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Bioeconomía
Bioeconomía
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Bioeconomía
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GERMÁN RICARDO DULCEY MARTÍNEZ
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Universidad del Tolima
Bioeconomía. De los límites al crecimiento a la incertidumbre global 1 Universidad del Tolima
Bioeconomía
De los límites al crecimiento a la incertidumbre global
Coordinador
Germán Ricardo Dulcey Martínez
Autores
Graciela Chichilnisky
Germán Ricardo Dulcey Martínez
Alexander Martínez Rivillas
Edgar Hernando Castellanos Lozano
Luis Fernando Naranjo Naranjo
Lizeth López Blanco
Contenido
Presentación..................................................................................................................... 9
Aproximaciones a la relación economía-medio ambiente....................................... 15
Introducción......................................................................................................... 16
Crisis ambiental y límites del crecimiento....................................................... 17
Posibles salidas a la crisis.................................................................................... 22
Transformación de las ideas y origen de la ciencia económica..................... 25
Inclusión progresiva de la dimensión ambiental............................................. 27
Sistema económico y economía ecológica....................................................... 28
Distintas aproximaciones al concepto de bioeconomía................................. 34
Dos tradiciones en bioeconomía....................................................................... 38
Bibliografía........................................................................................................... 40
El debate sobre el desarrollo sostenible.
Por una nueva visión del desarrollo............................................................................ 43
Introducción......................................................................................................... 43
Los límites al crecimiento................................................................................... 45
Desarrollo sostenible........................................................................................... 48
Justicia ambiental................................................................................................ 53
El desequilibrio Norte-Sur................................................................................. 56
Bibliografía........................................................................................................... 59
Construcción de un pensamiento económico o ecológico acerca de cómo se
articula la ciencia de la economía ecológica.............................................................. 61
Ciencia económica convencional y no convencional..................................... 62
La fisiocracia........................................................................................................ 63
Los clásicos........................................................................................................... 65
La economía marxista......................................................................................... 68
6
Contenido
Presentación
La presente compilación nació de los resultados de investigación del
proyecto Bioeconomía: exploración inicial sobre su génesis, desarrollo y
aportaciones al pensamiento contemporáneo, adelantado por el grupo in-
terdisciplinario Economía y Territorio (Ecoter), adscrito a la Facultad de
Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad del Tolima.
Además de los responsables del proyecto, participan en este traba-
jo, si bien desde distintas perspectivas, el profesor Alexander Martínez
Rivillas, docente investigador de la Facultad de Agronomía de la Uni-
versidad del Tolima y, como invitada internacional, la argentino-esta-
dounidense Graciela Chichilnisky, Unesco Professor de Matemáticas y
Economía y directora del Columbia Consortium for Risk Management,
Department of Economics and Statistics, Columbia University, Nueva
York.
Teniendo como telón de fondo la crisis económica, social y am-
biental global en toda su complejidad, y la impotencia frente a ella de
muchos de los discursos disciplinares en boga, la intención de esta pu-
blicación es doble: en primer lugar, discutir desde la academia algunos
aspectos de las principales aproximaciones sobre economía y ambiente,
como la economía ambiental (en el campo de la economía neoclásica) y
la economía ecológica, que va más allá de la valoración monetaria de los
recursos naturales y el medio ambiente, “incorporando la evaluación
física de los impactos ambientales de la economía humana” (Martínez
Alier, 2001, p. 19). En segundo lugar, se intenta difundir estos enfoques
10
Presentación
12
Presentación
Carlos Merenson
1 Sobre el concepto de sostenibilidad, dice el economista español José Manuel Naredo: “No se trata
Cambio climático. En la última década se han tenido los años más calurosos
desde que se tienen registros, debido al efecto invernadero, causado por la
3 Luego de una descripción muy bien documentada sobre la evidencia del cambio climático, el
doctor en economía colombiano, profesor Jorge Iván González y sus colaboradores, presentan
en el primer apartado del texto, “Los retos del cambio climático”, una interesante discusión, en
diálogo con autores, como Gustavo Wilches-Chaux, Amartya Sen y Paul Krugman, sostenien-
do e interrelacionando planteamientos, tales como: “El estilo de desarrollo predominante no es
compatible con la sostenibilidad del planeta”; “[…] [es necesaria] la recuperación del suelo como
factor de producción primario”; “[…] la relación entre las personas y el suelo puede analizarse
de manera sistemática a partir de la noción de territorio”; “[…] la conjunción de los ecosistemas
y las comunidades debe garantizar la seguridad territorial”; “[…] todas las formas de seguridad
pueden estar contenidas en la categoría de seguridad humana”.
mas de transporte terrestre y aéreo, con graves perjuicios para las econo-
mías y para el desarrollo de las actividades cotidianas. En Japón la nieve
hunde una flota pesquera.
4 En referencia al concepto de capacidad de carga que subyace a este tipo de argumentos, el eco-
nomista italiano Paolo Bifani hace una observación crítica: “Obviamente, a escala planetaria la
capacidad de carga es finita. Sin embargo, afirmar que se han alcanzado sus límites es discutible.
Hay consenso en que el conocimiento que se tiene al respecto no basta para respaldar esa opinión
[…]. Por último, el concepto de capacidad de carga se enfrenta a la dificultad técnica de su medi-
ción, obstáculo ya clásico en la gestión del medio ambiente” (2007, p. 122).
