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REVISTA. UNIVERSITARIA ANOV SALAMANCA, MARZO-ABRIL DE 1950 5 NUM. 13 (NUMERO EXTRAORDINARIO) COLABORAN Ghislaine Moreau Soffa de la Vega Benayas Carmina Martin Gaite Antonio Tovar Fernando Lazaro Carreter Francisco Maldonado Agustin Garcia Calvo. Rafael Ldinez Alcald José Ramos Jiménez Manuel Alvar Jean Marie Ricotti Angusto Fernandez Quinones Julio Escauriaza Areilza José Luis Garcia Rua Federico Latorre Narciso Merino Pedro Maria Agreda Roque Esteban Scarpa Antonio Bueno Fernando Jimenez Virgitla Béjarano Julie 6 Morején que tanto haya bajado la ley del hombre poeta? Pues mira: lo primero hace muchos siglos ‘que ser poeta ha dejado de ser un verdadero oficlo: y los versos no dan pan. No lo dan, porque no lo valen: ver- 50s como el pan dé buenos habian de ser, para que pan dieran; y no suelen escribirse versos buenas como el pan, porque sélo muy de tarde ‘en tarde sale al mundo nues- {ro un poeta que sea él tamblen como el pan de bueno. Los de ahora no mas tienen que sombra de imfinito en Sus entraias, ausencia en 10s ojos (ausencia si, pero & dé vida), y algo de pasion débilmente rijosa por la sangre. Oh, si el ser poeta hublera seguido siendo un oficio, y los verses a conciencia de buen artesano se hi- cieran, para a mejor precio venderios! Oh, si en los par- tes de los hoteles pudiéramos escribir “poeta” en la ca- silla de la protesion! Ya verias como entonces no me aver- gonzaba a mi que me dieran nombre de poeta. ‘Ay Fabio, los que queremos poco a poco aprender a hablar en versos buenos (a todo lo ancho del adjetivo), ¥ que un dia llegaremos giphacerlo, porque querer ser Pee va Ua eray Me eae ples estates deberiamos tenern9s buscado otro nombre, un nombre limpio y honrado, acufado recién; un nombre que no tu wieramos que compartir con es0s,de las tertulias de por hi, que los dias y tas noches se pasan al acecho de sus fentrafas, para no perder en su interior el minimo tiem- blo de la pasion que sea (asi al anémico que ansiosamente busca sentizse las ondas del pulso), para poder colmar con ella catorce versos més, con que un libro mas tlenar ‘4 10s dos 0 tres meses, y poder hablar luego de ello en Jas tertulias, y decir aquello de “es fruto de una irresis. tible necesidad interna de expresion”, comfundiendo tal hnecesidad con el vicio bien enraizado por 1a cotidiana ‘masturbacién endecasilabica 0 a ritmo libre. Lejos, Fa bio, bien lejos de aquéllos, que de,sus amadas lo que me Jor evocan es €1 brillo de 1a seda de sus medias; y cuyo impudor a tanto llega, que se hartan a lanzar clegias y elegias sollozantes de “jSefior! ;Sefior!", como payasos, por AGUSTIN GARCIA CALVO luciendo asi su villana impotencia de dios, 1a del hom- re poco bueno y poco hombre. Que el que lo tiene bien asentado y claro en el trono de sus sentimientos, no pre- cisa sollozarle a cada paso, y menos por las linotipias; con una buena oracion acostumbrada cada dia y cantar en un buen himno sus glorias al menos uma vez por vi- da, ya se ha ganado su sonrisa. Oh, si yo, Fabio, pudiera ser un angel justiciero ar- mado de gigante escoba, para bien apaleados y revueltos arrerlos del mundo! Qué buena gloria seria! Pero al menos en nosotros trabajemos, y hagamonos modelos, aunque Silo haya de ser para nosotros mismos. Si acaso Dios quiere, ya nos daré poder para Io otro. Una sola Cosa pués basta que no olvide nunca el poe~ ta, que para que lo escuchen"escribe: y aquellos necios, muestrarios de sus entreielas, qué regocijo creen ‘que van a dar clamandonos angustias miserables, fofas tris turas, 0 enteréndonos del vuelo de 1a falda y enumeran- donos las horas de ausencia de su novia? Oh maldicion sobre ellos, que asi han olvidado lo que es arte y Io que es verso! Que no copa de buen vino para alegrar a la gente se creen que es, sino Ietrina psiquica, en que descar- Sar todas las miserias de su espiritu. Dejen eso para el buen zapatero, que un domingo se encuentra triste y quiere desahogarse en octavas reales, por ejemplo; pero por qué han manchado el nombre de poeta? No olvides, no olvides? ni aun aquello de con justeza espresar bien lo que se quiere, quid del arte, no es mas que una herramienta para el hacer bien. O es que el poeta solo nos va a valer para eso de hacer los cultos y sensibles oyéndole, y decirie luego Io bien que esta? Pues bien entonces va a ganarse el saludo por las calles de su paisano, el que machaca rojo el hyerro, o que yende al al- a de imvierno humeantes' Ios senos negros de 1a Tierra. Porque cuando este qui¢ra una vera para su ventana, Je dira @ aquél: “tabra, que yo te di mi harina®; y cuan- do €1 coma un mendrugo, podka decirse también: “para es0 fragié yo Ia reja que aré y la aljada que pico a los bueyes®. Pero aquel pollo, aquél de la cabeza llena por fuera de brillantina y por dentro sin duda también, qué dira al llevar ef bocado a 10s labios, cuando se 1e queden