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mo también revolver las figuras del mundo externo y distorsionarlas Pues esto externo no tiene ya, como en lo clasico, su concepto y sigs de y en si mismo, sino en el animo, que encuentra su manifestacion, 99 yen la forma de realidad de esto, sino en si mismo, y puede en cada ¢ Tecuperar esta reconciliacién consigo, en todo lo accidental que se « si, en toda desgracia y dolor, incluso en el crimen De nuevo surge por tanto —como en lo simbélico— la indiferencia, te i cion y la separacin entre idea y figura, pero con la diferencia esencial de wv lo romantico la idea, cuya deficiencia comportaba en el simbolo los defectos « figurar, ahora tiene que aparecer en si perfectamente como espiritu y Animo, y sobre el fundamento de esta superior perfeccidn se sustrae a la unificacién correspondien- te con lo externo, pues sélo en si misma puede buscar y consumar su verdadera reali- dad y apariencia Este seria en general el caracter de la forma artistica simbolica, clasica y romanti- ca en cuanto las tres relaciones de la idea con su figura en el ambito del arte. Estas consisten en la aspiraci6n, el logro y el rebasamiento del ideal en cuanto la verdadera idea de la belleza. 3. El sistema de las artes singulares Por lo que en oposicién a estas dos respecta ahora a la fercera parte, ésta presu- pone el concepto del ideal y las formas artisticas generales, pues no es mds que la realizacin de las mismas en un determinado material sensible. Ya no tenemos por tanto que ocuparnos ahora del desarrollo interno de la belleza artistica segtin sus determinaciones fundamentales generales, sino considerar como estas determinacio- nes pasan al ser-ahi, se distinguen externamente y realizan efectivamente cada mo- mento del concepto de la belleza auténomamente para si como obra de arte y no como solamente forma general. Pero, ahora bien, puesto que lo que el arte transfiere al ser-ahi externo son las propias diferencias, inmanentes a la idea de la belleza, en esta tercera parte las formas artisticas generales deben mostrarse asimismo como de- terminacién fundamental para la articulacién y fijacién de las artes singulares; o bien los géneros artisticos tienen en si las mismas diferencias esenciales que nosotros co- nocimos como formas artisticas generales. Ahora bien, la objetividad externa en que estas formas se introducen mediante un material sensible y por tanto particular hace que estas formas se disgreguen autonomamente en sus determinados modos de reali- zaciOn, las artes particulares, en la medida en que toda forma encuentra también su caracter determinado en un determinado material externo y su adecuada realiza- cidn efectiva en el modo de representacién** de éste. Pero, por otro lado, estas for- mas artisticas en cuanto las formas en su determinidad generales rebasan también la realizaci6n particular por un determinado género artistico y adquieren igualmente su ser-ahi mediante las otras artes, si bien de modo subordinado. Por eso las artes particulares, por una parte, pertenecen especificamente a una de las formas artisti- cas generales y forman su externa realidad efectiva artistica conforme, y, por otra, representan** en su modo de configuracidn externa la totalidad de las formas artis. ticas. En general, por tanto, en la tercera parte principal tenemos que ocuparnos de lo bello artistico tal como se despliega en un mundo de belleza efectivamente realiza- da en las artes y sus obras. El contenido de este mundo es lo bello, y lo bello verda- 61 da, el ideal, y, mas prec: mente idad configura’ Nees A sro, como vimos, es esprtualidad. COMME 8 verdad divina ati omen ero, corn ojo, la verdad misma, Esta ee na el centro Miser an se ha apropiado por completo solo como manifestecion de se desarrolla como realidad efectiva objeri. la autonoma aiemetiad a Hes sects s extremos janto realiza. Piped fart a Soe ccaos lo forma por tanto la obje. af torno natural de Dios. Aqui se config ra lo tenido espirituales, no en si mismo, sino en * para la intuicion yel a figura autonoma, forma y el material, esto que aqui lo bello iferencia también en representada* artistico como | de lo exterior de la s{ misma, Pero, pu va y por tanto se d y momentos singul: ¢ dos en realidad efectiva