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Carfruto 4 ‘A modo de conclusiones sobre la produccién y ensefianza 115 Bistiocraria Cs ibliografia secundaria InTRODUCCION Ensefianza jfilosofia son nociones que desde los origenes han estado suijetas a contactos y tensiones, dado que la prictica filo- séfica tiene como condicién de pe id la transmisién de los saberessedimentados porla radicidn. En este sentido, frencea las lineas que asocian el surgimicnto de la filosofia con el asombro, cabe notar que una i 1 los procesos. contrario, los dispositivos de explicacién ya estaban presentes en _/- l formato etiol6gico de los relatos que conformaban el imagina- tio griego. Ensefiar los mitos era entonces transmitir una cierta_— | cexégesis colectiva respecto de la realidad que podia ser variada y => recreada a través de las perspectivas propias. El complejo proceso que desencadena el surgimiento de dispositives argumentativos no hace mds ni menos~ que ofrecer una alternativa para estas cexplicaciones narrativas én un nuevo fo En rigor, ls lecturas teas los elementos de ruptura en el cl propésito de identificarlo con un , que enfatizaron—~ de la flosofia con agrega de inmediato que la preeminen— cia ororgada a un elemento como el agua no dista demasiado ( spel Cano T. Misico de la que el mito asignaba a Océano y Tetis como padres de la {encracién, El primer sistema argumentacivo resultaria as! una in a otro formato de un contenido virtual: erencia fundamental radica en el abandono de den Gaver de un andamieje de juraficaciOn inferenc ca innovacin, que determind un proceso de redefini del modo en que puede verterse el entramado conceptual, fue acuftando paulatinamente la filosofia como disciplina ¢ impri- ala relacién entre la ensefianza ce decir el saber. Frente al poeta que aprendia nal y lo(recreabay el filésofo pasé a enfatizar, ‘sea Ja marca identiaria ms profunda que la tadici6n griega ‘legal Occidente posterior. Esta dindmica posiciona el fenéme- hho de la ensefianza de un modo totalmente diferente, ¢ incluso Torrescata del papel oscuro que la época arcaica le reservaba en eee pereremrraeea ra penkic en el cruento enfrentamiento que atraviesa las obras del siglo v1 donde la lucha entre clases sociales se reflejaen la produc- intelectual de los grupos conservadores, que se lamentan del asedio de los brutos y desarrollan la oposicién marcada entre la nobleza de cuna y la groserfa irredimible de las clases bajas, que pretendian ascender culcuralmente por mediarde-a educacién.? La complejizacién de los sistemas argumentatives jugé en “este proceso un papel de plena importancia, ya que ninguna tativos,véase Mitsico, C.( in de Pindaro pos dela educaién, Sobre ete pun ‘Zonas TENSION DIALSGICA uw marca de cuna podia suplir el acceso a la ensefianza de las teo- rias que de a poco fueron conformando un panorama intelectual nutrido. Ast, Ja ensefianza se transformé en un elemento im- de laensefianza de saberesestrictamente tebricos que un interés creciente. En esta linea se ubica la transi los fisicos a la que Platén se refiere cuando raza el_| ‘acerca de la formacién filoséfica de Sécrates en _| @ Tn Gltima instancia, puede pensarse que este posicionamien- (=) to de la ensefianza en el centro del escenatio ii sce tual es coror nado por los grandes sistemas del siglo rv, que le reservan por portancia. Un proceder de este sus tendencias vocacionales, y filésofo es aquel que lo sigue hasta ‘sus instancias mds avanzadas de manera que consigue alcanzar 4 Asimismo, este conocimiento, definido lesprende de formacin supetior del ada causalmente surge ino similares de manera ci Terr, 209 y 5. Los rasgos generaes del libros centrales de Repdlblia pueden 90). 2 da causalmente que puede recibir, segtin algunos contextos, el aloes aaa adoptado mas tarde por Arist6tcles, quien, a pesar de las trans- formaciones en el modo de defini ino ontologico, persiste cn definir la sabiduria como un conocimiento causal. Lo que interesa en particular a nuestra bisq Estagirita elige la asociacié de caricter no hipotéti isamente que el ___este conocimiento causal. Lleg @ mos con que él aspecto poder enscfiar Asi, ser fildsofo no cs s6lo haber -certa ensefanza, sino también estar en condiciones de transmi- tire propio saber, de modo que hacer flosofla es, al fin yal cabo, i ‘en la cadena de produccién y transmisin de saberes Se eo ®& Ta época ido, no es sorprendente pensamiento previo y que sea el pens desarrolla nociones tales como la de “corpus clisico” ingentes esfuerzos a la doxografia, la