You are on page 1of 11
cio andino” en ial y sefiores étnicos en el espa de 1994 “Dominio colonial sefiores eee oe op 151-170 Miducopeitcontan nists de los Aoercas Lana México/Fideicom EN EL ESPACIO ANDINO* SB oe a? Ue ero a soit de ct Lire pars una revista de dition ts Colt de Meco: Disa ating 8 AOvenbreciciembet ae a Heractio Boni. Ub Produjo en HISLA Rests Latinoamericare de Historia ‘Econémica y Social, nim "Lima, primer semeste de ge" crn prebon 2 Tritan Pat lena Mendoza ls obseraciones que hide. ‘09 una versin retina de trabajo, (CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN plenitud, degradar el poder de sus sistemas de jefatura ni crosionar el sen- tido de identidad, de pertenencia a una colectividad étnica, Para los historiadores interesados en la formacién colonial que se es tructura a partir de Is invasion curopea, las categorias reinos y schores ét- nicos resultan fundamentales para volver a reconocer cl largo enfrenta- miento que tuvicron los cspaioles con un tipo de sociedad radicalmente diferente 4 todo lo conocido hasta ese momento por ellos. En efecto, de: truida la dimensidn institucional del Tawantinsuyu, la imposicién det do- minio colonial, la construccion de una nueva economia, no se enfrenta a tuna nacién indica indiferenciable sino a ta cohesién y al sistema de poder de los diferentes grupos étaicos. Es el mismo proceso concreto, pues, el que erige a los reinos étnicos en objetos preferentes del andlisis histérico. Por lo demds, son unidades cuya dimensién y tejido de relaciones permi- ten examinar, integrcimente, tanto las conexiones hacia el exterior como el funcionamiento de los ayllus y el ejercicio del poder en el interior de las organizaciones indigenas. Para cl andlisis de muy larga duracién, J.V. Mu- rra ha propuesto recientomente tina certera linea de trabajo que nos per- mitird ir hacia delan‘e: investigar como las organizaciones andinas fueron perdiendo “sus derechos como seorios y como llegaron a ser indios 0 co- munidades...”, Por nuestra parte queremos mostrar en este breve ensayo, a través de tres situaciones generates del siglo XVI, la importancia de las categorias reinos y sefiores étnicos para un nuevo anilisis de la formacién del sistema colonial. El Tawantinsuyy, los invasores y los reinos étnicos Manejando exclusivamente las fuentes que dejaron precisamente fos inva- sores, los historiadores fueron repitiendo la versin de la conquista faci: una pequefia hueste de arrojados espafioles, mediante un golpe de suerte y ‘a victoria en algunos combates, derrumb6 ripidamente un gran estado donde la guerra era uno de los modos de vida. Esta versién es de una vacui dad absoluta, La inaquina de guerra del estado.inca, con sus decenas de mi- les de guerreros, hubiera debido-aniquilar a los espatioles y a sus caballos. El derrumbe de: Tawantinsuyu, de su dimensi6n institucional al prin- cipio, se debi6 a una conjuncién de factores. Es cierto que la muerte vino en parte de afuera, pero también existicron causas esenciales que provinie- ron de la misma sociedad indigena, Una de las decisivas fue que el gran es- tado se encuentra fracturado por la sucesién al gobierno imperial. Mien- 152 tras el pudiado de espaioles pens tienes Atabuspa le pescheelaes {ar y matar a Hudscar, 5 Cuzco. Capturado Atahua su ejército en verdad no a ¥ combaten wale» cme ts 0% grupos eticos, Tok Tv conga stsestamene Cia de Li, alescribir que los 60 capone tod de tes ase * eae ‘no habrian bastado “a defenderse de la mult te iis i ps bubiera guerra crudeli . los Gudscar y Atabali var ¢ verra”t Desaparecidos os dos comtendicniees fen eure”! Ne. conquisia limperio por lle la hueste espa sin, espanola imadas “alianvas” con los teins 'dos por dos divisiones dentro de la ies le de ellas estuvo dada entre los linjes re les; cai 5 casi Sierra —“primer lodavia reconocia worecieran los dichos incas a los di. * Banar este reino...”