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OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOs LA ESCULTURA MEXICANA yY LA PRESENCIA HEROICA EN EL SIGLO XIX Eloisa Uribe* uuefios de la destreza que la préctica en la Academia propiciaba en los que acudian a sus aulas, os escultores del México Independiente se entregaron a la tarea de crear una epo- peya tridimensional que dio cuerpo a los hombres y mujeres que participaron en acciones libertarias y subrayé hechos de merecido reconocimiento. Propio de su quehacer fue la ‘generacién de un entretejido de los gestos y las actitudes tomados de las esculturas “mds bellas de la An- tighedad” con la presencia de los libertadores mexicans, que dio por resultado un testimonio escultérico apropiade para la nacién independiente. Se trataba de una memoria imperecedera, y ademas ineruenta, de héroes y hechos patriéticos que conformaron el pasado inmediato de la guerra de independencia, de las subsecuentes luchas nacionales, asf como de pasajes de la Antigledad prehispénica, Pléyade a la que incorporaron la huella de hombres cuyas acciones civics fueron reconocidas como fundamento de la cul- tura mexicana.* La efigie de los héroes de la historia patria yl eleccién de sus atributos se configuraron, dde manera fundamental, gracias a la creacién escultérica y pictdrica del siglo XIX, que da'inicio apenas se hha consumado la. Independencia. Hoy, se les representa de la misma manera come fueron concebidos porlos artistas de entonces, aun si se trata de representaciones populares, bien del cine o la televisién, la apariencia conserva la misma iconografia y el recurso escenogréfico propio del gesto original? Propuesta curatorial Hace doscientos afios, segtin el registro de los libros de historia de México, el cura del pueblo de Dolores ‘tomé et estandarte de la Virgen de Guadalupe que guardaba en su parroquia y profirié voces con énimo libertario, tamando a la gente para que lo siguiera. La campana al vuelo en la torre del templo, algunos arreos de labranza y piedras como armamento de aquellas sombras sobre las paredes que, poco a poco, cobran cuerpo en la presencia de un pueblo que lucha por su libertad, completan el relato que abre la historia de la guerra de independencia. Quién puede olvidar el novelado pasaje de los conspiradores, ‘como no recordar al valiente joven que soporta una piedra sobre sus hombros para llegar ala puerta de ta alhéndiga y derribarla sin sufrir dao en su persoha, aunque Lucas Alamén se desvelara en su afén por ‘escribir que tal personaje era una invenci6n @ todas luces. Hidalgo, Morelos, Allende, Aldama y Abasolo, la entrafiable Corregidora, Vicente Guerrero o don Benito Juérez, blasén de la épica civil, y los personales * Meese aes Wie, lwstigidors Tae Wal Oren de stu Hires obtener mayor iformaci sobre elcon dee zeta dogo KK le formci de fos cuaéance aman wae st re *Lorciatamonlbransu Mitra seta BA2-TB7Ten org ectotuanre aoa) st dt te tion, Mic SEPINDR, Slat ators, 198, 2 aman dcompl ves; te vigen efor ne ptr dl retro Sraeno (8) ya eeantr ea por Hl fe eo, “ria por resto nso (234) 15 LAM BOCETOS PARA EL MONUMENTO 8 LA INDEPENDENCIA LAM. > AFUNTES, MANUEL VILAR Y ROCA MANUEL VILARY ROCA, de la guerra de revolucién, Zapata, Villa y Madero se hermanan en una cabalgata que despliega su gesta por las paginas de los libros de texto. El desfile visual, como en rito inicidtico, grata las primeras figuras heroicas en el imaginario infantil del nifio que aprende sin prejuicios, experiencia indeleble o que sélo con dificultad habra de borrarse. Entre los afanes y los dias de la vida, el hombre olvida las fechas, los nombres los detalles se convierten, de manera pertinente, en acucioso debate y materia de investigacién de afa- ‘nosos historiadores, pero los mitos fundadores y los relatos varlados que los acompefian conforman un sustrato firme que da sentido, en nuestra caso, al ser de los mexicanos. Mas alld de lo probable o impro- able que pueda resultare! perfil tan debatido de los Nifios Héroes o el cromatismo roméntico que tifie el sublime relato de Cuauhtémoc, ya desde la infancia hay una preferencia por el heroismo de unos j6venes, casi nfios pares en edad y por esa combinacién de apostura, actitud heroica y sentimiento de pertenencia que de inmediato se asocia con Cuauhtémoc. Hoy, en dias como los nuestros, el gran tlatoani conserva impoluto su monumento, Gnico sobre el Paseo de la Reforma que no ha sido objeto de agresiones 0 “pin- tas” multicolores. ¥ la asistencia a una de las verbenas mas concurridas, convaca a la reunién Festiva en. las plazas pilblicas, cada 15 de septiembre, para honrar alos héroes “que nos dieron patria’, para festejar la independencia, inicio del México contemporaneo libre y soberano. __ En este 2010 declarado como afio del Bicentenario de la independencia y Centenario de la Revo- lucién, el llamado a la memoria comunitarla se multiplica en festejos. Es por eso que la exposicién: Gesto, Identidad y memoria. La escultura un lenguaje pora la historia de Méxica que presenta el Museo Nacional de San Carlos tiene el cardcter de una celebracién, Gala que se prepara desde hace més de aito y medio, cuando respondi ala invitacién de la directora Maria Fernanda Matos Moctezuma interesada en convacar al piblico a rememorar la historia de México desde la perspectiva que ofrece la escultura mexicana del — siglo XIX. Conformé la propuesta curatoriat con la intencién de presentar a un amplio piblico que asiste ‘con regularidad al museo, la tarea que asumieron los escultores como artifices de los rostros y paisajes de ta historia del México independiente, escultura que dio origen a una memoria visual y tdctil del pasado heroico. Se tomé en cuenta la vocacién del Museo como custodio del acervo de obras europeas mds sign (CAT 2 MANUEL NILAR. FEUPE S010 18 ficativo de México, coleccién que se origina en el reportorio de pinturas y esculturas que pertenecieron a la Academia de San Carlos de México, institucién que propicié la ensefianza de la escultura durante el siglo, XIX.De acuerdo con la vocacién y con el cardcter de la celebracién del Bicentenario, se eligié el period en que el escultor catalin Manuel Vilar formé a los escultores mexicanos que darian rostro alos héroes de la historia patria. De los ricos acervos de! Museo Nacional de San Carlos proviene el porcentaje més alto de obras que integran la muestra, las restantes se localizaron en instituciones mexicanas que también se dedican a la proteccién del patrimonio cultural y en colecciones particulares. La conformacién final de la ‘exposici6n, el rastreo y proposicién conereta de las obras es resultado del armoniaso equipo curatorial ‘que integré junto con Ana Catalina Valenzuela, investigadora permanente del Museo. La escultura una memoria a perpetuidad Quién ha creado la imagen de los héroes de nuestra historia? Como respuesta, suele pensarse que tan s6lo Se copié su fisonom{a real, puesto que prevalece un consenso sobre el aspecto de su rostro atin antes de conocer sus hazafias y su historia particular. ¥ si no es asf, entonces céma llegé @ constituirse la ico- nografia de tales personajes y @ quign se debié la eleccién de sus atributos: at cabello blanco de Hidalgo; el paliacate de Morelos; la presencia altiva de Cuauhtémoc; el rostro severo de Juste? o la europelzacién, de la figura de Porfirio Diaz. £1 proceso se remonta a los primeros afios del siglo XIX, cuando los politicos ls intelectuales interesados en la formacién de una historia nacional que fijara el sentido del México Independiente y constitucionalista, promueven el rescate de los hechos glloriosos de la guerra de inde- pendencia y la exaltacion de los héroes, hombres de indudables virtudes patriéticas. Prictica recurrente a lo largo de! siglo XIX, desde las distintas propuestas axiolégicas de las facclones politica, la mirada de los. intelectuales ylos modos de ver y hacer de los artistas La conformacién de la historia de cada grupo humano, su inicio y sus pasajes climaticos, esté sujeta a un complejo proceso de seleccién, diferenciacién, memoria y transmisién que redunda en la conforma cién de los prototipos heroicas, aunque es comtin que se considere que una conducta valerosa, digna 0 decidida a favor de la vida comunitaria es motivo suficiente para recordar aquellos hechos y celebrar la memoria de los que reconocemos, en este caso, como héroes nacionales. EI proceso de composicién de la historia, sus pasajes y sus figuras supone mas de un nivel de desarrollo y comprensién humana. No es éste el momento para ahondar en el periplo de los eventos politicos, sociales, piblices y particulares o en, aquellos que dependen de los &mbitos psicolégico y cognitivo, que intervienen en la conformacién de los ‘metalenguajes que circunscriben y animan la conciencia de una identidad o pertenencia. Pero si es per- tinente subrayar que la creacin de estos lenguajes es un proceso que pone en juego los recursos narra- tivos, orales, escritos, visuates