Paolo Bifani es un autor con amplia experiencia en desarrollo y medio ambiente, y adopta una
posición crítica frente tanto a la corriente que él denomina ecologista o ambientalista -—ncluida
aquí la economía ecológica— como al “enfoque intergeneracional y el modelo de equilibrio ge-
neral” de la economía neoclásica (véase capítulo 7, “El desarrollo sustentable”, de su libro Medio
ambiente y desarrollo). Su punto de vista abierto se basa en entender la relación sociedad-medio
ambiente como un “fenómeno social” que no se da en términos abstractos, sino “del hombre en
tanto grupo social, [como] parte de un determinado sistema social, en un medio ambiente espe-
cífico” (2007, p. 33).
ción social sufriera una transformación radical. Esto que afirmaba Cas-
toriadis en los años setenta continúa, sin duda, siendo válido en la época
actual; y el último párrafo de su ensayo puede servir como conclusión
de este aparte:
La crisis actual avanza hacia un punto en el que o bien nos enfrentaremos con
una catástrofe natural o social, o bien, antes o después de esto, los hombres re-
accionarán de un modo u otro y tratarán de establecer nuevas formas de vida
social que tengan un sentido para ellos. Esto no podemos hacerlo por ellos y
en su lugar; ni tampoco podemos decir cómo se podría hacer. Lo único que
está a nuestro alcance es destruir los mitos que, más que el dinero y las armas,
constituyen el obstáculo más formidable en la vía de una reconstrucción de la
sociedad humana (1999, p. 111).
7 “[…] es lógico pensar que toda disciplina al nacer se vea influida por las ideas imperantes en su
tiempo; por ello no debe asombrarnos que la economía bebiera de las ideas de Newton y Des-
cartes y se viera influida por el primer principio de la termodinámica [de la conservación de la
energía], configurando su nacimiento y la posterior evolución […]. Lo que es menos lógico es
que la economía no continuara avanzando de forma paralela a los grandes avances científicos y
filosóficos del último siglo y quedara anclada en los viejos paradigmas sobre los que nació” (Ve-
lásquez, 2006, p. 4).
8 Como se puede observar, también los asuntos éticos son preocupación de la economía ecológica.
En palabras de Walter A. Pengue: “Inclusive desde el punto de vista social, la economía ecológica
hace de la discusión de la equidad, la distribución, la ética y los procesos culturales, un elemento
central para la comprensión del problema de la sustentabilidad. Es por tanto una visión sistémica
y transdisciplinaria que trasciende el actual paradigma económico” (2008, p. 22).
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Introducción
La relación entre la naturaleza y la sociedad es histórica en dos sentidos.
Primero, la historia humana se desarrolla en el contexto de circunstancias
naturales, pero la historia humana también modifica a la naturaleza.
Segundo, la percepción de la relación entre los humanos y la naturaleza ha
ido cambiando a lo largo del tiempo.
Martínez Rivillas
Desarrollo sostenible
En 1987, fue publicado el famoso Informe Brundtland bajo la dirección
de Gro Harlem Brundtland, por entonces primera ministra de Noruega,
titulado Nuestro futuro común, que promulgaba el concepto de desarro-
llo sostenible.
La noción de desarrollo sostenible parte de la modernidad. Se ca-
racteriza por una visión científica del problema ambiental y por el re-
conocimiento de la cultura económica de la sociedad actual. “Para el
ser moderno, el hecho de que exista algo llamado economía no puede
2 Pese a los problemas de concentración y distribución inequitativa de la riqueza, que hace que
cada año mueran de hambre cerca de catorce millones de niños en los países pobres, mientras que
los países ricos sufren a causa del incremento de la obesidad de la población infantil.
3 De acuerdo con la ecuación del impacto ambiental: impacto ambiental = población x consumo -
tecnología → tecnología = P x C (I es una constante).
Justicia ambiental
La bioeconomía es una ciencia holística interdisciplinaria que integra la
economía con la biología para dar una perspectiva biosistémica. Nace
en el corazón de la postmodernidad4.
Desde la concepción moderna, los pobres deben desarrollarse para
poder ser ecológicos y para que puedan aportar al mejoramiento del
medio ambiente. Sin embargo, en países donde el coeficiente de Gini es
más cercano a uno que a cero, es decir, donde la riqueza en manos de las
clases más poderosas es más de cincuenta veces la que tienen las perso-
nas de las clases menos favorecidas, a medida que la economía crece, los
recursos se concentran cada vez más, ampliando la línea de pobreza y
los conflictos sociales. En palabras de Martínez Alier:
Si el 25% de la población solo recibía el 5% de los ingresos, después de un
periodo de crecimiento económico seguirá recibiendo el 5% pero de un total
4 Entendida ésta como una nueva forma de ver la estética, nuevo orden de interpretar valores, una
nueva forma de relacionarse.
El desequilibrio Norte-Sur
Históricamente, se ha demostrado que no es posible que exista un mo-
delo de desarrollo homogéneo aplicable tanto en el Norte como en el
Sur, y mucho menos que sea ambientalmente sostenible.
Bibliografía
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Construcción de un pensamiento
económico o ecológico acerca de cómo se
articula la ciencia de la economía ecológica
Luis Fernando Naranjo Naranjo*
La fisiocracia
Esta escuela, que data de la segunda mitad del siglo xviii, está confor-
mada por un grupo de filósofos sociales franceses que formalizaron la
que fue considerada la primera escuela de economía (Costanza et al.,
1999). Para los fisiócratas, el orden natural estaba constituido por un
elemento de naturaleza económica, en la transformación de los produc-
tos en mercancías. Planteaban que, dado que los hombres estaban inte-
grados socialmente mediante el intercambio de mercancías, era posible
conseguir un orden ventajoso para todos. Creían que las leyes univer-
sales propias de la física eran aplicables al orden social y de esta manera
coordinar las acciones humanas, caracterizando a las leyes sociales co-
mo subordinadas a un orden universal. Su planteamiento de que la ley
natural determina el orden social ha persistido hasta nuestros días en la
teoría económica, conectados implícitamente con la tradición liberal de
Hobbes y Locke, quienes consideraban que “la sociedad es meramente
la suma de sus individuos” (Costanza et al., 1999, p. 26).
