You are on page 1of 12
Eudeba Universidad de Buenos Aires 1 edicion: maze de 1998 2 edie: 20 de 1999) © 1998 Editorial Universitaria de Buenos Aires Sociedad de Economia Mista Av. Rivadaia 1971/73. (033) Tel, 385-4064/379 6 381-5478/2213, exe 383-2202 Diseno de colzecton: Mara Lawa Playio- Eudeba Disetio de taps: Marcelo Denaval y Mana Lara Pig -Eudeba CConrecein y composicién general Eudeba ISBN e50.25.710.0 tepeeso en Argentina Hecho el depseca que eablece Isley 11.129 sta eet serine imps ‘ened aes de ab de 1999, en RIPARI Sa. Gi Banos Aes. argent 18 Gregorio Lemos 286 Nos permite repradacciin total april de ex ib, almacenamento £8 uh stem fnfouitieg, nh au taneiain en casyaier forma o por eulguier mee eleesinco, meinic,fotocopiaw os métodc, anol perio previo del editor. 4/ IS \Zcopias — pireoroL0eik SoCunL | E0LTICA Spee erase hegemonia y poder 4 el chindo €n movienierito is Ss ~ sys ose = MAB CRIVEERG ‘501A TISCORHIA ~ SANTIAGD WALLAGE comphacores BE. AL 2 o eudeba Nadel, $ Toe Theory of Soctal Structure, Londres, Cohen & West Lid,, 1962 Radin, Ps El bonsbre primitioo como figs: ‘fo, Buencs Aires, EUDEBA, 1960. Riesman, D.: (1954) Individuatismo, mar- ginalidad y cultura popular, Buenos ‘Aires, Pais, 1974 36 Whyte Jr, W. Hs (1956) BI hombre organt- zacién, México, Fondo de Cultura Beo- ‘nGmica, 1961 Wrigth Mills, C: (1943) “La ideologia profe- sional de fos patslogas sociales", en Po- der, Politica, Pueblo, México, Fondo de Cultura Econémica, 1954, pp. 410-27 Antropologia y Ciencias Sociales. De elaboraciones histéricas, herencias no queridas y propuestas abiertas Marla Rosa Neufeld y Santiago Wallace Introduccion n este articulo nas proponemos, basica- ‘mente, real tintas herencias anuopol6gicas acerea de Tas cuales plantearemos nuestros sicuerdos ¥ desuierdos cenirales. Asimismo, tendse- mos en cuenta los desarrollos tempranos de fa Aniropologia Social tanto a nivel in temacional como local, tomando distancia y reconociendo virtudes selectivamente yociendo que Ia Antropologia es Cuna-Cienda social; plantearemos los distin- ) einer dace mis alee We fereneiacin poses con ) Edvardo Menéndez, a mposibiidad de Fesonoce!_en las dimensiones t€cnico ‘odologions fandamentos valaos pari Gef- iar un recorrido ertico por dis Dejaremos planteados nuestros su- uestos bisicos y explicitaremos los ejes centrales de muestra marco de referen- Gia, sitwaindonos desde América Latina en un intento por sumar criterios epistemo. ogicos y tedrico-metodoldgicos 4 lo que Esteban Krotz (1993) denomina Antropo- logia del Sur. 1. Estas ascusionesyrflexones recongcen un rig Innegabe: los content Por tikimo, en un sucinto recortide a tra vés de la prictica dominante de I Antropo- Jogia en nuesiro pas aunque sesgada por Jn realidad de In Universidad de Buenos Ar res. sintelzaremos nuestra propuesta sin pretension de provocar un clea testico. Al contratio, ella queda abierta al debate, a la reflexién ciliea, en fin, 2 [a incosporacion de muevas dimensiones de andlisis. Aniropologia y relacién colonial. La perspectiva desde los “paises centrales reo de ek “G83: 3) La antropologia nacié en el mu fas relaciones propias dk sal Ts como sefals | Tal establecimlento de la antropologta come disciplina cientfica se produce en el entrecnizamiento de dos procesos nun cca antes vigos.." la expansién a eseala pla netaria de una sola eiilizaci6n, por un lado, por el oo, "ala hegemonizacién de un nico tipo de conocimiento, ¢ do por uni determinada organizacién so- cial de sus practicantes por el consenso en el sean de éstas acesca de ciertos racterlza- sadeicos on los que ros hemos fomado, los dsar de quieres nan sco auesres comparatesy mavstos, Eduarda Mend y Mara Margulis, expaciaente ‘Mark Hose Serf y Suge alae procedimientos para generar y validar Eminciados sobre fa realidad empen” George fulandier (1975: 11 define as colonial deminacion smpuesta por wna tninotia exitinjers micial y coltrsimente diferente, que aca en nombre dew ‘uperioridad racial o Giniea y euhural, afr hada dogmisleamente. Dicha minora se impone a una poblacién auréctona que conaitiye uaa mayor mumeézies, pero que fs Inferior al grupo dominante desde un punto de vista material. Esia dominzeién vinci en alguna forma