F£LIx Rojo MENDOZA
Mrcuet EscaLona ULLoA
JorGE OLEA PENALOZA
Dante Rozas VAsQuez
[Eprrores]
Las CIUDADES
AL SUR DEL MUNDO
Urbanismo y vida urbana
en Chile mds allé de la gran capital
RiL editoresInpice
Presentacién,
HISTORIA Y TRAYECTORIAS URBANAS
DE LAS CIUDADES
PARTE
Capitulo r. Habitar un espacio industrial en el sur de Chile:
modelando espacios y sujetos,
Alejandra Brito Pena...
Capitulo 2. Las distintas capas de una ciudad:
ensayo geogrifico-histérico de Temuco
At
Jorge Olea-Peialoza...
Capitulo 3. La vida urbana después del despojo, Del granero de Chile
al far west del sur
Miguel Escalona Ulloa.
Capitulo 4. Valdivia a través de los mapas. Formas del crecimiento
urbano entre los siglos XVII y XIX
Tirza Barvia
PARTE 11, INTEGRACION SOCIAL, TENSIONES
Y DESIGUALDADES
Capitulo 5. Migracin inteametropolitana en el Area Metropolitana
de Concepeién, Factores subjetivos y motivaciones socioeconémicas
«que inciden en el movimiento de poblacién y sus efectos
en el teritorio
Claudia Valenzuela Sanbueza .
123
Capitulo 6. Densificacién central y periférica en Temuco: tendencias
socioespaciales y la ret6rica neoliberal de la densificacién,
Luis Vergara Erices y Alan Garin Contreras 149Capitulo 7. Estratficacién social, espacio y clases sociales:
consideraciones teéricas y metodolégicas aplicadas a Temuco, 2017
Félix Rojo-Mendoza
Capitulo 8. La desigualdad social en la ciudad de Valdivias
aproximaciones desde la espacialidad del delito
Anais Alearez, Laura Rodriguez, Carla Marchant y Robinson Silv.u..t99
Capitulo 9, Puerto Williams: habitar e integrarse
desde una ciudad remota
Alvaro Romain.
PARTE III, PLANIFICAGION Y SUSTENTABILIDAD URBANA,
Capitulo 10. Dinamicas espaciales en la interfaz-urbano-forestal
y desastres socionaturales: el caso de la comuna de Constitucién
Katherine Hermosilla, Vania Ruiz y Patricio Pliscoff. 263
Capitulo 11. Cambios de uso del suelo y transformaciones historicas
en la intercomuna Araucania centro, Lecturas desde una ecologia
politica urbana desde el sur de Chile
Fernando Peta-Cortés, Cristian Inostroza-Matus,
Pablo Arévalo-Valenzuela, Jaime Sanbueza, Fabidn Argandona,
Francisco Ramirez y Francisco Maturana 290
Capitulo 12. Inundaciones en Punta Arenas: un andlisis
desde la expansi6n urbana e instrumentos de planificacién
regional y municipal
Cristiane Silua de Carvalho, Milithza Rodriguez Rivera,
Inti Gonzélee Ruiz y Pablo Morales Vasquez... 337
Capitulo 13. Planificacién de sistemas urbanos sostenibles y resilientes
al cambio climatico: el caso de las ciudades del sur de Chile
Daniel Rozas-Vasquex, Francisco de la Barrera y Luis Inostroza.n.un 36%
Capitulo 14. Arboles en ecosistemas urbanos. Patrimonio natural
para una mejor calidad de vida
Mario Romero Mieres 387
DESABfOS PARA LAS CIUDADES DEL SUR DE CHILE
407CapiTULo 2
LAS DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD:
ENSAYO GEOGRAFICO-HISTORICO DE TEMUCO
Universidad C.
