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Seal Ct) a] = oe N — . [aad = ee 2 hi TRAGEDIA- 4 | Oy a » \ alt. 5 ad Ly MEMO X. EDIPO REY Mi maestro, Cedric Whitman, una vez comenté que la lec- tura de Edipo rey lo hacia sentir como si un conductor, muy experimentado pero totalmente temerario, lo llevara por un escarpado camino italiano de montafia: en cada momento parece que el auto se saldré de la via; igualmente, en cada momento parece como si esta obra se precipitara hacia el abismo. Se referia a los riesgos dramaticos y narratolégicos que asume la tragedia; se referia a la posibilidad de que el publico podria dejar de creer en la trama, cuya historia de- pende de tan improbables coincidencias y cuya accién exige que el espectador se mantenga absolutamente concentrado en todo momento. El coqueteo de esta obra con lo increible tiene un efecto, no obstante, facil de apreciar. De alguna manera, aunque sea muy dificil, necesitamos su acumul perar el peso lado de expectativas acerca de esta tragedia de trage- dias. La tradicién critica presiona al publico a esperar un Mensaje profundo —aunque inmediato— sobre los dioses 0 el destino, 0 una valiosa moraleja sobre la vida humana. No conocemos la fecha de la produccién de Edipo rey; Por cuestiones de estilo, pareceria ser posterior a Anttgona, Y ¢s casi seguro que anteceda a Electra. Los otros criterios posibles para la datacién son la semejanza general que hay cntre la confianza intelectual de Edipo en la obra y la ae mésfera caracteristica de la Atenas de Pericles, por un lado, y el asunto de la epidemia con la que inicia la obra, por el otro: Atenas sufrié una terrible epidemia en 430 a.C. con 233 Escaneado con CamScanner 234 EDIPO REY recurrencias en 429 a.C. y en el invierno de 427-426 £ (el andlisis de una tumba colectiva, excavada en 1994-199 ; sugiere que pudo tratarse de tifoidea, pero la Cuestién 2 todavia asunto de debate cientifico). La epidemia de fi obra, que ataca a los cultivos, al ganado y Propicia abortos entre fas mujeres encintas (25-27), se relaciona con una afliccién generada por contaminacién ritual y no se parece en nada a la epidemia que describe Tucidides, Pero otros detalles, como el énfasis en la hostilidad de Ares, dios de la guerra (que regularmente es un protector de Tebas), si pare- cen evocar las condiciones de guerra combinada con epide- mia que afectaron a Atenas. La mayoria de los estudiosos si creen que la epidemia de la obra remite a la epidemia de Atenas aunque no hay certidumbre.' Los criticos siguen debatiendo sobre si la obra hace cul- pable a Edipo y justos a los dioses. Es posible que ésta no sea Ja interrogante correcta, al menos quizé no |a interrogante con la que habria que comenzar. Después de todo, la obra se sucede como la “averiguacién previa”, la “investigacién cri- minal” que emprende Edipo, y el efecto de la tragedia en verdad se concentra sobre ese recorrido de suspenso. La obra funciona simultaneamente en dos niveles. El piiblico anti- guo —igual que el ptiblico moderno— sabfa que Edipo - bia matado a su padre y desposado a su madre, pero no sa! : ; 4 habria ocurrido. Mientras vemos tes, seguimos su ion privilegiada cémo, para esta version, Edipo buscando respuestas a sus interrogan! experiencia y, a la vez, desde nuestra situacion, on establecemos Ia historia p' : ‘cado a través de las Fes del publico, pues dl oe 4 Sophocles’: R. Mir 56-66. de conocimiento mayor, te. La tragedia comunica su signifi puestas emocionales € intelectuales 'B. Knox, “The Date of ‘Oedipus Tyrannus’ 0 chell-Boisak, Plague and the Athenian Imagination, pp. Escaneado con CamScanner EDIPO REY 235 nocimiento previo de la historia lleva a enfrentar, una y ae vez, las mismas dificultades que Edipo encuentra para des- cubritl: de ahi las célebres ironfas dramaticas de la obra. ‘ El proceso paralelo de las averiguaciones de *dipo y la comprensi6n gradual del ptiblico de cémo se cumplié e oriculo, tiene un efecto muy especial. La mayoria de las personas ha tenido la experiencia de alguna vez haber mal- entendido lo que estaba ocurriendo a su alrededor; las mas de las veces esto se debe al engafio de otros, ya