o tdctiles, las reglas estéticas los prototipos expresivos sancionados por cada tradicién como eficaces. El esfuerzo va encaminado al reconacimiento de propios y extrafios, dela singularidad de la propia historia y al mismo tiempo de las similitudes que guarda respecto de otros re- latos; semejanzas itiles en la negoctacién y peticién de reconocimilento, que reclama tanto la lucha por el poder, como el establecimiento de un gobierno que se proclame legitimo. La gesta independentista vel pasado prehispanico dotaron a México de las particulsridades necesarias, mientras que la celigiSn, las leyes acufladas en una constitucién, Ia ciencia ylas artes de corte académico abrieron el didlogo con otras naciones, Durante el siglo XIX, tanto la configuracién de una narracién sobre los hechos consideradas me- morables, como la representacién de quienes fueron aceptados como héroes estuvieron en manos de 2. ts Aeademiarachs dint: nome psn Hongo, Aad Racin de San alos de Mio ame oe eget nea dl ‘rast iar; Reena nperal Grate os aos del gueno de Marmiano 64 3867) xcaela Nacional Se Vleet, co wise oc (147) yen spo, stele Naan de Ato ties (129), cuando hide an acl de hes se Fo “TERRI be. ee CCNT.3 GENERAL PORFIO DIAZ, GABKIFL GUERRA a9 (CAT 4 MOCTEZUMA H MANUEL VILAR Y ROCA cronistas ¢ historiadores, poetas, literatos y aun de pintores, grabadores y escultores. A ellos se debe la ecificacién de la historia en pasajes reconocibles y Faciles de memorizar, en hechos significativesv fisono- imias inolvidables que no requleran de la reflexién sino que llaman a la fascinacién que provoca lo gran- {dioso, lo extraordinario, 0 al embeleso que surge de la contemplacién de lo heroico que se transmite por medio de un lenguaje elocuente, sea éste escrito, auditivo, visual o téctil como es el caso de la escultura, ‘Alos politicos correspondié la emisién de decretos que avalaron Ia elevacién de monumentos en plazas ¥ Jardines, a los intelectuales la creacién de epltetos y frases que ain connotan las acciones y sefalan a los personajes: “El érbol de fa noche triste", “El grito de Dolores’, “El abrazo de Acatempan” o bien, “Joven ‘Abuelo” (para denominar-a Cuauhtémoc), "Padre de la Patria” 0 "Benemérito de América”. En ese ir y ve~ rir entre el recuento de los hechos histéricos y su recreacién en manos de historiadores, en voluminosas novelas o por medio de relates populares, refraneros 0 corridos, la historia adquiere sus perfiles y los personajes sus elevadas proporciones en las pinturas de historia, en los retratos y en las esculturas que pueblan los edificios piblicos, las plazas y las plazuelas. La escultura del siglo XIX intimamente ligada a estos procesos de construccién de una historia pa- trla, espondié a un afén moralizador que los decimonénicos heredaron de sus antepasados ilustrados del siglo XVII, aunque de fifacién mondrquica entre los conservadores y democratica entre los liberales. Era necesario educar sobre la historia patria y sobre los hombres valerosos como antes lo hicierala Iglesia con la historia biblica y las vidas ejemplares de los santos, A pesar de la intencién de crear una identidad comin para todos los mexicanos, algunos grupos habrian de quedar excluidos de esa narracién llamada historia nacional. El afén de eivilizar y moralizar se hermand y la escultura sirvié para conservar devociones tradi- ionales 0 novedosas, bien para introducir en el gusto de los mexicanos temas tanto mitoldgicos, como bi- bilicos o fiterariosytricos que en forma menos explicita se encaminaban a la formacisn de una conciencia patriética y ciudadana, que de manera paulatina deberia desplazar el orden mondrquico y fa concepcisn de stibditos, antes aprendida como un aspecto connatural ala condicién del hombre en sociedad. Manuel Vilar asumi la responsabilidad de formar a los escultores mexicanas que se encargarian de crear los monumentos de la segunda mitad del siglo XIX. Vilar y sus discfpulos siuieron trabajando con los lineamientos del sistema del dibujo y la copia de esculturas de la Antigtedad clisica y sobre obras que Vilar encargé a sus maestros nazarenos, como una de las tantas innovaciones que intradujo en el método de ensefianza y aprendizaje de la escultura. Al interior de Is Academia sus alumnos crearon retratos 0 bustos deales de excelente factura y relieves con los que hicieron un recuento de la vida de su institucién, Vilar introdujo la clase de composicién que cpnsideré fundamental para que los alumnos no resultaran eros copistas