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REVISTA ARGENTINA DE PSIQUIATRIA AU aD ee 33 24 ANSIEDAD Y PANICO. 2 ee esa ee 4 Rr eA Liar Revista de Experiencias Clinicas y Neurociencias / Dossier / Hl Rescate y la Memoria / Confrontaciones / Sefales Volumen IX - Gee con ur sem ole Oren Ce ences} Director: Juan Carlos Stagnaro Director Asociado para Europa: ‘Dominique Wintrebert Gerenci y Administra: (alos De Lorenzo Diseto CCoosdinacién y Correccién ‘Mabel Penette Composiciin y Arado, ‘Omega Later Glics ‘Moreno 1785, § piso (1085), uenes Altes" Impreso ex: Chrlea impresoras. ‘Doblas 1783 (1428 Buenos Aire ‘Te: 9215817 922.957 Informes y corespondencia VERTEX, Moreno 1785, 5" so (41093), Capital federal, Atgentna Tel fax: 381-5291, ‘Bona polemos @emintezcomar En Huropa: Correspondencla Inforinesy Suscripclones Dominique Winter, 6, Bv de Pepus, (95012) Pas, Fanci. Tel: (23-1) 48.43.8222 Ga ssas2e68 ean winte@onsynet ft Comité Cientifico Alvarez Bs, As), V. Baremblit (Barcelona), I Berenstein (Bs. AS), S. Bermann (Cordoba), P. Berner (Viena), J. Bergeret (Lyon), E Bringas (Cérdoba), E Caroli (Pars), B. Dubrovsky (Montreal), R. H. Etchegoyen (Bs. AS), 1N. Feldman (Rosario), J. Forbes (San Pablo), O. Gershanik (Bs. As.), AE, Goldchluk (Bs. As), M. Heméndéz (Lima), O. Kernberg (Nueva York), G.Lanteri-Laura (Paris), H. L6o (Paris), M.A. Matterazzi (BS. AS.), E, Meas Valenzuela (Madrid), J. Mendlewicz (Bruseas), R Montenegro (Buenos Aires) A. Mossotti Santa Fe), J. Nazar (Mendoza), P. Néel (Pars), E. Olivera (Cérdoba), M. Palestini (Sgo.de Chile), H. Pelegrina Gettin (Madrid, E. Probst, (Montevideo), J. Postel (Pars), 1D. Rabinovich (Bs. As.),D. J. Rapela (Cérdoba), L. Ricon (Bs. As), S. Resnik (Pars) E, Rodriguez Echandia (Mendoza), 5. L Rojtenberg (Bs. As), F Rotell (Trieste), B, Sarmuel-Lajeunesse (Pais), C. Solomonoff (Rosario), L. Vegh (Bs. As), H. Vezzeti (Bs. As.) E. Zariflan (Caen), L. M. Zicher (Bs. As), P. Zipke (Rosario). 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IX N° 3, SETIEMBRE ~ OCTUBRE ~ NOVIEMBRE 1998, Todos lot derechos reservads, © Copyright by VERTEX. + Vertex, Revista Argentina de Pslgalatea, es una publicacién de Pélemas, Sociedad An6nima, Protibida su reproduccién total o parcial por cuslquier mato, sn previo consentimiento desu Bator Responsable. Los aticulosfemadesy Tas opiniones veridas en entrevista no repesentan neces ‘mente la opinion ce a revista y son de excusva responsabilidad de sus autores. SUMARIO Volumen IX - N2 33 - Setiembre - Octubre - Noviembre 1998 REVISTA DE EXPERIENCIAS CLINICAS Y NEUROCIENCIAS + “Transplantes de 6rganos en nifios y adolescentes”, E, Rotenberg de Glozman pag. 165 + “La continuidad de Ios tratamientos ambulatorios en Salud Mental”, E Ttiskier y M. Agrest pag. 172 Dossier ANSIEDAD Y PANICO. AsPectos Cuncos y Tenapéuricos +« El Tratamiento Psicol6gico y Farmacolégico del Trastorno de Pénico y Agorafobia en Atencién Primaria D.M, Sharp, K. G, Power, V. Swanson pag. 178 + La ansiedad en el anciano, J.J. Herrera Mingorance pag. 190 + Trastornos de ansiedad: la perspectiva cognitiva E. Keegan pag. 197 + Aspectos neurobioquimicos de los Trastornos de ansiedad ‘Ataque de pinico y Trastorno de angustia S. Rojtenberg pig. 210 «Tratamiento a largo plazo del trastorno por panico: Historia natural, cronicidad y factores asociados Ss. Wikinski pag. 214 + Los grupos de Autoayuda en Ios Trastornos de Ansiedad Entrevista a Hebe Rodriguez por M. Nemirovsky y J. C. Stagnaro pég. 219 EL RESCATE Y LA MEMORIA + El estrechamiento del campo de la conciencia por Pierre Janet pag. 225 (ConrRonractones + Intersecciones de la psiquiatria: neurociencias psicologia y subjetividad, R. Courel pag. 229 LECTURAS Y SENALES + “Lecturas” pag. 237 * “Sefiales” pag. 238, Vertex, Revista Argentina de Psiquatria, es una revista cientifica de aparicién | ‘trimestral, en marzo, junio, setiembre y diciembre de cada ano, con dos Su plementos anuales, indizada en el acopio bibliografico “Literatura Lati noamericana en Ciencias de la Salud” LILAC EDITORIAL a Empresa-Salud es un actor mucho més presente que en el pasado, del paisaje sanitario argentino. Los interrogantes que plantea 1a absorcién del tra- bajo en la especialidad dentro de los Sistemas Pre- pagos son numerosos y en los tiltimos tiempos se han multiplicado Jornadas y Encuentros que ponen de manifiesto la preocupacién de los psiquiatras respecto de su prictica profesional. Consultorios en crisis, pacientes de clase media -clasicos usuarios de los mismos- en caida libre de sus ingresos, plazas hospitalarias cerradas para los jévenes médicos que se incorporan en gran nitmero al mercado de trabajo, constituyen aspectos importantes que tocan las condiciones laborales en nuestra especialidad. Los honorarios por consulta psiquidtrica y psicoterapéu- tica son Ia variable de ajuste de los servicios centrados en el lucro. La multiplicacién de las horas de trabajo para llegar al salario necesario, la respuesta de los médicos y psicdlogos, quienes, dispersos y sin de- fensa colectiva de sus organizaciones profesionales, buscan laboriosa- ‘mente escapar a la desocupacién. Y cada uno se labra, como puede, un lugar bajo el sol; aun a costa como eligen algunos- de montarse en la explotacion de los colegas. El resultado esperable es una disminucion en la calidad de las prestaciones en Salud Mental; sdlo paliada por un incremento del esfuuerzo de los profesionales que optan entre sus compromisos éticos y el agotamiento de sus fuerzas. Sin olvidar que el fantasma de la ‘mala praxis amenaza constantemente, privatizando sobre las espal- das de los psiquiatras, sobre todo de los jévenes, la responsabilidad por las deficiencias del sistema. Por otro lado, es pertinente recordar que los psiquiatras somos una poblacién particularmente vulnerable a las descompensaciones somdti- cas y psiquicas. J. C. Pascal en