You are on page 1of 16
DICCIONARIO DE POLITICA a-j bajo la direccion de NORBERTO BOBBIO, NICOLA MATTEUCCI Y GIANFRANCO PASQUINO nueva edicién enteramente revisada y ampliada redactores de la edicién en espanol JOSE ARICO, MARTI SOLER y JORGE TULA sigio veintiuno jeditores tiuno argentina editores siglo vel 16-44, BOGOTA OE, COLOMBIA 982 38 (con suplemento) regida y aumentada, 1991 isbn 968-23-1042-3 (obra completa) isbn 968-23-1669-3 (vol. 1, de laa ala) derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico nto; el c. académico, como exigen- meme disttiva de una ingenieria soc al ha cia eanfeexistir, Puede (y podria) existir solo e394? Sion con una forma de organizacion de er epublica, mecanica, integrada y com. facta a Pino el estado de policia 4 J. Briickner, Staatswissenschaften, camer ie tnd Naturrecht: ein Beitrag zur Ka ie der politischen Wissenschaft in Deuts: Ged des sfaten 17. und frien 18 Jahrhunderts, cha Beck, 1977; G-F. Miglio, Le origini della aay dell amministrazione, en Atti del I Com: seo di studi di scienca dellammninistrazione, Millan, Giuffre, 1956, P. Sehiera, Dellarte di Memo alle scence dello stato: T cameralismo erassolurisme tedesco, Mian, Giullre, 1968; {W. Small, The cameralists: the pioneers of Ger- AM sucial polity, Chicago, Franklin, 1909 (faes. Moga), k. Zielenziger, Die alten deutschen Kame falisten ein Beitrag 2ur Geschichte der Nationa: fokonomie wid zw” Problem des Merkantilis: mus, Jena, Fischer, 1913. [PIERANGELO SCHIERA) capas, sociedad por. v. SOCIEDAD POR CAPAS capitalismo | EL PROBLEMA DE LA DFFINICION. En el ambito cultural medio al término c. se le atribuyen connotaciones y contenidos muy diversos, reducibles sin embargo a dos grandes acep- ciones. Una primera acepcion restringida de ¢. designa una forma particular, historica- mente especificada, de actuacion economica obien un modo de produccion en sentido tricto o un subsistema economico. Tal subsis- tema esta considerado como parte de un siste: ma social y politico mas amplio y global, para designar al cual no se considera significati You oportuno recurrir al termino de c. Se pre: fiere usar definiciones derivadas del proce so historico de la industrializacion v moder nizacion politico-social. En este sentido se habla de sociedad industrial, sociedad liberal: democratica o sociedad global, de la que el —= Scunaienaleeaaor = mena! Una segunda acepcion de capitalismo, en cambio, se refiere a la sociedad en su conjun- to como formacion social, historicamente calificada de manera determinante por su modo de produccion. C. de “relacion social” general La misma historia del concepto de c. osci- la entre estas dos acepciones. No se trata de una controversia nominalista, negociable a través de un acuerdo entre investigadores, sino de una cuestion de identificacion del mundo moderno y contemporaneo, que ha implicado y sigue implicando la identidad y la ideologia de amplios grupos sociales La distincion entre acepcion restringida y acepcion amplia de c. se ha establecido aqui sélo como punto de partida destinado a rela tivizarse en el transcurso de las argumenta- ciones siguientes, las cuales se veran desde una optica sociologica y politologica, sin per- der de vista la economia. Para empezar, debemos determinar mejor la peculiaridad del c. como conjunto de con- ductas individuales y colectivas referentes a la produccién, distribucion y consumo de bie- nes. Si bien dicha peculiaridad ha sido y con tinua siendo objeto de controversia histori: ca, cultural, sociologica, podemos enumerar algunos rasgos que distinguen al c. de otros modos historicos de produccion. Estos son: a) propiedad privada de los medios de produc cion, para cuya activacion es necesaria la pre- sencia de un trabajo asalariado formalmen- te libre; b] sistema de mercado basado en la iniciativa y la empresa privada, no necesaria- mente personal; c] procesos de racionaliza- cién de los procedimientos directos e indirec- tos para la valorizacion del capital y la explo- tacion de las oportunidades de mercado con fines de ganancia Junto a la racionalizacion tecnico- productiva, administrativa, cientifica, direc: tamente promovida por el capital, esta ope- rando una