sea un enga- fo benigno (una fiesta sorpresa, por ejemplo) o uno cruel (cl amorio del cényuge, por ejemplo); los seres humanos tienden, de manera universal, a convertir su vida en una historia, y Edipo rey se trata de alguien que descubre que la historia de su vida es algo completamente diferente de lo cado de toda una vida, pero Edipo rey es la més lagubre y quiza la més poderosa de todas porque Edipo ha sido defi- nido como alguien que es perfectamente compet comprender y manejar sus circunstancias y lue; cntera resulta que esta organizada y estructurad; vertirlo en el ser humano més contaminado Imaginarse, tente para gO su vida ‘@ para con- que pudiera Por més que todos > fa trama especi obra era algo complet, specifica de la d ; Porque hace Coincidir el Petsonaje, la revela- Escaneado con CamScanner a EDIPO REY cidn final serd estéticamente satisfactoria sa de presenciar. ee En el prologo de la tragedia la pregunta es qué causé sl epidemia y cémo acabar con ella. Esta — hall i respuesta casi inmediatamente cuando Creonte re ms df ordculo de Delfos: la contaminacién del asesino te de ‘ asesinos) de Layo ha causado la epidemia; la climisadl del asesino (de los asesinos) purificard la ciudad. Asi, le: j 0 Edipo se compromete a hacer todo lo que lograr esto (145-146) y entonces se quién maté a Layo? nal del prélog esté a su alcance para introduce la obvia segunda pregunta: {y No obstante, de inmediato la pregunta se encuadra en un esquema poco util: Creonte explicitamente dice que el ini- co sobreviviente del asesinato de. Layo declaré que fueron atacados por un grupo de bandoleros (122-123). Edipo de inmediato asume que los asesinos debieron ser contratados y que se trata de un crimen politico (124-125), porque os ban- doleros jamas se atreverian a atacar a un Tey que va en una embajada sagrada. EI prdlogo hace mucho énfasis en un aspecto © toria anterior: que Edipo llegé a Tebas y salvé a la ciudad de la Esfinge. El sacerdote que se dirige a él en representa” de todo el pueblo le pide que repita esa hazafia exitosa. i to el sacerdote como Edipo hablan dentro de las aaa la piedad griega, de modo i ‘el primer? tn hombres” (33) pero debié salvar i ja de dios (38). Esto es algo caracteristico del pensa gioso griego Y nos es muy daro de la primera to de la his- poeta Pini excepcional humano tuvo que tene “ror condicién no lo hace en lo absoluto ge P on Ja grandeza humana © alabanza; de hecho, Escaneado con CamScanner EDIPO REY = mente en la capacidad para tener las cualidades que puedan atraer la ayuda de los dioses: Edipo, pues, debe ser una per- sona amada por los dioses. Por otro lado, Edipo es inmen- samente comprensivo en esta escena: inicialmente sale del palacio porque no considera correcto oft los problemas de su pueblo a través de mensajeros (6-8). Para un ofdo mo- derno, su andlisis de como él sufre mas que todos, porque mientras que cada quien sufre de manera individual, él su- fre, ademas, por toda la ciudad, parecerg acaso Pretencioso 0 interesado (60-64) Pero esto es apropiado una tragedia —y es muy tipico de Edipo, Sus sentimientos de manera aritmética—; Para un rey en ademas, describir él ha llorado por ado por actuar y Por ello ya envié a Creonte al ordculo de Delfos, el coro, cantando sobre el | horror que se acabe, Edipo profiere una y Ed 0 que Creonte cs el que "aN a Titesi 8, cuando e] adivi dipo infiere, Escaneado con CamScanner 238 EDIPO REY por el pirodo) y la si lida de Edipo (h casa). Hasta el coro duda de lo que ac. s6lo la entrada de Yocasta (esposa de Creonte) impide que Edipo ordene | de Creonte. acia el interior de & ‘aba de decir Titesiase Edipo y hermang a ejecucidn inmedia La escena de Tiresias es, en el camino de curva muy cerrada en la que sdlo la ira de E ble que no conecte lo que dice Tiresias con ha matado. El enojo de Edipo puede su puesta compleja porque el espectador sabe ¢ cado y que esta siendo injusto pero, prender su frustracién: para él es Tiresias no se muestre dispuesto a salvar a la ciudad (322. 