? Seria importante stigacion que revelara la WS personajes como Pau- ate.” La otra division fue al no lograr rexnificar or asczurarse este reino (Historia Chitena, ;omo VIIL 1877, ie 5 3 ME ico sy 153 ‘CARLOS SEMPAT RESADOURIAN cl ejército imperial, Manco Inca fue derrotada por unos cuantos espaioles Y por los destacamentos de guerreros de numcrosos grupos étnicos. a revelacion de estos procesos mediante el uso de nuevas fuentes, ha sido uno de los logros mas brillantes de la investigacion andina en los dlti- mos dos decenios. Pero, lamentablemente, existe todavia un problema cla- ve en el cual predominan ciertas confusiones y un tratamiento muy ideolo~ sizado del tema, Este problema se refiere al sentido y a la naturaleza de las alianzas entre los espafoles y los grupos étnicos. Veamos de qué modo W. Espinoza presenta esta cuestidn, En el Tawantinsuyu, dice, “no existia luna monarquia con conciencia civica, de patria ni de Imperio”, sino una integracién de innumerables reinos “que ardian de rencor”, que mante- rian “un odio intenso a los Gominadores incaicos”. Con la entrada de los espafioles, este odio “hizo su apariciGn en forma tan inmensa, tan violenta, que los antiguos Keinos competian entre si para prestar su mejor apoyo a Pizarro, porque erefan que les habia legado la hora decisiva de clamar li- bertad, de acabar con la dominacién y la persecuci6n a que habian estado sometidos...” (Espinora 1973a:17, 46, 48.) Nos parece que W. Espinoza exagera en dos puntos: 1) que los reinos €tnicos acordaron 1a alianza con los espaioles para “recobrar su inde- pendencia y continuar con su personalidad propia”, y 2) que este movi- micnto se extendié a todos los reinos étnicos, “sabemos fehacientemente {que el Gnico sefiorio que luché contra los espatioles fue el del Cuzco, com- puesto por orejones inca...” (pags. 48-50). 'n primer lugar, no todos los reinos étnicos contribuyeron al derrum- be del Tawantinsuyu. En 1536 Manco Inca Yupanqui, quien habia recibido el emilema imperial, puede cercar la ciudad del Cuzco con decenas de miles de gucrreros de numerosos reinos étnicos localizados en las cuatro estructuras parciales en que estaba ordenado el sistema espacial de! impe- rio inca, En el mismo afio, para cl cerco de Lima, Manco Inca Yupanqui moviliza segin algunas fuentes 20 mil guerreros tarmas, hudnucos, atevi- llos, huaylas, angaraes, yauyos... Por lo demas, ea un importantfsimo docu- mento que el mismo W. Espinoza publics en 1969 con el titulo de El me- ‘morial de Charcas, tenemos el testimonio indigena de la adhesion de siete naciones al Tawantinsuyu: “Cuando envid el niarqués don Francisco Piza- ro a su hermano el comandante Hernando Pizarro y a Gonzalo Pizarro y alos demas capitanes y soldados hacia 2sta povincia de ios Charcas, todos los naturales de esta provincia de los Chascas, ansé la nacién de los Char- ‘eas y Caracaras, Chichas, Chuis, Quillacas, Carangas y los Soras, éstas di- chas siete naciones por mandato de Inca Manco Capa les dieron guerra y 154 IAL Y SERORES Erwicos Feat it valle de Cochabuarnba a tos dichos capitan bamba a los dichos capitanes y so adhe ised.” Esta dualidad de-eomportamicnio, de, ea ha le adhesién al Tawantinsuy c ny, merece ser destacada sus respecto aa probable cuentas fang a roa ae que caracterizan la fase de tran: da, en este sentido, que la sever: andino estuvo en gran medida mientos militares entre los reit hualpa y Hudscar por la suce: lealtad al Tawantinsuyu y as ali En segundo lugar tampoc icin al sistema colonial. No nos cabe du. a crisis demografica ocurrida en el cane determinada por las divisiones y enfrenta, inos étnicos, tanto en la disputa entre Ata. ‘siét, como en ese proceso definido por la lianzas con los invasores europeos, ° Parece cierta, o evidente al menos, la opi- 1a alianza con los espafioles “cada ~”. Por ejempio, en los principales ra analizar las alianzas, es decir de su majestad le daban enviaron tr Papas y ropa y ovejas y carneros y or los curacas aparece confirm: Ribera el Viejo, que Ss saber bien todavia qué sentido tuvo 08 a los espaiole: Irenysos esPaiiles, de todas maneras nos parece pertinente ol B crpansn del Tawantinsuyu pudo tener una doble caracteriticn ey hoo cuca d mang te impidié generar en la poblacisn anwn rama ua prineh, dad que superracl senda de petenentn ewes ones .”