jolea@uct.cl
Al llegar a cada nueva ciudad
cl viajero encuentra un pasado suyo
que ya no sabia que tenia:
la extrafieza de lo que no eres 0 no posces mas,
te espera al paso en los lugares extrafios y no posefdos»
ftalo Calvino, Las ciudades invisibles
ResuMEN
Este ensayo se plantea como una reflexién sobre cuales son las
caracteristicas principales de una de las ciudades més importantes del
pais, Temuco, su origen no tan Iejano —en el contexto de ciudades
latinoamericanas que superan los trescientos aiios— y, ademés, su
procedencia como un fuerte militar. Su poco convencional inicioJonce OneaPenatoza
habria significado ciertas peculiaridades que le imprimieron a la
ciudad cualidades que la alejan del patron sobre el cual se asentaron
las ciudades del centro del pais, pero también no quedé ajena a los
movimientos y fuerzas nacionales y globales de transformacién ur
bana. A través de una revisién bibliografica, se llega como reflexion
final a que las distintas etapas siguen perviviendo en la comuna, la
cual va respondiendo, a su vez, a los procesos de transformacién
sociales, econémicos y culturales, pero cuya especificidad esta en su
estrecha relacién con el territorio silvoagropecuario con el que se
relaciona, lo que debe ser considerado para los desafios actuales y
futuros que afronta la ciudad.
Palabras claves: historia urbana, geografia histérica, Temuco,
ciudad latinoamericana.
Las ciudades latinoamericanas son posibles de analizar desde
las ideas que se han levantado en torno a ellas. En ese sentido, He-
ffes (2013) identifica tres momentos del fenémeno urbano que han
influido en los imaginarios que se han sistematizado desde distintas,
perspectivas sobre este espacio. El primero se vincula al origen de los
Estados nacionales y su relacién con el Romanticismo, en segundo lu-
garla ciudad anarquista y socialista con el Modernismo, y finalmente
la ciudad global con la posmodernidad. El primer punto implica un
nuevo orden social por medio de la materializacién de una emanci-
pacién de un orden antiguo, cuya imagen mas representativa es el
plano damero y la irrupcién de nuevas infraestructuras en la ciudad.
La segunda etapa ¢s analizada a través de las ciudades socialistas y
anarquistas que en la literatura se constrayen mediante la negacién
de una identidad propia causada por el fracaso econémico, social y
cultural de la ciudad roméntica inicial, por medio de la fundacién
de nuevos espacios urbanos Ienos de su propia historicidad y el
desarrollo de una sociabilidad més local. Finalmente, en la ciudad
amoderna la autora nos muestra una ciudad que mira con nostalgia
tun pasado con mayor proyecci6n y esperanza, centréndose ya no en
las estructuras materiales que dan forma a lo urbano, sino que en
los aspectos individuales y subjetivos que lo componen..
Estas tres etapas resultan significativas a la hora de reflexionar
sobre la construccién geografica e historica de las ciudades de Chile
2LAs DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO*HSTORICO.
y en especifico las del sur. Si se revisa la literatura disponible, las
referencias obligadas a ciudades como Santiago (Hidalgo, 2005) 0
Valparaiso (Valdebenito, Alvarez, Hidalgo & Vergara, 2020) podrian
compartir esa mirada, en cuanto su devenir ha estado asociado al
propio camino que ha seguido el pais desde sus comienzos. La ciudad
romantica sobre la cual se erigen durante el siglo XIX esta cargada
de esa representacién de una ciudad més europea, ya sea solo por
el gusto de emular lo que parecia més avanzado o por la llegada de
grupos sociales que reprodujeron su forma de vida en dichas zonas
(Hall, 2007). La biisqueda por superar aquel pasado colonial esta
inscrita en una serie de proyectos de modernizacién, sobre todo de
sus dreas centrales, a través de la consolidacién y expansién urbana,
o dela realizacién de proyectos urbanos de gran envergadura, como
las canalizaciones de rfos, instalacién de sistemas de alcantarillado,
creacién de parques pablicos, entre otros.
La segunda, con la ciudad de la crisis del centenario, es desbor
dada por el propio habitar de la ciudad. Se van haciendo evidentes
los cordones de miseria en los limites de aquella, la polucién ambien-
tal y social van carcomiendo las bases de la urbe europea que con
tanto esfuerzo se habia intentado instaurar, y ese romanticismo va
tifiéndose cada vez més de un profundo malestar (Romero, 1997).
La vivienda social no da abasto y, ante Ia amenaza de revueltas so.
ciales y descontrol de una ciudad cada vez més grande, el Estado se
debe hacer cargo de su gestién (V. Espinoza, 1988; Hidalgo, 2002).
‘Ya no ser un lugar de utopias individuales o de una élite, sino que
serd el espacio de la gestién politica, uno tecnificado y abstracto que
responder a proyectos sociales y politicos colectivos..