cronologia y el registro bio- grifico, condiciones todas de la conservacin. dlp previo y de su presentacién en modelos mds ficiles de transi Cabe recordar que la nocién de léxica latina de educare como en la griega de éréphein, 7 Vlas Arincles, Menace, L1.981b5 s. y Gomez Lobo (1996). ‘Jonas ox rmsion DIaLsica ‘std relacionada primariamente con el criaren sano.da 10 ys por proyeccién, con el cra en_el asp lectual y ess or su parte, enseranza, a través de insignares hos remite ala idea de un signo que se debe seguir para alcanzar algo, de modo que ensefiar consiste en colocar sefiales, marcas para que otros puedan orientase* En el rerreno que nos ocup2y tnsedarecindicar dénde estin los surcos que han seguido los jpensadores previos para enfrentat - problemas, de un modo que va {icleo-de-esultados obte~ perma alcanzar més pront niidos hasta el momento, juzgar allt ¥ determinar los procedimientes para proyertar espera de dar con respuestas y modalidades de mejoramiento de las condici vida individuales y colect Sildensefanza) responsable de la transmi vancia, se hace perentorio estar atentos a su acc se convierta en un elemento de distorsién, Mas alld de la nece- fara seleccién que la tradicién debe operar sobre los productos dle una época, los criterios para llevarla a cabo no deberian ser psados por ato en aras de tna recepcidn ingenu, dado que la veefianca convierte la seleccién de la tradicién en una estructi- ‘a modalica que necesariamente impacta sobre el dispositive de tecepcién, No importa si se pretende acataro reacionar frente teste legado. En cualquier caso el starus de modelo permanece vigente en tanto pretendido registro del modo en que s© OFBR wisé el imaginario en un tiempo previo. Por esta razin, desde el momento en que se acepta la relacién intrinseca entre ensefanza } filosofa, sus mecanismos de conexién deben ser estudiados on euidado, Un trabajo de este tipo es el que proponemos en To que sigue, donde cl didlogo entre ambas pricicas es analizado desde un punto de vista primariamente historiogréfc fd marcado propdsito de que este enfoque no constituya s6lo un us T Sobre cae parvo, vase Castello y Mirsico (2005), 5 Ear y Emer 15 m1 Zonas ve reNsi6n pusdcica CeavowT: Mansico ‘modo de enfrentar el acceso a la flosofa antigua, sino que se «ria también en una opcién general para tener en cuenta en el csrudio de la produccién teérica en s{ misma y sin condiciona- ‘mientos epocales. Para ello comenzaremos por plantear brevemente, en el Cac Plulo 1. la pregunta misma por el sentido de la transmisisn y la nsefianza del pensamiento gricgo, con el objeto de que esto nos Permita sugerir algunas lineas programéticas para fundar une = Pesspectiva alternativa alas que han jalonado los estudios tradi conales. Sobre exta base, en el Capitulo 2, nos ocuparemos de un elemento que cs preciso tener en cuenta en el trabajo con las fuentes y que consisteen una estrategia argumentativa pessisten. te que ha operado sensiblemente en la transmisién. Esta estes tesla de “ocultamiento del adversario", como podemos llamara, tiene el efecto de desdibujar las referencias a interlocen cos creando un foco de atencién sobre el plant pro base de este condicionamiento, caracterizaremor lego la nocién dle zona de tensiin dialdgica y sus elementos constitutivos, Roos sefialamientos permitirén, en el Capitulo 3, aplicar este enfoque 3 una sere de clemplos en torno a la intereacion de p en juego, que altera de modo notable los lugares comunes del decurso de las ideas en la época clisica, Estos cjemplos esta- in centrados en las relaciones de a nea ilossfica més teputada, | representada por la progresién Sécrates-Platn-AstSteles, con otras escuelas de raigambre socritica sistematicamente acalladne Por Ia tradicién desde tiempos antiguos, pero que sin embargo Ccuparon un espacio preponderante en los didlogos tedricos de bh época clsica, hasta el punto de que numerosos desarollos platonico-aristoélicos pierden su sentido si se los desvineula de las polémicas con estas escuclas, | A modo de corolario, en el Capi unto inicial, para trazar px abordar los estudios que propi rfctica de la filosofia y su enseftanaa. Con este primer movi- a ae pears ‘una linea de trabajo en el ambito dela lsica que imprima dinamismo y rasgos propicia- elas cuneate chien ke perspectivas actuales que bregan por la cons- jn de una filosofia para nuestro contexto. culo 4, volveremos sobre el '05 de contacto entre el modo de iciamos y el modo de encarar la

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