Como lo plantea Naredo (1996), los fisiócratas renovaron
[…] el centro de interés de la adquisición hacia la producción de riquezas,
dando por sentado que el hombre podía incidir significativamente sobre el
Los clásicos
Con la avanzada industrializadora que se gesta desde el siglo xviii, se
revalúan las bases preponderantemente agrarias en las que se asentaba
la economía fisiocrática. A partir de entonces, es la industria la que, a
su vez, direcciona el comercio: es la producción la que se anticipa a la
demanda (Say, 1803), la que se abre espacio por los mercados mundiales
y, en esa dirección, acaba con las restricciones que se erijan a su paso.
Es un verdadero entorno nuevo, un ecosistema creado por los hombres,
que coexiste con el ecosistema natural, aun a pesar de él. El sistema se
justifica por su propio equilibrio y bajo la concepción clásica realiza sus
La economía marxista
Debe resaltarse que Marx y Engels no separan la economía del conjunto
de los fenómenos naturales (Passet, 1996). En su vasta correspondencia
se puede cotejar que sus posiciones divergen de las posiciones de la es-
cuela clásica. Marx concretamente subraya que el estudio de la agroquí-
mica le ha aportado más luces que todos los economistas juntos (carta a
Engels, 18 de febrero de 1866). Describe los desastres que la producción
origina en el medio:
La producción capitalista […] altera la corriente de circulación de la materia
entre el hombre y la tierra; es decir, impide que retornen a ella los elementos
que el hombre consume para alimentarse y vestirse. Por consiguiente, vio-
lenta el condicionamiento imprescindible para que perdure la fertilidad de
los suelos […] Además, cualquier progreso de la agricultura capitalista repre-
senta un avance, no ya solo en el arte de expoliar al trabajador, sino en el de
empobrecer la tierra. Cualquier mejora puntual de la fertilidad de los suelos
nos aproxima a las condiciones de una ruina definitiva de las fuentes de dicha
fertilidad.
Los neoclásicos
De manera casi simultánea, de 1871 a 1874, S. Jevons (Londres), K.
Menger (Viena) y L. Walras (Lausana), ponen los cimientos de la escue-
la neoclásica. Los autores de esta escuela se esfuerzan en demostrar que
existe una economía pura, cuyas leyes universales y generales se impon-
drían a todos, sea cual fuere la diversidad de los sistemas. Dado que la
antigua teoría del valor-coste ha dejado más armas entre las manos de
los adversarios del liberalismo que entre las manos de sus partidarios, es
les por no ser intercambiables; pero, por otro lado, esta escuela se queda
corta al tratar de cuantificar y evaluar los recursos naturales que son
objetos de algún cambio. Respecto de estos, ignora su capacidad de re-
producción y su calidad de flujos y existencias. Según Naredo,
[…] se ha impuesto la imposibilidad de usar el patrón de cambio como uni-
dad de medida dinámica de la riqueza o escasez objetiva de recursos, sin incu-
rrir en arbitrariedades tales que, dan al traste con la objetividad de la ciencia
económica (1996, p. 225).
más que a la vista por pocos meses, son un insumo que podría alimentar las
expectativas de algunos inversionistas sobre los precios en el largo plazo. La
introducción de costos de extracción no cambia la regla; se compararían los
intereses a ganar procedentes de los intereses que producirían la diferencia
entre el costo y el precio del barril marginal, con el aumento esperado de los
ingresos si se pospusiera la venta del barril (Martínez y Schlüpmann, 1997,
p. 200).
como un todo podían trabajar en pro del bien común de las especies que los
componían (Costanza et al., 1999, p. 21).
do, “más científico” para que quienes están a cargo de la política pública
tomen las decisiones más acertadas.
Consolidación
Las críticas sobre la economía convencional se centran, en general, en dos
aspectos relevantes, que son precisamente los mayores argumentos a fa-
vor de la consolidación de una teoría económica no convencional que
pruebe su capacidad explicativa, allí donde la ortodoxia ha sido precaria.
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Introducción
La teoría económica se ha dividido claramente en dos grandes narrati-
vas: la economía convencional y la economía no convencional. La pri-
mera no solo se caracteriza por su arsenal matemático, sino también
por su alta carga ideológica en la perspectiva del liberalismo económico.
La segunda es una teoría en construcción, con sendos avances meto-
dológicos y estudios de campo, pero aún se encuentra profundamente
cuestionada por la epistemología positivista. Este ensayo pretende re-
sumir los temas más críticos de aquellas dos teorías económicas, con
especial énfasis en los instrumentos analíticos de la economía conven-
cional para valorar bienes ambientales (economía ambiental), y mostrar
resumidamente los supuestos teóricos y fortalezas de la economía no
convencional (bioeconomía) sobre la valoración de bienes ambientales.
Finalmente, se propone un modelo de interpretación del mercado que
reestructura la noción de valor económico total de la economía ambien-
tal en una perspectiva bioeconómica.
1 La economía socialista no constituye un sistema teórico por sí mismo, pues en rigor representa
un conjunto de discursos sobre la planificación centralista del enfoque económico, muy propia
de la política económica de la antigua urss o de Europa oriental.
2 La teoría de las dotaciones básicas o del mínimo vital aparece sistemáticamente expuesta en la
obra de J. Rawls. Para una breve presentación véase Habermas y Rawls (1998, pp. 76-146).
3 Nos referimos a la segunda ley de la termodinámica, según la cual las transformaciones de la
materia y la energía no son cien por ciento eficientes, es decir, la materia y la energía tienden a
estados de entropía o disipación en sus procesos naturales o humanos de transformación. De este
modo, “un carbón no puede quemarse dos veces”, un galón de gasolina no es totalmente apro-
vechable por la combustión, un trozo de hierro no es utilizable sin que alguna de sus partes se
disipen, no existe equilibrio absoluto de los ecosistemas naturales, sino un equilibrio dinámico de
ellos, entre otros ejemplos. En consecuencia, el uso derrochador de los recursos genera mayores
residuos en estados costosamente aprovechables o residuos en estados de disipación imposibles
de aprovechar.
