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Las tensiones sociales en la Italia de posguerra Como en el:esto de Europa, las consecuencias dela guerra se hicieron sentir con fuerza en Italia, que per- di en el contlicto casi 700.000 soldados, en tanto que sus pérdidas econémicas ascendieron a 15.000.000 de dilares. A las pérdidas de vidas y econémicas, se sum2- ron consecuencias de indole politica Por un lado, el Tratado de Versalles no reconocié a Italia como potencia. Por otto, si ben por el Tratado de Londres (firma- do en 1915 con Inglaterra y Francia), Italia recibirfa, al finalizarla guerra, Dalmacia, Trieste, Istria, Trentino y el Alto Adige, el presidente norteamericano, Wilson, quien habia proclamado la autodeterminacién de los pueblos, se opuso a la incorporacién de Dalmacia, por- que all los italianos no eran mayor‘a. Después de pro- Tongadas negociaciones, el gobierno italiano, a cargo del primer ministro liberal Giovanni Giolitti,firmé el Tratado de Rapallo con el Reino de los Serbios, Croa- tas y Eslovenos (posteriormente llamado Yugoslavia) por el cual Italia renunciaba a Dalmacia, en tanto que el Fiume pasaba a ser una ciudad-Estado independiente. La aceptacién de los términos del tratado les dio argumentos a los sectores nacionalistas, apoyados por muchos ex combatientes, que denunciaron que Italia habia sido tratada como vencida a pesar de haber gana- do la guerra. Este estado de dnimo fue expuesto con el eslogan de la “victoria mutilada’ Entre esos sectores se encontraban Benito Mussolini y €l poeta Gabriel D’Annunzio. Este tltimo, en 1919, habia ocupado, con un grupo de ex combatientes, Ia ciudad de Fiume para establecer un gobierno italiano. La experiencia duré poco tiempo: al cabo de un afio fueron expulsados por tropas del gobierno italiano. Por su parte, Mussolini se habfa iniciado en la vida politica en el seno del Partido Socialista. Incluso, esta- ba a cargo del periédico milanés Avanti, 6rgano oficial del partido, Su ruptura con los socialistas se produjo como con- secuencia de la posicién de neutralidad que el partido sostuvo durante la Primera Guerra Mundial. Debido a ello, Mussolini fand6 el periédico I! Popolo d Italia que, por su tendencia nacionalista, le valié la expulsiOn del partido, 88 El conflicto social: el “bienio rojo” ‘Tras la desmovilizacién de los soldados, el ntimero de desempleados en Italia se elevé, en tanto que la in- flaci6n se disparé hasta el punto de que el costo de vida en 1919 era cuatro veces superior al de 1913. En este contexto, la agitacién obrera era cada vez ‘mayor, ya izquierda aumentaba su niimero de simpa- tizantes.El Partido Socialist, que veia con buenos ojos la revolucién bolchevique, controlaba la mayoria de los sindicatos organizados en la Confederacién General Italiana del Trabajo y obtuvo una gran cantidad de vo- tos en las elecciones parlamentarias de 1919. Ademés, durante 1919 y 1920, denominados el “bienio rojo’, se produjeron, en las ciudade triales del norte del pais, sobre todo en Milén y Turin, prolongadas tomas de fabricas con importantes movi- lizaciones obreras. Elaumento de la tensién social tam- bien tuvo lugar en el sur del pais, donde predominaba una anticuada estructura rural. Los campesinos, cansa- dos de sufrir hambre, iniciaron la ocupacién de tierras. ‘Todo parecia indicar que se estaban dando las condi- ciones para repetirla experiencia rusa de 1917. La burguesfa industrial y los terratenientes empeza- ron aver que sus intereses se encontraban amenazados y quela monarquia parlamentaria de Vittorio Emanuele I. ‘¥ sus ministros liberales -sumado a la fuerte presencia de diputados socialistas en el parlamento- no era un gobierno confiable para restablecer el orden social. Las clases medias urbanas también se sintieron amenazadas: mientras su nivel de vida descendifa a cau- sa de la inflacién, veian cémo los obreros, en respuesta a su lucha, obtenfan mayores salarios. El temor a que se climinaran las distancias econémicas entre la