la selaciin entre civilzaciones radicalmente diferentes: una sociedad industrahizada, mecaniaada, de Intenso desarrollo y de origen cristiano, s€ impone # uns sociedad no industrial zaxls, ce economtt“atrasads” y simple y uya tradicién religioss no es eristana Bata celacién presenta wn conicteranta- nico basico, que es resuelto por Ia so ciedad desatollada mediante el ejrcicio de Ia fuerea, un sistema de seudojasiics- clones y un patrén de comportmientos estereatipadas operando en f2relaién. La situtct6n colonial es una situaciGn tou Como titaremos de destacar en este texto, las formulaciones de las ciencias so Giales son trbutarias del tipo de soctedad en el que $2 han desarrollado, y al mi mo tiempo, una reflexion sobre proble ‘mas considerados scuciantes e imposibies de soslayar. Por ejemzlo, segin Robert Nisbet historiador de las ciencias sociales (1966: 355, oda Tr preocupacidn de in naciente sociologia de 3 Trincenidumbre vivida por los hombres partir de francesa, Hl co- ipso del viejo orden -decta Nisbet dden que se apoyaba en el parentesco, la ae tierra, la elase social, a religion, Ia comu: nidad local y la monarquia [.] generd en el plano de la historia del pensomiente social |... esfuerzos te6ricos realizados para volver 2 consolidatlos*. Tarea a la que se dan algunos de los “padres” ce f1 sociclogia, por ejemplo, Durkheim, quier, desde so tesis doctoral sobre la division del trabajo social Hasta analisis de proble- ardticas mis puntuales como Ta del suici- dio, se preocuparon_permanentement: por la evestion del consenso en las socie- \des_modernas. J En aus ofigencs, la sociologla se dedi’ C andlisis de diversas problemsticasligadas at industraizaci6n, urbanizacion y com pleiecion de las sociedades moderns De Ja misora manera, lx stuacién color _nial a la que nos referimos iniclaiment? onstiuyd el concerto en que se dessre ‘aria Jnantropologis, que se dedicé al ans- iiss de las sociedades signadas por est2 selacin colonial, 0 bien, dentro de Ia ta- dlicidn oceidental, de aquellos aspectos quz parccian ligedss a Ia *supervivencta" de rmodos de organizacion social y produc con precapitalistas En este sentido, pensomos que Ja afi macign cle Govier (1979: 93).de_gue ins ciencias sociales, “son tanto parte del ‘mundo. social come una concepelon d= Ete", puede aplicarse a la comprension de Ta Optica peculiar de la antropologte, fai como # pensar fa relacion que se dia con las dems ciencizs sociales y los Amb= tos que sbareaton respectivamente Encl caso de la antropologia (o-etne- logia, segiin los Ambitos nacionales en les aque Se desarrollara), esta sivision del t= bajo_cientiico implies que se dedicara a los uses A Asia, Afnca Oceania gue fueron includes _antopongiay bene: fen los imperios coloniales de Gran Breta- fa, Francis, Alemania e Talia, a fines del siglo XIX, Latinoamérica -e teas soar 7 se Taron especialidades como elolldar, de- dicado a las formas Iearias, musicales 0 tas modalidsdes culturales que remian en sus orfgenes a las formas preindustriales de sociedad que habian amtecedido a I sociedad actual pologia clirahaja.en peqie- coamunidides ex6icas dio hgar al de lias debia loprnise una imagen de lato lidad de la vida social, Totalidad de ca, a em unidad de andlisis a Ia que nos estamos refitiendo, y en la medida en que esto se asociaba, 0 estaba peimeado por fla inteciual el forconalsm bigm se ignba In idba de totaled orga ‘nica; a sociedad se pensaba como un sis- tema integradole_pargs_inferconeci Se suponia ‘ademis- que se lograsia en- “tender i razon de ser de las pates 2 par- tir de comprender el lugar y la functon aie cumplian en el "todo"? No hemos mencfonado aa al mass: smo, tercera fuerza politica, ileoligica ¥ én tina Sociedad de cases, tesrica, que se desarollt a inismo Hempo ue Is antropologiay Ia sociologia. Coma schala Eduardo Menéndes (1975) a Wort amropokigica se_geners rant. misme.pesiodo.en, que se. dest srolian tis teorias soctoldgicas chisicus y el tmarnismo, Las tres apuntan a un memo objeto, pero ta antiapologia propondr desde ‘is iicios similtuces y diferencia clones, que Ia barn aparecer como una tercera teora (o modelo tedrieo) de fe so ciedad, pero en un nivel distinto que la erencia tanto de ta