Métodos indirectos
Son ampliamente conocidos los siguientes métodos: método de los cos-
tos evitados, método de los precios hedónicos y método del costo de
viaje. Veamos la presentación formal y las debilidades de cada uno de
ellos.
4 Para una ampliación de estas perspectivas ambientalistas, véase Routley (1973); Rolston (1975);
Leopold (1949); Mumford (1944); Brennan y Lo (2008); Naess (1973). Igualmente, si se quiere
seguir el debate contemporáneo sobre la ética ambiental, véase Martínez (2008).
tal mejora ambiental. Por lo tanto, los ajustes de fondo a este método
son imprescindibles a fin de valorar mejor los bienes ambientales.
Donde Mhi* son todos los atributos ambientales del inmueble tipo,
excepto el atributo j, y U el nivel de referencia de utilidad del individuo.
De este modo, la función Caj permitirá calcular el cambio en el bienes-
tar individual derivado de la variación en la cantidad del atributo am-
biental Mhj del inmueble, mediante la integral de esta función definida
entre los valores de cambio que experimenta el atributo Mhj.
El método en cuestión exhibe fortalezas analíticas, pero también
contiene debilidades de distinto orden. En primer lugar, la función de
precios hedónicos Ph debe registrar suficiente información sobre los
atributos urbanísticos, estructurales y funcionales del inmueble tipo
objeto de estudio, o de otro bien que sea objeto de esta valoración. Tal
función supone que el mercado registra perfectamente o es suficiente-
mente sensible a las variaciones de los atributos ambientales del entorno
del inmueble. También supone que la mejora de uno o varios atributos
ambientales del entorno, comúnmente realizada con recursos públicos,
puede ser explicada por el mercado. Lo que no se evidencia en muchos
casos cuando tales inversiones públicas pasan a ser “externalidades po-
sitivas” que no absorbe el mercado. E igualmente, el método tampoco
puede contemplar las posibles valoraciones que las generaciones futuras
podrían hacer sobre la mejora ambiental de un inmueble u otro bien
objeto de estudio, ni los costos sociales que para ellos tendrá la mejora
ambiental de sus ciudades futuras, ni los costos sociales derivados de la
presión que sobre los recursos naturales genera el desarrollo urbano en
el presente y en el futuro.
Métodos directos
Bajo esta denominación se encuentran los siguientes métodos: método
de valoración contingente, método de puntuación contingente, método
de ordenación contingente y método del experimento de elección. El
artificio fundamental de estos métodos consiste, tal como se demostró
atrás, en una simulación de un mercado mediante una encuesta de con-
sumidores potenciales (Mogas, 2005).
Conclusiones
Subsiste un conjunto de retos y paradojas epistemológicas y experi-
mentales en la construcción de la teoría bioeconómica. Pero tales difi-
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Introducción
El acercamiento bioeconómico propuesto aquí se sintetiza en la aproxi-
mación territorial compleja lograda por medio de la interacción comu-
nitaria directa y el análisis del metabolismo social. Se exalta la dinámica
del sector rural, la racionalidad ecológica de sectores campesinos y la
completa dependencia de lo urbano sobre lo rural y rururbano. Para Ku-
hn (1971), los paradigmas son realizaciones científicas universalmente
reconocidas que proporcionan modelos de problemas y soluciones a
una comunidad científica. La asimilación de paradigmas alternativos se
complica, entonces, con los intereses de los individuos, grupos, clases y
naciones de una forma que no se da en el mundo natural. Es de suponer
que algún cambio de la ciencia económica atraviese alguna revolución
o, por lo menos, una transformación política y social.
Es requisito ejercer una conducta completamente ética, ya que la
institucionalidad altiva y el deber ser no se encuentran en la agenda de
la cosa pública actual, que más bien reproduce fallas de mercado al pri-
vilegiar actividades terciarias de acumulación de capital, cuya condición
previa y necesaria, pero siquiera reconocida, es un mayor crecimiento
Precursores
Para la década de los años sesenta acercamientos antropológicos ad-
vertían cierta involución agrícola (Geertz, 1963), proceso en el cual los
efectos de la acción cultural sobre la naturaleza aumentaban en forma
104 C. Berry
La bioeconomía: nuevo paradigma
Sistemas
La economía ecológica es un campo de estudio quizá inexistente, al
106 C. Berry
La bioeconomía: nuevo paradigma
Energía
Es una abstracción matemática que no tiene ningún significado sin la
presencia de la materia. Cuantifica la capacidad de un determinado con-
vertidor material para suministrar calor o trabajo mecánico. Un modelo
de flujos energéticos esquematiza el flujo de la radiación solar con in-
formación sobre:
• radiación solar;
• medio físico, clima y orografía;
• fotosíntesis asistida;
• calor ambiental.
Materiales
El esquema de flujos de materiales comprende el estudio de su origen.
Su procedencia será fundamentalmente de:
• extracción de minas y canteras;
• agricultura y ganadería;
• entradas netas (importaciones desde el exterior del territorio).
Residuos y reciclaje
Caracterización de residuos:
• residuos generados por sectores;
• análisis de propiedades (valores industriales y agrarios): energé-
ticas, humedad, materia orgánica.
• origen;
• destinos: vertedero, reciclaje actual y potencial.
Fondo Flujo
La tierra en el sentido ricardiano de Insumo de recursos naturales que son
fertilidad inalterada. utilizados por los elementos fondo.
108 C. Berry
La bioeconomía: nuevo paradigma
Fondo Flujo
El equipo de capital que no se consume Flujos de materiales corrientes
en el proceso y cuya eficiencia procedentes de otros procesos
permanece constante en términos productivos .
físicos gracias al mantenimiento.
