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El lugar de la
Dirección de Proyectos
en el mundo actual
¿Ha notado los cambios que se producen constantemente en el entorno
social, político y empresarial? ¿Ha notado lo rápidamente que se llevan a
cabo? ¿Y ha visto que cada vez son más veloces? En este artículo, ofrezco una
visión de este fenómeno y algunas de sus manifestaciones y propongo la
Dirección de Proyectos como una filosofía de gestión con la que afrontar
estas situaciones de manera que esta disciplina se convierta en una de las
piedras angulares para la supervivencia de las organizaciones que trabajan
en entornos hostiles. Esto explicaría la proliferación de tantos proyectos a
nuestro alrededor.

Introducción realizar un proyecto de fin de carrera para

Ignacio Antón Gómez
Ingeniero Industrial ICAI (1996). Máster
Project Management Universidad de
Valencia (2004). MBA Executive ESIC
(2005). Líder Seguridad, Higiene y Medio
Ambiente Arbora&Ausonia. Tutor del
Máster en Project Management Uni-
versidad de Valencia.
Comentarios a: comentarios@icai.es
Todos y, en especial, nosotros, los ingenie-
ros, estamos familiarizados con los proyectos
y su concepto. Sin embargo, nos encontra-
mos con que, cada vez más, la palabra “pro-
yecto” se utiliza en más ámbitos. La pregunta
que podríamos hacernos es si se utiliza con
el mismo significado o con uno distinto.
Algunos de nosotros o de nuestros cole-
gas ingenieros o arquitectos puede que se
muestren enojados ante tal atrevimiento:
¿cómo puede osar un lego en la materia
mancillar, con su uso, el sacrosanto concepto
de proyecto?, ¿cómo puede ser que, hoy en
día, un psicólogo, un médico o, incluso, un
músico nos hablen de proyectos? Tengamos
en cuenta que, hasta hace bien poco, en de-
terminadas escuelas de ingenieros, sólo los
ingenieros superiores tenían el privilegio de
llegar a titularse. Mientras, los ingenieros técni-
cos correspondientes a la misma rama de la
ingeniería debían completar un “trabajo de
fin de carrera” que, a decir verdad, era muy
similar al proyecto de fin de carrera del inge-
niero superior. Es por ello que me atrevo a
aventurar la posibilidad de que alguno de
nosotros pensemos así.
En cambio, estoy seguro de que otros in-
genieros y arquitectos no pensarán así y les
parecerá apropiado que la palabra proyecto
sea utilizada por todo tipo de personas sin
importar los estudios que hayan cursado.
En el mundo profesional, a nuestro alrede-
dor, oímos hablar a personas que dicen estar
ejecutando proyectos continuamente, ¿a qué
se debe esto?, ¿se han vuelto todos locos?,
¿es una moda? No cabe duda de que, en

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nuestro caminar a lo largo de la vida profe-
sional, todos intentamos hacer valer nuestros
logros y decir que un trabajo o una tarea
que estamos llevando a cabo no son sólo un
trabajo o una tarea sino un proyecto.
No, decididamente, no es lo mismo: darle
el nombre de proyecto lo viste mejor. Pero,
¿es realmente un proyecto o sólo estamos
adornando el trabajo para que parezca más
interesante?
La definición de proyecto
Veamos, para empezar, algunas de las defi-
niciones que podemos encontrar de la pala-
bra “proyecto”. En primer lugar, me remitiré
al diccionario por ser una manera sencilla de
encontrar una definición que no origine dis-
crepancias nada más comenzar y, además, al
alcance de todos. El diccionario de la Real
Academia define el proyecto, entre otras
acepciones, como designio o pensamiento
de ejecutar algo.
Una segunda acepción que aparece en es-
te diccionario acota el proyecto como el
conjunto de escritos, cálculos y dibujos que
se hacen para dar idea de cómo ha de ser y
lo que ha de costar una obra de arquitectura
o ingeniería. Estoy seguro de que esta des-
cripción de lo que es un proyecto nos es
muy familiar. Sin embargo, se está identifican-
do proyecto con documentos cuando todos
sabemos que llevar a cabo un proyecto es
una actividad que va más allá de los meros
documentos que pueden ser tan sólo unos
entregables de alguna de las fases del con-
junto del trabajo. Nótese que ya estoy intro-
duciendo otro concepto de proyecto ya que
estoy mencionando actividades que no son
simplemente una colección de documentos
o cuyo fin es sólo la generación de estos.