racionalizacion en toda Ja "conduc: ta vital” individual y colectiva. Esta raciona- lizacion o modernizacion politica culmina en la formacion del sistema politico liberal, que historicamente coexiste con el capitalismo. No es posible establecer un orden de prio- ridad entre estos elementos caracteristicos del c. Constituyen una constelacion de facto- igna entonces una res logica y genéticamente vinculados entre que pueden dar lugar @ modelos interpre tata actdad te ite Maynard Key practicns absorber hi ss decentos de ia prioridad de los procesos de racionalizacion de las opera- extracconémicos, ya sean imputables a puras relaciones de fuerza o de poder oa presupues- rales mas profundos. manteniendo la distincisn analitica diversos subsi Sin pretender discusion sobre el c. de los altimos rario, excluyendo expresament inguir algunas grande jon y redefinicion del c. enten- ‘ema global o sociedad. La primera etapa dida entre el an: los trabajos historico-s Ta alemana, considerada ya clasica, de Wer. ner Sombart, Ferdinand Ténnies, Ernst Troeltsch y sobre todo Max Weber. La segun- da etapa es la proseci y de las doctrinas liberales eld: de los cambios sufridos por el entre finales wulo indicativo cabe senalar a Rudolf Hilferding por un lado y a Joseph Schumpeter por el ),cuya produccién inaugura el momento lel gran repensamiento critico que Uigpe articulada alrededor de Is forma". a instancia politica que gula a los movimi pore! tido y direceion de nes del keynesismo Se abre va” del capitalismo. fs EN EL ANALISIS MARISTA, El lo a cabo por Bleue Sires cron que son enuinelades los eles y al mismo tiempo con, ‘Sin embargt = sis del c.", que es parte xismo histérico, demue ipa logicamente cor “necesidad natural” Para Marx el c. se funda en la relacién ent trabajo asalariado y capi ‘mente en la valoracion del cay plusvalor arrancado al trabajador. jo es la sustancia y la medida inmanente de los valores, pero él mismo no tiene valor aleu: no." O mejor dicho, el trabajo pierde su apenas entra en el mercado de los pr capitalistas, convirtiendose él mismo en m: El c. consiste pues en un modo de prod cidn basado en la extraccién de plusv través del plusi Jbrero que ¢s ibre mente” su fuerza de trabajo al poseedor de y de medios de produccion. “E! pro. une pialista de produccién, considerado Mo caPierdependencia © como procesg dj su intern, pues, NO solo produce merean “roe produce plusvalor, sino que Pee ‘ie 89 Sproduce Ia relaciOn capitalista mis. joce2 Fy ado el capitalista, por la otra el jo POF jo (como escribe Marx en el libro silo de El capital). En este texto se enui prim ramente el nexo necesario entre las fia clay mercado econémico y la estructu. a sociedad capitalista. Con esta éptica rade ie jde la primacia de la accién econémi. seen: cualquier otra forma e instituciona. caso de la accion social. : a especial la dimensién politica de la rela- Etcapitalista esta ya comprendida en la cio fica obligacion y necesidad que carac- ‘eriza ala venta de fuerza de trabajo por parte gel obrero, Se trata de una obligacion ejerci- el sobre esclavos, sino sobre hombres juri- novente libres, sobre ciudadanos. Sin las jibertades burguesas no existe un capitalis- a potencia historica del c. moderno con- «iste en proporcionar una base de legitima- $8 (niversal, encarnada finalmente en el estado liberal, a una relacion de dependencia economica. El sistema capitalista se legitima emrerminos de funcién, no de dominio direc- to. El dominio a traves de la economia asu- vvela forma de la dependencia funcional. Pero aqui se encuentra precisamente —para Marx— la contradiccién del c. La relacién tra- ajo asalariado-capital (0 bien la ley del valor queesta en la base de la valoracién del capi- ahes el principio revolucionario del c., pero es al mismo tiempo su destino mortal. La historicidad del c. es otro componente esencial de la concepcién marxista. El carac- ter de mercancia que asume el trabajo y el capitalismo como produccion de mercancias no es un descubrimiento de Marx. Era una adquisicién cientifica y critica de sus maes- tros burgueses: Smith y Ricardo. Sin embar- go éstos habian ignorado el caracter histori- co, y por tanto transitorio, de un tal sistema