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El trastorno de evitacién experiencial <.. lo que ettoy hasiondo no es ote cosa que coutar mi propia historia, dendo sfempre vueleas a lo misma sot ¢-10 aspecto y oto snfoque, y ask yo también me voy envolvicudo en una saga, conver «ida de que no es fa mia, unx soga que me inmovitiza cada vez mic, fasta que me convierto en un meso paquete, an bulla, que epenas inerviene en su propio devenis» En los capitulos previos hemos tratado sobre la ubicuidad del suftimiento en tanto que parte inse- parable de Je vida humana. También hemos men- cionado que sentirse mal puede no ser asumido como algo natural. de modo que los sentimientos © las sensaciones que disgustan termainan por ser algo en lo que uno se emplea «a fondo» para anu- larlo lo antes posible, sin percatarse muchas veces, del costo de la operacién. Hiemos insistido en 1a logitimided de no querer sufrir o evitar el sufti- mieato y que, de hecho, esio es algo que todos hacemos en mayor o menor medida. Pero ocurre gue en el dmbito o contexto de io que para uno es valioso, a veces cl costo por evitar sentisse mal es muy alto. Cousecuenternente, lo afortunado seri «darse cuenta» de cuando Ia evitacién'no es una soluci¢n valida y, por tanjo, cabria aprender a ha- cor shucco psigol6gico» a las reacciones piivadas cargadas de. Tees aversivas ai cllo conduce a Yo que uno valora‘para su vida. é Son rauchas [28 personas que emplean la evita- eign de lo que les produce malestar de una forma econificada y generalizada y, consecuentemeite, © Bicones Hishmice ‘Avrelia, en La cancion de Dorciea, de Rosa Regis viven una vide muy limiteda en tanto que este pa ‘tron haya terminado por extender el sufrimiento a muchas facetas de su vida, viven envueltos en él con un coste persoual muy elevade en términos de lo que querrian para su vida. Es en tates cir- cunstancias cuanda hablamos de trastorne de evi- tacién expertencial (TEE). Este capftuie trata sobre dicho fendmeno, y en 4 deseribimos, en primer término, sus caracteris- ticas y, en segundo, las condiciones que fo gene- ran y lo mentienen, 1. CARACTERISTICAS DEL TRASTORNO DE EVITACION EXPERIENCIAL El snfrimiento psicolégico es parte inseparable de la vida humana en tanto qie sta incluye cis cunstancias y comunidades que conforman contex- tos verbales a través de los cuales una persona determinada reaccionaré verbalmente a aumerosos eventos, incluida su propia conducta (véanse ca- pitulos 1 y 2). Los contextos verbales socialmente ‘74 / Terapia de aveptacién y compromiso (ACT) mantenidos en Ja comunidad representan las con- + diciones para ver las cosas y Io que se ha aprendi- do a detectar de si mismo, bien como reacciones naturales y normales, aunque puedan resultan do~ Jorosas, bien come reacciones anormales y nega- tivas ante las que se reacciona como si feran ba- rreras para vivir. Precisameate, en torno a esto ltimo gira bue- na parte del sufrimiento psicolégico actual més extendido en nuestra cultura occidental, donde se alienta 1a consecucién de eventos privados . Esto es, si uno no desea sentizse como se siente y se empefia a fordo en, cambiar dcliberadamente su estado de énimo probablemente el éxito sea ofimero, micntras que ala larga el es- tado de 4nimo no deseado se haré mas frecucnite y terminaré inundado otras facetas de su vida. Ea definitiva, la misma accién de intentar delibera- damente no sentir algo en un momento patticular resulta contradictoria con el objetiva que persigue, ya que a0 estar en algo cs estar en ello (y vuelta a io mismo), Segundo, la evitacién emocional es perjudicial cuando ta regulacién de los eventas privados se mouestra claramente insensible al control delibe- rado de reguiacion verbal. Dicho de otro modo, Js evitacién emocional resulta perjadicial cuando el comportamicnto objeto de