un reciente Editorial de L'tnformation Psychiatrique enumera una serie de factores que diversos autores han evocado para caracterizar las fuentes de esa vulnerabilidad: la fragili- dad particular de la personalidad de muchos sujetos atraidos por la profésin de psiquiatra, Ia confiontacién constante con el sufrimiento psiquico del projimo, las responsabilidades juridico-sociales, la exigen- cia creciente de la sociedad respecto de los resultados terapéuticas, etc. Una situacién de riesgo que unida a las penurias econdmicas y a las mediocres 0 malas condiciones de trabajo mencionadas debe obligar a una profiunda reflexion a quienes nos especializamos en patiar el sufti- miento humano. ;S6lo el de los otros? En casa de herrero... J. C. Stagnaro - D. Wintrebert REGLAMENTO DE PUBLICACIONES 1) Los artfculos deben enviarse a ta re- dacclén: VERTEX, Callao 157 P. 8. C (1022) Buenos Ares, Argentina, 2) Los articulos que se envien deben set inéditos, redactados en castellano y ‘escritos a maquina, o de ser posible, presentados en diskette (en Microsoft Word o Word para Macin- tosh 5.1) acompatiado de su respec- tiva copia en papel por triplicado. El titulo debe ser breve y preciso. Los originales inciuirén apellido y nom- ‘bre del/los autor/es, titulos profesio- nales, funciones institucionales en el caso de tenerlas, direccién postal y telefono, Deberé acompafiarse en hhofa aparte de 4 6 5 palabras clave y tun resumen en castellano y otro en Inglés que no excedan 150 palabras cada uno. El texto total del articulo eberd abarcar un méximo de 12 a 15 paginas tamafio carta, dactilogra- fiadas a doble espacio a taz6n de 28 lineas por pégina, 1o cual equivale aproximadamamente a 1620 carac- teres por pagina. 3) Las referencias bibllogrdficas se ordenarin por orden alfabético a final del trabajo, luego se numerarin en orden cre lente y el nimero que corresponde a cada una de ellas serd Inciuido en el correspondiente lugat del texto, E).: “Textor Hl trabajo que habla ce la esqulzofrenta en jévenes(4) fue revisado por autores posteriores(1). Bibliografia; 1. Adams, J,» 4, De oper, Py su 2) Cuando se trate de articulos de publicaciones periédicas: apeliido e inictales de los nombres del autor, titulo del articulo, nombre de Ia publicacién en que apareci, afio, volumen, nimero, pgina inicial y terminal del articulo, 'b) Cuando se trate de libros: apellido e iniclales de 1os nombres del autor, titulo del tlbro, cludad de edicion,editor vy afio de aparicion de la edicién, 4) Las notas explicativas al pie de pfgina se sefialarin en el texto con asterisco y se entregardn en pgina suplementaria inmediatamente a Ia pagina del texto a que se reflere la nota, §) Grificos y tablas se presentarén aparte, con su respectivo texto, culdadosamente numerados y en forma tal que perm- tan una reduceién proporcionada cuando fuese necesarlo, : 6) El articulo seré leido por, al menos dos miembros de! Comité Cientifico quienes permanecerin andnimos, quedando el ‘autor del aticulo también anénimo para ells. los informarén a la Redacci6n sobre la conventencia o no de la publica- ‘cién del articulo concernido y recomendardn eventuales modificaciones para su aceptacion. 7) La evista no se hace responsable de los artfculos que aparecen firmacios ni de las opiniones vertidas por personas en- ‘tevistadas, 8) Los articulos, aceptados 0 no, no serdn devueltos. 9) Todo stculoaceptado por i reaccén no puede ser reprodiucido en otra revista o publicactén sin previo acuerdo de Ja redaceién, a: d canine clinicas y neurociencias Transplantes de 6rganos en nifios y adolescentes Le. en Poeologa, Miembro aderente de la Asoclaclon Psiconalitica Argentina (APA). Ugarteche 3296, 4°*B", Buenos Ares. Tel: 803-6484 - Telfax: 772-6934 .-sostenta que no habla que Objettvos: Mostrar: HipOtesis: Se enclerran en un intentarse a curacion de unos ojos 1. La importancia del trabajo enfoque ampllado y en uno focall- ‘in la cabeza, y la cabeza sin integrado entee las distintas disci- zado, cada uno contiene diferen- resto del cuerpo; ast como tampaco plinas, y en este sentido destaco lates hipdtesis, del cuerpo, sin el alma. diferencia entre consulta, inter _— ~ La vision ampliada esté dada Esta seria la causa de que se le consulta y transdisciplina. por ef concepto de por el paciente-familia-médicos, _veras, produce un efecto traumd- Didlogos de Platon tico en ef enfermo, fa familta (mi- Resumen | cuerpo human nunca es solo bioligico, en la patolog{a orginica grave se trabaja con la superposicion det cuerpo bologs- coy del cuerpo fantaseado, En este trabajo se diferencia de transdlscipling; ef concepto de: te.en las distintas etapas evolutivas y € “ inconsciente de la propia enfermedad” en el nif. Se estudian tas a5- genezan frente a una patolog’a con riesgo de muerte ¥ 2 un Grgano transplantado: en el nfo, ta faniis ¥ enel equipo ttatante en casos de patologfa con siesgo de muerte, importancia de Estas, que ‘e-e tramitan en silencio, para ol pronéstico de aceptacton del transplante y de Ia curacion, Se presenta wn caso cinco de un ‘iio con transplante de méduta. Palabras Clave: ORGAN TRAMSPLATATION IN CHILDREN AND ADOLESCENTS ‘Sammary ‘The buman body is not only biological As face to severe organic pathotogy, ¢ appears the biological body altogether the ima- sined body. interdisciplinasy concept has been differentiate from transdiciplinary concept. The of deat has been ‘Rudied through the different evolutionary stages as well asthe “unconscious knowledge of the child sbout his own disease, ‘anxieties been generated out 2 pathology involving death fk and facing ongan transplantation, in cid, family and medica team, have been reviewed, stressing thee importance forthe prognosis of acceptation of transplatation and cure. A clinical history of a child with marzow transplantation i included. Organ VERTEX Kev. hag, de Priquiat 1996, Vol 6166-170 166 