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Salvador Cabral HISTORIA Y CULTURA OO es Capitulo II LA CULTURA DE LOS GUARANIES La historia tradicional de un pueblo es importante porque forma parte del pensamiento de los hombres vivos, y, en conseeuencia, de la vida social que puede observar directamente el antropélogo. Eduard Evan Evans Pritchard La historia es el mecanismo por el cual una sociedad se descubre asi misma como lo que es Louis Dumont Hablar de antropologia o de historia solo serta un abuso de lenguaje. Por encima de los compartimentos fetiches y de las divisiones arbi- trarias de las ciencias humanas, se trata de una ciencia del hombre que se dedique verdaderamente a explicar la historia, es decir, a reconstruir de nuevo. A poner el pasado en futuro, es decir, a situar de nuevo la historia en lo posible. Maurice Godelier De la lucha que el hombre lleva por apoderarse, raciona- lizar y dominar la naturaleza, nace la cultura. Es el resultado de la sintesis milenaria entre la naturaleza y el hombre. Se manifiesta, en tanto, en todo lo que el hombre produce en esa lucha, desde las instituciones, en un sentido sociolégico, hasta en las més diversas y variadas formas de pensamiento. En el largo camino del mito a la ciencia y, fundamentalmen- Lovancauy vn C 76 SALVADOR CABRAL te, en todos los aspectos materiales —del mas rtistico al més delicado— que el hombre le arranca a la naturaleza en |g lu cha mencionada. Implica, por lo tanto, todas las conductas socialmente aprendidas y no heredadas, que en ese conflicto milenario va siendo la caracteristica de cada comunidad, en Su invencién colectiva para defenderse y subsistir. Por €s0, y hasta cierto punto, dijimos que la naturaleza, puede ser opues- to a la cultura, en la medida en que la cultura, pertenece a la esfera de la creatividad y el designio humano: /a naturaleza es inhumana, en la medida en que, ser humano, implica establecer objetivos y estdndares ideales; la naturaleza no tiene significado en la medida que otorgar significado es un acto de la voluntad ly de constitucién de la libertad; la naturaleza es determinada en la medida en que la libertad consiste en superar la determinacién!, Pero la naturaleza es también, aunque pasivo, un concepto cultural. Porque designa un componente imposible de eli- minar de la experiencia humana en su totalidad, desafiando permanentemente la voluntad y el poder de racionalidad del hombre por vencerla y dominarla. Por eso mismo, el pri- mer cardcter de cualquier cultura, que ya no sea considerada muerta, es su dinamismo permanente. No esta de mis, para seguir adelante, y dado el cardcter del presente trabajo, dejar aclarada la total diferencia del con- cepto Cultura que empleamos en el presente anilisis, con el vocablo comtin de la palabra culto. Mas para los no familia- rizados con un sentido antropologico, la aplicacién del concepto 1 BAUMAN, Zygmunt. Para una sociologia critica, p. 6. Teadue. En que Burelman. Marymar, Buenos Aires, 1977- Lovaricauy vv LOS GUARANIES. HISTORIA Y CULTURA 7 cultura a una azada 0 a una receta de reajuste de pensamiento2. Es que la idea comtin 0 cultura, cocina necesita algin vulgar que poseemos del concepto responde més a la culturizacién escolar de nosotros mismos. En ese sentido al manejo de algunos aspectos eleva- dos 0 especificos de la civilizacién en que estamos insertos. Nada de eso tiene que ver con el concepto cientifico de cultu- ra, Teniendo en cuenta esta aclaracién, un hombre denomi- nado culto, en un sentido vulgar, no es mas que un fragmento acumulado de toda una cultura. Es, por lo tanto, cultura, todo lo que es creado por el hom- bre; desde la economia més simple al rito teligioso mas san- griento; de la aplicacién medicinal de un simple arbusto, al canto; también la musica y la leyenda; la flecha y el fuego; el dominio precario del agua y el concepto del tiempo; la caza, el sembrado y la pesca; la lengua y el ritmo. Todos estos con- ceptos son expresiones y partes de una cultura, Si concluimos que la cultura no consiste en estos actos 0 artefactos mencionados, pero que se manifiesta en ellos, en ese sentido, resulta indiscutible que los guaranjes posefan una diversa, rica y contradictoria cultura. Las fuentes de una cultura Es posible estudiar una cultura del pasado? O mis especi- ficamente, cémo incorporar a la historia los diversos aspectos 2 HERSKOVITS, Melville Jean. El hombre sus obras. Fondo de Cultura Econémica, México, 1952. Lovaricauyv vun C LOS GUARANIES, HISTORIA Y CULTURA 79 los relatos de los mestizos de sangre, o las crénicas de estos mismos, hechas en su lengua o en castellano, con caracteres latinos. No olvidemos que los hijos de Irala, eran también hi- jos de Leonor Mékyrasé, una princesa india, cuya genealogia se perdia en la entrafia antigua de la selva?. Contamos también con fuentes espafiolas. Porque a pe- sar de lo valiosisima que son aquellas fuentes indias, poca y limitada serfa la informaci n que se obtendria, para recons- truir la totalidad de una cultura en un momento dado de su historia, si solamente contéramos con fuentes indigenas. Por suerte para la historia, aunque la tnica general de la época de la conquista carecia de espiritu cientifico, muchos espaiioles nos dejaron obras interesantes acerca de los guaranies. A su modo, y a través de la anteojera que le condiciona la propia cultura europea, los espafioles nos brindaron una imagen viva y hasta descarnada del mundo que intentaron retratar. Y a veces entre lineas, a veces directamente, se han podido salvar del olvido innumerables y preciosas noticias, que también se mantenfan vivas en la tradicién india de cada regién guara- nitica. Pero no sélo alli se agotan las fuentes que nos introducen ala dimensién cultural guaranf. Si sélo con lo mencionado se contara, nos pareceria, en verdad, que nos estamos refiriendo aun mundo fantastico y lejano, desaparecido para siempre En la historia de la América Hispana tenemos muchos casos como ese. Uno de los clisicos y més conocidos es el Inca Garcilazo de la Vega. Ya sea en sus Comentarios Reales o en su Historia General del Perit, uno puede observar, claramente, que en varios de sus capitulos, la verdadera fuente histrica es su propia madre, princesa Inca, perteneciente a la genealogia de los creadores del Imperio. También nuestro cronista Ruy Diaz de Guzmin era nieto de Leonor Makrasé, la mujer de Irala. ————rsvaneauy con C ta SALVADOR CABRAL en el fondo del pasado. No es asi, sin embargo. Contamos también con las fuentes arqueoldgicas etnoldgicas. Nos quedan, segtin los tiempos distintos, restos de edifi- cios con la muda elocuencia de las piedras y urnas funerarias, la cerdmica y los tejidos, restos de un hacha y una piedra calada para un arma‘, Pero hay mas todavia: en distintos rin- cones de la vieja América guaranitica se conservan muchas veces, en su antigua pureza, contingentes indigenas. Y ellos guardan, como su mayor riqueza, en primer