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Pe ema) Cot Ren ee) 2. ESTRUCTURANDO EL CONTENIDO ESTRUCTURANDO EL FRENTE La idea de que la legada de la industrializacion y sus productos a la arqui- tectura del siglo xx supuso el abandono del proyecto de representacion, asi como de su instrumento primordial +a fachada-, es un lugar comin en la historia y critica de la arquitectura. Si éste hubiera sido el caso, significaria el final de una tradicion muy bien asentada, pues la idea de fachada como superficie figurativa y distintiva del edificio ha existido desde finales de la Edad Media y comienzos del Renacimiento. El hecho de que a menudo existiera una separaci6n temporal entre Id fachada y la construccién de la envolvente del edificio principal en muchas iglesias del Renacimiento sefata la autonomia parcial de la fachada como portadora de atributos signilicativos'. Esta separacion conllevé una di categérica entre los muros de un edificio y su fachada o frente, siendo esta iiltima su parte mas expresiva. Y lo que comenz6 en el primer Renacimiento ha continuado hasta nuestros di incion » Sobre este problema, véanse algunos estudios sobre la arquitectura del Renacimiento como: Wolfgang Lotz, Studies in Italian Renaissance Architecture, Cambridge, Mass., 1977; Rudolf Wittko- wer, Gothic versus Clasic, Londtes, 1974 y otros; asi como lox estuclios mas recientes sobre p pectiva, especialmente: Rober Klein, Form and Meaning, Nueva York, 1979 y Hubert Damisch, The Origin of Perspectiva, Cambrige, Mass., 1994. Dos fachadas que ilustran esta idea son Ta de Sa Lorenzo en Florencia y San Petronio en Bolonia. La historia de los primeros acercamiientos al -emb Hlecimiento- de edificios mediante el tratamiento de la fachada aparece en Wolfging Braunfels, Mit- telartentiche Stacultbaukunst in dler Toskana, Betlin, 1953, sobre todo el capitulo 2. ESTRUCTURANDO EL CONTENIDO 15 En el siglo xvi, numerosos arquitectos teorizaron el valor expresivo de la Jisionomia arquitect6nica. Las figuras claves en este desarrollo fueron German Boffrand, Jacques-Frangois Blondel, Nicolas Le Camus de Méxiéres, Etienne- Louis Boullée y Claude Nicolas Ledoux. Boffrand y Blondel, por ejemplo, uti: lizaron conceptos bastante elaborados de la teoria de la fisonomia pictorica; coneretamente, la idea de que existe una correspondencia directa entre el perfil de un rostro y el tema © género de representacion, ya sea de un cua- dro o de un edificio®, {Para Boffrand] todas las emociones podian expresarse en la arquitecturas, Se consideraba que habia tres formas lineales basicas como medios de expresién: convexo, céncavo y recto. Boffrand no mencionaba a Charles Le Brun, pero no cabe duda de que tenia sus ideas en mente cuando castigaba a los arquitectos de comienzos del siglo xvii por disefar interiores con lineas «entrecruzadas hasta la confusién-, y por no comprender que esas lineas son a la arquitectura lo que la tonalidad a la mtisica. Mediante tres for- mas lineales, y con el conocimiento de expresiones tipicas, el arquitecto habi- lidoso podia tocar acordl Sin embargo, en la época de Boullé aracter se habia con- vertido en algo mas que la mera expresi6n del género mediante un rasgo indi- cativo; todo el volumen del edificio adopt6 el papel de formador del caracter. Se pens6 que esta arquitectura «que habla, denominada arquitectura parlan- fe, poseia cualidades reformadoras capaces de cambiar la sociedad>. Asi, las superficies exteriores del edificio revelaban sus funciones de forma mis literal, haciendo de la totalidad de sus superficies y esquinas un lugar exhaustivo de representaciOn, La arquitectura se Convirtié en un instrumento de moralidad social, una delegacién del caracter del edificio, sin importar si el objeto de