. La version de 0s Inés Yupanqui y Nicolis de 2 plata y otras cosas, ada por los testig inos étni 4. Bdmundo Guin recuerda un enamune Gain ecuera un aso ges os ententanintr fe rropésito de independencia: “los lupaca y pac yrovect Masai rst lot cay sepals, decent exeon n ers s ices ania independency se ficiente para impo- jcmpo quizis pudo ser st politica de asimila- etnica, en cambio ese min ner entre los sefiores étnicos, mediante una esmerada than, la idea de sujecién a un poder central exterior. Es probable que el truraca de los echupachus, don Gime, refleje est ditimo proceso cuando endo “vivo decta que no querfa recibir de los indios ninguna cosa dicien- do que no lo recibiria hasta que el rey se lo tasase y mandase como = el clso- "fa ida, a la instancia concreta de un. fo establecimiento del dominio espanol: en @ sobre los reinos éinicos eT nuev FrAMCO, ombre-de-reparti= inca a sus padres” (Ort 1967:56}. Nosotros sugerimos, ademés, du metimicnto de los seit pi ‘Francisco Pizarro emtiend sindolos a Sis compaferos de Ia hucste- bajo 2. Los encomenderos, el Estado espaiiol y los seftores étnicos Los historiadores han preferido, hasta ahora, analizar la fase de transicion al sistema colonial observando cl enfrentamiento entre el estado espanol y Jos encomenderos. Han destacado, as‘, el propésito del estado de adue- iiarse del poder mediante las Leyes Nuevas, que eliminaban en un plazo corto todos los atributos que se habian arrogado los invasores convertids fen encomenderos, y también han revelado el proyecto sefiorial que enar- bolaba este grupo privado para organizar los ternitorios que habjan toma- do. Han insistido, ademas, en la lucha del estado por disminuir el “coefi- ciente de explotacidn’ impuesto por los conquistadores a ta sociedad ind gena, procurando incluso que su nivel fuera inferios al que regia en el Tawantinsuyu (desde 1536, las c€dulas reales comienzan a insist en la ta- sacidn de los tributosy en que las cantidades a fijar sean menores a las que Jos indigenas “solian pagar en tiempo de Atabaliba ¥ de otsos sus sefiores, porque conozcan la valuntad que tenemos de les hacer merced.."). En es- tos estudios los encomenderos representan la imagen contraria, som los, partidarios de la explotaci6n desenfrenada, tal como decia ya en 1539 el obispo Valverde: “..yo se que es tanta la codicia d= los espafoles de estas ticrras que han de querer persuadir a vuestra majestad que haga esclavos 5. Pero ya en mavzo de 1533,en una carta de la reina a Parvo, s¢plantean las earaees risicas que deben tener el eparto de indios (Porras Barrenestea 1944, 1126-129 En 1536 ‘eure un debate muy sugremte entre el obispo Rerlangn F270 por lo reprtimientos oe indo yt electuadow, hatigo publicado en Calecciin de documentos inéaitos relalios at ‘Mclantado.