DE JUSTICIA DE LA NACION 1979
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en mas 0 en menos” resultare de la prueba a producir en el proceso
resulta inapropiada, pues dicha reserva sélo se habia circunscripto al
reclamo efectuado por la lesién estética y no a las demas partidas.
6*) Que, en tales condiciones, la sentencia apelada contiene defec-
tos de fundamentacién que justifican su descalificacién como acto ju-
risdiccional, ya que media relacién directa e inmediata entre lo decidi-
do y las garantias constitucionales que se invocan como vulneradas
(art. 15 de la ley 48),
72) Que en lo atinente al modo de caleular los intereses devengados
con posterioridad al dia 1 de abril de 1991 (fs. 215/216), cabe sefialar
que atento el allanamiento formulado por la parte actora resulta inne-
cesario que el Tribunal se expida sobre el planteo constitucional.
Por ello, con el aleance indicado, se declara procedente el recurso
extraordinario y se deja sin efecto la sentencia en cuanto fue materia
de agravios. Con respecto a la tasa de interés se admite el allanamiento
formulado por la demandada. Con costas (art. 68 del Cédigo Procesal
Civil y Comercial de la Nacién), Vuelvan los autos al tribunal de ori-
gen a fin de que, por medio de quien corresponda, proceda a dictar un
nuevo fallo con arreglo a lo expresado. Agréguese la queja al principal.
Reintégrese el depésito. Notifiquese y remitanse.
Antonto Boactano — Carios S, Fayr — Aucusto César BELLUScIo —
Ricarpo Levene (H) — Mariano Aucusto Cavacna Martinez — Juuio S.
Nazareno — Epuarpo Moiné O’Connor.
TREBAS S.A,
RECURSO ORDINARIO DE APELACION: Tercera instancia. Generalidades.
Si la resolucién de la Direccién General Impositiva aplicé el art, 25, inc c), de la
ley 11.683, por considerar, tan s6lo, que para justificar el incremento patrimo-1980 FALLOS Di LA CORTE SUPREMA
516
nial se debia probar fehacientemente que los fondos dimanaban de una auténti-
ca capacidad econdmica y financiera de la sociedad extranjera que efectué los
aportes de capital, el planteo realizado en el memorial con sustento en presuntas
irregularidades que permitirian aplicar la presuncién contenida en la norma
citada, implica la introduccidn de un argumento distinto, que no puede ser consi-
derado en la instancia ordinaria de apelacién ante la Corte
RECURSO ORDINARIO DE APELACION: Tercera instancia. Generalidades.
Los agravios que constituyen meras diserepancias con el criterio del sentenciante,
pero distan de contener una critica concreta y razonada de los fundamentos que
informan la sentencia, resultan ineficaces.
PRINCIPIO DE CONGRUENCIA.
Afecta el principio de congruencia, la revocacién dispuesta por la camara de as-
peetos del acto administrative que no fueron objeto del pertinente recurso que
dedujo el contribuyente ante el Tribunal Fiscal.
IMPUESTO A LAS GANANCIAS.
La resolucién de la Direccién General Impositiva que presume injustificados los
ingresos provenientes de un “paraiso fiscal” y exige, para desvirtuar esa presun-
cidn, la prueba de que no fueron generados en el pais, no constituye una deriva-
cién razonada del derecho vigente con aplicacién a las circunstancias de la cau-
sa, sino que traduce consideraciones de politica legislativa en materia econémica
conducentes a prescindir de Jas decisiones que, por accién u omisién, adopte el
Poder Legislativo (Voto del Dr. Antonio Boggiano).
IMPUESTO A LAS GANANCIAS,
Al no existir voluntad legislativa de ejercer el poder tributario para distinguir el
tratamiento de los ingresos provenientes de “parafsos fiscales”, tal silencio debe
entenderse como omisién juridicamente decisiva (Voto del Dr. Antonio Boggiano)
JURISDICCION Y COMPETENCIA: Principios generales.
La jurisdiccién internacional del 6rgano de aplicacién depende de la jurisdiceién
legislativa, con arreglo al principio segrin el cual la aplicabilidad de la ley depen-
de de su validez (Voto del Dr. Antonio Boggiano).DE JUSTICIA DE LA NACION 1981
316
FALLO DE LA CORTE SUPREMA
Buenos Aires, 14 de septiembre de 1993.