interés no es suscep- tible de control verbal y, por tanto, los intentos de regulacion sélo consigaen exacerber ol problema, ‘Tal: fen6meno ocurre en Ios ciclos, bien conoci- dos, en que una persona esencialmente «llega a estar cada vez mAs ansiosa por no querer estar an- siosan, ‘Tercero, la cvitacién emocional es también per- Judicial cuando el cambio que se persigue es po- Sible pero el esfuerzo requerido conduce a formas de evitacién no saludables. Poe ejemplo, cuando uno infenta no recordar o eliminar el recuerdo de un suceso determinado por medio de drogas cnyo, efecto inbibitorio sobre el recuerdo puede ser efi- caz en cierto modo pero puede tener un costo per- sonal final muy alto, El punto central en este caso es que no estar dispuesto a tener recuerdos o sen- timientos, cuando eso limita, equivale a no estar dispuesto 4 vivir libremente, o sea, con las puertas abiertas a los eventos privados, Lz evitacién en esas circunstancias restringe la aceptacién de La propia historia en términos del autoconocimientg sobre Ins reacciones « Jo que se piensa y siente, de modo que si uno ina de estar pendiente de «taparn o «im- pedir» que las repercusiones de su pasado se pre- senten, la vida termina circulando ca tomo a los eventos privados temidos y, en consecuencia, se toma altamente limitada silo que uno quiere ha- Cer en su vida se ve entorpecido por esa estrategia de evitacion, Cuarto, Ja evitacion es igualmente perjadicial cuando el evento que quiere eliminarse 0 cam- biarse no puede ser cambiado, Rebuit 0 luchar contra fos efectos verbales asociados a la pérdi- da (por ejemplo el dolor y el sentimiento de va- fo) puede convertir la pérdida dolorosa en trau- ma y a quien practica la evitacién de tales efectos psicolégicos en victima de su propia estrategia de evitacion, En conclusién, la evitacién es perjudicial cuan- do a pesar de parecer muy razonable el modo en que una persona esi4 resolviendo un problema (evita que el dolor, el miedo, ia insegaridad o la angustia se hagan presentes) finalmente no resuel- ve nada porque esa actuacidn se interpone en lo que esa persona desea para su vida. Los divi- dendos son una limitaci6n extraordinaria en los valores vitales. Exta es fa clave. De otta parte, Jos cambios que podrian resultar saludables © ‘importantes para lo que quiere resaltan experien- eias dolorosas 0 costosas a corto plazo. La evi- dencia disponible indica que, en tales condicio- hes, «empecinarse» en un patrén de control de ios eventos privados no es la solucién sino el pro- biema. 1.2, EI TEE como dimensién funcional a través de diferentes sindromés ‘Machas formas de psicopatologia recogidas en los sistemas de clasificacién sindrémicos tradicio- nales (principalmente DSM y CIB) pueden con- ceptuarse como formas diversas de evitacién no saludable (Hayes ct al., 1996).'El TEE ¢s un ele- mento comin a una buena parte de los eindromes descriptives de los sistemas taxonémicos. Estos - sistemas diferencian los sindromes por los conte nidos cognitivos diferentes y los estimulos 0 cir- cunsiancias ante los que la gente reacciona, y tam- biga se diferencian en la forma o el contenido particular de la reaccién. Pero ol elemento comin ‘© Bliciones Pictmide es que el comportamiento de la persona se centra ‘en ¢) patron de evitacién experiencial. Desde la pectiva del TEE, personas cuyos «trastomos> fecibirian nombres diferentes funcionalmente es- tarian luchando (0 trabajando) para terminar con, o evitar, los eventos privados que vivencian aver- civamente y que conciber como obsticulos o ba- eras para su vida. ‘Algunas muestras de lo que queremos decir in- cluyen, por ejemplo, el cago de una persona que muestra un patrén de alcoholismo o consumo de drogas con ef objetivo de climinar Ia ansicdad que je sobreviene ante diferentes funciones de est! inolo o el de