lugar, su lengua, que es lo tiltimo que entregan los pueblos sometidos. Y ade- mas, sus tradiciones y costumbres, el concepto del hombre y de la vida, y hasta sus creencias, supersticiones y ritos?. Con todas esas fuentes nos adentramos en la historia y la cultura guaranitica. © Dice el antropdlogo social EE, Evans Pritchard, refiiéndose al punto impreci que en el buen sentido, se unen la historia y la antropologia: Espero, aun ma demaiae opinimo, veel dicen gue wna caret deanrepoigig eee es oh alg taba de campo cosierde come Wn cdo no come un fn nde pueda ser aceptada como parte vdlida oe fb SUEY M birerlaaisr. he, a de Anvropoogi Social, Cap. “Ancopologa ¢ Histor’, p, 55) pana” ER Ena Econémica, México, 1962, El presente abajo de historia soep W® &© Cultura fuentes varios testimonios y trabajos de campo de modems antro prays como 5 De cémo hay culturas que conservan aus creencias y mitos nos qa ES logos, cuente el reciente libro Fl canto resplandeciente, Plegatia de Io, a ‘4 Prueba elo- Misiones. RAMOS, Lorenzo, RAM Oe MARTINEZ. M4 *guarani de Prblogo y noras de MARTINEZ GAMBA, Carlos. Bibliorea ge croTt®: Compil iniversidad Nacional de Misiones, puget!" Popular, Producciones grificas. U or A Lovancauy cull C LOS GUARANIES. HISTORIA Y CULTURA 81 Diversidad y unidad cultural guaran‘ Desparramados por la mayor parte de la América del Sur, desde el Rio de la Plata al Orinoco, se extiende el 4rea de in- fluencia y civilizacién guarani®, Pero esa cultura no es, ni fue uniforme, ni pareja. Podriamos decir que su primera caracte- ristica —mirada desde afuera-, a través de los cronistas, es su singular diversidad. El idioma y el aire de familia los unifica sin embargo’. Otras expresiones culturales, como la cerami- ca, hablan también de un parentesco®. A veces, varias tribus, o naciones, como se Dice Canals Frau: La familia lingitistica tupt-guarani es una de las mds importantes y extendidas de América. Se halla diseminada a través de una enorme, aunque disconti- nua extension de territorio sudamericano gue va desde el rio Amazonas, al norte, hasta el de la Plata en el sur. En Las poblaciones indigenas de la Argentina. Su origen-su pasado-su presente. Cap. I: “Los guaranies’. pp. 335 y sgtes., Sudamericana, Bue- nos Aires, 1953. 7 Dice al respecto la antropéloga Betty J. Meggers: En ef mosaico de idiomas que se hablan en tierras bajas, dominan tres géneros: tupt-guarani, arawak y Caribe. El andlisis comparativo detallado y el estudio léxico estadistico de los dos primeros, reali- zados por diferentes investigadores, han proporcionado reconstrucciones notablemente similares. Ambos géneros tienen asignado un mismo lugar de origen, en el Sudoeste de “Amazonia; los dos tienen una familia que se difundié ampliamente en las tierras bajas orientales; y se estima que estas dos migraciones ocurrieron alrededor de 1.500 a.c. En «sa fecha no slo coinciden con el periodo drido mas reciente, sino que parece que las dos familias lingiisticas mds afectadas (Arawak, Tupt-guarani), habitaban en la porcién ‘mds seca del lugar de origen, en donde las modificaciones del potencial de subsistencia se sintieron primero y fueron mds fuertes.... En Amazonia, un paraiso ilusorio, p. 60, Siglo XXI, México, 1976. 8 Dice Raphaél Girard, refiriéndose al parentesco lingiistico y al tronco comin de donde vendrian los guaranies: Establecida la unidad de las mitologias y de las enguas mayas-quichésy florestales, faltaria saber en qué tiempo se separan esas mitologia y esas lenguas. Ya se ha visto como la mitologta comparada es capaz de establecer las conexiones histo- rico temporales entre la cultura maya bistorica y las culturas tupi-caribes. Estas corres- ————rscarenuu con C 82 SALVADOR CABRAL decia en los tiempos de la conquista, se confederan Para un objetivo guerrero. Para atacar o para defenderse. Pero es, confederacién, no alcanza un caracter permanente como para dar nacimiento a un Estado, y cumplido el objetivo guerre. ro, vuelve a desintegrarse. No obstante, a pesar de no haber nacido el Estado, constituido y permanente, existian si, los elementos para la conformacién furura de una Nacién. Una antigua tradicién comun que se perdia hacia atras concentra- da en un mito que nos habla del origen de los hombres; una lengua comin, un comin territorio, y, la historia iba a pro- barlo-, un futuro también conjunto. Tenfan si, una autocon- ciencia de pueblo con caracteristicas también comunes. No sabemos exactamente porqué cada tribu 0 cada confedera- cidn recibfa el nombre genérico de nacién?, pero el concepto ‘ponden al horizonte ernoligico de la Segunda Edad, o sea, la primera fase dela historia culeural de los maya-quiché, es decir, a la etapa inicial dela agricultura americana. La lingitistica podria darnos informes mds concretos sobre el particular. Basdndonos en criterios glotocronolégicos, Aryon Dall Igna Rodriguez, que se ha ocupado de investigaciones acerca del tronco lingiiistico tupi-guarani, manifiesta que, “teniendo a la vista la naturaleza del material disponible, podemos evaluar la edad del tronco lingitstico tupt-guarant en unos 5.000 aos, y de la familia tupt-guarani e aproximadamente 2.500 aris’: No sjusifica, desde el punto de vista lingitico, una division de la familia tupi-guarant en des grupos principales, uno de ellos ubondinade al tupinambd y el otro al guarané. En junio de 1969, poco antes de su muerte, Mauricio Swadesh acerca de las interelaciones entre lenguajesafines al proto americanas emanadas de un tronco comin, Constituye la de intensa invesigacion de las lenguas americanas, que cas lenguas a partir de un tronco comiin: el proto m, lotocronologia léxico estadistica, correspondiendo al paracién del tronco proto maya. En Historia de las antiguas civiliza de Ameri Desde sus origenes. 1. pp. 410-411, Editores Mexicanos Unidos ives ee En el archivo de Corrientes, por ejemplo, dice el acta del § ‘4 ii Hid, 1976. al hacer referencia al reparto de ls indios en encomiendies so febrero de 1592 mage por Encomienda, con todes ls principales ue ni S , tetas 1 0. Lovancauy vn C elabora un cuadn maya, es decir, de las lengua culminacién de muchos ano desemboca en la unidad d ‘aya obtenido por la técnica deb Spo guarani 4.100 anos de se LOS GUARANIES, HISTORIA Y CULTURA, 83 de nacién moderna, estaba lejos de semejarse a las organiza- ciones sociales de los guaranies. ~ aan que su primera caracterfstica era la diversidad. Y ene ecto. Entre los viajes de Solis y Gaboto, para tomar un ejemplo, navegando la misma cuenca, nos encontramos con dos situaciones histéricas distintas, que hacen a facetas diferentes de culturas aparentemente disimiles: mientras So- lis y varios de sus camaradas de expedicién, mueren en una emboscada preparada por los guaranies del delta ~y probable- mente devorados—, Gaboto, por el contrario, se encuentra Pa- rand arriba, con guaranfes amables, agricultores y sedentarios, que se adornaban con planchuelas de oro y obsequiaban a los i recién llegados con productos arrancados a la naturaleza!