La fuerza de trabajo que también se re- Flujos necesarios para el
compone gracias a la energía química mantenimiento del equipo de capital.
de los alimentos y no desaparece con la Se consideran también flujos de salida
producción de bienes. de productos y de residuos.
eM
CE
CM
RGJ
dE
dW
dE
Fig. 1. Flujo de materia y energía entre medio ambiente y sistema económico (Fuente:
Georgescu-Roegen (1977)
110 C. Berry
La bioeconomía: nuevo paradigma
Otras vertientes
Clark (1999) sugiere que recursos agotables, como los minerales y el
petróleo, no parecen estar en peligro de agotarse pronto. En contraste,
experiencias actuales, como la extracción de carbón en el departamento
112 C. Berry
La bioeconomía: nuevo paradigma
Economía financiera
Economía real
Economía de la producción
Economía de la naturaleza
Naturaleza
Fig. 2. Conexión entre varias esferas de la economía. Fuente: Martínez Alier (1993).
114 C. Berry
La bioeconomía: nuevo paradigma
116 C. Berry
La bioeconomía: nuevo paradigma
máxima potencia emergética que sirve para otorgar, entre diversas, con-
figuraciones atributos a los sistemas sociales, productivos y territoriales.
En este mismo sentido, las emternalidades serían la contraparte fi-
gurativa de las externalidades económicas y darían cuenta de la fracción
ambiental imbuida en los productos económicos, aunque no reflejada
en los mercados comerciales. La revitalización de la investigación inter-
disciplinaria participativa habrá de sintetizar los flujos naturales en la
agricultura. Los suizos ya lo hicieron (Pillet, 2001), sus emternalidades
agrícolas explican la contribución de la naturaleza en la estructura de
insumos en un orden del 20% o 2,5 x 1021 emJ (joules solares) por año
o más de tres billones de dólares de 1996.
El análisis bioeconómico aún no es preponderante, pero lo será en
la medida en que el aplazamiento de las soluciones se torne caótico y
nos obligue a salir de la comodidad de nuestras poltronas y a cuestionar
las decisiones de política económica, nuestro facilismo para enaltecer
actividades de mero intercambio, el comercio exterior ecológicamente
desigual, lo perverso y no pactado de los planes de desarrollo, la finan-
ciarización hasta de la vida, los sistemas de salud de privilegio y la nula
convocatoria de masas de jóvenes que optan por actividades delictivas,
que no lo son tanto como estar en las roscas burocráticas para ganar
convocatorias y audiciones de un círculo cada vez más reducido con
respecto a los nómadas de miseria de los que apenas nos percatamos en
los linderos de la academia.
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118 C. Berry
Seguridad energética, desarrollo económico y calentamiento global. Desafíos de corto y largo plazo*
* Este artículo fue publicado originalmente en el Boletín Informativo Techint, 25, enero-abril de
2008, Buenos Aires, Argentina.
* Unesco Professor, Columbia University.
Introducción
En el momento en el cual China y la India se despliegan geopolíticamen-
te y los países en vías de desarrollo rápidamente aumentan su consumo
de energía, el mundo se enfrenta por primera vez a las consecuencias
sobre el medio ambiente de un largo y exitoso periodo de industriali-
zación occidental. El momento no podía ser menos oportuno. Dos si-
glos de industrialización basada en combustibles fósiles arrojaron gran
cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera y crearon un riesgo serio
de cambio climático. Muchos observadores ya detectan los resultados.
Pueblos enteros de Alaska se hunden por el derretimiento del perma-
frost y el recalentamiento de los mares (Yardley, 2007, 27 de mayo)1 y
Florida es la siguiente zona más vulnerable de Estados Unidos. Hoy en
día, suele aceptarse generalmente que este cambio catastrófico podría
ocurrir y la mera posibilidad de ocurrencia exige entrar en acción. Pero
la sed de combustibles fósiles se mantiene firme en el mundo. China
construye una nueva fábrica de carbón por semana y el consumidor de
Estados Unidos utiliza más energía que nunca, aún con los precios del
crudo más altos desde los embargos de la Organización de los Países
Exportadores de Petróleo (opep). La aspiración de autonomía energé-
tica crea un incentivo poderoso para utilizar los recursos abundantes
de carbón en China como también en Estados Unidos y satisfacer así la
rápidamente creciente necesidad de energía2.
Los combustibles fósiles entrelazan en un nudo gordiano tres te-
1 El subsuelo bajo el pueblo de Newtok y muchos otros pueblos nativos de Alaska se conoce co-
mo permafrost por estar permanentemente congelado, pero hoy se derrite por las temperaturas
atmosféricas cada vez más elevadas y el recalentamiento del océano. La erosión ya convirtió a
Newtok en una isla, el pueblo ahora está debajo del nivel del mar y se hunde. Algunas investiga-
ciones dan cuenta de que todo el pueblo habrá desaparecido dentro de una década. El us Army
Corps of Engineers estimó que trasladar Newtok costaría por lo menos us$130 millones, lo cual
equivale a casi us$413.000 para cada uno de sus 315 habitantes.
2 Se espera que el consumo de energía se multiplique entre cinco y diez veces durante este siglo,
véase Eisenberger, P. y Chichilnisky, G. (2007, mayo). Reducing the risk of climate change while
producing renewable energy, Columbia: Columbia University. La industria del carbón estadouni-
dense recientemente presentó un ambicioso plan con el fin de asegurar cuantiosos subsidios para
producir carbón aduciendo autonomía energética.
3 También denotado ipcc. La autora de este artículo se desempeñó como directora del ipcc.
4 Para simplificar la exposición utilizamos el término carbono para significar “dióxido de carbono”,
aunque existen otros gases de invernadero para considerar, como el metano.
5 Como el viento, masa biológica, hidroelectricidad, energía solar, geotérmica, nuclear y hasta po-
siblemente, la fusión.
6 El 87% de la energía utilizada hoy proviene de combustibles fósiles y menos del 1% de fuentes
renovables, el 0,01% es energía solar.
