticas afirmando que provienen de una mentalidad cata- da al marco de la ldgica clasican, e incapaz —por tanto— de seguir los métodos de razonar que se emplean en la légica probabilitaria: admito, desde luego, que soy incapaz de seguir tales métodos. 82. Teoria rosrtiva DE LA CORROBORACION: COMO PUEDE «DEMOS- TRAR SU TEMPLE» UNA HIPOTESIS &No podran volverse, quiza, contra mi propia tesis las objeciones que acabo de plantear a la teoria probabilitaria de la induccién? Po- dria muy bien ocurrir que asi fuera, ya que estan basadas en la idea de una evaluacién: y —sin duda— t mgo que emplear yo también esta idea. Yo hablo de la obo in»-de-una yyésta sdlo vyyés puede. expresa ste bién yo mantengo que de afirmarse que las hipétesis sean enun- ciados «verdaderos», sino solamente «conjeturas provisionales» (0 algo semejante): tesis que también puede sélo expresarse en forma de evaluacién de las hipétesis. . Es facil responder a la segunda parte de esta objecién. La eva- luacién de hipotesis que, ciertamente, me veo obligado a emplear, y que las describe como «conjeturas provisionales» (0 algo analogo), tiene el estatuto de una tautologia: por tanto, no da lugar a difi- cultades del tipo originado por la légica inductiva. Y ello porque tal descripcién solamente parafrasea o interpreta la asercion (a la que por definicién es equivalente) de que los enunciados estrictamente universales —esto es, las teorias— no pueden deducirse de enuncia- dos singulares. La situacién es parecida en lo que respecta a la primera parte de Hermans, Gesetze und Elemente des wissenschaftlichere,Denkens (1890, 1894), paginas 290 y sig.; *3.* ed., 1915, pag. 272. El argumento de Heymans habia sido expuesto con anterioridad por Hume en un folleto andnimo, An Abstract of a Book lately published entitled a Treatise of Human Nature, 1740. Apenas me caben dudas de que Heymans no conocia este opusculo, que fue descubierto y atribuido a Hume por J. M. Keynes y P. Sraffa, y publicado por estos autores en 1938. Tampoco yo sabia nada acerca de los anticipaciones de Hume y de Heymans de mis argumentos ccntra la teoria probabilistica de Ja induccién, cuando Presenté éstos en 193], en un libro anterior —no publicado atin— que fue leido por varios miembros del Circulo de Viena. El hecho de que Hume se habia adelantado al pasaje de Heymans que cito me ha sido sefialado por J. 0. Wispom; cf. sus Foundations of Inference in Natural Science, 1952, pag. 218. Citamos el pasaje de Hume més abajo, en el apéadice *VII, texto correspondiente a la nota 6, 248 La légica de la investigacion cientifica la objecién, que se refiere a las evaluaciones que enuncian que una teoria esta corroborada. La evaluacion corroborante no es una hipo- tesis, sino que puede deducirse en cuanto se nos den la teoria y los enunciados basicos aceptados: aquella evaluacién afirma el hecho de que estos enunciados no contradicen a la teoria. y su afirmacion tiene debidamente en cuenta el grado de contrastabilidad de ésta y la du- reza de las contrastaciones a que se la ha sometido —hasta un mo- mento determinado. Decimos que una teoria esta «corroborada» mientras sale indemne de dichas contrastaciones. La evaluacién que afirma la corroboracién (esto es, la evaluacién corroboradora) establece ciertas relaciones fun- damentales, a saber, la compatibilidad y la incompatibilidad. Con- sideramos a esta ultima como equivalente a falsacién de la teoria; pero la compatibilidad por si sola no puede hacer que atribuyamos un grado positivo de corroboracién.a aquélla: el mero hecho de que una teoria no haya sido falsada aun no puede considerarse suficiente, como es claro; pues no hay nada mas facil que construir una canti- dad cualquiera de sistemas teéricos que sean compatibles con un con- junto dado de enunciados basicos aceptados (y esta observacién es aplicable, asimismo, a todos los sistemas «metafisicos» ). Podria sugerirse tal vez que deberia concedersé un grado positi- vo-de corroboracién a una teoria si es compatible con el sistema de los enunciados basicos aceptados y si, ademas de esto, cabe deducir de ella parte de dicho sistema. O bien —si se considera que los enun- ciados basicos no son deductibles de un sistema puramente tedrico (aun cuando sus negaciones si pueden serlo)— podria sugerirse que se adoptara la regla siguiente: ha de concederse a una teoria un grado positivo de corroboracién si es compatible con les enunciados basicos aceptados y si, ademas, una subclase no vacia de estos ultimos es deductible de la teoria en conyuncién con los demas enunciados ba- sicos aceptados **. - ee * La definicién provisional de «corroborado positivamentes que doy aqui (y que rechazo por insuficiente en el siguiente pérrafo del texto, ya que no se refiere expli- citamente a los resultados de contrastaciones