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F£LIx Rojo MENDOZA Mrcuet EscaLona ULLoA JorGE OLEA PENALOZA Dante Rozas VAsQuez [Eprrores] Las CIUDADES AL SUR DEL MUNDO Urbanismo y vida urbana en Chile mds allé de la gran capital RiL editores Inpice Presentacién, HISTORIA Y TRAYECTORIAS URBANAS DE LAS CIUDADES PARTE Capitulo r. Habitar un espacio industrial en el sur de Chile: modelando espacios y sujetos, Alejandra Brito Pena... Capitulo 2. Las distintas capas de una ciudad: ensayo geogrifico-histérico de Temuco At Jorge Olea-Peialoza... Capitulo 3. La vida urbana después del despojo, Del granero de Chile al far west del sur Miguel Escalona Ulloa. Capitulo 4. Valdivia a través de los mapas. Formas del crecimiento urbano entre los siglos XVII y XIX Tirza Barvia PARTE 11, INTEGRACION SOCIAL, TENSIONES Y DESIGUALDADES Capitulo 5. Migracin inteametropolitana en el Area Metropolitana de Concepeién, Factores subjetivos y motivaciones socioeconémicas «que inciden en el movimiento de poblacién y sus efectos en el teritorio Claudia Valenzuela Sanbueza . 123 Capitulo 6. Densificacién central y periférica en Temuco: tendencias socioespaciales y la ret6rica neoliberal de la densificacién, Luis Vergara Erices y Alan Garin Contreras 149 Capitulo 7. Estratficacién social, espacio y clases sociales: consideraciones teéricas y metodolégicas aplicadas a Temuco, 2017 Félix Rojo-Mendoza Capitulo 8. La desigualdad social en la ciudad de Valdivias aproximaciones desde la espacialidad del delito Anais Alearez, Laura Rodriguez, Carla Marchant y Robinson Silv.u..t99 Capitulo 9, Puerto Williams: habitar e integrarse desde una ciudad remota Alvaro Romain. PARTE III, PLANIFICAGION Y SUSTENTABILIDAD URBANA, Capitulo 10. Dinamicas espaciales en la interfaz-urbano-forestal y desastres socionaturales: el caso de la comuna de Constitucién Katherine Hermosilla, Vania Ruiz y Patricio Pliscoff. 263 Capitulo 11. Cambios de uso del suelo y transformaciones historicas en la intercomuna Araucania centro, Lecturas desde una ecologia politica urbana desde el sur de Chile Fernando Peta-Cortés, Cristian Inostroza-Matus, Pablo Arévalo-Valenzuela, Jaime Sanbueza, Fabidn Argandona, Francisco Ramirez y Francisco Maturana 290 Capitulo 12. Inundaciones en Punta Arenas: un andlisis desde la expansi6n urbana e instrumentos de planificacién regional y municipal Cristiane Silua de Carvalho, Milithza Rodriguez Rivera, Inti Gonzélee Ruiz y Pablo Morales Vasquez... 337 Capitulo 13. Planificacién de sistemas urbanos sostenibles y resilientes al cambio climatico: el caso de las ciudades del sur de Chile Daniel Rozas-Vasquex, Francisco de la Barrera y Luis Inostroza.n.un 36% Capitulo 14. Arboles en ecosistemas urbanos. Patrimonio natural para una mejor calidad de vida Mario Romero Mieres 387 DESABfOS PARA LAS CIUDADES DEL SUR DE CHILE 407 CapiTULo 2 LAS DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO-HISTORICO DE TEMUCO Universidad C. jolea@uct.cl Al llegar a cada nueva ciudad cl viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabia que tenia: la extrafieza de lo que no eres 0 no posces mas, te espera al paso en los lugares extrafios y no posefdos» ftalo Calvino, Las ciudades invisibles ResuMEN Este ensayo se plantea como una reflexién sobre cuales son las caracteristicas principales de una de las ciudades més importantes del pais, Temuco, su origen no tan Iejano —en el contexto de ciudades latinoamericanas que superan los trescientos aiios— y, ademés, su procedencia como un fuerte militar. Su poco convencional inicio Jonce OneaPenatoza habria significado ciertas peculiaridades que le imprimieron a la ciudad cualidades que la alejan del patron sobre el cual se asentaron las ciudades del centro del pais, pero también no quedé ajena a los movimientos y fuerzas nacionales y globales de transformacién ur bana. A través de una revisién bibliografica, se llega como reflexion final a que las distintas etapas siguen perviviendo en la comuna, la cual va respondiendo, a su vez, a los procesos de transformacién sociales, econémicos y culturales, pero cuya especificidad esta en su estrecha relacién