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4 Ww. R, BION, Las expericncias que he descripto me obligan a con- | cluir que al comienzo de Ia posicién depresiva infantil, | los elementos del pensamiento verbal aumentan en in- tensidad y en profundidad. En consecuencia los do- | lores de la realidad psiquica son exacerbados por ello y cl paciente al regresar a Ia posicién esquizoparanoide, | se volverd destructivamente contra su capacidad em- | brionaria para el pensamiento verbal como uno de los, elementos que lo han llevado a su dolor. 4 DESARROLLO DEL PENSAMIENTO ESQUIZOFRENICO * 42, En este eapftulo que debe ser considerado como una introduccién preliminar planteo tres cosas: a) Dis- ceuto hasta qué punto la personalidad psicética difiere de la no psicética. 6) Examino la naturaleza de esa divergencia. c) Desarrollo las consecuencias de la mis- ma. La experiencia en el Congreso de Ginebra de- mostré que una tentativa de dar ilustraciones clinicas, en un capitulo tan condensado como éste, confunde mis que esclarece. La presente versién, [por consi- guiente, esté restringida a una deseripeién tedrica. ‘Las conclusiones a las cuales yo Tlego estin basadas en contactos analiticos con enfermos esquizofrénicos y corroboradas en la prictica. El hecho de que yo haya logrado cierto grado de esclarecimiento, se. debe prin- cipalmente a tres obras de estudio, Como ellas ocupan lun lugar muy importante en este capitulo, voy a re- cordarlas. Primera: la deseripcién de Freud, a la cual me re- feri en el articulo para el Congreso de Londres de 1953, sobre el aparato psiquico activado por Ias pre- 1 Lefdo en el Congreso Psicoanalitco de Ginebra, 24-23, de julio de 1955. 56 W. R. BION siones del principio de la realidad y, en particular, por esa parte del mismo que trata del reconocimiento consciente de impresiones sensoriales. Segunda: las sugerencias de Freud en El malestar en la cultura sobre la importaneia del conflicto entre les instintos de Vida y de Muerte. Aunque Freud parecié retroceder sobre este puntos 1 mismo fue tratado por Melanie Klein, Melanie Klein cree que este conflicto persiste durante toda la vida, y esta creencia es de gran importancia, me parece, para la comprensién de In esquizofreni Tercera: la descripcién de Melanie Klein sobre fan- tasfas de ataques sidicos al pecho, hechas por el nifio durante la fase esquizoparanoide, y su descubrimiento de Ia identificacién proyectiva. La identificacién pro- yeetiva es una disociacion de sna parte de Ia perso- nnalidad del paciente y una proyeccién de la misma en cl objeto en el cual se instala, a veces como persegui- dor, dejando empobrecida a la psiquis de la cual se ha separado, Los disturbios esquizofrénicos provienen de una i teracci6n entre @) el ambiente y 6) la personalidad. En sic capitulo dejo a un lado el ambiente y dijo la atencién sobre cuatro rasgos fundamentales de la personalidad esquizofrénica. El primero, es un predo- itio_ de impulkos destructives tan fuerte, que hasta los impulios de amor, son invadides por ellos y conver tides En Gidismo. El segundo, es un odio a la realidad, ef cual eomo Freud indicd, se extiende a todos los aspectos de Tn psiquis que ayudan a reconocerla. Yo agrogo el odio de la realidad interna y todo lo que contribuya_a sit recone El tercero, s¢ deriva de estos dos y ¢5 uni miedo continuo a una aniquilacién inminente, El cuarto, cs una formaciin precipitada y prematura VOLVIENDO A PENSAR 37 de relaciones de objeto, entre las cuales la transferencin ‘pal, cuja fragilidad ¢ > mar cado con In tenacidad con la cual se mantiene. La rez, la fragilidad y Ia tenacidad-son patognd- a | del miedo a ta, aniquil El esquizofréni x iid con este interminable-conflicto, entre la destruc- ‘TRANSFERENCIA Las relaciones con el analista son prematuras, pre- ‘pitadas y muy dependientes. “Ciiando el paciente las imenalica por "ia pres de-sus insttntos de vide inferte, dos fuicreas coneurrenies de fenémenos se ma- nifiestan: Primera, In identifieacién proyectiva, con sforma en hiperactivas y confuses, tales como Rosenfeld Tos ha descripto. ida, las_actividades mentales_y Jag- cuales el_impulso_do- te (sea instintos de vida o instintos de muerte) Iycha para expresarse; estén sometidas en seguida a youtilacién_por et impulsodominado_momenti: ~Encontiindose el pa impulsado por el deseo ‘onales, y atormentado por las mit tringidas relaciones; la transferencia se vuelve otra vee inforine, como es caracteristica de clla. No importa si°Gl paciente pasa derecho a mi consuitorio, como s apenas estuviese consciente de mi presencia, o si de muestra una afabilidad expansiva y sin humor; la. res de las relaciones es evidente, La restrieciin y la expansién se suceden alternativamente durante todo 58 W. R. BION LA DIVERGENCIA 43. En resumen: dejando a un lado el efecto del ambiente externo, la personalidad esquizofréniea de- pende de Ia existencia en el paciente de cuatro carac- {eristicas: a) Un conflicto nunca resuelto entre los instintos de vida y muerte; &) un predominio de im. pulsos destructivos: c) odio a Ia realidad interna y externa; d) una relacién de objeto frigil pero tenaz. Estas caracteristicas extraiias hacen que el paciente esquizofrénico progrese de la posicién esquizopara- node a Ia depresiva, de uma manera muy distinta de la personalidad no psieética, Esta diferencia surge del hecho de que este conjunto de caracterfsticas conduce al uso masivo de la identificacién proyectiva. Por con- siquiente, es a la identificacién proyectiva que quiero teferitme ahora, pero mi examen de ella, ser limitado su desplicgue por el esquizofrénico contra todo aquel aparato de percepcién que, segin Freud, es activade por las exigencias del principio de la realidad. DIVERGENCIA DE LA PERSONALIDAD PSICOTICA DE LA NO PSICOTICA #4. Ya, mencioné Ia concepcién de Melanie Klein desemefiado en ella por las fantasias inf fa ‘ques sidicos al pecho materno, Ataques idénticos-se~ dlitigen contra el aparato de pereepeién, desde el prin- cipio-dé la vida., Esta parte de Ja personalidad ¢5 re- ida en fragmentos pequeiios, y entonces proyectiva.es expulsida de la pérsonalidad, Habiéndose librado del aparato de per- pn_esquizoparanoide, y el papel importante, ey VOLVIENDO A PENSAR 59 cepcién consciente de la realidad interna y externa, el paciente Jogra un estado en que no se siente ni vivo de percepeién conseiente est intima. menife 1 dis con el pensainiento verbal y con todo To que proves, en la elapa primitva a que me refiero, la_base de su comienzo. La identificacién proyectiva de la percepcién cons- ient@,-y los comienzos del pensamiento verbal, aso- ciados con ella, constituyen el factor central en la distinei6n entre la personalidad ps tiga A mi vi re al del puciente. Estos ataques contra el yo y contra In base del pensamiento verbal naciente, y la identifica- ign proyectiva de los fragmentos, aseguran que desde este punto en adelante habra una divergencia cada ‘vez més amplia entre las partes psicéticas y no psie6- ticas de la personalidad hasta que, al fin, se siente que no hay manera de atravesar el abismo. DESTINO DE LOS FRAGMENTOS EXPULSADOS 45, Bn la medida en que la destruccién sea exitosa, 1 pacianie experimenta un fracaso en su capacidad fe percepeién. . Todas sus impresiones sensoriales. pa- Foon Faber surido una mutilaeén de una naturdlecs Gor havie pensar que han sda atcaday como-el och ts atacado en las famtasias sddicas del bebé. El pa- lente se ve enicaicelado, en el estado mental a que hha llezado e incapaz. de eeaparse de él, porque sienie Is falta del aparato-de-pereepcién