E, Rotenberg de Glozman ‘cromarco) y el cuerpo médico, y tiene por qué coincidir con la vali- estudio del “sujeto y lo subjetivo”. el campo que se genera (macto- dacién de las ciencias humanas, a _A través del reconocimiento a prio- marco). Propongo dos hipétesis tera- atravesar por otro saber. ‘Ningén discurso es un Todo. péuticas que apuntan por un lado los cientificos les cuesta dejarse ri, de la necesidad de diélogo y del ‘trabajo conjunto entre varias dis- ciplinas, es que podremos llegar a ‘al macromarco y por el otro al mi- Ningin saber es absoluto; hay considerar al “paciente como una ‘cromatco. milltiples relaciones con la ver- Elcuerpo humano es para lame- dad, Desde esta postura ideologica unidad”, como lo proponia Pla- ton; unidad que corresponde al dicina un cuerpo concreto y real. El entiendo el acercamiento entre las avance clentifico de este siglo. In- médico por su formacién cada vez diversas disciplinas. Lo importan- _tegrando el foco de conocimiento més especializada, est acostum- te que nos transmite la teoria de la objetivo y subjetivo, porque am- braco a vincularse con un cuerpo relatividad es que el objeto de es- bos constituyen un aspecto im- parcializado: el estémago, los pul- tudio ha de ser descripto de acuet-portante de la misma “realidad”, Para el psicoandl is el doa la realidad de las condiciones cuerpo es simbélico. Es decir que del mundo en que se encuentra; es HI psicoanalista percibe otras de- mandas del enfermo a las que la ademds de la anatomia hay una decir que rompe con el ctiterio de medicina no puede responder. El realidad diferente poblada por las “universalidad” de Newton. El psi-_ médico entiende la demanda del fantasias, por un imaginario, por él coandlisis es un nuevo paradigma paciente como deseo de curacién; inconsciente que se expresa a tra- clentifico, considerando a la reali- ahora blen, esta demanda a veces ‘vés de miiltiples lenguajes. Hay dos dad psiquica con efectos tan reales puede ser s6lo manifiesta porque “verdades" que se entrecruzan, Ia como la realidad “objetiva’, por- inconscientemente puede haber el cuerpo real, que esté atravesado que éstos se manifiestan en actos, porel cuerpo imaginario, Este pun- enfermedades y otros efectos so- tun deseo de muerte, o de perma- necer como “el enfermo de la fa- to de vista es generalmente mas bre “lo real’. Por tratar la medici-_milia’, Yel Grgano enfermo puede aceptado cuando se trata de ciertas na con seres que son unidades, ser tratado y atacado por el mismo patologias como por ejemplo.en las _universos bio-psico-sociales, hay sujeto, viendo en esta conducta anorexias nerviosas, en las cualesla un importante sector previsible- imagen corporal no coincide con la mente imprevisible. Y no es un realidad de la balanza. O en los ca- juego de palabras, es un campo sos de homosexualidad, travestis- que escapa al quehacer médico; ‘mo, en los cuales la realidad psiqui- “se trata de concebir la extrafia ‘ca puede alterar la realidad bioldgi-_ idea de una prediccién de la im- previsibilidad”(3), por ocuparos verdadero deseo de curacién, para la tileera... luna manifestacion del sentimien- to de culpabilidad inconsciente, siendo la enfermedad y el sufti- miento como placenteros por la necesidad de castigo. Lo que para el Yo puede ser displacentero y Pero pareciera que atin en este de objetos de una complejidad in- el Superyo puede ser paradojica- siglo en el cual se consideran nue- trinseca, porque al mismo tlempo. mente placentero, y tranquiliza- ‘vos paradigmas cientificos, donde son sujetos; de este modo com- se reconoce que no hay una sola _prendo la transdisciptina. Hasta hace muy poco se consi- realidad, y que el reconocimiento dor el deseo de suftimiento por que estaria calmando el senti- miento de culpa inconsciente, si de la busqueda de un ideal de co- deraba al mundo cientffico como se trata de una resolucién fallida nocimiento acabado y cerrado es el del “objeto de estudio objeti-del'complejo de Edipo. ‘un imposible, donde la validacién vo", y a la filosofia y ciencias hu- Quiero recordar que si bien en la de las ciencias llamadas duras no manas como las responsables del _resolucion del Complejo de Edipo, AC OMPANAMIENTO AJ P TERAPEUTICO p, ‘sermcis-pooniaa eivimancion COORDINACION Gustavo Rosst FEDERICO Manson GABRIEL PULICE Aeenctba on Ungencias - Tutornacion Domieitiania Recrencibs - Teasladss ~ Extoraaciouss y Rehabilitectba Atticciouss ~ Calimin 4 Araresia = Pactentes oo Tastornas graves - Tencera Edad. 865-9104 / 854-2306 / 823-7431 Peery 7, ‘Tomas de Pelooandiisls, Sociedad y Cultura APARECE ABRIL - AGOSTO - NOVIEMBRE Informes: 802-5434 Fax: 943-0968 E-mail: topia @psico.net ‘VERTEX Rev. Arg. de Psiquiat. 1998, Vol. IX hay una identificacién con el pro- genitor del mismo sexo, y una elec- ci6n con renunciamiento en lo real del progenitor de sexo contrario, el afecto hacia ambos es ambivalente. Mientras més odio sienta el nifio (Patol6gico), mayor seré el senti- iento de culpa. Si Ios padres se se- paran o les sucede algo, el nific puede pensar que él 1o ha provoca- do por la fuerza de su deseo (pensa- miento omnipotente infantil). Li liana, de 10 aftos, pudo expresar que estaba convencida de que ella a través de su enfermedad iba a “salvar a su familia”, porque los pa- Adres habian estado cerca del divor- io en el momento del inicio de su enfermedad. En su fantasia, su en- fermedad tenia una funcién repa- radora del “dafio que creia haber provocado”, Si se trata de Identifi- caciones primarias alienantes, es ain més grave, porque el sujeto si (quiere “ser” deberd ser de acuerdo a los ideales generacionales, sino no seré nada. Me refiero a los casos en. que hay un “mandato” de repudio de la realidad, y de las propias per- ‘eepciones, a una edad en la que lo ‘que se pone en juego es el propio ser. Hay familias que no toleran la individuacién y discriminacién de Jos