con el territorio silvoagropecuario con el que se relaciona, lo que debe ser considerado para los desafios actuales y futuros que afronta la ciudad. Palabras claves: historia urbana, geografia histérica, Temuco, ciudad latinoamericana. Las ciudades latinoamericanas son posibles de analizar desde las ideas que se han levantado en torno a ellas. En ese sentido, He- ffes (2013) identifica tres momentos del fenémeno urbano que han influido en los imaginarios que se han sistematizado desde distintas, perspectivas sobre este espacio. El primero se vincula al origen de los Estados nacionales y su relacién con el Romanticismo, en segundo lu- garla ciudad anarquista y socialista con el Modernismo, y finalmente la ciudad global con la posmodernidad. El primer punto implica un nuevo orden social por medio de la materializacién de una emanci- pacién de un orden antiguo, cuya imagen mas representativa es el plano damero y la irrupcién de nuevas infraestructuras en la ciudad. La segunda etapa ¢s analizada a través de las ciudades socialistas y anarquistas que en la literatura se constrayen mediante la negacién de una identidad propia causada por el fracaso econémico, social y cultural de la ciudad roméntica inicial, por medio de la fundacién de nuevos espacios urbanos Ienos de su propia historicidad y el desarrollo de una sociabilidad més local. Finalmente, en la ciudad amoderna la autora nos muestra una ciudad que mira con nostalgia tun pasado con mayor proyecci6n y esperanza, centréndose ya no en las estructuras materiales que dan forma a lo urbano, sino que en los aspectos individuales y subjetivos que lo componen.. Estas tres etapas resultan significativas a la hora de reflexionar sobre la construccién geografica e historica de las ciudades de Chile 2 LAs DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO*HSTORICO. y en especifico las del sur. Si se revisa la literatura disponible, las referencias obligadas a ciudades como Santiago (Hidalgo, 2005) 0 Valparaiso (Valdebenito, Alvarez, Hidalgo & Vergara, 2020) podrian compartir esa mirada, en cuanto su devenir ha estado asociado al propio camino que ha seguido el pais desde sus comienzos. La ciudad romantica sobre la cual se erigen durante el siglo XIX esta cargada de esa representacién de una ciudad més europea, ya sea solo por el gusto de emular lo que parecia més avanzado o por la llegada de grupos sociales que reprodujeron su forma de vida en dichas zonas (Hall, 2007). La biisqueda por superar aquel pasado colonial esta inscrita en una serie de proyectos de modernizacién, sobre todo de sus dreas centrales, a través de la consolidacién y expansién urbana, o dela realizacién de proyectos urbanos de gran envergadura, como las canalizaciones de rfos, instalacién de sistemas de alcantarillado, creacién de parques pablicos, entre otros. La segunda, con la ciudad de la crisis del centenario, es desbor dada por el propio habitar de la ciudad. Se van haciendo evidentes los cordones de miseria en los limites de aquella, la polucién ambien- tal y social van carcomiendo las bases de la urbe europea que con tanto esfuerzo se habia intentado instaurar, y ese romanticismo va tifiéndose cada vez més de un profundo malestar (Romero, 1997). La vivienda social no da abasto y, ante Ia amenaza de revueltas so. ciales y descontrol de una ciudad cada vez més grande, el Estado se debe hacer cargo de su gestién (V. Espinoza, 1988; Hidalgo, 2002). ‘Ya no ser un lugar de utopias individuales o de una élite, sino que serd el espacio de la gestién politica, uno tecnificado y abstracto que responder a proyectos sociales y politicos colectivos.. Finalmente, la tercera etapa podemos situarla en una ciudad neo- liberal, donde el pacto vuelve a romperse y el Estado deja en manos de privados su gestién (Hidalgo & Janoschka, 2014). Los proyectos colectivos de una élite romantica o los espacios utilitaristas y produc tivistas del Estado desaparecen y dan paso a una relacién mercantil, dispersa, con ciudadanos y ciudadanas, con consumidores de una ciudad que ofrece una amplia gama de opciones para su habitar, pero que ya no responde