de la realidad, el nal hace posible la huida y la libertad misma, hacia id cial a quiiera escapar. Este sentido. de encarcela- 60 Ww. R, mIoN tmiento_¢s intensificado por la presencia amenazante de los fragmento’ expulsados dentto de cuyos movi- migntos planetarios, € se encuentra confinado, La nnaturaleza de este encareclamiento se aclararé mediane te la discusién del destino de estos fragmentos expul- sados a la cual me voy a referir ahora. Dentro de la fantasia del_paciente Jas. particulas exputadis del yo tienen una existencia independiente e,ficontrolada fuera de la personalidad. Pero, sea que conterigan objetos externas 0 que sean contenidas por ellos, desempefian alli sus funciones, como si la ordalia 2 que han sido sometidas sirviera sélo para ineremen tar su niimero y provocar hostiidad contra la_psiquis que las ha rechazado, Por consiguiente, el paciente se ve rodeado de objetos grotescos, cuya naturaleza pax saré a describir. LAS, PARTIGULAS 46. Cada particula es sentid como si fuera un ob- Jjeto realexterno que es encapsulade enn fraigmen de la personalidad, que lo ha_cnvuelto, El cardcter. de esta particula completa, dependers on parte, del objeto. real; por ejemplo, un graméfono y, paréiale mente, del caricter de la particula de la personalidad ‘que los envuclve. Si el fragmento de la personalidad es Whicionado con la vista, cl graméfono al pasar el disco se ve como mirando al paciente; si es xelacio- nado con el ofdo, entonces el graméfono al pasar el disco se ve como escuchando al paciente. El objeto enojado, por verse envuclto, se distionde por decislo asi, cubre y controla el fragmento de la personalidad que lo envuelve; en ese sentido la particula es vivida como convertida en una cosa, ~ de suefios, sino en un mundo de objetos que on VOLVIENDO A PENSAR 61 Daclo que estas particulas son usadas por el paciente coino si fuesen prototipos de ide ‘i convertirse en palabras mis tarde— esta inv Fragmento de Ia personalidad por el objeto contenido pero controlador. hace sentir al paciente que las pala- bras son realmente las cosas reales que designan, y por exo conducen alas confusiones descriptas. por Segal, que provienen del hecho que el paciente no sim- boliza sino iguala, CONSECUENCIAS PARA EL PACIENTE, 47. Bl paciente se mueve ahora no en un rlamente son los accesorios de los suefios. E primitivos pero complejos, tienen caracteristicas que fen personas no psiedticas pertenecen a la ma abjetos anales, a los sentidos, a ideas, al superyé y Jas demas cualidades de Ia personalidad. Uno de los resultados, es que el paciente tr i reales como si fuerafi ideas, y se encuc ‘cuando ellos obedecen a las leyes de la ci y Bora lay-del funcionamiento menta ificacién proyectiva se enc elacic ‘on la incapacidad de la personalidad psicétien de woyectar. Si desea asimilar una interpretacidn, o si iere traer de vuelta aquellos abjetos que acabo de escribir, lo logra por la dentificacién proyectiva dada ruelta, y por el mismo camino. Esta situacidn fue su- cintamente expresada por el paciente que dije que tusaba el intestino como un cerebro. Cuando Te dije que él habia tragado algo (es decir, que lo tendido) me contesté: “El intestino no traga”. La doctora Segal ha deseripto en su artfeulo, que tuve la 6 Ww. R. BION suerte de leer antes del congreso, algunas dle Ins vi situdes de pacientes en la posicién depresiva. Yo qui- siera agregar ahora, que gracias a exe empleo de la identificacién proyectiva, ol paiciente no puede integra sus abjetos sélo puede aglomerar y comprimirlos, Sea qquesenta Ge algo ha sido puesto dentro de él que mismo lo ha introyectado, experimenta la entrada del objeto como_un asalto, una retaliacién de parte deTinismo por su propia intrusin violenta dentro dc él REPRESION 48. Es claro entonces, que mientras Ia personalidad xno psicdtica, 0 una parte de tal personalidad, emplea Ja represin, la psicétien ha empleado Ia identificacién proyectiva. Por consiguiente, no hay represién, y lo_ ‘que deberia ser su “inconsciente” es reemplazado pot el jnlindo-de accesorios cle tos suefios en el cual, segin mi descripcién, se mueve. PENSAMIENTO VERBAL 49, El comienzo del pensamiento verbal que he des- exipto como perteneciendo a la posicién depresiva, s¢ encuentra gravemente perturbade, porque es el que sintetiza y articula las impresiones, y es esencia para Ta percepcién de la realidad interna y externa: por esa raaén e& sometide a continues ataques como los que he descripto. ‘Ademis, una_excesiva identificacién proyectiva_en Ja posicién esquizoparanoide, fmpidié Ta suave intro- yeccién y asimilaeién de impresiones sensorinles, y por ‘consigniente, el establecimiento de la base firme de uence objets del cual depend In iniincén de! pen- samiento verbal. VOLVIENDO A PENSAR 63 El hacer una tentativa de pensar involuera un con- I y por consiguiente un retorno a la personalidad las particulas expulsadas y de sus derivados. La identificaciin proyectiva es entonces invertida, y la racién eoncomitante, y la compresién conducen ‘una verbalizacién muy compacta, Este tipo de cons- ‘én es mis apropiado para la misica que para articulacién de palabras tal como se emplean en Ia uunicacién no psicdtica. Ademas, ya que estas particulas, como lo hemos descripto, son cosificadas, cl paciente puede sentirse idido, por su reentrada. Y también, dado que es- {tas particulas incluyen fragmentos de percepeién cons- ite de impresiones sensoriales, se experimentan los sentidos como dolorosimente comprimidos y agudi- zados, hasta un punto intolerable, Sc puede ver que ppaciente est’ dominado por alucinacioncs tctiles, muditivas y visuales intensamente dolorosss. La depre- én y la ansiedad, dado que dependen del mismo jecanistno, son intensificadas similarmente hasta. que ppaciente se ve obligado a tratar con estas emociones ‘de ln manera descripta por Segal CONCLUSION 50, Mi experiencia de estas teorfas en la préctica ‘me ha convencido de que el tratamiento de Ia persona~ liad psicética no tendrs éxito hasta que los ataques destructivos del paciente a su yo y la sustitucién por a represin y Ia introyeccién de la identificacién pro- yectiva, hayan sido elaboradas. Es mis, yo considero ‘que hasta en el neurético, hay una personalidad psi- cética que tiene que ser tratada de igual manera antes de lograr éxito. 3 DIFERENCIAGION DE LAS PERSONALIDADES PSICOTICAS Y NO PSICOTICAS * de este trabajo, es ol de que la diferen- ws personalicdades psicditicas yo pRICe le de diminutas esciciones de to quella puisié eatan dentro o éngolfan sus abjetas Deseribiré piaresi en detalle y luego discutiré sus consecueneias y edimo afecta el 0 nto. Estas conclusi aaron del contacto analitica con esquizafrénicos y las he eomprobaco en mi pric tica, Les llamo Ia atencién sobre ellas, porque me Ie vvaron a consecuencias analitieamente signifieativas en -ntes y que no deben ser confundidas ni con s conociclas muy bien por Ios psiquiatras, Jas remisi © con'esa elase de mejoria que es imposible referir a tas interpretaciones que se han hecho 0 a cualquier ‘cuerpo coherent de teoria psicoanalitica. Pienso que tas mejorias que he visto, merecen una investigacién pricoanalitica, § “Differentiation of the psychotic from the non-psychotiec jes". Int. J. Psa. 38, 344, 1957. - de M. Klei YOLVIENDO A PENSAR 65 52, Debo mi esclarecimiento de los puntos oscuros ‘que persisten en cl andlisis de psicéticos principalmente tres trabajos. Como son cruciales para la compren- sin de lo que sigue, voy a recordarselos: Primero: la descripcién de Freud (2) que cité en mi trabajo al Congreso de