hijos. Esto se complica ain més si consideramos la posibilidad de la escision del yo y a la inscripeién de Ja desmentida en el funcionamien- to psiquico, mecanismo por el cual se conserva por un lado la realidad y por el otro el deseo. ¥ Freud nos lice en Mais alld del principio del pla- car, que el deseo puede estar bajo la primacia de la pulsi6n de muerte. Como escribi en un trabajo ante- rior, en la patologia orgénica infan- til severa se privilegian los deseos “del otro significativo” en tres ge- neraciones. Y una imposibilidad para elaborar duelos, porque los vinculos no son objetalizados sino que son dobles narcisistas. Es decir que en lugar de que la evolucion permita al nifio el desarrollo de su ser, de su “si mismo”, el nifio crece de acuerdo a los deseos de un otro significativo (generalmente la ma- dre), porque su verdadero ser sien- te que si no “es” de acuerdo a los deseos de aquel otro, la madre 0 sustituto no lo aceptan, a una edad en que peligraria su existir. Esto in- terfiere directamente en la capaci- dad materna de investir al infans, de libidinizar al bebé. El nifto po- dré intentar una alucinacion de de- Trans, seos a través de la psicosis, o bien de la psicosomatosis. Estoy inci- yendo el conflicto psiquico y el conflicto con tas demandas del {deal del objeto primario para ser reconocido como sujeto o tener que alienarse para existir, influyen- do directamente en la génesis de la enfermedad orgénica. Alterando el sistema perceptivo para poder so- brevivir. Sumado a una sobrecarga del aparato psiquico ya sea por dé- ficit © bloqueo en las estructuras ‘transformadoras de las ansiedades. Una resolucién “posible” seré la enfermedad orgénica, un acto de locura en el cuerpo. Un intento de ser catectizado segiin el ideal ‘de “necesidad”, de principio de “vida omuerte” como se da en los prime- 10s momentos de vida, consideran- do a la preocupacién por el cuerpo enfermo como un equivalente de Ubidinizaci6n, una muestra de afecto. Donde no hay lugar para el deseo propio, no se ha desarrollado el “espacio transicional”. En este “atrapamiento” y repeticion de “aquéllas huellas mnémicas ingo- bemnables” (Freud), generalmente también son victimas los padres. Por este motivo creo fundamental hhacer consciente lo inconsciente vincular, los fantasmas heredados. Kaes distingue la transmisién inter- subjetiva en la cual se supone la existencia de un espacio transfor mador de la transmisién, es decir que habria una aceptaciOn de la di- ferencia, y del ser diferente; en cambio de la transmisi6n transpsi- quica, que supone la abolicién de los limites de los espacios subjeti- ‘vos, en Ia cual la transmisién se produciria sin modificacién de los contenidos psiquicos; habria un fo- 0 fosilizado. EI transplante de Grganos, si bien por un lado es un gran avan- ce cientifico que permite prolongar Ja vida gracias a un magnifico de- sempefio médico, por otto lado en un “yo” no muy Integrado puede ser vivido como una injuria narci- sista y set el disparador de episo- dios psicéticos, de proyecciones persecutorias en los médicos, de partes del mundo interno vividas persecutoriamente, como si el cuerpo estuviera habitado por fan- tasmas (el 6rgano de un muerto, el fantasma de algin miembro de su familia... Hay casos de rechazo del 6rgano transplantado porque éste es vivido psicéticamente ‘VERTEX Rev, Arg. de Psiquiat 1998, Vol IX es 1 otro siente por mi”, “tengo a al- guien dentro mio que me observa y sabe lo que pienso" removien- dose fantasias persecutorias infan- tiles. En realidad estarfa rechazan- do estas alucinaciones terrorificas, que como hemos visto en la clin a, producen al mismo tiempo un rechazo corporal del 6rgano. A su vezel diagnéstico de una patologia con riesgo de muerte, produce efectos distruptivos, porque es traumético en si mismo y puede ser sentido como una bomba. Co- mo si ya fuera una sentencia & muerte decretada, Un diagnéstico de riesgo, produce un impacto tal, que produce una regresion a etapas infantiles de dependencia y, gene- ralmente, promueve en el paciente y su familia, ansiedades catastrOfi- ‘cas, ansiedades muy primitivas. ‘Transfiere a la persona del médico ‘un ideal de omnipotencia y, pot lo tanto, le concede el poder y le for- mula una demanda ilimitada: “que sostenga la vida y la capacidad de abolicién de la muerte” (4). El dafio conporal es vivido como un objeto persecutotio en el propio cuerpo, y se le pide al médico que funcione con un saber omnipotente. La “trampa” en la que se puede incu- stir, es s6lo conectarse con el deseo de curacién y no considerar el de- seo de muerte, de desesperanza. Bl médico est preparado para hacer {incisiones, trasplantes de 6rganos, coperar en tun cuerpo concreto, etc, pero no esté preparado para en- contrarse con un cuerpo fantasea- do, no esta preparado a operar so- bre fantasias y menos atin a set ob- jeto de proyecciones masivas. El mismo se angustia frente a la posi- bilidad de muerte de sus pacientes, y mas atin en el caso de que sean conscientes del riesgo de muerte, sobre todo si se trata de nifios y adolescentes. Por esto muchas vé- ces, como defensa inconsciente, intenta huir del paciente sufriente yy se ocupa del Srgano enfermo co- ‘mo si fuera una parte que se puede desconectar de la totalidad. Inten- tando poner limite a los sentimien- tos angustiantes y desbordantes, ‘Cuando una persona trata de su- primir sus sentimientos por sf mls- ‘moo porque registra que los que 1o rodean no los pueden tolerar, esto suele incrementar una depresién silenciosa, que retarda la curacion, incrementa las fantasias persecuto- tas y los fantasmas que cada uno 168, Rotenbers de Glozman tiene de su enfermedad y curacién. Y si se trata del médico que se de- dica a “casos de riesgo", el desco- nectarse de sus propios afectos, construyendo un escudo protector, Joleva generalmente a manifestar- los por otras vias (accidentes, en- fermedades, ansiedad, infartos). Y cuanto el médico més se ocupa s6- Jo del “6rgano enfermo” el pacien- te se siente més como “objeto ma- nipulado”, ¥ si se trata de un nitio equefio, mayor la sensacién de mutilacin y despedazamtento, porque atin no ha podido armar en su mente su esquema corporal. Y si Ja mirada que le devuelven sus pa- res, 5 Ia de “un cuerpo-6rgano enfermo”, como 6rganos que fun- ionan “adecuacamente o no”, su sintesis de la propia imagen corpo- ral quedaré imposibilitada de inte- grat El niffo siempre sabe mas de su enfermedad de lo que le dicen sus padres y médicos. Si escuchamos Jo que dicen o tenemos elementos para entender los dibujos o los Juegos, podremos oft sus senti- mientos, aceptaremos escuchar lo que ellos saben, Muchas veces to- dos los que rodean al enfermo pre- fieren creer que el pequefio no sa- bbe lo que tiene, para no suftir Siente dolor y lo tratan de manera diferente, le hacen estudios, le s2- can sangre. No puede ver a sus amiguitos, no puede jugar como siempre, le limitan la alimenta- ion entre otras indicaciones. Se da cuenta que algo malo le esté su- cediendo, y si no le dan explica- i6n, puede creer que esto le suce- de porque es malo y él lo merece. Esto genera mayor estrés, que re- cae negativamente sobre el nifio, a la manera de un circulo vicioso de retroalimentacién negativa, que vva generando mayor toxicidad. Los adultos muchas veces no saben cémo hablar con los nifios de un tema tan dotoroso como la muerte; y construyen (defensiva- mente) la idea de que los nifios no se dan cuenta de nada. La concep- ci6n de qué es “la muerte” va cam- biando junto con el desarrollo evolutivo, la maduracién, el desa- ollo psiquico, la tolerancia a la separacion, etc, (por ejemplo, an- tes de los 5 afios esta ligado al sen- timiento de “ausencia y separa- cién” de los seres queridos). No debemos olvidar que por debajo de una enfermedad de pronéstico grave generalmente transcurre tuna depresién esencial, de la cual el mismo individu quizé no es consciente, Es una depresion que involucra “el ser” de la persona. ‘Sumado al estado depresivo causa- do por la misma enfermedad, se incrementan las ansiedades con- fusionales, persecutorias, y la sen- sacion de “caer para siempre”. La ‘enfermedad también tiene un sen- tido dentro de la historia familiar, por lo tanto la posibilidad de me- tabolizar ansiedades, de contener un proyecto de futuro y de cura- cién también tendré que ver con esta “placenta extrauterina"(2), que constituye la familia, y que en. certos casos puede devenir una “placenta toxica”. Para el pronés- tico es fundamental el deseo de vi- vir y de como se reponga del im- pacto emocional producido por el diagnéstico, Cuando se trata de recibir un trasplante de 6rgano, sumado a las propias fantasias de muerte se Ie suman las angustias de tener “una parte de otro, de un muerto’, éste es un impacto muy fuerte que hay que poder elaborar aunque muchas veces haya poco tiempo. Los mecanismos de recu- peracién pueden inhibirse por de- presion y el rechazo de un tras- plante de 6rgano puede deberse a tun “rechazo psicolégico incons- ciente”. Ditiamos por los efectos de la defusién pulsional, con un retorno de la agresién contra si mismo. Las fantasias tenen un efecto tan real sobre el psiquismo ‘como si fueran hechos; actiian co- mo energfa txica (mas ain si no son puestas en palabras para con- trarrestar sus efectos) o bien como ‘energia integradora facilitando la curacién, como fusién pulsional al servicio de Eros; utilizando la agtesividad ligada a la libido en una actitud activa frente a la en- fermedad. ‘Muchas veces los adultos al ver a un pacientito “que colabora y pone el bracito sin protestar, cuan- do hay que extraerle sangre”, pue- den confundirse pensando que es una muestra de “aceptacion” de su enfermedad. Y puede ser todo Jo contrario, que muestre una dé- cil apatia. Que esté tan deprimido y_desesperanzado que intente “desconectarse _afectivamente”, ppeto el proceso de contaminacién por los afectos no expresados (cul- a, envidia, ira), se tramita en si- ‘VERTEX Rev, Arg, de Peiquiat. 1998, Vol. IX Iencio. Este puede ser el motivo por el cual muchos casos -sin ex- plicacién desde la medicina— ha- cen un rechazo masivo y final- mente mueren. Hubo casos en que a partir de poder comprender lo expresado en los dibujos -las fan- tasias “de no salida, de muerte’— se pudo establecer un mal pronés- tico, si ese nifio no recibfa prepa- raciOn psicolégica antes de la in- tervencién. Los dibujos, asi como ‘el juego son el idioma que nos conduce directamente (sabiéndo- Jo interpretar), al mundo interno de esa persona, Caso clinico: Oscar, de 6 aftos, estaba internado en pediatria con diagnéstico de leucemia. Los pedi tras no tenian intencién de presen- tar su caso porque “no presentaba ificultades” ya que “colaboraba mucho"; los médicos decian “Os- carcito esté adaptado a la enferme- dad y colabora”. Estar adaptado a la enfermedad para los médicos es- taba connotado positivamente; la ausencia de queja significaba para ellos haber aceptado su enferme- dad, ser “fuerte”. Cuando le iban 2 extraer sangre extendia el bracito tranquilamente, quizé se le escapa- ba alguna légrima, pero nada mi El resto del tiempo jugaba con los jueguitos electronicos, totalmente Gesconectado del resto. Pero les lla- mé la atencién los dibujos que ha- cia y que regalaba sélo a la médica de cabecera. Los otros dibujos los guardaba como un tesoro que deja- ba al cuidado de su madre. Salvo esto, no habla otras expresiones notables de afectos. Ese dia iban a presentar el caso de un adolescente que también habia aceptado y “co- laborado” con su enfermedad. Ha- ia dos afios que habia terminado l tratamiento y lo consideraban “un éxito”, cuando repentinamen- te hizo una recidiva y murié al po- co tiempo. Viendo los dibujos de Oscar pude comprender y mostrar les