®, La mas importante parcialidad, dice Figuerero, refirién- dose a las tribus que encontrara Gaboto, era la que estaba ubicada en Itati, cuyo cacique Yaguarti acogié en paz y con especiales muestras de obsequiosidad a los expedicionarios. Les proporcioné abundantes vituallas, consistentes: En mu- indios a ellos sujetos, y el cacique Tararira de la nacién guarant y pertenecientes con todas sus tribus. (pp. 39-40). También el acta de 1592, el 9 septiembre, dice que en nombre de su Majestad el pueblo con todos los indios a ellos suet y pertenecentes a la nacién guarani(p. 45). Y en el aio de la fundacién de la ciudad, 1588, se le el acta siguiente: En la ciudad de Vera del dicho dia, mes y aio, dos de noviembre de 1588, dicho general de Vera y Aragon, en presencia del Escrivano, nombro y serualo en nombre de Su Majestad, por Encomienda y Merced al Capitdn Don Ponce de Leon y el pueblo con el cacique Iguard en la provincia y comarca . También, en muchisimos casos, se llamaba “guaranizados” a las mismas tribus conquistadas por ! los guaranfes, tribus éstas que, con el tiempo y la dominacién militar, habfan adquirido elementos y expresiones culturales guaraniticas, fundamentalmente la lengua dominadora. Sobre este problema de identificacién del guarant y la po- sibilidad de su confusién con otras culturas dificiles de deli- mitarlas, Bertoni nos aclara al respecto cuando nos dice: Toda persona que quiere iniciarse en el estudio “guaraniolégico”, debe primeramente darse cuenta de que los guarantes no constitutan un pueblo tinico, o simplemente una nacién sino una gran fami- 13 Hernan Félix Gémez, por ejemplo, en su Historia de la provincia de Corrientes, adopta este criterio clasificatorio.Respecto a la llegada de estos guaranies a la ac- tual Argentina, Isabel Hernandez dice lo siguiente: Las hipétesis sobre el inicio de la penetracin de los guananies en territorio argentino van desde el siglo XIV hasta el periodo inmediatamente anterior a la invasion europea. Ocuparon primero la selva ‘misionera y, posteriormente, otros grupos guarani-abd avanzaron aparentemente por las islas interiores del Parand, hasta alcancar el delra. En Los Indios de Argentina. MAPERE, Buenos Aires, 1992. Lovancauy vun C 86 SALVADOR CABRAL lia compuesta de numerosas naciones que dominaban un territ. rio inmenso y muy variado™. Y contintia aclarandonos sobre el punto en cuestidn: 2g naturaleza del medio ambiente es la que determina (sic), enpri- mera linea nuestras actividades. Ast, las tierras fertilisimas y abundantes Iluvias, llevaban a los guarantes, pacificos por na- turaleza, a dedicarse casi exclusivamente a la agricultura y a volverse mds sedentarios. La calma, la facilidad de la vida y la agricultura provocan los sentimientos bondadosos y delicados, y nada hay en el mundo como la vida de estos bosques para invitar a la meditacion serena. Y alli tenéis a las naciones Mbihd, Chi- ripd, Guaibaré, Tapé, Karié y otras, con su cardcter bondadoso, su indole pacifica, su misticismo y su culto interno y sus elevadas ideas morales. Indole pacifica no significa cobardia; ast el Karié, continuamente amenazado por las incursiones de los bdrbaros del chaco, se vuelve mds guerrero e insumiso que sus hermanos del este y fortifica sus pueblos. En cambio los Tapé, sin ningiin enemigo que temer, se entrega completamente a las actividades de la paz, a la dicha de una vida muy facil y clima delicioso, y \4 BERTONI, Moisés Santiago. La civilizacin guarant, p.59. Puerto Bertoni, 1927. También es importante consignat aqui la opinion del eendlogo Walter Krickebers sobre la caracteristica migratoria de los guaranies tuples, ya que de la lectara de le siguiente nora emerge, técita, la pregunta sobre el origen de esta amplisima cul- tua, Nos dice: Forman la tercera y mds recente capa las numerosas tribes de los ne grandes grupos ésnicos de los tupt, arawak y Caribe, que se extiende por casi tode la region selvdsca tropical yreprsentan eelemento ative propenso a frecuentes nina Ciones, frente al elemento mds pasvo y sedentaro... Los tes grupos éenicos an ety del norte, de la altiplanicie de Guayana 0 de las costas vecinas. En cya cuya tierra de origen se buscaba antiguamente en Paraguay, por viviy generalmente en regiones orientales sudamazénicas 0 en el Amazonas superior, poy Mostrar cier relaciones con la cultura andina, A. Métraux ha demostrado su origen SPtentrio, fe base a un andlisis detallado de su cultura. En Etnologia de América, p. oq. Fon me de Cultura Econémica, México, 1974 = nto a los tupi, LOS GUARANIES. HISTORIA Y CULTURA 87 la meditacion, llegando a se delos de cristianos'>, Aunque Bertoni delega y adj 7 los mds virtuosos, y mds tarde, mo- udica a la naturaleza la causa determinante de las caracteristicas culturales distintas, afir- macién con la que nos permitimos discrepar, surge de lo transcripto, los caracteres diferentes de las diversas tribus gua- ranies, productos de su propia historia como grupos, que la tenian, y que aparecia también ante los ojos de los espaitoles que llegaban como expresiones desordenadas e incoherentes, dificiles de englobar, y que tantas versiones distintas nos de- jaran. Pero vamos a arrancar directamente de las fuentes cronis- tas. De sus “comentarios”, redactados por su escribano, sur- gen numerosas noticias sobre los naturales que habitaban el camino recorrido. Hablamos de Alvar Niifiez. Como se trata de un inigualable testimonio histérico se- rfa importante que recorramos algunas de sus paginas, para ir viviendo las primeras impresiones de aquella expedicion, transmitida directamente, como forma inductiva, derecha y reflexivamente, como aproximaciones sucesivas, para, de esa manera, ir adentréndonos razonadamente en el tema. En primer lugar, se constata el drea de influencia. Desde la costa atlntica, que comienza la larga travesia, hasta la ciudad de Asuncién, que es punto de llegada de aquella histérica caminata, todo el mencionado territorio estaba habitado por tribus guaranies. Todos decian pertenecer a la “nacién” de los guaranies. '’ BERTONI, M. S. Op. cit., p. 61 “Lovaricauy CON C Capitulo II] LAAGRICULTURA GUARANI Que la economia guarani fuera esencialmente agricola, en contra- posicion a la mayoria de los pueblos chaqueros, que eran de caza y recoleccién, debia configurar la estructura colonial del Paraguay de una manera decisiva, y consiguientemente su cristianismo. Bartomeu Melia! En la larga etapa en que el guaranfabandona el nomadis- mo cazador-recolector para lograr formas paulatinas y dis- tintas de asentamiento, en la dicotomia naturaleza-sociedad, est4 en amplia y marcada ventaja la primera. Es la naturaleza, en todas sus formas y expresiones, la que domina y gobierna, confunde y hasta aterroriza al hombre de la selva. El pensa- miento humano, envuelto en un razonamiento pre-empirico, diviniza las fuerzas naturales, la légica de