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Programa¢oditorial Argumentacion, teoria y practica Manual introductorio a las teorias de la argumentacién Segunda edicién Pedro Posada Gémez Coleccién Artes y Humanidades Posada Gomez, Pedro. Atgumentacién ; teoria y prictica, introduceién « las teorlas de fa argumentacién / Pedto Posada Gémez. -- Santiago de Cali : Universidad del Valle, 2010. 160 p. ; 24 om, -- (Coleccién artes y humanidades) Incluye bibliograffas, ISBN 978-958-670-826-7 1. Teoria de la argumentactin 2. Légica ~ Teorias 3. Perswasién (Retérica) - Manuales 4. Razonamiento 5. Dialéctica 6. Pragmatica 1. Tit. Il. Serie 160 ed 21 ed, A1274134 CEP-Banco de la Repiblica. Biblioteca Luis Angel Arango Universidad del Valle Programa Editorial ‘Titulo: Argumeniacién: Teoria y practica. Introduccion a las Teorias de ta Argumeniacion. Autor: Pedra Posada Gémez ISBN: 978-958-670-826-7 Coleccién: Ciencias Sociales Primera edicién, Agosto 2004 Sepund: edicién. Rector de la Universidad del Vatle: Tvan Enrique Ramos Calderon Vicerrectora de Investigaciones: Carolina Isaza de Loutide Director del Programa Editorial: Vietor Hugo Dueftas Rivers © Universidad del Valle © Pedro Posada Gémez Disefio de caritula, diagramacién y correccién de estilo: G&G Editores, Impreso en: Imprenta Departamental del Valle del Cauca Universidad del Valle Ciudad Universitaria, Meléndez A.A,025360 Cali, Colombia ‘Teléfono: (+57) (2) 321 22 27 - Telefax: (+57) (2) 330 88 77 editorial@univalle.edu.co Esle libro, o parte de él, no puede ser reproducido por ningtin medio sin autorizacién escrita de la Universidad del Valle. El contenido de esta obra corresponde ai derecho de expresin del autor y no compromete el pensamiento institucional de la Universidad del Valle, ni genera su responsabilidad frente a terceros. El autor asume la responsabilidad por los derechos de autor y conexos contenidos en la obra, asi como por la eventual informacion seasible publicada en ella. Cali, Colombia - Noviembre de 2010 INDICE Prefacio Capitulo 1 De la Retérica a la Teoria de la Argumentacién Capitulo 2 El esquema basico de la argumentaci6n, segin 8. E. Toulmin Capitulo 3 Nociones pretiminares de la Nueva Retérica Capitulo 4 Las premisas de la argumentacién Capitulo 5 Nexos argumentativos I: Los argumentos cuasilégicos Capitulo 6 Nexos argumentativos I]: Los argumentos basados en la estructura de lo real Capitulo 7 Nexos argumentativos II: Los argumentos que fundan la estructura de lo real Capitulo 8 La disociacién de las nociones 27 35 47 61 3 85 Capitulo 9 La fuerza de Jos argumentos Capitulo 10 E] modelo pragma-dialéctico de analisis de la argumentacién Capitulo 11 ‘Tres miradas sobre las falacias Capitulo 12 Logica, Dialéctica y Retérica: La propuesta de J. Habermas para una teorfa general del discurso argumentativo Bibliografia Indice general de contenido 93 103 127 155 Wt 175 PREFACIO Este texto es un intento de presentar de manera sencilla y aplicada las bases tedricas y las técnicas argumentativas desarrolladas por la Teoria de la Argumentacién de Chaim Perelman y Lucie Olbrechts-Tyteca, tam- bién conocida como la Nueva Retérica (capitulos 3 al 8). Complemen- tamos la teoria de Perelman-Olbrechts, con la presentacién del esquema basico de la argumentacién propuesto por Stephen E. Toulmin (capitu- lo 2) y con la tipologia de los discursos argumentativos desarrollada por Jargen Habermas que presenta un panorama abierto en la busqueda de una teoria general del discurso argumentativo (capitulo 12). El capitulo 16 presenta las nociones basicas de la teoria Pragma-dialéctica (0 Nueva Dialéctica) de Eemeren y Grootendorst. El capitulo 11 relaciona algunas teorias sobre los argumentos fallidos, conocidos como sofismas o falacias. Los capitulos que desarrollan las nociones hasicas de a Nueva Retérica van acompafiades de ejercicios de aplicacién. Esperamos que este texto se constituya en una herramienta util para to- das aquellas personas que buscan mejorar su competencia para argumentar de forma convincente, persuasiva y eficaz, bajo el entendimiento de que el lenguaje, el discurso y el didlogo son Jos instrumentos para la busqueda del acuerdo entre las personas, y de que el ejercicio libre, democratico y respon- sable de la palabra es un derecho y un deber del ciudadano actual. Pedro Posada Gomez Profesor asociado, Universidad del Valie CapituLo 4 DE LA RETORICA A LA TEORIA DE LA ARGUMENTACION El siglo Xx asisti6 a dos fenémenos paralelos: de un lado, a la crisis del ideal racionalista de encontrar un lenguaje légico y exacto en el cual pudieran resolverse todas las disputas humanas (formulado por Leibniz); y, del otro, al nacimiento de las ciencias del lenguaje (El Curso de lingilistica general de Ferdinand de Saussure se publica en 1916; por la misma época, Charles Sanders Peirce publica 4 System of Logic, Considered as Semiotic). Las disciplinas del canon aristotélico: Légica, Dialéctica y Retérica fueron de nuevo motivo de reflexién y revisién por parte de Los fildsofos del len- guaje, a la luz de los desarrollos de Jas ciencias del lenguaje. Desde un punto de vista histérico, y en términos muy generales, es posible reconocer que se presentaron tres grandes periodos en las concep- ciones de las tres disciplinas mencionadas: a. La légica griega (0 clasica) tenia principalmente un caracter ontolé- gico!, dispuesta para resolver problemas sobre el ser y el no-ser; la légica de los filsofos modernos fue concebida como arte del correcto pensar y tiene un enfoque psicoldgico; la légica contemporinea (después de Frege, Whitehead y Russell) est& ligada a la nocién de caleulo axiomatico y es presentada como un lenguaje formalizado con fines calculisticos, que ha ganado el estatuto de ciencia independiente. b. Por el lado de Ja dialéctica, se pas de la concepcién antigua de dia- léctica como didlogo filoséfico, como arte de preguntar y responder, a la dialéctica ontologizada de Hegel, y de alguna version del materialismo dia- Iéctico, pasando por la identificacién de la dialéctica con la Logica, hasta el siglo XX, cuando asistimos al renacimiento de nociones como dialogicidad, didlogo y conversacién, etc. (Bajtin, Habermas, Grice). 