peculiar. tividad todavia sin espiritu, el mero en exterior como tal, que tiene su fin y con! libre, divina, que s¢ y lo lleva en st otro. ; : ae El otro extremo en cambio es lo divino como, algo ae eRe samente particularizado ser-ahi subjetivo dela deidad: la verda : icien- de los sujetos singulares, y no permanece te y viva en el sentido, el 4nimo y el espiritu € u pi efundida en su figura externa, sino que vuelve a lo interno singular subjetivo. Por ello es lo divino como tal al mismo tiempo diferente de su manifestaci6n pura como deidad y entra asi ello mismo en la particularidad que pertenece a todo saber, adver- tir, intuir y sentir subjetivo singulares. En el Aambito andlogo de la religion, con la que el arte, en su fase suprema, esté en conexion inmediata de tal modo que para nosotros, por un lado, esta la vida terrena, natural, en su finitud, pero luego, en segundo lugar, la consciencia toma por objeto a Dios, en el cual se abole la diferen- cia entre objetividad y subjetivo, hasta que, en tercer y ultimo lugar, pasamos de Dios como tal a la devocién de la comunidad, es decir, a Dios tal como esta vivo y presente en la consciencia subjetiva. También en el mundo del arte surgen en desa- rrollo auténomo estas tres diferencias capitales. a) La primera de las artes particulares con que segun esta determinacion funda- Fe ears eceaiicctung bella. Su tarea consiste en enderezar forme al arte, devenga afin ne : etait que ésta, como mundo externo con- exterioridad inmediata como faekbvann TRS eee SS do) prepa one aturaleza inorganica Se ee ppesemsicndo i lectivas de lo simétrico. Puesto que en este ener puede realizarse como espiritualidad concret: poate tee Roney CU de la idea queda impenetrada como algo externa gy nto 2 realidad representada** 80 externo o solo contrapuesta en referencia abstracta, el tipo fundament: i Z al de la ar Beit la arquitectura es la pri quitectura es la forma artistica simbdlica. Pues “Sammlung, Versammiung, Gesammentien, Sichsammeinwolten, 62 mealarte. Puede imprimirle mas 0 menos este significado a su material y las for mas de éste, Seguin sea mas © menos significativa, mas concreta o abstracta, mas Pee damente haya descendido en si misma o mas oscura y superficial sea la determinidad del contenido para el que emprende su trabajo. Es mas, puede querer ir en este res ecto ella misma tan lejos como para procurarle en sus formas y en su material a este contenido un adecuado ser-ahi artistico; pero entonces ya ha rebasado su ambi- to propio y asoma a su fase superior, la escultura. Pues su limite radica precisamente en mantener lo espiritual como algo interior frente a sus formas externas y, por tan- fo, en remitir a 10 animico sdlo como a algo otro. ; b) Pero, asi pues, la arquitectura ha purificado el mundo externo inorganico, Jo ha ordenado simétricamente, lo ha hecho afin al espiritu, y ahi esta preparado cl templo del dios, la casa de su comunidad. En segundo lugar, el dios mismo entra entonces en este templo, al caer el rayo de la individualidad sobre la masa inerte, al penetrarla, y al concentrar y configurar la infinita y no ya meramente simétrica for- ma del espiritu mismo la corporeidad. Esta es la tarea de la escultura. En la medida en que en ésta lo interno espiritual, a lo que la arquitectura no puede sino aludir, se instala en la figura sensible y el material externo de ésta, y ambos aspectos se con- forman mutuamente de fa/ modo que ninguno prevalece, la escultura recibe como su tipo fundamental la forma artistica cldsica. Por eso a lo sensible ya no le queda para si ninguna expresion que no sea la de lo espiritual mismo, asi como, a la inver- sa, para la escultura no es perfectamente representable** ningun contenido espiri- tual que no pueda intuitivizarse entera y adecuadamente en figura corpérea. Pues a través de la escultura el espiritu debe estar ahi en su forma corpérea tranquilo y dichoso en unidad inmediata, y la forma debe ser vivificada por el contenido de una individualidad espiritual. Asi, el material sensible externo no se elabora tampo- co ya ni solo segtin su cualidad mecanica, como masa pesada, ni en formas de lo inorganico, ni como indiferente frente a la color: cion, etc., sino en las formas idea- les de la figura humana, es decir, en