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Coleccin dirigida por UMBERTO ECO [ANTONIO VILANOVA ARTE Y BELLEZA EN LA ESTETICA MEDIEVAL ‘raduccién de Helena Lozano Miralles EDITORIAL LUMEN Toul orginal: Arte blleneoelexetics medievale Publicado por Era amen SA. Ramon Miguel Planar, 10" 08034 Barcelona Reserado los derechos de eden fnlengue easels porated el mand. Segunda econ 1999 © 1967, Grape Editoriale Fabbri, Bomplon Sonzogo, Eas Sp. © cea roduc: Helena Losane Mirlles, 1997, Inpreso en bere. 5. Depo Legl B. 652-1999 ISBN: 86264-12460 Printed i Sain BAIA! coco C2618 te ae 1 INTRODUCCION 508711 Este libro er un compensio de historia de las teria estticas laboradas por Ia cultura de la Edad Media latina desde et siglo ‘hasta el siglo xv de nuestra era. Ahora bien, étaes una defini- idm cuyos teminos precisan ser defiidos a 84 vez Compendio No strata de una investigacion con pretensones 4c originalidad, sino de un resumen y de una fematizacion de investigacions previas —entre las cuales figura tambien la Hevada cabo por el autor en su estudio sabre el problema eitieo en To- ms de Aquino 1956). Ea particular, este compendio no hubiera odio concebirse sen 1946 no se hubicran publicado dos obras fundamentals, los Enudes desrhéique médiévale de Edgar de Bruy- re ya coleccin de textos sobre la metaisiea de lo bello de D. H Pouillon. Creo que se puede decir tranguilamente que todo To que seha estto antes de estas des aportaciones es incompleto y 1040 lo que se ha escrito desputs depende de ela.’ ‘Al ser un compendia, est bro pretende ser accesible incluso ‘a quienes no son espevalisas en filosolia medieval o en historia ela estética. ¥ para este fin, todas las citas latinas —y son m= swutos de os ets ae Poon y Boe hab oe aca chas— cuando son brevs son objeto de pardfrasis y cuando son largas van Seguidas de la traduccién correspondiente* Historia, Compendio hstrico y no teérico. Como quedard caro también al final, fo que est libro persigue es ofrecer una imagen . Sin duda, la esttica medieval ha sufrdo una madaracin, tenien- do en cuenta que, partiendo de citas mas bien acriicas de ideas recibidas de forma indireta del mundo clsico, llega a organizar teen esas obras maestras de rigor sstematico que son las summae del siglo xm, Pero si Isidoro de Sevilla nos hace sonreir con sus ctimolopias imaginaivas y Guillermo de Occam, en cambio, nos ” encaden a ininterpretacn dun pensamiento densa de stilezs formaies que sigue poniendo a prueba alos goes de nuestro tipo, exo no significa que Boecio fuera menos agudo que Duns scot aunque haya vivigo cai ocho sgios antes. Ta histo gue nos daponemos ase comple cx he- chad permanency de rapture, En buena medi ela hist. finde permanencias, porque sin daa a Fad Media fo una po- hears ura capaanen ae ican ee ons rae en una epoca de cltramanurita con los manuscrtos Biilmene aceibles~copar eel nico tema de hacer c= Guar ls eas. Nae pens que fuera un deli: menodo, de Soninen copa, adie aba yu de ques verdaderament feridad deuna formal, ya fin de cuentas se pesaba que 8 ura idea era verdader pertenaia' odow Peo esa historia conten tambin glps de efecto. No sto vip de bombo como e cop cartesano, Maritain haba obr- ‘ado que sol con Descartes presenta un pnsador como dn we- butante eno abwokfon,¥ despues de Descartes odo pensadorin- ttntarddebuar aso wezen una excena munca holaga ames as Iiedinals no crn tan testa, pensaban qu Ia oiled era perado de orgullo por ore parte en aque époc, ss po- nace custion fa tradcion ofc se corran algunos iss, no Sélo academics), Peo ambi fs medieval (yl reeamos 2 cuien todavia no To splra) eran capaces de mas de ingeio 3 goles de genio n 2 LA SENSIBILIDAD ESTETICA MEDIEVAL, 21, Los intereseseséicas de lot medievales La Edad Media dedujo gran parte de sus problemas esticos e la Antiguedad clisica: pero confirié a tales temas un significa {do