1, Sigo la clasificacién presentada por Erast Tugendhat y Ursula Wolf (1997), Peno Posava Giimee c. Finalmente, en el caso de la retérica se puede hablar’, en un primer momento, de una retdrica antigua (Aristoteles, Cicerén, Quintiliano) preocupada a la vez por persuadir y convencer, pero limitada al discurso verbal de un orador frente a un publico relativamente pasivo; esta concep- cién de la retérica sera abandonada oficialmente cuando Petrus Ramus (0 Pierre de la Ramée, 1515-1572) logra imponer una concepcién de la retori- ca como arte del buen decir, limitada al estudio sistematico de las figuras de estilo que deben adornar al discurso, y desligada radicalmente de la logica y la dialéctica. Segin nos informa el profesor Adolfo Leén Gomez: “(...) el 16- gico Petrus Ramus trasladé a la dialéctica (en el llamado irivium*) los aspectos Tégicos que tenia la retdrica y los aspectos poéticos, los trasladé a la gramética ya la poética, Ramus fragmenté la retérica antigua en partes, y Ia que nos que- d6 fue la parte mas mala, porque redujo la retorica a mero adomo™; concep- cién esta de la retérica moderna (llamada por Perelman ‘retorica clasica’) que predomind hasta mediados del siglo XX. A fines de los afios cincuen- ta del siglo XX se produce el renacimiento de Ia retérica, con los trabajos de la Nueva Retérica de Chatm Perelman y Lucie Olbrechts-Tyteca (en la cultura de lengua francesa) y con los escritos de 8. E. Toulmin (en la cultura anglosajona). Independientemente de la pertinencia de los periodgs histéricos, tan es- quematicamente presentados, lo que resulta innegable es el renovado in- terés por las ciencias y artes del discurso, en un mundo humane que ha pasado por dos guerras mundiales, que ha padecido la mano férrea de los totalitarisinos, y que ha visto tambalearse y caer las ideologias dogmaticas y absolutistas ligadas a la religién, a la politica, a la ciencia y al mismo ta- cionalismo modero. Desde la dptica filoséfica, et renacimiento de las artes del discurso esta ligado también a una reivindicacién de fa llamada razdn practica; es decir, el ejercicio de la razon enfocado a garantizar las pautas de la convivencia en sociedad*, No es casual que dos de los principales teéricos de las nue- vas teorias sobre la argumentacion (Perelman y Toulmin) reconozean en el discurse juridico (que evaléa hechos y circunstancias para tomar decisio- nes razonables y justas sobre la conducta humana) un modelo de racionali- dad practica, que inspira las nuevas teorias que aspiran a constituirsc cn un “organon” de dicha racionalidad.‘ En términos generales, tres de los autores 2. Sigo la clusificacién sugerida por Perelman-Olbrechts (1994). 3. BI ‘pensum’ de la universided medievat constaba de tres materias relstivas a la palabra, el erivium (gramatica, dialéctica y reldrica) y cuatre relativas a la exploracién de! mando, 2 lo matemtico, el cuadrivium (geometria y aritmética, astronomia y milsica). 4. Adolfo Ledn Gomer (1999). Seis conférencias sobre tearfa de Ia arguonentacién. p. 34. 4. Por oposicién a la Razin teérica © Razin pura, asociada desde Kant al conocimiento del mundo objetive y al desarrollo de lay viencias naturales. 6. Véase Adolf Leim Gémez (1991). La primacta de la raxén préctica, Universidad éel Valle, Cali, 12 Aciusvencton: Teoata ¥ PRACTICA, que sirven de base tedrica para este texto (Perelman, Toulmin y Habermas) coinciden en dos aspectos fundamentales: 1) Coineiden, en primer lugar, en sefialar las dificultades a que ha lleva- do el predominio, en el pensamiento modcrno, del racionalismo de inspi- tacién matematica, sobre todo al momento de querer resolver los asuntos de la racionalidad practico-moral. Asi, Perelman rechazara la condena al irracionalismo 0 al voluntarismo de las cuestiones sobre los valores a la que lego en su momento la filosofia del positivismo légico’; Toulmin sefialaré Jas limitaciones del enfoque légico formal para enfrentar las argumentacio- nes practicas, y ambos encontraran en el razonamicnto juridico un modelo Para repensar la argumentacién practica en gencral*. La misma posicion frente a la filosofia de] andlisis logico la encontraremos en la discusién que Habermas desarrollara, mas tarde, contra la llamada meta¢tica y contra el intuicionismo en filosofia moral, en su cnsayo para fundamentar la ética discursiva.” 2) En segundo lugar, los tres autores 1e conceden a la argumentacion un lugar central, ya no sélo para el reino de la razén practico-moral, sino para la construccién completa de todo el campo del conocimiento y la indaga- cién racional. En el capitulo final de £/ imperio retérico, Perelman afirma que si entendemos la retorica como una “teoria general del discurso persua- sivo”, que busca la adhesién “tanto racional como emotiva”, ella “cubre el campo inmenso del pensamiento no formalizado”.'