Vistos los autos: “Trebas S.A. s/ recurso de apelacién-impuesto a
las ganancias”.
Considerando:
1*) Que al impugnar las declaraciones juradas de la actora, relati-
vas al impuesto a las ganancias, correspondientes a los ejercicios fis-
cales de los afios 1979 a 1984, la Direccién General Impositiva deter-
miné de oficio la materia imponible y el gravamen resultante —salvo
en el ultimo de los referidos ejercicios, en el que ajusté el quebranto
declarado- y le aplicé una multa en los términos del art. 46 de la ley
en 1978 y sus modificaciones). El organismo recaudador
que los aportes de capital efectuados desde el exterior por
una sociedad domiciliada en el Principado de Liechtenstein —que era
el principal accionista de Trebas S.A.— justificaran el incremento pa-
trimonial que se produjo en la entidad accionante y, por ende, aplicé la
presunci6n establecida por el art. 25, inc. e, de la citada ley, a tenor de
la cual “los incrementos patrimoniales no justificados con mas un diez
por ciento (10 %) en concepto de renta dispuesta o consumida en gas-
tos no deducibles constituyen ganancia neta del ejercicio en que se
producen, a los efectos de la determinacién del impuesto a las ganan-
cias”.
La determinacién de oficio realizada se fund6é asimismo en im-
pugnaciones concernientes a gastos que la autoridad administrativa
consideré que no estaban fehacientemente probados, al calculo de
amortizaciones, y a la inclusién de ciertos rubros en el “ajuste por
inflacién”.
2) Que el Tribunal Fiscal de la Nacién declaré prescriptas las fa-
cultades de la Direccién General Impositiva para determinar y exigir
el impuesto correspondiente al periodo fiscal 1979, confirmé la resolu-
cién administrativa en cuanto en ella se determiné el tributo corres-
pondiente a los afios 1980 a 1983, y modificé el encuadramiento legal
de la infraccién —no obstante lo cual mantuvo la graduaci6n de la multa
impuesta—, pues consideré que se habfa configurado la descripta en el
art, 45 de la ley 11.683 —“omisién de impuestos”—, en lugar de la con-1982 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
316
templada en el art. 46 de dicho texto legal, que reprime la “defrauda-
cién’.
3*) Que el mencionado tribunal sefialé que los agravios de la actora
se referian exclusivamente al ajuste efectuado respecto de los aportes
de capital realizados con ingresos provenientes del exterior, por lo que
se encontraban consentidas las restantes impugnaciones que motiva-
ron la determinacién de oficio. En lo concerniente a los referidos apor-
tes, sostuvo que para enervar la presuncién anteriormente referida
debia probarse el efectivo ingreso de los fondos, y que éstos provenian
de actividades 0 capitales que no hubieran estado sujetos a imposicién
en jurisdiccién nacional. Tuvo por acreditado el primero de tales ex-
tremos, pero no el segundo. Ponderé respecto de este ultimo que se
desconocia a los integrantes de la sociedad extranjera aportante de los
fondos, asi como la actividad que le producia beneficios; a lo que afia-
dié que el hecho de que los capitales pudieran provenir de un “paraiso
fiscal” —asi consideré al Principado de Liechtenstein— robustecia la
presuncion relativa a la falta de justificacién del origen de tales ingre-
sos.
4°) Que la Sala II de la Camara Nacional de Apelaciones en lo Con-
tencioso Administrativo Federal confirmé el pronunciamiento del Tri
bunal Fiscal en lo referente a la prescripcién que declaré, y lo revocé
en cuanto mantuvo la resolucién administrativa respecto de la deter-
minaci6n del impuesto correspondiente a los afios 1980 a 1983, y en lo
concerniente a la multa. Asimismo revocé la mentada resolucién del
organismo recaudador en lo relativo a tales puntos.