Londres de 1953 (1), sobre cl aparato ‘mental que es puesto en actividad por las demandas del principio de sealidad yen prtcla, aquella pate smo que esti en relacién con la eonciencia de Ee Grganos de los sentidos. Segundo: la descripcién in (5) sobre los ataques sidicos fantaseados ‘por el nifio contra el pecho durante la fase esquizopa- anoide, y tercero: sit descubrimiento de In identifiea- cidn proyectiva (7). Por este mecanismo, el paciente cscinde una parte de su personalidad y Ia proyecta en el objcto donde se instala, a veces, como perseeuidor, peo dejando In pagal dela cual se excndis‘empo- ida. 53. Por temor de que se suponga que atribuyo el desarrollo de una esquizofrenia exclusivamente a cier- tos mecanismos separados de la personalidad que los emplea, enumeraré cudles son las precondiciones que {yo supongo necesarias para que estos mecanismos ope- en y sobre los que quicro focalizar la atencién de ustedes. Esta el arabiente, que no discutiré por ahora, y la personalidad, que debe poseer cuatro rasgos esén- iales: Una preponderancia de impulsos destructivos tan grande, que aun el impulso a amar, es cubierto por él y convertido en sadismo; un odio de Ia realidad interna y externa que se extiende a todo lo que pueda " despertar conciencia de Ia misma; pinico de aniqui- Jacién inminente (7), y finalmente, la formacién de relacién de objetos prematura y precipitada, con cuya primera Iinea esti Ia transferencia, y cuya fragilidad contrasta sotoriamente con la tenacidad con la que 66 W. R. BION, esmantenida. Esa prematuridad, esa fragilidad, y Ia te- nacidad, son patognoménicos y tienen una derivacién importante sobre el conflicto, nunea decidido en el cesquizofrénico, entre los instintos dle vida y de muerte. 54. Antes de que consideremos los mecanismas que resultan de estas earacteristicas, quiero exponer breve- mente algunos puntos referentes a 1a transferencia, EI vineulo con el analista es prematuro, precipitado y de una intensa dependencia; cuando bajo I presién de sus instintos de vida y muerte, el paciente ensancha el contacto, se ponen de manifiesto dos cortientes con- currentes de fenémenos. Primero, Ia escisién de su personalidad y la proyeccién de los fragmentos dentro de] analista (es decir, la identificacién proyectiva) que sc hace hiperactiva con los consecuentes estados confu- sionales que Rosenfeld (9) ha descripto. Segundo: las, ividacles mentales y toda otra a través de Ins eudTes el impulo dominante, sea de vida o de muerte, trata deexpresarse, son de inmediato sujetas a mutilaciones por el iimpulso temporariamente subordinade. El pa- Fiente persegnido por esas mntilaciones, y tratando de estapar al estaclo confusional, retorna @ una relacién igida._Oscilacfones entre tentativas de cnsanchar el contacto y tentativas de restzingirle se suceden con- tinuamente a Io largo cel anAliss. 55. Volviendo ahora a las caracteristicas que enun- ié como intrinsecas de la personalidad esquizofrénica, diré que constituyen un_legado poscedor progresard a través de las posiciones esqui anode y depresiva de wna manera marcadamen- frente de los que no tienen dichas caracteiisticas. 14 diferencia gira alrededor del hecho de que eta ceombiniacién_deeualidades leva_a_fragmentaciones rfiinias de la_personalidad, particularmente del apa- VOLVIENDO A PENSAR 67 rato de tomar conciencia de Ia realidad que Freud des- cfibi® conio”entrando en jtiego ante el requerimicnto del principio de realidad; y ademés, a una excesiva proyeccidn de estos fragmentos de Ta peisonalidad en objetos externas. cae "He descripto algunos aspectos de estas teorfas en mi trabajo para el Congreso Internacional de 1953 (1), cuando hablaba de la asociacién de la posicién depre- siva, con el desarrollo del pensamiento verbal y Ia sig- nifieaneia de esta asociacién para la toma de concien- cia de la realidad interna y externa. En este trabajo retomo ¢] mismo tema, solamente que en un estadic mis temprano, dirfamos, el comicnzo de la vida del paciente. Me refiero a fendmenos de la posicién esqui- zoparanoide que posteriormente estin asociados con el comienzo del pensamiento verbal. Espero que esto surja ast de aqui. 56. Las twor'as de Freud y Melanie Klein a las cua~ les me referi’anteriormente, deben_ ser consiicradas ahora con més detalle, En su trabajo Neurosis 1 psi- cosis de 1924, Freud definia uno de les hechos que mejor distingufa la neurosis de la psicosis: “En la primera, el yo, en virtud de su lealtad a la realidad, suprime una parte del ello (la vida instintiva) mientras que en la psicosis, el mismo yo esta al servielo del ello, y se retira de una parte de la realidad” (4). Presumo ‘que cuando Freud habla de la Iealtad del yo a la real dad, habla del desarrollo que él describe que tiene lugar cuando el principio de realidad se instituye. Di ce: “Las nuevas demandas hacen necesario una suce- sién de adaptaciones en el aparato mental, que a causa de nuestros conocimientos insuficientes o incicrtos, slo podemos detallar en forma muy elemental”. Luege apunta la siguiente lista: La mayor importancia de Jos drgnnos de los sentides dirigidos hacia el mundo 68 Ww, , BION exterior y de la conciencia ligada a ellos; la aten a la que considera una funcién especial que investiga cl mundo exterior para que sus sefiales sean ya fai Tiares si una necesidad interna urgente emerge; un sistema de notacién cuya tarea es la de depositar los resultados de esta actividad periddica de la conciencia, y que él describe como una parte de lo que lamamos memoria; el juicio, que debe decidir si una idea par- ticular es verdadera 0 falsa; cl empleo de In descarga motora para una alteracién apropiads de la realidad y no simplemente como una descarga del aparato men= tal de un incremento de estimulo; y" finalmente, el pensamiento que es el que segtin Freud, hace posible tolerar Ia frustracién, que es un acompai ble de la accién, en virtud de sus cualidades de forma experimental de accién. Como veremos, yo extiendo mucho més la funcién ¢ importancia cel pensamiento, pero por lo demis, acepto esta clasficacién de las fun- iones del yo, que Freud adelanté putativamente, ha- ciendo concreta la parte de Ia personalidad que trato en este trabajo. Concuerda con la experioncia clinica y esclareee su cesos que habria encontrado infinitamente mis oscuros sin ella. Haré dos modificaciones en Ia descripcién de Freud para acercarla més a los hechos. No creo, al menos fen cuanto.a los pacientes que encontrames en nuestra prictica analitica, que el yo se retire nunca. totalmente de la realidad. Dirla’ que su contacto con la realidad, esti éncubierto, por la predominancia en Ia mente y It conducta del paciente, de una fantasia omnipotente i tanto la realidad como Ia con encia de la misma, y asi entonces, alcanzar un estado ‘que-no es ni la vida ni la muerte, Desde que el con- tacto con la realidad nunca se pierde completamente, VOEVIENDO A PENSAR 6 stamos_acostumbrados a_asociar nea estin ausentes y, sirven para, s, cliando se ha hecho un progreso ite al estar presentes en medio de material psi- que el yo mantiene contacto stamente la existencia de ua perso -a_paraléla, pero oscurc- cida por la personalidad. psicatica. 