a una légica colectiva ni de proyecto politico, sino de tecnocracia y obtencién de la renta. La mercantilizaci6n de én, abarcando no solo la la vida urbana alcanza su mayor expans “B Jonce OneaPenatoza infraestructura, sino que irrumpiendo en las relaciones personales colectivas e individuales (Santana, 2018). Complementariamente, a las ciudades también las podemos analizar desde su metabolismo, es decir, desde su configuracién como un organismo complejo que realiza un intercambio de materia y cenergfa con su entorno, Este proceso se ha denominado metabolismo social y proviene de una larga tradicién inaugurada a mediados del siglo XIX europeo por Marx, y consiste en sefalar que cada grupo social tiene su propia interaccién con la naturaleza, la cual dialée- ticamente va determinando su capacidad de obtencién de recursos y;al mismo tiempo, su perturbaci6n sobre el ambiente sobre el cual se desarrolla (Gonzalez de Molina & Toledo, 2014). En ese sentido, el metabolismo tendria un cardcter temporal y espacial, puesto que tun mismo grupo va cambiando su densidad en la obtencién de sus recursos, asicomo la escala en la cual se sitda dicho proceso también va variando. De esa forma, podemos identificar un metabolismo ur bano como especificidad, el cual analiza las formas de apropiacién, circulacién, transformacién, consumo y excrecién de materiales y cenergia en la ciudad. Lo urbano, como una escala geogréfica, apela a un espacio sobre cl que se generan una serie de actividades vinculadas ala produccién secundaria y terciaria (Simmel, 1967}, asi como al desarrollo de una forma de vida (Castells, 2004). Asimismo, se ha reconocido como el ecosistema humanizado predominante en el modo de produccién capitalista (Harvey, 1988), puesto que presenta la capacidad de aglu- tinar los flujos del capital y el trabajo, cuestién que va produciendo un espacio determinado (Lefebvre, 1976). Este espacio es reconocible por su grado de artificializacién del ambiente para el desarrollo hu- mano, lo cual genera un tipo de metabolismo con mayor consumo de materiales y energias, asi como una mayor cantidad de desechos (Demaria & Schindler, 2016; Sieferle & Marquardt, 2009) E] metabolismo urbano se reconoce por un mayor consumo de cenergia, la que fluye y se transforma desde diversas fuentes, incluso lejanas a la ciudad. Dicha energia pierde capacidad de recuperar su magnitud y forma inicial, lo cual queda expresado por la Segunda Ley de la Termodinémica, que indica que «la entropia siempre aumenta en cualquier proceso irreversible que ocurra espontancamente> (Margalef, 2002, p. 94). Por ende, en un sistema altamente complejo “4 LAs DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO*HSTORICO. como la ciudad, se requerira una mayor cantidad de energia para mejorar su organizacién y mantener sus funciones politicas, sociales, econémicas y ecolégicas (Inostroza, 2018). Por lo tanto, podemos considerar a la ciudad como un sistema sustentado en la entro} en la distorsién en la devoluci6n de la energfa y la materia al sistema inicial, en este caso, a la naturaleza. La ciudad debiese ser entendida como un elemento que presenta un espacio que se desarrolla en estrecho vinculo con la naturaleza. Esta relacién es ademas hist6rica, puesto que va variando a lo lar- 0 del tiempo, intensificandose y expandiéndose en cada etapa. Su componente principal es la vegetacién que permanece en la urbe, asi como los animales domésticos y no domésticos en sus distintas escalas, todo esto en conjunto con los microorganismos que coha- bitan. Hoy en dia la naturaleza en las ciudades se va tornando en una posibilidad de consumo, pues su goce se hace cada vez més escaso y elitista, cuestién representativa de nuestra época. Como consecuencia principal, surge una forma privatizada de acceso a ella, lo que plantea el desafio de ir configurando formas colectivas de relaciones de la ciudad con la naturaleza. A partir de ese andlisis, podemos identificar distintas etapas en el metabolismo urbano, marcadas por las diferentes intensidades en el uso de los recursos. La ciudad latinoamericana ha coexistido con