7 Los científicos concuerdan que necesitamos considerar la posibilidad de un “punto de inflexión”,
a saber, un nivel de calentamiento que dispare un cambio climático catastrófico que es típico
de sistemas físicos con efectos de retroalimentación complejos. Suele creerse que el clima de la
Tierra es uno de este tipo de sistemas. Por lo general, se considera que estos riesgos tienen “colas
pesadas” de manera que la posibilidad de eventos extraños resulta mucho mayor que lo esperado.
8 En la actualidad, el 40% de las emisiones hacia afuera sale naturalmente de la atmósfera y queda
almacenada en los océanos. Sin embargo, en el largo plazo, puede ocurrir que no podamos con-
tar con esta dinámica porque en el pasado también ocurrió lo contrario: los océanos y la tierra
almacenaron menos carbono con lo cual aumentó su concentración atmosférica.
9 A medida que alcancemos las 500 partes de carbono por millón, se espera que la temperatura
media aumente 3 ºC, lo cual significa un aumento de temperatura cerca de tres veces en las capas
polares, disparando así un aumento en el nivel del mar.
10 Los terremotos son riesgos infrecuentes y el riesgo de terremoto para cualquier localidad especí-
fica es extremadamente pequeño.
11 Aquí utilizamos un enfoque para la toma de decisión en situaciones de incertidumbre introdu-
cido en por G. Chichilnisky (2000). “An axiomatic approach to choice under uncertainty with
catastrophic risks”. Energy and Resource Economics; G. Chichilnisky (2002). “Catastrophic risks”.
Encyclopedia of Environmetrics; y G. Chichilnisky (2006). “The topology of fear”. Working Paper,
Columbia University. Plantea la necesidad de considerar simultáneamente eventos frecuentes e
infrecuentes utilizando para cada caso herramientas de decisión apropiadas según los tiempos y
la escala comprometidos.
12 Alejarse de los combustibles fósiles por poco tiempo podría aumentar el riesgo de disturbios
sociales, lo cual sería una catástrofe en sí misma, debido a que la mayor parte de la vida humana
depende de la energía.
13 Otras fuentes de energía que producen energía térmica antes de generar electricidad pueden
metodología para el caso de energía solar que muestra “curvas de aprendizaje” del Department
of Energy se encuentra en Price, H. et al, “The potential for low cost concentrating solar power
systems”, National Renewable Energy Laboratory Report nrel/cp-550-26649; y http://www.nrel.
gov.csp.
15 Para ambos: el fotovoltaico solar y csppt, es decir, Concentrated Solar Power Parabolic Through.
Fig 1. Los costos de largo plazo de la transición de generar electricidad con carbón a ge-
nerar electricidad con energía solar quedan representados por la superficie sombreada por
encima de la semirrecta de los us$4,5 centavos y por debajo de la curva de aprendizaje
solar16. Fuente: Elaboración propia.
16 Los recursos renovables distintos de la energía solar también pueden reducir el costo de producir
electricidad a medida que se expande la capacidad instalada. Los us$148 millones de dólares adi-
cionales estimados aquí son en realidad un límite superior, considerando que tan solo la energía
solar puede alcanzar esta eficiencia de costos. También vale la pena observar que las fuentes de
combustibles fósiles, como el carbón, probablemente aumenten en el futuro cercano porque las
fuentes más accesibles y fáciles de procesar son una proporción pequeña de la oferta total y se
estima que solo el 17% de los combustibles fósiles disponibles son recursos de alta calidad.
17 Para consideraciones económicas solo se requiere que las fuentes alternativas sean competitivas
con la generación de electricidad por combustibles fósiles.
18 Esta cifra se refiere al caso de energía termosolar como fuente de la generación de electricidad
(Eisenberger y Chichilnisky, 2007). No se aplica a la electricidad generada por carbón, para la
cual los costos variables alcanzan el 33% de los costos variables del carbón en sí mismo ni para la
electricidad producida por petróleo, donde la participación de la materia prima es aún mayor.
Corto plazo
Largo plazo Plantas termostáticas
Plantas csp pt globales
Plantas requeridas 1.000.000-2.000.0001 15.0002
Costos de capital3 200 a 400 billones de dólares4 3 billones de dólares5
19 El tabla 1 resume resultados de Eisenberger y Chichilnisky (2007) y los supuestos que le dieron
origen se encuentran en el texto.
plazo. Por ejemplo, en el corto plazo ciertos sectores que utilizan com-
bustibles fósiles no pueden utilizar electricidad, a saber, el transporte
que representa cerca del 28% del consumo total de energía. El transpor-
te es una de la utilizaciones de energía que más aumenta en el mundo
hoy y la electricidad producida por energía solar no podría reemplazar
la de combustibles fósiles en el corto plazo en el sector de transporte.
Por lo tanto, la metodología utilizada solo podría tratar con alrededor
del 70% del carbono emitido hoy, aunque es realista suponer que en el
largo plazo podría tratar con todas las emisiones20. Por estas razones, y
otras, el problema de largo plazo tiene una solución de largo plazo que
parece económica y razonablemente fácil de conseguir, pero se requiere
una solución diferente para el corto plazo para evitar los riesgos del ca-
lentamiento global. Este será el tópico de la siguiente sección.
20 Las fuentes de energía alternativas pueden utilizar dióxido de carbono extraído de la atmósfera e
hidrógeno creado por electrólisis del agua para hacer un combustible fósil renovable mediante el
proceso de Fischer-Propisch. Cf. Eisenberger y Chichilnisky (2007).
22 Una advertencia se requiere cuando se comparan los costos de asegurar con el costo de la supre-
sión del carbono: dicha supresión puede no llevar a una reducción de un dólar por cada dólar de
disminución de prima de seguros y, por supuesto, los beneficiarios pueden no ser los mismos en
ambos casos.
23 El pbi global corriente es de alrededor de us$62 billones; el 20% de este entonces es us$12 billo-
nes.
