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LECCIONARIO

Misal de 1962
Texto en lengua vernácula de la Epístola y el Evangelio para la santa misa según el misal de 1962 tomado
de la Biblia de la Conferencia Episcopal Española 2010 para el cumplimiento del Artículo 3. § 3. del
Motu Proprio «Traditionis Custodes»: “En estas celebraciones las lecturas se proclamarán en lengua
vernácula, utilizando las traducciones de la Sagrada Escritura para uso litúrgico, aprobadas por las
respectivas Conferencias Episcopales.”

VI DOMINGO DESPUES DE EPIFANIA


II clase
EPÍSTOLA
Lección de la carta del Apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

1 Tesalonicenses 1, 2-10

Hermanos: En todo momento damos gracias a Dios por todos vosotros y os


tenemos presentes en nuestras oraciones, pues sin cesar recordamos ante
Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor
y la firmeza de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor. Bien
sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido, pues cuando os
anuncié nuestro evangelio, no fue solo de palabra, sino también con la
fuerza del Espíritu Santo y con plena convicción. Sabéis cómo nos
comportamos entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis
nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio de una gran
tribulación, con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo
para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. No solo ha resonado la
palabra del Señor en Macedonia y en Acaya desde vuestra comunidad, sino
que además vuestra fe en Dios se ha difundido por doquier, de modo que
nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos
cuentan los detalles de la visita que os hicimos: cómo os convertisteis a
Dios, abandonando los ídolos, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir
aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado
de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.
EVANGELIO
Continuación del Santo Evangelio según san Mateo.

Mateo 13, 31-35

En aquel tiempo: Dijo Jesús a las turbas esta parábola: «El reino de los
cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su
campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta
que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros
del cielo a anidar en sus ramas». Les dijo otra parábola: «El reino de los
cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de
harina, hasta que todo fermenta». Jesús dijo todo esto a la gente en
parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo
dicho por medio del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas;
anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».
NOTA DEL EDITOR

Modos de proceder en la proclamación de las Lecciones del Misal de 1962

El Artículo 3. § 3. del Motu Proprio «Traditionis Custodes» dice: “En estas celebraciones las
lecturas se proclamarán en lengua vernácula, utilizando las traducciones de la Sagrada Escritura
para uso litúrgico, aprobadas por las respectivas Conferencias Episcopales.”

Antes es necesario recordar que:


1. En la misa solemne, la Epístola y el Evangelio cantados respectivamente por el
subdiácono y el diácono, ha de mantenerse en lengua latina y con las melodías propias
del Graduale Romanum.
2. En la misa cantada, no es obligatorio que el sacerdote cante la Epístola y el Evangelio.
3. En la misa rezada, el sacerdote lee la epístola y el evangelio como de costumbre.

Mientras no haya otra aclaración por la Sede Apostólica, puede procederse de los siguientes
modos, para el cumplimiento del actual Motu Proprio.
1. Como es costumbre en muchos lugares, hacer la lectura de las lecciones antes de
comenzar la homilía. Este modo es el más apropiado para guardar la identidad del Rito.
2. Leer o cantar las lecciones en latín como se describe en Ritus Servandus del Missale
Romanum, e inmediatamente “versus Deo” o “versus populum” proclamarlas en
castellano tanto en la misa rezada, como cantada como solemne. Sobre la orientación, es
necesario recordar que la primera función de la lección de la Palabra de Dios en la
liturgia no es la instrucción sino el culto de adoración y alabanza a Dios, por eso se hace
orientados hacia el altar y el Evangelio particularmente hacia el norte.
3. Leer el cuerpo del texto directamente en castellano “versus Deo” o “versus populum”,
leyendo antes el título en latín. Leer el título en latín sería lo más adecuado en el caso
del Evangelio, por el rito de la signación, de la incensación del libro y el ósculo.

Los ministros de las lecturas


1. En las misas solemnes, los ministros ordinarios son el subdiácono y el diácono;
2. En las misas cantadas y rezadas, el sacerdote celebrante.
3. Se permite en la misa cantada que un lector revestido de sotana y sobrepelliz cante la
Epístola.
4. Se permite que en las misas rezadas, un lector, preferiblemente revestido de sotana y
sobrepelliz pues es una acción litúrgica, lea el texto de la Epístola en lengua vernácula,
mientras el sacerdote la reza en latín o posteriormente a que este la haya rezado en latín
en voz clara.
5. Se permite que otro sacerdote asistente lea el Evangelio en lengua vernácula, mientras
el sacerdote la reza en latín o posteriormente a que este la haya rezado en latín en voz
clara.

Es importante impregnarse del sentido sacro que el misal de 1962 expresa en todas sus
ceremonias y rúbricas, y vigilar con cuidado la tentación del “activismo” litúrgico siempre
presente, teniendo en cuenta “la liturgia se "hace" para Dios y no para nosotros mismos.”

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