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7 La historia en busca de la ciencia El mito, la supuesta estructura de la mente premoderna o salvaje [...] era la Gnica creencia que la clase ilustrada no tole- raba, Al parecer, su descrédito fue vital para establecer la su- perioridad de la visi6n moderna del mundo. Vassilis Lambropoulos (1993: 162) Si los dioses son artifices de la actividad humana, la tarea de narrarla es un deber sagrado, y solo puede realizarse siendo fiel a las intenciones divinas. Pero si la actividad humana es responsabilidad exclusiva de los hombres, no se requiere de autoridad referencial para narrarla, anali- zarla, interpretarla. La ciencia moderna se definié a si misma como la explicacién de Jo natural en contraposicién a lo magico. Rechazé la magia como categoria significativa de la realidad: la magia era iluso- ria. El hecho de que las personas creyeran en la magia era real y estaba sujeto al andlisis cientifico, pero solo si los cientificos rechazaban a priori la validez de la magia en si. La historia -o tal vez deba decir la historia moderna, la historia tal como se la escribié en los siglos xIx y Xx- fue el producto de esta pasion cientifica. La historia, wie es eigentlich gewesen ist, se negd a aceptar la verdad revelada, la especulacién, la ficcién -o sea, la magia— como categorias significativas de la realidad: eran ilusorias. Asi, al menos durante dos siglos, la historia ha estado en busca de la ciencia. ane La biisqueda ha sido incesante y esta arraigada en la letanfa omni- presente de la objetividad. No importa si la objetividad se buscaba con hipocresfa (véanse Novick, 1988; Diamond, 1992). La creencia en una verdad objetiva cognoscible ha sido la doctrina imperante de los histo- riadores del mundo durante los dos tiltimos siglos. Los datos principa- les utilizados por estos historiadores fueron los llamados documentos primarios, es decir los documentos que por motives diversos registran hechos en el momento en que ocurren, o incluso los hechos mismos, Los documentos secundarios son los que utilizan otros documentos, como los documentos primarios, pero sin ser en si mismos documen- tos primarios. Los documentos secundarios se consideraban evidencia dudosa debido a la intrusin en el circuito del saber de alguien que no habia participado en el hecho, un intruso cuyos motivos eran inciertos. Pero incluso documentos que parecian primarios resultaban sospecho- sos. Todo documento que se crea primario era sometido a una Que- Henkritik, una verificacién de autenticidad. Por supuesto, la critica de fuentes fue una doctrina muy controver- tida de la historiografia. Algunos temian que la critica de fuentes se aplicara a la Biblia, que durante mucho tiempo fue para los europeos un documento primario irrefutable. De hecho, la Quellenkritik se apli- cé a la Biblia bajo la forma de la «alta critica», cuyo comienzo fue pa- ralelo a la revolucién de la historiografia moderna. La historia se unié a las ciencias naturales en su lucha contra las religiones, o al menos contra toda interpretacién dogmitica y literal de la verdad revelada. No importa que muchos historiadores de renombre hayan sido piado- sos creyentes. Isaac Newton, también. Lo relevante es el reclamo esen- cialmente secular y cientificista de los historiadores: hay un mundo real, que evoluciona naturalmente, y es posible conocer su historia. 4Cémo puede ser, entonces, que los historiadores hayan sido clasi- ficados, en su mayorfa, como enemigos de la ciencia, como parte de esa otra «cultura» mis literaria a la que se referia C. P. Snow? ¢Cémo pue- de ser que la mayoria de los historiadores fueran cientistas sociales idiograficos y no nomotéticos? Irénicamente, el motivo principal de su postura antinomotética fue que estaban «en busca de la ciencia». Los historiadores estaban obsesionados por la imagen de la filosofia que habian construido y lo que se denominaba filosofia de la historia. Se habjan rebelado contra la filosoffa, a la que se consideraba deducti- va y, por lo tanto, especulativa y, por ende, ficticia o magica. En su lu- cha para liberarse de las presiones sociales de la hagiografia, hacfan hincapié en el empirismo, en la busqueda de «fuentes» de

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