24 Esta estipulación figuró por primera vez en el Protocolo de Kioto de la onu en 1997.
25 Más estadísticas sobre el mercado de carbono se encuentran en World Bank (2007, mayo).
Fig 3. Cada nueva planta tg cambia la curva de transformación entre bienes y supresión
de carbono brindando más energía y aumentando la supresión de carbono.
(Fuente: Elaboración propia).
Fig 4. Se construye una nueva planta de carbón estándar. Aumenta la cantidad de energía y
productos pero reduce la supresión de carbono. (Fuente: Elaboración propia).
Fig 6. Los precios del carbón disminuyen a medida que los combustibles fósiles se reem-
plazan gradualmente por fuentes renovables. (Fuente: Elaboración propia).
Fig 7. Transición del combustible fósil a la energía solar. (Fuente: Elaboración propia).
Conclusiones
Utilizando fuentes neutrales al carbono de energía térmica pueden ge-
nerarse conjuntamente electricidad y la captura en el aire de dióxido
de carbono y su almacenamiento. Esto brinda más energía y disminu-
ye la concentración de carbono en la atmósfera. Fomenta la seguridad
energética y el desarrollo económico mientras previene el cambio cli-
mático. En el largo plazo, el proceso acelera la transición hacia fuentes
alternativas y es compatible con el desarrollo sostenido. Examinamos
las estrategias para utilizar esta capacidad en el contexto del mercado
de carbono creado por el Protocolo de Kioto y las implicancias para las
naciones industriales y en vías de desarrollo de una transición de com-
bustibles fósiles a una economía solar. La estrategia de termóstato global
propuesto en este trabajo es al día de hoy la solución más eficiente de las
examinadas, porque brinda una transición más segura y más veloz hacia
un futuro renovable.
Los mercados de carbono tienen un papel importante. El mercado
de carbono es crítico para adoptar las tecnologías de reducción de car-
bono que se sugieren en este trabajo en términos comerciales. La captu-
ra y almacenaje de carbono suman costos a las plantas generadoras de
electricidad. Por lo tanto, se necesita un mercado de carbono que fun-
cione con cotas para emisiones de carbono cada vez más bajas con el fin
de brindar precios del mercado de carbono realistas que pueden ofrecer
un ingreso a los inversores en estas plantas y justificar su construcción
en términos comerciales.
El Protocolo de Kioto de las Naciones Unidas fue suscripto por 166 paí-
ses en 1997, Estados Unidos entre ellos, y fue ratificado en 2005. Incluye
un cuadro que estipula límites para cada país industrializado (a saber, los
países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económi-
co [ocde]) de la cantidad permitida de emisiones de dióxido de carbo-
no y otros gases de invernadero. Los países en vías desarrollo no tienen
límites para la emisión de gases. De acuerdo con la Convención para el
Clima de las Naciones Unidas de 1992, las naciones en vías de desarrollo
no están obligadas a reducir las emisiones de gases salvo que reciban una
compensación por hacerlo. La justificación proviene del hecho que, tanto
en la actualidad como históricamente, alrededor del 70% de las emisiones
globales se originan en los países de la ocde donde vive alrededor del 20%
de la población mundial. El Protocolo de Kioto brinda tres mecanismos de
flexibilización para implementar los límites de emisión globales. El prime-
ro es el mercado de carbono, por el cual países de la ocde pueden transar
libremente entre ellos sus derechos de emisión de gases, con tal que en con-
junto permanezcan dentro de los límites globales. El segundo mecanismo
de flexibilización comprende las naciones industriales y las en vías de de-
sarrollo. Estipula que créditos de carbono se asignarán a inversores en las
naciones industrializadas que inviertan en el territorio de los países en vías
de desarrollo en proyectos de tecnología limpia que pueden ser comproba-
dos (en los términos de la Convención del Clima de la onu) que reducen
las emisiones de carbono por debajo de la línea nacional convenida. Los
créditos de carbono pueden utilizarse para disminuir las obligaciones de las
naciones industriales de emitir, aunque las reducciones actuales de las emi-
siones ocurren en el territorio de las naciones desarrolladas. Estos créditos
pueden intercambiarse en el mercado de carbono a los precios establecidos
por los derechos de carbono intercambiados entre los países de la ocde. En
2006, 30.000 millones de dólares se transaron en el mercado de carbono y
proyectos cdm por US$8.000 millones se iniciaron en las naciones en desa-
rrollo, lo que equivale a alrededor del 20% de las emisiones de carbono de
la Unión Europea1.
1 Véase Chichilnisky and Heal, Environmental Markets: Equity and Efficiency, Columbia
University Press, 2000, que contiene el Protocolo de Kioto y un registro detallado de
la negociación y explicación de sus provisiones entre ellas el mecanismo de desarrollo
limpio.
Anexo
Este anexo brinda un breve resumen de la teoría existente detrás del
mercado de carbono global e incluye una serie de diagramas a modo
de ilustración (las figuras que se muestran a continuación). El cuerpo
de la teoría detrás del mercado de carbono fue desarrollado por uno de
los autores cuando propuso la creación del sistema de cota e intercambio
del Protocolo de Kioto a la comunidad internacional en 1995 y 1996,
mientras se presentó en varias reuniones de la ocde, del Banco Mundial
y la Convención Marco del Cambio Climático de las Naciones Unidas
y en la redacción misma del Protocolo en Kioto en diciembre de 1997.
Los resultados, a continuación, indican que, aunque los mercados de
carbono operan de alguna manera similar a los mercados estándares, en
otros son absolutamente diferentes y se comportan de manera diferente
a otros mercados27.
Los antecedentes son los siguientes. En la economía actual, la ener-
gía de combustible fósil se utiliza para producir la mayoría de los bienes
y servicios según la representación en la figura 2 del cuerpo principal.
Sabemos que alrededor del 90% de toda la energía utilizada en el mun-
do de hoy proviene de fuentes fósiles, de manera que para simplificar el
análisis supongamos que toda la energía proviene de ellos. Debido a las
27 Algunos de los resultados discutidos más abajo se publicaron en Chichilnisky y Heal (2002);
Chichilnisky y Heal (1994, pp. 443-449); Chichilnisky (1996).