° Habermas por su parte considera que el concepto de ‘“racionalidad comunicativa’, que involucra una conexin sistematica de pretensiones de validez, “tiene que ser ade- cuadamente desarrollado por medio de una teoria de la argumentacién”." Volveremos, en el capitulo 12, sobre la propuesta de Habermas. En el caso de Toulmin encontramos una idea semejante en su concepcidn de las “empresas racionales” de la humanidad: es decir, las ciencias y discipli- nas que deben desarrollar cada una su respectiva forma de argumentacidn: Asi como los argumentos juridicos sélo resultan sélidos y aceptables en la medida en que sirven a los fines mas amplios del provedimicnto judicial, esi también fos argumentos cientificos sélo resuitan sélidos en la medida en que pueden servir al fin més emplio de mejorar nuestra comprensién cientifica. ¥ lo mismo vale pera otros campos. Sdlo entendomos ia fuerza basica de 7. Vease la introducci6n a Perelman (1997). E? amperio retérico, p. LL. 8, Afirma Toulmin, en el Preficio de 1962 a su libro: The uses of argument, que la tesis central det mismo sigue signdo “e! contraste entre los esiéndares y valores del razonamiento prético (...) y cl sriterio abstrecto y formal desarrollado al interior de la légica matemética y en mucha de la episte- mologia del siglo veinte..” 9. Véase: Habermas (1985). Conctencta moral y accién comunicativa, Cap. TI: Etica del discurso. 10, Perelman (1997), Op. cit., p. 211 11, Habermas (1999), Teoria de la acciin comauntectiva, vol. 1, p. 36. B Pengo Pogana Gownz los arguments médicos en la medida en que entendemos la empresa que es la medicina misina. ¥ lo mismo cabe decir de los negocios, de la politica y de cualquier otca campo, En todas estos carnpos de la actividad humana, el razonamiento y la argumentacidn tienen su lugar come elementos centrales dentro de una empresa humana mis amplia, ¥ para subrayar este rasgo el hecho de que todas estas actividades pongan su confianza en la alegacion y evaluncidn critica de razones y argumentos-, nos teferizemos a todas cllas come empresas racionales. No es fortuito, por tanto, que 1os fildsofos de la retériea y la argumen- tacién que sirven de base a este texto, sean reconocidos defensores del espiritu democratico y pluralista, que es el mejor legado de la cultura occi- dental para el resto del mundo. El renacimiento de las artes y ciencias del lenguaje es una manifestacion del esptritu prudente con el que la humani- dad, o una parte de ella, intenta domesticar las pulsiones violentas que a veces dominan al ser humano. La reivindicacién de Ja racionalidad practica compensa el predomi- nio en la sociedad moderna de una racionalidad meramente instrumental, utilitarista y estratégica. Es cierto que las palabras y el discurso también sitven para engaftar, manipular y dominar; pero en la misma palabra teside Ja esperanza de humanizar a la humanidad y superar su prehistoria. 12, Toulmin, Rieke y Janik (1979). 41 intradierion 10 reasoning, p. 28. 4 Carituco 2 EL ESQUEMA BASICO OE LA ARGUMENTACION, SEGUN §., E. TOULMIN Stephen Edelston Toulmin (Londres, 1922) es uno de los mas prestigio- sos y polifacéticos filésofos desde mediados del siglo XX. En su extensa obra se ha ocupado de la ética (FI lugar de la razdn en la ética, 1950), de la filosofia del lenguaje (La Viena de Wittgenstein, 1973), de la filosofia de la ciencia (La comprensién humana, 1972), de la teoria de ta argumentacién (The uses of argument, 1958, y An introduction to reasoning, 1979) y, en general, de los destinos de) pensamiento moderno (Cosmdpolis, 1990), En este capitulo presentaremos ¢] esquema basico de la argumentacion Propuesto por Toulmin, con sus seis componentes basicos. Pero, antes, algunas definiciones oftecidas por el autor: E] término argumentacién seri usado para referimos a Ta actividad comple- ta de haver aseveraciones (claims), cuestionarlas, respaldarlas con razones, criticar esas razones, refutar las criticas, etc. E] término razonamiento! sera usado, més estrictamente, para la actividad central de presentar razones para sustentar una aseveraién (claim), asi como para mostrar en qué medida las razones verdaderamente fortalecen la aseveraci6a. Un argumento, en el sen- tido de una cadena de razonamientos"*, os la secucncia de aseveraciones ¥ razones entrelazadas que, entre si, estublecen el contenido y ja fuerza de la posicion desde la cual argumenta un hablante en particular. 13, Bn Toulmin et al. (1979), Op cit.,p. 13. 14. El concepto de ‘reasoning’ prepueste por Toulmin coincide mejor con la nocién espatiola de “argumentar”, aunque también usamos ‘razonamiento’ para la actividad genética de dar y entrelazar razones. 15. Toulmin usa la metéfora o analogia del train of reasoning, “tren de ruzonamientos”, poco usual en espaol. Una expresién parecida, hoy en desuso, es ef cologuialismo “encarrilar la conversacién”. Papno Posana Goss Asi, para Toulmin, un argumento es ya un acto complejo, que involucra varios juicios ligados entre s{; y una argumentacion es una actividad atin mas compleja que supone defender los argumentos ante un interlocutor; es decir, que supone la actitud dialéctica. El autor ha presentado dos versiones, casi idénticas, del esquema basico de un argumento (o de una argumentacién simple). Veamos, primero de modo esquematico, las dos versiones: En su texto de 1959, el autor parte del modelo basico: apoyandonos en datos, que considcramos evidentes o establecidos ‘extraemos’, inferimos, determinada conclusion (en la forma “Si D entonces C”). A continuacién, Toulmin explicita este esquema elemental con expresiones como “Datos como D lo autorizan a uno a sacar conclusiones © a hacer aseveraciones como C”, 0, alternativamente: “Dados los