323). Su acusacién de que Tiresias no oftecié ninguna ay da con la Esfinge (390-396) resulta reveladora para el pi- blico, porque subraya la visible arbitrariedad de los dioves j La escena en la que Yocasta intenta calmar a Edipo es otro pasaje complicado (707-725). Ella quicre probar que los seres humanos no tienen ninguna capacidad protetica % esta obra, y, dipo hace ¢ el hombre q scitar una incomprensible que por lo tanto, que Tiresias no esta necesariamente minticnds Porque Creonte lo haya sobornado, sino que sencillar care se equivoca en su profecia. Asi que le cuenta la historia de cémo un oréculo les vaticiné a ella y a Layo que 8 hie 0 eft UA a Layo; pero esta claro que Layo fue mucrt bn encrucijada de ures caminos por “unos bandoleros ot 4 ros” y su hijo, por otro lado, habia sido abandons * odd montaiha (715-719). Aqui, Edipo se concentes ante 606 detalle de los ues caminos, que no presta atencion oe de la historia, Su reconocimiento de este oe ppl ‘ que la pregunta de quién es el asesino de tae oe do su respuesta, excepto por la cucstion de lad entre un bandolero y varios bandoleros. Escaneado con CamScanner EDIPO REY 239 Este reconocimiento introduce la narrativa que Edipo hace de su vida. La formalidad de esta narrativa no implica que nunca haya contado a Yocasta o a los tebanos quignes son sus padres, sino que pretende narrar la historia bien, desde el principio. Esta es quiza la vuelta més dificil: por una parte Edipo cuenta cémo alguien lo insulté diciéndo- le que no era realmente el hi que fuera adoptado consulté el ordculo d. jo de sus padres; éstos negaron pero el rumor era tan Persistente que le Delfos y el oraculo, relata Edipo: me despidid sin atenderme en a Sino que se manifests anuncidn terribles y desgraciadas calamid, Yo tendria que unirme a mi m, quello por lo que llegué, dome, infortunado de mi, lades: que estaba fijado que adre y que traeria al mundo eeu €M cuanto a sy Pregunta original por- ea bai Pregunta €stlipida y no amerita Tespuesta. Es de. inge: i Wee 'Benuo en su idea de los @ importante. Apol Para SU pregunta ae m oda a historia an de Ia obra el Piiblico ya entiende Toy “epto cémo e| Edipo bebé C los Presentes. Edipo, Yocasta y el slsg6 a Corinto, Escaneado con CamScanner 240 EDIPO REY dan cuenta de que sdlo la discrepancia aritmética los sepa de la conclusién de que Edipo asesiné a Layo. Yocasta a te su argumento de que las profecias no tienen ningtin valor (848-858) a pesar de que esto ya no importa porque la evi- dencia ahora sefiala a Edipo como asesino de Layo indepen- dientemente de las acusaciones de Tiresias. Esto altera al coro, que canta una oracién sobre la pureza y pide que los ordculos se cumplan (863-910), Su suposicién, no obstan- te, de que no creer en los ordculos significa no creer en los dioses resulta errénea cuando entra Yocasta con oftendas para Apolo. Llega el mensajero de Corinto para anunciar la muerte de Pélibo y la eleccién de Edipo como rey del lugar. Para Edipo esto representa una posible solucién: si ha matadoa Layo y debe dejar Tebas, puede sencillamente regresar a Co- rinto. Sin embargo, aunque es escéptico de los ordculos, atin estarfa nervioso por el asunto de su madre, de modo que trata de disipar su preocupacié: ; en realidad hijo de Pélibo y Mérope: él ue ha- que el mensajero, n, le explica que él no es mismo fue quien les entregé en sus manos al bebé q' i ibi ( jen se bfa recibido de un esclavo de Layo (un esclavo a ie astar a Cite- habfa encontrado cuando Ilevaba el ganado a pastar a te es, r6n). Asi, Edipo plantea otra pregunta mas: gy quien i ibli 6 construccin sus padres? Aqui el ptiblico ya completé su re esclavo que de la historia. Cuando el coro aclara que el escla i Layo jnato oe pastor es el mismo que sobrevivio el (1051-1052), el ptiblico también sabe que seré respondida tan pronto como hable el ind casta, que ahora desesperadamente trata de i das las indagaciones, también lo sabe. Ahora que Edipo aborda esta pregum'@ P Jado: nadie sia ara sus era ha ciones, la anterior se deja a un Escaneado con CamScanner EDIPO REY 241 do de la plaga a partir de que comenzé la investigacién para encontrar al asesino, y, una vez que Edipo emprende la in- dagacién sobre sus padres, nunca acaba por confirmar que era, de hecho, el asesino de Layo. No es necesario