y ls capacité para comprender y finalmente aduefiarse del sentido elocuente que encle 1ra el cardcter dptico de la escultura, cuyo llamado es por excelencia tactly no visual como podria pensar- se. Sus miltiples perfiles demandan un recorrido ante su presencia y diferentes actitudes dependiendo. de la escala de su coifiguracién o de su ubicacién respecto del espectador. Muy distinta es la'recepcién. de una obra que se encuentra a la altura de los ojos, que la de una que se coloca en lo alto para destacar la condicién perenne del representado por lo que el espectadar deberd girar la cabeza para mirar hacia arriba. No es necesario que la mano alcance las superficies y los contornos de manera fehaciente, las sensaciones que la escultura provoca en el espectador ponen en juego el sentido de! tacto. Las ensefianzas del escultor Manuel Vilar. Un purista en la Acade- mia de San Carlos, México ‘Como en toda academia de arte, en la de San Carlos de México los principios de la ensefianza ye! apren= dizaje se articularon a partir de la idealizacién del mundo clisico y la copia de los ejemplos més notables de la estatuaria grecorromana. Las exigencias de este registro hicieron del dibujo In practica predomi- nnante de todo aprendiz que asistis a la Academia por las tardes cuando, carbonillo en mano, intentaba apropiarse de “ese buen gusto” que hacia falta para recrear la belleza det cuerpo humano, a decir de los académicos. Dibyjo del desnudo, dibujo del antiguo, las dos materias obligadas para los jévenes que por fas mafianas se iniciaban en el camino de fas tres nobles artes: pintura, escultura o bien arquitectura.S Desde su fundacién en el siglo XVII, alo largo del siglo XIX y atin después de la huelga de 1910, los jévenes académicos dedicadas al dibujo copiaban mo- delos del natural o trasladaban al papel la belleza de los vaciados en yeso, que reproducian las esculturas clisicas més apreciadas desde el Renacimiento y el siglo XVII, mismas que Johann Winckelmann consagré en sus escritos como Jas més bellas de la Antigdedad, por lo que debian ser imitadas. Esta tradicion continu ya entrado el siglo XIXy alas maneras de ensefar establecidas se su- maron los ideales puristas de los maestros catalanes, Pelegrin Clave y Manuel intr dl esr catatn Marat ir és Stator ovens, lector Manuel Vil Msc, UNAM BE, 169; ane ian Capiador ce cores ero perder, Sadar Maren (las cline pte), sca, UNAM ME. 197% Moreno ens 0 de 18D {eda tina cap aes dips de Manel Vie are uo atone ac epsara ua nombrer, §cals segue ta del slo XN se eacaron tea morienantn lames de ena are sone de Panel quer, el conan e ‘segundo, ira sede de peer oe nee niles mate nmgenchstor, rey percectn, bes Monoy cord}, Misia, Yel 250 (eterna 337, {Paral buen ataneimisntn dl popl gue Comps la Acer coma ruc de eseane penile Ce Ws oes en este coo deo ‘autre ypara esata de vitperiode gue fo abet despues de quelos tts, aa erepeor me mensiey,coedaraoe dears ‘ts romplran con's institu ate ities deeds del io Mk ls slboen del, es recs conser” ae stron sta eacscoy acasimic ao den ser cansterados como catego tess equsenes camo enanoa sie de aries univace ore conta, anor independent node oe slo sn algunas ocmone co cee concomitant des fenders ate. Desh quota Acadenieetovsojta cambios oe rexpondlron ss Serenade rbta- atu ence res eles, aes LUSTO DE FRANCISCO JAVIER ECHEVERRIA. MANUF. VILAR Y ROCA (CAT. 6 BOCETO PARA ELB ” Vilar, lamados para trabajar en la Academia Nacional de San Carlos como titulares de las clases de pintura y escul- tura respectivamente, segin acuerdos de la reforma que se hizo a la instituci6n en 18437 Como respuesta a la peticién de los intelectuales mexi- ccanos, que pretendian la reforma de la Academia con fa con- tratacién de nuevos maestros europeos —quienes deberian hablar espafiol, ser catdlicos y de preferencia solteros— los ‘escultores Antonio Sols, John Gibson y Pietro Tenerani de la ‘Academia de San Lucas de Roma confirmaron que entre varios 1 por ser el escultor mds adecuado para ecuparse de esa materia en la Academia Nacional de San Carlos de México, Manuel Vilar se preparé para viajar a tierras americanas, donde habria de cumplir con dos propésitos explicitos: desde la mirada de los puristas,ins- truira sus alumnos en la préctica de la escultura académica y censefiarles e6mo configurar el relato tridimensional de su his- toria patria, propésitos a los que consagré el resto de su vida. ‘A pesar de haber llegado en medio de la guerra que México libraba contra el