clase me- dia yla clase obrera generé en la primera sentimientos antisocialistas y antisindicales. Reunion en una sine metalrgiatomada, en Turn £l surgimiento del fascismo italiano Asus El sentimiento de amenaza que generaba la gran movilizacién del pueblo italiano provocé la organiza- ‘ain de un movimiento contrarrevolucionario. En 1919, Benito Mussolini creé en Milan los deno- minados Fasci di Combattimento, una organizacion paramilitar integrada por ex combatientes y exaltados hacionalistas que se dedicaban a atacar sindicatos, pe- fiédicos, a militantes de izquierda y todo aquello que representara el “peligro comunista’. Su programa pro- _ponia reformas econémicas, sociales e institucionales, ‘exaltando la violencia como método para sostener sus, {deas; echazaban a los partidos politicos tradicionales, ‘tanto socialistas como liberales. Los fascistas se pre- - sentaban como el antipartido y como una alternativa a - Jarevolucién bolchevique, idea que resultaba atractiva para la burguesfa industrial, que deseaba poner fin al movimiento obrero, y para los nacionalistas, a los que “elles oftecta una retérica de ambiciones imperiales y gloria nacional. _ En sus comienzos, el éxito fue escaso: los adheren- " tesal nuevo movimiento fueron pocos y solo tuvieron presencia en la ciudad de Milén y sus alrededores. No obstante, lo que se habia iniciado como un fenémeno urbano, limitado a los centros industriales, comenzé a ~ extenderse por las zonas rurales y alas pequefias ciuda- des delas regiones de Toscana, de Emilia y del Valle del Po, La division del Partido Socialista Italiano en dos corrientes terminé de favorecer al nuevo movimiento, __queno encontré ninguna oposicién unificada. A pesar de la ret6rica antipartido de los fasci, a fi- nes de 1921 se organizé el Partido Nacional Fascista (PNB), que tuvo un crecimiento muy répido ya que en su primer afio de vida contd con 250.000 afiliados, $e constituyé en el principal partido politico italia- fo, Entonces, los sectores liberales, al ver este poder de convocatoria, negociaron con los fascistas para las _ lecciones de 1921, yasi fue como los simpatizantes de ~ Mussolini accedieron al Parlamento. La Marcha sobre Roma En 1922, los fascistas organizaron una marcha so- bre Roma con a finalidad de forzar a renuncia del go- bierno e impulsar el nombramiento de Benito Musso- lini como primer ministro. En ella se movilizaron miles de escuadristas, financiados por los grandes industria- les de Milén, vestidos con sus caracteristicas “camisas negras’, mientras Mussolini esperaba el desenlace de Jos acontecimientos. HI primer ministro italiano, Luigi Fasta, le solicit al rey Vittorio Emanuele la declaracién del estado de sitio para detener la marcha, pero el monarca se opuso a la medida argumentando que el impedimento podia ocasionar el desencadenamiento de una guerra civil. En este contexto de debilidad del gobierno, e128 de octubre, 26.000 fascistas hicieron su entrada triunfal en la capital italiana. Ademés de que nadie se los impidié, contaron con el beneplicito de amplios sectores del ejército, La marcha sobre Roma fue usada como arma de presién contra el Estado y, de hecho, se le exigié un gobierno con un minimo de seis ministros fascistas. La insurreccién fascista no se limit6 a ese acontecimien- to sino que en muchas ciudades se ocuparon edificios gubernamentales, de correros y estaciones ferroviarias. Todos estos acontecimientos demostraban el significa tivo aumento del apoyo a Mussolini. E129 de octubre, después de la aplastante muestra de los fascistas, el rey le otorgé el gobierno a Mussolini y le encomends la formacién de un nuevo gabinete. Los acontecimientos posteriores demostraron que Ja marcha sobre Roma fue el primer paso hacia la des- truccidn del Estado liberal y la instauracién de un Bs- tado totalitario. Mussolini gels formaciones de escuadrias en la ‘marcha sobre Roma A cw, . Que fueron y quiénes conformaban los Fasc di Combattimento? : ZPor qué el discurso fascista