pritica sociolégica coimo del marxismo" 1a antopologaefete su trabajo especto dhe sociedades “sin clases" 0 con diferencia- ciones de un orden distin de ls soceda- ds estntficacs “clisicas" o “modemas Coma sefalara Menéndez (op. cit. 1975) en el manuscrito al que hiciéramos referencias ues pcs suspen sd sarrolan en el mismo cits Tada, pars explicar Ia sulaciin de e51 $0- edad de clases. La slenelas antopol areas dependientes, y entie las mistas se esilablecieron Teliciones conttadictorias 2 Eelandemee por “anropsogia cites al producclin de aloes dolas poten hagamsnicas 6a prime "a miad de glo La produce}n erkropolgien de Durnin, el iquaknerte anes Marcel MaUsS, es bitincos Radlite-Srown, Evans-Prichard, el placo residenteer Gran BretanaB. Mainowsk, on EEUU. F ‘Boas Lieto, ee. 23. tnencionamenie, no entamos en la dcusion de oes concerciones de a ttadad (po ejemee, le doh ‘marsgma), aunque destacamos ue ios plamisos acerca def atraleza de a oaidad son muy eit, aot ‘cme el pod inerdependancia queso eupone env as pate. Vg. Kosh, (1967:56-57) he 38 Mara Ree fil y Santogs Wallace pero permanentes, a veces de comple mentariedad, otras de oposicién. Un dato ada secundario respecto de, Ia antropclogia fue su contradicetén fum- dante, que, al mismo tiemipo, se caracter- zaba por 9) relativismo, pero partia de una relecign ssiméttica con las sociedades que fueron su objeto, ‘Nos permitimas continuar I ya exten= sa mencico al manscrto inédlito de Eduar- do Menéndez. (dada su inaccesibilidad) recuperardo el desarrollo que propone a partir de la lectura del capitulo XVI de la “Antropolegfa Esiructural de Claude Levi Strauss (1961; 327): toma como punto de partida lo que éste denomina fines 0 am- biciones propias de Ia antropologia, y con- sidera que las mvsmas permiten earactert ‘ark en una priment dimension, a la que Ee signficalvas son; objetividad, autenticidad, totalidad, relativismo cultural, ahistoriidad, importansia de lo cualittlvo, comparativis- mo, howogeneidad, integracion. Respacto de fa dimensiGn teérica, co mentaremos qué significan algunas de las variables mencionadias. Con respecto a a objetividsd, la antropologia plantea su pe- culiar abordaje clentifico a partir del co nocimlerto de otro grupo social (el “otro cultural), Esto se vincula con la cvaifi- caci6n inmediata que es el aivel de aw. enticided; la posibilidad de llegar a te- ner wn conocimiento profundo de las re jones sociales: lograble por medio de Ia especial manera dé trabajar de los an- tropélogos, que, partiendo de una uni- dad pecuefa intentarin obtener un co- nocimienta pleno de toda Is comunidad entendida como tolalidad, Esto cs, no mediatizada a través de terceros (como le ccurrsfa-a un socidlogo que elaborara cnomine 1rica, y coyas varables més 40 datos del encuestador que fue efectiva mente al campo) Siempre siguiendo a Lévi-Strauss, habria al menos, dos formas diferentes de cono- ‘eer: una de tipo cualtaityo (carscterstico de la antopologia) frente a otra de tipo cextensivo que simplificara las caracters cas del objeto. EI modo de trabajo del antropdlogo es -ademas- comparttivo, porque todo cono- imiento debe ser referido para su posibi- lidad de generalizacién 2 otras instivucio- nes de olras formas socieculturales En relacion a la pretensin de totalitad, Jos antropélogos se plantean que su cano- cimiento tiende a ser totalizador, frente a Ia parcializacion del conocimiento de los his- toriadores, socidlogos 0 psicdlogos. 1a seginida dimension es de natoraleza técniea se trata de la unidad de andiiss. Jos antropslogos se interesaron por el es tudio de las condiciones que mantenian stables 2 unidades pequetias, autosufi- cientes, arménicas: asi podia caracterizar- se a In mayoria de las saciedades no occ dentales en las que trabajaron. Esto, acom- pafiado por un enfoue que privileniaba la descripcién y andlsis de armonias y equ- librios antes que cambios y conflictos, ca racteriz6 Ja definicién antropol6gica es decir, a comunidad voleada sobre st mis- mia, que devinieron sx unidad de andlisis Recordemos que tanto_Malinowski, como los demis etnégrafes (E. E. Evans Pritchard, R. Radeliffe-Brown, Meyer For- tes, etc.) de la primera mitad de este siglo desarrollaion_ su labor en