You are on page 1of 107
pe ser eric sincera, tanh ads ane "Hauna por ningin me, ya sea lero, mica, meine, “pin, grtacin 9 soso, sn el pre comers pores dl edtie iso ovina Te en Gass ce Tans “radvin cl ingls pore Vesa aay Dist de por: bral Se, © detnesicin origin! 1974 199786 Tima Gatey Publcaoen espaol por acuerdo con Rando Hast, sll de Rarom Nouse -ubishng Group, dit de Rad Hause In ela preset econ EDITORIAL SIRIO,S.A. Ninans Libs S.A. eC Ed. Si Argentina CPanatens,9 Cale Casita 2-229 Cia S40 2005s Ca Alana 11-Buenos Aires ‘pate Mévca, DE 0x00 (argenins) wwe com Mall sedi com ISBNs 80 708.1739 Depasio Legal 8-12.168:2006 Ips eos alee gies e Remanyw ll ‘erage, 09786-Caplae Barco} Printed Spin EL JUEGO INTERIOR DEL TENIS W. Timothy Gallwey editorial Bir. S.a. éCudl es el verdadero jue; Es un juego en el que el corazén se divierte ‘Un juego en el que ti te diviertes Un juego que vasa ganar. MAHARAJL PREFACIO Mirando hacia atras La experiencia de revisue La Espiriualidad del Tenis ha sido un desaffo fascinante. Poder hacer cambios en una obra dlespués de veinticinco afos representa una oportunidad cexcepcional. {Que iia a encontrar que necsitase modifica? “Han cambiado mis ideas bisias? éHan cambiado los leeto- res? {Qué ¢s lo que habia que clarificar, aetualizay, simplif- ree fats son las preguntas que me he planteado a fo largo del proceso de revision Quizé el cambio mas importante que se ha producido desde que el libro fue publicado por primera vez hace wn cuar- to de siglo ha sido el reconocimiento general dela importan- cia del aspecto mental en todos los deportes. Cuando eserbt El ’ Juego interior del Tenis en 1972, la psicologia del deporte no cera una disciplina aceptada y en los erculos deportivos habia muy poco didlogo sobre el aspecto mental del rendimiento deportivo. Hablar de algo «interior» o «mental» en relacién con los deportes era considerado algo revolucionario por algu- 1s, y algo absurdo por otros. Sin embargo, al escribir esta de Atlanta estn en su segunda semana la revista Newsweek hay una larga presentacién de los Juegos Olimpicos subtitulada «La Ciencia de los Campeones», en la «que se enfatiza la importancia del aspecto mental del deporte. «En casi todos los deportes» —escribe el autor de un anticulo titulado «EI Zen y el Arte del Exito Olimpico»— «se consulta 4 un psic6logo para ayudar a los deportistas a integrar la con- centracién mental con la habilidad fisica» Mas adelante dice: «Los depontistas quieren conectar la mente con el ewerpo por- ‘que un descmperio perfecto requiere la sincronizacién de millones de fenémenos musculares y nerviosos». ¥: «Los investigadores han comprobado una disminuci6n en la activi- dad del hemisferio izquierdo del cerebro, el hemisferio que supuestamente controla el pensamiento racional. Esta dismi- ‘nucién en la actividad del hemisferi izquieedo implica que se Dresta menos atencién a la mecdnica del acto y més atencidn a las sensaciones que produce ese acto». As{ que es posible que el lector de este libro encuentre ‘que las ideas aqui presentadas, las cuales un dia fueron consi- deradas revoliionias, oy son aceptadas, y pueden incluso parecerle obvias. En cierta forma, hemos avanzado bastante en, ‘nuestra comprensién del desempefio éptimo. Sin embargo, as, los Juegos Olimpicos Enel kimo nimerode Prefacio ahora me toca a mi ser escéptico. No crco que exista nunca lida, El jo bien al ani- tuna sciencia de los campeones» que sea realmente Ambito del Juego Interior no se presta demas liss cientitico, pecisamente porque es «interior» y, por lo tan- to, no puede ser objeto de una observacion cientificamente verificable, Las estadisticas o las teorias complejas tampoco le van a servi de gran ayuda al deportista. Los puntos bisicos del Juego Interior son muy simples, muy antiguas, y no existe ninggin atajo magico para lograr a armonia entre el cuerpo y Ja mente. El trabajo interior requerido deberd ser realizado individualmente por cada deportsta. Un buen entrenador puede ayuclar Yo espero que este libro pueda también servirde ayuda, pero aprender ano estorbarse asf mismo —el objetivo del Juego Interior — debe ser el resultado de la experiencia de cada deportista. De cada deportista que tenga el coraje y la determinacién de intentar dominar este aprendizaj. ‘Cuando este libro fixe publicado por primera vez, nadie ‘esperaba la repercusi6n que tuvo, Mi editor me habia comen- tado que un libro sobre el tenis no podia esperar vender més de veinte mil ejemplares. Asi que todos nos quedamos asom- brados al ver que se vendian casi un millén de ejemplares y {que el libro era publicado en muchos idiomas. Al mirar hacia atrés, comprendimos lo que los lectores habian captado inme- diatamente: éste no era s6lo un libro sobre tenis, sino un libro sobre cémo rendir al maximo en cualquier émbito. Mas dela mitad de los miles de cartas que recibf se referfan a la aplica- i6n de los principios y métodos del libro a mbitos que no tenfan nada que ver con el tenis. Ambitos como la ingenieria avanzada, la ensefianza del arte dramético, la administraci6n El jyege interior del TENIS: como el entrena- de empresas, la leetura de libros de text mientoen general. Los jugadgres de tenis también encontraron nuevas for- mas para desarrollar sus habilidades, sin importar cul fuera su nivel de juego. Por.un lado, muchos principiantes me dije- ‘on quedl libro les habfa servido para aprendera jugar al tenis ‘en muy poco tiempo, y sin suftir las habituales frustraciones de todo aprendizaje. Por otro lado, los jugadores profesionales ‘me dijeron que el libro les habfa servido muchisimo para soportar mejor la presién de los torneos. Billie Jean King me dijo una tarde, antes de salir a jugar un partido del torneo de Virginia Slims, que El Juego Interior del Tenis se habia con- vertido en su Biblia del tenis. Y tuvo la valentia de decislo en luna época en la que muchos jugadores profesionales no se atrevian a reconocer piiblicamente que necesitaban ayuda en ese aspecto del juego. Algunos profesores de tenis fucron muy poco receptivos a las ideas expresadas en este libro, Para algunos eran dem: do simples; otros las vefan como una affenta a su forma de enscfarel tenis. Durante algunos ais se desarrollé un deba- te entre los que preconizaban la ensefianza de la técnica y aquellos que crefan que se podia ensefiar el tenis de forma ‘mas intuitiva, sin dar tantas instrucciones. En aquel tiempo, vi que el disfrute del tenis estaba sien- do amenazado por la muliplicacién de complicadas instruc- iones téenicas, y que los jugadores estaban comenzando a sentirsefrusirados y a'ser demasiado eriticos consigo mismos a causa de la forma en que s¢ les ensefiaba. Algunos jugadores «staban perdiendo la confianza en sucapacidad para aprender ” Prefacio Jo sulicemtemente répido para que valiese ka pema y, por lo tanto, abandonaban este deporte antes de darle una vendaclera ‘oportunidad. Muchos profesores de tenis, por otro lado, se sentfan menos seguuros en una profesién que estaba creciendo mucho y ctefan tener la obligacién ce demostrar su conoci- imiento técnico del juego a sus alumnos y a sus colegas. Tanto lsensefanza como el aprendizaje del tenis se estaban convir- ticndo en una labor penosa, como consecuencia, este depor- te comenzaba a perder popularidad. ‘Muchos profesores de tenis estaban de acuerdo con este diagndstico. Uno en particular, Sean Bravley, habia sido el jugador niimero uno de la Universidad del Sur de California y habta jugado en el circuito de la ATR llegando a estar clasi- ficado entre los ciento cincuenta primeros. Poco después de haber decidido convertrse en profesor de tenis, me dijo que queria aprender el Juego Interior. Acabé abandonando la ‘mayor parte de lo que creia saber sobre la ensciianza del tenis y adopté con entusiasmo el Juego Interior. En 1994 gané ef Campeonato de Estados Unidos para profesores de tenis y ‘pas6 a serel ntimero uno en la clasificacién. El afi siguiente gané cl trofeo de Jugador del Afo. Aunque afirmaba no haber jugado nunca mejor en su vida, lo que mas le entusiasmaba ‘era observar cmo progresaban sus alumnos. Se estaba divir- tiendo como nunca al aprendera ensefiar de la forma mis ef «az posible. De hecho, su aprendizaje no se limitaba al