los hechos alcanza, en la conciencia, una estructura mitoldégica’, y, en esa adver- El guarani conguistado y reducido. Ensayos de Etnohistoria, Centro de Estudios An- tropoldgicos. Universidad Catélica Nuestra Sefiora de la Asuncién, 1988 p. 20. Que el pensamiento tenga una estructura mitolégica no quiere decir que carezca de cardcter cientifico. Dice al respecto Claude Lévi-Strauss: Para transformar una Jerba silvestre en planta cultivada, una bestia salvaje en animal doméstico, hacer apa- recer en la una o en la otra propiedades alimenticias 0 tecnolégicas que, originalmente, exaban por completo ausentes 0 apenas si se podian sospechar; para hacer de una ‘arcilla inestable, de facil desmoronamiento, expuesta a pulverizarse 0 a rajarse, una Lovaritauy vv C VADOR CABRAL 134 eo sidad, los medios con que el hombre cuenta para defenderse y avanzar son débil Pero asi y todo, observa y mer y a beber en la justa y necesaria medida; te. po, la fruta venenosa, el alimento nog. les atin y hasta irrisorios. avanza. Aprende hasta con h muerte 2 co: chaza asi, con el tiem, yo, el agua piitrida. El hombre comenzé su historia como parasito y depredador de la tierra, con la recoleccién de frutos silvestres, 0 la caza de gran. des y pequenos animales... Ese modo de vida los transformé en caminantes contumaces, porque agotada una zona, se partia en busca de mejores lugares... La familia, la horda, la comunidad arcaica, constituian un organismo social permanente, pero aje- no a la tierra, sin asentamiento, sin territorialidad, en perpetuo desplazamiento. Aparece, entonces, otra forma de cooperacién: la guerrera, para defender 0 para perpetuar la ocupacién ya al- canzada, 0 para conquistar otras mejores condiciones de existen- cia. Como atacantes y defensores, vivian todos al mismo nivel de autosubsistencia y de trabajo improductivo. No se incorporaba como esclavos a los vencidos. vasija de barro sdlida y que no deje escapar el ‘agua (pero, sélo a condicibn de haber determine, entre wna multitud de materias orginicas ¢ inorgdcn a i : ic presard a serir de desrasante ast como el combustible convenient, Ir ener ns, tl tiempo de cocién, el grado de oxidacién efcaz) 6, a temperatura y ) para elaborar las té : : te prolongadas y complejas, que permiten cultivar sin tierra, » ign sn menudo ‘ 0 bien si : granos y ratces téxicas en alimentos, o todavia mds, utilizar m sin agua, cambiar sta toxicidad para la caza, Ua guerra, el ritual, no nos quepala menor duda de que se ronan ; verdaderamentecientifca, una curiosidad asidua y perperuggnn id aetitud mental del concimient pore plaer de conocer pues una pemuena far despierta, un gusto aobservaciones y dels experiencias (de las que s neceariosupong ns Oeamente de las piradas, primero y sobre todo, por la afliccién al saber) podian gg te Cttvie7ON 115- ¢inmediatamente uilizables... El hombre del neolitico o de gg itlstdos pricticos [el heredero de una larga rradicién cientifica, En El pe Pracalie, a Bee ee bcs, Fondo de Cultura Econémica, México, 1975 Mento sabiaje. Bp. 32-33, Lovancauy von C LOS GUARANIES. HISTORIA Y CULTURA 135 La regularidad del Universo reflejada sobre la existencia en nuestro planeta, con sus dias solares J) sus noches lunares, sus cua- ro estaciones, las luvias y los vientos, Ig Si y ‘uerza de atraccién de la tierra, el calor y el frio, la humedad y el tiempo seco, la interaccion fluida del agua y el aire en su accion sobre la super- ficie tervestre, la productividad vegetal y el tiempo medido de las pariciones, la propia energia fisica renovada diariamente y la reproduccion humana, constituyeron un orden repetitivo del Cosmos. De él se fue desprendiendo este nuevo orden de vida, que, al cristalizarse en el correr de muchos milenios en usos y costumbres, expresados en ritos, logré plasmar una sélida con- ciencia ecolégica, orientadora de las primeras formas ordenadas de conduccién del conjunto humano: distribucién de la fuerza social de trabajo disponible; fecha de plantaciones y recoleccién, practicas agricolas diversificadas; domesticacién de animales; pe- quenos riegos aldeanos, invencién de herramientas ‘y uso variado del fuego; artesania cerdmica y textil.\En ese nuevo orden de vida, donde el nomadismo fue dando paulatino lugar al asen- tamiento, en una integracién més racional entre la naturaleza y la antigua sociedad, tuvo nacimiento la agricultura. Asi, y no de otra manera, nacié la agricultura de los guaranfes?, Dice Rafael Girard al respecto: La civilizacion descansa sobre la agricultura y éta sobre la domesticacién de las plantas. Los vestigios del origen y de los lugares de domes- ticaciin de las plantas cultivadas tienen, por lo tanto, una importancia agricola, como 1m interés de caricter etnoligico e historico. Problema clave de la historia americana es la localizacién de los prototipos silvesres, ‘an definitivamente como sea posible. Es obvio que la domesticacién de las primeras Plantas americanas debe haberse realizado en aquellas regiones en que crecian de modo “ponténeo y en dptimas condiciones, donde se encontraba, ademds la mayor concen- ‘racion de plantas silvestres las cosechas naturales estaban al alcance de la mano. Lovancauy wun C ALVADOR CABRAL 136 de la conquista, las principales comunid,. iempo Para el tie! iticas, ya habian abandonado, como tinica y prin. I iter ndémade, cazador-recolector, que, dado geogrifico que ocupaban, resulta ey). gran medida, segtin habremos des guaran cipal tarea, alc el gigantesco espacio dente que Jo ejercieron, y en de verlo. A - La relacion permanente que existe entre sociedad y natura- leva, hace que, a menudo, las técnicas empleadas en la obten- cién de alimento estan, hasta cierto punto, parcialmente con- dicionadas por el cardcter que tiene el medio circundante. Es decir,el medio geografico, el espacio fisico en que se realiza la interaccion histérica entre la sociedad guaranj y la naturaleza, también marcé su influencia. Y esa influencia, como siempre se da en estos casos, tuvo su expresién a través de la produc- cién general de la sociedad. De alli la gran importancia de la agricultura. Y como iguales condiciones geograficas pueden influir de distinta manera en las caracteristicas organicas de una sociedad, y en su nivel de desarrollo, es importante que de este relato surja la forma concreta y especifica en que se El descubriy Fen ne de egricultra base del cultivo dela yuca imprimié su sell ce- racteristico ep fa 7 mitolgia y la cultura dels plantadores primitivas Esta nueng forma econémica ns one nla imagen del mundo del indigena. lion aging ried dele tira conden a lograr buchas eoedhn nace lt Al cade la encore telogia yuna escatologia deconacidar dunent 7 De ta muerte su