5*) Que respecto del incremento patrimonial de la sociedad actora,
el a quo consideré que ésta habfa acreditado el ingreso de los fondos
del exterior e individualizado a sus aportantes, de acuerdo con lo que
disponia la ley argentina aplicable en la especie. Sefialé que la legisla-
cién nacional no contenja otra exigencia, y que no era principio recibi-
do en ella que, en tales circunstancias, debiera exigirse la prueba que
acreditara que los fondos invertidos se hubiesen generado en activida-
des 0 capitales provenientes de extrafia jurisdiccién, sin perjuicio de
que cuando concurrieran circunstancias que autorizaran a presumir
que se tratase de capitales que pudieran haber sido ganancias de fuente
argentina, procediera el requerimiento de tal extremo. Ponderé que,
ante la ausencia de sustento normativo, la circunstancia de que la
sociedad inversora tuviera su domicilio en un “paraiso fiscal”, no auto-
rizaba a exigir la referida prueba.DEJUSTICIA DE LA NACION 1983
516
6%) Que contra el referido pronunciamiento el Fisco Nacional de-
dujo el recurso ordinario de apelacién, que fue admitido por esta Corte
al acoger la queja que aquél interpuso respecto de la resolucién
denegatoria del tribunal a quo (confr. fs. 382/383 vta,).
7*) Que en el memorial de fs. 474/482 el apelante refiere las su-
puestas irregularidades que habrian sido advertidas por los inspecto-
res del organismo recaudador, las que -segtin su criterio— justifican
aplicar la presuncién legal contenida en el art. 25, ine. e, de la ley
11.683. Afirma que la exigencia de que se acredite que los fondos
remesados a la actora desde el exterior se hubieran generado o provi-
nieran de capitales que no estuviesen sujetos a imposicién en jurisdic-
cién nacional, se encuentra dentro de las facultades que dicha norma
otorga al Fiseo Nacional, pues son medidas de prueba que hacen a la
propia naturaleza del sistema indiciario o presuntivo, cuya valoracién
le compete efectuar. Sostiene que el fallo de la camara se ha quedado
inmerso en aspectos estrictamente formales, sin indagar acerca de la
verdad material. Expresa que la determinacién efectuada es proce-
dente, sin necesidad de recurrir como elemento de conviecién prepon-
derante a la cireunstancia de que los fondos provengan de un llamado
“paraiso fiscal”, pues entiende que tal extremo no es decisivo. Sefiala
asimismo que el contribuyente se ha agraviado ante el Tribunal Fiscal
exclusivamente respecto del ajuste efectuado por los aportes de capi-
tal provenientes del exterior, y consintié la determinacién impositiva
en cuanto ésta derivaba de otras impugnaciones, no obstante lo cual
la cémara, al revocar el pronunciamiento de aquel tribunal, y por ende
la resolucién administrativa, no atendié a dicha circunstancia,
8*) Que cabe puntualizar que en la resolucién administrativa —con-
forme a lo que surge del informe al que ella se remite (confr. fs, 227 del
agregado)~ se admitié que se encontraba formalmente acreditado el
ingreso de divisas desde el exterior y la existencia de la sociedad ex-
tranjera, no obstante Jo cual se aplicé la norma contenida en el inc. ¢
del art. 25 de la ley 11.683 por considerarse, tan solo, que para justifi-
car el incremento patrimonial el interesado debia probar
fehacientemente que los fondos dimanaban de una auténtica capaci-
dad econémica y financiera de aquella empresa.
9*) Que, por lo tanto, el planteo que se realiza en el memorial con
sustento en presuntas irregularidades que permitirian aplicar la pre-
suncién contenida en el inc. ¢ del art. 25 de la ley 11.683, implica la1984 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
316
introduccién de un argumento distinto del que motivé la resolucién
del organismo recaudador, cuya revisién constituye el objeto de esta
causa. En tales condiciones, resulta aplicable al caso la jurispruden-
cia de esta Corte segtin la cual es improcedente considerar en esta
instancia cuestiones no sometidas a la decisién de los tribunales infe-
riores (Fallos: 310:2475 y sus citas). Sin perjuicio de ello, procede se-
fialar que las irregularidades aducidas quedaron desvirtuadas con la
pericia que corre a fs, 112/116, cuyas conclusiones no han sido impug-
nadas por la demandada.