tenis, sino que incluia todos los aspectos de su vida. ‘Cuando me llegé la hora de revisar este libro, le ped a Sean que me ayudara con un tema en particular. Este tema les habfa creado problemas a los profesores de tenis y a algunos a El juege interior del TENIS jugadores que habjan leido la edicién original. ¢Cusl era mi pposicién sobre el conocimiento técnico del juego y como deberia impayirse este conocimiento al jugador? Aunque ‘nunca he dudado del valor de la téenica en el tenis 0 en cual- quier otro deporte, la cuestin sobre cémo aprender esta téc- zhica merece ser explorada detenidamente. Yo era muy cons ciente, por experiencia propia, de cémo la enseiianza técnica oda acabar creando barreras para el aprendizaje. ¥ admito ‘que, cuando descubri la metodologia del Juego Interior, me quedé tan sorprendido por la cantidad de técnica que podia aprenderse sin ensefianza técnica, que no pude sino enfatizar firmemente este punto. Ademés, cuando Harry Reasoner, en la primera demos- tracién televisada del método del Juego Interior (Informe Reasoner 1975), mostr6 cémo una mujer de cincuenta ais —que nunca habia jugado al tenis en su vida— aprendia a jugar decentemente en s6lo veinte minutos y sin recibie una sola instruceién de tipo téenico, la gente se qued6 asombrada. En aquel tiempo, fue considerado algo revolucionario. Obviamente, esto no quiere decir que la ensefianza técnica no ‘tenga ningsén valor, sobre todo si no perturba el proceso natu- ral de aprendizaje. El quinto capitulo presenta una forma de combinar la ensefianza técnica con técnicas simples del Juego Interior para obtener una sintesis perfecta de los dos tipos de conocimicnto, Finalmente, después de leer la edicin original, algunas personas se intérrogaban sobre el tipo de pensamiento en el ue el libro estaba basado, ¢Era acaso filosoffa oriental? y el juicio, 4s Silenciar al yo némero 1 «pésimo») son atributos del golpe en sf. Mas bien son evalus ciones agregadas a ese evento segiin las reacciones individu: les de cada uno. El sefior A esta diciendo: «No me gusta ese I sefior B estd diciendo: «Me gusta ese evento». El jucz de silla, pese a su nombre, no emite ningén juicio sobre ese evento, no dice si es positivoo negativo; simplemente ve la pelota y la canta fuera Si el evento se repite mas veces el sefior ‘Ase vaa molestar mucho, el sefior B va a seguir muy conten- to, ¥ el juez de silla seguird sefialando con objetividad todo lo que suceda. Para mi, el juicio es el acto por el cual se asigna un valor positivo o negativo a un evento. Eso quiere decir que algunos ‘eventos que forman parte de tu experiencia son buenos y te gustan, y otros son malos y no te gustan. No te gusta verte mandando la pelota a la red, pero te gusta —y juzgas como algo bueno— ver a tu adversario completamente vencido por tu servicio, Por lo tanto, los juicios son las reacciones persona- les de nuestro ego a todo lo que experimentamos: objets visuales, sonidos, pensamientos y sentimientos. {Qué tiene que ver todo esto con el tenis? Pues bien, resulta que es el juicio el que da inicio al proceso de pensa- miento. Primero, el jugador juzga como bueno o malo uno de sus golpes. Silo juzga malo, comenzaré a pensar sobre qué es Jo quc ha fallado. Seguidamente pensaré en cémo corregrlo. LLuego intentard esforzarse en hacerlo bien y se dara instrue- ciones a sf mismo para ello, Finalmente volvera a evaluarse. Obviamente, con todo esto, la mente est muy lejos de hallar- seen silencio y el cuerpo se encuentra tenso de tanto intentar. En el caso de que el golpe haya sido considerado bueno, el yo El juego interior dol TENIS imero 1 comienza a preguntarse cbmo es posible que haya logrado hacerlo tan bien; lnego intenta hacer que el cuerpo repita esa hivzafia mediante instrucciones que se da a s ‘mo, ales como intentar esforzarse y otras por el estilo, Ambos procesos mentales acaban produciendo mas evaluaciones, lo que ayuda a perpetuarla actividad mental ylos pensamicntos, asicomo un tipo de desempefio en el que uno esti demasiado pendiente de si mismo, Como consecuencia de ello, los mis los del jugador se ensan cuando