datos D, uno puede afirmar que C”. Un andlisis mas detenido muestra otros cuatro elementos en la estructura de un argumento completo: Los datos (D) apoyan la conclusién (C) con una determinada fierza o intensidad: ésta queda demarcada por el uso de expresiones como “Si D, posiblemente C -seguramente que C, con absoluta certeza C, tal vez C, etc”, Toulmin llama a estas nociones que indican la fuerza: “calificadores modales” 0 ‘modalizadores’ (modal qualifications). Estos sefialan el grado de adhesién que el orador le concede al nexo entre sus premisas y su conclusién (0 el grado de adhesién que solicita para ellas a su auditorio). Pero los datos y hechos que consideramos en cada caso como premisas, hacen parte de otros tipos de datos y hechos que conocemos previamente (clasificamos cada dato nuevo como un caso semejante a otros anteriores). Ese grupo de hechos, datos, experiencias, recuerdos, etc, “acompafian, apo- yan, refuerzan o respaldan nuestra comprensién del dato (o datos) que apo- ya nuestra aseveracion final o conclusin”. A este grupo de datos previos (presupuestos como validos o verdaderos 0 veridicos) los Hama Toulmin “Respaldos” (backing). A su vez, los hechos que respaldan nuestros datos han sido previamente clasificados, originando reglas, ‘leyes’, reglamentos, codigos, sistemas de pensamiento, que explican ese cimulo de hechos, etc. Toulmin lama “Garantias” (warrants") a este grupo de tesis, leyes, normas, etc. Por otro lado, el hecho de que concedamos una relativa fuerza a nues- tras aseveraciones es el reconocimiento implicilo de que reeonocemos sus posibles debilidades, que podemos concebir la posibilidad de que fueran falsos si otros hechos o datos fueran verdaderos. Estos iiltimos refutarian, objetarian, debilitarian, invalidarian, nuestra pretensi6n de verdad, nuestra conclusi6n. Toulmin llamé a estos posibles hechos “Reftutaciones u objecio- nes” (QO) (rebuttal). 16, Warrant puede también ser traducide como justificacién, seguro. El término “garantia” permite fa anatogta con lo que en el comescio se lama “documento de garantia”. 16 -AraunsmTacions Trova v meacnics Agregandole los otros cuatro elementos a la forma basica, cl “esquema de los argumentos””” tendra esta forma: Los datos (D) conducen a la conelu- sién o aseveracién (C), en la modalidad (M); dadas las garantias (G) y los respaldos (R) a mcnos que sean validas las refutaciones u objeciones (O). Cuudro 2.1. El esquema de ta argumentacion, Adaptado de Toulmin (1958). Ante Jos-dates D se sigue (en el mode M), la conclusign © Dado que.G A menos que O- Teniendo en cuenta R- En la versién que se dara en 1979", sera reemplazada la expresién Data (datos, hechos o informacion de partida) por laexpresién Grounds, que puede ser traducida como razones, justificaciones, motivos, findamentos, etc. Asi, el nuevo esquema o “diagrama analitico basico” de la argumentacién sera: Cuadro 2.2. El esquema de la argumentacién, segiin Toutmin et al. (1979). “£8 pada nueatm experiencia general en et ‘campo concemiente (Respaidos), De acuerdo corti ‘correspondientes roglas © principios (Garentias), in aseveracién {C) Que puede ser leido como: Los fundamentos (F) soportan, de modo cua- Iificado (M) la aseveracién (C), dados los respaldos (R) y las garantias (G), a menos que tengan lugar las abjeciones (O). 17. The layuut of arguments, En: Toulimin (1958), p. 104 18. Toulmin, Rieke, Janik (1979). An fntrockuction to reasoning, p. 78. 7 rio Posana Gentex Pero ahora debemos ver una caracterizacidn mas precisa de los seis ele- mentos que conforman este esquema. Para ello seguiremos el texto de Toul- min, Rieke y Janik (1979): 1. Aseveraciones (claims), Cuando nos piden que nos ‘embarquemos’ ea un argumento, hay siempre algtin “destino”, estamos invitados a llegar a él, y el primer paso en el andlisis y eritiea del argumento es asegurarse del catdcter preciso de ese destino, Asi, el primer conjunto de preguntas es: 2Qué es exactamente lo que esté usted afirmando? ;Dénde esta usted parado precisamente en este problema? ;¥ con qué posicidn esté usted pidigndonos que estemos de acuerdo como resultado de su argumento? 2. Fundamenios (grounds). Habiendo clatificado la demanda, debemos con- siderar qué tipo de fundamento subyacente se requiere si una demanda de este tipo particular ha de ser aceptada como sélida y fiable. El préximo grupo de preguntas tended que ver por tanto con estos fundamenios: {Qué informacién esta siguiendo usted? {En qué fundamentos esta basada su demanda? {Dénde debemos nosotros empezar si queremus ver qué tanto podemos dar el paso que usted propone y asi acabar aceptando su demanda? Dependiendo del tipo de demanda que est en discusidn, estos fundamen- tos pueden comprender observaciones experimentales, materias de cono- cimicnto comin, datos estadisticos, testimonios personales, aseveraciones previamente establecidas, u otros “datos factuales” comparables. Pero cn todo caso, la demanda en discusién puede ser, 0 no, mas fuerte que los fun damentos que proporeiona para su timdamentacién’, 19. La palabra “claim”, usada como sustantivo y como verbo, esta emparentada con las nociones expuflolas de “demanda’, ‘reclamacién’, ‘solicitud’, ‘afirmaciéu’: y con las de ‘reclamar’, ‘reivin- dicar’, ‘afirmar’, ‘asegurat", ‘pretender’, Posiblemente la palabra del espafiol que mejor expres la idea asociada a ‘claims’ como punto de llegeda de la argumentecién, sea la de ‘aseveracién’. Usando términos de Habermas, podemos entender esta aseveracién come e] resultado de establecer uns tesis con pretensién de validez. Aseverar es pretender