57. Mi segunda modificacién, es la de que el retiro_ de Ja realidad, es una ilusién, no un hecho y emerge dal desplicguc’ de ideniificacién proyectiva en contra def aparato mental enumerado por Freud. Es tal la predominancia de esta fantasia, que parece no es faniasia, sino un hecho para el pai quien actda como si su aparato perceptual pudiera ser esciidido en diminutos fragmentos y proyectado en ‘sus objetos. Como resultado de estas modificaciones legamos a Ia conclusién que pacientes bastante enfermos, tanto como para ser clasificados como psicéticos, contiener ‘en su psiquis, una parte no psieética de la ale dad, victima de io miltiy le mecanismos eurdt “08 ‘con los cuales el psicoandlisis nos ha familiarizado: una parte psicética de la personalidad, mucho mis dominante que la parte no psicética, que existe pero como una yuxtaposicién negativa con Ia anterior, y por la cual se ve oscurecids ‘Una concomitancia al odio de la realidad que Freud remarcé, son las fantasias de ataques sidicos al pecho, que ocurren en el nifio psicético, y que Melanie Klein deseribié, como parte de la fase esquizoparanoi- de (8). Quiero destacar que en esta fase, el psicdtico, escinde sus objetos, y simultaneanienté toda Ia parte ~ -de-su personalidad que le daria conciencia de Ia reali- dad_que.él odia, en muy.diminutos fragmentos, y ¢s_ 70 W. R, BION or eso, que cl sentimiente, del psicética, o que no podra nunca restaurar sus objetos 0 su yo--Como-re- sulfado de q ein, todos aquellos ashicctos de su personalidad que le proveerfan de fun- dariiento® para la comprensibn intuitiva de sf mis y dé otros, estin pérlurbados desde el comienzo. Todas lag Tunciones que Freud describié, como una respuesta. evolutiva al principio de la realidad en estadios poste- riores, es decir, conciencia de Jas impresiones sen: tiales, la atencién, armemoria;¢l juieio, el pensamien- to,fa atraido contraellos, ch una forma tan primaria coino pueden poseerla al comienzo de In vida, los.ata- ques sédicos de escisiones eviscerantes que las cond cena estar diminutamente fragmentadas y luego a s¢ expulsadas de la personalidad, para penetrar 0 enquis- Tos objetog, En In fantasia del paciente, las par- tietilas del yo expelidas, llevan una existencia inde- pendiente ¢ incontrolada, tanto sea contcnidas en, 0 Contenienclo los objetos externas; continéian ejerciendo sus funciones € sujetas, hubiera do solamente, para aumentar su néimero y provocar bostilidad contra la psiquis que as habia expulsado. En consecuencia, el paciente se signte coma rodeado por objetos raleai-describiré a continuacién. 58. Cada particula es sentida como. consist tun objeto seal que estar‘a encapsulado en wna parte: de Ja personalidad que lo ha engullido. La naturaleza de esta particula completa, dependera parcialmente, del cardcter del objeto real, digamos, tun graméfono, y parcialmente del caricter de la particula de Ia perso~ nalidad que le ha engolfado, Si la parte de la perso- nalidad, esté en la relacién con la visién, cuando el graméfono suena, seri sentido como observando al paciente; slo esté con In audicién, el graméfono tiene izattos cuya natue la expulsién *7a-euat han sido VOLVIENDO A PENSAR a el sentida como que est escuchando al paciente, obj ppoiotipo de ideas —posteriormente para formar Ja matriz de Ia cual eniergerin las palabras— este-damninio de una parte de la personalidad por cl objeto contenido jpero controlador, lleva al paciente, a seftir que as palabras son en_ verdad Tas cosas que noinbian, y esto, aumenta la confusién, descripta por Sata, pogo packente equipara pero. no sibol catisa de que el paciente, ss estos objetos bizar para_obtene sibs eva aora ue mievo problenia. cra tivos del pgciente para usar la escisién y la identifica cid proyectiva, es la de desprenderse de la conciencia de In realidad, ‘sté claro que podria adqu de separacién de Ia realidad,"con la mayor €0- smi de” efuervo, si pudicra lanaar estos ataques destructivos contra el vincule, cualquiera que este se d€T953 (1), mostré que la conciencia de Ia realidad i ide del desaffollo de la capacidad del peixamiento verbal, cuyos fundamentos estin ligados i Taposicién. depresiva. Es imposible considerar esi@-ahora. Los referiré al trabajo de Melanie Klein de 1930, sobre “La importancia de la formacién de los simbolos en el desarrollo del yo" (6), y al trabajo para la Sociedad Briténica de Psicologia en 1953 de Hanna Segal (10). En este dtimo Segal demuestra Ja importancia de Ia formacién de simbolos y explora su relacién con el pensamiento verbal y las tendencias R Ww. R BION reparatoriasnormalmente asociadas con la posicién depresiva. Yo hago referencia aqui 2 un estado mis temprano de la misma historia. Creo que el daiio. que, se hace mucho mis evidente en la posicién depresiva, cen Yealidad ve inicis en la fase esquizoparancide, cuan- do se cchan las bases para el, pensamiento pr pero que no Mega a establecerse a causa de la exage- racién de In escision y de la identificacién proyer 50, Freud atribuye al pensamiento, la fu proveer un medio para restringir Ia accién. Pero ade- mis dice: “Es probable que el pensar sea originaria- mente inconsciente, ya que emergié de Ia mera idea- cién y vir6 a las relaciones entre Ins impresiones de objeto, y que luego se revistié con cualidades percept bles para Ia conciencia solamente a través de su cone~ sxign con las huellas mnémicas de Ins palabras” (2). Mis experiencias me han Hevado a suponer que existe ‘déide el comienzo, alguna elase de pensamiento, refe- rido-a lo que llamariamos ideografin y vision, mis Tis palabras y al olde. Es capacidad de la parte no psicética deta peri la en parte, a caita de la escisién y expulsién del aparato de la conciencia que he descripto, y en parte, por razones que voy a deseribir ahora Gracias a las operaciones de la parte no psicética de Ii porsonalidad, el paciente-e-consciente de que Ja introyeccién conduce a Ia formacién del pensanien- to'tnconsciente del cual Freud habla como “aplicado a las relaciones entre las impresiones de objetos”. Creo aliora’ que e: exte pensamiento inconsciente el que Freud define coino aplicado-a-las relaciones éntre las impresiones de objeto el que es responsable por la ‘de-Ta personal VOLVIENDO A PENSAR B coneieneia. igadn alas impreiones sensors, Me apoyo en au afirmacién heclia doce afios- mis tarde en su trabajo El Yo y el Ello, Alli dice que la pre- gunta: “;Cémo se hace una cosa consciente?” puede ser més ventajosamente planteada: *,Cénio una com se hace preconsciente?” Y Ia respuesta seria: “Co- nectindose con las imagenes verbales que le corres. ponden” (3). En mi trabajo de 1953 (1) dije que cl pensamiento verbal esté ligado con la conciencia de In realidad psiquica; pienso que esto también es certo, en cuanto al pensamiento preverbal del cual hablo ahora. En vista de lo que he dicho de los ataques del psieético sobre cl aparato mental que le permite tomar conciencia de la realidad externa e interna, se podria esperar que el despliegue de identificacién proyectiva seria particulaiimente severo, en contra del pensamien- to, Ue cualquier clase que sea, que estuviese dirigido a ‘relavfones entre Tas impfesiones de objeto; porque , © mejor ain, no {oxjaise nunca, por lo menos la conciencia de Ta rea dad_podrfa set destruida, aunque la realidad misma nunca lo fuera. Pero, en verdad, el trabajo de destruc- cién ya esté hecho a medias, por lo menos dado que el material del cual se forma el pensamiento en el no Psicético mediante una intrdyeccién y” proyecsion; equilibrada, no estd disponible para la parte psicdtica usa de que a proyeccién © introyecciéni han sido desplazadas por la identificacién proyectiva y solo quedan los objetoi bizatros que he decripto. 