    , 4 Dice Levi Strauss: La extrema Jamiliarizacén con el medio bioligic, la atencién que prestan, 40s conocimientosexactosa él vinculades, a menudo sionado a los investigadores, por cuanto denotan ‘suena los indigenas de sus visitantes blancos. El Cultura Econémica, Es importante destacar el ‘a agricultura y la cerimica. El hombre cazaba y la mujer recolectaba. El estado” “pasionada han impre. ‘actitudes y preocupaciones que ditin. Pensamiento salvaje, p. 18, Fondo de observacién permitis, milenios de por medio, Productiva de las plantas y eso se lo debemos 2 tanto gue ls mujeres pataron de la reolecion al euiv dels plants sg abandonar (eetvidades reclectora. Blas plancan,siembran, deshierban, coudhay ce 10s productos de la buerta al hogar y prepara in los alimentos.) En el fondo constituye con el hombre, la misma unidad econbmica que caracteriza la caza-recolecién, aportando el alimento vegetal mientras el hombjs ‘Provee carne para el sustento de la familia. Girard cita un concepto interesante muy difundido en la América antigua respec- toa la mujer: Para la mujer makiritare la hratofonta mas ‘Palpable de la tierra es su Maternidad, su indefectible capacidad de dar fruto. (Solo ig ‘mujer puede comprender el proceso de gestaciin que la Madre Tierra lleva ns seno. Solo ella es capaz de in- timar con la tierra. En el respetoy la santidad teliricas aparece lg intuicién canibal tiniveralmente reconocida, de que la tera es la matric fecunda que, Procrea incansa- | blemente Importa retener estas concepciones acerca del binomio tiern ‘mujer para comprender la evoluci6n bistérica de la mujer en el dominio socioeconémico, Esta relacén de la mje con of tratamiento de las plancas es ung Vigja tradicién que se remonta al horizonte de la caza-recolecién, ie zine We 0 actividad como cargadora, desde que seguia a los hombres, que sélo ane armas menor ella ‘transportaba el reducido ajuar y levaba, eee ee En virtud de esas tradiciones muy antiguas eUhombre no se ocupa del euidado de ls planegs np, Uevar bultos a cuestas, i Asimismo a la mujer le toca prepara los alimentos ie snes nero ih del cca re doo tei dh, » (tos tup-guaranis los bacen ccer sobre el fuga, eat la parillay de charquear las carnes. En op.cit.L pp Lah Nt ny rales. A dife- 05 alimentos, ma de tostay 4 & ys 139 rs LOS GUARANIES. HISTORIA Y CULTURA Como no trabajaron los metales |izaban- los guaranies, especificam: practicaron la horticultura, mente dicha, ya que descon ya que sdlo lo comercia- ente hablando, en realidad més que la agricultura propia- ocian el arado y la azada, y su pasica y fundamental herramienta, era un pincho de cavar. generalmente de madera. Es Por eso que sus producciones mds comunes, se adaptaban a esta caracteristica senalada. Asi, por ejemplo, uno de los cereales mas importantes, | productiva de los guaranies, el maiz, naturalmente a los cultivos horticolas, Lo indudable es que el indio guarant poseyé una inteligencia penetrante, una mente reflexiva y un sentido fino y punzante de observador sagaz. Hombre de la selva, acumulé datos de una ex- periencia secular en su contacto con la planta ‘ycon los animales, sorprendié las secretas virtudes de la fauna y de la flora autéc- tona y las utilizd racionalmente en beneficio de la comunidad, A modo de ejemplo citaremos a Bertoni sobre este punto cuando dice: Recuerdo que hace dos o tres anos anuncidse en Norteamérica, el descubrimiento de un modo de obtener fru: tas sin semillas, e inmediatamente hubo interesados en explotar comercialmente el invento, como es costumbre, mediante una sociedad financiera. Y bien: ese descubrimiento no tiene nada nuevo. El procedimiento tan sabio que creen haber descubierto en la gama Se ajustaba perfecta y * f era seguramente antiguo entre los guaranies. Los indios chiri- pdes, guaranies puros del Este paraguayo y Guayrd, conocen per- fectamente bien la manera como se obtiene, por ejemplo, sandias J zapallos sin semillas, empleando el procedimiento anunciado con gran novedad en Europa y Estados Unidos, el cual, es cierto, “ GONZALEZ, Natalicio, op. cit.,p-50. — Lovancauu On Cc - 140 SALVADOR CABRAL no se conocta anos atrds, ni se habia public do en ninguna obrq de agricultura’. in sistema permanente y sist, D j - Pero, jlos guaranies tenian v 4? Y en caso afirmativo, :de matico de practicar la agricultur: qué sistema se trataba? Los cronistas, los historiador den al respecto. Antes de empezar la p! comienza a preparar la tierra. Las cronicas indican que los sembrados muy raramente se hacfan en campos abiertos. Su preferencia, que aparece como una conducta repetida, pare- cfa ser que era encontrar un rincén determinado y recubierto de la selva. Elegido el mismo, y antes de ser ocupado para los sembrados, se lo limpiaba mediante el fuego custodiado. Era el sistema del rozado8. Comin y caracteristico de las culturas amazonicas, como fue de la cultura guaranitica. Guevara, Del Barco Centenera, Guzman y otros tantos cronistas coinciden en referenciar esa forma de cultivo. En algunos lugares y poblados indios, probablemente los de mas antiguo asentamiento, la labor de la tierra organizada y perié- dica, acompafiaba a los poblados que se establecian, al decir de Figuerero, como asientos permanentes 0 temporarios, a la orilla de los rios, en las proximidades de los grandes bosques 0 bordeando las lagunas de agua dulce y eristalina?) es y los antropdlogos coing- fantacién, el guaranj op. cits p-79- ete ee 7 BERTON senica de cultivo era la que e ‘Su séonica de cul fie ©” etnologia suele amare de 8 ‘Dice Canals Frau: vs un wrozo de bosque donde hy nye consisteen elegir ni cer la plantacids mp ates mer HI IE Le one apace on el od ; Yee smb Pt a cgi to dea ge nad. La in dl reel prepara ozo de lp mm vidar y ose nian, Cider Y cits P 1, Moisés Santiago» Pepa estas dB Mijere,, Oy ne Mientras gue el A serra, ane Spanuch OP poe LovVaiicauy vu Cc LOS GUARANIES. HISTORIA Y CULTURA 141 EI sistema de rozado, tenia su forma y su objetivo. Ob- servado el lugar, el fuego extendido y custodiado, no sdélo limpiaba de malezas y arboles el radio elegido, sino que las lamas, para permitir la labor agricola, exterminaban pardsi- tos, insectos y alimaiias. El etndlogo Walter Krickeberg, estudioso de las antiguas etnias americanas atin sobrevivientes, nos ilustra detallada- mente sobre este sistema que, como fuente viva y conservada por la historia misma, atin subsiste en algunas culturas ama- zonicas. Nos dice: [gual que en las regiones boscosas de Norte y Centro América, aqui también los sembrados suelen prepararse en desmontes (rozas). Los hombres derriban cierto ntimero de arboles con el hacha de piedra"®, provocando algunas veces, para facilitar el trabajo tumbas de ventoleras,artificiales; en seguida se quema el ramaje, dejando los grandes troncos en el lugar don- de cayeron, entre los que las mujeres hacen, con un palo agu- zado, agujeros para los plantones o semillas. La colocacién de sembradios sobre monticulos, se acostumbra todavia hoy entre los guats, los cuales cultivan su vegetal alimenticio principal (la pal- ma acurt), sobre los lugares elevados de su comarca pantanosa, después de cubrirlos con fértiles fangos. Una prueba