- Sebastian de Benaleizar, 1835-1865, Quito, 19 188 pee 1 DOMINO CoLOwAL Y SERORES ErNicos en estas tierras, y que se eargucn los indi » indios, y que los saquen de la tierra y ninguna...” tesciones sobre las posicionss yl 98 acontecimientos de los de la fase de a que indagar, asimismo, sla invasign en ms Ue los aparatos de ‘jefaturas Etnicas, tempranas racn noticias de que ls espa. iron cl ascenso ilegtimo de indig icos cn oe in. Bajo esta perspectiva habri ‘izarro ordenaba ‘aca icique... porque si se hubiere de reclamaba “la. daa sn ‘yes humanas y divinas f ; minante estevo dada por la c EVSUS Aparatos tradicionates ‘La investigacién futura atender, claro esté, do espanol y Con eas Tors de SucesiGn aed Sobre el papel de los seitores’&titicos deberd sh nin en ee oer aes eacomenderos asciende a la contradicciinevema de la is Febeliones de Gonzaly Pizarro y de Frans tng jernindez 6. Ver as ins and cones de Paro er GP. 12 18. es dcumentn ta lien area Same omen CI 158.5, Bets documentn aos reficren corte ond rages, 8 “presion exterior debe ear dchae sane ee erimos investiga deka stuatoncs ene tian problema importa. estencis 0 m0 a tema importa #050 elements Segmentariosen las eo. 7 Ver porejemplo las visitas ses eriguan se ek nen el caciazgo™ e Hsinuco (1562) v Chuevita IqUE que ahora tienen si es seAor natural. dosent visited lo como hereds y suc. 187 sobre to in, No srs un ej Ec ever la prtcpacion ingens sobre 0 Mo ta gran rbelin de Gonzalo Pizarro, ya que as ens esenian cam tin eonflewo cireunserto a las espaaoles. De todas mers, ts Inte entenen rleenisesporaias que permiten esos tna imagen dea ntrveneién militar indgenay de fa toma de partido iw lox seRores étnicns, Pero existen otras Tent ara stud par igen, proweaientes de los propios jefes étnicos. A man tla nao east comable extemadamenteminicoss vest i a pari (0s confictos. De esta gra rarticipacién de sus reinos en estos con ta gan cat dt de memoras sé se han uilzado, hasta ef momento, corpo thetes dis senores de Ta nacion ju ls cles fern, unt tulormacioninapreciabesobee el mero de hombres ya magnitud dels reen ded nemo ice eine dart as hints de sen Conmenitos,lnornran adem, sabre Ta postion politica de Tos huaneas em los contflictos.* ; _ . sel Va derota militar de Gonzalo Pizarro signficb un fuerte retroceso del prayecto seforial, peromno implicé et abatimiento de los encomenderosco- eee paiiol mis poderoso del territorio conguistado. Elo sede Wana azn muy seni: para far, La Gasca debi nego Ls eyes Nuevas y formar su ¢jézcito con encomender ieee eae hora, ysolados que a tras del sve de a confighan coavertrse en eneomenderos, reemplazando alocde- ss De tos motos info militar sis al extado espacio sf ‘para aplicar una de J reciamaban las pi - ‘iette para aplicar una de las medidas que rect ; tnx ent es la tasaeign de los tibutos. Respecto a este avance del estadve licenciado Santillin dej6 una historia “intima” de los criterios, aque gua B la tasacion, El factor condicionante fue el poder dels eneomenders,e tomo sues rebaines et factor fe cosa orl consis sn jum nombrad por La Gasca y ques usr poser dea rine ‘avery con aquellaeayuntara sts en fel de lo er justo fa te fers an grands Ia spropren de loa os que es akan lion que pareet ct insufrible; desco tuulios que pareciera a los encomenderos cosa insufrib = Wate deel, junto con libertad en que estaban habituados, casey 3.¥, Mure Xs mona han pun por Wap (97). F Pe VM ‘ow rome par un hip de spa sera ep ela "Constance de as eases y iene sntegados a Tos espa Pe "no Paar col Conn 158 WV 1 DOMINO COLOWAL v sefoRES Emcos mayor dati... y por evitar esto parecié no a fis dichas tasas una buena parte de los que llevaban, aunque no ivese toca Jo auc era justo bajar..”. Por la misma razén, prosigue Santillan, “tambiee tes dejaban los servicios personales moderandolos algo, siendo cosa tanec. probada por todo derecho y justicic” (1968123). Los altos niveles jados a {2 enta campesina motivaron en 1551 una provision real, donde se hands. baa la audiencia de Lima revisar y enmendar las tasas “on lo que estuvie- Sen excesivas, quedando a los naturales, después de pagado el tributo, con qué poder sustentarse y alimentar y dotar asus hijo, y supli otras neces dlades, porque en las primeras tasasno se tuvo la dicha ateacion, antes les mand6 dar més de lo que podian..”