devir algo verdadero 0 valido. *Ciatm' tiene otro ‘matiz, que puede verse en la definicién del Diccionario Cambridge Internacional “Una aseverecidn es la afirmacién de que algo es verdadero o ¢s un hecho, aunque otra gente pueda no creerlo”. ¥ como verbo, ‘claii’ es definido corsa al acto de “decir que algo es verdad, aunque unv no pueda probaclo y otra gente pueda no crcorlo”, Esto ¢ltime alude al hecho de que una aseveracién no es una afirmacion cualquiera, sino una que se hace ante un oyente que podria tener razones para ponerla en.duda; cs Pues una pretensién de validez que es nevesario justiticar porque no es evidente, porque es (0 se ha vuelto) dudoss. En esto también coinciden Perelman, Youlmin y Habermas. ‘Traduciré ‘claim’ coma aseveracién, pero siempre con el sentido anexo de pretension de validez, y recordando que en el es- quema de Toulmin ocupa el lugar de In conelnsién o punto de Hegada del proceso argumentativo. 20, De todos modos la idea de ‘datos’, o ‘hechos’ del esquema de 19$9 me parece mas adecuada para describir este primer componente de lit argumentacidn. En espafiol serfa preferible dejar la expresion “fndamentos” (grounds, cx el sentide de “motivos’, ‘razones’, ‘justificaciones’, que también le con- vienten) para el conjunzo completo de promisas que forman; los datos (data), los respalcos (hacking) y Jas garantias (warrants). premisas que fimdamentan nusstra pretension de validez (claim). 8 Axciunten actos TRORLA ¥ PRACTICA 3. Garantias (warrants). Saber en qué esta fundada una demanda es, sin embargo, slo el primer paso hacia la aclaracién de su solidez y fiabilidad Laego, debemos verificar qué tanto esos fndamentos realmente proveen un apoyo genuino para esta demanda en particular y no son s6lo un monton de informacién irrelevante que no tiene nada que yer con la demanda en cuestién —Jiseftada para “tirar Isna encima de nuestros ojos”, por ejemplo-. Asi, ol préximo grupo de preguntas es: ;.Dado ese punto de arranque, cémo justifica usted el paso de estos flimdamentos a csa demanda? {Qué camino fom usted para ir de este punto de arranque a ese destino? Una vez mis, el tipe de respuestas que podemos esperar a este otro juego de preguntas dependerd de qué tipo de demanda esta en discusién. Los pasos de los firndamentos a las aseveraciones estén “garantizados” de maneras di- ferentes en las leyes, en Ia ciencia, en la politica, y asi en cada ambito. Las garantias (warrants) resuiltantes toman la forma de leyes de naturaleza, prin- cipios y estatutos legales, de reglas de cortesia, férmulas de procedimiento, y asi sucesivamente. Pero en cualquier case practico, alguna garantia apro- Piada se necesitard si el paso de Ios fundamentos a las aseveraciones ha de ser fidedigno. 4. Respaldos (backing), Las garantias por si mismas no pueden ser tomadas totalmente como confiables. Una vez que sabemos qué regla o ley, férmula © principio, esta presupuesta bajo determinado argumento. puede levantarse el proximo grupo de preguntas: ils éste realmente un paso seguro para dar? {Nos lleva esta ruta firmemente y fablemente al destino requeride? ZY qué otra informacién general tiene usted para apoyar su confiantza en esta garantia en particular? Las garantias relevanies para aulorizar argumentos en carnpos diferentes de razonamiento requieren tipos diferentes de apoyo (backing). se debe haber egislado Ios estatutos legales vélidamente; las leyes cientificas se deben ha- ber comprobado completamente; y asi sucesivamente. Aparte de los hechos particulares que sirven. como fundamentos (grounds) en cualquier arguren- to dado, necesitamnos averiguar en seguida el cuerpo general de informacion, © respaldo fhacking), eso esti presupuesta por la garantia (warrant) apelada en [a argumentacion. 5. Calificadores modales (modal qualifications). No todos las argumentos -poyan sus aseveraciones 0 conclusiones con el mismo grado de certeza. Al- -gunas garantias invariablemente nos Hevan a la conclusién requerida: otras Jo hacen frecuentemente, pero no con 100% de fiabilidad: otvas tan sdlo lo hacen condicionalmente, 9 con calificaciones (matizaciones, modalizacio- ‘nes) significativas —“normaimente”, “posiblemente”, “exeepto los acciden- tes"=, y asi sucesivamente. De aifi que a continuacién debemos preguntar: {Qué tan fiablemente presta esta garantis el peso exigido para el paso dado de los fundamentos a la demanda? Garantiza absolutamente este paso? {Lo spoya con modalizaciones? ;O nos da, a lo sumo, la base para nna apuesta mas 0 menos arriesgada? Pepa Posana Génaez Una vez mais, los grados y tipos de fuerza con los que las garantias nos autorizan para argumentar varian grandemente de un tipo de caso a otro. Al- gunos llevan a conclusiones “probables”; otros esiablecen “presuntamente” las conclusiones; y asi sucesivameate. El razonamiemo més prictico est de hecho relacionado que con lo que es “probable”, “presunta” 0 “posible- mente” el caso, més bien que con sélo “certezas”. Asi, necesitaremos mirat cuidadosamente los tipes diferentes de frases calificativas fmodais) caracte- tisticas de los diferentes tipos de argumentos précticos, 6. Posibles refutaciones (possible rebuttals). A menos que estemos enfren- tados con uno de esos argumentos raros, en los que el paso central de Ios fundamentos a las aseveraciones se presenta como “cierto” 0 “necesatio”, necesitaremos también conocer —finalmente bajo qué circunstancias el ar- gumento presentado podria decepcionamos. De alti nuestro juego final de preguntas: {Qué tipos de factores o condiciones podrian tiramnos fuera del camino? {Qué