puesto que el oréculo une su origen con el asesinato. La historia previa parece sélidamente determinada porque los oraculos hacen que el resultado parezca inevitable; pero depende de coincidencias y de mentiras. con las expectativas que cre determinado que estos ever Las coincidencias se relacionan an los ordculos: si los dioses han ntos ocurriran, entonces las coin- para que lleguen a ocurrir ten- las coincidencias tienen mayor len de la naturaleza de los perso- ayo y comparte el orgullo y mal de modo que cuando se encuen- cidencias que se requieren drin lugar. Por otro lado, importancia porque depend najes: Edipo es el hijo de L: temperamento de Layo, a su compafifa: Por otra parte, tam- bién Son necesarias para la trama: si Pélibo y Mérope hubie- ran dicho la verdad sobre el origen de Edi i viente del asesinato de Layo hubiera idl Escaneado con CamScanner 242 EDIPO REY de mensajero describe como Yoeasta se encerrd en su sentos y rompié en lamentaciones; los esc distracn por la entrada de mientras busca a Yocasta, ‘OS entonces se Edipo, que exige Cuando los ese Al consigue irrumpir en la habi colgada y se ar una espada ‘Vos se la niegan, acién, encuentra a Yoc. sta unnca los ojos usando los broches de hubiera encontrado una espad: Yoeasta. Si i presumiblemente habria ta y luego se habria suicid Hegado justo en el momento en que legs, Yocurs ho se habria colgado o se lo habrian impedido, El men ajero cree ane un dios ditigié a Edipo a la habitacion de Yours (1258). Es imposible saber aqui si intervino un dios, De la pregunta del coro a Edipo de cémo pudo sacarse los ojos y qué dios lo Mev hasta ello, se infere que sélo pudo haber hecho esto bajo el impulso de un diow Edipo contesta que fue Apolo, pero también da una razén para sus actos: no habia nada agradable que él pudiera ya ver (1329- 1335). Mas tarde, cuando el coro le Pregunta por qué no se suicidé, Edipo da un discurso para justificar sus actos (1367-1390), como si lo hubiera deliberado. Entonces pide que lo maten o lo echen de la ciudad (1436-1437, 1440- 1441): evidentemente destino apropi matado a Yo ado; sino hubiera atin cree que puede interpretar su iadamente. Edipo es no sélo un racionalista sino también un racionalizador que no puede aceptar, por una parte, que es incapaz de hallarle sentido a su circuns tancia ni, por la otra, que sus propias acciones no fuero sta adecuad una respu a, k a . ia Senci erfa una que ha Sila obra tuviera una moraleja sencilla, seria w odo . ; 2s, empe7a interesado a muy pocos de sus admiradores, i nent por Aristétel Es una regia 8 : clas se cum el puiblico. los ordculos son validos. sculos y las profe ral de las tragedias que los ordculos y las profe plen F 4 ios para » de modo que sirven como anuncios f Escaneado con CamScanner EDIPO REY 243 En tanto que la verdad de los orsculos es una on de la tragedia, el hecho de que se cumplan no ns i - sobre qué creian los poctas 0 sobre qué inrene ban ma car. En esta obra, sin embargo, la creencia en los ou los es un tema explicitamente en discusién y en el siglo v la cues tion de si los mortales podian o no recibir alguna comuni- cacién de los dioses era una controversia real. Herodoto in- siste en que él no intenta desacreditar los ordculos ni aceptar los argumentos de quienes lo hacen porque él conoce lo cita— un oréculo del legendario profeta Baci historiadores modernos, por supuesto, del hecho histérico) que predijo la batalla de Salamina (8.77). Herodoto mismo, sin embargo, reporta historias en las que cl ordculo de Delfos habia sido sobornado y relat con cierto gusto, cémo el rey Creso de Lidia puso experi- mentalmente a prucba diversos oraculos y encontré que la tmavoria eran iniitiles (46.3-46.49). El historiador Tueidi, des, por el contrario, no da ningtin cré los sofistas criticaban los oriculos tambi Herodoto a aquellos que “de temitir al titulo de un libro la veracidad de algunos order ho fueran muy —y (segtin los compuesto después ito a los oriculos y én (la referencia de sacreditan” los oriculos parece de Protagoras). Para Herodoto ulos era importante, incluso si utiles en la prictica (puesto que no habia manera de saber cuales