Fig. 4. El precio del carbono se representa mediante la línea decreciente de color gris. Tiene
la misma pendiente para ambos países por los mercados competitivos. La pendiente indica
la “tasa de intercambio” entre el carbono y los bienes. Este precio depende solamente de la
tecnología y las “cotas” elegidas. El segmento horizontal lleno del país 2 representa el valor
que el país 2 paga por importar del país 1 “permisos” para emitir, en términos de los bienes
que el país 1 exporta al país 2 a cambio de esos permisos. (Fuente: Elaboración propia).
X1 + X2 = ψ1 (C1) + ψ2 (C2)
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Introducción
Los estudios territoriales ofrecen el marco idóneo para configurar el
análisis sistémico y la prospección de alteridades en un conglomerado
social con jurisdicción sobre un espacio dotado de significado por me-
dio de prácticas culturales.
Toledo (2008) argumenta que la historia de la humanidad es la
historia de la expansión del sociometabolismo más allá de la suma de
los biometabolismos de todos sus miembros. Es, tal vez, esta desarticu-
lación el principal problema ambiental, el discurso de competitividad
convertido en confrontación, la invasión de la esfera de lo privado sobre
lo público y la imposición de teorías administrativas, como el fordismo.
Análisis de conflictos
Una hipótesis de Márquez (2001) sugiere que la violencia tendría en el
deterioro ambiental uno de sus factores, puesto que la gestación de asime-
trías sociales profundas indudablemente conduce a una ingobernabilidad
generalizada, donde todas las formas de violencia surgen como respuesta
a la escasez artificialmente creada. A su vez, Homer-Dixon (1999) estable-
ce relaciones entre escasez ambiental y violencia (ver figura 1).
Indicador Valor
Superficie del área urbana central (km2) 266
Superficie del área urbanizada de la ciudad región (km2) 345
Superficie del territorio de la ciudad región (km2) 1.171
Población en último censo disponible 2.689.798
Área urbana central (m2/hab) 138
Área urbanizada de la ciudad región (m2/hab) 118
Territorio de la ciudad región (m2/hab) 378
Población menor de 20 años 984.362
Población entre 20 y 65 años 1.365.475
Población mayor de 65 años 110.454
Indicador Valor
Número de automóviles por 1.000 habitantes de Medellín 79
Número de automóviles por 1.000 habitantes del valle de Aburrá 158
Consumo de gasolina per cápita (galones/año) 76
Superficie de vivienda/persona (m2) 15
Cociente entre el costo medio de la vivienda y la renta per cápita 3
Indicador Valor
Promedio consumo agua por persona estrato 1 (L/d) 91
Promedio consumo agua por persona estrato 2 (L/d) 98
Promedio consumo agua por persona estrato 3 (L/día) 105
Promedio consumo agua por persona estrato 4 (l L/d) 119
Promedio consumo agua por persona estrato 5 (L/d) 133
Promedio consumo agua por persona estrato 6 (L/d) 180
Costo para el usuario acueducto (us$/m3) 0,45
Costo para el usuario aguas residuales (us$/m3) 0,27
% aguas residuales que reciben algún tipo de depuración 20
Residuos sólidos generados por persona (kg/año) 180
% residuos sólidos reciclados en relación al total recogido 11
Emisiones per cápita de co (kg/año) 32,5
Indicador Valor
Renta per cápita estimada (us$) 2.342
% población activa dedicada al sector primario 1
% población activa dedicada al sector industrial 25
% población activa dedicada al sector servicios 74
Costo medio alquiler oficinas alto nivel centro (us$/m2/mes) 3,5
Costo medio alquiler oficinas alto nivel poblado (us$/m2/mes) 7
Costo medio alquiler edificios industriales (us$/m2/mes) 2
Costo medio alquiler edificios industriales alta tecnología
15
(us$/m2/mes)
Gasto en investigación y desarrollo como % producto bruto
0,0017 por mil
local
Tasa de desempleo último censo disponible 19
Los sectores que más se afectaron con la apertura fueron los de al-
gunos insumos intermedios, especialmente los asociados al sector agro-
pecuario y los bienes de consumo liviano. El complejo Medellín-valle de
Aburrá con tasas de crecimiento inferiores a las nacionales en el periodo
1990-1994 se especializó en bienes industriales de industria liviana. De-
bido a esta especialización, estuvo más expuesta a las competencias de
las importaciones. La industria de Manizales, desde 1985, aprovechó las
medidas tributarias de exención de impuestos adoptadas para reactivar
la actividad económica tras la erupción.
En Pereira-Dosquebradas la industria se ha caracterizado por ser
intensiva en trabajo con elevados grados de flexibilización de los merca-
dos laborales, incrementando la productividad en industrias de capital
intensivo. Uno de los ajustes productivos y espaciales a largo plazo deri-
vados de una crisis o de un cambio de modelo se relaciona con la mayor
especialización o diversificación de la base industrial de las regiones o
centros urbanos. A continuación, se considera el índice 4 (I4E) de espe-
cialización industrial para las ciudades analizadas (ver tabla 7).
Tabla 8. Productividad total de los factores en tres periodos para tres ciudades
Indicador Valor
Índice de analfabetismo 3
Tamaño medio familiar 5
% población nacida fuera de la ciudad 9
% familias situadas por debajo umbral pobreza (< 1smlv) 19
% familias con ingreso entre 2 y 3 smlv 30
% familias que ganan hasta 2 smlv 36
% familias con ingreso superior a 3 smlv 15
Esperanza de vida al nacer (años) 72
Número total homicidios por 100.000 habs 134
Densidades de población
TRABAJO
agrícolas y agrarias:
Población activaDISPONIBLE
agraria/superficie cultivable de diferentes aptitudes
Población activa agraria/superficie agraria total
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