nveso, introduciéndolos ene! sentimiento del hombre, del mundo y dela divnidad tipicos de a visién crttiana. Dedujo otras eate- ‘orias de latradicion bblica y patrstica, pero se preocups de in- ‘corporarias en los marcos llosbfcos propuesos por una ava con- cienciasistemdtica. Por consiguente, desarrol6 en un plano de indiscuible originalidad su especulaciOn stética, Aun asi, temas, problemas y soluciones podrianentenderse también como puro de- ‘ésito verbalsta, adoptado por fuerza de tradicion, vacio de es0- hnancias efectivas tanto en ef énimo de los autores como en el de los lectores. Se ha observado que, en el fondo, al hablr de proble- mas estéticos yal proponer ednones de producciénartstica, la An ‘iguedad clsica tenia los ojos en la naturale, mientras qu, al traia los mismos temas, los medievales los tefan en la Antighe- dad clisica: buena parte de la cultura medieval en su totlidad con- siste mds en un comentario dela tradiciOn cultural que en una fe flexién sobre la realidad, Erte aspecto no agota la actitud critica del hombre medieval: junto al culto de os coneeptos transmitidos como depesito de ver- ddady sabiduria, junto a un modo de vr Ia naturaleza como refle- jo dela trascendencia, obsticulo y rémora, estd viva en la sensbi- Tidad de la época una fescasolictud hacia a realidad sensible en {odos sus aspects, includo el desu disfrutabilidad en terminos estéticos, ‘Una vez reconocida esta activa capacidad de reacein esponti B nea ante la belleza de la naturalezay de las obras de arte (provocs- {a quizd por estimulos doctrinales, pero que va mis allé det hecho Sridamentelibesco), tenemos la garantia de que, cuando el fld- Sofo medieval habla de belleza, no se refiee sdlo a un concepto absiracto, sino que se remite a experiencias concreas "End claro que en la Edad Media existe una concepcin de la beteza purament iteligibl, de la armonia moral, del explendor rmetafsieo, y que nosotros podemos entender esta forma de sentir ‘Sblo a condicidn de penetear con mucho amor en la mentalidad 4 sensibilidad dela época. A tal propésito Curtis (1948, 123) afir- ma que: Cuando ta esolistica habla de bella, se refer aun atrbsto de Dios La metaticca dela beeza (por ejemplo de Proino) nada tiene que ver con la fora el arte El hombre «modern tende & Slrestimar i artes pices porgue ha perdido el sentido de abe Teen fvligible que tnian el neoplatnismo y Ta Edad Media. Sero te amava pulchrtudo tam antigua ef tam nov, sero e amar, dice SS Austin a Dios (ConfesionesX, XXVI, 38), reiendose au tno de bllersexrano a a etic. “Tales afirmaciones no deben limitar en absoluto nuestro inte és hacia esas especulaciones. En efecto, y ante todo, también la experiencia dela belleza intligible constituia una realidad moral ¥ psicoldgica para el hombre de la Edad Media y la cultura de la época no quedariasufcientemente iluminada si se pasara por alto teste factor en segundo lugar, ampliando el interés exttco al cam- ‘po de la belleza no sensible, los metievales elaboraban al mismo tiempo, mediante analog, por paraelos explicitos o impliits, luna serie de opiniones sobre la belleza sensible, la belleza de fas cosas de natoraleza y del arte. El campo de interés estético de Tos medievale era mas dilatado que el nuestro, y su atencion hacia le belleza de las cosas a menudo estaba estimulada por la conciencia de a beleza como dato metafsico; pero existia también el gusto ‘el hombre comin, del artista y del amante de las cosas de arte, ‘igbrosamente incinado hacia los aspectossensibes. Este gust, {ocumentado por muchos medias, los sistemas doctinales inten: {aban justficarioy dirgirio de modo que la atencin hacia lo sen sible no se impusiera jams sobre lo espirtual. Aleuino admite que {smés facil amar alos objetos de bell aspecto, los dulces sabores, “ an bello y a la bella misica, " rasa de ales sre ind, demas de on cones desde luego, individuos que no adviertan el atractivo de los goz0s cei tan anttccnina nomena los sentido: somedos a conto, a posblidad de miter serena. 