Finalmente, la tercera etapa podemos situarla en una ciudad neo-
liberal, donde el pacto vuelve a romperse y el Estado deja en manos
de privados su gestién (Hidalgo & Janoschka, 2014). Los proyectos
colectivos de una élite romantica o los espacios utilitaristas y produc
tivistas del Estado desaparecen y dan paso a una relacién mercantil,
dispersa, con ciudadanos y ciudadanas, con consumidores de una
ciudad que ofrece una amplia gama de opciones para su habitar, pero
que ya no responde a una légica colectiva ni de proyecto politico,
sino de tecnocracia y obtencién de la renta. La mercantilizaci6n de
én, abarcando no solo la
la vida urbana alcanza su mayor expans
“BJonce OneaPenatoza
infraestructura, sino que irrumpiendo en las relaciones personales
colectivas e individuales (Santana, 2018).
Complementariamente, a las ciudades también las podemos
analizar desde su metabolismo, es decir, desde su configuracién como
un organismo complejo que realiza un intercambio de materia y
cenergfa con su entorno, Este proceso se ha denominado metabolismo
social y proviene de una larga tradicién inaugurada a mediados del
siglo XIX europeo por Marx, y consiste en sefalar que cada grupo
social tiene su propia interaccién con la naturaleza, la cual dialée-
ticamente va determinando su capacidad de obtencién de recursos
y;al mismo tiempo, su perturbaci6n sobre el ambiente sobre el cual
se desarrolla (Gonzalez de Molina & Toledo, 2014). En ese sentido,
el metabolismo tendria un cardcter temporal y espacial, puesto que
tun mismo grupo va cambiando su densidad en la obtencién de sus
recursos, asicomo la escala en la cual se sitda dicho proceso también
va variando. De esa forma, podemos identificar un metabolismo ur
bano como especificidad, el cual analiza las formas de apropiacién,
circulacién, transformacién, consumo y excrecién de materiales y
cenergia en la ciudad.
Lo urbano, como una escala geogréfica, apela a un espacio sobre
cl que se generan una serie de actividades vinculadas ala produccién
secundaria y terciaria (Simmel, 1967}, asi como al desarrollo de una
forma de vida (Castells, 2004). Asimismo, se ha reconocido como
el ecosistema humanizado predominante en el modo de produccién
capitalista (Harvey, 1988), puesto que presenta la capacidad de aglu-
tinar los flujos del capital y el trabajo, cuestién que va produciendo
un espacio determinado (Lefebvre, 1976). Este espacio es reconocible
por su grado de artificializacién del ambiente para el desarrollo hu-
mano, lo cual genera un tipo de metabolismo con mayor consumo
de materiales y energias, asi como una mayor cantidad de desechos
(Demaria & Schindler, 2016; Sieferle & Marquardt, 2009)
E] metabolismo urbano se reconoce por un mayor consumo de
cenergia, la que fluye y se transforma desde diversas fuentes, incluso
lejanas a la ciudad. Dicha energia pierde capacidad de recuperar su
magnitud y forma inicial, lo cual queda expresado por la Segunda Ley
de la Termodinémica, que indica que «la entropia siempre aumenta
en cualquier proceso irreversible que ocurra espontancamente>
(Margalef, 2002, p. 94). Por ende, en un sistema altamente complejo
“4LAs DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO*HSTORICO.
como la ciudad, se requerira una mayor cantidad de energia para
mejorar su organizacién y mantener sus funciones politicas, sociales,
econémicas y ecolégicas (Inostroza, 2018). Por lo tanto, podemos
considerar a la ciudad como un sistema sustentado en la entro}
en la distorsién en la devoluci6n de la energfa y la materia al sistema
inicial, en este caso, a la naturaleza.
La ciudad debiese ser entendida como un elemento que presenta
un espacio que se desarrolla en estrecho vinculo con la naturaleza.
Esta relacién es ademas hist6rica, puesto que va variando a lo lar-
0 del tiempo, intensificandose y expandiéndose en cada etapa. Su
componente principal es la vegetacién que permanece en la urbe,
asi como los animales domésticos y no domésticos en sus distintas
escalas, todo esto en conjunto con los microorganismos que coha-
bitan. Hoy en dia la naturaleza en las ciudades se va tornando en
una posibilidad de consumo, pues su goce se hace cada vez més
escaso y elitista, cuestién representativa de nuestra época. Como
consecuencia principal, surge una forma privatizada de acceso a
ella, lo que plantea el desafio de ir configurando formas colectivas
de relaciones de la ciudad con la naturaleza.