alos pediatras todo lo que el ni- fio estaba expresando en ellos. Su fantasia de muerte, de “no salida”, sentimiento de despedazamiento, y lo conectado que estaba con st proceso orgénico, La “adaptacién a la enfermedad” desde el psicoanali- sis la entendemos como sobreadap- tacion, es decir como crear un escu- do protector “comportindose co- mo si fuera adulto” para protegerse Y proteger a sus propios padres, ns anos en mit 169 ocultando su interior que es senti- ra solicitar autorizacién para un hacer conscientes los deseos y fan- do como totalmente indefenso. El tratamiento de psicoprofilaxis tasmas inconscientes. Y de hacerse riesgo de dejar oculta una parte de quirirgica porque se estaba pen- consciente de cudl es Ia funcién su personalidad, es que no es evi- sandoen un transplante de médu- que cumple “un enfermo” en la dente y no se le brinda ayuda tera-_ la. Lamentablemente ¢l turno del familia. El riesgo es que se pueda péutica; en realidad esté haciendo transplante legé antes de que se entender esto como si se estuviera tun sobre esfuerzo intentando con- hubiera podido trabajar sobre su culpabllizando a alguien, y no co- trolar sus miedos profundos y al mundo interno. La operacién fue mo intentos de comprender las mismo tiempo est protegiendo aun éxito desde el punto de vista funciones mentales y vinculares sus padres. ‘médico, pero “inesperadamente” inconscientes que responden a sa- Elsilencio es para proteger asus a los 10 dias, hizo un rechazo ma-__lidas tanaticas. Los médicos no tie- padres que tanto ama y a los que nen por qué tener formacion psi- ye angustiados. Se convierte en _fallecid. coanalitica, pero si deben saber “protector”, en “padre de sus pa- _El estudio de la patologia orgé- que el cuerpo no es s6lo una suma res” y no puede recibir todo el nica grave, demuestra cudn sor- de drganos y tefidos. Por supuesto cuidado que él precisa. Cuando _prendentemente poderosas son las _que en un sentido sé que lo saben. habia que hacerle a Oscar una _pulsiones tandticas y las fantasias Pero fundamentalmente creo que puncién lumbar y conectarle el inconscientes, que actéan impi- tlene que ver con la diferencia catéter para la quimioterapla y 10s diendo el desarrollo de las pulsio- conceptual entre interconsulta y médicos sé lo explicaban, Oscar nes libidinosas, interfiriendo el ac- _transdisciplina. Entiendo la inter- ‘con una sonrisa de oreja a oreja, cionar médico. Los médicos, insis- consulta cuando médicos de una ‘que representaba una méscara ca-_ to, no tlenen porqué ser psicoana-_especialidad derivan al paciente a ricaturesca, asentia ocultando su _listas, ni los psicoanalistas pedia- otra especialidad en el momento afecto que era de dolor, con la in- tras; pero si debemos saber que es en que necesitan de Otro saber. tencién de proteger a sus padres fundamental ocuparse del cuerpo _Por ejemplo cuando derivan al que estaban evidentemente muy real y que también existe el cuerpo psic6logo porque notan que el afectados. Es decir que Oscarcito del inconsciente, el cuerpo fanta- paciente padece una excitacin intentaba con su actitud cuidar a _seado, el cuerpo investido por pul- psicomotriz, o rechaza la medica- sus padres a quienes, por algiin siones libidinales y tandticas. Enel ciGn, o delica... Es decir cuando motivo, los vivia indefensos. Si caso de pacientes menores, el mé- evidentemente queda en el cam- nos ocupamos s6lo de la patologia _dico tiene también otra tarea, po- po de la psicopatologia. Otra pos- ‘organica, nos estamos ocupando der ayudar a que los padres con- ura cientifica tiene que ver con de la mitad del problema y el pro-tengan la angustia del hijo sin la aceptacién de la complejidad nostico de “curacién” o de “acep- sentir culpa; para esta dificil mi- del objeto de conocimiento; a mi taci6n del transplante” es malo. Se _si6n, ellos mismos deben tener un entender de esto se trata la trans- gastan millones en cada trasplan- Ambit propicio donde elaborar disciplina, de tener en cuenta que te, pero muchas veces se olvida las propias ansiedades normales, y “el saber” nunca es abarcable des- ‘que “lo psicol6gico” también va a poder trabajar acerca de qué y cd- de una sola disciplina y que quiz influir en la aceptaci6n o rechazo. mo inform: éste seria un posible camino para ‘A partir del trabajo conjunto, de Debe haber un espacio para la lograr “una mayor probabilidad ‘comprender las ansiedades del ni- medicina y un espacio para poner de éxitos” si aunamos los conoci- ‘io, los médicos se movilizaron pa- en palabras lo no representado, de _mientos desde las diferentes espe- AVRIL clinica de internaciones breves Excelencia en Salud Mental Humahuaca 3771 Capital Federal - Tel: 865-9532 / 33 [VERTEX Rew. Arg, de Psiquiat. 1998, Vol IX WOE, Rotenberg de Glozman clalidades; comprendiendo que ninguna especialidad agota “la verdad acerca de la curacién del suftimiento”. Seria entender @ priori (sin, esperar ta depresion manifiesta, en casos de tan serio compromiso orgénico), que es necesario el trabajo en equipo desde el momento mismo del diagndstico. Desde el psicoanélisis también debe haber una apertura exogémi- ‘a, sin colocamos en un nivel en el cual pareciera que el poder com- prender “el inconsciente” nos otorga el derecho de estar “por en- cima” de cualquier otro. saber. “Aquel cuya mente esté aprisiona- da en la metéfora no la puede ver como metéfora. Es. simplemente algo obvio"(1). Considerando a “10 obvio” como una convicci6n, ‘como una certeza que a veces fun ciona como un muro que obtura el conocimiento, los cientificos ‘muchas veces rechazamos. todo aporte que cuestione nuestro sa- ber; o bien simplemente un enfo- que diferente es cuestionado por- ue el grado de conviccion impide el desarrollo de nuevas representa- Referencias bibliogréficas 1, Lang, R, Lo abvio La Dialéctica de la Liberacién. Coopet. Siglo XX1 ed, Mé- xico, 1970. 