de produccién. Marx dice que si Ricardo cree que la forma de mereancia es indiferente, esto sederiva de su hipotesis de que el modo bur- gués de produccion es absoluto y por tanto un modo de produccion sin determinacion ‘specifica precisa. ieee del materialismo historico ria natural al den ‘como proceso de histo- econémico-sox lesarrollo de la formacion tang anico social”. Con otras palabras, la ins enela clentifiea de la definicion marxista de omg eostiene o cae al establecer “la ley eco, mgd sree thee el movimiento de la sociedad letectado las 2 cabe duda de que Marx habia de eae Has antinomias que estan en la base ceptuali ‘mica del c.; pero atribuyo a su con- qepiualizacién un rigor légico (sobre tado a vés de la forma de la contradiccion) que No esta en condiciones de captar la marcha efectiva, historica, del c. como sistema global ¥ como “civilizacion” UL EL CAPITALISMO EN EL ANALISIS WEBERIANO. El estimulo para la actualizacion del concepto de c. en las ciencias historico-sociales de prin- cipios del siglo xx fue dado por el reto del marxismo, convertido en doctrina oficial del movimiento obrero, y por la “cuestién social”, que exploté poniendo en dificultades al mun- do ideolégico y politico liberal. Los autores que se distinguen por un tra- tamiento sistematico del c. son Werner Som- bart y Max Weber. Ambos sustituyen el nucleo esencial marxista de la relacion capital-trabajo por una investigacion de esquemas de conducta individual y colectiva asignables al proceso histérico de racionali- zacion de todos los ambitos de vida que carac- teriza a Occidente. ‘A Sombart se le debe la expresion afortu- nada de “espiritu del capitalismo” para desig- nar la suma de las actitudes psicologicas y culturales que marcan el nacimiento del ¢. moderno —la Gesinnung, la orientaci6n ético- intelectual que se identifica con el individua- lismo y con el principio de adquisicién y por tanto con el racionalismo economico. La contribucion de Max Weber a una defi- nicion del c. se ubica en el marco de dos cues- tiones: los origenes del c. moderno, 0 bien los requisitos culturales que permiten el surgi- miento y el desarrollo del c., y la cuestion de la especificidad del c. occidental moderno res- pecto a otros modos de produccién histori- cos fuera del ambito occidental. En La ética protestante y el espiritu del capi- talismo de Weber, la ética calvinista, en vir- tud de la idea de Beruf (profesion como voca- cion), se ve como el factor decisivo para la CAPITAL 188 etic de vida ascético” a conducta de vide ae iri difusion de un es racional que es Un P' i Mea [simple -4lculo economic ¥ el sion del puro poder jas areas siglo xvi, en las : por la Reforma protest i entre vinculacion precisa en ducta moral de vida y comportamit rs “en un sen nomico, definible como racional” ch oe tido capitalista, El nucleo central’ Oe vinculo esta dado por la revalortn ign y bajo v de a profesion en clave de igno de eleccion divina : cates intramundana opera con ener e goce, lujo, despet gia contra toda forma de goce, luj a dicio o exhibicion de riqueza, con la const guiente reduccion de los consumos. ¥ © correspondiente ahorro de dinero y bienes, disponibles para una acumulacion y una rein: version de tipo capitalista. Una riqueza asi entendida, como premio a la cuidadosa admi- nistracion de los bienes concedidos por Dios, creo Ja mentalidad que a la larga pondra en accidn los mecanismos de la economia capi- talista. Naturalmente —senala Weber— el c. con el tiempo perdié toda motivacion religiosa: la auto-disciplina ascética fue sustituida por la disciplina externa del trabajo de fabrica o de oficina. La codicia de bienes materiales vuelve aser el mévil del comportamiento economico. El c. para Weber —y para todos los que siguen su orientacion cientifica— es la dimen- sin econémica de un comportamiento mas profundo y peculiar de corte racionalista, del que forman parte los difundidos procesos de racionalizacin burocratico-administrativa y juridica que culminan en el estado moderno occidental Sielc. es la vertiente econémica del racio- nalismo, reproduce en si mismo las caracte- Pease de la ratio control y domi- ceases Medios respectoal fin, a traves del see. da