la naturaleza durante toda su historia, luchando constantemente por el acceso a los recursos para su funcionamiento (Sedrer. & Duarte, 2019). Sin embargo, las arcas urbanas, cada vez mAs extensas, no son homogéneas internamente, lo que provoca una disputa por los recursos internamente y van configurando la desigualdad territorial en su funcionamiento, No obstante, cada ciudad tiene sus propias etapas. El siguiente texto busca reflexionar sobre la construccién material y simbélica de la ciudad de Temuco, considerandola un caso distinto al seguido por las urbes metropolitanas del centro de Chile, puesto que su temporalidad es distinta y,al mismo tiempo, su funcionalidad estuvo adscrita inicialmente a fines diferentes que las ciudades modernas ilustradas. Tal como se ha sefialado en otros textos, Temuco comienza siendo un fuerte militar, una base de agrupamiento y abastecimiento para las campaiias de incursién del ejército chileno en la etapa de su expansi6n ¢ irrupcién en el territorio mapuche. Toda ciudad es una 45 Jonce OneaPenatoza mezcla entre lecturas simbélicas y materiales que se van entrelazan- do, lecturas imaginarias y sustento concreto de la vida compartida de muchas vidas. Indagar en las diferentes capas que la ciudad va desarrollando es el método que se ofrece en este ensayo. Es un repaso por cémo se van. constituyendo, qué cosas se heredan y cuales desaparecen y vuelven a resurgir. El cruce de todas ellas va dando la peculiaridad de cada ciudad, pues las fuerzas sociales, historicas, geograficas y naturales van siendo algo mas que materias primas que configuran las urbes. PRIMERA CAPA: LA IRRUPCION VIOLENTA DE LO MODERNO Una de las cualidades de las ciudades modernas es que es fac- tible de identificar un momento exacto en el cual se dio inicio a su existencia. La aparicién de aquellas, sobre todo en este caso, tiene como base una accién externa y vertical, que sanciona de manera oficial y sin lugar a duda el establecimiento de una ciudad. Su de- venir se decreta por medio de un documento juridico, mientras que su futuro se traza, muchas veces, de manera meramente proyectual. El 24 de febrero de 1881 se funda el Fuerte Recabarren, instancia reconocida oficialmente como el instante en que comienza a funcio- nar la ciudad de Temuco. El territorio que fue seiialado como tal se ubicaba estratégica- mente al lado del rio Cautin, en una zona emplazada entremedio del bosque y los desfiladeros generados por los cerros Nielol y Conunhuenu (Pino, 1969}. El lugar especifico, una terraza fluvial, donde se ubicaba el estero Temuco y vivian las comunidades antes de la irrupcién del ejército. Alli, «un fortin de quinchas, un muro de troncos y un foso fueron la placenta y la cuna germinal de este Temuco que estaba llamado a ser un pecho de chilenidad en el des- nudo pasaje de La Frontera» (Pino, 1969, p. 19).A diferencia de las ciudades chilenas antiguas, aqué no empez6 a funcionar en torno a una plaza de Armas donde se reunia el poder politico y eclesidstico, sino que alrededor de un campamento militar creado como puesto de avance y dominio de un territorio previamente poblado. De esa forma, se fue dando paso al proyecto de desarticular el antiguo territorio mapuche para reorganizarlo segiin la logica del Estado chileno (Flores, 2012) 46 LAs DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO*HSTORICO. En los afios siguientes empieza a tomar forma el sistema urbano compuesto por la estacién de ferrocarril y el denominado «centro hist6rico». La configuracién sobre la cual se estudia gran parte de las ciudades comienza con la identificacién de su miicleo original y cémo se fue expandiendo, evaluando el crecimiento en funcién a su planta original. La primera infraestructura estuvo pensada en lun uso pragmético y formal, el refugio de un cuerpo militar que se encontraba invadiendo un territorio, pero que a su ver representaba Ja punta de lanza del arribo de un proyecto mayor que escapa a su propia escala, la modernizacién del Estado chileno y del mercado internacional de cereales. El paso de campamento militar a ciudad es oficialmente recono- cido