posibilidades podrian perturbar este argumento? ,Y en qué presuncio- nes estamos confiando implicitamente en semejante paso? Cualquier excepeién a un argumento cierto o necesario esti abiera a la relita- cidn. Tales refutaciones pueden ser, en algunos casos, muy improbables y difl- ciles de prever, pero s6lo podemos entender totalmente los méritos racionales de los argumentos en cuestion si reconocemos bajo qué cireunstancias (raras pero posibles) ellos posrian demostrar inestabitidad, Después de todo, sélo si hemos enfrentade estas posibilidades improbables por las que ellos pueden faller, estaremnos seguros de que en la practica real podremos ignoratlas. Las aseveraciones involucradas en los argumentos de Ia vida real son, por consiguiente, bien jundadas, s6lo si pueden afrecerse en su apoye fundamen- tos suficientes. de un ipo apropiado y pertinente, Estos fundamentos deben conectarse a las conclusiones mediante garantias fisbles, aplicables, que son a su vez susceptibles de ser justificadas apelande ai apoyo suficiente del tipo pertinente. ¥ la estructura entera del argumento que reiie estos elementos, debe poder ser reconocida como teniendo este o aquel tipo y grado de certoza © probabilidad y como siendo dependiente, para su fiabilidad, de la avsencia de ciertas circunstancias particulures extraordinarias, excepcionales, que de no ser asi lo refutarian’, El esquema de Toulmin puede presentar dificultades para el que trata de aplicarlo en el andlisis por primera vez. Posiblemente la principal sea la distincién entre ‘fundamentos’, ‘respaldos’ y ‘garantias’, pues todos ellos tienen que ver con las premisas 0 puntos de partida de la argumentacién; es decir, con el conjunto de datos, verdades, valores, conocidos y compartidos por los que argumentan y sus auditorios. Propongo considerar los finda- mentos” como hechos o verdades aceptados 0 conocidos actualmente por Rieke, Janik. Op, cit. pp. 25-27, Traduecién nuestra, 22, Bn el sentide de Toulmin; véase, sin embargo, la nota nimere 20, 20 ARGU MENTACION: TrORtA Y PRACTICA el orador y su auditorio; los respaldes como el conjunto de hechos y verda- des semejantes a los actuales y que se tienen por validos o verdaderos con anterioridad; y las gurantias como el conjunto de reglas, leyes, principio 0 regularidades que, se supone, rigen para esos conjuntos de hechos y ver- dades, y que se aplican a la aseveracién que se quiere defender. En este sen- tido, la fundamentacién de un argumento comprende un proceso semejante ala abduccidn de Peirce: es la busqueda de las reglas y casos que permiten subsumir o interpretar un hecho aparentemente andmalo (representado por la aseveracion que se esta examinando). Me parece importante resaltar los pasos generales que implica fa ar- gumentacién en el esquema planteado: Basados o fundados en nuestro conocimiento de la realidad, presentamos aseveraciones que consideramos validas o verdaderas’*. Urgidos por nosotros mismos, o por los otros, inten- tamos justificar (con respaldos y garantias) dichas aseveraciones; modali- zamos 0 ‘medimos’ el alcance de nuestra conclusién segun la fortaleza que concedemos a nuestros fundamentos y justificaciones adicionales; y, de ser factible, tenemos en cuenta las posibles objeciones y refutaciones de nues- tro argumento. Este tiltimo rasgo sefiala el cariz racionalista de la concepcién de Toul- min (que fue discipulo de Popper, padre del ‘racionalismo critic’, que nos pide poner el énfasis en Ja critica y 1a falsacion de hipdtesis, mas que en su verificacién), Este caracter racionalista se muestra en la siguiente cita, que contintia las definiciones antes anotadas, y se refiere precisamente a la no- cién de “racionalidad”: Cualquiera que participe en una argumentacién demuestra su racionalidad © su falta de ella por la forma en que actiia y responde a las razones qne se Ie offecen en pro o en contra de lo que esté en litigio. Si se muestra sbiorto a los argumentos, o bien reconocerd la fuerza de esas racones, o tratara de replicarlas, y en ambos casos se est enffentando a ellas de modo racional. Pero si se muestra sordo a los argumentos. o ignorara las razones en contra, © las replicara con aserciones dogméticas. ¥ ni en uno mi en otro caso estard enfrentandose racionalmente a las cuestiones* Argumentar conlleva exponerse a la critica y estar en la disposicién de aceptar errores y corregirlos: De alli que se haya resaltado el papel de la argumentacidén en los procesos de aprendizaje. Terminaremos este capitulo con algunas ilustraciones del tipo de aniilisis que permite el diagrama de la argumentacién de Toulmin 23. Con Habermas hablaremos de cuatro pretensiones de validez: verdad proposicional, validez nor- umativa, autenticidad expresiva inteligibilidad, Véase el capitulo 12. 24, Toulmin et al. (1979), p. 13. 