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|ACETA WURIDICA | ANGAMOS OESTE 525 - MRAELORES ‘my eam aa a mpage \APROPIEDAD. MECANISMOS | DE DEFENSA [PRIMERA EDICION FEBRERO 2016 4,740 eomplares © Gecata Jurca S.A, PROHIBIDA SU REPRODUCCION TOTALO PARGIAL DERECHOS RESERVADOS LEG. N82 | HecHo et vePosrro vecal ena 'BBLOTECA NACIONAL DEL PERU Toveaaees LEY Ne 29005 0 3. N017-90-€0 ‘Senrare.sizarci274 REGISTRO DE PROYECTO EDITORIAL ssor221400%5% DIAGRAMACION DE CARATULA Mara Hie Rive | oinaranacion o€ wreRoREs ose Aerin Romero Presentacion ‘Una de las principales conquistas del pensamiento liberal contempo- rineo es haber convencido al mundo sobre‘la necesidad de proteger al derecho de propiedad. Atrds han quedado aquellas tesis que idealizaron a la “propiedad comunitaria” como el eje de! desarrollo econémico. En la préctica han demostrado ser un modelo que solo sirve para masificar la pobreza. ‘Ya en un articulo de 1968, Garret Hardin, un ecologista estadouni- dense, explicé en un revelador articulo (“The Tragedy of the Commons”. Science Vol. 162, N° 3859, pp. 1243-1248) la importancia de la asignacién de titularidades sobre los recursos comunes. Su tesis era sencilla pero es- clarecedora: nadie cuida lo que no es de uno; si los recursos son communales irremediablemente estarin condenados a ser depredados. Si bien es cierto que esta tesis ha sido objeto de precisiones y com- plementos (ver, por ejemplo, el magnifico trabajo de Elinor Ostrom, El gobierno de los bienes comunes), lo cierto es que el derecho de propiedad es la forma mds idénea que ha inventado el hombre para explotar adecua~ damente los recursos existentes. Y esto es asi porque la propiedad tiene el mérito de internalizar las externalidades (costos o beneficios externos). ‘Como se sabe, las externalidades pueden condicionar las conductas de las personas. Si una persona no puede internalizar los beneficios 0 costos, su conducta no es coherente con la escasez del bien. Esto quiere decir que si las personas no asumimos el costo de utilizar un bien, lo més probable es que hagamos un uso ineficiente de este. Por ello, hoy en dia, casi nadie duda de la importancia de que los pai- ses tengan reglas claras de proteccién de la propiedad privada. La econo- ‘mia moderna impone a los Estados la tarea de convertir a sus ciudadanos LA PROPIEDAD, MECANISMOS DE DEFENSA, en verdaderos propietarios. Los paises que no puedan hacer esto estén con- denados a quedarse a la zaga. Obviamente, uno de.los principales mecanismos que pueden imple- mentarse para la proteccién de la propiedad privada, y dotar de seguridad juridica al tréfico mercantil inmobiliario, es el Registro Puiblico. Pero uno eficiente y dindmico, que garantice una adecuada publicidad de la propie- dad de los particulares frente a terceros. Pese a ello, luego de varios aftos de historia republicana, el Peri no ha sabido adoptar una legislacién que proteja eficazmente a la propiedad pri- vada ni que permita dotar de seguridad a las transacciones. Nuestro poco seguro y muy interpretable sistema legal de transferencia de propiedad es una muestra evidente de esto. En efecto, es sabido que por mandato expreso del articulo 949 del Cédigo Civil la transferencia de la propiedad en el Peri se produce simple- mente por el consentimiento y no por la inscripcién registral. Asimismo, de acuerdo al articulo 952, se prefiere como propietario al adquiriente por prescripcién y no al titular registral. Otro elemento, entre muchos més, que ‘est en contra de una eficiente proteccién de la propiedad y restan seguri- dad al tréfico mercantil, es que en nuestro pais los registros son meramente declarativos y no constitutivos. ‘Ante este panorama, La propiedad. Mecanismos de defensa busca des- cribir al lector las herramientas que offece nuestra legislacién actual para proteger de una manera més eficiente dicho derecho. Asi los autores mas reconocidos sobre la materia analizan instituciones tan importantes como el mejor derecho de propiedad, la prescripcién adquisitiva, la terceria de propiedad, etc. Igualmente la obra presenta una seleccién jurisprudencial, en el que puede apreciarse los criterios mis relevantes de nuestros tribunales sobre el particular. Pero no solo esto, la obra, ademds, contiene un repertorio casuistico y de modelos de escritos que permiten entregar una informacién comple- ‘mentaria de valor para el abogado que desea estar en condiciones de defen- der con éxito las pretensiones sobre la propiedad. Manuel Alberto Torres Carrasco Director de la obra Teoria y practica del proceso judicial de prescripcién