oriculos serian veraces), Como Herodoto, el coro esta dispuesto a dudar de un Profeta individual, Al inicio no creen en Tiresias * conmociona lo que dice—, ferales de Probabilidad a lo Motivacion Para que Po como hombre sabi —aunque » Porque aplican criterios Bee que Tiresias dice: no habria Edipo mataraa Layo y conocen a Edi- i y benefactor piiblico (483-511), Yo. cast ; * sn embargo, argumenta que los humanos no tienen Ring areas guna Participacién en lo absoluto en las artes proféri- Escaneado con CamScanner 244 EDIPO REY cas (708-709) y esto molesta mucho a los ancianos, Altera- dos tanto por su historia del ordculo no cumplido como por la posibilidad de que Tebas esté en peligro de una cons. piracién politica —y de que la vida humana esté gobernada por el azar—, en el segundo estasimo (863-910) Tuegan por la pureza de las leyes eternas, divinas (similares a las invoca- das en Antigona). No queda claro en lo absoluto a qué se refieren exactamente, porque la escena anterior no habia exigido la invocacién de tales leyes. Los griegos no hubieran pensado normalmente que la falta de creencia en los ordcu- los o el asesinato polftico violaran estas normas absoluta- mente sagradas (aunque el incesto y el parricidio si lo ha- rfan y, entonces, el canto esta repleto de dobles significados). El canto luego hace advertencia sobre la hybris: la hybris, dicen, revela al “tirano”, Hasta aqui “tirano” habfa sido el término para referirse sencillamente al que gobierna, pero aqui parece ya tener las asociaciones del lenguaje cotidiano y no las del lenguaje trégico. La Aybris asciende muy alto pero luego se precipita. Sin embargo, el coro pide “que la divini- dad nunca haga cesar la emulacién que es favorable para la ciudad” y el canto procede con una discusién del tipo de hombre que no reconoce limites y no teme a la justicia. ne dentemente, hasta este momento, lo que mds temen S a turbulencia politica; se cuestionan: “Si las acciones cs on tipo son dignas de honores, ;por qué debo yo a los coros?”, y aqui tenemos uno de esos raros mome en que un coro parece estar al mismo tiempo ae obra y en Ia Atenas del siglo v. En la segunda en au san a los oraculos y piden a Zeus que s¢ encargue ae dio- ordculos se cumplan porque se esta disipando lafe onal f ses: ellos mismos ya no visitardn el recinto de un oF , S. menos que estos ordculos resulten verdadero: Escaneado con CamScanner o de la regre- 1c los EDIPO REY 245 Asi, los ancianos vinculan la pérdida de la fe en los ordculos con la pérdida de la fe en los dioses, y también creen que el tipo de hombre que pudo matar a Layo, o que hubiera so- bornado a un profeta, haria cualquier cosa, incluso violar las leyes mas sagradas. Se plantean —y temen— un Tesque- brajamiento del orden social y este orden slo puede preser- varse si se establece la verdad de los ordculos, si el asesino de Layo es descubierto y echado de la ciudad y si la estabilidad politica queda asegurada. Irénicamente, el descubrimiento de la verdad por parte de Edipo cumple todas sus deman- das. J. P. Vernant, en un célebre articulo, relaciona a Edipo con el ritual griego del pharmakés? Un pharmakés era un chivo expiatorio, un criminal que era agasajado y luego arrastrado lejos de la ciudad, cargando consigo todos los males. Edipo no es, sin embargo, alguien elegido como chivo expiatorio porque la ciudad puede prescindir de dl; Edipo es, por un lado, la fuente real de la contaminacién y por el otro, el legitimo rey de Tebas, Aunque el canto coral la creencia religiosa y, equipare la fe en los ordculos con por lo tanto, la relacione directamen- tecon el bienestar de la ciudad, y aunque la trama revindi- que triunfalmente los ordculos, la obra no dice a su ptiblico Cémo usar el conocimiento oracular para sus vidas. Yocasta argumenta que no hay ninguna buena manera de predecir nada, de modo que “lo més seguro es vivir al azar, segun cada uno pueda” (977-979), es decir, sin asignar demasiada importancia al futuro, Edipo, después de que Yocasta ya se dio cuenta de la verdad, dice que la Fortuna es su madre (1080-1085), La Fortuna es aquello que a un individuo le Parece producto del azar, aquello