2 Pepan Posaa Gower? Cuadro 2.3: Ejemplo de arguimentacion en el esquema de Toulmin (1958). D c Hern ba meeide Asi presumiblemente, Harry esun ciudadano britinico Puesto que Amenos que Ww | Una persona nacida en Bermudas R gencralmente es un cindadano britanico | Sus dos progenitores fueran extranjecos 0 él se haya nacionalizado como norte- Teniendo en cuenta americano » | Los correspendientes estatutos y disposiciones legales D: Data (Datos) |W: earns (Gavanias) B: Backing (Rospaldos | Q: Qualifiers (Modalizadtor) ©: Claint (Aseveratin) R: Rebuttal (Objecidn) Que viene a decir: “Harry nacié en Bermudas (D), por tanto, presumi- blemente (Q), Harry es un sibdito britanico (C), puesto que un hombre nacido en Bermudas sera generalmente un subdito britanico, teniendo en cuenta los correspondientes estatutos y disposiciones legales (W), a menos que sus dos padres fueran extranjeros o él se hubiesc nacionalizado como norteamericano (RY. Otra ilustracion tomada de la pagina web: The Toulmin Model of Argu- mentation: 25. Toulmin (1958), p. 104. Ancumentacti: Teli radcnica Cuadre 2.4. Otra ilustracién del esquema de Touimin. Dates Russia has therefore violated St ee (Quilific) — ey (Claitn) of $2 inl. Probably Russia would agreements violate the proposed ban on nuclear weapons testing since (Warrant) Past violations ‘unless are sympiomattic (Rebuttal) of probable future ‘The ban on nuclear vielstions ‘weapons testing is significant!y different from the violated agreements because (Backing) ‘Other nations that frag such a record of violations continued such action; Expert X states that nations that have deca chronic viotdiors nearly always continue such acts: ete. Es decir: “Rusia ha violado 50 de 52 tratados internacionales (dato, he- cho) por lo tanto, probablemente (modalizador o calificador), Rusia podria violar la propuesta de prohibicién de pruebas con misiles nucleares (aseve- racién, conclusion); puesto que tas violaciones pasadas son sintomaticas de probables violaciones futuras (garantia); dado que otras naciones que han tenido tal récord de violaciones contintan baciéndolo; que et experto X dice que las naciones que han sido violadoras crénicas posiblemente siem- pre continuen actuando asi, etc, (respaldos); a menos que el acuerdo sobre pruebas nucleares sea significativamente distinto de los acuerdos violados (objecién o refutacion posible)”. 2 Pepeo Posens Gowez Evercicios E] estudiante o aprendiz podra ejercitarse en el manejo del esquema de Toutmin en dos formas: a. Usandolo como herramienta de andlisis. b. Usandolo como modelo para construir sus propios argumentos, En el primer caso se podra iniciar con cl andlisis de articulos cortos de prensa o de revistas que posean un cardcter argumentativo, es decir, que pre- tendan justificar una tesis o aseveracién. El estudiante deberd identificar pri- mero la tesis en cuestién y luego los demas elementos usados por el autor, Obviamente, en muchos textos podran faltar uno o mas elementos, aunque algunos podran estar implicitos y debcran ser inferidos por el contexto, En la aplicacion constructiva, cl estudiante debera asegurarse de cons- truir sus argumentos con todos los elementos del esquema. En ambos tipes de ejercicio, se deben discutit y corregir colectivamente los resultados. Como ejercicio de andlisis proponemos aplicar el esquema de Toulmin al siguiente texto: Steiner Entre las muchas cosas que ha dicho Steiner en Oviedo, al recibir el premio Principe de Asturias, todas referidas al lenguaje, nos interesa especialmente en esta hora fo referido al habla como arma de guerra, a la militarizacién de las lenguas y los dia- Iectos, que es en fo que estamos parando con los nacionalismos rampantes que han Hegado a su éxtasis con las Torres de Manhattan y los bombardeos de Afeanistén. Haste hace poco sabiamos que habia 20.000 idiomas en el mundo. Hoy slo quedan 5.000, Nosotros darfamos cualquier cosa por salvar el euskera, el catalan o ct lading, Otros, en cambio, quieren desmontar el espafiol, abolir el castellano, bombardear ‘nuestra Iengua comin porque la consideran herramicnta de dominio y vasallaje, cuando la realidad es al contrario en texlos los provesos linguisticos estudiados. Una lengua puede ser ef origen de una nacién, de una colectividad, de una comunidad, el primer entramado del que se van colganido las cosas y se significado, los senti- nnientos del hombre, Jos frutes de la otafiada y la mcinoria undnime, pacientemente escrita, domésticamente eserita. Creemos en la lengua como origen y dunica como apero posterior de la guerra, ef dominio o la venganza, La pran perversiGn del tercer tuilento es éntenider fa lengua del eneiniga y 4x propia como armas prefubricadas para cortar el paso al vecino, al enemigo, al hermano. Los nacionatismos hoy en juego, los racismos beligerantes, los integrismos rampan- tes estén militarizando, s{, la lengua matema de cada pueblo. grande.o pequefio. En Cataluia’se impane ef catélan y se rechaza el espaiol, En et Pais Vasco ya la mera ey ARGLMARTAC ION: Toots ¥ eRACTICA esoritura se ha convertido en un arma que dispara, mds temible que el contenido del mensaje. He conocido en estos dias a una joven editora bielorrmsa que habla et espaftol y ademés comercia saludablemente con él como empresaria de una pequeta editorial en castellano, Le he preguntado por et pujante nacionalistno bielorruso y se ha Ji- mitado a sonreir con enigma asidtico. Las pequeftas lenguas, que fueron lengua de fuego y permuts entre los pueblos, son hoy Ja eausa misma de la querelia, cuando lo herrroso-era tener 20.000 dialectos 0 200.000, Ben Laden ha utilizado siempre ef inglés para hacer sus grandes negocios en el mundo y para quedar galante en las fiestas de Marbella, pero ahora desafla en arabe a um mundo que-no ie entiende 0 se hace traducir, sin que hayamos consegnido saber, hasta toy, qué es lo que se pro- pone, adénde piensa Itegas, quign es su enemigo concreto ademas de Ja Humanidad en general. Lo que caracteriza a los grandes dictadores es que no persiguen una causa vacional, justa o injusta, sino que sé dejan Hovar por el impulso de muerte que les acompaia por dentro y soi sus actos y sus crimenes fo que nos va dando ei perfil histérice de tales personajes. Hiter na perfila a Dachau sino que Dachau perfila a Hitler, Ben Laden seré siempre el hombre que derribé las Torres