esas pequeiias sociedades, acentuando su relativo ai ‘Anuopoogay Ueneas Sociales, Ue laboracones istics. idm de To “en aiaios fmos datos de contexto: Radcife-Brown, por elem plo, omitis consignar que sus datos acer fa de los Andamaneses habfan sido reca- bados visitndo piesos en compania del policia Toeal 0 alto sefalar que la descripeién liege Fa dees ado- lescentes en Samos se habian converido en historia luego de la presencia de los misioneros occidentales. Tn sintesis: fa antiopologia, que se ha constituido como un campo de estudios diferenciado denteo det conjunto de las clencias sciles,e& diffe de asociar a un ‘objeto exclusive. Surgida en ef contexto de sobre los que s¢ produit expansi6n, co Ionia, sobrevivid a fa desaparcion de esa elaién de dominio/oubordinaci6n. Tam Dida soba s le extinciénewerminio iN Bs svanaado el siglo 3 perdans F Ctinvs su desarrollo despues de las grandes_mi- {aciones rural/urbanas (que se produje- fon en el oiden plancario}, y convinieron mmayoritarfamente a los campesings en bitantes de las bariadas populares urbunas. Sintomticamente, éstos operaron como “teemplazo" de los_primitivas en_buent Date de fos estudios antropoldgicos des Pus de Ia década de 1930, a, que habla nacido dedi- ‘obi. No habia desaparecido, sin em batzo, de tos ambitos académicos, de ls luniversdades. Por el contario, a partir fe 1960, se multiplicaron carers y cite= fas de antopotogia social, cultural, et ve deba ser un “reliio> nologt: ba relacion entre Eutopa ¥ fos continent como se llamaran, segdn asta Giciones naconates. Consatitoramente renles al hombre y la sociedad: “supues: tos acerca de Ambitos paniculares". Por fmplo, predisposiciones a creer que los hombres son racionales o iracionales, que la soctedad es precaria 6 fundamentalmen- te esable, que los problemas sociales se resolverin por sf solos, que la conducta humana es inprevisible Extendicnd a los antropSlogs o cual Auier otro cienlfico social) estas aprecia- clones de Gouldnes, podtlamos decir que fancionan como supuestos basicos exis- fenciales. Por ejemplo, acerca de lo que e+ ‘on eabecia negra, un coreano, un judo, ‘un intruso, un rocker, ¥ furcionan como estereotipos. En o1ros casas, consisten en supvestos cos eubyacentes Hormativos, por ejem- Plo, ef valor moral que se atnibuye a cada tino de esos sujetos. sts infraestructura (eérica‘funcionia como el andamiaie constitutive, no pre- Le6rico, en tanto es imposible sostener que nuestro pensamiento se constituya pastien- do de os supuesios, luego la ebservacién, mis tarde los hechos, jamediatamente los datos 5, en ultimo lugar las hipstesis. Lo {gus se uicie aigoificar es que se trata de un conjunto de cuestiones incorporadas desde it socializacién misma, y que actian como an cemento invisible que mantiene Unidas las postulaciones c influye sobre fa fomuna social de una teoria, Esto implica que para *situar” a un i vestigador, es preciso tener en cuenta no solamente su obra sino oos aspectos de su ackar (por ejemplo, sv pertenencia fa- ‘miliar, so extracci6n de clase, su mibitancia politics o gremial, etc). Hemos comenzado este articulo pre guntindonos desde dénde pensamos la antropologia. Se trata de explicitar esta, ccuesticn en Ia medida de fo posible, dado que algunas convicciones, aquellas més inconssientes, mis cercanas a las “ereen= as’, on parte de nuestra propia cotidia- neidac, Mostrar y denotar hasta donde snuestrs conciencia nos lo permit, de dén- de pantimos. Con esta fuerza, por ejem- plo, consideramos que 1a posibilidad de conocer, en ciencias sociales, fom limites. En el caso de ta antropologss, dichos limites se agocian con una serie de pro- blemas que, a su vez, se enraizan con la tradicién del vabajo antropol6gico, basi camente, los aspectos técaico-metodolé- gicos « los que ya nos hemos referido. No incursionaremos en el campo de la vverdad-falsedad de los enunciados y for ‘mulacisnes, ni tampoco en Ia importante y vie discusién acerca de que trabaja- ‘mos con sujetos (no con abjetos) 49 Maria Kone Pepe y enue wowace Como sefula E, Menendez (1991: 2 si bien In dimension téenico-metortoligicn no establece In especticitad de la antropolo- fin social reapecto de la otras ciencias so tiles, de todos modos *.no puede negate se au existencia Fitica como discipina, co- rroborable en muiples pricieas Investiga- tivas y pedagpicas vinculadas en pate @ ta reproduccon misma de la antropoiogtt como disciptina. Pero esta constatacion no legitima, en términos epistemolégicas, Ja existencia de una dlisciplina’, ior qué sitmamos este? Porque lt ensign técnico-metodolégica de I an- tropologia 1 define epistemolagicamen- te un drea @ferenciada, Estamos trabajar do con svjetos que son también observa- dlos, aalizados, por otras disciplinas, que también con ciencias sociales: Ia econo- ‘na, la econamia polite, Ia sociologa, la pico, la historia. Poner el acento en esta dimension téc- nico:metodelégica significaria conwalidar tuna division anificial entre dstnias disc- plinis sociales, Esta anificiatidad deviene Gal hecho de que cada una de ells est constituida gor pricticas que vienen de tradiciones vinulads con eerecis inves- tigaivos distintos. En e! caso de la antro- pologia exte problema se vincula con la forma en que esa disciplina se acerca al objeto, al eto bxjo ands ex tanta pave del mundo ‘concepcion acerca de él Pala ‘osottos, ademés, Is aniropologa és una eat tec Je refutaci, impugnaciSn 4 objecion pues ce no eoces urn leet hl © Ie uin fin on medio, Sv pathos esencial es fa indign:- Ci6n, su labor esencil es Ia denuncia.* {, sino Gnicamente como ua Una perspectiva desde América Latina Hay en nuestia visi6n de fo que enten- ‘demos por antropolog’, una discusién, que tomé auge 2 fines de los 60 y principios de. tos 70 y que en sito ‘sldada: Para quién_y.sesde. dade bs- Fioeos ara culén deste donde ace: Fee opalogi® Ea preyune se une 8 aya mduas” pero tinpoco cer the, serca dela posbdad mama de co ~printéamos ~dentio de nuestras posi- biicades: na letra en profundiad dc Toe comenidor que se han vedo hit ftsmente, yu sca en Latinoamérica, Fra Go, Alemania, et Elo plies ona tae permanente de resin: no nos comes ree ies queen tenes UY SRS ae core pameames a iio, Seesnollé seompanando los procesos de coloniaacén, "No hacemos ergo" n0 Ie qv prensa com nda seeder Inicracional. Pero nes tro trabajo se desarrolla desde, pari yh Agiefica Latina. Emonces, no nos senti- ‘nos nF BORIS herederos reales"de-Esis Ee que inter a los peiles profesionale dhs, de esto qité sefalamos hay que ba cer una Jectura cuidadasa, en tanto con- sideramos que Malinowski, Radclife- Brown, Evans-Pritchard o Redfield son Fectura inexcusable para quien se esté for- mando en ciencias sociales y particular mente en antropologia 6 "hehe anes do cos en artvcpoigis, Buenos Aros, 1988 Hay un ejercicio de ertien de ta herem ia, de Ia tradicidn acadéimiea que se rea tiona con nuestia formacién en proceso, tanto en Héxico, Brasil o Argentina. Dicha historia cilia tiene, en nuestro pais, Una antigiedied de mis de 30 anos’ y se ha desarrollo en media de crisis permanen- tes, que tienen un aspecto positive: poder repensar y sceluborar determinados conte: nidos que, en algunas etapas de kit produc idn intelectual, aparecen congetados. Vayamros destacando que fas fechas de cereacién de as escuelas 0 depastamentos de antiopologia de Amérien Latina no son tan diferentes: no se (rata de meras subst atlas, pese a Ia importanein que Wuvie~ ‘an, pari algunos de estos centres latina mericanes, los vinculos con les centros ‘eurapeos © con Ta antropologia norteame- ricana. LéveStrauss, en el texto que eita~ mos, s6lo menciona la Escuela Nacional de Antropologia de México. Pero en la ‘Argentina, el Museo Einogrifice de In Fa cultad de Filosofia y Lets y el Museo de Ciencias Naturales de fa Universidad de la Plata haan sido fundados a fines del si slo pasedo, y [a Licenciaturs en Ciencias ‘Antropolégicas de Buenos Aires fe crea- dda en 1958" En Brasil, por su parte, el Museo Hacional de Rio de Janeiro data de 1808 y la Universidad de San Pablo de 1984; desde ambos centros se destrolla- ron las siencias sociales en el vecino pats. ‘Tal cone destaca Mariza Coréia (Corin, 1993: 14 fueron invitactos @ San Pablo prin~ ipalmente franceses, como Roger Bastide rea de Anvopoogi on Buencs Aes”. Facuted deFHosolyLetioay Colegio Grace TBs cooldea dee cede de Ankropcogia Social que cups Lév-Sauss en Franc st ara ose Negi y Senge