necesitan estar relajados, los, ‘golpes se vuelven torpes y sin fluidez, y asf las evaluaciones negativas pueden continua con intensidad creciente. Después de que el yo niimero | haya evaluado varios gol- pes, s probable que comience a generalizar. En lugar de con- siderar un dinico golpe como «otro mal revés», comienza a pensar: «Tienes un pésimo revés». En lugar de pensar: «Te pusiste nervioso en ese punto», generaliza y dice: «Eres el ‘mayor cobarde de todo el clubs. Otras generalizaciones muy comunes son: «Estoy teniendo un mal dia», «siempre fll las mis ficiles», «soy lento», etedtera Es interesante ver cémo esta mente hipercritica va ampliando su rayo de accién, Puede comenzar con una que- ja «qu pésimo servicio»; luego esto se convierte en «qué mal estoy sirviendo hoy». Después de algunos «malos» servicios mis, el juicio se hace mas amplio y el jugador se dice: «Mi ser- vicio es una porqueria». Esto puede seguir creciendo y conver- tirse en «soy un pésimo jugador de tenis, para culminarfinal- ‘mente en sno sirvo para nada». La mente comienza juzgando tun hecho aislado, luego juzga un grupo de hechos, después se identifica con ese grupo, finalmente, se juga asf misma. Silenciar af yo nimero 1 Lo que suele ocurrir con estos juicios es que terminan convirtndose en realidades, Estos juicios son comunicados del yo niimero I dirigidos al yo niimero 2, los cuales, después de infinitas repeticiones, se convierten en expectativas incrus- tadas en la persona ¢ incluso én conviceiones definitivas sobre clyo nmero 2. Lugo, l yo nimero 2 comienza a confirmar «estas expectativas. Site dices el suficiente ntimero de veces que wa serv hipnotico. Es como si le hubieras dado al yo ntimeto 2 un papel que interpretar—el papel de pésimo servidor— y éste lo interpretara a la perfecci6n, reprimiendo provisionalmente sus verdaderas capacidades. Una vez la mente hipereritica ha jo una identidad basada en sus juicios negativos fa inter- tacién seguir escondiendo el verdadero potencial del yo ‘nimero 2 hasta que el embrujo hipnotico se rompa, En resu- ‘men, comienzas a convertirte en aquello en lo que piensas Después de haber estellado una buena cantidad dereve~ ses conta la red, el jugador se dice que tiene un revés «muy. malo» 0 como mfnimo que su revés tiene un mal dia, Luego se dirige al profesor para que se lo arregle de la misma forma que un enfermo va a ver al médico. Se espera que el profesor 0 el jugador profesional—emita un diagnéstico para ese revés defectuoso y proporcione un remedio. Es una situaci6n \ipica, En la tradicién de la medicina china, los pacientes van aver al doctor cuando estin bien y se espera que el doctor los ‘mantenga asf. De la misma forma, deberta ser posible, y mucho menos frustrante, acudir al experto con tu revés tal ‘cual es, sin agregar ningtin juicio sobre si es bueno o malo, 10 € pésimo, se produce una especie de proceso El juego interior del TENIS Cuando se le pide a la mente hipereritica que deje de emitir juicios sobre el juego, ésta sucle protestar: «Pero si no. puedo efectiir un buen golpe de revés, quése supone que de- bo hacer? éDebo acaso ignorar mis fallos y pretender que mi juego esté estupendamente?», Aclaremos esto: dejar de emitir ju borat) i plemente ser consciente de las cosas tal como son, sin agregar: nada, Esta conciencia libre de juicio puede muy bien tener presente que, en un partido, mandaste cl cincuenta por ciento de tus primeros servicios a la red. Este hecho no es ignorado. Esta conciencia puede decir que tu servicio fue irregular ¢ intentar descubrir las causas. El proceso de juicio comienza cuando el servicio recibe la calificacién de «malo». Esta califi- cacién es seguida por una reaccién de rabia, frustracién 0 desaliento, la cual interferird en el juego del tenista. Si eljuicio no fuese nada mas que esa calificacién, y no hubiese posterio- res reaceiones del ego, la interferencia seria minima, Pero des- sgraciadamente este tipo de ealificaciones suelen llevar a reac- ciones emocionales y luego a tensién muscular, intentos por “esloraarie mucho, autocriticas, etcetera, Este proceso de juicio 10 quiere