adquisitiva Gunther Hernan Gonzales Barrén” El autor afirma que el proceso judicial de prescripcin adquisitiva tiene tina serie de lagunas que generan diversas dudas. ;Cémo se actia la pretension de prescripcién?, solo por accién o también por excep- ‘idn?, zs0l0 en el tipo de proceso configurado por la ley, 0 en otro?. Asi, entre otros aspectos, desiaca que si en un proceso sumario, a partir del Cuarto Pleno Casatorio, debe ventilarse la prueba de la usucapién, entonces, y con mayor razén, deberé ocurrir lo propio en un proceso pplenario, como la reivindicacién. I. LOS ANTECEDENTES EN EL CODIGO DE PROCEDIMIEN- TOS CIVILES DE 1911 El Cédigo de Procedimientos Civiles de 1911, en su versién origi- nal, no regul6 un proceso especifico para la pretensién de prescripeién adquisitiva, por lo que este debia ventilarse segiin las reglas dei proce- so plenario denominado “juicio ordinario”, por su evidente caricter contencioso". () Doctor en Derecho, Magister en Derecho Civil y abogado por ia Pontificia Universidad Calica del Poni, Maser universiaro 2a Derecho Constiucional por la Universidad de Castilla - La Mancha (Espata), Profesor de Derecho Civil dela Pontificia Universidad Catélica del Peri, Universidad de San Martin de Pores, inca Garcia de a Vega y Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Juez Superior Titular de la Corte de Juscia de Lima. Conejeo det Anuaro Iberoumericano de Derecho ‘Notaral, con sede en Madrid. Ha sido Voeal Titular y Presidente del Tribunal Administativo de a ro- edad de Cofopri, Veal y Presidente de una Sala del Tribunal Registra yaotario de Lima. 1) Astopinba ia docerina dela époea: "La sontroversia deers seguise en lava ordinara, de conformi= ad con lo prvenido 2 lartculo 296 del Codigo Procesal Civil no porgue se tuviere en cuenta que ‘inmueble tiene un valor que excede de quinietos soles, sino porque se trata de una acién que tiene por objeto extingut cl dominio anterior, por lo que debe considerrsele que es iaprecabie en diner; GUNTHER HERNAN GONZALES BARRON Sin embargo, el Cédigo si estableci6 reglas procesales para el deno- ‘minado titulo supletorio, lo que desde un primer momento produjo cierta confusién, pues en este proceso también se exige la prueba de la posesin en forma andloga a la usucapién extraordinaria, Es recién con el Decreto Supremo N° 015-68-JC del 9 de agos- to de 1968 (aprobado por mérito de la autorizacién prevista en la Ley N° 17044), y luego de casi sesenta afios, que se introdujo una norma expresa en el Cédigo de Procedimientos (art. 1305), que regulé especi- ficamente el proceso de prescripcién adquisitiva, pero en forma errénea se le incorporé dentro del titulo referido al “titulo supletorio”. Ello se debid, seguramente, a las analogia que existe en el ambito probatorio de ambas pretensiones, pero de ninguna manera el error téenico del legisla~ dor constituye argumento para entender que la prescripcién adquisitiva es una “pretensién no contenciosa”®. Por otro lado, si bien en algin momento hubo alguna duda, empe- ro desde antiguo se tiene claro que la prescripcién adquisitiva se decla- ran via de accién, y no solo como excepcién, es decir, “el poseedor que ha adquirido la propiedad de! bien por prescripcién no pretende esperar una reivindicacién para oponer la prescripcién como excepcién, sino que demanda que el juez la declare. En efecto, el orden juridico no puede tolerar que el nuevo propietario se mantenga en la incertidumbre, sin gozar de todos los atributos del dominio, por lo que se permite instar una accién de preseripcién®. 7 rabid porque no so le ha sealado ramitacdn especial”: CASTANEDA, Jorge Eugenio, Lae Dere- has Reales, Tomo |, Editorial Casto Siva, Lima, 1958, p. 280. (@) “Se tata de un juiio contadictorio de prescripciéa, 20 de un simple procedimiento no contencioso come ocure cot os tales supletorios de dominio” Bibioni expres gue In posesién deers jase ‘arse ea jico y no en un procedimiena ao comencioso, ya se wate de un propietario insert 6 de no Insert o desconocido. No debertquedarlibredo el provedmiento al tstimonio de cualquier declaran- te responsable. ¥ no habe de amparane al possedor que se ccut, sine al que pagal Con ibuciones yous el bie, a quien sus convecinos conoceny que poseepiblicmeate. Ea genera, solo habré de Smpararse al que tabalay hace produc el bien y fo demuestra en una coutroversia™ dem, @) idem, p. 287 5 (COUTURE, Eduardo. “Declancién judicial dela prestipeién adqustva™. Ea: [dem Kerala de Derecho Procesal Chi Tomo Il, Ear, Buenos Airs, 989 10 ‘TEORIA Y PRACTICA DEL PROCESO JUDICIAL DE PRESCRIPCION ADQUISITIVA |. CONFUSION