2, Perez, A,, Grupo familie, La familia como 'matiz del psiquismo. Rew Aso- ciacién Escuela Argentina para Gradua dos, 1988, N* XY. 3. Prigogine, I, y Stengers, L, La nueva dallanza. Metamorfosis de ia. Ciencia ‘Alianza ed, Espana, 1983. 4 Raimbault, G, Lienfant et la mort Prt. vat, 1975. Bibliografia general ‘Abadi, ., Transiciones,E! modelo terapéu tico de D. W. Winnicott, Lumen, 1996, ‘Aulagnies, P, El Aprendiz de Historador y ef maestro-bryjo. Amortortu, 1992. Bion,W. R, Voviendo a pensar. Horme ed, 1966, Curani, A. La Translscptna y a salud. Pa- per iefdo en la Universidad de Buenos ‘clones acerca de un conoci que en sf es muy complejo. Como dice Kuhn, los hombres de un mismo campo cientifico comparten los mismos paradig- ‘mas como requisito para la practi- a cientifica; lo que en cierta me- dida es fundamental, parad6jica- mente en otro sentido es un obsté- culo que limita el conocimiento, a transdisciplina da cuenta del punto donde convergen las dife- rentes disciplinas. La omnipotencia cientifica, f- nalmente, s6lo es una defensa frente al reconocimiento de la in- completud del conocimiento; sa- ber “lo poco que sabemos” frente al gran misterio de la Naturaleza. to Conclustones 1, El modelo operativo transdis- ciplinario es fundamental para trabajar con patologias severas, porque la angustia que se genera en el campo que se forma con el paciente, la familia y los agentes de salud intervinientes, crea un estrés que retroalimenta negativa- ~Alres, Facultad de Odontologia, 1995, Dantzer, R, L'llusion psychosomatique Odile Jacob, 1989. Falmberg, H. Transmision de la vida pst ‘quica entre generaciones. Amorrortu ed, 1996. Freud, S,, Mas Alls del Principio del Pla- cet. Ei Yo y el Elio. Conferencia N* 32. GGuinsburg, O, Fendmenas wansfrenciles an el Paciante agdnco. Vertex, Rev. Arg. de Psigoatra, N°30, Vol. VI, Ano 1998. acs, R, Transmisin de fa vida psiquica en- te genefacones, Amorrortu ed, 1996. Keiser, Fain y Soulé EI nino y su Cuerpo, ‘Amorrortu, 1990. ‘Kuhn, T. 8. La Estructura de las Revoluco- es Clentifcas. LeShan, L. y Margenau, H., El Espacio de Einstein y el Celo de Van Gogh. Gedisa ed, 1985, Marty, P, Los movimientos individuales de vide y de muerte. Ed. Toray, Barcelona 1984, ‘VERTEX Rev. Arg, de Psiquiat. 1998, Vol. IX mente, ejerciendo una influencia perjudicial en el pronéstico de cu- racion del paciente e inclusive po- niendo en riesgo la salud de los propios médicos. 2. Hay indicadores psicol6gicos {que producen riesgo somatico en la génesis de la enfermedad, y en el pronésti a. Las ansiedades persecutorias tienen un efecto toxico. ’b. La “sobreadaptacion”, pato- logia que tiene que ver con una di- sociacién cuerpo-mente, es otro de los indicadores. ¢. Un vineulo que no permita la transformaci6n de las ansiedades. d. Vinculos duales-allenantes en tres generaciones. Encuadre terapéutico 2. Encuentros con los participan- tes de todas las disciplinas, generan- do un espacio de intercambio, con- tencién, y elaboracion de las ansie- ‘dades del propio sistema tratante. b. Atencién psicolégica del ni- fio y su familia desde el mismo momento del diagnéstico a Marucco, N., Actas del Seminario de Pato- logtas Graves, APA, 1996. ‘Merea, C., Najmanovich, Py Primavera, E, Nuevas Renlidaces y Psicoandliss, Rev. APA, 1995, TLI-N.1 Ralmbault, G, Zygoutls, R, Lenfont et sa maladie. *Corps de Souffrance, corps de Savoir. Privat ed, France, 1983. Rosenfeld, D., The Psychotic Aspects of the Personality, Karnac, London, 1992. Rotenberg, E, Transmisién generacional. Patologia psicosomética en la infancia, ‘Monografia APA, 1996. Rotenberg de Glozman, E., Transmision Generacional. Patologia psicosomnética en la Infancia, monogratia APA, 1996. Rother de Homstein, M., Psioandlisis y Compfidad. Rev. 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Te: 833-2424 E-mail: trskies@satink.comar Martin Agrest Psicblogo Clinic, Ex teapeuta dela Clinica Boe Introducci6n atender a la desercién de los pa- agreg6 a las prestaciones que sus ccientes (agrupados por patologia,y _afiliados podian recibir, la consulta a continuidad de los trata- motivo de consulta) luego de a en- _psicol6gica y psiquidtrica, Interesa- mientos ambulatorios es un trevista de admist6n y a las cuatro dos en conocer las caracteristicas tema relativamente dejado de sesiones de tratamiento(7). de continuidad de los tratamientos lado por lo clinicos “psi” y muchas Ya en 1970, Vera y Thieberger(8) _ambulatorios ali oftecidas, estudia- veces relegado a una cuestién me- se habfan ocupado de este tema y mos qué sucedi6 con los pacientes ramente administrative. Sin em- mas recientemente Jiménez(4) ana- que comenzaron a ser atendidos bargo, ademas de su innegable va- liz6 los motivos por los cuales la entre el 1° de enero de 1995 y el 31 Jor para la organizacion de sistemas gente abandona sus tratamientos. de mayo del mismo afio. Observa- asistenciales en Salud Mental, la En el campo de la psicoeducacién, mos cuantas sesiones/semanas de continuldad y la discontinuldad 1a desercién de los pacientes bipo- tratamiento habfan usado y quié- poseen suma importancia clinica y lates y esquizofrénicos recibi6 con- nes seguian en tratamiento al 31 de formativa. Muy a menudo se habla siderable atencién en la literatura mayo de 1996, permitiendo que to- de las resistencias de los pacientes local (ver, pore}. 