Didactica general
para maestros y profesores
MARIA CRISTINA DAVINI
SantillanaParte
‘TeoriAs Y PRACTICAS DE LA ENSENANZA
1 LA ENSENANZA,
INTRODUCCION
Laensefianza y la preocupaci6n por realizarla dela mejorma-
nera o de lograr sus propésitos es una constante en la historia
desde que el hombre es hombre y vive en sociedad. Los adultos
‘han ensefado siempre a los mas jévenes, los padres asus hijos,
los adultos a otros adultos. ma peculiar de relacién en
tre las personas y estas iadas précticas sociales se han
desazrollado (y se desarrollan) en distintos dmbitos: en el cam-
porn alleres dle artesanos, en las familias, en las iglesia, en las,
{bricas y en todos los espacios de la vida social; y, en general,
erlas insti tivas especialmente creadas para es
tas finalidades (escuelas y universidades). En otros términos la
ensefianza es una prctica social e interpersonal que antecede.
NhistOricamente ala existencia misma de escuelas tal como hoy
las conocemos, y aun hoy se desarrolla més allé de sus limi-
tes, También, desde entonces, ha existido una preocupacién,
cexplicita por las cuestiones de métodos para enseftar, aunque el
‘conocimiento disponible en la época fuese limitado.
Si bien todas las personas enseftan a otros y pueden hacer
To, aunque sea de modo intuitive, no todas se desempenian,
socialmente como maestros, profesores 0 instructores. Desde
‘mediados del siglo x1x, comienza un procesé sostenido de con-16 Mita de nsehanca
formacién de sistemas escolares, que culminaré en el siglo xx
con los sistemas educativos nacionales, en sus distintos niveles
y especialidades, Su existencia requiere de una legién de perso-
znas especificamente formadas para ensefiar. El acto de ensenar
‘yano s6lo es generalizaco sino también especializado. Requie-
rede un ordenamiento y de un conjunto de reglas bésicas,
PPero, antes de adentrarnos en sus “reglas” y en pensar cémo
hhacer, se impone en primer lugar entender acerca de la ense-
‘anza misma, como fenémeno y como proceso. En este senti-
do, es necesario partir por preguntarnos por las caracteristicas
que la definen, orientan y regulan, por os actores y factores que
intervienen y por las formas bésicas que puede adoptar.
El analisis de estas cuestiones requiere de una mirada am-
pliada, més allé de los limites mismos de este capitulo. En estas
_primeras paginas, intentarenpos un acercamiento a las mismas,
‘como primer planteamiento del problema, en particular desde
|a perspectiva de quienes ensefian; buscaremos arrojar algunas
lineas para analizar su simulténea simpleza y complejidad.
LA ENSENANZA COMO ACCION INTENCIONAL
DE TRANSMISION CULTURAL.
En las sociedades humanas, una de las formas de aprendi-
zaje mis importantes ocurre cuando una persona 0 un equipo
ayuda a otros a aprender; es decir, cuando les ensefian. Ut
‘maestro ensefia a leer, a escribir, a contar; los padres corrigen
a sus hijos en las formas de hablar y relacionarse; un profesor
conduce a un grupo de alumnos para aleanzar la compren-
sidn de un problema y desarrollar capacidades de pensamien-
to; un equipo de profesionales experimentados guia a los més
jovenes en el aprendizaje de la profesion; una persona orienta
las acciones de otra conforme a valores éticos..
Revisando estas pricticas (y una innumerable lista de situa-
jones), podremos observar que la ensefianza implica:
* Transmitir un conocimiento o un saber.
‘+ Favorecer el desarrollo de una capacidad.
‘+ Corregir y apuntalar una habilidad,
* Guiar una préctica.
1 Le ensehonca v
En cualquiera de os casos, la ensefanza siempre responde
a intenciones, es decir, es una accidn voluntary consciente-
‘mente dirigida para que alguien aprenda algo que no pue-
de aprender solo, de modo esponténeo 0 por sus propios
niedios. Cuando una persona aprende sola, sin que exista
la intencién conseiente y voluntaria de otro por ensefarle
(aprender por la simple “imitaci6n” de un modelo adulto 0
repitiendo lo que hacen otros), lo que ocurre no es “ensefian-
za, sino aprendizaje social 0 Socalizacin(acoplamiento al
comportamiento del grupo).
Esiasintenciones son de doble via: quien ensefa clesea hacerlo
¥ quienes aprenden desean aprender Sin embargo, en un sent
dio estricto, la intencionalidad surge de quien enseia, con tuna
amplia gama de recursos (muchas mn de los que se supone, sin
necesidad de apelara premios 0 sanciones) para que los ofzos
puedan aprender algo efectvamentey aun deseen hacerlo.
Pero la intencionalidad de la ensenanza no se restinge a lo-
grar que ottos aprendan. Més allé del resultado de aprendizaje
‘esi, quienes ensefian buscan transmits un saber o tna prcti-
‘a considerada culturalmente vali, socialmentejustay éica-
mente valiosa. En otras palabras, ensefar es un acto de tans-
isin cultural con intenciones sociales y opciones de valor
En este sentido, Fenstermacher (1989) distingue analitica-
mente la ensefanza “con éxito”, con logro de resultados de
aprendizaje y la “buena ensefanza”, sustentada en valores