60. En realidad, no solamente el pensamiento pri- Imitivo es atacado ‘a causa de que conecta las impre- siones sensoriales de la realidad con la conciencia, sino jque dada la mayor destructividad del psicstico los Drocesos de escisin se extienden a los vinculos, dentro 4 We R, BION del proceso mismo del pensamiento. Tal como lo im- plica Ta frase de que el pensamiento redunda cn las relaciones ents as impresigns de objeto, eta rimitiva matriz de ideografias, de Ia cual surge Potlrient,consne ent mista elabone entre ua ‘ideografia y otra. Te stos son atacados, hasta que mente, dos oBjetes, no pueden ser puestos en con- fatto de manera tal'de dejar a cada uno sus cuali- dade¥ inisinsecas intactas y ademés con la capacidad de"producir un nuevo objeto mental 2 través de. él Gaitsecientemente, la formacién de simbolos cuya efec- iad terapéutica depende de la posibilidad de juntar GF Objetos, de manera tal que su scmejanza sea.mani- fiesta’ y sin embargo, su diferencia quede inalterads, egilld muy dificultoso, En un estadio aun postetior, el remillido'de estos ataquies de escisidn se ven en la fi@gaciin de la articulacién como principio para’ Ti, ‘acién de Tas palabras. Esto. no significa que Jos objetos no pueden ser juntades; como mostraré mas adelante cuando able de la aglomeracién, esto no es cierto de ninguna manera, Por ott pare, dede que “Tg que conecta™ no solo ha sido minuciosaniente frag medtad, sino también proyeetado dentro de objetos y tunido.con otros objetos Bizarros, el paciente se siente feado por minisculos elabones que estando impreg- naifos ahora con crueldad, unen objetos cruchnente. Para concluir la deseripcién de la fragmentacién del yo y su expulsign en, y alrededor de sus abjetos, dine que ereo que estos procesos que he descripto son el factor central, en tanto que tal factor pueda ser aitla- do sin distorsién, en la diferenciacién de la parte psicétiea de In no psiestica de la personalidad. Esto tiene lugar en el comienzo de la vida del paciente. Los atagues sidicos sobre el yo y sobre 1a matriz del pensamiento, y la identifieacién proyectiva de los frag VOLVIENDO A PENSAR 6 ‘mentos, hace que desde agui en adelante haya una ivergencia cada vez mayor entre las partes psicdticas y no* psicéticas de Ia. personalidad, hasta que al fin €l espacio entre ambas es sentido como imposible de ser cubierto 61. Para el paciente, las consecuencias son de que ahora sc mueve, no en un mundo de suefios, sino en tun mundo de objetos que ordinariamente constituyen los artefactos de los suciios. Las impresiones de sus sentidos parecen haber sufrido una mutilaciéa, tal co- ‘mo si hubieran sido atacados, en la forma en que el pecho es sentido que fue atacado en las fantasias si- dicas del nifio (5). El paciente se siente prisionero en cse estado mental al que ha llegado, ¢ incapaz de es- caparse, a causa de que siente que le falta el aparato dela conciencia de la realidad, que es simultincamente la Ilave de escape y la liberiad a In cual escaparia. La sensacién de aprisionamiento se intensifica por la amenazadora presencia de los fragmentos expulsados, dentro de cuyo movimiento planctario se halla el pa~ ciente, Estos objetos, primitivos pero complejos, par- ticipan de las cualidades que en la personalidad no psicética, son peculiares a la materia, objetos anales, sensaciones, ideas y superyé. 62. La diversidad de tales objetos, al depender de Ja sensacién en Ia cual est sumergidos, advierte mas de lo que la ripida indicacién que he dado del modo que se originan. La reaccién de estos objetos con el material del pensamiento ideografico, leva al paciente aiconfundir objetos reales eon ideas primitivas; y luego a"Ta confusién, cuando obedecen las leyes de las ¢ clus Taturales y no Tas del finetosiamicnto mental. Siel paciente desea recuperar uno de estos objetos, en ‘una tentativa de restitucién de su yo, y en anilisi justamente, se siente impelido a hacer tal tentativa, 16 Ww. R, BION tiene que recuperarles por una ‘dentifiacién proye- tiva revertida y por el mismo camino por el cual fuc~ ron expelidas. Ya sea que sienta que uno de estos objetos ha sido puesto de vuelta por cl analista, 0 que sienta que 4 los ha retomado, lo mismo sentiri el ingreso como una agresién. El grado extremo al cual ha levado la escisién de los objetos y del yo, hace que cualquier tentativa de sintcsis sea muy dificultosa. Ademis, como se ha librado de “lo que junta", su capacidad para Ja articulacién, sus métédos para la itesis son sentides como macilentos; puede comps ero no puede juntar; puede fundit pore no pur. de aticular, Come resitado de la eyeectony at iual ve toda otra particula expelide, In capacidad para Funan sid macho peor ge ogi er cdo cuada, Toda articulacién que ticnc lugar, es Fecha vengativamente, es deci, de una manera exe ‘contvaria a lox deseos del paciente en exe momento. En cl curso del anilisis, este proceso de campresibn o aglomeracién pierde algo de su malig- nidad y entonees emergen nucvot problemas, 63. Debo lamar la atencién de ustedes a un punto que requiere un trabajo por sf mismo y por Jo tanto no puedo mas que mencionarlo aqui Esti implicito sién, Cuando y donde la parte no psitica de Ia per- sonalidadd, recurre a la mninar ciertas tendencias de la mente, tanto sea dé Ta conciencia como de otras formas de manifestacién y actividad, In parte psicética de la personalidad intenta Moranse del aparafo del cual le piquis depende para AF a eabo las represiones; el inconseionte parece- + de atraso, pero nunca perdié una se: VOLMIENDO A PENSAR a rig estar reemplazado por un mundo de elementos de 18 suetios, 64. Trataré ahora de deseribir una sesiéin reals e« una experiencia clinica basada en estas teorias ins bien que una descripeién de las experiencias sobre las ceuales basé estas teotias, pero espero que podré sefialar el material de sesiones previas que me llevaron a inter- pretar Ias cosas tal como lo hice, EL paciente, en el momento de esta sesidn, de la que describo una pequefia parte, ha estado viniendo por espacio de seis afios. A veces legaba con 45 minutos munca sobrepasaron su limite de hora, Esta mi llegé con 15 minutos de atraso y se tird sobre el divan. Empleé cierto tiempo, en girar de un lado para otro, cstensiblemente tstando de acomodare, "Al final, dijo: “No creo que consiga hacer algo hoy; debi haber llamado a mi madre”. ‘Hizo una pausa y luego pros: guid: “No; pensé que iba a ser asf, una pausa mas prolongada y entonces: “Nada més que cosas inmun- das y olores’s y luego: “Creo que he perdido mi vista” Habian pasado 25 minutes, y yo hice aqui una inter- pretacién; pero antes de repetitia, quisiera relatar al- tin material previo, que espero hard més comprensible mj interveneién, Cuando el paciente maniobraba en el divén, le esta- ba observando algo que era familiar para mi. Cinco afios antes me habia explicado que su médico le acon- sej6 una operacién para la hernia y que su incomo- didad y sus movimientos eran 2 causa de Ia. misma, Pero era evidente que se trataba mas que de la hernia y la actividad racional. Le habia preguntado a veces, ccuil era la causa de estos movimientes y a estas pre~ guntas respondié: “Nada”. Otra vez dijo: “No sé. Sentf que ese “nada” era una invitacién velada a que 78 WR. BION ‘upara de mis propias cosas, tanto como la ne- gacién de algo muy malo. Prosegui a través de sema- nas y afios observando sus movimientos. Un pafiuelo fue acomodado cerca de su bobsillo derecho; arqueé su cepalda gseguramente un gesto sexual? Un encen- dedor se escapé de su bolsillo. ;Lo levantaria? Si. No. ‘Tal vez, no. Bueno, si. Fue recogiclo del suelo y colo- cado al lado del pafiuclo, Inmediatamente una Iu- de monedas, cortié sobre el divin hasta el suclo, Bl paciente quedé tioso y esperd. Sus gestos parecieron sugerir que tal vez fue imprucente