mirando os trabajadores? Oh, si al menos pudiera res- ponder a Ia pregunta de sus miradas “yo soy el que hice 14s canciones que acompafaban tos golpes en la bi Soria y el largo desmoronarse de ta tierra”, Pero ca lara, y tendré que ir a otras mas villanas mesas a buscar su_condumio, a los periédicos, a tas ofcinas. Pues vélo aqui claro, que han de ser los versos prove- chosos ante todo; y su provecho ha de ser que sean ca- paces de dar alegria y asi levantar los corazones a las otras gentes. “Mira ti que poctas los mas nobles, todos fueron de provecho, como en su comeiia de 1as ranas uno dellos nos deja dicho. Ni quiere esto decir que hayan para ello de ser 10s ver- sos Costantemente alegres y juguetones. Que lo que aqui te he querido yo llamar alegria, algo mas ancho es que Jo que sucls Ia palabra, una como salud del alma, como ung hermana del alma; en la que consisti¢ra el alma mis- ma, 0 al menos el sentirse el alma, de donde pudiéra- mos decir que estar alegre viene a ser cast lo mismo que Y por lo tanto con materia de sentimientos dolorosos también pueden Ios versos cumplir su ofiicio. Solo una condicién, que el dolor sea puro, lo que quiere decir que no movido por vergiienza afrentosa ni vagos pesares, ni que tales cosas mueva, no, sino dolor que sea afilada es- Pada, que en el corazén se clave, no que dé desdichados golpes de plano por las nalgas; y por tanto nada de complejos, sino simples, como los diemantes 0 el mar. Y asi en el que escucha la misma elevacién o pureza de alma producirés, que al cabo no sera sino alegria. Ni te canses de repetir mil veces las mismas grandes cosas: siempre el agua en el rio canta y rezuma en et cantaro, y siempre, ella es Ia flor del mundo. Pero ahora tii me preguntaras por consejos mas prov chosos para el momento, que como hacer para sacar de si tales versos. Y yo que comenzar a contestarte? No lo sé —tendré que decirte—, espinoso és ello: que si procurar no dejar en ellos sentimlentes bastardos, y asi con lima interior también pulirlos, qui si llorar tu antes para ha- cerme Hlorar, mas sin Contarme ya tus 1agrimas; y te diria si no habias gozado alguna vez considerando en una hora de algtin dia cémo unos cuantos gestos de los hombres y de las cosas caian bien acoplidos entre si todos acordes: que perpetuar esto (asi en la Iliada) buen saber es para poeta. ¥ tantas cosas! Pero. qué!: francamente quiero hablarte, y es como a hablarte voy, amor nuestro. Hazte bucno 1, hermano, y luego éscribe, 0 mejor canta, que buenos vorsos sera én- tonces los tuyos sin duda. Y para hacerse bueno? Lo me- Jor es sin duda ser bueno; pero si no, como te lo haras, otros dias con despacio quiero contartelo; ahora sblo esta advertencia escucha, que dice asi: que de fuera adentro. S6 bueno pugs y canta. He aqut la primera regia de ta preceptiva literaria. Y hards, @ 10s hombres buenos. Ve aqui la primera promesa. ¥ ast sera. que tendré Ia poesia una verdadera y clara utilidad; y entonces si que no ten- ras que avergonzarte, si quieres, de llamarte pocta. ¥ entonces si que podras, si quieres, a la poesia llamar pur ra. Aunque mejor sera poesia buena. “Sé bueno pues y haz. buenos versés. Y acaso entonces —oh milagro!— los versos otra vez vuelvan @ dar pan; pan bueno; pan blanco. Reproducimos de Madrid, del sicte de Febsero pasado, una al don Eusenio d'Ozs, en que ol meer (trabajos y de nuestros dias, Rundue cxradon de no pueden menos de bala Eugenio dr LA HORA, LOS TRABAJOS Y LOS DIAS “Me parece evidente que et pensamiento politico ha de preceder a la accién politica”, proclama, en el semanario de Ios estudiantes espaholes “La Hora”, lun articulo, en funciones de editorial, firmado por Jesus Alvarez Cahedo. Pero... ‘Mozos ‘somos y no se es ‘mozo mas que una vez. Congue # 1a obra ahora, A la obra, y no al pensa- miento. A Ia obra, y sea yo el dltimo que de vuestra. obra tenga que hablaros...” Con aspecio més edito- rislmente subrayedo ain de Ievantar bandera, ash rompe 2 hablar Agustin Garcia, en “Trabajos y Dias", revista universitaria de Salamanca. No hay que andar distraidos, (oh graves varones), de 1as_ voces moceriles. Entre tamto repetir —y re petir sin continuacion , bien pueden alguna vez anticipar. Y no juzguemos su: total vator cancélado, por las apariencias de mutua contradiccion. Impor= ta entender y descubrir Ia armonia én Ia disonancla, ;Cuantas veces ‘no vicia Ia representacion de Ia || Teslidad una introduccién parasitaria de la sombra del tiempo! Y2, una vez, érei obligactén mia ef Te- vantarme contra el famoso: “Primero, vivir; luego, filosofar’... ;Pero ~ fué mi grito.. el filesofar no e& mas que una manera de vivir: vivir en concfencla de Ia eternidad del momento! El “primero”, alli, era lo que 10 .estropeaba todo. Asi, ahora, Io que’ hay que superar, en cada uno de 10s citados dictémenes Juveniles, es Ia exigencia de antelacién.

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