con las elecciones de autoridades municipales en 1888, pero a esto debemos sumar su rapido crecimiento demogréfico con 7.708 habitantes hacia 1885, el trazado de la ciudad hecha por Teodoro Schmidt y la Hlegada del ferrocarril en 1893. La ciudad es recono: cible a través de su planta inicial, la cual estaba dividida uniforme- mente en manzanas de 100 metros por lado y que «cuenta con dos hermosas avenidas de 50 metros de ancho, que se estienden en los estemos oriente i poniente i una de 30 que atraviesa la poblacién de S. O.aN. E. En sus contornos se encuentran numerosas quintas, fabricas, molinos i curtidurfas que le dan incesante movimiento» (E. Espinoza, 1897, p. 408). La ciudad comienza a establecer todos los requerimientos para ser considerada como un centro urban propiamente tal. En el plano de los imaginarios, esta primera etapa esté mar- cada por la Iegada intempestiva de la modernidad. Se construye una ciudad donde antes no existia algo similar, ni en estructura ni en funcionamiento, por lo que la construccién de esa narrativa se transforma en una cuestién fundamental. En otras palabras, la aparicién de la ciudad es una parte del proyecto de instalacién del Estado, pues, como artefacto, es la manifestacién del poder estatal en el territorio mapuche. Ella implica la emergencia de los poderes, estatales, No obstante, en el caso de Temuco, esto comienza como un poblado militar hasta la legada del ferrocarril, que conlleva la conexién con el otro lado de la conquista del territorio: el mercado. Las ciudades, como ecosistema favorito del capitalism (Harvey, Jonce OneaPenatoza 1977), requieren construir una narrativa que sustente su eleccién como forma de habitar, que garantice su supervivencia, Desde el punto de vista del metabolismo lo podemos entender como la primera etapa de instalacién de la ciudad, la cual se erige a partir de un uso de los recursos locales, sobre todo en los mate riales de construccién de sus primeros edificios. Aquf, los bosques circundantes, asi como la importancia del rio Cautin como sistema linfatico urbano, cobran una vital importancia en su configuracién. La naturaleza circundante se convierte en la materia prima de la ciudad, la base material desde la cual se erige el fuerte militar y la ciudad inicial. Hasta 1881, el territorio que hoy denominamos provincia del Cautin habia estado cerrado a la intromisién de lo que se deno- minaba civilizacién, No obstante, «un cuarto de siglo ha bastado para transformar aquella selva, inaccesible y sombria, en una de las provincias més ricas y productivas del pais. Sus campos dan con abundancia todos los frutos de la zona templada y sirven de alimentos a numeroso ganados» (Censo, 1907, p. 1072). La llegada de la modernidad estaba acompaiiada de la promesa de una tierra lena y abundante, que solo requerfa de la inteligencia humana — civilizada— para hacerla rendir. Esto también aparece en la célebre Jeografia Descriptiva de Chile de Enrique Espinosa al referirse ala provincia del Cautis Sus vastos i fértiles campos, cubiertos de inmensos bosques pero que con el tiempo llegardn a transformar ese territorio, en uno d ellos mas productivos del pais. Hai yacimientos de carbon de piedra en las inmediaciones de Nueva Imperial, Cholchol, en Misiones i en Nielol en el departamento de Imperial se esplotan también lavaderos de cro. Entre los productos de la agricultura i de la ganaderia, se mencionan en la agricultura: el trigo, la cebada, maiz, frejoles, arvejas, papas, maderas, c4scara de lingue;ien la ganaderia: animales vacunos,caballares, mulares, cerdos, ovejas, cabros. Entre los establecimientos industriales: molinos, fabricas de destilacidn, cervecerias, maquinas aserradoras, curtidurias i fabricas de ladrillos y tejas (E. Espinoza, 1897, p. 406). 