invasor norteamericano, el affo de ‘candidatos, habian elegido a Manuel cats unORIA NECROLOGICA DERARHHEL VLARLINFRTSO 1846, War se dedic6 a fa creacin de algumas esculturas, ya FX'LAITRERIA De JOAQUIN VERDAGUE, 24 que la Academia estaba cerrada ‘yl trabajos de renovacién habrian de continuar durante todo et afo, $e instalé “como huésped en case de la seftora Villas, madre e hija, en la calle de San José del Real 9 (hoy isabel la Catélica}"*y cada mafiana salid rumbo a la escuela para encontrarse con sus colegas, entre ellos Pelegrin Clavé quien fue elegiclo para ser el profesor de pintura de la academia mexicana por lo que juntos hicieron la travesfa maritima Juntos también se trastadaron desde el puerto a la capital, por aquellos accidentados caminos que debian recorrer todos los viajeros que llegaban desde La Habana a tierras de lo que apenas hacia medio siglo habia sido la Nueva Espa. ‘Manuel Vilar tenfa una formacién académica de primer orden, su maestro en la Academia de San Jorge de Barcelona, el escultor Damisn Campeny, le ensefis los principios de la esculturaclisica, que Mego ‘al desarrollarfa siguiendo el camino de latradicién més reconocida por aquel entonces. Vila se adhirié al nazarenisino 0 purismio que se cultivaba en la Academia de San Lucas de Roma, centro de un peregrinaje cultural incesante, a donde también fueron enviados los pensionados mexicanas. A lo largo del siglo XIX, llegaron hasta las puertas de la Ciudad Eterna deste los puntos mas distantes de Europa y de America, ‘escultores principiantes que habrien de educarse en los principios de la escuela nazarena,lineamientos {que nutrieron el arte roméntico de los primeros nacionalismos. Vilar a igual que el resto de los Jovenes {que siguieron las consideraciones de os lamados nazarenos, dej6crecer sus cabellos hasta la altura de los hombros, de a latniea condicién por la que confraternizaban, crefan fervientemente en las propuestas de fos nazarenos el sobrenombre que se ganaron a causa de tan llamativa osadia, Pero el aspecto no era -upepn Ct (98111880 Maye Vio (18486), Sobers des Acer yo tetas ys de enna enero a ie sde ly tclamil resn Sto Ser Sesara a, ves: ter eeveda Ross aon, ar ts aS Fa te gts arava rocco tice 184 E570 as ocademis det, Mao, NAME, 195 (Eo crs rp p24, ote 38 Itt corosponde a a maue Moreno aeeps"2las que sigulskalaplrtabeie parte LAM. 3 ACADEMIA. A. CRUCES creadores de la Hermandad de San Lucas o Lukesbundi (1809), inspirada en las cofradias medievales con tun sefialado énfosis religioso y artesanal Los pintores Johann Friedrich Overbeck y Franz Pforr, fundadores de la her- mandad, emprendieron el viaje a Roma en 1810 cansados del ambiente rela~ Jado que prevalecia en la Academia de Viena y que consideraban ajeno a su concepcidn del arte, Su destino era la meca de la cultura occidental, a la que legaron a vivir de acuerdo con sus ideales en un monasterio situado en las in- mediaciones de Roma, donde establecieron su hermandad bajo la proteccién de San Lucas, reconocido como santo patrono de los pintores. Alternaron éon artistas de otras nacionalidades que asistian a ld Academia de San Lucas y se mantuvieron unidos por tres principios que delimitaron el cardcter de su pin- ‘ura: su arte abrevaria de la belleza propia de la escultura grecorromana; ten- dria como fuente Ia tradicién medieval cristiana acorde con su devocién; y su objetivo principal seria el de elevar, al nivel de esas dos tradiciones, la historia de sus lugares de origen. En su caso, debjan rastrear las leyendas y narraciones 25 {E8T.9 PSIOLTE CONDUCIDA POR LOS CEFIROS.VALERIANO LARA locales como lo hicieron Vilar y su discipulo Mi 26 germanas. Tarito Overbeck come su amigo Pfo- 1, yel resto de los miembros de la hermandad, pretendian un arte ajeno a las afectaciones que habian inundado la pintura después del Renaci- iento. A sus ojos habia que volver ala sencille, a las obras de los primitivos de aquel periodo: Giotto y Cimabue o bien Fra Angelico, baluartes de la estética que perseguian. Sus ideales ence: rraban una combinatoria singular sin duda, pero cn la practica resulté ser una sugerencia eficaz tanto para la ensefianza de los jévenes, como para las creaciones de los artistas maduros. Los escultores enfrentaban algunos retos ajenos a la pintura pero, atin asi, los integrantes del grupo purista siguieron este mismo camino y resolvie~ ron lo propio de su quehacer, al recrear la belle- za de las esculturas antiguas, admiradas desde tiempos remotos. Objetos