Wace Y¥ Claude Lévi-Strauss, Bn otros centros, de wadiciones, en que el ser socal no inte Como la Escuela Libre de Sociologia y Po esa, sino fan a6lo en cuanto es portador lies (cada en San Pablo en 1933) diew® > PISTON, ‘pauias curses’ 9 “super casos Radelife-Brown, A diferencia de la tics No estudiames al hombre sino 2 Argentina, en Brasil se desarolla fanda- — {"eulur’ Glas comillas van por la cos mentalnente cong cursos de pesgradua —caeiGn del concepto). Bl cto proyecto, la Ci6n, inciados en 1968 ¢ influides inical-antwopologfa comprometida con la realidad mente por la antropologia frinesa, y lve- socal, con Jos procesos y no con fas nm {0 por hs varintes britanica y estadounl+ neneas, evestionador de la exstenci mis: dense de Is antropologia anglossjona (Car- ma de la antropologi, se desawola en fun oso de Oliveira, 1996: 98) ciGn de cieras posbildades de! sistema (Nast suacén,dende aq es evle_nivrsiani ete en os depanamen ( deniemente ota. Noscizos, en defintiva, tos mis dinmicos (especialmente psicoo _) sores pate de los 1 y socologia) pero sobre todo por a for thacién de una comunidad cfntfiea para tela ala ensefianza formal” sa antropotogia ofidal no estwo vi [cued 1 la tropologia social inlesa | alos durkbetmianos Franceses, nial cul turalismo norteamericano. Si, en cambio, 2 posiciones tedrico-poliieas propias de ta Argentina posterior a 1930. Sus princi pales representantes” -Imbelloni, Vivan- te, Mattinez Soles, Bérmida, Menghin-” se consideraban adherentes de la “escuela histérico-cultural” 9 Escuela de Viena. Su propésilo funclamental ers reconstruir los. patrimonios’ en estado. puro, no coi tminado, de fos pueblos amen fos eonrbouls el eindcldis no Sana ros", somos parte < de ese continente que los antropélogos | inveaigeban para descubvir la espectc dad y [a Varizbilidad de Ia otredad, Somos parte de realidades que fueron investigar |. das por estos antropélogos* La Awgentina, ademas, ha vivid) desae rrolles que le son peculiares y a los que es preciso refertse, Sin la comprension de estos hechos, no se entenderia que “le antropo of a que heredamo: 0 destva Solamens de la antropoogia colonial, de cayas gloss y despracias venimos dicien- do que no podemos hacernos cargo. Tal como describe Carlos Hertin (1968: 341) “En lt Argentina se han opvesto durar- i: legos aflos dos proyectos de anttopal- ff un proyecio sociocenitico y shitst en ins que de pueblos objetG, pueblos et Sl goed iro ee meramente ui depésto nogricos. ERG er fr adiion iNIECTEA sto ue al, para Adi Latin enol casa doloeantepélogaenoreamovcance, quienes deserairon in ‘mayor pare de suactvisad coma endgraos, antopsioges ancacca en Améica Lana (aspeciarmente Mico Y Centoarsica, 9. Nos recemes especteamente@ ques cearenia Licenciatura en Clncias Anvopologias dla Univers ad do Ean Aes, 9 euyos slrnas ast cesinado est tex, 10 -Restingmae- porque eae no asim arcuate sno una ceca "era da poscon"-ol abo de oa atimacie # l.quetuo fa anvopcogta ona Unversioad ée Busnes Aes. {engin 0... Fu mia do Educacién da Ave bapa eaziemo, Fmd, en se memento, decreto bo oxpulaon ds Freud de le Univerlded de Viena. 82 de ta que -eventusinente- debermos oe aes oredwoe. Ext eh ret 21 cers ey respect el, HE a oer dependencia ies AVE i rea gums vad en BG Cores a que se plate, des 1s titers ins deseiptos por Hern, 0 des seapotce generadosnbovoramet | tando les expos posible nde Wigity 1975 se onze 60 Ma del Plata una Licendatura en Ciencias bal ce plageae uy diceion evo 9 CBD ors Menzel nei 8 2 on tesco pee Ct Lb saropclot, neh ‘Er nanaeiy del ae fr boca eas Taian dos en fa version alamente deolopizada de ta Universidad de Buenos Aires, con vistas 2 {a comprension de fos procesos sociopolt os de América Latina, sto reconoce cont= iy ener on bcs antropologi Social de Ia Faculad de Cien- sar aurslesy Muse de la Universiad de ta Plata, Antzopologia Cultural (Soci de ta Facultad de Humanidades y Cienes de ta Edueacién de la Universidad Nacional de 1a Plata -ente los afios 1967-1974- 8 COB de Mario Margulis Be te bl tienen un poate de inflexign respecto de fos muy interesantes textos producides por Is antopologts a tedenominada posmoderna, una de 1as frientaciones (que abarea posicionamien- tos