fabricaciOn- era un grupo o un individuo, El titulo del tratado de Ledoux reve- la este nuevo papel, Architecture Considered in Relation to Art, Moral, and Legislation. Se permitia Ia taxonomfa del caracter, cuando era transparente, no solo como forma de integraci6n social, sino también como manera de excluir a determinados tipos. El fisonomista Lavater, contemporineo de Ledoux, tam- s de tristeza 0 alegria, amor u odio, gracia o terror’. y Ledoux, el Sobre la expresi6n de las pasiones en los siglos xvi _y xt Jennifer Montagu, The Expression of Passions, New Haven, 19 * Robin Middleton, introduccidn a Nicolas Camus dle Mézieres, The Genius of Architecture, on, the Analogy of That Art with Our Sensations, Santa MOnica, 1992, p. 28. * tbid. > Sobre este desarrollo y el de las teorias de Ledoux en particular véase Anthony Vidler, Clan de-Nicolas Ledoux: Arebitechure and Social Reform at the End of the Ancien Régime, Cantbridlge, Mass., 1990, pp, 206-207, especialmente. En cuanto a Le Camus de Méziéres y su papel en esta argu mentacién Introduccion de Robert Middleton a The Genius of Arebitecture. EL desarrollo del cter a comienzos del siglo xvit aparece en Donald Drew Eghen, Characters, en. The Beatex-Arts Tradition in French Archuecture, Princeton, 1980, pp. 121-139. Véease también Joseph Rykwert, The isi Moderns, Cambridge, Mass., 1980, 1s reciente de 16 La SUPERFICIE DE LA ARQUITECTURA fig. 2.1. George Dance el joven, Cércel de Newgate, Londres, 1782. ESTRUCTURANDO EL CONTENIDO 17 bién se centré en las correlaciones literales entre tipos faciales y el comporta- miento desviado de una persona, segtin parece con ka pretension de eludir la identificacion de caracteres. Esta especulacién aparecié en Inglaterra y también en Francia: la fachada de la Carcel de Newgate, Londres, diseftada por George Dance el Joven, utilizaba métodos tectonicos para lograr la representacion indi- cada en el proyecto o «destino: del edificio; en este ejemplo, la inscripcién de la fachada -hablaba: de los horrores del encarcelamiento y servia como -disuasion. En este ejemplo, el perfil no solo representaba 0 expresaba, sino que también ejercia cierto efecto sobre el espectador. La teoria de la sensacin, que previa mente habia sido un problema de epistemologia, se convirtié en algo instrumen- tal, sugiriendo como las im4genes arquitectOnicas podian llevar a cabo [a refor ma social. A pesar de esta premisa, no hay evidencia de que estas fachadas -funcionaran» de la manera pretendicla, No obstante, la concentraci6n en el significante y el «potencial terapéuticos del edificio fue tan intenso que, hacia finales del siglo x1x, era posible e inclu- 0 normal considerar a este elemento arquitect6nico como algo ‘libres; no se trataba de la fachada libre de Le Corbusier: —libre de las exigencias 0 conse- cuencias formales de la estructura portante de carga-, sino de algo indepen- diente como lugar de representacion, donde las condiciones tectonicas, topo- grificas y espaciales se subordinaban a las de cardcter semistico. La superficie arquitectonica asumi una proposicién moral. Los arquitectos de comien- z08 del siglo xx aceptaran y elaboraran esta premisa. El propio Le Corbusier, por ejemplo, afirmaba que el lavado blanco de sus primeros edificios permi- tia perfilar elementos para que resaltasen sobre el fondo, sin que hubiera nin- guna posibilidad de equivocar su significado. Consideraba que el contraste entre los objetos en primer plano y los edificios en segundo plano era como. una radiografia de la belleza. Afirmaba que era como -un juzgado en sesion permanente.”. La idea de unos objetos en contraste con el edificio como fondo recuerda en parte la discusi6n de Boullée sobre la

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