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ANÁLISIS DE LA PROPUESTA
ASAMBLEA DE IZQUIERDA”
ANÁLISIS DE LA PROPUESTA
“UNIDAD DE LA IZQUIERDA CONSECUENTE
ASAMBLEA DE IZQUIERDA”
“Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes”
Albert Einstein
Antes que todo, decir que nos parece positivo que en tiempos de tanta
fragmentación de la izquierda (de la más consciente) surjan instancias unitarias
como ésta que comentamos. Tal apreciación general de la iniciativa no obsta para
que podamos indicar nuestros puntos de vista respecto de lo que específicamente
se ha planteado en su propuesta. Lo haremos en un ánimo fraternalmente crítico,
en los casos en que interese para el avance y potenciación de la organización y la
lucha de los explotados de nuestro país.
1.- SU ESTRATEGIA:
¿QUIENÉS SON?
Los autores del documento abren los fuegos señalando que éste tiene la finalidad
de “concordar los elementos básicos del proceso de unidad de diferentes
organizaciones”. Extraño comienzo, pues a todas luces éstas orgánicas lograrán la
anhelada unidad merced a un proceso unitario, en la práctica político-ideológica
concreta, y no anteponiéndose para ello una especie de “tablas de la ley”, que
pueda ser que terminen rompiendo, emulando al viejo Moisés, si no es que se
reducen sus integrantes a los mandamientos del caso (qué decir del chúcaro
“conjunto de las organizaciones sociales y políticas”). En cristalino castizo: la
Unidad no se decreta, se construye.
Se agradece a los que están detrás de ésta propuesta, el que dentro de los
objetivos estratégicos de su proyecto no se planteen la lucha contra un inexistente
„neoliberalismo‟, entelequia ésta de tanta estima entre los que en sus análisis
escamotean la verdadera sustancia del desarrollo imperialista actual, en una actitud
irreflexiva y peligrosa en su contenido y alcances.
¿DÓNDE ACTUAN?
Resulta que los autores de la propuesta se encuentran en medio de una especie de
infierno del Dante, donde sólo falta esperar que el sistema capitalista mundial
(SCM) caiga por el peso de una “crisis de tal envergadura que nadie puede predecir
su intensidad y duración”.
Para el primer caso, les invitamos a observar los datos que reflejan la crítica
realidad de los más pobres del mundo y de cada formación, en palabras del PNUD,
en:
http://hdr.undp.org/es/estadisticas/
Para el segundo caso, les invitamos a ver las generosas y nada de „críticas‟
ganancias de las 500 mayores corporaciones transnacionales, en:
http://money.cnn.com/magazines/fortune/global500/2010/full_list/
Para los que utilizamos el método marxista de análisis, sabemos que existe una
relación dialéctica entre las partes de esa contradicción. Por el carácter ampliado
del MPC en el conjunto del SCM, y debido a su brillante desempeño en su
adscripción total y temprana a la etapa actual de transición imperialista, a la que
las clases dominantes lo han volcado, Chile no escapa a esa contradicción y, así,
tenemos que en nuestra tierra 500 mil personas tienen el mismo ingreso que 10
millones de ciudadanos. Pero, ¡Oh cosa curiosa!, ello no significa que la revolución
esté a la orden del día ni se vea una convulsión y una crisis insoportable por
doquier.
Esta es la verdadera CRISIS a la que los revolucionarios nos debemos enfrentar hoy
en Chile: tratar de lidiar con el enemigo que se nos ha adentrado en nuestras
líneas, en las mentes de los potenciales integrantes del mítico movimiento popular.
Es una ingente tarea ésta la de llevar el enfrentamiento al nivel ideológico,
obligándonos ello, como nunca antes en nuestra historia política, a ser cada día
más y mejores ideólogos del cambio social más profundo. Debemos esforzarnos en
tratar de recuperar el sentido crítico de los explotados, de dar mayor consistencia
en estos a las orientaciones y al sentido de clase, politizando toda lucha por
demandas inmediatas y apoyándonos en aquellos sectores más conscientes del
campo popular, para luego irradiar la lucha y la organización al resto del pueblo.
Esta crisis ideológica actual de nuestro pueblo, que también lo es política y social,
pero que debe ser atendida ella la primera, debe ser aún mejor contrastada con los
profundos cambios que implica la actual etapa capitalista de transición hacia una
segunda fase imperialista, la etapa de predominio del capital monopólico
transnacional, al que se adscribe, dependientemente, el capital monopólico interno.
Por todo lo anteriormente expuesto, sería muy apreciable que los autores de la
propuesta aclarasen cual es el ámbito y el sentido que dan a la “crisis” que ellos
dicen constatar en la actualidad, con el objeto de poder conocer adónde apuntará la
centralidad de sus esfuerzos, qué prácticas políticas priorizarán, qué formas
organizativas prevén para la consecución de sus objetivos, etc. Lo que nosotros
observamos en su propuesta, es una definición del momento político muy
inconsistente, basando su decurso en la resolución de una vaga crisis del
capitalismo, que se pueden esperar muy bien sentados que nunca ocurra.
2.- SU CENTRALIDAD TÁCTICO-ESTRATÉGICA
Si bien no se debe esperar a la toma del Palacio de Invierno para levantar una
propuesta de la izquierda consecuente, tampoco ello se debe desechar.
Se concibe allí al Poder Popular como una especie de momentos unitarios aislados,
dispersos en diversos niveles, pero dentro de los cuales, en un proceso que no
disimula un pedestre mecanicismo, esas instancias se pueden coaligar y dar origen
al siguiente escalón, apareciendo de pronto un “poder popular a escala nacional”.
Cuento muy diferente es participar de todas las elecciones que se dan al interior de
las organizaciones naturales, en los diversos sectores sociales y frentes, buscando
elevar el nivel de la discusión y politizando todas las demandas.