10) Que cabe sefialar, por otra parte, que la citada norma se limita
a establecer una determinada consecuencia legal, vinculada con el
impuesto a las ganancias, para aquellos supuestos en que se com-
pruebe un aumento injustificado del patrimonio. Toda vez que la ma-
teria en discusién no gira en torno de los efectos que cabe atribuir a un
incremento de tal caracteristica, sino que ella consiste en determinar
si el aumento de capital de la actora ha sido debidamente justificado
con las constancias obrantes en la causa, o bien si para ello es menes-
ter que se acredite una circunstancia adicional, la reiterada invoca-
cién de dicha norma que el Fisco Nacional realiza en su memorial no
resulta apta para demostrar el respaldo legal que le pretende asignar
a la exigencia de esa otra prueba, relativa a que los fondos remesados
desde el exterior no han sido producto de alguna actividad o capital
gravado por la legislacién argentina.
11) Que el apelante no se ha hecho cargo de los sélidos fundamen-
tos en que el a quo bas6 su decisién, tales como que la legislacién ar-
gentina no establece otras exigencias para justificar los incrementos
patrimoniales derivados de aportes de capital provenientes del exte-
rior que la acreditacién de su ingreso y la individualizacién de los
aportantes, y que aquélla no requiere que a tales fines se deba probar
que los fondos invertidos se hubiesen generado en actividades o capi-
tales provenientes de extrafia jurisdiccién. Ello es asi toda vez que en
el memorial no se invoca otra norma que la precedentemente referida
—que, como se serial, no es idénea para desvirtuar lo decidido-, ni se
criticaron aquellos argumentos sobre la base de disposiciones especifi-
cas de la ley del impuesto a las ganancias, ni de ninguna otra ley
tributaria, ni con arreglo a los preceptos concernientes a las inversio-
nes extranjeras, ni se alega concretamente que Trebas S.A. 0 la socie-
dad del exterior hubiesen realizado actividad alguna que se encontra-
ra gravada de acuerdo con la ley argentina, que pudiera haber genera-DE JUSTICIA DE LA NACION 1985
316
do utilidades no declaradas; incluso se admitié en esta instancia que
el hecho de que la sociedad aportante de los fondos tuviese su domici-
lio en un Estado al que se calificé de “paraiso fiscal” no constituia un
elemento decisivo.
12) Que, por otra parte, carece de consistencia el agravio relativo a
que el fallo apelado no ha indagado acerca de la verdad material, toda
vez que la posicién que sustenté el Fisco Nacional en este juicio ha
estado encaminada a obtener la aplicacién de una presuncién legal,
sin haber especificado en qué consiste la realidad que invoca.
18) Que en virtud de las consideraciones expuestas cabe concluir
que, en el aspecto examinado precedentemente, los agravios del recu-
rrente constituyen meras discrepancias con el criterio del sentenciante,
pero distan de contener una critica concreta y razonada de los funda-
mentos que informan la sentencia y resultan, finalmente ineficaces al
fin perseguido (confr. Fallos: 310:2475 y 2907; 311:1989; 312: 609, en-
tre otros), por lo que corresponde declarar desierto el recurso con arre-
glo a lo establecido en el art. 280, segundo parrafo, del Cédigo Proce-
sal Civil y Comercial de la Nacién.
14) Que, en cambio, el recurso resulta procedente en cuanto se
aduce que el a quo revocé la resolucién administrativa sin haber con-
siderado que ciertos aspectos de la determinacién efectuada por el or-
ganismo recaudador no fueron cuestionados por la actora. En efecto,
en su apelacién ante el Tribunal Fiscal dicha parte no se agravié respec-
to de la totalidad de los rubros que motivaron el dictado de aquélla
sino que limité la impugnacién a lo concerniente al incremento patri-
monial derivado de los aportes provenientes del exterior. En tales con-
diciones, la revocacién que dispuso la cAmara no puede aleanzar a
aquellos aspectos del acto administrativo que no fueron objeto del per-
tinente recurso que dedujo el contribuyente ante el Tribunal Fiscal
toda vez que, de otro modo, se afectaria el principio de congruencia
(confr. Fallos: 310:1068). Por tanto, corresponde restringir los alcan-
ces del pronunciamiento apelado a los limites que resultan de lo ex-
puesto,
Por ello, se declara desierto el recurso ordinario de apelacién de-
ducido por el Fisco Nacional, salvo en lo relativo al planteo tratado en
el considerando 14. En este aspecto se modifica el pronunciamiento
apelado de acuerdo con lo alli establecido. Las costas de esta instancia1986 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
316
se imponen de acuerdo con lo establecido en el art. 71 del Cédigo Pro-
cesal Civil y Comercial de la Nacién. Notifiquese y devuélvase.