A partir de ese andlisis, podemos identificar distintas etapas en
el metabolismo urbano, marcadas por las diferentes intensidades en
el uso de los recursos. La ciudad latinoamericana ha coexistido con
la naturaleza durante toda su historia, luchando constantemente por
el acceso a los recursos para su funcionamiento (Sedrer. & Duarte,
2019). Sin embargo, las arcas urbanas, cada vez mAs extensas, no
son homogéneas internamente, lo que provoca una disputa por los
recursos internamente y van configurando la desigualdad territorial
en su funcionamiento,
No obstante, cada ciudad tiene sus propias etapas. El siguiente
texto busca reflexionar sobre la construccién material y simbélica
de la ciudad de Temuco, considerandola un caso distinto al seguido
por las urbes metropolitanas del centro de Chile, puesto que su
temporalidad es distinta y,al mismo tiempo, su funcionalidad estuvo
adscrita inicialmente a fines diferentes que las ciudades modernas
ilustradas. Tal como se ha sefialado en otros textos, Temuco comienza
siendo un fuerte militar, una base de agrupamiento y abastecimiento
para las campaiias de incursién del ejército chileno en la etapa de su
expansi6n ¢ irrupcién en el territorio mapuche. Toda ciudad es una
45Jonce OneaPenatoza
mezcla entre lecturas simbélicas y materiales que se van entrelazan-
do, lecturas imaginarias y sustento concreto de la vida compartida
de muchas vidas.
Indagar en las diferentes capas que la ciudad va desarrollando es
el método que se ofrece en este ensayo. Es un repaso por cémo se van.
constituyendo, qué cosas se heredan y cuales desaparecen y vuelven
a resurgir. El cruce de todas ellas va dando la peculiaridad de cada
ciudad, pues las fuerzas sociales, historicas, geograficas y naturales
van siendo algo mas que materias primas que configuran las urbes.
PRIMERA CAPA: LA IRRUPCION VIOLENTA DE LO MODERNO
Una de las cualidades de las ciudades modernas es que es fac-
tible de identificar un momento exacto en el cual se dio inicio a su
existencia. La aparicién de aquellas, sobre todo en este caso, tiene
como base una accién externa y vertical, que sanciona de manera
oficial y sin lugar a duda el establecimiento de una ciudad. Su de-
venir se decreta por medio de un documento juridico, mientras que
su futuro se traza, muchas veces, de manera meramente proyectual.
El 24 de febrero de 1881 se funda el Fuerte Recabarren, instancia
reconocida oficialmente como el instante en que comienza a funcio-
nar la ciudad de Temuco.
El territorio que fue seiialado como tal se ubicaba estratégica-
mente al lado del rio Cautin, en una zona emplazada entremedio
del bosque y los desfiladeros generados por los cerros Nielol y
Conunhuenu (Pino, 1969}. El lugar especifico, una terraza fluvial,
donde se ubicaba el estero Temuco y vivian las comunidades antes
de la irrupcién del ejército. Alli, «un fortin de quinchas, un muro
de troncos y un foso fueron la placenta y la cuna germinal de este
Temuco que estaba llamado a ser un pecho de chilenidad en el des-
nudo pasaje de La Frontera» (Pino, 1969, p. 19).A diferencia de las
ciudades chilenas antiguas, aqué no empez6 a funcionar en torno a
una plaza de Armas donde se reunia el poder politico y eclesidstico,
sino que alrededor de un campamento militar creado como puesto
de avance y dominio de un territorio previamente poblado. De esa
forma, se fue dando paso al proyecto de desarticular el antiguo
territorio mapuche para reorganizarlo segiin la logica del Estado
chileno (Flores, 2012)
46LAs DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO*HSTORICO.
En los afios siguientes empieza a tomar forma el sistema urbano
compuesto por la estacién de ferrocarril y el denominado «centro
hist6rico». La configuracién sobre la cual se estudia gran parte de
las ciudades comienza con la identificacién de su miicleo original y
cémo se fue expandiendo, evaluando el crecimiento en funcién a
su planta original. La primera infraestructura estuvo pensada en
lun uso pragmético y formal, el refugio de un cuerpo militar que se
encontraba invadiendo un territorio, pero que a su ver representaba
Ja punta de lanza del arribo de un proyecto mayor que escapa a su
propia escala, la modernizacién del Estado chileno y del mercado
internacional de cereales.