recoger el encen- dedor, pues haba provocado la aida de las monedas. Esperd alerta, furtivamente. Y finalmente hizo la ob- servacién que transcribi, Me acordé de sus descrip- ciones producidas a lo largo de muchos meses, accrca de las tortuesas maniobras que tenia que emprender antes de ir al toilette, 0 bajar para cl desayano o tele- fonear a su madre. Yo estaba acostumbrado a recor- dar muchas de sus asociaciones libres que podian ser facilmente apropiadas, para Ia condueta que mostré fen ésta como en muchas otras mafianas. Pero éstas fueron ahora mis asociaciones, y una vez que probé hacer uso del iaterial en una interpretacién, esa fue exactamente Ja respuesta que él habia dado. Una interpretacién que recordé, habia tenido buen resul- tado. Le sefialé entonces que él habfa sentido mis 0 me- znos lo mismé‘acerca de estos movimientos que lo que habia sentido acerca de un suefio que me habia con- tado —no tenia idea acerca del suefio, ni idea acerea de los movimientos. “Si”, dijo. “Eso es.” “Y sin em- bargo, repliqué, usted una vez tuvo una idea acerca de esto; penss que era In hernia” “Eso no es nada” replicé, y se quedé callado, casi astutamente dirfa, para ver si yo habia pescado el punto. “Ast que nada VOLVIENDO A PENSAR 79 cs realmente una hernia” dije, “No tengo idea, res- pondid, slo una hernia.” Quedé sintiendo que su “no tengo idea”, exa igual al “Sin ideas”, acerca de Jos sueiios y los’ movimientos, pero por 10 menos en aquella sesiin no pude ir més lejos. A este respecto Jos movimientos y los suefios eran francos ejemplos de lentativas mutiladas de cooperacién, y acerca de esto también le habia llamado Ia atencién, 65. Se les ocurriri, como a menudo se me ha ocu- rrido a mi, que estaba observand fe de presen- taciones dtamaticas minisculas, preparaciones para el baifo-o la alimentacién de_un bebé, 0 cl cambio. de afales, o una seduccién sexual. Mas a menudo, seria gue Ia presentacién era un conglome- rado.de pedazos sacados dé un niimero de tales escenas,_ y'fue esta impresién que me Mev6 finalmente a_su- poner que ‘ataba Sbservandé ht aétvidnd ideoitaRo™ fa, ca decir, un medio de exprerar una idea sin nom- bravia, De aquf hay un corto paso a pensar que esta lase de actividad motora, es la que Freud ha deserip- to como caracteristica de’la supremacia del principio del placer (1). Porque en cuanto que yo estaba abser~ vando fenémenos psicéticos, el paciente no podia estar actuando como respuesta al percepcién de realidad externa; estaba mostrando la clase de descarga motora il describic como bajo la supremacta del prin- placer “ha servido para descargar el apa- rato mental del incremento de estimulos, y para evar a’cabo tal tarea ha enviado inervaciones hacia el interior del cuerpo (expresiones gesticulares de afec- to)”. Esta impresién, fue la que tuve de nuevo cuando cl paciente dijo: “No erco que pueda hacer algo hoy”. Era una observacién que podia referirse a Ia probabi- lidad de producir material para interpretaciones, 0 igualmente a la probabilidad de que yo produjera al- 80 Ww. BION guna interpretacién, “Debiera haber telefoneado a mi madre", podia significar que su fracaso en hacerlo cra el castigo por no ser eapaz de hacer anlisis. También significaba que su madre sabria cémo hacerlo —clla podrfa obtener asociaciones de su material, o inter- pretaciones de mt; algo dependia de lo que s snadre significata para él, pero en este punto yo estaba a oseuras, Ella aparecié en el andlisis como una simple mujer trabajadora que habia tenido que salir a trabajar ppara mantener la familia; este punto de vista era sos tenido con el mismo grado de conviccién con que sellaba sus afirmacfones de que Ia familia ora extre- madamente rica. Se digné coneederme algunos vis- tazos de ella, como una mujer con tal cantidad de compromises sociales que Te restaba escasisimo tiempo para satisfacer las necesidades tanto del paciente, que era su hijo mayor, o de su hija, dos afios mayor que el paciente, o del resto de Ia familia. La describié, si algo tan inarticulado puede ser lamado descripcién, privada de sentido comin o cultura, y sin embargo habituada 2 visitar galerias de arte de fama interna- ional, Me dejé inferir que en Ia crianza de los nifios fue ignorante y afanosa en extremo. Puedo deci que para esa época a la que me estoy refiriendo, conocia poco mis de su madre real que lo que habria conocido tuna persona que sc ha librado de su yo en la forma que he descripto como tipica de la personalidad psicé- tica. Sin embafgo, tenia estas impresiones y otras que ‘mito, y sobre ellas basé mis interpretaciones. La res- puesta del paciente a estas interpretaciones fueron de franco rechazo y absoluta inadmisibilidad a causa de ser equivocadas, 0 acertadas, pero inoportunamente Gichas, por ser'sentidas, como que yo habia estado usando su mente (en verdad setia su capacidad de contacto con Ia realidad) sin su permiso. Se observar VOLVIENDO A PENSAR al que con esto, él expresaba una negacién cclosa de mi insight. 66, Cuando el paciente dijo, después de una pausa, que él sabia que esto seria asi, presumt con seguridad que era yo el que tenia pocas probabilidades de hacer algo en esa sesién y que su mate era alguna persona © cosa que podria habilitarlo para mancjarse més sa- tisfactoriamente, Esta impresién se fortifieé més por ta proxima asociacién, Si las teorfas que describf son correctas, entonces, en cualquier situacién dada, un paciente que esté sufie cientemente enfermo como éste, que se hallaba inter- nado, tiene des problemas para resolver: uno, pertene- ciente a Ia parte no psicética de la personalidad, y otro de Ia parte psiestica. En este caso particular, y en este particular momento, Ia personalidad psicética y sus problemas todavia oscurecian Ia personalidad no psicética y sus problemas, Sin embargo, como espero mostrar, la iltima podia ser discernible en cl material. La personalidad no psicética estaba preocupada con un problema neurético, es decir, un problema que se centraba en la resolucién de un conflicto de ideas y emociones, al cual habia dado lugar las operaciones del yo. Pero la personalidad psicética estaba dedicada al problema de reparar el yo, y la clave de esto residia en el temor de haber perdido su vista. Desde que era cl problema psicético el que se imponfa, me encaré con él tomando primero su xiltima ascciacién, Le dije que esas cosas y olores inmundos era lo que él senitia qué me habia obligado a hacer, y que sentia que me habia compelido a defecar esas cosas y olores in- niindos, facluyendo la vista que él habia pucsto en El-paciente salté convulsivamente y lo vi escudrifiar adosomenta fo que porocin suai deaba. Entonces le_dije que se_sen 82 Ww. R, BION pedazos de cosas malas y mal olientes de sf mismo, inighiyendo”sus ojos que"él sentfa haber expulsado por su-ano. Replicd: “No puedo ver”. Entonces le dije ‘que-seatia gue habia perdido ta vista y su habilidad para hablar a ‘©.a mi, cuando se habia libra- ddde_eras_habilidades, evacuén “evitar ol dolor. : 67. En esta tiltima interpretacién, yo usaba una se- sién de varios meses antes, en la cual, el paciente se ‘quejaba de que el andliss era una tortura, una tortura entonces, como lo habia evi "eon sus saltos convulivos, que sep "anestesiarse libriindose de suis te- pa “EI dijo: “Mi cabeza se esta partiendo; pueden ser mis anteojos oscuros”, Unos cinco meses antes, yo habia estado usando anteojos oscuros; el hecho no habia producido reaccién visible alguna desde ese dia hasta ahora; pero es menos sorpresivo el asunto si con- sideramos que al usar antcojos