Antonio Boaaiano (segtin su voto) — Rovotro C. Barra — Cartos S.
Fayr — Aucusto César BeLiuscio — Enriqur Santiaco Perracca! —
Rircarpo Levene (11) — Mariano Aucusto Cavacna Martinez — Jutio S.
NAZARENO.
Voto DEL SENOR PRESIDENTE DOCTOR DON ANTONIO BoGGIANO
Considerando:
1) Que al impugnar las declaraciones juradas de la actora, relati-
vas al impuesto a las ganancias, correspondientes a los ejercicios fis-
cales de los afios 1979 a 1984, la Direccién General Impositiva deter-
miné de oficio la materia imponible y el gravamen resultante -salvo
en el ultimo de los referidos ejercicios, en el que ajusté el quebranto
declarado— y le aplicé una multa en los términos del art. 46 de la ley
11.683 (t.0. en 1978 y sus modificaciones). El organismo recaudador
no admitié que los aportes de capital efectuados desde el exterior por
una sociedad domiciliada en el Principado de Liechtenstein —que era
el principal accionista de Trebas S.A. justificaran el incremento pa-
trimonial que se produjo en la entidad accionante y, por ende, aplicé la
presuncién establecida por el art. 25, inc. e, de la citada ley, a tenor de
la cual “los incrementos patrimoniales no justificados con ms un diez
por ciento (10 %) en concepto de renta dispuesta 0 consumida en gas-
tos no deducibles constituyen ganancia neta del ejercicio en que se
producen, a los efectos de la determinacién del impuesto a las ganan-
cias”.
La determinacién de oficio realizada se fundé asimismo en
impugnaciones concernientes a gastos que la autoridad administrati-
va consideré que no estaban fehacientemente probados, al cdlculo de
amortizaciones, y a la inclusién de ciertos rubros en el “ajuste por
inflacién”.
28) Que el Tribunal Fiscal de la Nacién declaré prescriptas las fa-
cultades de la Direccién General Impositiva para determinar y exigir
el impuesto correspondiente al periodo fiscal 1979, confirm6 la resolu-DEJUSTICIA DE LA NACION 1987
cién administrativa en cuanto determin6 el tributo correspondiente a
los afios 1980 a 1983, y modificé el encuadre legal de la infraccién —no
obstante lo cual mantuvo la gratdluacién de la multa impuesta—, pues
consideré que se habfa configurado la descripta en el art. 45 de la ley
11.683 —omisi6n de impuestos-, en lugar de la contemplada en el art.
46 de dicho texto legal, que reprime la defraudacion.
3*) Que el mencionado tribunal sefialé que los agravios de la actora
se referian exclusivamente al ajuste efectuado respecto de los aportes
de capital realizados con ingresos provenientes del exterior, por lo que
se encontraban consentidas las restantes impugnaciones que motiva-
ron la determinacién de oficio. En lo concerniente a los referidos apor-
tes sostuvo que para enervar la presunci6n del art. 25, inc. e, de la ley
11.683, debia probarse el efectivo ingreso de los fondos, y que éstos
provenian de actividades o capitales que no hubieran estado sujetos a
imposicién en jurisdiccién nacional. Tuvo por acreditado el primero de
tales extremos, pero no el segundo. Ponderé respecto de este tiltimo
que se desconocia a los integrantes de la sociedad extranjera aportante
de los fondos, asi como la actividad que le producia beneficios; a lo que
aiiadié que el hecho de que los capitales pudieran provenir de un “pa-
raiso fiscal” robustecia la presuncién de la falta de justificacién del
origen de tales ingresos.
49) Que la Sala II de la Camara Nacional de Apelaciones en lo Con-
tencioso Administrativo Federal confirmé el pronunciamiento del Tri-
bunal Fiscal en lo referente a la prescripcion y lo revocé en cuanto
mantuvo la resolucién administrativa respecto de la determinacién
del impuesto correspondiente a los afios 1980 a 1983, y en lo concer-
niente a la multa. Asimismo, revocé dicha resolucién del organismo
recaudador respecto de tales puntos.