la totalidad de las dimensiones espaciales. Res- pecto a esto ultimo, debemos en efecto retener sobre la escultura que en ella accede a manifestacién por primera vez en su eterna calma y esencial autonomia lo eterno yespiritual. A esta calma y unidad consigo s6lo le corresponde aquello externo que todavia persiste en esta unidad y calma. Esta es la figura segun su espacialidad abs- tracta. El espiritu que la escultura representa** es el en si mismo sdlido, no multiple- mente disperso en el juego de las contingencias y pasiones; por ello lo exterior tam- poco es abandonado por aquélla a esta multiplicidad de la apariencia, sino que de ésta solo aprehende un aspecto, la espacialidad abstracta en la totalidad de sus di- mensiones. c) Ahora bien, si la arquitectura ha erigido el templo y la mano del escultor puesto en su interior la estatua del dios, frente a este dios sensiblemente presente en las amplias estancias de su morada esta, en tercer lugar, la comunidad. Es ésta la reflexion espiritual en si de ese ser-ahi sensible, la subjetividad y la interioridad animadoras con que, por consiguiente, tanto en lo que concierne al contenido artis- tico como al material exteriormente representativo**, la particularizacion, la singu- larizacién y su subjetividad se convierten en el principio determinante. La s6lida uni- dad en si del dios de la escultura se deshace en la pluralidad de la interioridad singu- larizada, cuya unidad no es sensible, sino ideal sin mas. Y solo asi, como este de aqui para all4, como esta permuta de su unidad en si y de su realizacion efectiva en al saber subjetivo y en su particularizacion, asi como en la universalidad y unifi- cacion de los muchos, es Dios mismo verdaderamente espiritu: el espiritu en su co- 63 ion de ta hermética | Ja abstr fh ‘ namiento en la corporeidad, tal lidad y al gaber, a ¢ {, Por eso ahora el cc oluto; pero esto debic iis e e munidad, En ésta Dios esta a en : ven del inmediato # consigo Gee también de! ee ala et represen que aparece bs : lidad particular, Animo esencialment en cuanto 4 piritual, e rior es 10 ¢s| : : u an superior rece al mismo EPO EO anos In LO C0 : ; nel a otro, el manifestar, también ahora La arienc neral, el se n si, sino la apariencia en general, Lh : Daisies a fo que deviene para si mismo objeto de la representacio arti . activida asion, accion y aconte to guts iversaen sus Vivos movimientos Y ctividad COMO Pare el Mar cor sniento humanos, en general el vasto dominio del sentir, el querer ¥ yar Correr cimiento humanos, en g Pentel el elemento sensible del arte tiene humanos. Ahora bien, conforme a este contenido, © ele! ata a'le interic : igualmente que mostrarse particularizado en S} mismo y in a a “ en! subjetiva ®. Tal material es aportado por el color, el sonido y; Mepbite ai do en cuanto mera designacion de las intuiciones ¥ representaciones internas, y co mo los modos de realizacion de ese contenido mediante este material tenemos la pin tura, la musica y la poesia. El material sensible, ya que qui parece en si mismo par ticularizado ¢ idealmente puesto por doquier, corresponde al maximo al conte nido espiritual en general del arte, y la conexion entre significado espiritual y mate: rial sensible germina en una intimidad superior a la que era posible en la arquitectura y la escultura. Es esta sin embargo una unidad mas intima, que entra por entero en el aspecto subjetivo, y que, en la medida en que forma y contenido deben particula rizarsee idealmente ponerse, sdlo tiene lugar a expensas de la universalidad objetiva del CE Ne amalgama aH lo inmediatamente sensible. o 1 @ ma y contenido se elevan a la ideali a a la a simbdlica y el ideal clasico de la escultura, asi i petebextrocn 5 tipo de la forma artistica romantica, en el acuflami Micane j I, jamiento adecuada de cuyo modo de configuracién son diestras. Pero son ne somolanticounismio lesila forma’ en’s((mas pete una totalidad de artes, pues Laarticulaci6n interna de esta fercera esfera de la ; (i cerse como sigue: s artes singulares ha de estable- a) El primer arte, el mas i . , proximo a la escultur: i oe su contenido y para la configuracién de ést elt a oncotO piaterial ia medida en que ésta se particulariza al mis ¢, utiliza la visibilidad como tal, en cs