exigentes, esto es, de tentativas de refu- tacién) tiene interés al menos en dos sentidos. En primer lugar, guarda una relacion muy estrecha con mi criterio de demareacién, especialmente con la formulacién de éste a que se refiere la nota *1 del apartado 21: en realidad, estan de absoluts acuerdo, Ia restriccién a enunciados bésicos aceptados que forma parte de la pre- én; ésta se convierte, pues, en mi criterio de demarcacién si omitimos la restriccién citada. En segundo término, si en lugar de omitir lo que bemos dicho restringimos sin mas Ia clase de los enunciados basicos aceptados deducidos —pidiendo que se acepten como resultado de tentativas sinceras de refutar la teoria—, entonces [egamos a una definicién adecuada de «corroborado positivamentes (aunque no, desde Inego, de «gra- do de corroberacién»): en el texto que sigue inmediatamente esta implicito el argu- mento en que se apoya esta aseveracion. Y, ademas, los enunciados basicos aceptados de esta forma pueden designarse por cenunciados corroboradores» de la teoria. Debe advertirse que no es posible describir de un modo suficiente los «enunciados ejemplificadoress (esto es, los enunciados bisicos negados: véase el apartado 28) di- ciendo que son enunciados corroboradores o confirmadores de la teoria de la que La corroboracién 249 rias que hacer a esta ultima formulacién, salvo que me parece insuficiente para caracterizar edocusdeneo ts el grado positivo de corroboracion de una teoria. Pues queremos decir que unas teorias estan mejor o peor corroboradas; ahora bien, su grado de corroboracion, sin duda alguna, no puede establecerse sin mas que contar el numero de casos corroboradores (0 sea, el de enun- ciados basicos aceptados que sean deductibles del modo indicado): pues puede ocurrir que una teoria resulte estar mucho peor corrobo- rada que otra, aun cuando hayamos deducido muchisimos enunciados basicos con ia primera y sélo unos pocos con la segunda. Como ejem- plo podemos comparar las hipétesis «todos los cueryos son negros» y «la carga del electrén tiene el valor determinado por Millikan» (que habiamos mencionado en el apartado 37): aunque ¢s de presu- mir que hayamos encontrado muchos mas enunciados basicos corrobo- radores de la primera hipotesis, juzgamos que la hipdtesis de Millikan es la mejor corroborada de las dos. .. Esto hace ver que lo que determina el grado de corroboracién no es tanto el mimero de casos corroboradores cuanto Ja dureza de las diversas contrastaciones a las que puede someterse —o se ha someti- do— la hipétesis en cuestién. Pero dicha dureza depende, a su vez, del grado de contrastabilidad, y, por tanto, de la sencillez de la hi- pétesis: la que es falsable en un grado mas alto —o sea, la hipétesis mas sencilla— es también la corroborable en grado mas elevado *. Como es natural, el grado de corroboracién aleanzado de hecho no depende solamente del de falsabilidad: un enunciado que sea falsa- ble en gran medida puede estar corroborado sdlo muy ligeramente, e incluso puede estar falsado en realidad; y quizi —sin que se le haya falsado— pueda estar superado por una teoria mejor contras- table, de la cual podria deducirsele —u otro enunciado suficiente- mente aproximado a él— (y, en este caso, su grado de corroboracién disminuiria ). Del mismo modo que el grado de falsabilidad, el de corrobora- cién de dos enunciados puede no ser comparable en todos los casos: no podemos definir un grado de corroboracién calculable numérica- mente, sino sdlo hablar aproximadamente de grados positivos o nega- tivos de corroboracién, etc.*?. Pero podemos asentar varias reglas: No tengo objeciones se ofrecen ejemplos, debido al hecho de que sabemos que toda iver: cata jem- plijicada casi en todas partes, tal como’ se ha indieede en la wea tT Gel agartade 28 (véanse. esimismo, la nota *5 del rtado 80 y el texto correspondiente). * be: Este es otro punto en que mi nocién de la sencillez y la de Weyl estan de acuer- : cf. la nota 7 del apartado 42. * Acuerdo que es consecuencia de la tesis —debida Fl Jeffreys, Wrinch y Weyl (ef. la nota 7 del apartado 42)— de que cabe emplear la parvedad en pardmetros de una funcién como medida de su sencillez, en conyuncion con Ia tesis mia (cf. los apartados 38 y sigs.) de que dicha parvedad puede utili- "arse como medida de la contrastabilidad o improbabilidad —tesis rechazada por los autores pencionsdaa—, (Véanse también las notas *1] y *2 del apartado 43). rm ; que aqui digo me parece exacto en lo que se refiere a la aplicacin pré Le ie era ees pero ahora pienso que cabe definir el agrado de corrobors. 1» de tal modo que podamos comparar varios entre si (por ejemplo, los de las teorias gravitatorias de Newton y do Einstein). Ademés, esta definicién hace posible

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