Además, podemos encontrar otras defini-
ciones como la que nos ofrece el profesor
Gómez-Senent1 en la que se menciona que
el proyecto comprende el conjunto de activi-
dades intelectuales ordenadas y estructuradas
que conducen a su resolución, a lo que hay
que sumar la descripción de la solución y de
cómo se llega a ella y se construye o se hace
realidad.
Finalmente, copiaré la que nos ofrece el
PMI (Project Management Institute) que es,
sin duda, la asociación profesional de la Di-
rección de Proyectos mayor del mundo pues
(1)
Gómez-Senent, Eliseo y Capuz, Salvador, “El proyecto y su dirección y gestión”, Servicio de Publicaciones de Universidad Politécnica de Valencia, 1999
(2)
“A Guide to the Project Management Body of Knowledge: PMBOK guide-3rd ed.”, Project Management Institute, Inc., 2004
(3)
Lostado, Rafael, “La dirección de proyectos empieza por uno mismo”, OdPe, S.L., 2005. http://www.odpe.com
(4)
Al Ries y Laura Ries, “Las 22 leyes inmutables de la marca”, McGraw-Hill/Interamericana de España, 2000
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cuenta con, aproximadamente, 150.000 afilia-
dos. Según esta asociación, se trata de un
emprendimiento temporal cuyo fin es entre-
gar un producto, servicio o resultado único2.
Se observa que esta definición contempla un
ámbito de actividad mucho más amplio que
las anteriores que he mencionado.
Para explicarla de manera más clara, me
remitiré a las palabras del doctor Lostado3:
• Temporal significa que cada proyecto tiene
un comienzo y un final definidos. Por tanto, un
proceso continuo no es un proyecto.
• Único significa que el producto, servicio o
resultado es diferente de alguna manera y
se distingue de otros productos, servicios o
resultados.
• En los proyectos se combina la utilización
de recursos humanos, técnicos, financieros y
materiales.
Bueno, pues parece que ya empezamos a
ver la luz en cuanto a las diferentes formas
de entender los proyectos y podría ser que,
quizá, sin ser aceptado por todos, resulte
que sí que es verdad que la mayoría de
estas personas de las que hablábamos se
encuentran trabajando en proyectos. Lo que
hay que dejar claro es que ni todos trabajan
en proyectos de igual envergadura ni todos
trabajan en la misma posición del organigra-
ma de su organización. Para establecer una
analogía, si muchos de nosotros estamos
trabajando en distintas empresas, no tiene
igual responsabilidad aquél que es el direc-
tor general de una compañía como el que
es un técnico de esa misma compañía, ni la
tienen dos personas que, ocupando puestos
equivalentes en una organización, pertenez-
can a una gran corporación multinacional o
a una pyme de las que son más pequeñas
que medianas.
A la vista de esto, alguien habrá que, co-
mo yo, valore que esta es una gran ocasión
para hacer ver el valor de la ingeniería en
nuestra sociedad actual y no desaprovechar
la opor tunidad que se nos brinda. Dice Al
Ries en uno de sus libros 4 que una de las
formas de hacer crecer una marca no es
haciendo publicidad de la marca sino hacer
publicidad de la categoría de la marca. En
nuestro caso, si tuviéramos intención de que
se valorase la Ingeniería Industrial dentro de
la sociedad, sería apropiado hacer valer el
concepto de ingeniería, en general, en toda
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la sociedad, haciendo crecer la considera-
ción de la categoría “ingeniería”. El concep-
to proyecto, tal como se venía utilizando
hasta hace no mucho tiempo, era un con-
cepto casi exclusivo de la ingeniería y la ar-
quitectura así que si creamos, alimentamos
y cedemos este concepto para uso de otras
ramas del saber y de la práctica profesional,
¿por qué no utilizarlo como elemento pu-
blicitario?
Esto, sin duda, es una opor tunidad para
hacer ver, una vez más, la utilidad del inge-
niero en nuestra sociedad ya que los inge-
nieros, por estar más familiarizados con el
concepto de proyecto, tienen una caracte-
rística añadida que les proporciona un valor
diferencial para las organizaciones en las que
trabajan.
Lo siguiente que nos debemos preguntar
es, ya que los proyectos están presentes y
esto parece que es bueno para nuestro co-
lectivo, ¿podemos afirmar que esto es bueno
para las organizaciones en las que desarrolla-
mos nuestra profesión?