spierestvanieste como color. Por etait ae musmia,,és decir, se de- le la arquitectura 3 jue también es visibli lores baneshanis y de la escultura, ible y coloreado lacer- como tal, como Ia | itura, pero no es, como en la pi ‘puesto, lo no la luz en si simple, la lo-en la pintura, el on ) OScUO, yen unidn con esto Awa cual, al especificarse frente a su vada ¢ idealmente , iene color. Esta visibili Puesta no precisa ni de la diferenci Beapuisediasten si sub ‘ia abstractamente mecani ‘ca de masas de la materiali de nr aterialidad rf i {a espacialidad sensible, tal cpenata, como en la arquitectura, ni de la totalidad hi ‘as organi 5 la ry ated mas } Wbilcadyethace —si bien concentrada ala dimensién de la ideales, como la partie, | hacer-visible de la pintura tiene! ‘material, superficie liberan al art ularidad de los colores, y al limitars’ le de la integridad Reitslblevespacial i" er tivi Vaccaro (ol. |, pag, 99), traducis det ® la interionidad ation se ha igualmente Particularizads Rs Hamos: «Conforme a este contenid®. lo en si 1 mismo y debe mostrarse adecuad? Por otro lado, también el contenido obtiene la mas amplia particularizacion. Lo que en el pecho humano puede caber como sentimiento, representacion”, fin, lo que es capaz de configurar como acto a partir de éstos, todo esto multiple puede const! tuir el variopinto contenido de la pintura. Todo el reino de la particularidad, desde el mas elevado contenido del espiritu hasta los mas singularizados objetos nat urales, tiene cabida. Pues aqui puede aparecer también la naturaleza infinita en sus escenas y fenomenos particulares, si bien cualquier alusion a un elemento del espiritu los her- mana més con el pensamiento que con el sentimiento. i B) El segundo arte a través del cual se realiza efectivamente lo romantico es, frente a la pintura, la musica, Su material, si bien todavia sensible, apunta a una subjetividad y a una particularizacion atin mds profundas. En efecto, el poner ideal- mente lo sensible a través de la musica ha de buscarse en el hecho de que supera igualmente e idealiza en el uno individual del punto la indiferente yuxtaposicion del espacio, cuya apariencia total la pintura todavia deja subsistir y deliberadamente si mula. Pero, en cuanto esta negatividad, el punto es en si concreto y un superar act vo dentro de la materialidad, como movimiento y vibracién en si mismo del cuerpo material en su relacion consigo mismo. Tal incipiente idealidad de la materia, que ya no aparece como espacial, sino como idealidad temporal, es el sonido, lo sensible negativamente puesto, cuya abstracta visibilidad se ha tornado audibilidad al por asi decir desligar el sonido a lo ideal de su aprisionamiento en lo material. Esta pri- mera intimidad y animacion de la materia ofrece el material para la intimidad y el alma del espiritu ellas mismas todavia indeterminadas, y hace que en sus sonidos suene y se extinga® el animo en toda la escala de sus sentimientos y pasiones. De tal modo, asi como la escultura esta ahi como el centro entre la arquitectura y las artes de la subjetividad romantica, la musica forma a su vez el centro de las artes romanticas y constituye el punto de paso entre la abstracta sensibilidad espacial de la pintura y la abstracta espiritualidad de la poesia. Como contraposici6n al sentido y ala interioridad, la musica, igual que la arquitectura, tiene en si misma una rela- cin intelectiva de cantidad asi como la base de una firme conformidad a ley de los sonidos y de su combinacién en sucesién “. 7) Por lo que finalmente concierne a la fercera representacion**, la mas espiri- tual, de la forma artistica romantica, es en la poesfa donde tenemos que buscarla, Su peculiaridad caracteristica reside en la fuerza con que se somete al espiritu y a las representaciones* de éste el elemento sensible, del cual comenzaban ya a liberar al arte la musica y la pintura. Pues el sonido, el material externo tiltimo de la poesia, no es en ésta ya el sentimiento mismo que suena, sino un signo para si carente de significado, 0, mejor dicho, el de la representacién* devenida en si concreta, y no ya solo del sentimiento indeterminado y sus matices y gradaciones. El sonido se con- vierte por tanto en la palabra como voz en si articulada cuyo sentido es el de