El paso de campamento militar a ciudad es oficialmente recono-
cido con las elecciones de autoridades municipales en 1888, pero a
esto debemos sumar su rapido crecimiento demogréfico con 7.708
habitantes hacia 1885, el trazado de la ciudad hecha por Teodoro
Schmidt y la Hlegada del ferrocarril en 1893. La ciudad es recono:
cible a través de su planta inicial, la cual estaba dividida uniforme-
mente en manzanas de 100 metros por lado y que «cuenta con dos
hermosas avenidas de 50 metros de ancho, que se estienden en los
estemos oriente i poniente i una de 30 que atraviesa la poblacién
de S. O.aN. E. En sus contornos se encuentran numerosas quintas,
fabricas, molinos i curtidurfas que le dan incesante movimiento»
(E. Espinoza, 1897, p. 408). La ciudad comienza a establecer todos
los requerimientos para ser considerada como un centro urban
propiamente tal.
En el plano de los imaginarios, esta primera etapa esté mar-
cada por la Iegada intempestiva de la modernidad. Se construye
una ciudad donde antes no existia algo similar, ni en estructura
ni en funcionamiento, por lo que la construccién de esa narrativa
se transforma en una cuestién fundamental. En otras palabras, la
aparicién de la ciudad es una parte del proyecto de instalacién del
Estado, pues, como artefacto, es la manifestacién del poder estatal
en el territorio mapuche. Ella implica la emergencia de los poderes,
estatales, No obstante, en el caso de Temuco, esto comienza como
un poblado militar hasta la legada del ferrocarril, que conlleva la
conexién con el otro lado de la conquista del territorio: el mercado.
Las ciudades, como ecosistema favorito del capitalism (Harvey,Jonce OneaPenatoza
1977), requieren construir una narrativa que sustente su eleccién
como forma de habitar, que garantice su supervivencia,
Desde el punto de vista del metabolismo lo podemos entender
como la primera etapa de instalacién de la ciudad, la cual se erige
a partir de un uso de los recursos locales, sobre todo en los mate
riales de construccién de sus primeros edificios. Aquf, los bosques
circundantes, asi como la importancia del rio Cautin como sistema
linfatico urbano, cobran una vital importancia en su configuracién.
La naturaleza circundante se convierte en la materia prima de la
ciudad, la base material desde la cual se erige el fuerte militar y la
ciudad inicial.
Hasta 1881, el territorio que hoy denominamos provincia del
Cautin habia estado cerrado a la intromisién de lo que se deno-
minaba civilizacién, No obstante, «un cuarto de siglo ha bastado
para transformar aquella selva, inaccesible y sombria, en una de
las provincias més ricas y productivas del pais. Sus campos dan
con abundancia todos los frutos de la zona templada y sirven de
alimentos a numeroso ganados» (Censo, 1907, p. 1072). La llegada
de la modernidad estaba acompaiiada de la promesa de una tierra
lena y abundante, que solo requerfa de la inteligencia humana —
civilizada— para hacerla rendir. Esto también aparece en la célebre
Jeografia Descriptiva de Chile de Enrique Espinosa al referirse ala
provincia del Cautis
Sus vastos i fértiles campos, cubiertos de inmensos bosques
pero que con el tiempo llegardn a transformar ese territorio,
en uno d ellos mas productivos del pais.
Hai yacimientos de carbon de piedra en las inmediaciones
de Nueva Imperial, Cholchol, en Misiones i en Nielol en el
departamento de Imperial se esplotan también lavaderos de
cro. Entre los productos de la agricultura i de la ganaderia, se
mencionan en la agricultura: el trigo, la cebada, maiz, frejoles,
arvejas, papas, maderas, c4scara de lingue;ien la ganaderia:
animales vacunos,caballares, mulares, cerdos, ovejas, cabros.
Entre los establecimientos industriales: molinos, fabricas de
destilacidn, cervecerias, maquinas aserradoras, curtidurias i
fabricas de ladrillos y tejas (E. Espinoza, 1897, p. 406).
48LAs DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO*HSTORICO.
La promesa de un territorio lleno de recursos y que, al mismo
tiempo, se encontraba en una etapa de urbanizacion, significé un
proceso de atraccién a nuevos habitantes y de expulsién violenta
de los anteriores. La velocidad de dicha transformacién —siete mil
habitantes en diez. afios— solo es posible de entender a través de una
voracidad de la variacién del entorno, de un metabolismo acelerado
que tuvo a disposicién bosques, rios y praderas.