22. Los misicos |a belleza y el encanto de los ornamentos no se niegan nut ins, se combate peisamene porque econoe sata i 1s rigoristas, estéditado por razones morales y sociales: s deci, se prepuntan ses menester decorar suntuosamente una iglesia cuan- fo ls hijos de Dios viven en la indigencia, Por el contrario, mira ‘manifista un asentinentotajante alas cualidades estas del oF ‘Bernardo nos confirma esta disposcién de dnimo, extendida alas bellezas del mundo en general, cuando explica a qué han re- ‘hunciado los monjes al abandonar el mundo: [Nos vero qu iam de populoexvimus, qu mundquoequepreto- sec specious pro Christe relinguimus, gu omnia pulchre lucent, ‘amore malcenia, suave olen, dulce sapien, oc placenta une ta denique oblectamentscorpore arial! sums ut Stora. Paro nosoros, ls que yt hemos slid dl pucbl, los ave hemos dsj por Crist ins iqueras ls tesors del mundo con tl deg tara Cristo lo tenemos todo por bars. Todo lo que alae por st belies, lo que agrade por su sonoridad, lo que embraga con su per ums, lo que Haga por su sabor, fo ave delet por sutacé. En fn, todo lo que sastace la complacencia corporal, (Apologia ad Gullermum abbotem, PL 182, ob. 9-915; trad. cast. 289) No hay nadie que no advierta, aunque sea enn ira dela repul- sy en cl insult final, un sentimiento vivo de las cosas rechaza: das, y un matia de anoranza, Pero hay otra pégina dela misma “Apologia ad Guillemum que consttuye un documento més expli- ‘ito de sensibilidad extéuca. Arremetiendo contra los templos de- ‘masiado vastosy demasiado ricos de esculturas, san Bernardo nos . ‘Ante la perecedera belleza, la Unica garantia est en la belleza interior, que no muere;y al recutir a esta belleza, la Edad Media ‘efectla, ene fondo, una expecie derecuperacion del valor estéico Ante la muerte, Silos hombres poseyeran los ojos de Lineso, dice Boeci, se darian cuenta de lo ruin que es el dnimo del belisimo Aleibiades que an digno de admiracin les patece por su apostu- rm A esta manifestacion de desconfianza (por la cual se refugiaba ‘Boccio en l belleza de as relacones matematico-musicales) le hace co una serie de textos sobre la belleza dela recta anima in recto Corpore, del alma honesta que se difunde y manifesta por toda Ja figura exterior det cristiano ideal: $5. €F Hace 198, be aa maces exp XD, 20 Exrevera etiam corporales geno alc ita grate videos venta te refertas, upon exterior faces ntuentum animosrefcere poss ef de inerior quam innutcbare grata Yves que as mills de una persona esd ta lena de sass hermosura que el aspcto exterior puede levntr lor drier de lo ue las mirany puede limentartos de a graci interior del que (Gilberto de Holand, Sermones in Canticum Solomons 2, "PL Tes cl. 125) Y san Bernardo afirma: (Cum autem decors huis clarts abundant intima cords e- levers prodeajors ncese et, omguar Iuorna liens Su me ia immo tx in tenedrislcens,ltere nes. Porro efupentom ef elu qulbusdam sus radi erumpentem ments simulacrum corpus excip tdiffan per membrao sensu, quatnus omnis nde rel fat acia serma, aspects, ness ru 8 ten us, mst rt ‘tthe plemus honest Cuando la tux de esta hermosura haya inundado copiosamente lo mds inti del corazon, Seber dears ver enteiormente como ln pata que aria bajo el clemin: es mas, como luz que bila en ls Iiniebas, incapaz de ocultare Fectivament,eleverpo se aia ota imagen del esprit que irumpe con sus rayosy la difunde por us miembros ysetdos, de modo que tode aba, palabra, mirada, pa 408 ria, se impregnen en lo posible de gravedady se lenen de honrader (Sermones super Conca Comicoram, PL 183, col. 1193 También Opera I, p. 3d; tad. cast pp. 1.085.057) Asi pues, justo en el apogeo de una polémica rigorsta aparece también el sentido de la eleva del hombre y dela naturaleza, Con ‘mayor razén, en