generalizacion, la prevision. La un poder de di a €s un ejercicio pacifico de racoeainemcpee ke ue Para obtener as afectadas fante s¢ ins una tredo religioso, CO 1sMO smo”, tenemos UE BUSCarla g je! capita mejonalizacion ¥ Optimizacy. fe Hades de mercado —compy.” rita je trabajo libre trabajo asalariado com, tives insertos en [gre a de a de Wan, TI, Preny oe coerei er Jos Fas£O> CT del trabajo (disciplin, d impostergable de very, jo) no constituyen en ¢ Mal c. Esta consiste m, cia sn racional de las regla, general —de las que el iy yeeide trabajo por salar vite un aspecto. Para Weber la cours) solamente wi Menta de fuerza de trabaj, inherent g de la "voluntad de trabajo", una hace posib E] merca laincesante h nomia racional necesida je trabal & o que Ie una logica del intercambic, does la trasposicion econdmica 4 pacha entre los hombres. Lav, | esta orientada hacia los p, nero, que a su vez se forman ey. cios yo con la lucha de intereses. “Sin q valoracién en precios monetarios ~o sea «; Yauella lucha— no es posible calculo algun, La fogica del célculo formal capitalista ex; por tanto vineulada —a través del merca Fore a la logica de la lucha de interes. Donde no existe liberada la lucha no pue haber calculo racional. Lo que para Marx era una cadena de ele mentos en contradiccion (trabajo-mercanc|. dinero), pasa a ser para Weber la dinamic. vital de la economia racional capitalista.F| potencial de crisis interna del c. no consist: en una presunta contradiccion de sus elemen tos, sino en la virtual extincion de su dinam: ca por obra de un poder burocratico, Web. no preconiza la abolicion del mercado, que para él es garantia de calculo racional y de autonomia de los sujetos: una extincion del mercado presentaria el despotismo puro \ simple del poder burocratico IV. APUNTES SOBRE LA CUESTION DE LOS ORIGENES DE CAPITALISMO Y DE SU ARRANOUE. La investigacion historiografica contemporanea acerca de los Crigenes del c. ha progresado mucho respec ica ins indicaciones de los clasicos y cuenta | ae Sia lentacion sistematica e innova: ns Es ns abierto nuevos horizontes (bas. ar los estudios sobre c. y civilizacion material de F. Braudel), La gran discusion sobre la relacion histo- | “APITALISMO, rotestantismo Ce organs dl capi, smo crnas recientes contribuciones paws sey 2 por ejemplo por S.N Eee pila rd) ofFece un marco muy aves yP. pest aque no Hega a falsificar ieee aves tuihas, provoca una revision de lassi. neteica gue evita caer en simplificaciones, malfel siglo X81 Se Fepropone en clave d _Esmnia mundo (L Wallerstein), en el semi. acrun sistema economico que progresa a eg no se eneierTa en UN Sistema politicy vanigeneo on el nivel europe € internacio. hoMpomogencidad nacional en la heteroge- migad internacional) e ida rganizacion capitalista dispone sus squarsos economicos en. un campo de batalla rest ampho del que podrian controlar cada in je las instituciones polticas en particu. jar. Asi, en UN Europa de fronteras fluidas lay Glo Avi Se €rea.UNA “economia mundo” que acoge en Su Seno sistemas politicos diver- que Meoncenta progresivamente empresas y riqueza en manos privadas, prescindiendo de faNjeras nacionales. En esta optica el protes- weismo aparece simplemente como la reli son de las areas dirigentes y centrales de este eetima, mientras que la religion catdlica que- jp felegada a las areas perifericas y semipe- rifericas ‘Sin subvaluar la contribucion determinante que aporto el proteccionismo estatal directo aipdirecto, sobre todo en la epoca mercanti jista, no cabe duda de que el arranque defi- nitivo del ¢ se produce en coincidencia con jh Hlamada revolucion industrial. Esta tiene jugar primero en Inglaterra en la segunda mmitad del siglo xvi, en Francia y Estados Unidos a partir de los primeros decenios del siglo xx y en Alernania solo en la segunda mitad del mismo siglo En su clasico Estudios sobre el desarrollo del capitalismo (1946) Maurice Dobb sinteti mesta lase de la siguiente m La revo lucion industrial represento el momento de transicién de una {ase primitiva y todavia inmadura del capitalismo —en la que el regi men de la pequefia produccion precapitalis testaba siendo impregnado por el capital subordinado a él. despojado de su indepen deacia como forma de economia, pero en La fm aun no habia sido transformado €Meramente—, a una fase en que él ¢-, sobre nera 189) la ba: ‘ expecificg cambio tecnico, realiza su propio, Taeeiaae esse oe prmcaccian tundadoen Seca ans nee on recat divarcia Renee ore oe econ el edad gre poe eel eroucton visu pronte: establees ioe Medios de produccién|.