de coleccién para los romanos y codiciadas maravillas que engalana- ron los jardines, patios y terrazas de las villas del papado y de la nobleza. A tan ilustre repertorio, fos puristas sumaron ejemplos de la estatuaria cristina medieval y elementos de las culturas guel Norefia al tratar figuras indigenas de la hi ‘toria antigua de México, De acuerdo con esta formacién purista, Vilar renové la ensefianza de la escultura de la academia mexicana con clases como: “estudio de invenclén en boceto", “retrato o bustos ideales", “estudio de i vvencién de obras concluidas” y “prictica del mérmol”. Estas reformas le permitferon formar una genera~ cién con un lenguaje escultérico muy rico. Sin embargo, las clases “del estudio del modelo del natural” y "del estudio del antiguo” nunca dejaron de tener un papel preponderante. La mayoria de las obras que se realizaron dentro del Ambito académico fueron ejerciclos para formar a los alumn llegaron a tener un destino fuera de la institucién. La preceria situacién econémica por la que atravesaba el pals, debido a las constantes guerras, impidi6 que los proyectos escultéricos de gran envergadura se lievaran a cabo y fue hasta las ultimas décadas del siglo cuando los escultores, tanto de la primera gene $n formada por Vilar, como de la segunda generacion instrulda por sus discipulos Felipe Solo y Miguel [Norefia, fueron contratados para crear las esculturas y los monumentos de cardcter piblico patrocinados, por el gobierno de Porfirio Diaz tras, las menos, 9, Como slomange que ean stan que deuce tampa de ls romancs pan mpi de Octet ena como un de i» demarcconsb retorts del Donblo, omloneda tant como lite eas bonds de a clanln. Ae sta lo oars ge bADOOS, Uncen de bombres wats Als cod legen se oroperonsiucrts de joven gana Ceara, queens dicts recnoca eto. bor scmo sere Inge Ronan Getic, lr patter ue aston pctenei liner omar no vntaban can eles du ge “ahve meno posied una comeveni de ra clve. My serene, consi roi que los phar aneranantt gue trontaraa grandee de snp serge eran aro por examen gna sabe El fgulo des este ole a cance er \Gevslcan asesy de adeavermesevter, come un ropae i dais sss hetoes 5 como} paain srentieso es stores te iShann ich Overbeck bec, lemon 789 Roma ala), econdrtoal catalan aera renambrecon 8 pur coe ‘ren fara donde tly th eterada cts baie ge Sa errarGo se etme CCRT 10 LA ANUNCIACIONILA VISITACION, JOHANN FRIEDRICH OVERBECK El gesto y la conformacién de la presencia heroica Bajo la direccién de Manuel Vilar, los pliegos de papel se iban transfermando por accién de fa mano de! estudiante de escultor y el embate de su carboneillo. Al final del dia las hojas sueltas mostraban el ideal dé belleza hijo de la proporcién humana, del conacimiento de la anatomia ése2, de la musculatura, de los perfiles continuos y tersos propios del gusto de los maestros nazarenos, Los dibujos, lamados academias, recreaban hermosos cuerpos masculinas, en mayor proporcién que femeninos, debido a que Ia adquisi- ‘i6n de los yesos existentes en la escuela —tomados de esculturas de dioses y héroes de la Antigiedad— ‘estuvo determinada por la seleccién de esculturas que conformé “el museo Imaginario de los teéricos”, entre los que hay que recordar a Johann Winckelmann.\? La coleccién de copias en yeso de las esculturas cldsicas, que pertenecia a la Academia de México, empez6 a formarse en el siglo XVIll con las obras que Manuel Tolsé trajo consigo y fue considerada como una de las mas vicas y completas entre las mejores ccolecciones creadas para la ensefianza de los estudiantes académicos. La coleccién se entiquecié con ‘nuevos ejemplos a lo largo de todo el siglo y en tiempos de Vilar con abras en mérmol de sus maestros puristas, como la copia de autor Psique desmayada que le envié el “carrarese” Pietro Tenerani, a quien Vilar, consciente de que se encontraba en la academia de un pais catélico, le pide que el envio de algunas escultures originales, para renovar las galerias de la institucién, sea de preferencia de estatuas vestidas ¥ “que no mande ningtin original de desnudo femenino, por no estar acostumbrado a verlos el pueblo 10.Cats Reyer, Apres ideted. eo sino econo, aes, cited, 1296 Enso: Ne Cte p18 yf Sobre edo: niente eta esars durante Ronciment ae reali y nas Poe, Tested the gas hw haven cones, Tie varsity ress, 184, Mle Mad Tray el ocgver Ru legato deTa anogedod Ate yarguccoga ene Eat moderna Mad Into, 2001 sabreavisy el parsanenta elharn Winker eeae nn A Otek ier, Magen sel winceaonn