distintos) mas fuertes de Ja antropolo~ {ga ngreamericana a partir de 10s "70." Se ‘itican, en los mismos, desde Is formas 42. No os pose de FReynoso (1980) y Condy Marcus (1200) de legitmacién de In antropologia clisica (Cro extve a, dicen los eindgrafes, ¥€80 Nalin afirmacin.), se analiza textos prorduckdos por oes antpbtoRos (mete Tinogntla 0 metaantropologi), se planteat fposbiidaces ditintos de acereamiento al Pimnpo (etnograia experimental, antfOPo" Fonts dalbgiea),y en algunos cases se plate tere tétminos mis © menos ernstioos fe (eins dela anropologia en general ¥ de [as formas de hacer" aniropologia Dee sess dpc, planteasios unt ae ea (en fos teainos en ve 18 Pos defini amerionment)- Eto ess tinvo tue hablar de deconstruct, COMO aalee planiear estos autores que Se ins: pron en Denida: questo meres no est esto en Pataca y des-sedimenta es pre= Frans los supuestos ocultos, las epistemses ‘fess Ias que se habla", como sintetiza Reynaso (1991: 19). A partir de la acepla- thon de que como intelectuales podemos Seeeder, por lo menos, al conociniento © ecomprensién de cotatidades parciless roe caus cenural pensar Ta posiiidad de J ‘sa transformaci6n. Pare ir legando a un ciet. en sintesis, ggstenemos que 90 hay wit gir fundamento.€pa ralogire que dis ig aniropologer Oe kre-otras-ctet a Sais A Senos, son de Wadicion founativa issn ee asolegics ia antropologia, al menos ex O¥ee- tug enfogue, se caracteriza por planteat ay aq con mayer enters a carclrizacon del psmadoriamo, erin 83 a arta Bone Nexge9 Saiagy ace entre otms cosa. tener fen exenia et ir de fos acontecimentes, “guutansfommaise en prodeor NROTEDS ‘dems, xsi por defniisn, pies Ino srl es his: fe la posi de conocer poro com fimites planteanos una limiacion que se vincula com In pregunta: estamos in- vestlgando a Zestimos investigando con Este ‘conacer, con limites, no tiene que, ver con fa verdad o false de tos post Jaciones, sino con la tradicién del wabaio antropologico, bsicamente el plana tee nico-metodolégico acerca del cual privile 1D ta corsincciin de un conacimiento {que se relaciona con lt Historia de a disc- lina, que aparece como “especiio”, ha bigndose ford a través ce fa investi sci de bose. del uo culnal del ‘Tercer Mundo, término que integra la snencién de in subalternidad, 2) la Forma en que nos posicionanos Frente a esto. Somos aquellos, © parte de los herederos de aquellos otros que fue- ron investigados por otras, Nosotros sho- 3, Investigames a ous, pero también no- Bi ono res. Consens pe "Ese énfasis privilegia vn enfoque acer ca de la prodceién de conocimiento en antropologia. Ly autoria individual del co- 54 ae een lidsc!_no existe nt en las cienctas soci 3) Panimas del supuesto de que los su- ietos soriales_ saben. Sabet no especifico, saber sein vila coidiana, “saber prictco Saben, lenen cepresentaciones acerca (el mundo, de fa sociedad, del poder. Nuest: area, en todo caso, es desentrafar ¥ con: = saberes diferenciados. Nosotros crnos. comprometida- aes, parte de ellos, “Saber con las ots implica deci aye “los etree saien_sod, como tampo- {9 ngsatuas, 1a “antropologta clisiea® in feniaba conocer a los otros 0 acorca de los otros, para comprender, en definiiva Ja problematica de la sociedad del invest gador. No se planteaba el com los otros. 12 constiuccién de un conocimiento “cof paride’ applica recover cesandat alg nos de fos caminas_ya-transitados por Iz prictica_hisirica de [a_anttonalogsa 4) Tal como sefila Krotz (op.cit: 1993: al revisar las historias més conocidas de Ja disciplina fos libros, ls revistas mis di fundidas, ln anteopologia producida en lo paises del Sur, sus instiucTones, sus fe presentantes, parecieran no existir. Esto uestion es valida tanto” para Inglaterra Francia, Alemania, Estados Unidos come para Ins areas relativamente mis pesier cas de los paises escandinavos, medite- rrdneos y balednicos. 