-1y #¢ capital ane relacion simple y directa entre 2 uitta Y obreros asalariados. simulrgimera industrializacion se produce est rea temas con ans ceric fonemene Pobigeipotemos subvalorar: aumento de la Saree ao meee forzado de misses campesinas hacia los centros urbanos, prunetot [enémenos de urbanizacién con unm Egeich ane{ormesion| de 1a estratificacion Eee cue lammanionice) proletaria- eo CE ehaueanolcreriena comuLonie® del ) estatal ya sea en forma represiva © proteccionista o garante Este es también el periodo clasico del libe- ralismo, como doctrina economica y practi- ca politica, tan fuerte y eficaz que llega a iden- tificarse con la idea de que el ¢. consiste en la igualdad de los ciudadanos, la libertad y Ja funcion meramente administrativa del esta do. La ideologia liberal y liberalista esconde Por completo el momento de coercion impli- cito en el mercado libre del trabajo y en la concepcion individualista del estado. De hecho en los estratos crecientes de la pobla- cion obrera urbana se genera progresivamen- te un sentido de distanciamiento con respec: to a tal estado. Desde finales del siglo xix nacen y se refuerzan las grandes organizacio- nes proletarias para las que ‘capitalismo”’ es sinénimo de sociedad inhumana ¢ injusta. El sistema capitalista, asentado en sus estruc turas economicas de fondo, gano sus batallas contra los sectores retrasados precapitalistas y tuvo que afrontar y racionalizar una prime- ra transformacion real \. TEMAS DEL. CAPITALISMO ORGANIZADO”. Entre las definiciones acunadas en la primera veinte na del siglo xx, y retomadas en los afos setenta, para senalar los cambios de estruc- tura y de funcionamiento del c., encontramos la de “capitalismo organizado Mas alla de los significados atribuidos en diversas ocasiones a Rudolf Hilferding y a Otros investigadores, podemos observar en forma sintetica los siguientes fenomenos a} procesos de concentracion economica en masa notables cons representacion, entre sindicatos ¥ corresponsabiliza de gestion economic, PO de sectores econo! lados por él, cion del gasto P' te para to ticia y fiscal ¥ Jes en general: e] el est ee Peon garante en el proceso de insuiruionaliae i Fa ictos laborales, species ani. de iecto industrial entre las 2ran1 corfones sindicales ¥ patronales, legen zaciontecie de intervencionismo Soe a a Fone la funcién estatal de arbiirne ol quiera que sea su figura institucional) en a de los elementos decisivos del c. organizaco- Estas indicaciones generales son suficien- tes para delinear un proceso que resulta evi- Hente en todes los sistemas capltalistas & el feriodo comprendido entre las dos guert™ Ro tiene la menor importancia investigar Por qué con base en dichos procesos de auto Grganizacién capitalista, el movimiento soci Ticta (R. Hilferding) haya deducido erronea- mente una anticipacion del principio socia- lista de planificacion Técnicamente muchas de las caracteristi- cas anteriormente indicadas hacen su apari- cion durante la primera guerra mundial y se refuerzan en los afios sucesivos. Pero es sola- mente en los afios treinta, en el contexto de la gran crisis de 1929, que se configuran gra dualmente en una serie de medidas encami- nadas a la reestabilizacion de una nueva fase ea Séle en los afios treinta, bajo el a recesion de las teorias keynesia- nas, la politica estatal coyuntural pudo desa. rrollarse para convertirse en el medio clasi, co de la lucha econémiea, Sélo despues clasi- - Solo después de la coyuntural anticicy i itica de 1a PO” pitalismo organi: cion a ganiz, piracy pablar de “yinkler) dg : tracion de las grang, es ces jzacion cada vez mas rig, oe ala ore Ie bienes, de capitalee ercader fq sistematica interye y ee ceajgeconom a Los confine pn I gector PUDIICO son ue raves sistemas econtmico, Sian por 1a presenc), fe an eriede la empresa publ, ecta (2 Ur de institutos de copa, ‘aye indi eos control estatal); Ya No se pue jon y de Cor enos andmalos 0 tipicos jas respecto a los mode. tan los estandares libe. ar Jon considera asad 01 " ‘avanzado seg ienc experiencia norteame. Jasicos: cla presente Ie ia inte considerada hos. Teniendo - ends Fncionalmente co rican. “estatizacion. SP. tiende a generalizay tila te epreiativo de tes Sectores io de bienes ac consumo etencia en sent lo tradic; abierto ala corr y dependiente en ei teriales y energetics prima. 