eas tsa CAT LA PUEGARIA, FRACISCO ORZALESSE {AML 4 FRAY BARTOLONE DE LAS CASAS CONVIRTIENDO A (UNA FAMILIA AZTECS, SUCULEL NORERA (DLTALLE CENTRAL, ‘mexicano. Pero pesar de estas observaciones de Vilar y de la preeminencia de la impronta masculina, en ocasiones fa figura de una Venus 0 de alguna musa asomaba por entre fos dlbujas de alunos y macs. {tos, asi como la figura de un niio en fe forma de un amorcilloo eupido, Sin duda la anatoma del cuerpo imasculino diet6 los parémetros de belleza que favorecieron la presencia de fuertes matronas corpulentas de corte helenistico y de cardcteralegérico, asf como de Jovenes cuyas cuerpos admitfan el trato suave y dulce de unas formas nifias.22 ‘Una vez aprobada la clase de dibujo del antiguo y del modelo del natural, los alumnos se iniciaban en los secretos dela escultura modelando en barra y haciendo los vaciados en yeso de cabezas, manos o Pies y figuras en relieve que, como las academias, les permitian aprender el manejo correcto de le one, toms pero también los ademanes y la gestualidad propios de la ran escuitura. A partir de este punto, los estudiantes avanzados se inciaban en fe creactin de sus propias composiciones a propésto de los ‘emas que sugerta el maestro Vilar y de acuerdo con bocetos que entre el alumno y él elaborahan, sobre 2. Morena, op ED) 86 Saldor tare rons {tenet roltoa as esatoraseaentes det ope o oat ho memo dea cats en 2 misma p56, nae $02. Repos an tall acoras losesartoscmpetos de Visr austen texte eto ene SENSED rts. aad seacoast yal yaad Meni nia cence ania ea fone, IRE te eed por lest aan. 1833, deo aude io vn spon seecoooe ake oer ae ee os ar erean oe Estar Gandeso Ft Fenn? 106) ra stn ecsensceny aa ieee cae ect ae nor dels colesdones e madison dens ales Ge satura ae acslees van ate ones eee (cca slo cased cole del cca ned Bale Aen momsertove taoa ncaa wes aoe ak ak {Conteros oe aruatectre Cort vonan ce Dotimono neers seaanrar ef prima‘ dela lez deco masrn vas €4sodo Bes Macs ferme Atri Gy ered de Grade 29 i todo cuando la escultura de alguno de los discipulos era ‘ya una obra acabada y tenia un destino final fuera de la escuela, El gran tema de la Antigledad clasiea desempe- fi6 un papel fundamental como elemento de formacién Y¥ cohesi6n de fos artistas, quienes se sintieron unidos, entre si y con los artistas europeos a través del mundo lésico, ya que éste les conferia prestigio y ademas el cconocerlo y disfrutarlo fos hacia depositarios de la cul tura de Occidente. Esta tradicién los volvia verdaderos intelectuales (artistas), os hacia legitimos poseedores de la belleza y de la capacidad de transmitirla, Fue a tra- vés de este mundo cldsico que México encontré una via de unin con fa historia occidental. Pero I imitacién de {a escultura clésica se acometié con una finalidad muy concrete y una aplicacién miéltiple como instrument de ensefianaa y formacién de os artistas académicos. La copia por medio del dibujo y despues mediante escultu as en yeso los capacité para aduefiarse de las propor ciones del cuerpo humano, del gesto y la actitud propios de la dimensién heroica. El gesto, que no se refiere a la gesticulacién facial sino ala actitud, a fa apostura del ser hhumano de acuerdo con la dignidad de su condicién o su jerarquia en el grupo social donde se encuentre, es a manera fisica, escultérica en este caso, de represen- ter significados, consideraciones axiolégicas y toda una gama de sentimientos que conforman Ia historia emoti- va de los seres humanos. La institucién académica tan mal entendida 3 Partir de su descalificacién por los artistas de las Van- auardias y dela huclga de 1910, en realidad fungié. como protectora, como receptaculo de una historia emotiva de la condicién humana al colecclonar, proteger y difun- dir el valor yla belleza de una estatuariaalimentada con las actitudes y los ademanes de culturas tan antiguas ‘como la sumeria y la egipcia: unas manos juntas en act! ‘tud de devocién provienen de la primera y la presencia digna de las imagenes hierdticas, de la segunda. A los esincios se debe también la representacién del ser hu: ‘mano de pie y con una plerna apenas adelantada como sefial de dar un paso. Gesto que tiene una de sus expre- siones més acabadas en El hombre que camino (1877-1878) de Auguste Rodin, quien subrayé esta accién del ser humano omitiendo la representacién de la cabeza y los brazos de su escultura. Elademan alude a su trénsito por el tiempo, a su condicién mortal, ala vez que a su permanencia, ala