oscuros, yo fui sentido por él como uno de los objetos a los cuales me habfa referido cuando describs el destino de las particulas expelidas del yo. Ya expliqué que la personalidad psi pance qua indem, aus spear is ete un suceso apto, antes de que se j6n consigo mismo 0 con los otros._Re- otros suceses que podrian haber ‘enido Inmediata para Ia personalidad no pst fon desaprovechados @ causa de que son senti- ntes, solamente como ideografias que no sityen para una necesidad inmediata, En el ejemplo presenic el problema creado por mi uso de los anteojos oscuros, estaba oscurecide para Ia parte no psicética VOLVIENDO A PENSAR 83 de ta personalidad a causa de que Ia parte psicétiea era la dominante, y en esta parte, el suceso era mera- mente significante como una ideografia para la cual no habia una necesidad inmediata. Cuando por fin el hecho irrumpié on cl andlisis, tuvo la apariencia superficialmente, de una especie de reaccién diferida; pero tal punto de vista depende de la suposicién que la asociacién de los anteojos oscuros era una expresién. del conflicto neurético en la parte no psicstica. Y en verdad, no era una expresién diferida de un conflicto de Ia parte no psicética, sino coma mostraré, la movi- izacién de una ideografia necesaria para la parte psicética para reparar de inmediato al yo da‘iado por el exceso de identificacién proyectiva que he descripto. ‘Tales obstrucciones de hechos que pasan originalmente fen silencio, no son importantes por sti aparicin dife- rida, sino porque evidencian Ia actividad de Ja parte priedtica de Ia personalidad. Suponiendo entonces que.los anteojos oscuros son aqui Ia comunicacién verbal de una idcografia, es ne- cesario determinar la interpretacién de Ia ideografia. Temo que deberé comprimir tal vez hasta hacer in- comprensible, las evidencias que posco. Los anteojos contenfan.un recuerdo de Ia mamadera. Habia dos anteojos 0 mamaderas, 0 sea, que se parecfan ‘al pe- cho, Eran oscuros a causa del desagrado y del enojo. Eran de vidrio para vengarse de sus intentos de ver f través de ellos cuando eran pechos. Eran oscuros a causa de que él esperaba a la oscuridad para espiar a sus padres en coito, Eran ascuros a causa ce que habfa tomado la mamadera, no para sacar leche, sino para ver lo que sus padres hicieron, Eran oscuros porque 41 los habia tragado y no solamente la leche que con- tenian. Y eran oscuros a causa de que los buenos obje- tos claros se habian hecho negros y malolientes dentro 84 W. R BION de ellos. Todos estos atributos fueron logrados a través de las operaciones de la parte no psicética de la per- sonalidad. Agregado a estas caracteristicas, estaban aquellas que he deseripto como perteneciéndoles como parte cel yo expulsada por identificacién proyectivas por ejemplo, su odio por si mismo, como parte de st mismo, que él habia rechazado. Usando este ctimulo de experiencias analiticas, y aun concentrado en el problema psicético, es decir, fa necesidad de reparar cl yo para poder encarar las demandas de ta situacién externa, le dij ‘Analista, Su vista ha vuelto a ponerse dentro suyo, pero le parte la cabeza; usted In siente como una vista muy mala a causa de lo que usted le ha hecho a ella antes. Paciente (moviéndose con dolor, como si protegiera su canal posterior). Nada. Analista, Pareceria ser su canal posterior. Paciente. Censuras morales. Le dije que su vista, Ios anteojos oscuros, fueron sen~ tidos como una coneiencia que le castigaba, en parte, porque habia tratado de librarse de ellos para evitar dolor, y en parte, porque él los habia usado para cs- piarme, asi como habia espiado a sus padres. No siento ‘que haya hecho justicia a lo compacto de la asociacién, Se observari que no he podido ofrecer una suges- tin, en cuanto a que podia estar estimulando estas reaceiones en el paciente. Esto no es extrafio porque estoy tratando con un problema psieético que al con- trario del no psieético, esti relacionado precisamente con la destruccién de todo el aparato mental que trac conciencia de los estimulos de realidad, y por consi- guiente, no puede discernirse Ia naturaleza y ni aun la existencia de tales estimulos. Sin embargo, Ia siguiente observacién del paciente dio la clave. VOLVIENDO A PENSAR 85 Paciente, El fin de semana; no sé si aguantaré Esto es un ejemplo de la forma en la cual el pa- ciente sentfa que habia reparado su capacidad de con- | ‘acto y podia por Jo tanto decirme que era To que sucedia a su alrededor. Este era un fenémeno ya para él y no se lo intorpreté. En cambio le Analista, Usted’ siente que debe poder seguir sin mi. Pero para conseguirlo, siente que necesita poder: ver qué sucede a su alrededor, aun para poder comu- nicarse conmigo; para poder contactar conmigo 2 In distancia, tal como hace con su madre, cuando usted le telefonca; asi que traté de reobtener su habilidad para mirar y hablar de mi. Paciente. Brillante interpretacién, (Con brusca con- vulsign,) Dios mio! Analista. Siente que puede ver y comprender ahora, | pero lo que ve es tan brillante, que le causa un in- tenso dolor. Paciente (apretando sus pufios y mostrando mucha tensin y ansiedad). Lo odio. Analista, Cuando usted ve, aquello que usted mira, —la pausa del fin de semana y las cosas que espia en la _aecuridad— To Menan de odio y de admiracién ha- Creo que en este punto la restauracién del yo im- plicé que el paciente se habfa enfrentado con su pro- blema_no psicético, Ia resolucién de sus conflictos nieurdticos. Pienso asi por Ias reacciones de Ias siguien- tes semanas en que mostré su incapacidad de tolerar los conflictos neuréticos estimulados por la realidad y sus tentativas de resolverlos por identificacién proyec- tiva, A esto seguia tentativas de usarme como su yo, ansiedades acerea de su insania, posteriores tentativas 86 W. &, BION para reparar su yo y volver a In realidad y la neurosis; y asi el ciclo se repetia 68. He descripto esta parte de una sesién en dalle, porque puede ser usada para ilustrar varios puntos sin sobrecargar al lector con un niimero de ejemplos dlife- rentes de asociaciones © interpretaciones. Lamento tener que excluir material muy Ilamativa y dramatico, porque inchirlo implicarfa agregar una abrumadora cantidad de deseripcién del diario andlisis eon su carga de claras incomprensiones, errores y demas, lo que producitia un cuadro completamente confuso, Al mis- mo tiempo, no quicro dejar dudas de que el approach que desctibo, es el que scgiin mi opinién, produce sorprendentes resultados. El cambio que tuvo lugar en este paciente durante las semanas en las que pude demostrar cl interjuego que acabo de describir, fue tal que cteo cualquier analista 1o aceptaria de veras como tuna mejoria psicoanalities. La conducta del paciente se ablandd; su expresién se hizo mucho menos tensa, En los comienzos y finales de sesiones podia mirarme a los ojos y no me evadia, ni como era frecuente antes, fijaba Ta mirada lejos como si yo fuera la superficie de un espejo delante de la cual él ensayaba algin drama interior, peculiaridad que me ayudé a menudo, a darme cuenta de que yo no era una persona real Para Ql Infortunadamente estos fenémenos no son aciles de describir, y no intento hacerlo, porque quiero lamar Tacatencién sobre una mejoria que he encon. ado, y afin encuentro en otros pacientes, sorpren- dente y desconcertante, Como toca el tema principal de este trabajo, volveré sobre él retomando Ta discusién {eSrica que he interrumpido para introducir mi «jem- plo elinico, 69. Si el pensamiento verbal es lo que sintetica y articula Jas impresiones y es asi esencial para la