que no puede predecirse: * CL. P Vernant y P. Vidal-Naquet, ' Tragedy and Myth in Ancient Greece: H, Foley, “Oedipus as Pharmakos”. Escaneado con CamScanner 246 EDIPO REY nadie pudo haber sabido que el hijo dado a Pélibo se con- vertiria en rey de Tebas. Una parte importante del misterio de esta obra se deriva de lo dificil que resultaria diferenciar la creencia en el azar de la creencia en los oraculos al vivir realmente la vida propia. Si Layo y Yocasta por una parte, y Edipo por la otra, no hubieran recibido los oréculos o los hubieran ignorado, el resultado, presumiblemente, habria sido el mismo, porque la seguridad de los ordculos es abso- luta. La vida que podrfamos imaginar para Yocasta sin nin- gin intento de controlar el futuro y su vida como completa dependencia en los ordculos terminarian de la misma ma- nera. Los ordculos sdlo son utiles si ofrecen alternativas (como lo hacen muchos ordculos literarios). Es evidente que Edipo ha actuado libremente de princi- pio a fin; Apolo nunca lo ha obligado a hacer nada. Asimis- mo, evidentemente no ha sido su culpa que su historia to- mara la forma que ha tomado. Por supuesto que Edipo est lejos de ser un héroe perfecto: aunque Layo empezo a plei- to en la encrucijada, Edipo no tenia que matar a varias per- sonas porque lo habian sacado groseramente del camino; ri la obra Edipo es apresurado en sus conclusiones Y pierde “ temperamento muy facilmente; confia demasiado ae : habilidades; pero es de dudarse que lo podamos consis e ja a Yocasta en su rechazo a los ora . ). Los defectos que podemos o n inconsecuentes porque cee i ands es de que naciera. En Las : primeras ineas impio porque secund los (que no a los dioses buirle, pues, son més biel lo ya lo condené desde ant de Arist6fanes (1182), Euripides cita las Fre fortune su Antigona: “Edipo fue, al principio, un pen pre" do” y Esquilo de inmediato le sefiala a P ac dicho que mataria a su padre desde antes a q modo que fue desafortunado desde el inicio. EDIPO REY 247 Séfocles hubiera podido con toda facilidad aludir algu- na causa para que los dioses estuvieran encolerizados con la familia de Edipo. Los Siete contra Tebas de Esquilo era la tercera obra de una tetralogia sobre Layo y sus descendien- tes. El coro alude en sus cantos a sucesos del pasado y, evi- dentemente, Layo habia sido advertido por el ordculo de que no tuviera hijos y sin embargo desobedecié (Los Siete contra Tebas, 742-749). En el relato de Yocasta, dice que Layo seria muerto por su hijo, Layo y Yocasta (713-714), pero no h; de desobediencia. No hay nada en Ia v que sugiera siquiera una razén el ordculo quien naceria de ay ninguna sefal ersibn de Séfocles para que los dioses conde- —los dioses tampoco interfieren £N sus procesos mentales co! MO Ocurre en otras tragedias— y de que, haga lo que haga, matard a su Padre y se casar4 con su madre. Escaneado con CamScanner 248 EDIPO REY vio a Edipo en el poder (758-764). Uno solo podria ser igual a muchos si los muchos son ficticios. El asunto de los ntimeros tiene resonancias atin mas sorprendentes: Edipo es un solo hombre que es igual a muchos hombres (como hijo y esposo a la vez, padre y hermano). Al final, sin embargo, no importa si el desplome de la aritmética en la obra tiene una causa trivial como una mentira o una causa profunda como la confusién de categorias causada por el incesto. En el mundo como lo retrata esta obra no es posible confiar en la forma mds basica de légica. La obra critica el optimismo caracteristico del pensa- miento sofistico. Inicialmente Edipo se enfrenta a lo que parece un problema dificil pero claro: envia a Creonte al ordculo para saber la causa de la epidemia, intenta incorpo- rar a Tiresias para que le ayude a encontrar al asesino; mien- tras tanto, proclama una maldicién que pretende asegurat que nadie en Tebas escondera informacién y quiza hasta propicie una confesién. Aunque se vale de algunos meca- nismos sobrenaturales, el planteamiento es practico, enérgi- co y razonable: Edipo es un administrador capaz y eficiente. La obra muestra la completa ruina de una persona qué al inicio era considerada por el sacerdote y por el coro como de