5*) Que la cémara consideré, respecto del incremento patrimonial
de la sociedad actora, que ésta acredité el ingreso de los fondos del
exterior e individualiz6 a sus aportantes, de acuerdo con lo que dispo-
nia la ley argentina aplicable en la especie. Serialé que la legislacion
nacional no contenia otra exigencia, como la referente a la acreditacién
de que los fondos invertidos se hubiesen generado en actividades o
capitales provenientes de extrajia jurisdiccién. Dejé a salvo, no obs-
tante, la posibilidad de que cuando concurrieran circunstancias que
autorizasen a presumir que se tratare de ganancias de fuente argenti-
na, procediera el requerimiento de tal extremo. Ponderé que, ante la
ausencia de sustento normativo, la circunstancia de que la sociedad1988 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA.
316
inversora tuviera su domicilio en un “parafso fiscal”, no autorizaba a
exigir la referida prueba.
6) Que contra el referido pronunciamiento el Fisco Nacional de-
dujo el recurso ordinario de apelacién, que fue admitido por esta Corte
al acoger la queja que aquél interpuso respecto de la resolucién
denegatoria de la camara.
7) Que en el memorial, el apelante refiere las supuestas irregula-
ridades que habrfan sido advertidas por los inspectores del organismo
recaudador, las que seguin su criterio justifican aplicar la presuncién
legal contenida en el art. 25, inc. e, de Ja ley 11.683. Afirma que la
exigencia de que se acredite que los fondos remesados a la actora des-
de el exterior se generaron 0 provinieron de capitales que no estuvie-
ron sujetos a imposici6n en jurisdiccién nacional, se encuentra dentro
de las facultades que dicha norma otorga al Fisco Nacional, pues son
medidas de prueba que hacen a la propia naturaleza del sistema
indiciario o presuntivo, cuya valoracién le compete efectuar. Sostiene
que el fallo de la cdmara ha quedado inmerso en aspectos estricta-
mente formales, sin indagar acerca de la verdad material debatida en
la causa. Expresa que la determinacién efectuada es procedente, sin
necesidad de recurrir como elemento de conviccién preponderante a la
circunstancia de que los fondos provengan de un Iamado “paraiso fis-
cal”, pues entiende que tal extremo no es decisivo. Sefiala, asimismo,
que el contribuyente se habfa agraviado ante el Tribunal Fiscal exclu-
sivamente respecto del ajuste efectuado por los aportes de capital pro-
venientes del exterior y habia consentido, en cambio, la determina-
cién impositiva en cuanto ésta derivaba de otras impugnaciones, no
obstante lo cual la camara, revocé el pronunciamiento de aquel tribu-
nal, y por ende la resolucién administrativa, sin atender a dicha cir-
cunstancia.
8°) Que en relaci6n al primer agravio, el Tribunal Fiscal habia con-
siderado que el ingreso de los fondos del exterior estaba acreditado en
la causa. No obstante, afiadié otra exigencia probatoria para tener por
justificado el incremento patrimonial: la prueba de que los fondos se
hubieran generado por actividades o capitales provenientes de extra-
fia jurisdiccién.
9°) Que el nticleo de la cuestién radica, pues, en determinar si en
ausencia de una norma legal especifica y precisa el organismo fiscal
pudo presumir injustificados los ingresos provenientes de un “paraisoDE JUSTICIA DE LANACION 1989
3168
fiscal” y exigir, para desvirtuar esa presuncién, la prueba de que ellos
no fueron generados en el pais.
10) Que la introduccién de una exigencia probatoria adicional, fun-
dada en la circunstancia del lugar de origen de los fondos, no constitu-
ye una derivacién razonada del derecho vigente con aplicacién a las
circunstancias de la causa. Traduce, en cambio, consideraciones de
politica legislativa en materia econémica conducentes a prescindir de
las decisiones que, por accién u omisién, adopte el Poder Legislativo.
