Le formacién del movimiento moderna
tracta contraposicién que pone de manifesto
Jos valores geométricos. En este caso, una
conservacion euidadosa ha impedido la ruina
precoz del edifcio, aunque no ha logrado bo-
rrar los numerosos errores y dificultades de
construccién, consecuencia inevitable del ais-
lamiento en que trabajaba Le Corbusier y de
sus irregulares contactos con la industria,
La villa de Garches tiene, por lo tanto,
més valor como manifiesto que como obra
arquiteet6nica conereta; no resiste la com-
paracién con las espléndidas obras contem-
pordneas de Oud, de Dudok, ni siquiera con
los edificios experimentales de Mies van der
Rohe y de Gropius, pero tiene una resonan-
cia y una influencia bastante mayor, y no
sélo por su facilidad de lectura por los st=
gestivos comentarios de Le Corbusier; mien-
tras que cl interés de los arquitectos de la
gencrucion anterior se concentraban princi-
palmente en los detalles, en la textura y en
el empleo de los materiales, aparece ahora
un edificio donde los detalles no cuentan y la
atencién se dirige enérgicamente hacia su
conjunto, hacia el oryanismo. La obra en si
se resiente de ello, pero de este modo el ra-
zonamiento se desvincula de las circunstan-
cias especfficas, de la ocasién contingente y
adquiere tna apertura de mucha mayor im-
portancia, La ensefianza de la villa de Gar-
ches ¢s obviamente independiente de su fina-
lidad y de tos medios técnicos empleados;
puede utilizarse en muchos otros casos, para
‘otros temas, con otros instrumentos y dis
tintos acabados, saliendo al encuentro de las
exigencias que maduran, aqui como en otros
lugares, en relacién con algunos hechos ti-
picos de nuestro tiempo.
3. La herencia de la vanguardia alemana
Elambiente de Ia vanguardiavalenand du-
‘ante los afos de la inmediata posguerra es
rico en experiencias contradictorias, unidas
ala formacién del movimiento moderno qui
zi sélo por una relacién dialéetiwde estimu-
lo y confrontacién,
41
La posicién de Gropius; en el aiio 1919;
es ya substancialmente- opuesta.al-espiritu
de=lasvanguardiasdominantey en los circu
los de aquel tiempo. Ocurre, sin embargo,
!
1 de Gropius;
su ulterior evolucién es debida a la coheren-
cia de un riguroso temperamento individual
¢s cl caso de Miesivan'deVRohe; ‘para otros,
‘euchatnaneniantonnls SO qTETE
to hist6rico de su trabajo es la recuperacién
de la experiencia expresionista, decantada y_
difundida en el ambito del movimiento mo-
=
a
Teastlconsis dewpuds tu! Se, aero
Maettimna pars activa en las polésisas at?
tisticas_y sociales berlinesas, trabaja en el
NOMOPORIPPA scone Se combate de
artistas revolucionarios y ditige Ia revis
1a «Go (inicial de Gestaltung).
Para las Exposiciones del Novembergrapa®
pe; Mies:prepara, entre:1919°V'1923, una se-
Hovdecproveciia \clcos: “leeimemmiabeaae
vidriowene1 919° ye1922"(figs. 493 y 494), uns
cedificio para oficinas en hormigén.armado
ene1922 (fiz. 496). dos-viviendassbajasven
hormigén y ladrillo en 1923.
Resulta diffil valorar estas imagenes ape-
‘nas esbozadas a través de perspectivas y su-
marias indicaciones planimétricas, pero. se
puede entrever sn significado teniendo pre-
sentes las obras posteriores de Mies: Véase
la:torreidesvidriode=1922, a propésito de In
cual escribe su autor: «Losstascacielos:mar
tronco de acero es expresivo. Cuando se lo=
rat tbe wom SSSOT TSR
tras un caos de formas insignificantes y tri-402 EL movimiento moderna
Ss
ee
493, 494, 495, 496 - L. Mies van der Rohe, proyectos de un rascacielos en vidrio (1921), en un edi
ficio para oficinas en hormigén armado (1922) y para la ordenacién de Ia Alexanderplatz de Berlin (1928).
497 (en Ja pégina de la derecha) - Mies van det Robe, proyecto de un edifcio en la Leipziger Strasse
(aio 1928).i
i|
El movimiento moderno
494
- Krefeld, villa Lange (L. Mies van der Rohe, 1928).
498La formacién del movimiento moderno
lochs, ex apes rd
"casas en hormigén y ladrillo, Mies ‘consigue,
con un impresionante esfuerzo de simplifica-
cin, ais
|
Por otra parte,
puesto que stossexinclinanshaciarelmgustordel®
pikowesquenaygeométriegy anchamente di-
fandido en aquel tiempo, sife"que'partenge”
“una exacta valoracién de tas caracteristicas
“iv65y‘captados con irreprochable competen-
ia técnica y transferidos como un chispazo
ca la cristalizacién del resultado arquitect6-
nico.
As os dies raliados ence 1H}
“Ge la vanguardia alemana y reciban distintas
-sugerenclas formales del repertorio expresio-
nerse WORGStHHEGS ce MGS,
ampliar su demostracién para ensefiar un
método general, sino uswonece"a'SUs CO
temporaneos el ejemplo de un compromiso_
individual tan riguroso y preciso que influye
{igualmente en las experiencias sucesivas, en
En las viviendas populares de la NFR
isco cee-on Best, en 1925, en levilla
exGubener1926, y cn Ia villantesKrefeld,
eimn928 (fig. 498) no encontramos ninguna
distorsién polémica;
|
495
Paap a
alargados— sin que se advierta por otra par-
tel empleo de una regia sroméricy alg
Hyg ee ot totes se
BA'1936) Mes construye el monumento a
ihe
‘ma sugestiva imagen del momento vanguar~
dista, ofrecida en homenaje a los eafdos de
enero de 1919— y llega a ser vicepresidente
del Werkbund, iniciando una amplia activi-
dad organizativa de la que se hablard en el
capitulo siguiente, Pero incluso en estas con=
diciones Mies €s ajeno"al empenio teérico: y
‘a veces —en el estilo epigramatico que le es
propio— intentaaclarar su posivién’ insis+
“tiendo sobre el valor decisivo del proyecto:
"para dar sentido y valor a las circunstancias
objetivas:
Nuestra 6poca es un hecho: existe comple-
tamente independiente de nuestro si o de nues-
tro no, pero no es ni mejor ni peor que otta
Spoca ‘cualquiera. No es nada més que un
acontecimiento, de valor indiferente en si mis-
‘mo. Por esto no quiero insistir en el intento de
explicar Ia nueva Spoca, de exhibir sue rela-
jones y de poner al desnudo sus estructuras.
No queremos tampoco sobrevalorar Ia cues-
tin de Ia mecanizacién, de Ia tipificacién y de
Ja normalizacién. Y queremos aceptar como un
hecho cumplido los cambios en las relaciones
econdmicas ¥ sociales.
Todas estas cosas discurren por su propio
‘camino predestinado, ciego a toda valoracién.
“Sélo sera decisive el modo en que sepamos
hacer resaltar nuestro propio valor en la situa-
ignvactual; aqui tan s6lo es donde se inician
Jos problemas espirituales. Novimportarelequesy
sino: slo y simplemente el