5 ultimos, junto con otras mercan. consumo, forman parte de un edo por oligopolios, que tole. esto “competitive fringe”; un Mur de produccion es de exclusivo Peon altisima inversi6n financic. a (sector espacial, de armamen. cionales, etc.) en el que las portar si son privadas o pu in ninguna autonomia. En lico y estatizado, asi como en el que esta regulado por los oligopolios. predominan empresas e industrias de alia Mtensidad de capital, mientras que en el sec tor competitivo actuan empresas € industrias de alta intensidad de trabajo. Enel tercer sec tor los progresos tecnoldgicos son relativa mente rapidos, con inmediatos reflejos pro: ductivos, mientras que en el sector competi tivo tradicional son mas bien lentos y mediatos. Meier eel tienen aqui sdlo valor peolcaivecelaeerdion erpuceniva de la fun Sarr jadora del mercado en el ¢ eoulemboranen {aiele=y integra a Ta accion Sait sustituye. gnifica que a la disminuida fun- rios; esto: cias de amplio mercado gober! glo un mo tercer sec uso estata ray tecnolégic: tos no conven empresas —sin im] blicas— actuan si este sector monopd CAPITALISMO ermeread® deba corresponder por par. jondel Mio una planificacion programada del €4 contemporaneo se limita a menu. fest car las reglas tradicionales del mer. jo manceniendo las condiciones de su cad uccion. ePTg demas, también en la fase liberal del por 4 habla garantizado la reproduccié; lest namiento del sistema economic i endo unas tareas bien precisas: ee lengerechos Privados de la empresa y oF cion del aparato legislativo a las nece- sdeeuacypresadas. sucesivamente por el KS yo econdmico: defensa de la fuerza de si contra la légica de explotacién capi- eta indiscriminada (legislaciones sociales) imeral creacién de infraestructuras Irene de mre wes transPortess izacién, urbanis- ro, etcetera) 2 fe fanciones Jas encontramos enorme- meme ampliadas ¥ perfeccionadas en la yon del estado contemporaneo. Actualmen- ccemjmportancia de las infraestructuras storales y no materiales (investigacion cien- tifica) ha liegado a ser decisiva, asi como el apoyo contra Ja competencia internacional ara esconder el papel de los gastos impro- perivos, como los armamentos). Ademas el ued tiene I oportunidad de hacer notar su sesencia directa en ramas econémicas vita- fey la posibilidad de dirigir inversiones o facilitarlas en areas olvidadas por el capita- ismo privado. Todo ello se traduce en impe- rativos contrastantes, que marcan los confi- ve dentro de los que se mueve el sistema tapitalista de régimen democratic: necesi- dad de crecimiento econémico, estabilidad de la moneda, intervencion y prevencién de cri- siscoyunturales, balanza de pagos, etc. —pe- to tambien necesidad de pleno empleo, defen- fade los grupos desfavorecidos, estrategias de reduccion de las desigualdades sociales, politicas fiscales eficaces y equitativas, etc. la “crisis” del c. contemporaneo tiene su expresion en la incapacidad de afrontar al mismo tiempo estos imperativos- VL TEMAS DE LA “CRISIS DEL CAPITALISMO" Desde que el capitalismo se identific6 como el fac- torcalificativo de nuestra civilizacion se esta hablando de su crisis. La doctrina marxista ha hecho de ella uno de sus temas fundamen- 191 tales, aunque actualmente se presente en tér- minos muy diversos de los del his: orico. Toda la cuestion de la praia evaee deci rode Ja cuestion de la crisis del c. des ee rbtunto de vista maraista se nos aparece ((@ imareada con'el signe de ls controversia Se oerencenados pert Colletti en eeaaa ee, users del capitalismo Heeeth Ga abolenal en aU flare del capita- exalt mbargo, Ia idea de Ia crisis del c- come ee cto laleellizacion burguesa no es eaeusivaldetlos movimlenton