era atractivo para las clases propietarias? Los comienzos del régimen fascista Durante los primeros meses, Mussolini actué con cautela, respetando tanto la autoridad del rey como los mecanismos institucionales. Su gabinete estaba integrado por fascistas, pero también por liberales, demécratas y nacionalistas. No obstante, desde 1922 ‘Mussolini fue construyendo el Nuevo Estado Fascista, como jefe del gobierno politico. Durante los primeros meses de su gobierno impulsé medidas para quitarle autonomia al PNF y obtener, asf, su control. Dentro de estas, podemos mencionar la creacién del Gran Consiglio, presidido por 61 mismo y acompaftado por los méximos dirigentes partidarios. Este nuevo drga- no no solo asumié la direccién partidaria sino que se convirtié en un “gobierno sombra” desde el cual se prepararon las leyes que pusieron en marcha la demo- licién de la democracia parlamentaria. La primera de elas fue Ia instauracién de la milicia voluntaria para la seguridad nacional, que colocé legalmente a los fasci di combattimento bajo el mando directo del efe de gobier- no, Esto le permitié a Mussolini mantener una politica ambigua entre el respeto por la institucionalidad de Ja democracia liberal y el accionar violento de estos grupos, que utilizaba segiin su conveniencia. El Gran Consiglio también aprob6 una reforma electoral, la Ley Acerbo, que otorgaba a la lista mas votada los dos tercios de los representantes en el Par- lamento. En las elecciones parlamentarias de 1924, que se celebraron en un clima de intimidacién y violencia denunciada por los partidos socialista y comunista, PNF fue el gran triunfador. ‘Alinaugurarse las sesiones del nuevo Parlamento, 1 diputado socialista Giacomo Matteotti realiz6 una cxitica demoledora del fascismo, que tuvo una amplia repercusién en toda Italia. A los pocos dias, Matteotti fue secuestrado en pleno centro dela ciudad de Roma ysu cadaver aparecié dos meses después. La situacién, ademds, provocé un aceleramiento en la implementa- cin de la dictadura: el primer paso fue impedir por la fuerza a los socialistas que ocuparan sus escafios en el Parlamento. Apesar del aumento de la actividad de los oposito- res, el régimen logré subsistir con el apoyo del accio- nar violento de los fasci di combattimento. 90 La instauraci6n de la dictadura A partir de 1925, el fascismo inicié una etapa de transformacién del sistema politico italiano en un nuevo régimen de partido tinico. Los cambios e lleva rona cabo de forma legal, por medio de la aprobacién de una serie de leyes ~conocidas como “leyes fascis- tisimas’~ por parte del Parlamento, dominado porlos fascistas. Estas leyes establecieron la supresi6n de los partidos politicos, de los sindicatos y de la libertad de prensa, Estos derechos politicos fueron reemplazados por una estructura corporativa que subordinaba la iniciativa individual al interés nacional, determinado por Mussolini. Ademés, se abolié la Camara de Dipu- tados y se la sustituyé por la Cémara de Fascios y de Jas Corporaciones. Elnuevo régimen corporativo tenia como objetivo eliminar la lucha de clases a partir de la intervencién del Estado, Para ello se crearon corporaciones por ra- mas de actividad (transportes, minerfa, agricultura) integradas por representantes de patrones y obreros, con la estricta supervisién de los funcionarios guber- namentales que decidian sobre salarios y cuotas de produccié: Por otra parte, si bien el PNF fue el tinico partido politico autorizado, se convirtié en un mero instru- mento propagandistico, ttil para disciplinar a sus mi- litantes. Los opositores, en tanto, fueron perseguidos por una nueva policfa secreta y juegados por un tribu- nal especial encargado de delitos politicos. En el plano econémico, el fascismo sostuvo, al principio, una politica econémica liberal favorable a las grandes empresas, pero, a partir de 1925, se vole una politica intervencionista. Con un gran despliegue propagandistico impulsé un conjunto de iniciativas presentadas como “bata- las”: la “batalla del trigo”; la reevaluacién de la lira a costa de reducir los salarios en un 20%; un proyecto para poner en produccién zonas pantanosas en el va- Ie del Po, eteétera. Tras la crisis de 1929, la intervencién del Estado en la economia aumenté y se opté por la autarquia. Se fomenté la concentracién industrial y, en 1933, se creé el Instituto para la Reconstruccién Industrial (IRI) destinada a canalizar las inversiones del Estado hacia industrias de valor estratégico. ‘Adoctrinamiento y control social “El Bstado fascista aspiré a controlar la cultura, las actividades de la poblacién y hasta su forma de pensar. ara ello, puso bajo su control los medios de comuni- cacién (prensa, radio y cine) mediante el Ministerio de Propaganda y el de Cultura Popular. ‘Una de sus principales preocupaciones eran los j6- ‘venes, por lo que le otorgé una gran importancia a la educacién. Los maestros fueron obligados a impartir ‘dases vestidos con camisas negras, y los profesores tuniversitarios debieron jurar fidelidad al régimen. De esta manera, los docentes fueron transformados en fancionarios trasmisores de consignas poltticas, difun- ddidas a través de los textos escolares que reflejaban la construccién mitica de Mussolini. “Asimismo, los nitios y jévenes entre 4 y 18 afos debian formar parte de organizaciones juveniles con- troladas por el partido. Se intentaba forjar al italiano ‘muevo en Jas virtudes militares de la disciplina y de la ‘obediencia. Para tratar de moldear el modo de vida de {os italianos, el xégimen fascista implementé una poli- tica que defendia la natalidad y reforzé el papel de es- posay madre. ee _ larelacién con Ia Iglesia catélica ara el régimen fascista, ganar el apoyo de los cat6- licos, que miraban con desconfianza la ilimitada inter- _ vencién del Estado sobre a educacién yla vida cotidia- na de os italianos, constituyé un tema central. Si bien ‘Mussolini era un ateo declarado que muchas veces ha- bfa manifestado abiertamente su anticlericalismo, ini- cid un proceso de acercamiento con la Iglesia catélica, que le servirfa para afianzar su poder. _ __ En 1929 se firmaron los Tratados de Letrén, que usieron fin al litigio entre el Estado Vaticano ya Igle- siay que establectan que el gobierno reconocfa la sobe- Tania del Estado del Vaticano y declarabaal catolicismo Como religidn oficial del Estado italiano, De este modo, Ta Iglesia catélica obtenfa ventajas en materia educati- _¥2, como la obligatoriedad de la materia religién en las escuelas primarias y secundarias. _ Asi, en 1931, el Papa Pio XTle dio su aprobacién al #égimen, incitando a los catélicos a participar en él. Doc. 4 "ta Armada fascist hoy, om ls legionaios romans ayer. Cartel de propaganda fascia, Politica exterior La politica exterior de Mussolini estuvo orientada hacia Ja construccién de Ia imagen internacional de Italia como gran potencia militar y colonial. Por ello, a partir de la década de 1930, comenzé a expandirse fuera de Europa. Como lefste en el capitulo 1, desde fines del siglo x1x, Italia aspiraba a incluir en sus colonias el territorio de Abisinia, pero el proyecto habia culminado con un fra- caso. En 1935, en cambio, Ia victoria acompafé a las tropas fascistas, que lograron conquistar ese territo- rio y parte de Somalia, fundando la colonia de Africa Oriental Italiana. Ademés, en 1939 conquisté Albania y comenzé a reclamar los territorios de Tiinez, Niza y Saboya, que estaban en poder de Francia. Estas con- quistas y reclamos se fundamentaban con el eslogan de la recuperacién de la tradicién imperial romana y su ideal de convertir el mar Mediterrneo en un “lago romano” como en los tiempos de mayor esplendor del Imperio romano (doc. 4). Este accionar de Mussolini conté con el apoyo de Hitler, situacién que acercé a ambos Iideres totalitarios. La guerza civil espatiola (1936-1939), en la que Ita- lia particip6 apoyando a las fuerzas de Franco ~cuyas simpatias con los regimenes totalitarios era explicitas-, Ie oftecié al