. Esta provision permitid uns gran Oensiva de los seores étnicos, dirigida a disn.inur el velumen de plata y Productos agrarios que entregaban a los encomenderos, L femos sobre esta cuestiéin de las retasas s se conformé una suerte de “ ya que las reciamaciones in acogida en los aparatos est 808, vineulados directamente con Las Casas 0 i {0, se comprometicron activamente con la ofe: {a amplia “alianza” tuvo efectos de gran importancia, ies cierta la afrmne, ion hecha poco después por el virrey conde de Nieva, quien sostenia que tas retasas redundaron en “gran dao de la tierra porque bajaron las ren- {as y tributos la mitad y més de lo que solian valet y rentar..”. No olvide. mos que el descontento de los encomenderos, tal como prevetan los coms sarios de ta junta nombrada por La Gasca, llev6 de nuevo los antagoni mos a la centradiccion extrema de la gucira, ala rebelién de Hernindes Giron, contra quien se movilizaron presurosamente los jefes étnieos Lg renta de la encomienda, las retasas, constitye pues otto nivel de analisi Que revela la aptitud de los seiiores étnicos para insertarse en el complejo Proceso de transicién. La década de 1560 presenta iguaimente varios problemas que, bien in- vestigados, demostraran la capacidad de negociacidn de los senwres fini Gos durante la fase de transicién. Presentemos uno de ellos. En esta deca, thy a nuestro juicio, el estado empieza a descomponcr su “alana” ean hog Seiiores étnicos. Los dos gober:vintes —Nieva y Castro y los oidores que ca rambran son funcionarios que manifestan, en pareceres y resoluciones, tina actitud hostil hacia las formas indigenas. Se toma, ademés, una intel {ia radical: el estado abre negociaciones directas en el vitreinato offeciens ‘do la perpetuidad de las encomiendas, a cambio de varios millones da pe- pretarlo de una vez y bajar en Los datos que te- ugieren que en la década de 1550 alianza” entre los setores étnicos y el estado, ‘digenas pidiendo disminuir el tributo hallaron 159 son de plata (Goldwert 1955). Los sefores étnicos se movilizan, prometicn- do al estado una cantidad de plata superior a la ofrecida por los encomen- eros, a condicion de que todos los repartimientos fueran puestos “en car hheza de su majestad”. Una carta, enviada desde Lima en 1562, alerta a la corona sobre la propuesta indigena: “... esto decimos por sospechar y en- lender de este negocio que este ofrecer servicio por libertarse los indios no acen de su espontinea voluntad sino por inducimiento de caciques ¥ frai Jus y principales de ellos, a las cuales como esté dicho no los mue Caridad antes su particular interese de cada uno de ellos. Porque como arriba dijimos, que no se perpetuando los indios sino incorpordndose en la Corona real, se perpetuan los caciques y principales y los demas en sus ca- Cicazgos y con esto se hacen sefiores y afirman su sefiorfo y mando... y tam- bien los frailes estan tan arraigados y hallados en sus repartimientos y go- hhierno humano que no ha r encomendero ni duefio en ellos més «le los que ellos quieren gobiernan y mandan...”. La carta sefiala correcta- rte quiénes dirigen el movimiento de resistencia contra la perpetuidad de las encomiendas, pero da una versibn malintencionada sobre sus verda- deros propésitos. Los frailes, guiados por Domingo de Santo Toms, pro- hablemente buscaban implantar el modelo de Las Casas: la conversion al ristianismo de ta sociedad campesina indig dota al mismo ticmpo del domini9 y la explotacién de los encomenderos, mineros, co- ‘merciantes, plantadores de coca, chacareros, 0 sca de todos los intereses pprivados mercantiles. Los sefiores étnicos, como se sabe, secundaron con fucrza este proyecto de expulsidn de los colonizadores y del sistema mer- cantil que representaban, Sin duda ellos buscaban afianzar “su seitorio y nando”, ya que ex la reunién que tuvieron en Mama pidieron que se les ponga en su cabeza y corona real... y que nos