11) Que, en efecto, la determinacién de un eventual tratamiento
impositivo diferente para las inversiones provenientes de determina-
dos paises —aunque s2a en lo referente a la prueba de su origen— cons-
tituye una decision de politica econémica que incumbe al Congreso
(arg. articulo 67, ines. 1 y 2, de la Constitucién Nacional), y no a la
Direccién General Impositiva o al Tribunal Fiscal de la Naci6n, maxi-
me considerando la afectacién de las relaciones de nuestro pais con
otros estados extranjeros que podria derivarse de aquella discrimina-
cién (arg. articulos 67, inciso 19 y 86 inciso 14, de la Constitucién Na-
cional).
12) Que de otro modo resultaria seriamente desvirtuado el siste-
ma de independencia de poderes establecido en la Constitucién Nacio-
nal. En efecto, si no se respetase la competencia de los 6rganos respec-
tivos podria suceder que las decisiones adoptadas por aquéllos, por
ejemplo, disponiendo una politica de apertura para los capitales ex-
tranjeros (confr. vgr. la ley 21.382, de inversiones extranjeras, con las
modificaciones introducidas por la ley 23.697), resultasen frustradas
por resoluciones administrativas 0 jurisdiccionales que no hacen sino
expresar un criterio de politica legislativa precisamente opuesto.
13) Que, adems, el estudio de la cuestién desde la perspectiva de
la doctrina de la jurisdiccién internacional en materia impositiva con-
duce al mismo resultado, Seguin tal doctrina, el andlisis de la jurisdic-
cién para aplicar la ley impositiva en casos con elementos internacio-
nales se halla conceptualmente subordinado a la validez de dicha ley,
esto es, a su respeto por las normas y principios de derecho internacio-
nal fiscal sobre jurisdiccién para prescribir tributos. No obstante, es
imposible en el caso juzgar sobre la validez referida, pues no ha existi-
do voluntad legislativa de ejercer el poder tributario para distinguir el
tratamiento de los ingresos provenientes de “paraisos fiscales”, por lo
que tal silencio debié entenderse como omisién juridicamente decisi-1990 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
316
va. En tales condiciones, tampoco cabe pronunciarse sobre la jurisdic-
cién internacional del érgano de aplicacién, ya que ella depende de la
jurisdiccién legislativa, con arreglo al principio segtin el cual la
aplicabilidad de la ley depende de su validez (confr. Rutsel Silvestre J.
Martha, The jurisdiction to tax in international law. Theory and
practice of legislative fiscal jurisdiction, Kluwer Law and Taxation
Publishers, Boston, 1988, pags. 59 a 66, y sus citas).
14) Que los informes mencionados en Ja sentencia del Tribunal
Fiscal para corroborar sus conclusiones, confirman, por el contrario,
lo antes considerado. Ello es asf, ya que en aquellos informes se citan
diversas disposiciones de naturaleza legislativa que algunos paises
han adoptado para evitar la utilizacién abusiva de paraisos fiscales,
como un modo de evasién impositiva.
15) Que resta analizar la procedencia del otro agravio, referente al
alcance de la revocacién de la sentencia del Tribunal Fiscal por parte
de la alzada.
16) Que asiste razén al recurrente en cuanto sostiene que la cAma-
ra revocé la resolucién administrativa sin haber considerado que cier-
tos aspectos de la determinacién efectuada por el organismo recauda-
dor no habian sido cuestionados por la actora. En efecto, en su apela-
cién ante el Tribunal Fiscal aquélla limité su impugnacién a lo concer-
niente al incremento patrimonial derivado de los aportes provenien-
tes del exterior. En tales condiciones, la revocacién que dispuso la ca-
mara no puede alcanzar a aquellos aspectos del acto administrative
que no fueron objeto del pertinente recurso que dedujo el contribuyen-
te ante el Tribunal Fiscal, toda vez que, de otro modo, se afectaria el
principio de congruencia (confr, Fallos: 310:1068). Por tanto, corres-
ponde restringir los aleances del pronunciamiento apelado a los limi-
tes que resultan de lo expuesto.
Por ello, se confirma la sentencia apelada excepto en lo relativo al
planteo tratado en el considerando 16. En este aspecto se modifica el
pronunciamiento de acuerdo con lo alli establecido. Las costas de esta
instancia se imponen de acuerdo con lo establecido en el art. 71 del
Cédigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién. Notifiquese y devuél-
vase.
AnTonto BoccIaNno.