de oposicion social y politica. Ha pasado a ser un motivo critica de la cultura liberal-burguesa, que culmina en los afios veinte y treinta, No se trata sélo de modas literarias, filosoficas 0 de publicidad. En el Handworterbuch der Soziologie de 1931 (bajo la direccién de Alfred Vierkandt, que recopila las contribuciones de los cien ficos sociales mas eminentes de su tiempo), el “estilo de vida" capitalista se presenta como un modelo negativo, sindnimo de des- truccién de todo valor auténtico, que susti- tuye la calidad por la cantidad, expresion de fuertes sensaciones epidérmicas, obsesion por el éxito, consumismo desenfrenado, cul- toa la violencia —un conjunto de antivalores en contraposicién a.un idealizado mundo pre- capitalista Un diagnéstico critico de tales dimensiones puede estar al mismo tiempo al servicio de posiciones practicas y politicas progresistas © de posiciones nihilistas, irracionalistas © reaccionarias, incluso de caracter fascista. En realidad en la tematica de la crisis del c. como crisis cultural y de civilizacién coe- xisten elementos diversos, ya sea desde el punto de vista analitico 0 desde el punto de vista evaluativo. Ademas de una latente nos- talgia de un mundo precapitalista, supuesta- mente armonizado en un universo de valores compartidos, existen fenomenos que se impu- tan distinta y separadamente al industrialis- mo, a la secularizacion, a la modernizacion social y politica. Si bien no seria incorrecto agrupar bajo el nombre de c. todos estos feno- menos (y por tanto llamar “crisis del c."" a su patologia comun), desde el punto de vista ana- litico es necesario mantener imputaciones causales distintas. Los fenémenos de disfun- cion y las patologias sociales vinculadas al desarrollo técnico-industrial no son deduci- 192 cuanto tal, aen bles de la estructura capitalist ©” tran tambien apitalistas: es rerisis del c. conte! desde la estructue I, ‘concentrance de integracion es, expect sino que se encuen declaradamente antic Muchos analisis de la poraneo desplazan el eie economica a la sociocultural Ja _atencidn en problemas social y de consenso. Motivaciones, OX. tivas, frustraciones individuales ¥ Coe incompatibilidad y eclecticismo de i0@7 a ¥ valores; perdida de sentido. see iaT 7, y regreso alo sagrado: privacidad d= 7, qeses en contra del bien comun —indied’, res que dificilmente se pueden intes™t menos cuantificar) en esquemas de cone i ta univocos. De todos modos tales conducts no se pueden deducir de la contradicciO © principio entre capital y trabajo, y solo se PUT: Gen establecer a partir de un profundo car bio en la estratificacion tradicional, coe consiguiente inversion de las expectativas. 12 misma lucha de clases se lleva cada vez met al terreno del presupuesto del estado y del empleo de los recursos publicos ante las demandas sociales. Con lenguajes diversos, ademas de nes politicas diversas, autores de inspi liberal y de inspiracién marxista afrontan estos temas con un pie en la acumulacin y otro en la legitimacién. La crisis del ¢. se expresa entonces para unos en forma de “con- tradicciones culturales del ¢.” (Daniel Bell) y para otros en una cadena de patologias entre Jas que la “crisis de legitimacion” es la figu- ra mas fuerte (Habermas). Segiin este ultimo autor, el c. contemporaneo se sustrae al resul- tado fatal de una verdadera y propia crisis del sistema gracias al papel determinante del estado, con la expansion del aparato adminis- trativo, la solucion quasi politica de los con- flictos salariales, con compromisos que tie- nen la virtud de inmunizar al centro de los conflictos de clase, descargando los costos de los mismos sobre la periferia 0 disolviéndo- los de manera anénima en todo el sistema (inflacién, crisis permanente de las finanzas estatales, sistematicos desequilibrios salaria. les en perjuicio de los grupos sociales mas debiles). Al mismo tiempo se realiza de forma pro gramada una despolitizacion difundida be el signo de Ia democracia de masas. La tinics ase de legitimacion del sistema sigue sien, opcio- racion sien- ompensacion a clases y a gr, oe fa pasividad en los process PO le la voluntad politica. ae de las clases y fragmentadg’

You might also like