de la gran antigiiedad del cultivo de drboles frutales, nos la proporciona el 10/Respecto al hacha de piedra debemos aclarar lo siguiente: no se trata del hacha | “de mano, tan comtin en nuestra provincia de Misiones. Se trata del hacha pulida a la perfeccién que usaban los guaranfes. Respecto a las hachas de mano encontradas en Misiones, el escritor German A. Wachnitz ha clasificado cinco culturas prehistéricas, reconocidas por el arquedlogo Martin Giesso. Al respecto se puede consultar la interesante obra Prebistoria altoparanaense preguarant, del mencionado escritor. Seyfried. Eldorado. Expone all una original hip6resis sobre los origenes del hombre americano. También Los antiguos guaranies del Alto Parand de Anibal Cambas. E Lovarreauvcon C SALVADUR hem . palma, la pupuna (guilelria) ya 10 yyy ye otra A 1 de 4! rificialmente : echo ; ; se mds qe 4 reproduci cit, p-199- FT RRICKEBERG. Wee srpgers en su citada obra Amazonia, una de sg Be eee logia ha producido en os Gimos aos, al a ns imporanes dee ala misma, el sistema del rozado, en forma tle He Darcy Ribeiro, ts bre detalles. Nos dice:/Al coger la ing iera so ‘nguna, ni siquicra S no queda duda ning a con declive suave y, por lo tanto, cona a Z0 inte, prefieren 17 an nuevo desmo : y rn ened, yegue a recencion dela demasiada agua on ltl hare a jc 2 superfi ies de los cultivos. Se reconoce que una textura arcilloa es mejy 1 ee del campo re determina segin la productividad poten] ae ein mero de personas que ban de compartir ls csechas; se procure ug ce ea ey inp a vopogapta de la song) tenga fora ciara menes que lo iid he irbole . , Scenpieza el denmonte con laeliminacion dels arbnatos 0 drboles pequeios, puss dif cortarlas después de derribar a los mds grandes y para tener mds campos dea. ciim para las operaciones subsiguientes, Este desmonte preliminar leva como tre dia cn seguida, proceden a derribar los érboles mds grandes en forma sistemdtica: eigen como clave un ejemplar particularmente elevado, en el borde superior a la pendiente al que sire de eje para sevialar una forma triangular, dentro de la cual se cortan a medias todos los drboles existentes; en seguida derriban el tronco eje, de manera que, en su caida, arrastran a todos los semicortados que se hallan cerca, los que a su vez hharin que caigan otros, hasta que quede libre de drboles toda el drea, que puede tener sna arplitud de més de 100 m. Cualguier drbol que permanezca en pie, asi como (os que quedaron en los bordes, fuera del alcance del procedimiento descrito se cortan individualmente. Dejan que la vegetacién se seque unos tres meses antes de quemarla; el fuego se encinde ee aia en que haya una briva ligera que lo avive, pero que no legue a extenders Pode: ee ee oa quede una gran cantidad de madera sin quemare iy que no se hayan consumido por completo y se reinen 7 para pai 4 usar como combustible, ee a hes eee fae fee Br 4 las primeras lluvias y en seguida 1 palo punteagudo se hace un. ‘guna labranza, ni otra perturbacion del suelo; 0% 4 cubren con tierra con a & en el que se colocan los exquejos o semillas, que inet onl mandacay ees er oar coma una docena de plat abies dipuetsen pn came mezclados en el medio del campo y ls denis i Pequcios grupos en los bordes; se desyerba das veces durante ‘egtin va siendo necesario, ast que no se efeti es MA U0 provision eee Plantar de inmediato después de recoletadas detalade (a 37 se abandon of i, “eando disminuye la productividad, 4 O del sistema uelinag se @%P2. Tenemos aqui un testimonio exact0 Y Por los guaranies. La antropéloga ~ Lovaricau onC LUs GUARANIES. HISTORIA Y CULTURA 143 [a tiersa generosa, como expresién del medio, trajo tam- pién sus consecuencias en aquella cultura. Como una de las cqracteristicas de las zonas de dominio ¢ influencia guaraniti- cay €F4 facil y espléndida, la fertilidad de la tierra, el trabajo socialmente necesario para producirla fue, a la inversa y por «so mis™0, relativamente limitado. Expresion de ese contexto y resultado légico de esa natural facilidad fueron las caracteristicas de sus instrumentos cultu- rales agricolas: utiles de labranza sumamente rudimentarios. Una simple madera con la punta afilada. Un palo cualquiera que, con la ayuda de un pie 0 a fuerza de brazo muchas veces, hace un hoyo en la tierra. Después, la siembra. Tan simple como el punteo, raiz a raiz, grano a grano. Veremos luego, de acuerdo a las producciones que obte- nian, que algunos cultivos —no todos— requerfan ciertos y de- terminados cuidados. El célebre algodén, por ejemplo, tan itil a otros aspectos de la cultura, necesitaba si, sacarle las malezas, cuidarlo de la selva quemada que volvia. Utiles de hueso o de madera, también cuchillos de piedra afilada, eran los instrumentos para las tareas de carpida. Los productos guaranies Peto, equé clase de productos obtenfan de la tierra los agri- cultores guaranies? ;Qué importancia tiene, para caracterizar clestadio de una cultura, saber lo que una sociedad produce desu suelo? Lovaritauy vvil C LOS GUARANIES. HISTORIA Y CULTURA. 155 yuh enuncian acontecimientos que ocurrieron en el pasad : “4 Smee ado constituyes de hecho, una historia como se vera enseguid . " a. esta manera € incorporando esta . De . SY Oti P esta fuente proseguimos el estudio de las principales producciones de la agricultura quaranitica. La ubicacion de la agricultura guaranitica en las edades El primer ciclo cultural que surge de su lectura es la que se indica como el cazador recolector. Esta fuente compara al hombre de aquellos tiempos con un verdadero animal, debi- do pura y exclusivamente a su cultura precaria, su dependen- cia casi total de la naturaleza. En este ciclo surge el conocido cuadro donde se presenta al hombre primitivo frente al ene- migo cardinal y cotidiano: el hambre. Cruzaba los montes, emigraba, recorria Jas orillas diversas. Todo, absolutamente todo, estaba hecho para satisfacer el hambre. El segundo ciclo es el que Girard llama de los Plantadores antropofagos. Alli, por ese tiempo, comienzan las primeras domesticaciones de las también primeras plantas. Hacen su aparicién en el Popol Vuh los primeros productos que hoy nos son familiares. Se habla de la yuca y el camote, que tanto se nombra en la agricultura que estudiamos. Aparecen tam- bign Ia calabaza, el frijol y el tabaco. Es Ia agricultura inci- piente al decir de Girard, autor que consigna dos situaciones en este ciclo cultural dignas de retenerlas: en primer lugar, afirma que, segtin el Popol Vuh, el paso de la recoleccién al cultivo se debe a la mujer. Y en segundo lugar, no aparece L aks Lovaiicauy uh Cc | re | SALVADOR CABRAL 156 por ningtin lado mencionado el maiz, aunque 0s pare extraiio Y sorprendente. Hacen su aparicién expresiones s turales tipicas de Jos guaranies, como la alfareria, la a L el taladro de madera para encender fuego por friccién, seg hemos visto. La segunda edad del Popol Vuh corresponde a la etapa inj. cial de la