la mas completa capacidad y competencia. , Edipo no es impio; evidentemente respeta @ los oe Justo en el momento en que se da cuenta de que a pues . ser el asesino, se encomienda a Zeus (738). No es ™! siqut ta demasiado confiado en si mismo, aunque en ar ony tra Tiresias se jacte de resolver el acertijo de la Es nae ciertamente, el enigma no era propio de que lo disc fa arte cualquier persona que se presentara, sino que F& adivinatoria” (393-394). Cuando convoca al gir presentante del pueblo tebano, y promete hacer to Escaneado con CamScanner EDIPO REY - esté en sus manos, declara “y con la ayuda de la fivinidad apareceré triunfante o fracasado’ (145-146). ipicamen ¢, los griegos se mostrarian cufemisticos con slo mencions : la posibilidad del fracaso (las declaraciones directas son de mal agitero), y las lineas arriba citadas Hevan una carga de ironia que percibe el publico, pero también son una de- mostracién comprimida de que quien las profiere es pio, Pues reconoce que, en caso de tener éxito, sera porque los dioses lo han ayudado y que nada de lo rantizar el éxito. El inicio de la obra di alguien especialr les: combina el ar que haga puede ga- efine a Edipo como mente habil para resolver problemas difici- Pensamiento contemporineo del auditorio que otros porque los dioses lacién, sin embargo, prueba cl hombre més detest ‘Tras la revel hayan sido inju zones para cle que el a n. La reve- » por el contrario, que Edipo e: ado por los dioses. acién, Edipo no se queja de que StOs, por mas que hubier. var seme; SUNTO No se los dioses a tenido buena ante queja. Sencill, relaciona con la justici ado en evalu. ra- amente parece a de los dioses: ‘ar si él es culpable, En Edi- ye que los hombres de Colono del coro se aleje tienen m edo solo de su nombre, Porque en verdad é| No es culpable de las acciones que ha tenido Ae suftir mas que ejecutar (Edipo en Colono, 265- 74), pero tampoco hay ningtin rastro de Sto, En tepetidas ocasiones, Edipo se lamenta de lo que es: 'Mpuro, tmaldito, odiado Por los dioses, Edipo. distruws de 2 qUe para un Brego hubiera Parecido buena fortuna en ame: Salv6 a Tebas de la Esfinge, fue alabado y % ©SPoso y padre, Justo esas Cos ‘ampoco est interes, Po en Colono argu ue quieren que autodefensa en era rey fe admira- aS que lo hacen Escaneado con CamScanner 250 EDIPO REY feliz, son las cifras de su ruina. Conforme la obra Procede, el deseo de Edipo de saber la verdad se vuelve mucho més in- able, y el espectador siente al mismo tiempo tenso ¢ impla un anhelo y un temor de que Ilegue la revelacién: tenemos aqui a un hombre que invierte toda su energia para descu- brir una verdad que destruira su vida completamente, Esta ironia es el principio moral de la obra: la buena fortuna del hombre es extremadamente frigil. Como precepto moral es banal porque no tiene verdadera fuerza una vez que se sepa- ra de la obra que le da vida. Puesto que la obra obliga al publico a sentirse muy cercano al protagonista y, a la vez, lo de él por el conocimiento superior que el especta- ‘¢ evidentes sus errores, verla (o leerla) distan dor tiene y que ha comunica esta fragilidad y, en ese acto, el mensaje trascien- de su familiaridad. ‘I final de Edipo rey queda extrafiamente inconcluso: an- tes, Tiresias habia predicho que Edipo, ciego, vagaria como mendigo en una tierra extranjera, tanteando el camino con un bastén (455-456), pero en la escena final, Creonte insiste pri- mero en que hay que consultar el oraculo para saber qué debe hacerse con Edipo (1438-1439, 1442-1443). Esta falta de conclusién es més notoria por el hecho de que haba versiones de la historia en las que Edipo moria en Tebas (a Mliada hace una referencia de pasada a sus juegos funerarios 23.679- 23.680). En la tragedia tardia de Euripides, Las fenicias, Edipo va al exilio sélo después de que sus hijos se matan uno al otro. La conclusién no indica exactamente qué ocurrira. La epidemia inicial queda olvidada pues Creonte, que explica que no Mega para reprochar a Edipo su injustici# anterior con él, insiste en que tal contaminacién no ae? levarse a la luz (1424-1431), Conduce a las hijas de Edipo con él y Edipo habla con