fascismo italiano la oportunidad de inter- venir en un conflicto internacional exportando la ima- gende gran potencia. El fin de la guerra en Alemania Como yalleiste, la entrada de os Estados Unidosala Primera Guerra Mundial inclin6 el resultado a favor de Jos alindos. La situacién del Imperio alemén era deses perante, la crisis econémica afectaba fundamentalmen- teala poblacién civil, en tanto que el ejército se encon- traba sin reservas y desmoralizado, En este contexto, el alto mando militar le solicit al poder politico el inicio de negociaciones de paz, pero el presidente norteame- ricano Wilson proclamé que solo negociarfa con un gobierno alemén democritico. En noviembre de 1918 se inicié una revolucién obrera en Berlin. El motivo fue el motin de los mari- neros de la flota alemana estacionada en el mar Negro, que se negaron @ realizar una tltima batalla contra la escuadra inglesa. Siguiendo el ejemplo soviético, orga- nizaron un soviet que decidié abandonar la guerra. Los levantamientos de obreros, soldados y marineros se ex- tendieron por todo el territorio imperial, forzando la abdicacién del Kaiser (emperador) Guillermo Il, que huyé a Holanda el 9 de noviembre de 1918. Muchos observadores se atrevieron a predecir la inminencia de tuna revolucién similar ala rusa. El Partido Socialdemécrata, que representaba a los obreros de tendenciareformista cuyo lider eraFriedrich Ebert, se alié con los partidos Demécrata Alemén y del Centro Catélico, que representaban los intereses de la burguesia liberal para establecer una Republica que contaba con el apoyo del alto mando militar. Los obre- ros de tendencia revolucionaria (Liga Espartaquista y Partido Comunista alemén) intentaron tomar el poder por medio de una insurreccién populas, siguiendo el ejemplo de los bolcheviques, pero fueron duramente reprimidos por el ejército. Sus lideres, Rosa Luxembur- g0y Karl Liebknecht, fueron detenidos y asesinados. La Repdblica de Weimar En febrero de 1919 se reunié una asamblea cons- tituyente en la ciudad de Weimar, que proclamé una Constitucién que establecia un sistema representativo, republicano y federal, con un presidente y dos cémaras parlamentarias: el Reichsrat (cimara de representacién federal) y el Reichstag (c4mara legislativa), ambas ele- gidas por suftagio universal. Friedrich Ebert fue electo 92 como primer presidente. La nueva Constitucién intro- dujo notables cambios respecto de la época imperial: ‘voto femenino, la representacién proporcional de los partidos politicos en la cémara legislativa, la iniciativa popular ya jornada laboral de ocho horas. Este cambio politico, sin embargo, no modificé la estructura social, en la que se mantuvo un régimen de grandes propieda- des en manos de las clases acomodadas (terratenientes, fancionarios, oficiales del ejército, policias y jueces).. Desde sus inicios, la nueva repiblica mostré su debili- dad frente a ataque constante de sus adversarios, tanto de derecha como de izquierda. A ello se sumaba la crisis econdmica que afectaba a Europa, que en Alemania se profundizaba debido a su abultada deuda externa por el pago de gastos e indemnizaciones de guerra estable- cidos en el Tratado de Versalles. Ademés, aestas deudas se agregaban los gastos de la deuda interna por el pago de pensiones a veteranos de guerra, viudas y huérfanos. El gobierno republicano intenté sanearla economia sin imponer nuevos impuestos, pero fracasé debido al descontrolado aumento de la inflacién. A fines de 1923, a crisis alcanz6 su momento més agudo: el mar- cose desvalorizé totalmente y muchos alemanes se en- contraron con que sus ahorros de toda la vida no eran ‘més que una masa de papeles inservibles (doc. 5). Para evitar que Alemania cayera en manos de los comunistas como consecuencia de la crisis econémi- cay social, se reformularon los plazos para el pago de reparaciones de guerra (el Plan Dawes) y los Estados Unidos realizaron un importante préstamo para iniciar la recuperacién econémica. Doc. 5 Nios ugando