denotar representaciones* y pensamientos, pues el punto en si negativo hacia el que avanza- 33 und lasst in ihren Klangen...klingen und verklingen. $4 Seaiin Knox (vol. 1, pag. 88): «Como la arquitectura, la musica tiene en si misma, en cuanto antic tesis del sentimiento y la interioridad, una relacion de cantidad conforme (conformable) al intelecto mac tematico; también tiene como base una conformidad fija a la ley por parte de las notay (notes) y de combinacidn y sucesién.» De seguir a Merker-Vaccaro (vol. 1, pag. 102), la traduecién seria: «La music, en cuanto oposicion de sentimiento e interioridad, tiene en si misma por consiguiente, como la arquitee {ura, una relacién intelectiva de cantidad y al mismo tiempo el fundamento de una fitme regularidad de los sonidos y de la combinacién de éstos.» ec 65 soncreto, com¢ etamente concreto, 04 9 complet Sendo de si mismo, \ 4 ‘sit e ahi e, partiendo me ae bala mise divi rcons iene del sonido. erolesterclemen se espiritu, com resentacion™ a a interioridad, aqui est par, espacio infinito de la WP mediatamente uno CO” esr se determina a4 oat Feaido he ra consciencia, mientras, ae spara cuya expresion se cier da del conteni S representacior + Jor y conteni 4 pe tenido como rep {carente de valor y Tam. en si mismo este contenido 6On 0 para si tamente del sonido, pero solo come Sree una mera letra, pues lo audib'-. com er rT iene eon Ta i iritu. Asi, el elemeni- de bien el sonido puede ait re pera alusion del ele iis lo visible, ha ido cay Bes representacion** poética propiamente See cae tivizacin espiritual misma, Y, Pe sey artisticas, la poesia las atraviesa tambi ‘ i | espiritu qu i ‘a es el arte universal del " Neeololsewvierteen elias. La poes la realizacion al material externo-sensible y q\ ee dl esta atado para la real ntaciones* y los sentimientos. Pero, ahora : se i espacio y el tiempo internos de las repr My arte va mas alld de sf mismo al abando ien, precisamente en esta fase suprema, el al perauaban bien, Pliemento de la sensibilidad reconciliada del espiritu y pasar de la poesia de la representacion* a la prose cel tet ects seria la totalidad articulada de oe é Fi aaa el objetivo de la escultura, y el arte subjetivo de la Pipe la pe y la poesia. Se han ciertamente ensayado multiples y diversas subdivisiones, pues a obra de arte ofrece una tal riqueza de facetas que, como a menudo ha sucedido, puede hacerse ora de ésta, ora de aquélla, el fundamento de subdivision. Como, p ¢j,, del material sensible. La arquitectura es entonces la cristalizacion, la escultura, la figuracion orgdnica de la materia en su totalidad sensible-espacial; la pintura la su perficie coloreada y la linea; mientras que en la musica el espacio en general pasa al punto, en si colmado, del tiempo; hasta que, por ultimo, en la poesia el material externo se degrada por entero hasta la carencia de valor. O bien se han concebido estas diferencias también segtin el aspecto enteramente abstracto de su espacialidad y temporalidad. Pero tal particularidad abstracta de la obra de arte como el material puede ciertamente ser seguida consecuentemente en su peculiaridad, aunque no ser aplicada como lo en ultima instancia fundamentante, pues tal aspecto mismo deriva su origen de su principio superior y al mismo tiene Por tanto que someterse __Como esto superior hemos visto las formas caracteristicas de lo simbélico, lo ¢ ee SHOALS: ane son los momentos universales de la idea de haltelleza ‘i anes comtnend ea eat ae sa eur Sette tl dole uc fs zasu mas conforme realidad efectivay su maxinna sole ge ee ae Sitmbollico alcan- i y su maxima aplicacion en la arquitectura, donde lavia no se ha degradado, por asi esto, para la forma artistica cla- ja representacion”* poética y | intu ento es comun a todas las formas se desarrolla autonomamente en ¢ ha devenido en si libre, que no articulares: el arte exterior de la como, igualmente, de la re i do auténomo e incondi las fon ae ‘ ras oe to ello y a todas se extienae, a Pero la poesia es conforme a todas ues su elemento propiamente dicho saria P te dicho A Pueda 1a para toda pri eemen hora bien, lo que Di Pertenecer, Produccién de belleza, s¢* ionado, asi 66 Mes particulares en las obras de arte

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