ENTRE LA PRESCRIPCION ADQUISITIVA Y EL TITULO SUPLETORIO La ley de creaciért del registro del 2 de enero de 1888 olvidé esta- blecer un procedimiento para la primera inscripcién de predios cuando el propietario no contase con titulacién publica. Por tal motivo, el pri- mer Reglamento Orgénico del Registro, también de 1888, ya anunciaba la existencia del procedimiento de titulo supletorio, seguramente con la expectativa de que se iba a producir una inmediata reforma en el Cédigo de Enjuiciamientos de 1852, pero nunca lleg6 a concretarse®. Posterior- mente, el Regiamento Orginico de 1905 tuvo que afrontar el problema, para 10 cual dicté algunas normas aplicables al proceso judicial de titulo supletorio, que fueron las tinicas en esta materia hasta que el Cédigo de Procedimientos Civiles de 1911 regulé en forma sistematica un proceso para este fin. En buena cuenta, el titulo supletorio es el medio sustitutive para comprobar el derecho de propiedad, pues si el titular no cuenta con ins- trumento piblico, entonces el tinico elemento que juega a su favor es la (5) Artfulo 215 Reglamento Orginico 1888: “El que careea de esritura piblica o instrumeato futeteo, que comorvebe a adguisiion de un inmueble de su propiedad, necesita par la insri= in de dominio de ese iamucble exhibir Tiulos Supletoos,formados con areglo al Codigo de Exjuiiamients Entre tao, puede pedir deo deltérminosefalado en el aniculo 210, notacién preventiva de su ‘derecho leg a comprobero, se reuouaeran los efectos de a inscripeién que entonces se extends, ‘a fecha de Ia anosacion preventive Si a petcin para formar ituos supltris se presenta pasados los cento ochenta dis, a inscripcin sol srt ofeto desl fecha en qu se bag “Artculo 216 Reglamento Orginico 1888: “Fl poseedor que con areglo la ley formad stulos Supetorios, debe presenta al Registador el expedient original olictar en vitd de la corespon- inte insripeion, 2 la cual debenexpresare ins circunstancis siguientes “La nturaleza, stacia, medida supericial,inderos,aombe y gravimenes dela inca poseids, y ‘numero, caso de tenes la cosa poselds es un derecho real, su especie legal, valor, condiciones y {ravimenes,y la aaturalezs,situaien, linderos, nombre y almero dela nea sobre a cual est impues> fo ce derecho. "El nombre apelido de la persona de quien se haya adquirid el inmusble o derecho, El dempo due a durado a posesén 1 La sicunatncia de no exist eseriturapablicao instrument autntico relatives al inmucbe,o de 10 Ser Teil hallaos, aso de que exist. “Loe nomores dls tetigos qe ha interven en la formaci6n de os titulo * asentencia que devlare que el expedient es titulo supetoro;y 1 Ademds, las sircunstanciae peculiar de la inscrpci, segin su especie, miso expedient" (6 Elasor det proyecto de ley, que no s aprobs, fuel eminent jursta Miguel Antonio De La Lams, que tambign ocup ot argo de Director General del Regist cuanto const del u (GUNTHER HERNAN GONZALES BARRON posesién®, El articulo 1296 del Cédigo de Procedimientos Civiles de 1911, en su versi6n original, establecia que el propietario sin titulos debia acreditar la posesién por cuarenta afios, por virtud del entonces Cédi- g0 Civil de 1852 que establecia ese plazo para efectos de la usucapién extraordinaria, La razon es simple: si el propietario no cuenta con titulos, entonces la tinica salida es la prueba posesoria por el lapso extraordina- rio de la usucapidn, pues, por definicién, se carece de titulos®. Por tanto, el propietario pretende que la posesién ad usucapionem se convierta en titulo supletorio™. Esta es la razén por la cual parece que existe identidad entre ambas pretensiones. En tal sentido, durante mucho tiempo la distincién entre titulos suple- torios y prescripcién adquisitiva se buscé en cuestiones meramente for- males, bajo la idea de que existia una identidad prictica entre ambas. Esa diferencia se encontré en la caracteristica registral del predio, pues se suponia que el primer instituto se aplica a los predios no inscritos, mien- tras que el segundo se circunscribe a los predios inscritos. Esta afirma- cién parecia tener sustento en el Cédigo Civil de 1936 y dio lugar a la disposicién del Reglamento de Inscripciones de 1936 (art. 70), cuya lite- ralidad hizo suponer que la prescripeién era aplicable solo a los predios inscritos, mientras que el titulo supletorio funcionaba como medio de (“La prucbe owdinsra de a propiedad se hace mediane ln prueba de la poses y el ranscurso det ‘iempo,y x82 ale ver Ia realidad de a propiedd, La propiedad no ene ainguna aaturaleza ditnta

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