otra, a la que tradicionalmente de- nominarfamos como «agorafObica», que intenta eliminar ia ansiedad de una forma bien diferente; 0 personas diagnosticadas con xtrastomé de pé- nico» que ectén lackando con la ansiedad 2s- pecifica o generalizada, a diferencia de aquellas catalogadas con un «trastorno cbsesivo-compul- sivo» que lo harén con ciertos pensamientos, © ‘dc quien mueatra un «trastorno de estrés posirau- mético» y que esti Inchando con sus recuerdos y sensaciones esociados a un evento traumética; 0, finalmente, wa persona diagnosticada con un tras torno depresivo que esté lichendo pare evitar re- cuerdos, pensamientas, sentimientos o predispo- siciones corporales particularmente negativos. Diferentes trastornos psicolégicos pueden ser ana lizados tomando la dimensidn de evitacién como el factor funcional més importante en su eliolo- gia y su mantenimiento, aunque sean diferentes Tos tipos o fuentes de material cvitedo, asf como les respuestas que conformen el patron o clase funcional de evitacién experiencial destructivo (Hayes et al., 1996). De acusrdo con los dates disponibles, la evi- tacién experiencial ha sido explicitamente detec- tada en el abuso de drogas y el aleoholismo (por ejemplo, Hayes et al., 2002; Luciano et al., 2001; Martlatt, 1994; Wulfert, 1994), cn el trastorno obsesivo-cor (por ejemplo, Gold y Weg- ner, 1995; McCarthy y Foa, 1990), en ei desor- den de pénico, 1a agorafobia y la ansiedad gene- ralizada (gor ejeniplo, Carrascoso, 1999; Craske, Steet y Barlow, 1990; Forsyth, 2000; Luciano y (© Biicions Piximce EI trastomo de evitacién expariencial / 77 Gutiérrez, 2001; Zaldivar y Herndnde?, 2001), en el trastomo de personalidad Mimite (por ejemplo, Linehan, 1993; Soshal, 1991), on la depresién ougher y Hackbert, 1984; Zoitle y Raines, 1989; Zettle y Hayes, 1986; Luciano y Huertas, 1999), en el trastorno de duclo (par ejemplo, Luciano y Cabello, 2001), en bulimia (por ejemplo, Nash y Farmer, 1999), en parcfilias (por ejemplo, Lo- Piccolo, 1994), en sintomas psicdticos (por ejem- plo, Bach y Hayes, en prensa; Garefa y Pérez, 2001) y en el juego patclégico (Labrador y Fer- néndez-Alba, 1998). El TEE también ha sido explicitamente detec tado en otros problemas clinicos no sindrémicos, como es ef caso del suicidio —una estrategia de evitacién final— (Chiles y Suoshal, 1995), tas secuslas del maltrato sexual (por ejemplo, Follet- te, 1994; Polusny y Follette, 1995), y ha sido ex- plfcito en terapia de parejas (por ejemplo, Koer- tick, Jacobson y Christensen, 1994; Berns, Jacobson y Christensen, 2000), en el trabajo con padres de nifios mentalmente retrasados (Biglen, Lewin y Hops, 1990), en 1a atencién a la veje (McCurry y Schmidt, 1994), en dolor crénico (Dahl, Nils- son y Wilson, 2002; Luciano et al., 2001), en es- 1x65 Laboral (Bond y Bunce, 2000) y en la terapia de apoyo psicolégico a pacientes de céncer (Mon- tesinos, Hemandez y Luciano, 2001). En todos estos casos y muchos otros simila- res, las personas implicadas estarian sufriendo aunque por contenidos privados distintos y es- tarfan luchando deliberadamente contra su sufti- miento aunque en cada caso dicha lucha adopte diferentes formas que se toman como si de tras- tomos diferentes» se tratese. Como resultado co- miin, su lucha acabard generando més sufrimien- to, aunguo on apariencie. parezca proporcionar un cierto alivio, y en todos los casos las per- sonas implicadas analizaran y razonardin su forma de funcionar o su plan deliberado para controlar los eventos privados como una forma correcta de proceder, por estar culturalmente con- sensuada y ser refrendada dia a dia. Resulta asf que diversos :rastornos tenidos por «diferentes» én los sistemas clasificatorios al uso pueden quedar recogidos en una misma dimensién fun-

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