tristeza de su futuro probable Escaneado con CamScanner EDIPO REY 251 como mujeres no integradas a la sociedad (1486-1502). Edipo no se preocupa por sus hijos, que ya son hombres (1459-1461), pero ruega a Creonte cuidar de sus hijas y no permitir que vaguen mendicantes sin esposos (1506). Final- mente, después de que promete que, si los dioses lo aprue- ban, lo enviar lejos de la ciudad, Creonte se lleva a las hijas a pesar de sus protestas y entran en la casa. La referencia a los hijos omite toda alusién al pleito entre ellos y a la maldi- cién que Edipo echara sobre ellos. Esta maldicién ya existia en la épica y es un elemento central de Los Siete contra Tebas de Esquilo. A la vez, el ruego de Edipo de que Creonte cuide de sus hijas remite sin lugar a dudas a Antigona. Este Creonte, que no acttia sin consultar de nuevo al ordculo, es un perso- naje muy diferente del Creonte de Antigona pero su ultima accién en la obra es separar a Edipo de sus hijas, lo cual no oftece un muy buen prospecto. El tono de la escena final es dificil de juzgar: Edipo ain intenta cumplir su deseo (no parece haber aprendido que no debe confiar en lo que cree) aunque quiz sea correcto que lo intente. Creonte se comporta generosamente pero hay algo raro en su Pteocupacién de contaminar al Sol cuando no esta preocupado por la contaminacién derivada del asesi- nato de Layo. El ordculo que advirtié a la ciudad que habia que expulsar al asesino de Layo parecerfa suficientemente claro. Edipo, Por su parte, dice primero que quiere que lo ae rane a para morir como sus Padres ori- ae 7 re aa pero luego considera que cible ee alguna enfer medad ° de otra causa prede- cae =e hapan vivo sdlo para que ocurra Pisses 4 57). Podriamos pensar que lo que suficiente, : arridc pero Edipo esta convencido de (ue su historia no se ha acabado, Escaneado con CamScanner 252 EDIPO REY n la medida en que la obra ensefia a su piiblicy sobre la fragilidad de los mortales, quiz4 permite cierta compla- cencia entre los miembros mas ordinarios de su piblico: porque no somos tan importantes como Edipo, es poco probable que nos convirtamos en victimas de los dioses, Quiza ésta sea una raz6n por la que la obra sugi drain més calamidades, incluso ahora. Contemplar a Edipo re que ven- SUCeSOS regresar a la casa es un recordatorio de que muchos terribles todavia estan por ocurrir y que incluso cl cuidado- so Creonte serd destruido, Nadie puede darse el lujo de ser soberbio. FUENTES Y SUGERENCIAS DE LECTURA Edipo fue, durante la mayor parte del siglo xx, el centro del debate entre los que admiraban a los héroes de Séfocles y icaban a los dioses tradicio- sostenfan que las tragedias cri nales (informalmente Ilamados “adoradores de héroes”), y los que sostenfan que, por el contrario, las tragedias servian para consolidar la religién tradicional (informalmente de- nominados “pietistas”). La versin mas elocuente de la pos- tura de los adoradores de héroes es Sofocles: A Study of He- roic Humanism, de Cedric Whitman; el mejor libro del bando pictista, especialmente bueno en cuanto a la critica implicita del racionalismo del siglo v, es Oedipus at ‘Thebes, de Bernard Knox. El mds célebre ensayo sobre esta obra ¢ “On Misunderstanding the Oedipus Rex”, de E. R. Dodds, que ataca toda simplificacién excesiva. Aunque la mayoria de la critica en inglés sobre esta obra abordé nuevas temati- cas a partir de la década de 1970, R. Drew Griffith presenta una interpretacién pietista en The Theatre of Apollo: Divine Justice and Sophocles’ Oedipus the King. Sophocles. An Inter- Escaneado con CamScanner EDIPO REY 253 pretation. de ROL. Winnington: Ingram, cs un estudio espe- calmente ameno del héroe de S6focle Tiugedy and Myth in Ancient Greece de Jean-Paul Ver- nant y Piette Vidal-Naquet incluye dos en os muy im- portantes de Vernant: “Ambiguity and Reversal: On the Enigmatic Structure of Oedipus Rex” (pp. 87-119) y “Ocdi- hout the Complex” (pp. 63-86). Oliver Taplin fue quien hizo notar I 4 los especialistas las dificultades del final de la obra en Greek Tiagedy in Action (pp. 45-46), pus Escaneado con CamScanner

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