den la dicha jurisdicci6n pa- ra que entre nosotros se =lijan alcaldes, jueces y regidores y otros oficia- Pero, al precurar convertir a sus aaciones en encomiendas realen- la comunidad de cardcter de sus na- ciones de la erosién que provocaba una produccién orientata hacia el valor de cambio, pues igualmente reclamaban “que nos sean vucltas y Fes- tituidas todas las ticrras, chacaras y otras heredades y posesiones, raices y botros bienes muebies que contra muestra voluntad y contra justicia nos tic nen tomadas y usurpadas los espanoles... que se nos guarden nuestras buc- has costumbres y leyes qu2 entre nosotros ha habido y hay, justas para nuestro gobierno y justicia, y otras cosas que soliamos tener en tiempo de ‘nuestra infidelidac...” (Murra 1980a). La gestion de_ virrey Toledo en los afios de 1570 se caracteriza por la © sola otro sen les, 19s, intentaban también salvaguar 160 escalada contra los ences aplast6 a los encomendera Parte del excedente agrario q {ransformaba en dinero a través de | menderos se quiebra, ademas, la situ sobre la energia de los indigenas tributg sobre tae indigenas tributarios; en efecto, ¢ abrupt de F enta en productos de la coconicnda fea cee ent 2m produ ienda, la cnergia campesina Fae elie excedent £rupos étaicos aplicaban en ena Para ls produccion del wibuto cimicnsa er he copanoles weit’ Por el estado a la mineria y a lasempresaz sera ere anoles! Cae antaraue de ees js etacntes cane 's compulsivos (mi- as), los encomenderos apenas obtiene fi 10 coe atts Obtienen un porcertae infimo de mitayos! c mitayos. que ver con ta slacion mercantil, Para los enco: de monopolio que mantenian erfa y Aujos rollar un ciclo de vertiginos: Fak ‘4 expansin, mas bien, son compelidos a defenderse de h retendian demostear ‘ra majestad tiene especialmente a este na coneiencia real se ha auctadebide ate ae Gonelencia real se hallabs confusae inquieta debide »| ue “acta este pu ins del que los part le esta terra.” eb itrisimos le- \o, “dieron su parecer dicien- iri fueron, cran legitimos y ' convocados para exami examinar do que estos ineas, que en estos re serdaderos reyes de ellos, deros sefiores naturales d lares cur ares curacas eran y son verda- La Historia Indica concede un ¥.Debemes sae quce! tema de “ofena"compulsva Sec Der andad sweet por ee tibuiones. y por egos y eens Sho para trabajos impertinent 1880 slo 31 de sus 851 Zavala 1979, 1129-30) cos 62 eaptuls a os ines. La desproporcion nla historia de Toledo y Sarmiento de Gamboa, incaica la tierra “no se gobernaba con polica, mi eto que le gobe a es en y contribuyen: antes de la expansi tnfan sefores naturales el : se yrigiese quien los eomunes resptasen,obedesesenycontibayen algin pecho...". Para contradccir a los letrados, bastaba “Ia terrible, envejecida y horrenda tirania de lusivaments se “Ta teri, emia y horn ania de cdaba invalidado cual pues con ello quedaba invalida " ae . “los cuak q on, ni fueron, sefores naturales sino Perea pa tn ca ‘apangui cl mee fs al jirano de todos. los curacas: vangui, cl mayor y mas atroz y dafioso tiran vis oras Tucan gor agrees anon pucstos or ors grandes oe tos tiranos...".11 «a jin embargo, desde la invasién, los espaiiol les cono I eae en dos conan Primera au fs nas habian sido dif co esi lahistoria, La inestgacin emprendida por Cieza en base a fuentes oales le revelé, por ejemplo, como se habia gencralizado la interpreta ies {que las organizaciones étnicas antiguas carectan de esta de un organo le poder separado de ka sociedad: "Muchas weees prea sor tll cnn ng stn cls ae anes es los seforcasen,y sobre eto dicen que todos vivian desordenadamente... los sehorcasen, y sobre esto n dordensenet eran behetriay sin orden porque cierto dicen no tea ae i, | ules ti a las guerras...”. Segundo, que cuslguicrs capitanes con Tos cuales salfan Segunds que slau

You might also like