con= VOLVIENDO A PENSAR a7 ciencia de Ia realidad imerna y externa, es de esperar Que estara sujeto una y otra vez, a lo largo del and- lisis, a destructivas escisiones c identifieaciones pro- sivas. He descripto el comienzo del pensamiento Yerbal com perteneciendo a la. posckin depresivs, pero la depresién propia de esta fase, es en si misma, algo por lo cual Ia personalidad psicética protesta, y cen conecuencia, el desarrollo del pensamiento verbal cae bajo ese ataque, siendo sus elementos expulsados de Ia personalidad a medida que se desarrollan por la identificacién proyectiva cada vez que ocurre la depre- sign, En su trabajo del Congreso Internacional de 1955, Hanna Segal (11) describié 1a manera por la cual la psiquis maneja la depresion; los remitiria a aquella descripeién complementindola con esa parte de la posicién depresiva que he incluido aqui, on Ia discusién sobre el desarrollo del pensamiento verbal Pero dije que aun en la fase més temprana, Ia posicién esquizoparanoide, los procesos del pensamiento gue ya cstarian en desarrollo son también destruidos. Bn este estadio no hay problema de pensamiento verbal sino solamente progreso de un pensamiento primitive de tipo preverbal. Una identificacién proyectiva excesiva en este estadio tan temprano_impide una introyecci adecuada y Ia asimilacién de las impresiones senso- riales, y por lo tanto niega a la personalidad una base firme sobre Ia cual la iniciacién del pensamiento pre- verbal pueda proseguir. Ademés, no solamente el pensamiento es atacado por ser en si mismo un ele- ‘mento vincular, sino que los factores que llevan a la coherencia de los pensamientos en si, son igualmente atacados en tal forma, que al final los clementos del pensamiento, las unidades dirfa, de las cuales se cons- truye el pensamiento, ya no pueden ser articuladas. El desarrollo del pensamiento verbal, por consiguiente. 38 Ww. R, BION esti comprometido tanto por los ataques continuos que he descripto como tipicos en Ia posicién depresiva, como por el’hecho de la larga historia de ataques so” bre cualquier clase de pensamiento, de cualquier clase que preceda, Bl esfuerzo de pensai que es una parte del eje_cen- twal'de todo el proceso de reparacién del yo, incluye 1 YB de modos preverbales primitivos que han sufri- do la mutilacién y Ia identifiencién proyectiva. Lo que significa que las particulas del yo expulsadas, y sus acdmulos, tienel que volver a estar bajo control y por lo tanto deniro de In personalidad. La identificacién proyectiva es entonces revertida y los objetos vuel- vven por-el mismo camino por el que fueron expelidos. Esto fue expresado por un paciente que decia que ‘un intestino y no un cerebro para pen- sai_yreforz6 la agudeza de su descripcién corrigién- dome en una ocasién posterior, cuando le hablé de haber tomado algo tragindolo; el intestino no traga, jo. Para volver, estos objetos deben ser compri- midos. Debido a la hostilidad con que fue rechazada la funcién de articulacién, ahora un objeto, los objetos solamente pueden ser unidos inapropiadamente aglo- merados. Sugeri en mi ejemplo clinico, que los anteo- jos oseuros eran un ejemplo de esta clase de aglome- racién de objetos bizarros que eran el producto de la identificacién proyectiva del yo. Ademas, debido a la incapacidad del paciente para distinguir entre tales bjetos y Tos objetos reales, es que debe esperar por suess6s apropiados que To provean con ideograffas que sus impulsos de comunicar requieren. Este caso fue lo reciptoco de esto, es decir, un ejemplo de almacenaje Ge un suceso no a cuenta de su significacién neurética, sino por su valor como ideografia. Esto significa que cste particular uso de los anteojos oscuros es franca- VOLVIENDO A PENSAR 89 mente avanzado. El almacenaje de tal suceso para ser usado_como ideogriffa, se aproxitna a la descripeién de Freiid de la busqueda de datos de manera tal, que ya"San familiares si sunge wna urgente necesidad in- ‘omo una furicién de_atencién, como uno de species del yo. Y tambign nos muestra, si bien rudimentariamente éi este ejemplo, una_ingeniosa aglomeracién que sirve para transmitir significadcs. Latinejovin-sorpresiva y desconcertante dle que hablé, tendiria que ver con esto de la aglomeracién ingenios Porque encontré, no solamente que los pacientes re- curren més y més al pensamiento verbal ordinario. ‘mostrando asi un aumento de Ia eapacidad del mismio y una consideracién mayor por cl analistn como ser humano, sino que se hacen cada vez mis habiles en el mancjo-de este lenguaje mis bien aglomerado que articulado, Lo importante del lenguaje civilizado es ‘que simplifica grandemente las tareas del pensador 0 del que habla, Con tal instrumento los problemas pueden ser resueltos, 2 causa de que por lo menos pueden ser establecidos, sin el mismo ciertos interro- antes, cualquiera que sea su importancia, no podian siquiera ser propuestos. Lo extraordinario es el tour de force por el eual primitives modos de pensamiento son usados por el paciente para estableecr temas de gran complejidad. “Y esto mejora aun con nuevos ¥ bia recibidos progresos. Y digo bien recibidos, por- que atin no estoy satisfecho de que sea correcto ignorar cl contenido de una asociacién porque trabajar con ella tendria al analista hablando infinitamente mas tiempo que al paciente. Cuil es por ejemplo la inter- pretacién correcta del contenido de “censuras mora les"? -¥ habiéndolo decidido, zcudil es el procedimiento correcto? gHasta donde debe seguir uno la aclaracién? 90 We. BION Las particulas que deben ser empleadas participan de las cuatidades de las cosas. El paciente parece sen- tir esto como un obsticulo adicional en sus reentradat. Como esos objetos expelides por identificacién pro- yectiva se vuelven infinitamente peores después de Ia expulsién que Io que cran cuando fueron originaria- mente expelidos, el paciente se siente forzado, asaltado, y torturado por este reingreso, aun deseado por él. Esto se ve en el ejemplo que di por el movimiento convulsivo del paciente y por su sorprendente reaceién a Ia “brillante” interpretacién, Pero esto éltimo, tam= bign_mucstra que los sentidos, como parte del yo ex ido, también son doTorosamente comprimidos al reingresar, Esta’es menudo Ia explicacién de las €x- tremadamente dolorosas alucinaciones tictiles, auditi- vasry-Vishales “preses de las cuales parece estar labo- La cepresién y la atisieded, estando sujetas a és mismos mecanismos, son igualmente intensificadas hasta que el paciente se ve obligado a encararlas con la identificacién proyeetiva, como hha descripto Segal. CONCLUSION 70, La experiencia de estas teorias en la prictica me ha convencido que ellas tienen real valor y con ducen a mejorias que todo psicoanalista debe sentir como merecedoras de prueba y esctutinio, Recipro- camente, no creo que pueda lograrse un progreso real con psicéticos hasta que no se dé todo el valor a In divergencia entre la personalidad psicdtica y no psicé- tica, y en particular al rol de la identificacién pro- yeetiva en Ia parte psicética de Ta personalidad como reemplazante de la regresién en la parte neurética de Ja personalidad. El ataque destructive del paciente a VOLVIENDO A: PENSAR 91 su yo y la substitucién de la identificacién proyectiva por la represién e introyeccién deben ser claboradas. Considero que esto es también verdad en.el neurético seyero, en quien erco hay_una personalidad psicética cilia por Ia. neurosis tanto como Ia pi | esté oculta por la psicosis en el psi BIBLIOGRAFIA 1) Bion, W. R. 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