You are on page 1of 29
EL ‘DENG 2 actos de Griselda. Gambaro Centro de Experimentacién Audiovisual del Institut Torcuato Di Te El desatino de Saselda Rembars 1965 Personajes Alfonso La madre Luis Lily El muchacho EI nifio Los vecinos Escenografia y vestuario Puesta en escena y direccién: Fue estrenada él 27 de agosto de 1965 en la Sala del Centro de Experimentacién Audiovi- sual del Instituto Torcuato Di Tella con el siguiente reparto: Jorge Petraglia Lilian Riera Leal Rey Claudia Duran Fernando Lozano Carlos A. Gaeta Pablo Moretti, Rubén Bustos, Oscar Anderman, Gustavo Colautti Leal Rey Jorge Petraglia Primer acto Escena 1 Una habitacién de aspecto gris; una cama con respaldo de hierro, una mesa de luz, ropero, cémoda con espojo y sillas. Una bacinilla floreada debajo de la cama. Bor- deando el fondo del escenario, grandes tiestos de lata con Jo que alguna vez han sido plantas, grandes hojas com- Pletamente marchitas. Algunos tiestos tienen simple- mente palos clavados, estacas. En la mesa de luz un reloj despertador y, apoyada contra la pared, una revista con Ja fotografia de una vedette a cuerpo entero. Dos puertas, una a la izquierda, exterior, y otra a la derecha, que eonduce a un pasillo interior. Una ventana que da a la calle, Al levantarse el telén, Alfonso, en camiseta y cal- zoncillos largos, mira ingenuo y sorprendido, un bulto que cifie uno de sus pies, es un artefacto negro de hierro, de unos 40 cm de lado. Después de un instante, mueve el pie intentando librarlo, pero no lo consigue. Murmura algo ininteligible. Intenta mover infructuosamente el ar- tefacto. No parece preocuparse demasiado. Bosteza. 61 Alfonso (bajo, tibiamente): {Condenadol... (Trata de sentarse en la cama y después de varios esfucrzos en los que por poco no va a parar al suelo, consigue sentarse en equili. brio sobre el borde. De pronto, suena el reloj despertador. Alfonso manotea para pararlo, pero Io tinico que consi- gue es arrojarlo al suelo, donde sigue sonando. Trata de patearlo con el pie libre; pero esta fuera de su alcance. Protesta) Suena cuando se le ocurre! (AI reloj) ;Sigue sonando! jPor mi...! (Cesa la campanilla. Con'un gesto de furia, se apoya nuevamente contra la cama. Se escu- cha una voz malhumorada ¢ histérica que rezonga, acer- cdndose por el pasillo) Voz de la madre: jLa limpieza! {Todos los dias la limpieza! iApenas una aprende a caminar, le ponen un plumero en la mano! {Qué destino! jCarrofia! (Alfonso se apura a levantarse. Entra la madre, El ruedo del camisén sobresale de una bata vieja quese ha echado encima. Tiene aspecto desgrefiado, como si recién se hu- biera levantado de dormir. Sin embargo, luce en el cuello un gran collar de perlas que cae en dos vueltas sobre la bata destenida. Trae un plumero bajo el brazo. Al ver a Alfonso, que intenta cubrirse con la sdbana, lanza una exclamaci6n de sorpresa) Madre: jAlfonso! Alfonso, qué haces aqui, a esta hora? ;No escuchaste el despertador? Alfonso (respetuoso): Buenos dias, madre. Madre: (Como para saludos estamos! ¢Qué mosca te picé? ¢No vas a trabajar? Alfonso: Hoy no. Madre (agria): Asunto tayo. Pero yo debo limpiar (Agita ef plumero) ;No ves? Tengo que agitar el polvo. Cuando una agita el polvo, los bichos no tienen paz para crecer. Alfonso: No limpies por hoy. Madre: ;Bueno, bueno! No trabajas, no quieres que limpie, épara qué vives, Alfonso? zY por qué tiras todo? (Levanta 62 it et SAFER By ie eae “el réloj'del suelo y con un golpe violento lo arroja sobre Ja mesa dé luz) Alfonso: Mamé, gpuedes alcanzarme las herramientas?. Madre: {Para qué? Alfonso, siempre con tus pedidos descabe- Hados. Sabes bien que mi columna no me obedece. Ser vieja no es ninguna ganga. ¢Por qué no me guardas un poco de consideracién? Alfonso: Lo siento, mama. Habia olvidado que no puedes inclinarte, Madre: Ah, {lo recuerdas? Cuando te tuve, se me movié un disco de la’columna. Asi-estoy ahora, por ti, completa- mente dura. Alfonso: Mami, no te fastidies Madre: {Como para no fastidiarme! ¢Qué pretendes? «Que me ria? Es bastante ingrato no poder inclinarse. ;Dura, completamente dura! (Saca un gran patiuclo grisdceo del bolsillo, se suena, y luego se