48 LAs DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO*HSTORICO. La promesa de un territorio lleno de recursos y que, al mismo tiempo, se encontraba en una etapa de urbanizacion, significé un proceso de atraccién a nuevos habitantes y de expulsién violenta de los anteriores. La velocidad de dicha transformacién —siete mil habitantes en diez. afios— solo es posible de entender a través de una voracidad de la variacién del entorno, de un metabolismo acelerado que tuvo a disposicién bosques, rios y praderas. FigURA 1, PROVINGIA DE CAUTIN HACIA 1885 PROVINCIA CAUTIN Sa Fuente: E, Espinoza (1897). SEGUNDA CAPA: EL MOTOR RURAL DE LO URBANO, Para el historiador Jorge Pinto, La Araucania presenta tres ciclos econémicos muy claros: el primero, una fuerte expansién entre 1900 y 1940 cuando se convirtié en el Granero de Chile, asi como su produccién maderera logré proveer a escala nacional; la segunda, a partir de 1940, marcada por una contraccién econémica, 8 Jonce OneaPenatoza ‘empujada por los problemas implicitos al ciclo anterior, como la erosién del suelo, el agotamiento de los boques, junto con la falta de vias de comunicacién o politicas econémicas adecuadas; y tercero, las politicas neoliberales que, bajo sus preceptos, redujo el rol del Estado en la zona, fortaleciendo la competencia y el desarrollo de una industria agroforestal (Pinto, 2015; Pinto & Ordenes, 2012). En sintesis, podemos afirmar que la provincia de Cautin ha estado amarrada a su devenir agropecuario desde el principio y que todos sus ciclos econémicos y sociales han dependido de dicha fluctuacién. Una ver que se afianz6 el orden espacial estatal, expulsando y defendiendo a través de las armas su instalacién, la ciudad fue tomando fuerza rapidamente. La primera etapa implica un nuevo orden social, cuya imagen més representativa es la construccién de ese espacio artificial, dibujando el plano damero. No obstante, la ciudad se ve desbordada por las actividades econémicas que se desa- rrollan fuera de su contorno, movilizandose no solo mercanefas, sino que personas que van dando forma a una siguiente etapa en Temuco. El punto de inflexién de la ciudad fue compartir escala nacional la deriva producida por la crisis econémica de 1929. Durante toda la década del treinta llegaron personas trasladadas por el Estado 0 por medios propios, atraidas por las labores agroganaderas de la zona, la cual venfa desarrollando una economia relativamente estable y gue a ojos de la administracién central seguia siendo un territorio de colonizacién: «A los seffores Agricultores o duefios de casa que descen ocupar obreros 0 empleados domésticos pueden solicitarlos a la Inspeccién de Cesantia de esta ciudad» (EI Colono, Traiguén, 3 de enero de 1934, citado en Bohoslavsky, 2002, nota 10). Como consecuencia de esta politica, muchos de aquellos que eran enviados a trabajar a los campos trigueros, faenas auriferas o la construccién, de infraestructura vial, terminaban volviendo a Ia ciudad. De esta manera, Temuco se convierte en la victima urbana del imaginario del sur productivo y fértil que se habia diseminado por todo el pais, como herencia de la etapa anterior, pero que répidamente habia demostrado tener un limite, Sin embargo, la situacién no era la mejor y se fueron entremez- clando tres hechos adversos: por una parte, el aumento repentino de Ja poblacién que la ciudad no lograba ir integrando orgénicamente; la crisis que el sector productivo agropecuario estaba experimentando; se LAs DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO*HSTORICO. ysen tercer lugar, al dréstico cambio que significé para las y los recién llegados habitar un nuevo territorio (Pinto, 2007; Pinto & Ordenes, 2012). I espacio urbano en la zona iba creciendo de manera cons tante, tanto por el aumento de su poblacién —natural y externa—, asi como en el apoyo a la economia agraria de la region. La ciudad se transforma en un espacio en disputa, puesto que estaba siendo sitiada por desempleados, surgiendo los albergues y las «ollas del pobre» (Bohoslavsky, 2002), mientras que otros sectores de la ciudad fueron consolidando una élite local, sustentada en el comercio de mercancias locales y de bienes de consumo para la ciudad (Rojo- Mendoza & Hernandez, 2019). Dichos conflictos fueron tomando forma en «requisas populares» en los fundos adyacentes a Temuco, al ser una zona productora de alimentos, por

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