El entorno que potencia la
necesidad de los proyectos
Analicemos, a continuación, por qué hemos
encontrado, de pronto, que los proyectos
surgen como setas.Yo lo achaco al entorno
empresarial en el que nos movemos y lo ra-
zonaré a continuación.
Hace muchos años, desde el final de 2ª
Guerra Mundial, cuyo 60º aniversario actual-
mente estamos celebrando, hasta la crisis del
petróleo de inicio de los 70, el mundo se
encontraba, desde el punto de vista de los
mercados, en estado de demanda. Los que
tuvieron la suerte de vivir aquellos tiempos
desde lugares destacados vieron cómo cual-
quier cosa que se fabricaba, se vendía. Había
poca oferta en los mercados y los consumi-
dores ya poseían una cierta capacidad para
adquirir esos bienes.
A par tir de esa fecha, los mercados se
han ido saturando y hemos tenido que es-
forzarnos mucho para salir adelante. Uno
de los efectos más tremendos que hemos
tenido y que ha llegado hasta nuestros días
es la rápida obsolescencia de todo lo que
nos rodea. Este fenómeno ha aparecido co-
mo consecuencia del aumento de la com-
petencia en unos mercados cada vez más
saturados. Hay que ofrecer productos o
ser vicios distintos para conseguir captar
clientes o que los que ya son clientes nos
vuelvan a comprar.
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Los productos cambian a velocidades ver-
tiginosas. Podemos utilizar como ejemplo los
PCs de los que recordaremos su rápida
evolución desde aquellas máquinas monstruo-
sas que nos permitían hacer algunos cálculos
y que generaban aquellas cantidades enor-
mes de calor, a los portátiles que podemos
transportar con relativa comodidad a cual-
quier parte.
Además, se crean, continuamente, nuevas
categorías de productos, es decir, familias de
productos que antes no existían o segmentos
nuevos de los mismos. En este caso, como
ejemplo, un tanto manido, de categoría
nueva que se crea podríamos hablar de la
telefonía móvil y, en cuanto a segmentos
nuevos, podríamos mencionar las tiendas
“hard discount”.
A su vez, con más frecuencia, nuestros
clientes nos piden productos o servicios per-
sonalizados, adaptados a sus necesidades
concretas, de manera que el producto o ser-
vicio se convierten en únicos.
Por otra parte, las tecnologías. Un televi-
sor, hoy en día, no tiene nada que ver con el
de transistores que pude ver en casa cuando
era un niño y ni qué decir del de válvulas.
Pero es que las pantallas de plasma o LCD
no se parecen tampoco a los tubos de rayos
catódicos que todavía podemos ver comer-
cializar.
¿Y qué decir de los procesos? Aquellos
que hayan trabajado en banca o hayan
mantenido relación con la misma, recordarán
cómo se hacían los apuntes en cuenta hace
veinte años (muchos de ellos a mano), cómo
se hacían hace diez (de forma electrónica en
las oficinas del banco) y cómo se pueden
hacer ahora (directamente, desde casa, con
nuestra conexión a Internet). Y la informa-
ción viajaba de forma análoga.
Por supuesto, todas estas situaciones van
relacionadas. No se puede concebir un cam-
bio tan vertiginoso en los procesos si no hay
cambio tecnológico y si no hay nuevas ca-
tegorías que atender que coinciden con la
aparición de nuevos usos y costumbres.
En cuanto a lo último, los usos y costumbres,
también han cambiado mucho y nos tocará
asistir a alteraciones significativas en el futuro.
Realmente, la velocidad de cambio no es que
sea vertiginosa, es que parece un proceso de
realimentación positiva: a más cambio, mayor
velocidad para realizar nuevos cambios.
Los competidores se han multiplicado por-
que las barreras y, entre ellas, las que ofrecían las
fronteras de los países, ya no son insalvables.
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Recientemente, como ya os habrá pasado a
muchos, fui a comprar un libro. Como era de
un campo muy específico, no lo encontré en
la librería de mi barrio así que me dirigí a mi
PC conectado a Internet. Allí encontré, en
varias páginas web de empresas con opera-
ciones en España, que me ofertaban el libro
por unos 120 €. Me dirigí a una conocida
empresa de venta de libros que opera en
Internet pero radicada en Estados Unidos: el
mismo libro, con portes, salía por unos 70 €.