entretiene en deshilacharla con profunda concentracién. Alfonso adelanta la cabesa y la observa ansiosamente) Alfonso (con timidez): Mama, ¢ése no es un pafiuelo de Lily? Madre (sin mirarlo): ;De quién? Alfonso: De Lily. Madre (levanta la cabeza y lo mira, se rie): Es mi nucra, {NO puedo usarle los pafiuelos? Alfonso: ;Pero ella todavia no los us6! Madre: Ah, gtengo que usar cosas viejas? Un admintculo »personal como un pafiuelo, gusarlo cuando haya por otras narices? ;Gracias! Alfonso: No, mam. No me interpretes mal. Ti tienes ott@fy Esos son de Lily. Se los compré a Lily para el cumpleafiad, Madre: ¢Cudntos cumplié? Alfonso: Veinte. Madre: En cada pata. Alfonso (obstinado): No, cumplié veinte. Abriste Ia cala: La habia guardado en el ropero. ‘Madre (divertida): Encontré la lave. Hay pafiuelos por todos lados. Miles. ;Por qué no le compras otra cosa? Alfonso: Ella no los usé todavia. No tienes derecho,” ‘Madre: gPor qué? Ya ves la importancia que concede a tus regalos. (Ha deshilachado casi completamente el pafiue- Jo) Si no fuera por mf, hubieras ocupado toda la casa con cachivaches. ‘Alfonso (timidamente): Y... y el collar... Te has puesto el collar también. Madre (sacude el paiiuelo, que ha quedado transformado en tun cuadrado microscépico, y s¢ lo guarda en el bolsillo. Contesta, acercandose al espejo): ¢Te gusta? Eso que so- bre el batén no luce bien. A pesar de mi edad, conservo la piel tersa. Debiera hacerme un vestido escotado: {Por casualidad no le compraste a. Lily un vestido escotado? Alfonso: No. Madre: ;Te imaginas estas perlas sobre la piel? (Empuja su escote hacia abajo, dejando ver un cuello flaco, una piel flacida. Con satisfaccién) Si, si, todavia la mercaderia esta fresca. Alfonso: Mam, el collar no es tuyo. Pertenece a Lily. Madre: Oh, Alfonso, jc6mo cansas con Lily! gAcaso un collar se gasta? Hace dos afios que se lo compraste, cuando cumplié veinte afios, dijiste, y no lo us6. Yo lo aireo un poco. Guardadas, las perlas se enmohecen, se ponen ver- Hes. En vez de perlas, vas a encontrar aceitunas. ‘Alfonso: Pero mama, gqué podré ofrecerle a Lily cuando ‘venga si lé usas todo? La ropa, las alhajas, los zapatos. Madre (enojada): Por qué pierdo tiempo contigo? {Los zapa- tos, dices? ;Pero si estoy cansada de decirte que me que- dan chicos! {Maldito seas, me haces arruinar todos los pies! jMira! (Levanta unas astrosas zapatillas) Yo me Yeo obligada a usar esto, jy la sefiora tiene el ropero lleno de zapatos! (Cabeza dura! ;Te digo que calza mi mismo nimero! 64 ison et ‘Alfonso (obstinado): No, no. Ella no calza tu ndimero, no tiene el pie grande. Madre: jVete al diablo! ¢Para qué pierdo el tiempo contigo? ‘Ya me atrasé con el trabajo de toda la casa. ¢As{ que hoy no vas a trabajar? No estoy dispuesta a limpiar tu cuarto mientras permanezcas en él. Los hombres en la calle, las mujeres en la vasa. Asi me ensefiaron a mi. ‘Alfonso (conciliador): Si, mamé, Apenas pueda, me voy. ‘Madre: Ya sabes, por mi, que te coman los piojos. No limpio. ‘Alfonso: $i, mama. “Madre (airada): jNo estoy loca para que me digas que si! Por lo menos alguna vez puedes decir «cémo no». Varia un poco geh? Alfonso: No querfa ofenderte, mamé. (Pausa breve) ¢Me... puedes alcanzar la revista? Madre: ¢Qué revista? Alfonso: La de la mesa de luz. ‘Madre (toma la revista, la hojea): jAh, lindas porquerfast Te felicito, {Para esto te mandé a la escuela? Mujeres desmu- das... Y no valen nada. Te lo aseguro yo, que soy muj Hombres... (mira absorta) Hombres desnudos también. (Mira agitando la cabeza, con reprobaci6n) Hum, hum. (Dobla la revista y se Ia pone bajo el brazo) ‘Alfonso (inicia un movimiento de protesta, pero renuncia): Mamé, jno puedes llamar a Luis? Madre: ,A Luis? A ese esperpents, gpara qué? ‘Alforiso: Me alcanzaria las herrarnientas. ‘Madre: ;Dale con las herramientas! ZEs motivo para que me obligues a hablarle? Pocas personas me resultan tan odio- sas. Alfonso: Llamalo por teléfono. ‘Madre: No. Esta descompuesto. ‘Alfonso: Habla por ¢l teléfono del almacén. Madre: No, no, al almacén no voy hasta que necesite algo. Y no voy a necesitar nada porque no tengo dinero. gTt tienes? 65

You might also like