FigURA 1, PROVINGIA DE CAUTIN HACIA 1885
PROVINCIA
CAUTIN
Sa
Fuente: E, Espinoza (1897).
SEGUNDA CAPA: EL MOTOR RURAL DE LO URBANO,
Para el historiador Jorge Pinto, La Araucania presenta tres
ciclos econémicos muy claros: el primero, una fuerte expansién
entre 1900 y 1940 cuando se convirtié en el Granero de Chile, asi
como su produccién maderera logré proveer a escala nacional; la
segunda, a partir de 1940, marcada por una contraccién econémica,
8Jonce OneaPenatoza
‘empujada por los problemas implicitos al ciclo anterior, como la
erosién del suelo, el agotamiento de los boques, junto con la falta de
vias de comunicacién o politicas econémicas adecuadas; y tercero,
las politicas neoliberales que, bajo sus preceptos, redujo el rol del
Estado en la zona, fortaleciendo la competencia y el desarrollo de
una industria agroforestal (Pinto, 2015; Pinto & Ordenes, 2012).
En sintesis, podemos afirmar que la provincia de Cautin ha estado
amarrada a su devenir agropecuario desde el principio y que todos
sus ciclos econémicos y sociales han dependido de dicha fluctuacién.
Una ver que se afianz6 el orden espacial estatal, expulsando
y defendiendo a través de las armas su instalacién, la ciudad fue
tomando fuerza rapidamente. La primera etapa implica un nuevo
orden social, cuya imagen més representativa es la construccién de
ese espacio artificial, dibujando el plano damero. No obstante, la
ciudad se ve desbordada por las actividades econémicas que se desa-
rrollan fuera de su contorno, movilizandose no solo mercanefas, sino
que personas que van dando forma a una siguiente etapa en Temuco.
El punto de inflexién de la ciudad fue compartir escala nacional
la deriva producida por la crisis econémica de 1929. Durante toda la
década del treinta llegaron personas trasladadas por el Estado 0 por
medios propios, atraidas por las labores agroganaderas de la zona,
la cual venfa desarrollando una economia relativamente estable y
gue a ojos de la administracién central seguia siendo un territorio
de colonizacién: «A los seffores Agricultores o duefios de casa que
descen ocupar obreros 0 empleados domésticos pueden solicitarlos
a la Inspeccién de Cesantia de esta ciudad» (EI Colono, Traiguén,
3 de enero de 1934, citado en Bohoslavsky, 2002, nota 10). Como
consecuencia de esta politica, muchos de aquellos que eran enviados
a trabajar a los campos trigueros, faenas auriferas o la construccién,
de infraestructura vial, terminaban volviendo a Ia ciudad. De esta
manera, Temuco se convierte en la victima urbana del imaginario
del sur productivo y fértil que se habia diseminado por todo el pais,
como herencia de la etapa anterior, pero que répidamente habia
demostrado tener un limite,
Sin embargo, la situacién no era la mejor y se fueron entremez-
clando tres hechos adversos: por una parte, el aumento repentino de
Ja poblacién que la ciudad no lograba ir integrando orgénicamente; la
crisis que el sector productivo agropecuario estaba experimentando;
seLAs DISTINTAS CAPAS DE UNA CIUDAD: ENSAYO GEOGRAFICO*HSTORICO.
ysen tercer lugar, al dréstico cambio que significé para las y los
recién llegados habitar un nuevo territorio (Pinto, 2007; Pinto &
Ordenes, 2012).
I espacio urbano en la zona iba creciendo de manera cons
tante, tanto por el aumento de su poblacién —natural y externa—,
asi como en el apoyo a la economia agraria de la region. La ciudad
se transforma en un espacio en disputa, puesto que estaba siendo
sitiada por desempleados, surgiendo los albergues y las «ollas del
pobre» (Bohoslavsky, 2002), mientras que otros sectores de la ciudad
fueron consolidando una élite local, sustentada en el comercio de
mercancias locales y de bienes de consumo para la ciudad (Rojo-
Mendoza & Hernandez, 2019). Dichos conflictos fueron tomando
forma en «requisas populares» en los fundos adyacentes a Temuco,
al ser una zona productora de alimentos, por