Es cierto que la encuadernación no era de
igual calidad pero era suficiente para lo que
yo lo necesitaba.
Parece, pues, que nos encontramos en un
mundo dominado por el cambio constante y
ver tiginoso, en el que la incer tidumbre es
cada vez mayor. La situación es caótica, en
una interpretación matemática del término, y
compleja. ¿Cómo pueden nuestras organiza-
ciones responder a este entorno? ¿Pueden
permitirse, como antaño, permanecer inmu-
tables mientras el entorno cambia? La res-
puesta a esta última pregunta, por supuesto,
es negativa.Tenemos varias opciones:
• Comportarnos como si el mundo no fuera
a cambiar. Quizá algún afortunado se lo pue-
da permitir. Por ejemplo, aquel que trabaje
como funcionario que haya obtenido su plaza
por oposición, o un mecanismo semejante,
en un estado del que se pueda esperar, razo-
nablemente, que no vaya a sufrir alteraciones
sustanciales. No creo, de todas maneras, que
esta situación sea aplicable a la mayoría de
nosotros.
• Comportarnos como si el entorno fuera
cambiante pero predecible. Esto nos llevará
a ir reaccionando a los próximos cambios
pero sin ser radicales en el planteamiento.
Más pronto que tarde, nos alcanzará un giro
inesperado en nuestro mercado que nos
dejará definitivamente tocados. Tenderemos
a plantear reorganizaciones o nuevos nego-
cios pero sin una presión excesiva. No hace
falta decir que esta estrategia no es sosteni-
ble en el tiempo a no ser que trabajemos
en sectores muy concretos como la indus-
tria extractiva de minerales estratégicos de
la que es fácil prever que seguirá habiendo
demanda de esos materiales por un largo
tiempo.
• Adoptar una postura activa frente al cam-
bio. Nuestras organizaciones se mantendrán
atentas y a punto para llevar a cabo las adap-
taciones necesarias en tecnología, productos,
negocios, mercados, etc. De hecho, proba-
blemente, el cambio constante es lo único
que permanecerá en ellas a lo largo del tiem-
po. Los mejores tendrán el privilegio de ser
los que lideren los cambios.
En mi opinión, las organizaciones en las
que trabajamos tienen que esforzarse por
adaptarse, constantemente, a su entorno. Así
que no podemos ser estáticos sino que ne-
cesitamos cambiar. ¿Y cómo podemos hacer
esto? Este es, probablemente, el reto al que
nos estamos enfrentando casi todos en nues-
tros puestos de trabajo.Y nos permite enla-
zar con el motivo de este artículo: el papel
de la Dirección de Proyectos en el mundo
actual.
El papel de la Dirección de
Proyectos
El concepto de proyecto, como hemos
mencionado más arriba, es un concepto
temporal dinámico, es decir, los proyectos
se conciben para un objetivo concreto, pa-
ra un cliente, con un alcance limitado y co-
nocido y para ser terminados en una fecha
y no tienen por qué ser rígidos. Más bien
al contrario, raro es el proyecto que acaba
exactamente tal cual empezó, es decir, los
proyectos se adaptan. ¿Qué hacer enton-
ces? Mi respuesta es sencilla. Debemos
permanecer atentos a nuestro entorno
para decidir los cambios que debemos
acometer.
Cuando haya que afrontarlos, debemos
poner en marcha un proyecto que permita a
nuestra organización sacar par tido de ese
cambio. El proyecto deberá ser diseñado y
ejecutado eficaz y rápidamente. Al finalizar, el
equipo del proyecto se disolverá y las perso-
nas que lo componían se asignarán a tareas
rutinarias, de nuevo, o a nuevos proyectos.
No puedo asegurar tajantemente que la
gestión de proyectos y su dirección sean
la solución, tal como los conocemos hoy, para
los cambios que nos esperan en el futuro
puesto que los proyectos han estado funcio-
nando, al igual que nuestras organizaciones,
en entornos cuasi estáticos. Lo que sí puedo
asegurar es que es el concepto de gestión
que, actualmente, más se aproxima a la rea-
lidad que estamos viviendo.
Llegados a este punto, debemos pregun-
tarnos, ¿está mi organización preparada para
vivir con el cambio constante, inmersa en un
mundo caótico y en un entorno de gran in-
cer tidumbre y sacar el mejor par tido del
mismo? ¿Puede ayudarme la Dirección de
Proyectos?
Y obrar en consecuencia.
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