agricultura, Y la aparici6n 0 invento de la cerdmicg es concomitante con las primeras etapas de la agricultura in. cipiente. En esa edad, pero teniendo en cuenta sus caracteres especificos, debemos ubicar la agriculcura de los guaranies? Dice Girard que: Estos datos estan de acuerdo con los testi- monios de la arqueologia que ponen de manifesto que la ceré- ‘mica americana es una invencion independiente del viejo mun- do. La rueda del alfarero, ya conocida hacia fines del quino milenio, a.c. en Mesopotamia, es enteramente desconocida en el Nuevo Mundo hasta la conquista. Por otra parte,(la distribuciin geogrdfica de la cerdmica muestra que estd confirmada muy al interior del continente, y ausente en las regiones septentrionales ymeridionales, exceptuando la esquimal de tipo distinto. Laau- sencia de alfareria en el extremo norte y sur del continente, es de- cir, en las rutas probables de migracién transcontinental, impide % El cronista Schmidl ademés de destacar aspectos de su culeura,consigns One® | ‘amente el caricter permanente de las producciones agricolas. Nos dice: 0° we gan pueblo en conjunto y tienen sus vasallos; estos deben labrar y pest Y BES To que se es manda, Es lo mismo como allé afuera los labriegos estin some 4'uh sefor noble; también tienen ellos gran provisin de eigo curco, mand Tata Pt mondepr, baratas, mani, pocaja y otras rafces més aes la Coats aaa utenes de mil de a cual se hace vin, para lo ques 41 hase ag Ons se atcha dentro dl pats, mis fel es. Duran «estos granos y races. En op. cit Lovaricauy | } | | j LOS GUARANIES. HISTORIA Y CULTURA 157 2, la cerdmica americana pudo habey ¢j ear 129 er sido importada otros continentes a eens agricultura y antropofagia ritual hac 1 Ia historia de América, conjuntamente. sensi? €n su apa- agin” mismo estado de cul comeures- ondiendo suns Stado de cultura Tal es una de las cagacteristicas de la cultura guaran{, para la época-deilecon- isco . Ree. En efecto. Las investigaciones arqueolégicas revelan que en las ptimeras fases de la agricultura, que, como dijimos, cortesponde a la segunda edad del Popol Vuh, hace su apari- ign, también la antropofagia ritual. La domesticacién de las primeras plantas americanas es concomitante con Ja institucién de la antropofagia ritual... Se comfan trozos de carne humana asimilados a la yuca... Equiparar la carne humana a la yuca, como recurso alimenti- cio, no es exclusivo de los mayas, pues encontramos el mismo concepto en otros mitos?}, La practica de la antropofagia de los guaranies, también) aparece con el nacimiento de la agricultura. tamandioca\en la agricultura guaranitica La mayoria de los historiadores citados en el transcurso del presente trabajo ~y as{ lo hemos mencionado nosotros a yy CIRARD, R,, op. cit., p. 124. Lacultura de nuestros guarantes se basaba por tanto en el = yrecoleecién eran actividades mds bien secundarias. Canals F cultivo de la tierra, y la caza, rau, op. cits P- 4 GIRARD, R,, op. cic., p. 132. Lovancauy von C SALVADOR CABRAL 158 ; | maiz como los cultivos if joca y ¢! sefialan : cea Si por los derivados y subprod, Ja agricul as a partir de ambos cultivos, asf se cari que se oe pe lejos de la verdad. Pero aqui queriame. : problema respecto al origen del producto a o mismo, ya que muchas veces en |a i ; ti el acercamiento, la conviven ia cig Asicgg ra, no estarial jar aclarado el que al product de la América precolombina, o la simple vecindad, trajo como consecuencia que, oul, ras muy parecidas, fueron en tiempos anteriores totalmente diferentes. Sus ceramicas y sus producciones agricolas Se en. tremezclaron y la historia registraba como originaria de um parte lo que en realidad se habia producido primariamentee, otra zona muy lejana. Es asi que tradicionalmente se creia que el cultivo de, mandioca, desde sus origenes, estaba en Sudamérica. Mis atin, guaranianos adjudican a esta cultura el haber dado naci- miento, transformacién y domesticacién a la mandioca dulce © no venenosa. Pero no era asi sin embargo. A partir de des- cubrimientos arqueolégicos, nos dicen éstos que, ya mas de 9.000 a 15.000 aftos antes de Cristo se cultivaba yuca en la zona de los mayas. Asi que pese a la opinidn de los guaranis- ee. a fue originaria sino adoptada cultual \ Spor los guaranies: Al respecto considera Rogers, citado ease 5 ® Si bien Cado; | siguiente; La b Ban se refiere al guarani contempordneo, nos sefiala al ae principal egd2” bart de los guaranies basan su economia en el cutive dl me prepa emena actual de su dieta carina enor importanciy i ; Pe ccape pe anca pera indispensable ambiéw en la diet dela sot arte de la atencién del indigena, La carnosa raiz de te arb generalmente co cide asad, _ Le pot del aio en gue weaeg or © cada todo de gran ™ Part tel aio en gue escase al sol. Es sobre gr a entodes los meses (hue 454 €l mate, pues, con la ventaja de que puede Lu la mate SCGlicauv"con C LOS GUARANIES. HISTORIA Y CULTURA 159 bs Girard, que en la zona del Salvador y Guatemala, es, erdad, donde se encuentra | se verdad, ‘4 mayor cantidad de variedades silvestres de mandioca, y que esas variedades, ts similitudes con las cultivadas. et mee Y hay algo sumamente interesante que el mismo Rogers sefala: su opinion respecto a la antigiiedad de la yuca en la historia de agricultura americana. Rogers opina sobre el par- ticular, en una carta enviada y citada por Girard: En mi opi- nién considero que especies de Mamhot existian en el area del Pacifico, desde México a Panamd mucho antes de la aparicién del hombre en el continente, y que pudo haberlas aprovechado como alimento o domesticarlas, entre 9.000 y 15.000 attos antes de nuestra era, Aunque sorprendente, la cita es exacta. Y eso no es todo: Donald W. Lathrpa estima que el comienzo del cultivo de la mandioca se remonta, cuando menos, a 5.000 hasta 7.000 afios antes de J.C34, De acuerdo a estos datos, y tal como afirmaremos ante- riormente, el origen de la mandioca encuadra con el naci- miento mismo de la agricultura americana, y, no deja de ser una hipotesis posible, que ella empezé a servir al hombre, de muchas maneras, desde casi la época de los recolectores primitivos. Porque si bien es cierto que la forma en que se cultivaba la yuca—por el sistema de estacas— no requiere de hetramientas ni de utensilios de piedra, en forma indispensa- ble, el hecho de que no se cuente con datos arqueoldgicos al fespecto, no quiere decir esto que la yuca haya sido, quizas, el Primer cultivo americano. —_ y GIRARD, R., op. cit., p. 135. Idem, p. 136. _ i aaaimnTER in C eee ee ss co 160 No debemos olvidar, al decir de Girard: Importa las coincidencias entre las apreciaciones de los Lingitistas de| botanicos y de los arquedlogos respecto a la prioridad del ea : de la yuca sobre el del maiz, datos que concuerdan con Ig, ay Popol Vub?