decir ignorar los errores. Quiere decir sim= que veas, Sivun jugador hipercrtico acude a mi, intentaré no ereer- He las cosas que cuente sobre su «pésimo» revés 0 sobre lo «mals jugador que es. Si manda las pelotas fuera de la pista, tendré en cuenta que han ido fuera, y puede que tenga en ‘cuenta larazén por la cual han salido fuera, Pero chay necesi- ddad de juzgar ese revés como «malo»? Silo hago, lo mis pro- bablees que me ponga tan nervioso y tenso al cortegilo como Wando plabasesricamente desciptvas, jar al yo nimero 1 El juicio produce tension,y Ia tensén interfer en la idea"que requiere el movimiento ya esta élal corregitse a sf mis preciso y ripido, La relajacién produce golpes fluidos y es el resultado de aceptar tus golpes tal como son, incluso si son eticos. Leela siguiente analogia y vesi nocomicnza a surgir unaal- al hecho de juzgarlo todo, Cuando plantamos una semilla de rosa en la tierra y vemos lo pequetia que es, no la criticamos por carecer de raiees y de tallo. La tratamos como uuna semilla y le damos el agua y el alimento que necesita ‘Cuando comienza a crecer y a surgir de la tierra, no la conde- ‘namos llaméndola inmadura o subslesarrollada; tampoco cri- ternati ticamos a los capullos por no abritse euando aparecen. Lo que hacemos cs asombrarnos ante el proceso que esté teniendo lugar y darlea la planta el cuidado que necesita en cada etapa desu desarrollo. La rosa es una rosa desde que es una serilla hasta el momento en que muere. En a semila se halla todo el potencial de la rosa. Y la rosa esté siempre en un proceso de desarrollo; sin embargo, en cada momento ella est perfecta- mente bien talcomoes. a ~~ Asimismo, los errores que cometemos pueden conside- ratse una parte importante del proceso de desarrollo, En este Proceso, nuestro juego progresa mucho gracias a los errores. Incluso los bajones son parte de ese proceso. No son «malos» pero pueden extenderse por mucho tie ss con~ sideremos algo malo y nos identifiquemos con ellos. Como un buen jardinero que sabe cusndo la ticrra necesita alcalinidad y cuando acide2, el profesor competente deberia ayudarte en el desarrollo de tu juego. Generalmente, lo primero que hace falta 1 juego interior del TENIS ¢lidiar con los conceptos negativos que inhiben el proceso innato de desarrollo, El primer paso cs ver ts golpes tal como son, Tienen que ser percibids con claridad. Esto slo puede hacerse cuando el juicio personal esté ausente. Apenas un golpe es visto con cla- sidad y aceptado tal cual es, un ripido proceso de cambio se poneen marcha, El ejemplo siguiente, una historia verdadera, ilustra la clave para desbloquear el desarrollo natural de nuestros golpes. El descubrimiento del aprendizaje natural Un dia de verano en 1971, cuando le estaba dando clase un grupo de gente en el Tennis Ranch de John Gardiner, situado en el valle de Carmel en California, un hombre de negocios se dio cuenta de cunta mas potencia y control tenfa surevés cuando llevaba hacia atri su raqueta por debajo del nivel de la pelota. Estaba tan entusiasmado con su «nuevor golpe que corrié a contirselo a su amigo Jack, como si se tra- tara de algtin milagro. Jack, que consideraba que su irregular evés era uno de los mayores problemas de su vida, vino orriendo hacia mi durante la hora del almuerzo y me di Mi revés siempre ha sido un desastre, a lo mejor me puedes ayudar». Yo le pregunté: «iQue le pasa a tu revés?», «Mi Faqueta esti demasiado alta cuando la llevo hacia atrés para Solpeat la pélota>, me dijo. «€¥ cémo lo sabes’, le pregunté «Lo s€ porque al menos cinco profesionales del tenis me lo han dicho. Pero no he podido corregirlo.» Silenciar al yo numero 1 Por un momento me di cuenta de lo absurdo de la situa- cin. Tenia delante de mf a un importante ejecutivo que con- trolaba grandes empresas comerciales de enorme complejidad y que me pedia ayuda porque no podia controlar su propio brazo derecho, Por qué serd que no puedo, me pregunté, dar- Je esta simple respuesta: «Claro que te voy ayudar. [B-a-j-a -u etal Pero quejas como la de Jack son muy comunes entre gen- tede todos los niveles de inteligencia