ura mistica que haya superado el momento del aseatsmo diseiplinar para rsolvese en mistiea de lainteligencia yy del amor sosegado, en la rtica de los Victorinos, la bellezana- {ural se presenta po fn econquistada en toda su positividad. Para Hugo de San Victor, la contemplacién intuitva es una earacters- tica de laiteligencia que no se ejerce slo en el momento espesif. ‘amente mistico, sino que se puede dirigir también al mundo sen a sible; la contemplacién es perspicax et iber anim contuitu in res ‘erspciendas (na mirada libre y aguda det anim, drigida al ob- eto ave perebin, resulta en una adhesion a lo admirado Mena de delicia y exultacon. En efecto, ol delete estético proviene de ‘gue el imo reconoce en la materia la armonia de su propia es tructura;y si esto sucede en el plano de la affect imaginaria, en testado mds libre de la contemplacion la intligencia puede diri- tise verdaderamente al expecticulo maravilloso del mundo y de Tas formas: spice mundum et mia quae in 0 sunt muta specie puleh- ‘set lecebvoasivenies.. Habe! eure, habent lapdes peti fforem suum. haber decor corms speciom, pica et vestes fuctoe flor. Mirae mundo todo lo que en le hall: hay muchas cosas her smosasy stables El oro yas pledasprcioas con sus destlos, Tn bela de la can en todas ss formas, los apiees yas esplendo- ‘ovas venient con ss colores, : (Soliloautum de orrhaanimee, PL 176, cos, 951-952)* FFueta pues de as discustones especies sobre la naturaleca de Jo ello, la Eded Media est lena deiterjectiones admirativas que tearantizan la adhesin de la Sensibilidad a discurso doctrinal. El ‘bascarlas en los textos de los misticos en vez deen otros lugares nos parece constituir una especie de prueba del nueve. Por ejem- plo, un tema como el dela ellezafemenina constituye para la Edad Media un repertorio bastante usado. Cuando Mateo de Vendome tn su Ars versifcatoria nos da las reglas para componer una bella Geseripein de una bella mujer, l hecho nos impresiona poquisi- ‘mo: una mitad consste en un juego retorico y erudito, de imita- ‘dn clisica,y con respect ala otta mitad, es ldgico que entre os poetas este difundido un sentimiento dela naturaleza més ttre, fFomo toda la poesia latina medieval testimonia, Pero cuando los seritoreseclesistios comentan et Cantar de los Cantaresy dis Guten sobre la belleza de a esposa, a pesar de quel discuro apunte 8 discern los significadosalegoricos del texto biblico y las corres- pondencias sobrenaturales de todos los aspectos fisios dela mu: 2 chacha nigra sed formosa, cada vez que el comentador describe on finalidad didaccica el propio ideal de belleza femenina, revela tun sentimiento esponténea, inmediato, casto pero terrenal, de este Valor. ¥pensemos en la alabanza que Balduino de Canterbury hace ras medievales, con su estrecho corpino que tende a comprimir Y eleva el seno: Plchro sunt enim uber, quze pou supereminent et tument imodice.. quas repress, sed non depesa ener etic, non ll (anti lcenter, Bells son, en efecto, ls senos, que te lesan poco y soa moder damentevirpidos.. eenide, no comprimigoy,dulementesjeos, ‘0 ibrementefucuanis, (Sermones in Canticum 31, PL 184, 0 163) 23. El coleccionismo Siluego se abandona el terrtorio de ls mistcos y se entra en 1 campo del resto de a cultura medieval, tanto laica como ecle- sldstca,entonces la sensibilidad hacia la belleza natural yatsica 5 un hecho confiemado, Se ha observado que la Edad Media no supo fundir nunca la categoria metafsica de belleza con la puramente técnica de arte, {de modo que ambasconsttuyeron das mundos distintos y despro- vistos de cualquier relacidn. Pn los pérrafos que siguen examina remos también esta cuestion, proponiendo una slucién menos pe simista, pero desde ahora no podemos dejar de subrayar un aspecto de la sensibilidad comun y del lenguaje cotidiana, que asociaba B

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