°. Y también importa destacar un dato que complementar(, esta posicién sobre la antigiiedad del cultivo de la yuca: el Tesaltay sistema del Tipiti que varios autores lo consideran una inven. cién del genio guaran{, es, sin embargo, ya conocido hacia el Este de Venezuela desde el primer milenio antes de nuestra era®®, De acuerdo a todo lo expresado hasta ahora respecto a los distintos aspectos de la agricultura guaranitica y sus principa- 35 Idem, p. 140. 36 BI historiador Natalicio Gonzilez dice que el Tipiti es de origen guarani, afi mando lo siguiente: El rallador de mandioca, hecho de madera con incrustaciones de piedrecitas punteagudas, es hijo de una industria més complicada que prueba la paciencia y la prolijidad que pone el indio en la fabricacién de sus utensilios. Algunos de ellos revelan un naciente genio inventivo y la familiaridad con los primeros rudi- mentos de a mecinica. Tal, por ejemplo, el Tipiti, tuvo extensible y compresor quesirve para prensar la mandioca rallada, una vez extratda de ella el almidén refinado por método de la disolucién en el agua. En op. cit., pig. 34. Sin embargo, Girard remarci especialmente el cardcter arawak del Tipiti, pag. 621, T Ul. Dice asi: Al tratar el fF (gen del cultivo de la yuca se ha dicho que el complejo tecnoldgico para procesarla come casabe (tipiti, rallador, budare, platina) era un invento arawak realizado en el norte de Suramérica. En la actualidad, los americanistas extdn de acuerdo con ¢l particu y resaltan que el cultivo y beneficio de la yuca amarga es un rasgo original y general de la cultura arawak. No se trata de un nuevo descubrimiento en el campo de la botdnica, sino de wnt ~ invencién de las mds originales, para neutralizar el contenido de principios venends05 derivados del dcido cianhidrico cuando la concentracién de glucésides alcanza wit Proporcién que puede ser mortal, Este ingenioso procedimiento para procesar la mat diaca no sélo eliminaba el peligro de intoxicacién, sino que representaba un avance cualitativo y cuantitativo en la produccién de alimentos, Puede considerarse como de los grandes inventos indoamericanos. En op. cit p. 221. RANIES, HIS 108 GUARANIES. HISTORIA'Y CULTURA 161 a complementando la racionalidad hist6rica ucts YO , \s pre nd0 el concepto mp 4 fueron analizadas por varios autores, como el e el Dr. Carl Scherzer, Esteban Brasseur de 0 Villacorta y Flavio Rodas, Miguel Angel de las edades expuestas en el Popol méneZs ¢ F pil ¢, Anton! ytbourey i | iti a | Girard, entre otros, la cultura guaranitica, oe sy Rafael : ; i ein Y diversa, segtin venimos viendo, debe ser ubicada, |} mp) un punto de vista general, en el llamado horizonte de bs antares antropofagos, es decir, caracterizandose por la rica inci En efecto. La ifelogia de caza a animal de cacerta, mnidos. Comian gente, como comian yuca~’. Pero para que esta cultura pudiera permitir que esto ocu- rriera, faltaba todavia un tercer elemento, sin el cual no podia ni antropofagia: la guerra. Ese elemento I « piente y Ja antropofagia ritual. antropofugia ritual es una aplicacion de la la del cultivo de tubérculos. Al igual que el el hombre y la yuca eran despedazados y co- haber prisioneros, cultural, que esté profundamente relacionado con los otros mencionados, lo analizaremos aparte y detalladamente. Es asi como podrfamos decir que la antropofagia guarani, tun discutida y muchisimas veces negada por defensores gua- tnianos, no puede ser estudiada, sino como un verdadero € sin ninguna duda, al menos Hay una dice Gi- Mmportante rito, pero ubicado, nsuori F E “su origen, en el capitulo general de la agricultura. oy . i - , i nsiante interrelacién entre ritos, economiay sociedad, Tare 4 4 muy acertadamente?®, _——— * HARD: R. op, sos. au ae tener siempre presente la diferenc *gricultura pee que no se apropia de prisioner » donde hay apropiacién de prisioneros y ferencia existente entre la guerra de una os y la guerra vincul ntropofagia ritual. Lovarncauy vOn c SALVADOR CABRAL 178 ionado esto expri plantado grano a grano, mencio’ E Ptesamente wh el Padre Guevara, entre otros cronistas. Integraba, por lo tanto, el grupo de los productos prima. rios de la agricultura. La yerba mate Layerba mate no sélo es una planta original de América, y, ademis, guaranitica, sino que, sin lugar a dudas, es la planta basica de la regién misionera. Si bien no es un producto de la agricultura, en la época precolombina, es si, una muestra viva y ejemplificadora de la relacién que los guaranies tenfan con la naturaleza selvicola. Y hace, por lo tanto a la explicacién y conocimiento del contexto social que el guarani ejercia en su compleja cultura agricola, Avalan la afirmacién de ser una planta originaria de estas zonas, no sdlo la mencién de los cronistas, Y parecida, sino que, ademés, silvestre en las actuales selvas p: tensas zonas del Brasil. El hecho de ser silvestre y de haber ocupado un destacado lugar en la vida social de los guaranies, seguramente fue la Causa por la cual los indios dieron una explicacién mitoldgica 4su origen. Arandi o Tume, primer hijo de Kupaya, que a Su vez fuera el primer hombre que creara Tupé sobre la tierra, explicaba en la mitologia guaranitica a los primeros habitan- que es constante €s ésta una planta que crece ‘araguayas, misionera y en ex- Lovancauy von C LOS GUARANIES. HISTORIA y fea 179 res el uso Y beneficio del Cad; ya que crudas, eran veneno’8, El héroe cultural, tostandolas aquellas hojas, tomadas al fuego, purificé las hojas de as aun, en un tiempo anterior ala existencia de la planta, en otra versién de la mitologfa in diana, Aranda, de alma buena y profunda sabidurfa, el tnico que sabfa escuchar la palabra del tiempo, fue sembrando por Jas tierras de la América del Sur, gus cualidades nocivas, Mas atr: a y €s por ello que un genio benigno la custodia””. Y es también por esa causa, dada su aplicacion, rica y multifacética, y sus funciones, tan diversas, que ocupd, por ello, un lugar central y bésico en aquella cul- tura, Sobrevivid con el tiempo y se abrié camino durante la conquista y la colonizacién hasta nuestros dfas. El hermano Montenegro, que ha enumerado las plantas medicinales guaraniticas con minuciosidad, la nombra en primer término, en la larga lista y no deja de traslucir un tono de simpatica admiraci6n hacia la yerba y sus dones. Sirve esta, dice, para refinar los tintes de negro, y a faltas de agallas y de rasuras de vino, se puede usar de ella los tintes y engebes, Socorrié Dios, contintia, con esta medicina a esta pobre tie- 17a, y por ser mds conducentes a ella que el chocolate y el vino a sus naturales habitadores, ast como lo es el cacao en el Oriente; Porque estas tierras muy calientes y Iuimedas causan graves rela- Jaciones de miembros... y no es remedio el vino ni cosas cdlidas para reprimirlos, y la yerba st, tomada en el tiempo de calor con ® SOLE RODRIGUEZ, Oriol. Leyendas guaranies. Impresiones, tradiciones, anécdo- 44s. Dornaleche y Reyes, Montevideo, 1902. on COLMAN, Nercise R. Nandeypicuea (Nuestros anepasade). Guarani Asun

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