con fj de billets, que habian perdido suvalora causa dela hiperinlacon, Los origenes del nazismo Los oe ————____—__ La derrota alemana ya firma del Tratado de Versa- Iles provocaron en muchos grupos alemanes un senti- miento de humillacién. Uno de estos grupos, que con- ‘denaba a la politica socialdemécrata como la principal responsable, fue el Partido Alemén de los Trabajadores. Jin sus filasfiguraba un ex combatiente de origen aus- trfaco y que solo habfa alcanzado la categoria de cabo “Adolf Hitler- y que en pocos afios habia logrado po- sicionarse como un importante dirigente, gracias a su discurso militarista y anticomunista. Un fio después, el partido tom6 el nombre de Par- tido Obrero Nacional Socialista Aleman (Partido ‘NAZI, porsus siglas en alemén), que conté con una gran cantidad de adherentes reclutados entre ex oficiales, sol- dados, desocupados y sectores medios e industriales, en- tre otros, que temfan el avance del comunismo. BL 8 de noviembre de 1923, en plena crisis eco- ‘némica, los nazis ensayaron un golpe de Estado en la ‘ciudad de Munich (conocido como el putsch de Mu- nich), capital de la regién de Baviera. El intento, que fue acompafiado por una manifestacion en las calles de a ciudad, fue abortado. Hitler fue juzgado y condena- doa cinco afios de cércel, aunque solo estuvo en pri- sién mueve meses. En ese tiempo escribié Mi lucha, un libzo en el que enuncié los principios del nazismo: an- ticomunismo, antiliberalismo y antisemitismo. La importancia dela obra radica en la fuerza de su adoctri- namiento: unas pocas ideas, expresadas en forma sim- ple y reiterada hasta lograr una muy buena recepcién enun gran ntimero de lectores. ‘Tropasdeasato de Hiler durante el putsch de Munich El fracaso del golpe de Munich convencié a Hitler de que el poder debia ser conquistado de forma legal, es decir, a través de las elecciones parlamentarias. De ido a esto comenzé a reorganizar al Partido Nazi que, en 1926, contaba ya con més de 40.000 adherentes. A pesar de eso en las elecciones de 1928 solo obtuvo el 2,6%6 de los votos. El ascenso al poder de Hitler Los catastréficos efectos de la crisis desatada en 1929 fueron aprovechados por el Partido Nazi para fortalecer su propaganda antiliberal y ganar nuevos adherentes. Los efectos positivos de esta politica se evidenciaron en 1932, cuando se celebraron los co- micios del Reichstag en los que los nazis obtuvieron €1 37,3% de los votos (en detrimento de los partidos nacionalistas liberales), convirtiéndose en la primera fuerza politica alemana. Por esta causa, a comienzos de 1933, el presidente Hindenburg oftecié a Hitler la jefatura de un gobierno de coalicién: Hitler fue nom- brado canciller (primer ministro). En la llegada de Hitler ala cancillerfa se combina- ron los medios legales, es decir, las elecciones, con la presién ejercida a través de paradas militares, grandes concentraciones y acciones callejeras violentas. A ello se sumé una serie de intrigas politicas en las que par- ticiparon activamente sectores del ejército y magnates, de las finanzas, como Krupp, Schrdder, Thyssen o von Papen. De hecho, muchos de estos empresarios tuvie- ron una reunién con Hitler para brindarle su apoyo, en caso de que él acabara con el supuesto peligro de una revolucién comunista, Durante los dias previos al nombramiento, y en las semanas siguientes, se produjeron numerosos en- frentamientos entre los partidarios de los nazis y sus adversarios, sobre todo en los barrios proletarios de Berlin, Muchos obreros, algunos integrantes de los partidos comunista y socialdemécrata, se oponian a los nazis y a sus proclamas a favor de la superioridad de la nacién alemana, de la raza aria y de volver a ser tun “gran imperio’, Pero, aunque organizaron diversas ‘manifestaciones contrarias a Hitler, no lograron evitar due este llegara al poder para quedarse, conduciendo ala sociedad alemanaa uno de los perfodos més nefas- tos de su historia. 93

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