1 produceiéa an- tropolégica de los paises del Sur es con eebida © como dependiente y subdess- rrollads o, en la versién més complacien: te, como "eca* 0 versién suavieada de la anropologta propiamente dicha que es sigue siendo la producida en aquellos paises donde se origin6. Como sefala este autor, lo mas preocupante y paraddjico es el hecho de que tampoco en ef Su sucle aparecer fa antropologt del Sus ‘Generalmente es preseniada como resul- tado de un proceso de difusion perma nente a escala mundial, que svo y ain tiene su dnico origen en el seno de la eivilizacion nordatlantics y que Megs a Tugares donde Ia reflexicn sobre contac- tw y diversidad cultural no existe 5) Por sikimo, sobre la base de: un cost promiso fuerte con este listo esquerite fo, breve € inconcluso, intentaremos cap- tat una diversidad de problemas. La pro- Dlemitica clisica del parentesco, o | mis Bibliogralla Busley, Nel antrpélogo inocente, Bue- ‘nos Aires, Anagrama, 1991 Balances, Gs Teoréa de la descolontzacion, Buenos Aires, Tiempo Contemporineo, 1973. Bourdieu, Chamboredon, Passeion: BF oft clodescctslogo, México, Siglo XX, 1975. Cfford, J, Mareus, G. (eds). Revcas deta antopolegta, Modid, Jéear Universidad, 1991 Cortia, Ma “Breve eshozo de Is anteopo- opt braslena reciente, en Afteridades, aho 3, NS, México, 1993. Durham, Bu "Familia y reproduceién tie ‘mana, Traducklo de Perspectioas av- tropologicas da mulbor, NE, YO de neio, Zahar, 1983. Durkhieita, Es Las reglas def metodo socio- Fégico, Buenos Aires, Dedilo, 1964 Facultad de Filosofia y Lewas y Colesio de Graduados en Antrapologta: “Treinta moderna de kx manipulacién de ke faa ten las sociedades modems, los problemas del poder ¥ el Esto, I cliscusion acerca, de las clases le [i subalternidad y bx hege- wont, de las movimientos sociales. lo smplica asumic explicitamente un programa” epMeHnaTO GEO TCCHICHTE {oe invitames a recorrer juntos un camino de debate, confrontacién y visién ertca anos de carrera de Antropologia en Buenos Aires", Buenos Aires, 1989) Geertz, C. Tras las hechos, Buenos Aires, Paidlds, 1996. Gouldner, A: La ensis do la soctologia oc- ‘cldenta, Buenos Aires, AMOTORY, 1979. Kosik, K: Dialéctica de io concreto, Baree ona, Gejalbe, 1967. Krotz, Es "La produccién de Ia antropolo- ‘eft en el Sur caracteristions, perspecti- vas, interrogantes’, en alleridades, vol 3, N%G, México, 1993. Harris, O; "la vnidad doméstica como tonidad natural", en Nvevst Antropoto- ‘fa, México, vol. VII, N¥30, 1986. Herran, C: "Antropotogia social en la Ar ggenting: apuntes y perspectivas", en TTeor‘a e investigacion en la antropolo- gfa social mexicana, México, Cuacler- ros de la Casa Chara, N°160, 1988. Lévi-Strauss, Ca"Ta familia", en LEVi-StAUSS, ©. (comp), Polémrica sobre ef origen y Ta universatidad de ta familia, Buenos Aires, Cuadernos Anagramna, 1974. 55 Maria Rom Neild y Samogo Wace LéviSurauss, C Antropolagta Estructura, Cap. XVIL, Buenos Aites, Bodeba, 1961 Lins Ribeiro, G.: “Descotidianizar. Exuaa mien.o y conciencia prictica, Un ensa- yo sobre la teoria antropoldgica", en Cuadernos de Antropologia Social, vol 2, Ni, 1989. Lomita Ly Cima sobrevtven los margina- dot, México, Siglo XX1, 1975 Mannheim, K: Ideotogta y uropia, Madi, ‘Aguile, 1958. Marx, K: Critica de la filosofta del derecho de Hegel, Buenos Aires, Ediciones Nue- vas, 1972, Marx, K: *Miseria de la Filosofia, Respues- a ab ilosofia de In Miseria’ del Sefior Proudhion” (1647), en Miseria de la Fi esofia, Buenas Aires, Cartago, 1983. Menénde2, E. “Ideolagia, ciencia y reall dad nacional’, en Verén, E. (comp.), Ciencias Soctales » realidad nacional, Bueros Aises, 1970. Menénces, E: "Premisas bisicas: para el aniliss del condicionamiento de la pro 86 duccién (e6tica en Clencias Antropol6 gieas", Mimeo, Buenos Aires, 1975 Menéndez, E: " ‘Nuevos’ objetos de est- dio de la antropologia social", Actas de la XV Mesa Redonda de ta Sociedad Mexicana de Antropotogta, Tomo Ul, 1977. Menéndez, B.: “Definiciones, indefinicio- nes y pequedios saberes’, en Alleridia- des, N", México, UAM, Itapalapa, 1991, Nisbet, Ri La formacisn del perisamiento socioldgico, Buenos Aires, Ainorrortu, 1969, Tomo I Reynoso, C. (comp): Ef surginento de fa antropologia posmaderna, Buenos A= res, GEDISA, 1991 Schaff, A: “Ideologia y verdad’, en Vern, E,, Hl proceso ideoligica. Buenos Altes, Tiempo Contemporineo, 1974. Schaff, Ax "Marxisme et sociologie de la connaissance”, en L'bomme et la socié- 16, N10, 1968, Ulin, Rober C: Antropelogia y teorta so- lal, México, Siglo XX1, 1990. Il. Parentesco, familia y Estado

You might also like