Professional Documents
Culture Documents
de la política monetaria
El Banco Central debe actuar con un discurso antiinflacionario
como el que comienza a desplegar, pero sin olvidar las circunstancias
que hoy se enfrentan.
ROLF LUDERS
Como en 2008, la economía chilena enfrenta hoy inflación externa, por alzas en el
precio del petróleo y alimentos. No hay que neutralizar por completo estas
presiones inflacionarias. Ello significaría que, para mantener inflación estable, la
inflación en combustibles y alimentos debería ser compensada con caídas en los
restantes precios, para lo cual sería necesario contraer seriamente el gasto, con
medidas recesivas. Además, con tipo de cambio flotante, gran parte del efecto de
esas medidas monetarias para contener la inflación ocurriría a través de caídas en
el tipo de cambio, lo que concentraría el impacto recesivo en los sectores
exportadores. La inacción tampoco es adecuada, en la medida en que la inflación
"importada" puede, vía expectativas, traspasarse a salarios y precios de otros
bienes, transformando un fenómeno transitorio y de origen externo en una
tendencia permanente. La calidad de la política monetaria, entonces, depende de
mantener las expectativas inflacionarias en niveles aceptables y consistentes con
un recorrido inflacionario transitoriamente más elevado, pero que converge a las
tasas de inflación deseables. Una buena política monetaria hoy supone un discurso
más duro, como el que ha comenzado a desarrollar el Banco Central, pero sin
perder de vista las circunstancias reales que se enfrentan y los costos previsibles
de un ajuste centrado en tasas de interés.