6 y 3). dos los pacientes contaran con la (© de los terapeutas) y de las deser- Con estos antecedentes y en el posibilidad de estar en tratamiento ciones de los tratamientos. Sin em- contexto de un Servicio de Psico- por un lapso no menor a un afio argo, es menos frecuente hacer patologia de una Clinica General (52 semanas). alusién a datos més exactos sobre del Gran Buenos Aires, decidimos _Consideramos la poblaci6n ma- las tasas de continuidad de los tra-repetir el estudio para caracterizat yor o igual a 18 afios (los menores tamientos. En 1995 Goldchluk y este fendmeno (parte 1) y observar de 18 afios fueron descartados pa- ‘otros realizaron un estudio en los si habia variaciones respecto de ra homogeneizar la poblacién es- Consultorios Externos del Hospital los resultados ofrecidos por los tudiada). monovalente “J. T. Borda” y eva- hospitales municipales antesmen- _Es necesario aclarar que los pa- luaron el porcentaje de pacientes clonados (parte 2) cientes de Ia clinica contaban con que seguia sus tratamientos al cabo 20 sestones sin cargo, debiendo de una, dos, cuatro, ocho, dieciséis, agar un arancel de $15 si era in- veinticuatro y cincuenta y dos se- Parte uno dicado 0 deseaban continuar sus manas(2), En ese mismo afto, La- tratamientos con posterioridad. La jonquiere y Chan presentaron en Método poblacion de esta clinica esté las jornadas internas del Hospital compuesta _fundamentalmente polivalente “P. Piflero” un estudio En mayo de 1994 esta clinica de por clase media obrera (alifieada de similares caracteristicas para la zona sur del Area Metropolitana _y no calificada), ‘Resumen La continuidad de los titamientos ambulatorios en salud mental es estudiada comparando los datos de una elinica general del Gran Buenos Aires, el Hospital monovalente "J. T. Borda" y el Hospital polivalente "P.Pinero™, Los resultados muestran semelanzas en la escasez de pacientes en tratamiento al cabo de unas pocas semanas/sesiones y permiten sacar conclusiones sobre la organizacin y capacitacin de los profesionales. Palabras Clave: Tratamientos ambulatorios - Continuldad ~ Abandono de tratamiento capacitacién, MENTAL HEALTH AND LABOR FLEXIBILIZATION: AN ANTHROPOLIGICAL VIEW Summary ‘The paper compares the continuity of mental health outpatient treatments among a private General Clinic from a Buenos Aires district and two public hospital from Capital Federal (the neuropsychiatric "J. T. Borda’ and a General Hospital "P. Dinero’). The results show similarities in the scarcity of patients following thele treatment afte a few weeks/sessions and allow to draw some conclusions upon the organization and education of the mental health workers. Key Words: Outpatient treatment ~ Treatment following ~ Education, [VERTEX Rev. Arg. de Psiquiat. 1998, Vol IX: 171-173 Tabla 1 Cantidad —_ Edad prom, (D.E) afios 31(27,9%) 98,4 (17,4) 80 (72,1%) 40,0 (17,3) 111(100%) 99,6 (172) ‘Se contabilizaron Jas semanas de trata- miento y las sesiones de cada uno de Jos pa- cientes. Como el periodo de inicio de tos tra- ‘tamientos considerados fue de 5 meses (1° de enero de 1995 al 31 de mayo del mismo afio), se tomé el tiempo de tratamiento segéin la se- mana de inicio de cada uno. En los casos de largas interrupciones (més de tres meses), esas semanas de ausentismo no ‘eran consideradas como “semanas de trata- miento”. Se contaban las anteriores y las poste- siores, sumando ambas y arrojando un resulta- do total. Resultados Hi nimero de pacientes admitidos y deriva- dos a tratamiento en el perfodo considerado fue de 111 (sin contar a los menores de 18 afios). Distribuidos por sexo, 80 fueron muje- tes y 31 fueron varones. El promedio de edad fue de 39,6 afios (Tabla 1). Sobre 111 casos, 27 se ausentaron a la pri- ‘mera entrevista (24,39). El resto (75,7%) tuvo su primera sesi6n, Hubo 10 pacientes (9,1%) que no concutrieron a su segunda entrevista. Es decir que 37 pacientes (33,3%) dejaron de ‘venir al cabo de la admisiOn y una primera se- si6n. El resto de la progresion por cantidad de sesiones y por semanas de permanencia en tratamiento se offece en las tablas 2 y 3-y en Jos gréficos 1y 2. Discusion Apenas se observan los resultados Hama Ia atencién: a) el elevadisimo porcentaje de pacientes que discontinéa su tratamiento al cabo de ‘unas pocas sesiones/semanas; ‘VERTEX Rev. Arg, de Psiquat, 1998, Vol. b) el escaso porcentaje de pacientes que al cabo de un afio calendario (52 semanas) no s6lo se mantiene en tratamiento sino que “es continuo o constante” en el mismo; ©) el elevado porcentaje que deja de concu- rrit antes de comenzar a pagar (en la sesion néimero 20). 1, No puede defar de sorprender que el mo- do de consulta més comin (en su sentido es- tadistico) es la consulta Ginica: luego de la ad- misién un cuarto de la poblacion no regres6 para comenzar su tratamiento. Para el mo- mento de la cuarta semana/sesién, un 40% ya habia dejado de concurrir y cuatro semanas més tarde ya quedaban menos de la mitad. 2, Si atendemos al exiguo porcentaje que tu- vo constancia durante un afio calendario y per- ‘manecié en tratamiento al cabo de las 52.sema- nas (6%), 0 concurrié a un promedio de una consulta por semana a lo largo de todo el afio (256), veremos que los tratamiento continuos y prolongados no son la regia en forma alguna. De cada 100 pacientes, solo 6 seguiran su trata- miento al afio y s6lo 2.con wna frecuencia se- manal, Son cuatro veces menos los pacientes ‘que a las 52 semanas se siguen tratando que los. que dejan de venir luego de la admision, 3, Existlendo la variable del pago, nos fija- mos de qué modo estaba influyendo el aran- cel en la deserciOn de los pacientes. Suponta- mos que muchos pacientes dejaban sus trata- mientos al tener que comenzar a pagar. Sin embargo, la progresion de los abandonos/fi- nes de los mismos no muestra ninguna parti- cularidad al momento de la sesi6n 20, Es muy similar la cantidad de gente que deja de tratar- se entre la sesion 16 y la 20 que la que deja en- tre la 20y la 24, Es clerto que nuestro trabajo no discrimina los motivos del fin de los tratamientos: en al- gunos casos la situacién queda resuelta y en ottos (por motivos que, a veces, desconoce- Gréfico 1 Porcentaje de pacientes que siguen tratamiento segiin semanas % de pacientes 100) 904 80 70 40 80 40 30 | 0 | 10 | 0 semanas os 2 48 16 20 2 a2 dO ‘VERTEX Rev. Arg. de Psiquiat. 1998, Vo. IX

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