experiencia de erguirse ‘Para dar inicio a la cultura de la que atin somos participes, Fue la academia un repositorio memoriaso de las maneras de representar las emociones humans, (CREM FAUING, HETRO TENERANT an 32 (CAT 15 ACADEAHA, ALITOR DESCONOCIDO LAM S FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS CONVIRTIENDO AUNA FAMILIA AZTECS, SIGUE NORENA HDETALLLD ct sentido de erandez, fa ternurao a solidava camoradero. Ahi estén presentes ls formas vibes del psa, dela tristeza, del enol ylaabia contenido, porque no era digno dea escultura académicareore- Sentardesproporcin alguna ni cuando de setimientos se trataba, Por medio dela copia de os modelos ‘Vilar procuré la instruccién de sus alumnos en la sobriedad que entrafia la escultura y trabajé junto con ellos para hacerlosconscientes del esplendor yo monumentalided irherentes aa representacién de os hres Vaya s! era una responsabilidad complea la suya, pore que fe ada su labor dai, ocupado en formar la ian destra ye! ojo educa que conquistaron ls aurmnas por medio de sus enseRanzasy la leciones de abyjo que recberon del pinto Pelegrin Cav ilar secomprometis con la formacidn de los ivenesy les comunicé el sentido dela volumeti, las proporlones, ls posturas, os ademanes, la mirada, recursos que lntgran el geso, a acd gran diosa de ls héres ola blleza suave del amar fraternal opaterno; bien la delicadera de una “pique desmayada’, a Inocencia de un nifo pescadoro el lenquaje que detiene el alent uguetdn del travieso updo, En fin, debls despertar la senslbidad de sus dscipulos, transformarlos en destros escultores, capaces de lamar ala contemplacion del beleza que encerael cuerpo humanoy su proporciones oa la admiracién pri elevacin interior de quienes se involucran con a historia Uberteria de us pueblos y, por qué n, también a a termurao dulaura que provoca un iio que vege con su pero, Hoy que hemos, perdido el sentido que el maestro transmit a sus escpuls, nos encontrammos con esculturasen las pla zs iblcas que al pretender fa monumentaldad han sido creadas como objetos andes, o muy grandes, {que no resignican el espacio donde se encuentran ai atrapan nk conmueven alos distal transen. tes, Para los esultores purltas era necesrio conocer el manelo de a expresién manual ye de la 13Agadeao2 Ana atin Venues et nlrmacin cee Peleg ln elicada escultura intimista creada para los espa. ios interiores ylos jardines. Los recursos debian ser minimos pero no por eso menos elocuentes, ‘un relieve purista implicaba el desarrollo de las, figuras sobre un fondo liso, mesurado y sin ama: ‘neramientos en los planos de profundidad, como sialudiera a los fondos dorados, infinitos de los llamados primitivos renacentistas, © quizd a la sobriedad de recursos de las estelas funerarias de la Antigua Grecia. La perspectiva geométrica s@ elimina con el propdsito de subrayar la pure. za de los volmenes y los perfiles claros de los cuerpos representados. Las superficies pulides, los contornos suaves, el acento en los pliegues, la transformacién de las togas romanas en capas militares: un discurso escultérice para evocar la ‘asociacién del pasado glorioso con la valentia del presente. Formas todas para representar 2 quien lomereciera con ladistincién que confiere la vida atemporal. Ya sea que se tratara de un retrato ideal o de un monumenta o la acertada combina cién de ambas propuestas escultéricas, al perso- naje se le liberaba de la transmutacién historica, Los j6venes escultores aprendicron so- bre la mirada que reposa en el infinito a donde sélo aleanza la vista de los héroes, capaces de ver ims alld de su tiempo y su circunstancia. Sobre fa flexién de una pierna para destacar la cadera LAM. 6 VICENTE GUERRERO, MIGUEL NORENA contraria y hacer mas atractivo el cuerpo a la mirada que se regocija en la contemplacién del artificio, Por .e50 se comprometieron con la copia incesante de manos y pies, el estudio dels enatomla, el conocimiento de las proporciones, el mod en que se inclina ose eleva una cabeza, manera de apropiarse de un discurso ten formas, en volimenes y por lo mismo de una expresién no verbal de las emociones. Un brazo levan- tado y la mano que se eleva por encima de la cabeza indican que se profiere un discurso de insplracion dlivina; y sila mano se posa sobre el pecho a la altura del corazén, entonces sefiala que una resonancia ‘emotiva envuelve al personaje, como puede verse en el Vicente Guerrero de Miguel Norefa; “El héroe

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