de Manhattan, pero su mensaje queda tan ccafuse como antes. Las multitudes del Oriente Medio han militarizado absolutamente unos. idiomas creados para | oragion, jamas para el didlogo. Ben Laden hace ta guerra en varias tenguas y su puslo to sabe adénde les lleva. Lo més dramético y amenazante'es que ét también io esti ofvidando. (Francisco Usman, en su columna: Los placeres ¥ tos itias, para el periédiea 2? Mundo de Espafia, 29-10-2001) Capituto 3 NOGIONES PRELIMINARES DE LA NUEVA RETORICA La Teoria de Ja Argumentacion, de Chaim Perelman y Lucie Olbrechts- ‘Tyteca, también conocida como la Nueva Retérica, ocupa un lugar central entre las teorias recientes sobre la argumentaci6n, la retérica y la llamada légica informal o légica del lenguaje cotidiano. La teoria surgié del descontento con el enfoque formalista en el estudio del lenguaje y del razonamiento que, a principios del siglo xx, continuaba el programa del racionalismo modemo de inspiracion cartesiana. Programa que se refleja en el ideal del gran filosofo Leibniz de encontrar un Jenguaje perfecto, con estructura de célculo, que permitiera dirimir todas las disputas filos6ficas con un simple proceso de célculo**. Aplicado a los razonamientos y juicios valorativos el enfoque formalisia sc mostraba insuficiente y errado. En el principio positivista “sdlo tienen va- lor cognitivo los enunciados obtenidos empiricamente o los deducidos por procedimientos de la logica formal”, por no ser él mismo de origen empiri- co ni deducido por la mera légica, por lo que careceria de valor cognitivo. Al negarle el valor cognitivo a los juicios valorativos, el enfoque positivista y formalista les estaba negando racionalidad. Pues sdlo serian ractonales los juicios basados en verdades y evidencias empiricas y légicas. Con ello perdian también su estatus de disciplinas serias, no sdlo la metafisica y la teologia, sino también la ética, 1a moral, la politica y la jurisprudencia. Tal situacién resultaba insostenible para cualquiera que se preocupara por los fundamentos de tales Areas y disciplinas, como cra cl caso de Perelman, filé- sofo del derecho y tedrico de la légica que construiria una Nueva Retorica. 26 G. W. Leibniz (1666). Dissertatio de arte combinatoria, § 62 - 64. Véase también le Expovicisin critica de la filosofia de Leibniz, de Bertrand Russel (1900). Bucnos Aires: Ediciones Siglo XX, 1977. pp. 197-198 FPR Pano Posans Gowrz Nos cuenta en las primeras paginas de E/ imperio retdrico que, hallando- se en la busqueda de una ‘logica de Jos juicios de valor’ (que permitiera ana- lizar los razonamientos practicos) encontré que la herramienta que buscaba ya habia sido desarrollada por Aristételes en algunos libros del Organon (Los Tépicos y Las refutaciones de los sofistas) y en la Retérica. De Jo que se trataba entonces era de recuperar y actualizar el legado aristotélico. Aristételes habia distinguido entre razonamientos ‘apodicticos’ (analiti- cos, de naturaleza meramente légico-formal) y razonamientos dialécticos. Los primeros se desarrollan de forma deductiva, tomando verdades 0 axio- mas como premisas y concluyendo verdades que se derivan logicamente de cilas. Los segundos, los dialécticos, parten de premisas probables, vero- simites, hipotéticas, o razonables, y concluycn, también légicamente, con proposiciones de la misma naturaleza. El estudio aristotélico de estos razo- namientos dialécticos, y de las caracteristicas de los procedimientos retéri- cos, en las obras mencionadas, sirvié de punto de partida para el trabajo de Perelman y Olbrechts-Tyteca (P-OY". Perelman entiende la teoria de la argumentacidn (0 Nueva Retérica) como aquella disciplina que tiene como objeto de estudio “las técnicas dis- cursivas que dejan provocar o acrecentar la adhesin de las personas a las tesis preseniadas para su asentimiento”, es decir, es cl estudio de las téc- nicas que usan los oradores para persuadir 0 convencer a un auditorio de unas determinadas tesis o conclusiones. Esta definicion requiere algunas aclaraciones, que a la vez nos dejan ver algunas diferencias entre la Nueva Retorica y las retéricas Antigna y Clasica: Al igual que la retérica antigua, la Nueva Retérica se enfoca en Ta doble tarea de persuadir y convencer (mas adelante volveremos sobre este par de conceptos, tradicionalmente relacionados con lo emotive, ¢} primero, y con lo racional, el segundo). Micntras que la retérica clasica de la época modema, se limité a la tarea de persuadir mediante los trucos y adonos del discurso (los lamados zropos, o figuras de estilo). La Nueva Retérica estu- dia técnicas argumentativas y no simples figuras de estilo. La retérica antigua estaba enfocada en el discurso oral frente a un au- ditorio de grandes grupos (En un momento dado se la consideraba un arte de espectaculo competitivo). La Nueva Retérica se aplica a todo tipo de discurso lingiistico, oral o escrito; y su concepto de auditorio es més am- plio y mas {écnico: auditorio cs todo aquel (o aquellos} a quien un orador pretende persuadir o convencer; ya sea una persona, una multitud o toda la humanidad: esté o no presente en el momento en que se enuncia el discurso. 27. Para el estudio de la valoraciéa perclmaniana de Ia reérica antigua, desde sus origenes sicilia- ‘nos con Cérax y Tisias, pasando por los sofistas y Platén, hasta Aristiteles, Cicerén y Quintiliano, remitimos a los libros de Perelman y 2 los texios de Adolfo Leén Gémez (1999) y Alfonso Monsalve (1992): Teoria de la argumentacién, Universidad de Antioquia, Medellin 28

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