y competencia. Ademis,, estaba claro que al menos cinco profesionales le haban pedi- do que bajara su raqueta sin que ello sirviera de mucho. Qué leimpedia hacerlo?, me pregunté. Le pedi Jack que ejecutase algunos reveses en el patio mismo en el que estabamos. Comenzaba a echar la raqueta hacia atrés desde muy abajo, pero luego, antes de iniciar el ‘movimiento hacia delante, la levantaba hasta la altura de los hombros para luego ejecutar el golpe a la pelota imaginaria Los profesionales que consulté tenfan raz6n, Le pedi que repitiese el movimiento unas veces mis pero no hice ningtin comentario, «Estoy haciéndolo mejor?», me pregunté. «Estoy intentando mantener baja la raqueta.» Pero cada vez, antes de dar el golpe hacia delante, levantaba la raqueta. Era obvio que si hubiese golpeado una pelota real, ese levanta- yueta habria estropeado el golpe. «Ti revés esté bien», le dije de modo reconfortante. «S6lo aq miento dela estd pasando por algunos cambios. éPor qué no le echas un vistazo mas de cerca?», Caminamos hasta una puerta de vidrio y le pedi que repitiera su golpe mientras observaba su reflejo. Lo hizo, y de nuevo levanté la raqueta al echarla hacia El juege interior del TENIS tris, pero esta vez se quedé at6nito. «Hey, iealmente levan- to mucho la raqueta al echarla hacia atrés! iLa raqueta sube is alto que!i hombro!». No habia juicio en su tono de vor; simplemente estaba describiendo con asombro lo que sus ojos, habyan visto Lo que me sorprendié fue la sorpresa de Jack. 2No me hhabfa dicho acaso que cinco profesionales del tenise habfan indicado que levantaba demasiado la raqueta? Estoy seguro de que sie hubiese dicho lo mismo después de su primer gol- 1pesme habria contestado: es que realmente no lo sabia, al veralgo que ya conoce. A pesar de todas esas clases, nunca habia experimentado directamente lo alto que levantaba la o sé» Pero lo que estaba claro ya que nadie se sorprende tanto raqueta. Su mente habja estado tan absorta en emitijuicios y en intentar cambiar ese «mal» golpe, que nunca habia perci- ‘ido egoipecn i. Al ver el golpe tal como era, Jack pudo mantener su raqueta baja sin ningtin esfuerzo en el siguiente intento. «Este revés me produce una sensacién totalmente distinta a la de todos los reveses que he dado en mi vida», declaré, Repetia el ‘movimiento una y otra vez. Curiosamente, nose felicitaba por hacerlo bien, estaba totalmente absorto en la especi ién que le products. Después del almuerzo, le lancé a Jack algunas pelotas y pudo recordar el movimiento y repetirlo. Esta vez él sentia hasta dénde llevaba la raqueta. Habja reemplazado la imagen Visual anterior por una sensacién automtica. E tuna expe- riencia nueva para él. En poco tiempo ya estaba cjecutando DPetfectos reveseslfiados y mandando la pelot al otro lado de Silenciar ol yo nimero 1 Ja red con tal facilidad que uno hubiese pensado que era su golpe natural, Después de diez minutos ya sentia que domi- znaba por completo su nuevo golpe. Hizo una pausa para dar- ‘me las gracias: «No puedo decirte lo agradecido que estoy por Toque has hecho. He aprendido mas contigo en diez minutos aque en veinte horas de clase dedicadas exclusivamente a mi revéss. Pude sentir como algo.en mi interior comenzaba a hin- charse al ofr esas «buenas» palabras. Al mismo tiempo, no sabfa qué decir ante tantos halagos y balbuceé algtin tipo de ageadecimiento, Entonces, por un momento, mi mente se quedé en blanco y me di cuenta de que ino le habia dado a Jack ninguna instruceién verbal acerca de su revés! «Pero équé ¢s lo que te he ensefiado realmente?», le pregunté. Jack se quedéen silencio durante un minuto mientras recordaba todo, To queyole habia dicho, Finalmente, me dijo: «iNo recuerdo, aque me hayas dicho nada! Sélo estabas ahi observindome, y mismo con mas dete- lugar de ver lo rnimiento de lo q hecho nunca. E: ‘que mi revéstenfa de ‘malo’, me puse simplemente a observar la mejora ocurtié por sf misma, No sé por qué, pero cierta- mente aprendi mucho en un corto perfodo de tiempos. Jack habia aprendido mucho, pero éacaso alguien le habia te asuunto me fascinaba,

You might also like